Cuba: Intercambio académico entre universidades francesa y espirituana

Cuba/Enero de 2018/Fuente: Cuba.cu

A partir de este lunes las universidades José Martí de Sancti Spíritus y Besançon, de Francia, comienzan un amplio programa de intercambio académico y científico con el fin de establecer un convenio de colaboración entre las dos casas de altos estudios.

De acuerdo con la agenda se prevé conferencias magistrales y talleres en aras de enriquecer las experiencias entre las facultades de Educación francesa y la de Ciencias Pedagógicas espirituana.

Entre los propósitos sobresale el de establecer un convenio marco de colaboración que permita a los profesores e investigadores de ambas universidades fortalecer la superación académica mediante el intercambio de experiencias y estudios en común.

   Para la jornada de hoy Catherine Caille-Catin, decana de la Facultad Pedagógica del país europeo, impartirá una conferencia titulada Presentación del plan de formación de profesores y de un manual de Geografía.

En tanto, se efectuará un taller bajo el título La formación de docentes en el análisis de prácticas. ¿Cómo ayudar a los docentes en dificultades? por Montagne Yves-Félix, responsable de la Superación en Ciencias de la Educación de la \»Besançon\».

Según Marisel Quiñones, especialista en Relaciones Públicas del centro de educación superior espirituano, el intercambio científico resulta, además, una oportunidad para la internacionalización de la “José Martí” y estimular la asesoría en correspondencia con los intereses de cada institución.

Abrir un abanico de posibilidades, tanto en materia académica como científica, es uno de los propósitos del programa, mucho más cuando se busca consolidar investigaciones y dar a conocer también lo que se hace en Cuba y particularmente en la “José Martí”, señaló Quiñones.

Fuente: http://www.cuba.cu/educacion/2018-01-08/intercambio-academico-entre-universidades-francesa-y-espirituana-/39572

Comparte este contenido:

En Venezuela: El IVIC acompañó con especialistas en el área el avistamiento del eclipse parcial de SoL

El Sol y la Luna danzaron en el cielo

El eclipse parcial de Sol fue visualizado desde las instalaciones del Ivic con la asesoría de los especialistas en el área

América del SUR/Venezuela/Altos de Pipe/Prensa IVIC

prensa@ivic.gob.ve

El cielo parcialmente despejado, la expectativa del público presente y el telescopio dispuesto para observar, daba cuenta del espectáculo celeste que se viviría durante la tarde de ese 21 de agosto. Desde las instalaciones del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) más de 600 personas visualizaron el momento en el que la Luna danzó frente al Sol, interrumpiendo parcialmente su visión.

A pesar de que el eclipse total no se visualizó en tierras venezolanas pudo apreciarse un cubrimiento de 53% del Sol a las 3:45 pm, cuando se registró el punto máximo del evento. Estados Unidos fue el único país testigo del momento en el que la Luna tapó por completo al astro rey, oscureciendo el cielo y haciendo visibles a las estrellas brillantes y algunos planetas, durante un breve período.

En Venezuela la isla de Margarita fue el lugar más favorable para visualizar, con mayor esplendor, el eclipse parcial. Desde las instalaciones del Ivic las condiciones atmosféricas y climáticas permitieron observar el fenómeno con bastante claridad. Los equipos especializados, dispuestos por el personal de la Oficina de Socialización y Divulgación de la Física del instituto, ofrecieron a los asistentes la posibilidad de observar adecuadamente la forma en la que la Luna iba “mordiendo” la superficie solar.

“Los eclipses siempre han llamado la atención de los humanos. En esta oportunidad el fenómeno inició a las 2:28 pm y se mostró hasta las 4:52 pm. La recomendación en estas actividades es no observarlo a simple vista ni con instrumentos ópticos sin filtros protectores, pues los daños en la retina del ojo pueden causar la pérdida de la visión”, explicó el jefe de la Oficina de Socialización y Divulgación de la Física, Antonio Ballesteros.

De igual manera, detalló que para observarlo fue primordial emplear lentes especiales o en su defecto láminas de soldadura con filtro número 12 o 14, que impidan el paso de los rayos ultravioletas. Aunque se esté usando la protección adecuada no se aconseja fijar la vista por más de 20 segundos seguidos, lo ideal es descansar y posteriormente volver a fijar la mirada en el astro rey.

