Mujeres en Educación Media Superior, a nueve años de su obligatoriedad en México

Por: Alejandra Brito / MUxED


Los estudios de educación media superior (EMS) tienen una gran importancia en la configuración de la identidad, las aspiraciones personales y ocupacionales de las mujeres. A nueve años de formar parte de la educación obligatoria, se ofrece una caracterización de este complejo tipo educativo, algunos de sus logros y desafíos.

“Superar el encierro doméstico; moverse entre comunidades y tener la posibilidad de conocer otros mundos; hacer amistad con jóvenes de distintas localidades; participar de otro modo en el trabajo familiar; llevar con cautela la relación de noviazgo; diferir los compromisos relacionados con la maternidad y el matrimonio; participar y hacerse cargo de sí en el espacio púbico” son algunas de las consecuencias que cursar el bachillerato ha tenido en estudiantes mujeres provenientes de comunidades rurales [i].

Por la importancia que los estudios de educación media superior (EMS) tienen en la configuración de la identidad, las aspiraciones personales y ocupacionales de las mujeres, a cien años de la fundación de la SEP no puede faltar una revisión de este tipo educativo.

Históricamente, la primera meta de escolarización en México fue la educación primaria. Conforme aumentaron los resultados de alfabetización y cobertura, aumentaron las ambiciones de proporcionar mayor educación a los mexicanos, así en 1993 se incorporó la educación secundaria a la educación básica, estableciendo nueve años de escolaridad obligatoria (seis años de educación primaria y tres de educación secundaria). Posteriormente, en 2004, se estableció la obligatoriedad de tres grados de educación preescolar y en 2013 la de Educación Media Superior, quedando actualmente una escolaridad obligatoria de 12 años.

Esta ampliación de la educación obligatoria, aunada al crecimiento y comportamiento de la pirámide poblacional repercutieron en la necesidad de hacer un gran esfuerzo como país para ampliar la oferta educativa. Del año lectivo 2008-2009 al ciclo escolar 2018-2019 el número de jóvenes inscritos en Educación Media Superior pasó de poco más de 3.9 millones a 5.2 millones de jóvenes, logrando también un incremento anual promedio de cobertura de 2.9% por una década para pasar 59.3% en el ciclo 2008-2009 a 78.7% en el 2018-2019 [ii y iii].

Con el propósito de incrementar la capacidad para dar atención a la creciente demanda de servicios de educación media superior, una parte importante de la estrategia de gobierno ha consistido en incrementar el número de planteles, los cuales se han duplicado en esta última década, principalmente con el esfuerzo de los gobiernos estatales.

La educación media superior (EMS) a semejanza de la educación superior y a diferencia de la educación básica, está conformada por más de 30 subsistemas cuyo control administrativo y académico responde a diferentes autoridades educativas como son organismos descentralizados de la federación y de las entidades federativas, órganos desconcentrados del gobierno federal, particulares e instancias autónomas y subsidiarias, con una oferta educativa igual de diversa.

Existen alrededor de 200 planes y programas de estudio de EMS, los cuales respetan un marco curricular común que establece competencias genéricas y disciplinares para todos, pero conllevan perfiles de egreso diferentes de acuerdo al enfoque de formación que se siga: bachillerato general; bachillerato general con capacitación para el trabajo; bachillerato tecnológico, o profesional técnico.

En el ciclo escolar 2019-2020 el bachillerato general, que permite a sus egresados continuar con estudios de tipo superior, concentró 63% de la matrícula total. Le siguen el bachillerato tecnológico, con 30% de los alumnos y el profesional técnico bachiller, que es la formación que hasta ahora imparte específicamente el Conalep, con 6% del total de la matrícula. Ambas se distinguen porque los estudiantes cursan una carrera tecnológica o técnica a la par del bachillerato y, al concluirla, pueden proseguir su formación en instituciones que imparten la educación superior. Finalmente, la educación profesional técnica concentró tan sólo al uno por ciento de los estudiantes; hecho atribuible, presumiblemente, al carácter terminal de estos estudios que impide a los egresados continuar con estudios de tipo superior. [v]

En cuanto a la proporción de mujeres y hombres cursando educación media superior, en el año escolar 2018-2019, se observó – como en el resto de los tipos educativos – que en términos absolutos, el número de mujeres inscritas en las modalidades de EMS escolarizada es ligeramente mayor que el número de hombres.