La actividad programada por la Oficina de Socialización y Divulgación de la Física contó con la presencia de trabajadores del instituto y de miembros de diferentes comunidades, quienes recibieron asesoramiento por el personal especializado para la observación.

Un atardecer antes de tiempo

El eclipse soltar ocurren cuando la Luna proyecta su sombra sobre la Tierra, bloqueando total o parcialmente la luz del Sol en ciertas zonas del planeta. En la Tierra se experimenta como si de un momento a otro la luz del día se apagara y en su lugar, el atardecer anunciara la llegada de la noche.

Entre los efectos sobre el planeta contados durante la ocurrencia de un eclipse destacan la baja repentina de la temperatura. Esta modificación es la responsable del llamado “viento de eclipse” que se caracteriza por el cambio de la dirección y velocidad de los vientos.

El fenómeno provoca un cambio gravitacional en la Tierra.  Se calcula que durante el momento del eclipse la Tierra se acerca 40 milímetros más al astro.

En 2023 ocurrirá un eclipse solar parcial que se podrá apreciar desde Venezuela. El último evento de esta naturaleza ocurrido en el país fue en el año 1998.

Fuente: nota enviada a la redacción de OVE

Comparte este contenido:

Ciencias y creencias 2.0

Por: Luis A. Montero Cabrera

La diferencia entre lo que se sigue y profesa voluntariamente, alentado por libres preferencias personales, que son las creencias, y la verdad comprobada y comprobable por todos, con evidencias inobjetables, que son las ciencias, ha sido comentada anteriormente. No obstante, a pesar de que esta importante conceptualización nos ayuda tanto a enriquecer nuestro pensamiento estableciendo una nítida frontera lógica, el espacio entre el campo de las ciencias y el de las creencias es también muy rico.

Recientemente apareció en los medios una información acerca del hallazgo de indicios de un nuevo ancestro de nuestra especie ¡en la actual Bulgaria!, en plena Europa balcánica. Para muchos rompía el criterio más que probado de que procedemos del actual territorio africano. ¿Se trata este hallazgo de una verdad científica contrastada y reproducible por terceros independientes? En realidad, los autores no claman para sí otra cosa que la postulación de una hipótesis a partir del hallazgo de un molar fósil. Esta pieza dentaria perteneció a un homínido similar al chimpancé actual hace más de siete millones de años. Corresponde primero a la prensa científica la divulgación como resultado interesante. Después interviene la prensa que busca la atención de las grandes masas, como debe ser cualquier prensa. Pero en ese proceso suele deformarse el contenido esencial y presentarse a una simple y atractiva hipótesis como si fuera una verdad científica. Por cierto, la Europa que fue escenario de la vida del monito que tenía ese molar era en esa época muy parecida a las actuales tierras africanas gracias a los vaivenes del clima planetario. Al final, nadie puede negar hoy que nuestra especie se originó en el continente africano y mucho más recientemente, hace “solo” alrededor de 250 mil años. Y esta es una verdad científica bastante establecida por muy diversas evidencias arqueológicas y moleculares. Podemos ver, sin embargo, que la frontera entre la verdad científica neutra y evidente para todos y el campo de las hipótesis y suposiciones, que son más parecidas a las creencias, es difuso y rico.

En el campo de la composición de los objetos materiales existe también espacio para la suposición que conduce a creencias, y a veces no se las sabe diferenciar de la verdad científica, neutral y contrastable. Los átomos y las moléculas existían mucho antes que el hombre y que se postulara a la llamada mecánica cuántica para entender el nanomundo, que es nuestro propio universo cuando podemos diferenciar objetos de dimensiones iguales a las millonésimas de metro. Como nuestros sentidos se seleccionaron naturalmente para aprender del mundo métrico, no tuvimos otra alternativa que intentar describir el nanométrico con los mismos esquemas conceptuales. Ahí tuvo un tropezón la llamada lógica newtoniana, la que es buena para describir manzanas desprendiéndose de un árbol. Los objetos detectables y que construyen directamente el nanomundo, los que habitan el pico y el femtomundo, como es el caso de los electrones, no se comportan como las manzanas, y mucho menos que como los planetas.

Lo cierto es que las manifestaciones de los electrones en el mundo que nos rodea es contradictoria para muchos, pues se trata de una partícula a la que se le puede atribuir una masa y una carga electrostática y también una frecuencia de oscilación de su campo electromagnético, como es el caso se la luz visible, aunque con valores mucho mayores. Además, así se comporta toda la materia en esas escalas nano, pico y hasta femtométricas. Lo que ocurre es que la masa, la carga y la frecuencia de oscilación electromagnética son magnitudes que inventamos para conocer el mundo métrico y su adaptación a las dimensiones de protagonismo directo para las llamadas partículas elementales, como son los electrones, requiere de pensamiento revolucionario.

Un destacado científico alemán, Werner Heisenberg postuló en 1927 [1] la llamada “relación de incertidumbre” donde la ciencia se expuso a un riesgo de credibilidad muy alto. Expresado en el lenguaje más actual, reconoció que las magnitudes (posición en el espacio, velocidad) con las que se pretendía conocer el nanomundo eran las mismas que se han usado para las escalas de un metro y que eso podía representar incongruencias, porque no se trata de manzanas. De esa forma muchos pensaron que las limitaciones de correspondencia (conmutación) entre las expresiones matemáticas (operadores con sus funciones propias para ciertas relaciones) que se usaron en la mecánica cuántica para describir los sistemas nanométricos se podían traducir en limitaciones intrínsecas de la capacidad del conocimiento humano en esas escalas. La más famosa “incertidumbre” era la de la “imposibilidad de medir al mismo tiempo la posición y el momento (proporcional a la velocidad) de una partícula cuántica”. Hoy en día han aparecido artículos ampliamente reconocidos que cuestionan esto, negando su significado de que no se puede conocer algo porque haya una expresión matemática que lo impida. Se han efectuado las mediciones experimentales y han dado resultados [2-4].

Mucho se ha escrito acerca de estas incertidumbres, y la verdad científica ha salido incólume mientras que las elaboraciones especulativas se han ido derrumbando. Es cuestionable usar, como reconoció Heisenberg, magnitudes del mundo métrico para describir el nano y picométrico, que es ajeno a nuestros sentidos de humanos. Es como cazar mosquitos con misiles balísticos intercontinentales. La naturaleza toda existió mucho antes de que los seres humanos elaboraran las teorías para describirla y entenderla científicamente. Las teorías deben servir para interpretar la realidad objetiva, pero esta no se subordina a ella. Esto debería ser válido para toda ciencia, natural o social.

Notas

1. Heisenberg, W., Über den anschaulichen Inhalt der quantentheoretischen Kinematik und Mechanik. Zeitschrift für Physik, 1927. 43(3): p. 172-198.

2. Colangelo, G., et al., Simultaneous tracking of spin angle and amplitude beyond classical limits. Nature, 2017. 543(7646): p. 525-528.

3. Rozema, L.A., et al., Violation of Heisenberg’s Measurement-Disturbance Relationship by Weak Measurements. Physical Review Letters, 2012. 109(10): p. 100404.

4. Napolitano, M., et al., Interaction-based quantum metrology showing scaling beyond the Heisenberg limit. Nature, 2011. 471(7339): p. 486-489.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/06/08/ciencias-y-creencias-2-0/#.WVWCtBU1-01

 

Comparte este contenido:

Entrevista a Marta Macho: “En matemáticas se aprende más de los errores que leyendo definiciones o probando teoremas”

“En matemáticas se aprende más de los errores que leyendo definiciones o probando teoremas”

Marta Macho es una prestigiosa matemática vasca. Enseña en la facultad, investiga sobre Teoría Geométrica de Foliaciones y Geometría no conmutativa. Y edita Mujeres con ciencia, un blog que lleva años visibilizando el trabajo de las mujeres en la ciencia.