De manera similar, el número total de mujeres matriculadas en la modalidad no escolarizada fue superior al de los hombres: 54% de la matrícula total de estudiantes de esta modalidad está conformada por mujeres y 46% por hombres. [vii]

Si bien es evidente el importante aumento en la matrícula de estudiantes que se ha logrado en la última década, la tasa de abandono escolar en EMS sigue siendo la más alta de la educación obligatoria. La interrupción del trayecto de formación se presenta con mayor recurrencia en el primer año de estudios [viii]. El Informe sobre la Educación Obligatoria en México (2019) publicado por el INEE explica que solo 8 de cada 10 mujeres de 17 a 20 años concluyeron su educación básica obligatoria, y 5 de cada 10 jóvenes de 20 a 24 años solo tienen estudios de bachillerato. [ix]

En este ámbito, el actual Programa Sectorial de Educación 2020 – 2024 de la SEP reconoce que existe todavía un rezago educativo que afecta particularmente a los grupos históricamente discriminados; un cupo insuficiente en los planteles de educación media superior para cubrir la demanda existente, así como una falta de capacidad institucional para atender la diversidad de características físicas, intelectuales, culturales y lingüísticas de las y los alumnos.

La causa del abandono escolar es multifactorial. En ella inciden factores sociales, económicos, familiares, culturales, personales, socioemocionales y escolares. Entre estos últimos se encuentran la reprobación, la pérdida de interés debido a la falta de pertinencia o vigencia en la formación que reciben; la forma en que los docentes trabajan o tratan a los alumnos; problemas derivados de la normativa y la falta de flexibilidad en su aplicación; la organización y administración escolar. En el caso específico de las mujeres, además, estas tienen el doble de probabilidades que los varones de no asistir a la escuela en situaciones de crisis como la pandemia por COVID. [x] Esto, probablemente atribuible a las cargas de trabajo doméstico y de cuidado familiar que históricamente se han impuesto a las mujeres.

De manera general, la EMS tiene como propósito principal que los jóvenes egresen con las herramientas, competencias y aprendizajes necesarios para insertarse en el mercado laboral y/o continuar su formación en la educación superior. Sin embargo, el impacto que esta educación tiene en la vida de las mujeres va mucho más allá y tiene trascendencia en sus posteriores oportunidades y decisiones de vida. De ahí la importancia de seguir impulsando acciones como la campaña lanzada por MUXED #YoTambiénMeQuedo, para promover que las niñas, adolescentes y jóvenes sigan aprendiendo en la escuela. [xi]

A nueve años de la inclusión de la EMS como parte de la educación obligatoria, se observan logros importantes en la ampliación de la oferta educativa y de la cobertura; avances en la consolidación de una identidad propia de este tipo educativo, constituido por una gran diversidad de subsistemas; un logro en la definición de un marco curricular común y un perfil de egreso alineado para toda la educación obligatoria; pero hoy más que nunca,  persiste el reto, agravado por los estragos del COVID-19, de que las estudiantes regresen, permanezcan y concluyan su educación obligatoria.

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Correo electrónico: alejandrabrito@educativa.mx

Referencias

[i] Tapia G. Guillermo (2019) https://www.comie.org.mx/congreso/memoriaelectronica/v15/doc/1573.pdf

[ii] SEP (2019). http://snie.sep.gob.mx/estadistica.html

[iii] CONAPO (2018). https://datos.gob.mx/busca/dataset/proyecciones-de-la-poblacion-de-mexico-y-de-las-entidades-federativas-2016-2050

[iv], [v], [vi], [vii] SEP (2019). http://snie.sep.gob.mx/estadistica.html

[viii] OIT (2015). https://www.oitcinterfor.org/node/6664

[ix] MUXED (2020) https://www.morralmuxed.mx/_files/ugd/84b048_94df59c0b07c4d8a87232492f94bc39c.pdf

[x] MUXED (2020) https://www.morralmuxed.mx/_files/ugd/ba28fc_ac0f0bab86d44facb8a336b0478f10ff.pdf

[xi] MUXED (2021) https://www.morralmuxed.mx/yotambienmequedoiberoamerica


*Alejandra Brito

Integrante de MUxED. Diseña y evalúa soluciones de política educativa y gestión escolar para mejorar la educación. Tiene más de 15 años trabajando con agencias multilaterales, gobiernos, ONG, escuelas públicas y privadas. Actualmente se desempeña como Coordinadora Territorial de CONAFE en Oaxaca. Entre los temas de su interés destacan la educación comunitaria y la educación con perspectiva de género.


Fuente de la información e imagen: https://www.muxed.mx
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