Marta Macho es matemática, profesora de Geometría y Topología en la Universidad del País Vasco y editora del blog Mujeres con ciencia. A finales de 2016, de visita por Madrid, intervino en una jornada en la Universidad Autónoma de Madrid para hablar de la situación delas mujeres en la ciencia, en la investigación. Hablamos con ella sobre esta realidad, después de que el último informe PISA desvelase que en ciencias la diferencia entre chicas y chicos no son sustanciales. Aunque sí lo sea en Matemáticas. Preguntada sobre qué diría a una niña para convencerla de que las matemáticas son “fáciles”, responde que “no creo que lo sean. Son bellas, emocionantes, fascinantes…”.

¿Qué es mujeresconciencia.com y por qué nace?

‘Mujeres con ciencia’ es uno de los blogs de la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, cuyo ámbito de actuación es la difusión social y promoción de la cultura científica.

Nació a iniciativa del responsable de la Cátedra, Juan Ignacio Pérez, que deseaba llevar a cabo alguna iniciativa que apoyara la promoción de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el ámbito científico. La desigualdad en este campo es obvia, sobre todo a medida que se avanza en los puestos de responsabilidad, tanto en investigación como en puestos de política científica. Contactó conmigo para ver si me parecía factible; la idea me pareció estupenda y recogí con ilusión el encargo de coordinar la edición de este blog, cuyo objetivo primordial es mostrar lo que hacen y han hecho las mujeres que se han dedicado y dedican a la ciencia y a la tecnología.

El blog se inauguró el 8 de mayo de 2014, el principio fue lento. Como editora empecé con un poco de timidez; pero en estos dos años y medio de andadura hemos aprendido, observado, compartido nuestras entradas en redes sociales. Hemos crecido mucho y deprisa a base de constancia, de cariño y de no dejar de publicar nuestra entrada diaria ni en festivos ni en vacaciones.

¿A quién os dirigís?

Publicidad

El blog se dirige a un público no especialista, y probablemente se haya convertido en una buena herramienta en el ámbito educativo. A través de efemérides, biografías de científicas, recomendaciones de libros sobre mujeres de ciencia o de divulgación científica escritos por mujeres, citas, exposiciones o iniciativas llevadas a cabo para dar a conocer a científicas, vídeos con conferencias impartidas por mujeres o sobre ellas, entrevistas, iniciativas artísticas, etc. intentamos hablar de ciencia y sus protagonistas mujeres, por medio de un formato dinámico, diverso y atractivo.

¿Son las mujeres peores para las ciencias?

Por supuesto que no. Lo que estamos es ‘menos motivadas’ para la ciencia. La sociedad percibe la ciencia como una disciplina masculina; la entiende en muchas ocasiones como vinculada a la ‘genialidad’, a habilidades vinculadas a los hombres. Las mujeres tenemos la etiqueta de ‘trabajadoras’, muy buenas para ser personajes secundarios, en particular en ciencia.

A los niños, desde pequeños, se les anima a participar, a atreverse, a ‘comerse el mundo’. Con las mujeres se es mucho más paternalista y, por lo tanto, se las frena sistemáticamente, dirigiéndolas a carreras ‘más adecuadas’ para ellas.

¿Por qué obtienen en evaluaciones internacionales peores resultados que sus compañeros?

Aquí de nuevo el problema es el estereotipo. Ningún evaluador o evaluadora piensa -en teoría, aunque también los hay- que las mujeres seamos peores en la actividad científica. Pero lo que sí actúa es esa parte subjetiva, la que inconsciente. Los estereotipos que se nos inculcan desde bien pequeños, esos calan, no pensamos que los tenemos adquiridos. Pero allí están, y lo están para cada una de las decisiones que tomamos.

Recordemos un famoso estudio encargado por la National Science Foudation (EEUU) en el que se enviaba un mismo currículum de una persona recién graduada a ciento veintisiete profesoras y profesores. Debían juzgar sus competencias, sus posibilidades de realizar con éxito una tesis doctoral o el sueldo que merecían, entre otras cosas. La mitad de los dossieres llevaban nombre de mujer -Jennifer- y la otra mitad de hombre -John-. Los evaluadores -tanto los hombres como las mujeres- juzgaron más duramente a Jennifer que a John…

¿Cuál es la importancia de la falta de referentes femeninos en ciencias a la hora de acercar estas disciplinas a niñas y jóvenes?

No tener referentes hace percibir la ciencia como una actividad masculina, ajena a las mujeres. ¿Cómo va a querer una niña ser ingeniera aeronáutica si las imágenes de esos profesionales son siempre masculinas? Para decantarse por una profesión es necesario sentirse parte del grupo…

Hay quienes defienden la posibilidad de una educación separada por sexos para mejorar los resultados de unas y otros. ¿Qué opinas?

Creo que no es bueno separar a las niñas de los niños, como creo que no es bueno separar a los que tengan habilidades diferentes -mejores o peores- del resto del grupo. Entiendo que la escuela es un aprendizaje a mucho niveles, y entre otras cosas, debe aprenderse a reflexionar y a ayudar. Los ritmos del alumnado son muy diferentes por distintos motivos. También se aprende a vivir en sociedad en el aula, a aceptar las diferencias, a entenderlas y saber reaccionar ante ellas. Sé que para el profesorado es complicado tener personas con niveles diferentes, pero lo ideal sería poder atender las necesidades de cada uno…

Algunos estudios hablan de la diferencia de trato que docentes (hombres y mujeres) dan en sus clases a niñas y niños en lo relativo a la referentes femeninosy de cómo esto influye luego en las creencias y actitudes hacia estas disciplinas

El otro día oí comentar a una persona de enseñanza secundaria que en el aula se incentiva más a los chicos, mucho más. Creo que sucede algo parecido en la universidad.

Las matemáticas requieren de reflexión y de ideas a veces atrevidas. Se aprende mucho proponiendo maneras de afrontar ejercicios; las matemáticas no consisten en meros cálculos como mucha gente cree. Y allí, los chicos suelen funcionar mejor. Se atreven a proponer estrategias y soluciones, porque -en mi opinión- nunca se les ha limitado en este aspecto. Yo misma animo a mis estudiantes a que digan lo que se les ocurra, aunque esté mal; analizando los errores propios o ajenos se aprende más que leyendo definiciones y probando teoremas. Pero ellas se atreven muy poco a contestar. El miedo al fallo las vence. Nadie las ha animado a intentarlo. Estas actitudes van calando y se convierten en norma. Una lástima, porque hay alumnas brillantísimas que nunca participan en las discusiones del aula. Se pierde un tremendo potencial de aprendizaje -para ellas y sus compañeros-, y además ellas desperdician la satisfacción de dar una respuesta brillante y acertada.

¿Por qué es importante que haya más mujeres en la ciencia, investigando? ¿Qué nos estamos perdiendo?

Es importante, en primer lugar, para ellas. Privar a la mitad de la población de una actividad enriquecedora porque ‘no es para ellas’ es injusto.

Por otro lado, es injusto para la sociedad. Gracias a la ciencia, nuestra vida ha mejorado, vivimos más años y vivimos mejor. ¿Por qué prescindir de las mujeres con sus ideas, su creatividad, sus intereses, su manera de trabajar? Tener grupos de trabajo diversos es lo ideal para avanzar en cualquier disciplina: hombres y mujeres, personas con diferentes formaciones, edades, vivencias,… cada persona aporta su punto de vista, no hay nada mejor que los colectivos heterogéneos.

Quizás las mujeres podrían decidir cambiar algunos de los temas de investigación, quizás conseguirían que la ciencia fuera menos competitiva y más colaborativa, quizás… quizás alguna de las mujeres a las que se les ha vetado hacer ciencia habría ya descubierto la cura del cáncer…

¿Cómo influye el desigual reparto de las responsabilidades entre hombres y mujeres en el acceso de estas a según qué carreras científicas o profesionales?

La carrera investigadora requiere mucho tiempo de reflexión. El aprendizaje y el descubrimiento, no son lineales. Hay momentos en los que todo está muy claro, y otros en los que parece que no avanzas. Pero incluso durante esos momentos de aparente bloqueo, las ideas se están ordenando en la cabeza.

Las mujeres tenemos muchas más responsabilidades vinculadas a cuidados -de niñas y niños, personas enfermas o ancianas-. La multitud de tareas que abarcan las mujeres hacen que su tiempo sea -por decirlo de algún modo- de ‘peor calidad’; y en investigación eso es malo, porque hay que invertir mucho tiempo para que los conocimientos se ordenen y las ideas fluyan.

¿Hemos mejorado con el tiempo?

Sí, claro que sí. Las mujeres estamos presentes en la universidad y en muchos empleos. Y, además, se habla de ello, mucho, cada vez más. Pero no todo está conseguido. Hemos pasado a una situación ‘más sutil’, más resbaladiza, en la que la autocomplacencia puede llevarnos a asistir a un retroceso. Existen aun desigualdades, y no hay que dejar de luchar hasta conseguir terminar con ellas.

En una charla hace unas semanas en Madrid hablabais del hecho de que había más mujeres en carreras científicas técnicas, y menos en las “puras”. ¿Por qué ocurre esto?

Lo matizo un poco, no es exactamente así. Hay más mujeres en disciplinas más aplicadas -estadística frente a matemáticas, o laboratorio frente a lápiz y papel- que en disciplinas más puras. Pero precisamente en carreras técnicas -ingenierías, informática, etc.- hay muy pocas mujeres. En el caso de ciencia pura se precisa mucho tiempo, tiempo ‘de calidad’ para avanzar. Y las mujeres tienen menos tiempo. Y en el caso de las ingenierías, el estereotipo está muy presente e impide que las mujeres opten por este tipo de formación.

¿Qué acciones pueden realizarse y desde cuándo para mejorar la visión que tienen, en particular las niñas, de las ciencias? O mejor dicho, de su capacidad frente a ellas.

Creo que es necesario divulgar a varios niveles. En primer lugar entre el público en general. Mostrarles que la ciencia no es una actividad masculina -conferencias, blogs, etc.-: las familias y el entorno social de las niñas influyen de manera contundente en la elección de las profesiones. Si la sociedad entiende que una mujer está igual de dotada que un hombre para hacer ciencia, quizás se pasaría del desánimo sistemático en el caso de las chicas -‘¡Mejor haces algo más de mujeres!’- al trato estimulador en el caso de los chicos.

Y por otro lado, hay que divulgar entre las niñas. Creo que es importante que las jóvenes conozcan ejemplos de reales, cercanos, de mujeres haciendo ciencia.

¿Qué le dirías a una niña, a una joven, para convencerla de que las matemáticas son “fáciles”?

No le diría que son fáciles, porque no creo que lo sean. Lo que le diría es que son bellas, emocionantes, fascinantes… Le diría que aunque a veces cueste un poco empezar, con trabajo y ganas, se pueden entender y empezar a ‘jugar’ con ellas con soltura. Le diría que el placer del descubrimiento es sublime…

¿Podrías darme algún ejemplo de actividades de acercamiento de las ciencias, de las matemáticas para niñas de Primaria o Secundaria?

Hay muchas iniciativas relacionadas con el juego: juegos de cartas en las que aparecen científicas y deben agruparse en laboratorios, juegos en los que se dice un trabajo y se piensa en quién lo ha realizado -con listados de hombres y mujeres-, juegos que consisten en relacionar inventos con sus inventores o inventoras, etc. Se pueden también organizar concursos ‘Mi científica favorita’, paneles, etc. Estas iniciativas ayudan a conocer a mujeres de ciencia, sus logros y vincularlas con variadas disciplinas científicas.

Hay varias iniciativas en las que científicas se acercan a la escuela a hablar en primera persona –por supuesto, de manera divulgativa– en qué consiste su trabajo. Estas actividades contribuyen a que las niñas –y los niños, ¿por qué no? ellos también necesitan referentes femeninos– ven a través de estas profesionales la pasión por la actividad científica, el placer que produce el quehacer científico, y que la ciencia es ‘cosa de mujeres’…

Fuente:http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/24/analizando-los-errores-propios-o-ajenos-se-aprende-mas-que-leyendo-definiciones-y-probando-teoremas/

Imagen: eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/01/Marta-e1485170545446.jpg

Comparte este contenido: