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El olvido como herramienta pedagógica de la injusticia naturalizada

La educación debe estar enfocada en una sociedad que no se construya sobre la vanagloria del victimario sobre sus víctimas. En este sentido, la filosofía, desde el punto de vista deontológico puede crear contrapuntos en la praxis política

«No hay documento de civilización que no sea 

 al mismo tiempo documento de barbarie» 

Walter Benjamin

La frase célebre que versa “quien olvida su historia está condenado a repetirla”, atribuida a Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana ha sido citada, utilizada y versada en tantos contextos y por tantos personajes que parece haberse convertido en un cliché.

Bien sabemos que la historia de nuestra humanidad cuenta en su haber con numerosísimos genocidios, pero si nos detenemos un instante en el infame siglo XX los datos son vergonzosos: el genocidio armenio (1915-1923), en el que fueron aniquilados casi dos millones de armenios bajo la responsabilidad del Imperio Otomano; el Holodomor o genocidio ucraniano (1932-1933) efectuado por Stalin, supuestamente con la excusa de erradicar los movimientos nacionalistas ucranianos, eliminó de la faz de la tierra a seis millones de personas utilizando entre sus modalidades más crueles, la hambruna; el genocidio de Ruanda (1994) nos dejó un saldo de casi un millón de víctimas fatales y al menos medio millón de violaciones sexuales hacia mujeres; la Masacre de Srebrenica (1995) en la ex Yugoslavia en el marco de la Guerra de Bosnia, en la cual se mataron a ocho mil personas de etnias bosnia-musulmanas por parte de los paramilitares denominados Escorpiones, quienes actuaron con total impunidad en un territorio declarado previamente como “zona segura” por las Naciones Unidas.

Ahora bien, tras varias convenciones internacionales se ha considerado particularmente relevante a Auschwitz como referencia para la educación de la memoria posterior, pero ¿por qué el holocausto tiene ese carácter único, singular o diferente? Como diría el espléndido pensador español Manuel Reyes Mate- uno de los pocos filósofos que no tira a Walter Benjamin de los pelos para de-construirlo sino que lo interpreta y nos lo enseña de manera magistral- es necesario explicarlo, puesto que no se trata de sostener que existen víctimas de «primera» categoría y de «segunda». La educación de-la y en-la memoria debe pretender comprender de qué se trata de un fenómeno que marca un antes y un después en nuestra historia.

El holocausto judío, simbolizado en Auschwitz, es singular porque representó un nefasto proyecto que tenía como núcleo intencional el olvido y entre sus propósitos cruciales se encontraba la pretensión de no dejar nada, ni un solo rastro de lo que el nazismo consideró «el enemigo»: exterminar al pueblo hebreo y la totalidad de su cultura milenaria. En una primera instancia, se debía efectuar el exterminio físico y material bajo la representación fáctica de la cremación y pulverización incluso de los resabios de huesos que suelen quedar (convertir en polvo todo tipo de rastro físico). En una segunda instancia, y a la sombra de las nubes del humo crematorio, complementariamente se pretendió erradicar la significación del pueblo judío y su aporte cultural a la humanidad.

El nazismo se propuso radicalmente el proyecto de una humanidad que continuara su historia “como si” la historia del pueblo precedentemente enunciado no hubiera existido jamás. Semejante atrocidad, nos dirá Reyes, no tiene una única explicación sensata, pero sí deja bastantes lecciones en el camino: ese holocausto fue singular en su perversión, pero fue, al mismo tiempo, ejemplar en su significación. Fue la primera vez, al menos que se tenga registro, que se conformó una especie de “laboratorio del mal” en el que aparecen explicadas muchas conductas, mecanismos y respuestas que en otros genocidios aparecen entre intersticios, diluidos o implícitos.

Incluso desde un punto de vista estrictamente jurídico, se tuvo que crear la figura de “crímenes contra la humanidad” para darle nombre y entidad a esto que nos daba la sensación de no haber acontecido hasta ese momento. Darle nombre, categorizar una atrocidad, es una manera racional de tipificar de alguna manera el “proyecto de olvido” mediante una figura de la jurisprudencia, puesto que hasta ese momento en el derecho penal estudiaban los crímenes individualizados, personales, intransferibles o, en general, los crímenes de guerra. En este caso puntual, la atrocidad no está destinada a una persona, sino a un pueblo completo por parte de un Estado concreto.

En nuestro castellano al concepto de humanidad podemos entenderlo en su significancia desde dos puntos de vista: por un lado significa “especie humana”, y en ese sentido el genocidio judío fue un atentado a la integridad de la especie y por el otro significa también una adjetivación positiva del proceso civilizatorio fruto de “los logros” humanos en relación a conquistas de derechos en pos de la libertad y la dignidad. Todo ello parece haber muerto en Auschwitz y no fue en detrimento solamente de los judíos, sino de la humanidad toda, puesto que perdimos la capacidad de compasión, de memoria en un proceso que al lograr muchos de sus objetivos nos dejó moralmente empobrecidos a todos los mortales y sentó bases y precedentes que aún hoy laten en varias agendas geopolíticas.

El holocausto judío se trató de la manifestación explícita, estructurada, organizada, orquestada y ejecutada abiertamente de lo que Hannah Arendt denominó el mal radical

Para acercarnos un poco más al objeto del conocimiento que aquí planteamos, es preciso señalar que el holocausto judío se trató de la manifestación explícita, estructurada, organizada, orquestada y ejecutada abiertamente de lo que Hannah Arendt denominó el “mal radical”, cuya única motivación es eliminar de la faz de la tierra todo rasgo humano de los individuos a los que se quiere aniquilar mediante un régimen que anula la espontaneidad de los sujetos para convertirlos en su obrar en simples reactores ante estímulos.

Esa conversión es posible gracias a lo que Arendt llamó “banalidad del mal”, concepto que no fue abrazado amablemente en un comienzo porque al malinterpretarlo, se lo consideró una especie de justificación racional de los crímenes nazis. Para que el mal radical instaure su maquinaria, es preciso el funcional “mal banal”, puesto que el odio como motor no alcanza, no es suficiente para adquirir la cantidad suficientes de adeptos y partidarios. Con este concepto se evidenció que la frontera entre el ciudadano común y el criminal es extremadamente fina, pues de lo contrario ¿cómo se explica que uno de los pueblos más cultos de la historia europea sea capaz de sostener y ejecutar semejante barbarie? Sí, estimados amigos lectores, lo que Arendt nos está diciendo es que en tiempos convulsos la gente común se puede tornar en herramienta servil a un régimen totalitario que mientras deja muertos en el camino, la vida civil continúa “en normalidad”, como si nada estuviese ocurriendo. En nuestros días esto se hace patente desde el poder burocrático corporativo y sistematizado en el cual no circulan balazos, pero a veces la desatención y la demora de una firma en un papel, se lleva puestas varias vidas.

Lo que Arendt nos está diciendo es que en tiempos convulsos la gente común se puede tornar en herramienta servil a un régimen totalitario que mientras deja muertos en el camino, la vida civil continúa “en normalidad”, como si nada estuviese ocurriendo.

Justamente, es la proximidad entre “lo normal” y lo “criminal” que acabamos de describir y su permanente promoción por parte de campañas mediáticas, educativas, culturales, políticas y sociales que favorecen todo tipo de beneficio en pos del abandono voluntario del pensar crítico, es lo que Reyes Mate advierte al indicarnos el peligro que representa tornarnos en “una humanidad empobrecida”, perpetuada e instaurada sutilmente incluso posteriormente y por fuera de los límites del campo de concentración de Auschwitz ¿Se entiende, ahora, por qué es tan importante educar desde los parámetros del “deber de memoria”?

El nacimiento de la figura del “deber de memoria” no es una materia optativa en la escuela, sino que se trata de una exigencia de las víctimas, que al sobrevivir a los campos clamaron una solicitud a la humanidad que podría versar: “¡esto no se puede repetir!”. Educar en este marco implica sentar bases para la constitución de una especie de antídoto contra la barbarie, a saber, la memoria como herramienta de redención de los «vencidos» que nos interpela permanentemente a no repetir las calamidades cometidas por quienes supieron sostener prolongadamente el título de «los vencedores».

En ese sentido, la educación debe estar enfocada en una sociedad que no se construya sobre la vanagloria del victimario sobre sus víctimas, y por ello es crucial la filosofía, desde el punto de vista estrictamente deontológico, puesto que una educación sustentada en la revisión de los valores que llevaron a la barbarie es capaz de sustituir y crear contrapuntos en la praxis política. Un ejemplo de ello es poner en discusión en el ámbito educativo el valor que se le asigna al progreso como fuente inagotable que resuelve todo a cualquier precio. Tal vez, una educación íntegra apuntará a generar consciencia sobre el hecho de que las condiciones de vida que tenemos no deben sacrificar de modo alguno la dignidad de nadie ni de la naturaleza en general.

¿No sería fantástico poder educar a nuestros niños y jóvenes bajo la premisa crítica que revise si el progreso está al servicio de la humanidad o si la humanidad está subsumida a él?

Fuente de la información e imagen:    https://dialektika.org

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La era digital del amor

La metamorfosis de la intimidad en un mundo interconectado

Las aplicaciones de citas, que facilitan la iniciación y el reconocimiento del mercado amoroso, han transformado el panorama de las relaciones sexuales y afectivas. Tinder, Bumble y OkCupid han sido las principales catalizadoras de los nuevos modos de habitar y vivir la intimidad.

Matches, chats y desafíos

Un joven soltero se aventura a explorar el vasto paisaje de las aplicaciones de citas como Tinder y Bumble. Configura su perfil con cuidado y comienza a deslizar su dedo por la pantalla en busca de conexiones. Rápidamente obtiene varios matches y entabla conversaciones que, en su mayoría, se desvanecen en el aire virtual. Sin embargo, en algunos chats se despliega más afinidad y avanzan a plataformas más personales como Whatsapp o Instagram, lo que proporciona una mayor sensación de cercanía.

Con el tiempo, organiza citas en cafés y bares, donde comparten una cerveza o un vino y, en ocasiones, estas interacciones culminan en momentos íntimos. Sin embargo, a medida que pasan los meses, se enfrenta a la frustración de no encontrar conexiones significativas ante la multiplicidad de opciones y exigencias. A pesar de desinstalar las aplicaciones y de inscribirse en algunos cursos de idiomas y arte, se da cuenta de que tampoco es fácil conocer a alguien fuera de este entorno digital. Así que, una vez más, regresa a las aplicaciones en busca de nuevas posibilidades.

Este ciclo de experiencias refleja el panorama del amor en el siglo XXI, donde la construcción de relaciones significativas puede ser un desafío. Nos encontramos inmersos en un universo en el que las interacciones amorosas se entrelazan con la tecnología, transformando así la geometría del amor. Las aplicaciones de citas han creado una suerte de «juego de la silla» virtual, donde se compite por la atención de los perfiles más atractivos, y donde ni siquiera quienes no participan en estas plataformas pueden escapar del impacto que ellas generan en la sociedad.

Del «no sos vos, soy yo» al «no sos vos, es el algoritmo», pasamos de los paradigmas tradicionales del amor a nuevas formas afectivas moldeadas por la era digital. La centralidad del amor persiste, pero atravesada ahora por interacciones digitales que abarcan tanto la búsqueda de conexiones efímeras como la de un compañero o compañera de vida. En este nuevo paisaje del romance, las estrategias de cortejo se reconfiguran: de escribir cartas de amor, grabar casetes o CD y llamar a radios para dedicar canciones en el siglo XX, a compartir links de Spotify o YouTube a través de chats.

Origen y evolución de las aplicaciones de citas: de las cartas a los swipes

En el siglo XX, presenciamos rápidos avances en las formas de relacionarnos y amar: desde las cartas románticas y los avisos clasificados hasta las citas a ciegas orquestadas por familiares o casamenteras. Las agencias matrimoniales y los romances por correspondencia marcaron una transición hacia una era más conectada. Con la llegada de las redes sociales y las aplicaciones de citas, se abrió un nuevo capítulo en la historia del romance, transformando radicalmente nuestra forma de buscar y establecer relaciones.

El surgimiento de las aplicaciones de citas se remonta a la década de 1990, con la pionera Match.com (1995), que permitía crear perfiles en línea y buscar coincidencias basadas en criterios específicos. Sin embargo, fue con el avance de la tecnología móvil desde 2010 que las aplicaciones de citas se convirtieron en la norma, reemplazando rápidamente a los sitios web tradicionales. Nombres como Tinder, Bumble y OkCupid se volvieron familiares entre las generaciones jóvenes, ofreciendo una experiencia ágil centrada en la geolocalización.

Este cambio tecnológico ha simplificado y acelerado el proceso de conocer a potenciales parejas, poniéndolo al alcance de cualquiera con acceso a internet y un teléfono móvil. Las aplicaciones de citas ofrecen una interfaz fácil de usar, donde crear una cuenta es tan simple como conectarla a Facebook o proporcionar un número de teléfono. Como resultado, estas plataformas se han convertido en el principal medio para conocer personas, especialmente entre aquellos que tienen entre 20 y 40 años y viven en áreas urbanas.

Aunque inicialmente el sentido común indicaba que las aplicaciones de citas fomentarían el sexo casual, la realidad ha demostrado una diversidad de intenciones entre los usuarios. Las aplicaciones atienden tanto a quienes buscan encuentros sexuales como a aquellos que desean relaciones más comprometidas y significativas. Con la pandemia de covid-19 y las restricciones de distanciamiento social, las citas virtuales se volvieron cada vez más comunes ya que ofrecían una alternativa segura a los encuentros en persona.

Entre 2020 y 2023 me dediqué a observar y analizar miles de perfiles en aplicaciones de citas, así como a realizar decenas de entrevistas a usuarios de estas apps. A lo largo del texto cito algunos fragmentos anonimizados, aclarando si corresponde a una entrevista.

«La vida real me arruga la ropa. Carezco de aptitudes sociales, pero sé mucho de comics y videojuegos. Voy y vengo de Tinder, más en cuarentena». (Varón, 30 años)

«Desparasitada con vacunas al día. 1º regla en cuarentena: no enamorarse, todos están aburridos. Doy pocos likes, no busco nada y busco todo». (Mujer, 36 años)

Los fragmentos de biografías de los perfiles sugieren el uso intermitente de estas apps y la extendida ambivalencia de usos y deseos frente al horizonte afectivo. A medida que se reconfiguran las expectativas y prioridades en torno del romance, las aplicaciones de citas también han experimentado cambios. Se han revalorizado la conexión emocional y la compatibilidad a largo plazo por sobre los encuentros casuales, lo que ha llevado a una transformación en la percepción de estas plataformas como simples herramientas para el sexo y la diversión.

«¿Y mi medio limón? ¡Qué difícil! ¡Me aburre Tinder! ¡Con ganas de conocer a alguien q me haga borrar esta app!». (Varón, 34 años)

«Me interesa conocer un hombre leal e inteligente, serio y amoroso… soy independiente, soñadora, sensible, leal… solo personas serias. ¡Soltero y sin hijos no es una virtud!». (Mujer, 34 años)

Las aplicaciones alimentan el ego con la fantasía de personalización al ofrecer un servicio de curaduría mediante preguntas diversas, tales como: ¿le dirías te amo a alguien que nunca has visto en persona? ¿Estás a favor de tener sexo en la primera cita? ¿Estarías dispuesto a relocalizarte? ¿Qué tan importante es la religión en tu vida? ¿Le dirías te amo a alguien con quien tienes una relación a distancia y nunca has visto en persona? ¿Usarías juguetes sexuales? En este nuevo panorama del amor digital, las aplicaciones de mayor crecimiento son aquellas que prometen una experiencia personalizada, donde la racionalización amorosa se mezcla con la intuición e imaginación sexoafectiva en la búsqueda de compatibilidad total.

Navegando entre relaciones líquidas y las comunidades de afecto

En tanto cada vez más relaciones empiezan y terminan en internet, conocerse «en persona» se ha convertido casi en un acto de distinción para la imaginación romántica. En la actualidad, es difícil encontrar a alguien que no haya tenido algún tipo de experiencia en aplicaciones de citas, incluso si esa experiencia se limita al rechazo.

«Me da vergüenza estar acá. Odio las apps: la idea era conocer a alguien en el subte, en un bar o la verdulería, pero eso solo pasa en las películas». (Mujer, 37 años)

«Estuve en pareja 15 años y me separé hace dos. Tuve mi momento eufórico de 5 citas por semana. Ahora quiero pareja y me cuesta encontrar alguien que llene todos los casilleros. Tal vez sea demasiado exigente». (Varón, 43 años, entrevista)

«Escéptica. Mi algoritmo me odia. Si nos enganchamos decimos que nos conocimos en la farmacia comprando el último alcohol en gel antes del apocalipsis». (Mujer, 35 años)

A pesar de su popularidad, las aplicaciones de citas presentan múltiples tensiones, como las sensaciones contradictorias en quienes se separan: el deseo de usarlas junto al temor a cruzarse con ex parejas o conocidos. O como el ghosting, donde las personas cortan abruptamente la comunicación sin previo aviso, lo que puede causar frustración y angustia. Este efecto colateral de las «relaciones líquidas» –tal como las denomina Zygmunt Bauman– no solo atañe a los afectos, sino también a la información, la comunicación, el entretenimiento, el mercado laboral y el financiero. Pero la analogía con la desustancialización del capitalismo en el que vivimos es incompleta porque la singularidad del afecto nunca entra de forma plena en ningún tipo de determinación socioeconómica.

En las aplicaciones de citas a veces se forma una comunidad de servicios ligada al afecto que forma redes de asistencia mutua y recomendaciones por fuera del círculo de contactos. Se trata de una manera de romper habitus y comunidades cerradas al generar cruces que no se dan en un bar ni suceden del mismo modo en una red social.

«Dos matches saben que busco departamento y me ayudan. A una le recomiendo bibliografía. Se arman redes impensadas en estas páginas amarillas con proyección de coger. Hay ventas y permute. Quedar atento al asunto del otro y proponer recursos o soluciones funciona como estrategia de enganche. En cuarentena vi mil intercambios de ‘el mejor bolsón de verdura’, ‘el mejor queso precio-calidad’, ‘cómo sanitizar’. Cierta transferencia que no se consigue leyendo información». (Varón, 38 años, entrevista)

Este extracto da en el corazón de una práctica contemporánea: forjar relaciones que trasciendan los vínculos clásicos (amistades, noviazgos, matrimonios). En un siglo permeado por subjetividades lábiles, la potencialidad de estos vínculos torsiona las nociones de liviandad y profundidad con que suelen abordarse las interacciones. No se trata de romantizar los conflictos que traen, sino de poner de relieve las apropiaciones y desvíos que suscitan, como cimentar comunidades de afecto a veces fragmentarias, parciales o epidérmicas, que no necesitan responder a la clásica pregunta «qué somos».

Archipiélagos de la amistad

Mi tierra, mi sangre (Cuba); mi tinta, parcero, parche, manito (Colombia); pana, valedor (Venezuela); llave (Ecuador); pata (Bolivia); yunta (Chile); hermano, cumpa, rancho (Argentina), causa, compadre (Perú); alero (Honduras); carnal, cuate –que en meocatl significa gemelo– (México). Las diversas expresiones latinoamericanas que definen la amistad resaltan su importancia en el tejido social. Pero ¿hasta qué punto la amistad, tradicionalmente vital en las sociedades modernas para consolidar la identidad en la juventud más allá de la familia de origen, expande su influencia y se afirma como el vínculo afectivo predominante del siglo XXI?

«Aburrido de depender de la virtualidad para conocer personas. Me gustaría viajar al pasado para ver cómo era encarar una conversación con alguien random. No busco nada en especial, solo conocer gente y ver qué pinta. Si es una hermosa amistad mejor». (Varón, 35 años)

«Busco abrirme a nuevas experiencias. No soy celosa, tengo muchos amigos, que son lo que más me importan. El resto va y viene». (Mujer, 34 años)

Los lazos de amistad amplían sus bordes tradicionales, abarcando no solo relaciones fraternales entre pares sino también conexiones en ámbitos románticos, familiares, comerciales y comunitarios. Con el declive de las relaciones de pareja como eje central y fundamental, la amistad emerge como el pilar que sostiene y acompaña cada vez más trayectorias de vida. Mientras que en el pasado los mapas sociales solían estructurarse en torno de la «isla-familia» como célula básica de la sociedad, en la actualidad coexisten con la nueva geografía afectiva de los «archipiélagos de la amistad»: conjuntos de islas individuales que mantienen vínculos electivos a través de redes sociales, grupos de mensajería instantánea y aplicaciones de citas.

«No busco nadie que me complete, estoy entera. Buena vida es muchos viajes y grandes amigos. Tengo 2 mejores amigos que son como mis hermanos y no estoy dispuesta a escuchar que la amistad entre géneros no existe». (Mujer, 37 años)

«Prefiero los animales a las personas. Seamos amigos». (Varón, 34 años)

El ideario romántico tradicional de que la pareja debe ser el vínculo más importante es puesto en cuestión por las nuevas generaciones, los feminismos, el movimiento LGBTIQ y las redes sociales que dominan gran parte del tráfico de internet, donde las amistades en sentido amplio son los vínculos centrales. En una era post-romance que reivindica la amistad como vínculo menos institucionalizado, burocrático, posesivo y transaccional que la pareja, las redes y las apps tensionan la exclusividad amorosa con la reticularidad de las prácticas afectivas. Si la metamorfosis social se expresa en una crisis de pareja y en nuevas gestiones colectivas de los afectos, ¿esa mutación va a cambiar la forma de gestionar hogares, trabajos, familias, gobiernos, vacaciones, o es solo una nueva moratoria social ante las precariedades del capitalismo contemporáneo?

La gramática del pornosoft y el sexting

«¿Por qué limitarse a mirar porno cuando puedes participar?», plantea una publicidad de Pornhub, la plataforma líder en streaming de contenido para adultos antes de cada video. Este enfoque de autogestión del placer se manifiesta de diversas maneras en la sociedad contemporánea, desde el sexting y la participación en foros hasta la búsqueda de tutoriales sobre sexualidad y la creación de selfies seductoras en redes sociales o aplicaciones de citas. Además, los subgéneros del porno amateur y el pornosoft buscan suavizar y humanizar la crudeza del hardcore para llegar a un público más amplio, influyendo así en las estéticas que predominan en las redes sociales y las aplicaciones de citas.

La creciente alfabetización y socialización no solo de porno sino también de feminismos eleva las expectativas en torno del ámbito afectivo y sexual al valorar lo que Eva Illouz denomina «derechos hedónicos»: el mandato sociocultural de buscar placer y pasión para alcanzar una vida plena. Pero esta búsqueda no se limita al disfrute en sí, sino que aspira a emular las performances estilizadas del streaming y de las redes, lo que a menudo termina convirtiendo al match en calabaza. La expectativa de replicar los comportamientos aprendidos, tanto en el porno como en los feminismos, influye desde las primeras interacciones en línea hasta las citas y los intercambios de placer.

La popularización del porno no se limita solo a la producción de contenido, sino que también se extiende a las «burbujas»: prácticas intersticiales influenciadas por la tecnología que forman parte de la excitación anticipada. No se trata simplemente de exhibicionismo deliberado en fotos, sino más bien de una cultura de lo sugerente, como si el entorno siempre estuviera cargado de connotaciones sexuales. Incluso actividades cotidianas como cocinar, revisar el pronóstico del clima, leer o tomar vacaciones pueden activar la imaginación sexual a través de poses aparentemente desenfadadas.

Tras matchear, el chat y las citas suelen generar distintas tensiones de género. Ante la tendencia a la pronta sexualización «masculina» y al deseo de personalización «femenina», innovar a veces tampoco funciona: si ellas son las primeras en sexualizar la charla, a ellos puede resultarles incómodamente «masculino»; si ellos personalizan el vínculo, a ellas puede resultarles demasiado «femenino» o apurado.

«A veces digo ‘ya está, garchemos’, pero les incomoda y se ponen histéricos, dan vueltas. Ven ‘masculino’ que les proponga coger». (Mujer, 29 años, entrevista)

«Difícil saber qué quieren. Que uno sea más clásico, ‘macho’ o sensible. Ni frío ni demasiado sensible. Que la mina me avance me encanta, pero me pone nervioso. No lo digo de machirulo, no estoy acostumbrado». (Varón, 28 años, entrevista)

En definitiva, la expansión del imaginario porno en detrimento del romántico influye en la búsqueda de relaciones y afecta las dinámicas interpersonales. En el pasado, el cortejo, el encuentro y el acto sexual solían seguir una secuencia clara y lineal. En el siglo XXI, esta secuencia suele aparecer superpuesta o rota, al compartir mensajes íntimos, como preferencias sexuales, incluso antes de establecer una conversación de otro tipo, casual o profunda.

La nueva geografía del romance

Hasta hace poco más de una década, el acto de swipear –dar «me gusta» al deslizar el dedo sobre la pantalla a la derecha, o descartar al pasar al siguiente perfil deslizando el dedo a la izquierda– era inconcebible. En un mundo saturado de opciones, se expande la idea de que al segmentar por preferencias –relación buscada, nivel socioeconómico, estilo sexual–, la elección será más satisfactoria. En un contexto en el que, como señalan Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim en su libro Amor a distancia, cada vez más personas viven, trabajan, aman y sueñan en clave cosmopolita, las aplicaciones de citas permiten una búsqueda discreta, ubicua y anónima que dinamiza la esfera afectiva. No obstante, a pesar de desanclar la búsqueda del entorno social y presencial, aún persisten expectativas diferenciadas según el sector social –consumos, ingresos, nivel educativo, área de residencia– y el género –comunicación, iniciativa, ideología, performance–.

Las aplicaciones de citas articulan una respuesta ante la prolongación de la soltería y la apertura a diversas propuestas, cruces y relaciones. Aunque promueven tensiones y conflictos, como el ghosting, el burnout cognitivo-afectivo, el imaginario de abundancia de candidatos y la proliferación de perfiles falsos, añejos o distantes, es probable que sigan desempeñando un papel importante en la forma de relacionarnos. Estas herramientas actúan como facilitadoras tanto en la iniciación como en el reconocimiento del mercado amoroso, creando una red voyeurista de erotismo sutil, proporcionando formas relativamente legítimas de gestionar experiencias y ofrecer formas de acompañamiento. Combinando racionalidad técnica con la descentralización de prácticas antes arraigadas en bares, fiestas y discotecas, funcionan como el GPS afectivo de cada vez más personas, aunque ninguna indique un único camino para llegar.

Fuente de la información e imagen:  https://nuso.org

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Lectura, escritura y libertad

Por: Silvia Valle Tépatl

Con la escritura inicia la historia, pues la representación de los sucesos dio lugar a conservar vestigios de los hechos. Quedaron registrados el lugar, el tiempo, las acciones, la emoción que acompaña el sentimiento humano, porque la escritura como representación de nuestro pensamiento también recoge la emoción de quien dice algo de manera escrita. En la producción académica en torno a cómo las niñas y los niños aprenden y se apropian de la lengua escrita, destacan las de Lev Vigotsky (1885-1934), con la teoría sociocultural, y la de Jean Piaget (1896-1981), quien inspiró a Emilia Ferreiro a desarrollar su propuesta sobre la psicogénesis de la lengua escrita (1983).

Las nuevas propuestas pedagógicas que estos desarrollos teóricos han generado sobre el aprendizaje de la lectura y la escritura no han sido suficientes, pues al paso del tiempo su apropiación sigue siendo una tarea compleja. ¿Cuántos no recordamos el pánico de la hoja en blanco? Pensar qué, para qué o para quién escribir; imaginar el tipo de mensaje que emitiremos de manera gráfica y entendible para quien lo lea, son tareas que en muchas ocasiones se tornan complicadas.

Sea por el tipo de escuela o por las formas de enseñar y aprender en las aulas, constantemente se ven a la lectura y escritura separadas del contexto y de la realidad de quien aprende, pasando por alto que tienen que ver con lo que pensamos, con lo que sentimos, con lo que sabemos, con nuestra experiencia de vida y con lo que observamos en un tiempo y en un espacio determinados; en síntesis, tienen que ver con lo que somos. Para escribir y leer recurrimos a la parte cognitiva, pero también evocamos lo social, lo que hay a nuestro alrededor en nuestra cultura y ambiente: familia, amistades, compañeras y compañeros de escuela, comunidad y lugar donde vivimos.

Cuando hablamos de lectura y de escritura nuestro pensamiento nos remite a la escuela; sin embargo, el desarrollo de ambas habilidades rebasa sus fronteras, porque las encontramos, entre otros sitios, en la casa, los comercios, en los empaques de los productos que con- sumimos, en los nombres de las calles, en los anuncios, y en nuestros teléfonos celulares. No obstante, la escuela es un espacio privilegiado para propiciar el gusto y apreciar el placer por la lectura y la escritura.

Esta concepción es considerada por la Nueva Escuela Mexicana en el currículo actual, pues además de demandar la participación activa y comprometida de estudiantes, docentes, familias y autoridades educativas para que niñas, niños y adolescentes desarrollen su autonomía, su pensamiento crítico, y vivan en armonía con la naturaleza, propone como estrategia didáctica el trabajo por proyectos y un eje articulador –Apropiación de las culturas a través de la lectura y la escritura– que promueve una alternativa viable para darle a la lengua escrita su papel central.

Propiciar que niñas y niños lean y escriban, ayudar a mejorar los textos de las y los jóvenes, es procurar una sociedad más justa y libre, formar ciudadanas y ciudadanos críticos y transformadores de su realidad.

Editorial publicado en Boletín ‘Educación en Movimiento’ del mes de abril de 2024 de Mejoredu.

Fuente de la información:  https://revistaaula.com

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México – Graciela Amador: Escritora revolucionaria, educadora informal

Graciela Amador: Escritora revolucionaria, educadora informal

 

Celia del Palacio*

El nombre de Graciela Amador (o Gachita, como la conocieron sus más cercanos) comienza a surgir de entre las sombras del olvido. Poco a poco sus hechos van recuperándose y van desligándose de quien fue su marido, el pintor David Alfaro Siqueiros, brillando por méritos propios y ganándose un lugar en la historia de las mujeres en México.

Graciela nació en Villa de Cos, Zacatecas, el 5 de abril de 1891, hija de Josefa Sandoval y de Elías Amador, reconocido historiador zacatecano, liberal acérrimo y protestante. En su faceta académica, se le conoce por haber escrito el Bosquejo Histórico de Zacatecas, entre otras obras, mientras que, como militar, se sabe que formó parte de las fuerzas armadas del general Jesús González Ortega, llegando a obtener el grado de coronel. Fue encargado del periódico oficial y director del Departamento de Publicaciones del Museo Nacional, además de haber organizado la Biblioteca de Zacatecas y ser cofundador de la Academia Mexicana de la Historia. También fue presidente Municipal de Villa de Cos en 1880.

La numerosa familia de don Elías sufrió privaciones cuando se modificaron las condiciones políticas, y él, con su esposa Josefa, dos de los tres hijos de su primer matrimonio y 14 de los 22 del segundo (al menos se conocen seis de ellos) se mudaron primero a Aguascalientes y después, en 1917, a la ciudad de México. La joven Graciela estudió composición musical con las hermanas de Manuel M. Ponce, y con el mismo compositor cuando era aún muy niña, en Aguascalientes. En 1914 acompañó a sus hermanos varones, todos revolucionarios, en los trenes carrancistas, llegando hasta Veracruz. Esto la marcaría el resto de su vida: sus relatos de pasajeros en los trenes son de los más entrañables.

En la capital del país, la familia adoptó a quien sería el conocido periodista Jorge Piñó y Graciela lo cuidó como si fuera su hermano pequeño; a lo largo de su vida, el niño sería un acompañante fundamental para ella. Particularmente cuando su padre enfermó y posteriormente murió, en el mismo año 1917, dejando a la muchacha sumamente deprimida.

Aún presa de una severa depresión, Graciela conoció a David Alfaro Siqueiros, amigo de su hermano Octavio. Ambos eran oficiales carrancistas, formaban parte del Estado Mayor de Manuel M. Diéguez y habían estado juntos en muchas batallas.

Graciela era entonces una mujer de 27 años, deprimida por la muerte de su padre, culta, refinada, que creyó en los requiebros de quien en aquel entonces se llamaba José David, Pepe Alfaro o Alfarito. La familia de Graciela no estuvo de acuerdo con el romance, menos aún Octavio, quien conocía a Alfaro muy cercanamente. A pesar de la voluntad de su madre y de su hermano, Graciela se casó con Alfaro el 5 de agosto de 1918, 8 meses después de haberlo visto por primera vez.

No fue un matrimonio feliz, aunque la enamorada Graciela así quisiera creerlo: los celos irracionales y la vigilancia continua de Siqueiros fueron un factor muy importante de su infelicidad. De cualquier modo, los años y las experiencias que Gachita pasó con Siqueiros serían determinantes en su vida y no hay modo de desligarla de él. En esa época inició su carrera de escritora, publicando un relato en Revista de Revistas, por el cual ganó un premio de 50 pesos.

En 1919, Alfaro consiguió un cargo diplomático en Europa gracias a sus antiguas relaciones con el gobierno carrancista. La pareja vivió en Barcelona y después en París, donde se relacionaron cercanamente con Diego Rivera y su entonces pareja, Angelina, además de establecer relaciones con otros pintores y pensadores comunistas y anarquistas. En París, tanto Alfaro como Graciela, visitaron museos y se nutrieron de nuevas ideas. Mientras Alfaro se dedicaba a la pintura y a la política, Graciela adquirió conocimientos de nuevos ritmos musicales.

En 1921, la pareja regresó a México, porque Vasconcelos, ministro de Educación, había mandado llamar a los pintores y les había ofrecido muchos muros para pintar. Desde entonces no habrían de dejar la compañía de Diego Rivera, Amado Cueva, Clemente Orozco, Xavier Guerrero, Jean Charlot y otros. Para entonces, el pequeño Jorge Piñó vivía ya con ellos y era un ayudante de primer nivel de Alfaro.

Un año más tarde, en diciembre de 1922, ese grupo de pintores fundó el Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios. Y su órgano de difusión fue la revista El Machete. A partir de entonces, Graciela tomó más relevancia. Ella inventó el lema de la revista: “El Machete sirve para cortar la caña, para abrir las veredas en los bosques umbríos, decapitar culebras, tronchar toda cizaña y humillar la soberbia de los ricos impíos”. Ella también realizó funciones secretariales y de administración de la revista y escribió numerosos artículos, cuentos y corridos que no firmaba con su nombre, sino solo D y G. En 1925, la publicación sería el órgano del Partido Comunista, al que Graciela también se afilió.

Ese mismo año, Graciela y David se trasladaron a Guadalajara, donde disfrutó de una mayor libertad y ambos realizaron activismo sindical en las minas de Hostotipaquillo. Graciela tenía a su cargo la educación política de las trabajadoras de las minas, las invitaba a hacer militancia comunista y a que convencieran a sus maridos para encabezar la vanguardia de la lucha a favor del proletariado. Para ello, Graciela formó centros revolucionarios de mujeres, quería hacer de ellas las mensajeras de la revolución social. El compañero fiel de Gachita fue Jorge Piñó, quien fundó la asociación de los Pioneros Rojos, para afiliar a los niños y adolescentes.

En medio de este movimiento revolucionario, en el que David, Graciela y Jorgito estaban involucrados fundando sindicatos y hasta una Federación Minera de Jalisco, se fundaron también periódicos adictos a la causa: El Martillo y El 130, ambos anticlericales rabiosos en plena Cristiada. En ellos, Graciela publicaría cuentos y corridos. La mayor parte de esa producción no está compilada adecuadamente. Sus relatos versan sobre personajes del pueblo que abordan los trenes y personifican las tragedias de la pobreza y el desamparo.

En 1928, Graciela y David viajaron a Moscú como delegados de la Confederación Obrera de Jalisco. Ella llevaba la representación de las agrupaciones femeninas jaliscienses y, en ese papel, dialogó con Clara Zetkin, lideresa comunista internacionalista y feminista. Su experiencia la explicó en un relato: “En la Rusia Soviet. La Casa del Obrero”. Ahí quiso ejemplificar cuáles eran las nuevas condiciones del pueblo ruso, después de la revolución. No solo escribió ese relato teatralizado: como parte de su experiencia, escribió más de 25 textos: relatos, teatro, dramas “socialistas”. Graciela hizo un largo recorrido por la entonces Unión Soviética y por las Casas para el Cuidado de la Infancia. Quiso hacer lo mismo en México para proteger a los hijos de activistas perseguidos.

Hemeroteca Miguel Lerdo de Tejada, SHCP

Poco después de su regreso al país, Graciela rompió con Siqueiros, quien había establecido una relación con Blanca Luz Brum, poeta y activista a quien el pintor conoció en un congreso en Montevideo. La separación fue muy dolorosa para Graciela, quien además, había abandonado su militancia comunista, a raíz de los conflictos internos del partido y el asesinato de José Antonio Mella. Graciela inició a partir de entonces, labores de rescate de la música popular mexicana.

En 1930, Gachita se unió a otros artistas y fundaron una compañía de teatro guiñol, financiada por el gobierno de Lázaro Cárdenas. Creía en la función pedagógica del teatro de títeres, tanto que, para 1934, encabezó su propio grupo teatral que realizaba giras por diversos lugares del país e, incluso, California. En 1950, esas obras fueron de las pioneras en transmitirse por televisión.

Graciela Amador es una mujer aún poco conocida y su labor pedagógica a favor de las infancias trabajadoras, a través de educación informal con canciones y obras de teatro guiñol, ha sido apenas explorada. Varias investigadoras se han dado a esa tarea y su archivo actualmente se encuentra en proceso de clasificación en El Colegio de Michoacán.

https://www.muxed.mx/blog/graciela-amador

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Celia del Palacio * Pluma invitada. Escritora y académica, S.N.I. nivel 3. Actualmente adscrita al departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara. Coordinadora del Observatorio de Libertad de Expresión de la Universidad de Guadalajara. Doctora en historia, autora de varios libros académicos de historia de la prensa, periodismo y violencia en México e historia cultural. Autora de cinco novelas históricas y un libro de relatos sobre la participación de las mujeres en la historia de México. X: @celiadelp

Referencias
Alfaro Siqueiros, David. Me llamaban El Coronelazo. Ed. Grijalbo. México. 1986.
Amador, Graciela. “Mi vida con Siqueiros”. Revista Hoy. 1ª parte febrero de 1948, número 575, pp. 70-71 y 114. 2ª parte, marzo 1948, número 576, pp. 48-49 y 82. 3ª parte, marzo de 1948, número 577, Y 4ª y última parte, marzo de 1948, número 578.
Cuevas Tazzer, María de Lourdes. Por una sociedad más justa. Mujeres comunistas en México, 1919-1935. UAM-Iztapalapa, 2020.
Oikon, Verónica. “Desde las sombras. El Talento artístico y la militancia comunista de Graciela Amador”. Revista La Cuerda. https://lacuerda.gt/2020/07/28/desde-las-sombras-el-talento-artistico-y-la-militancia-comunista-de-graciela-amador/
Piñó, Jorge. 20 de febrero de 1953. “Mural de la Memoria. Carta a Baltasar Dromundo”. Revista de la Universidad. Pp- 31-42 https://www.revistadelauniversidad.mx/download/0a52657f-9791-48fd-a523-2401308fd9a5?filename=mural-de-la-memoria

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/graciela-amador-escritora-revolucionaria-educadora-informal/

 

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Las tareas pendientes con la educación comprometen el futuro de Brasil

Por: Fernando de la Cuadra

La crisis de la educación en Brasil, no es una crisis, es un proyecto./ Darcy Ribeiro

La educación en Brasil está pasando por una etapa de estagnación, sin que las nuevas autoridades asuman responsablemente dar un giro con respecto a la situación heredada de los dos gobiernos anteriores, de Michel Temer y Jair Bolsonaro. Como nos advierte Darcy Ribeiro, parece que históricamente la función de la educación en Brasil ha sido la de profundizar las diferencias entre una elite culta, letrada y hasta erudita y una gran masa de analfabetos destinados a cumplir el papel de fuerza de trabajo barata y dócil.

Los avances realizados en el campo pedagógico –como los realizados por Paulo Freire a comienzos de los años sesenta– siempre tuvieron que enfrentarse con la férrea oposición de quienes rechazaban los avances civilizatorios que la educación podría representar para el país, alfabetizando y dando carta de ciudadanía a los grupos más pobres y excluidos de la población.La educación pública sigue hundiéndose en Brasil y aumentan los jóvenes que no estudian ni trabajan | Radio Natagalá

En ese sentido, Paulo Freire era considerado un subversivo, pues su discurso lúcido y movilizador estaba impregnado de un espíritu libertario y democrático. Así, como apuntaba acertadamente en una de sus memorables páginas de La educación como práctica de la libertad: “La salud para esta extraña democracia es el silencio del pueblo, su quietud. Es la sociedad cerrada, es la inmovilidad. De ahí que los defensores de este tipo de democracia postulen la necesidad de preservar al pueblo de lo que llaman ‘ideas exóticas’, en último análisis: todo lo que pueda contribuir a la presencia activa del pueblo en su proceso histórico”.

De esta manera, el proyecto de llevar adelante el método freiriano de educación de adultos (1), fue dramáticamente interrumpido por el golpe de Estado civil-militar-empresarial de 1964 y desde entonces el camino hacia la universalización de la educación en Brasil ha sido largo, tortuoso y descontinuado. Uno de los infaustos legados que dejó la dictadura fue la de concebir que una educación pública, gratuita, universal y de calidad es un proyecto grandioso para el cual el Estado no tiene condiciones de financiamiento.

Educación de Jóvenes y adultos en Brasil, nuevas oportunidades - Vida PositivaIndependiente de la capacidad de gestión de ciertos gobiernos por llevar adelante un plan que asegure una educación como un derecho fundamental para toda la población, lo que sugiere la experiencia brasileña es que, en la disputa entre un proyecto de sociedad más inclusivo, participativo y pluralista contra otro más elitista, excluyente y estratificado, esta última visión ha salido victoriosa hasta el momento. A la estructura de resabios coloniales en que funciona el país habría que sumarle un Congreso reaccionario que pone innumerables obstáculos a cualquier medida orientada a mejorar la calidad de vida de los sectores más carentes.

El gobierno Lula les prometió a los brasileños un periodo de bienestar y prosperidad, pero a las ilusiones y expectativas de los primeros meses le han seguido las indicaciones de que el Ejecutivo se encuentra más preocupado con la austeridad fiscal que con mejorar las condiciones concretas de vida de la mayoría de la población. Quienes se sienten desilusionados con los escuálidos avances de un gobierno que se autoproclamaba popular, pueden ser confundidos y cooptados por las falsas promesas del bolsonarismo y la extrema derecha.

La disminución del presupuesto para salud y educación contrasta con los fondos destinados para la compra de armamentos y suministros para las Fuerzas Armadas (2). Por su parte, los salarios de los profesores -en todos los niveles del sistema educacional- difieren escandalosamente con las exorbitantes remuneraciones que reciben los oficiales de las tres ramas y con los sueldos recibidos por miembros de poder judicial.Brasil tiene nueva ley de cuotas universitarias - La Patriada Web

Un profesor universitario en la cúspide de su carrera y con dedicación exclusiva, recibe en media, tres veces menos que un teniente coronel del ejército o un juez federal, sin considerar los beneficios y ayudas suplementarias que aumentan aún más los ingresos de estas categorías.

Por eso mismo, profesores y servidores de universidades federales, centro de educación tecnológica e institutos federales se encuentran en este momento en huelga a través de todo el país, teniendo el aumento salarial como principal reivindicación. Ellos solicitan un reajuste del 22 por ciento dividido en tres años, con inicio en mayo de 2024.

Dicha reposición salarial cubriría apenas las perdidas inflacionarias acumuladas por los dos gobiernos anteriores. Diferentemente, el gobierno sólo ofrece un 9 por ciento dividido en 2 años y a partir del 2025. Este movimiento también ha recibido la solidaridad de técnicos administrativos y estudiantes, que reivindican conjuntamente la construcción de una universidad pública gratuita, de calidad y valorizada.

El Sindicado Nacional de Docentes de las Instituciones de Enseñanza Superior (ANDES) sostiene que además de la recomposición salarial, existe una necesidad urgente de reestructurar la carrera docente, junto con mejorar las condiciones de trabajo y la dignidad de los profesores. Asimismo, demandan la realización de un importante volumen de inversiones públicas en las instituciones federales de educación, visto el alto grado de deterioro y abandono de la infraestructura y de los servicios resultante de la nefasta administración de los gobiernos precedentes.

Brasil. El modelo de educación superior en disputa - Resumen LatinoamericanoDe hecho, la situación de la educación superior en Brasil se ha resentido enormemente en los últimos 8 años, desde que fue destituida a través de un golpe blanco la ex Presidenta Dilma Rousseff. Pero no solamente la educación superior sufre los rigores de los recortes presupuestarios iniciados en el gobierno Temer con las medidas del llamado “techo de gastos”.

El país ocupa actualmente un preocupante lugar en el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA (3)). En matemáticas y ciencias menos de la mitad de los estudiantes de 15 años consiguió alcanzar un nivel mínimo de aprendizaje, siendo que Brasil ocupó la 65° y la 61° posición en esas materias, respectivamente. Específicamente, en matemáticas, un 73 por ciento de los estudiantes no alcanzaron el nivel básico considerado por la OCDE para garantizar que los jóvenes puedan ejercer plenamente su ciudadanía.

Ello se expresa concretamente en que 7 de cada 10 de estos jóvenes con 15 años no saben resolver problemas básicos como convertir el valor de dos dólares para su equivalente en moneda nacional (Real) o calcular el porcentaje de ingredientes necesarios para preparar una comida.

Según los datos del Instituto Todos por la Educación, el analfabetismo funcional de personas entre los 15 y los 64 Geo - Conceição : ALFABETISMO FUNCIONALaños es de aproximadamente un treinta por ciento, donde un tercio de los alumnos que llegan al quito año de escolaridad apenas consiguen leer y un veinte por ciento de los jóvenes que concluyen la enseñanza fundamental (hasta noveno año) no dominan el uso de la lectura y la escritura.

La situación del Magisterio es deplorable, pues junto con toda la carga horaria extenuante, los profesores reciben salarios que les imposibilitan llevar una vida digna y muchos de ellos deben buscar otras fuentes de renta fuera de sus actividades docentes.

En suma, una situación catastrófica que el actual gobierno no ha tenido la voluntad de alterar, inventando excusas y refugiándose en el argumento de que el país no puede invertir más en políticas sociales debido a sus compromisos con la responsabilidad fiscal y el ajuste presupuestario. Queda por lo tanto el triste recuerdo del gobierno de João Paulo Freire: MÉTODO FREIRIANO DE ALFABETIZACIÓNGoulart que, con mucho menos presupuesto se lanzó decididamente a terminar con el analfabetismo y de mejorar sustantivamente la calidad de educación brasileña, con Paulo Freire liderando ese proceso.

Si los tecnócratas de plantón no recapacitan y no recuperan el legado pedagógico y transformador del patrono de la educación brasileña, este país condenará a las futuras generaciones a seguir siendo explotadas y despreciadas por las elites cavernarias y, en esa medida, se condenará a sí mismo.

Notas:

1.-Con este método Paulo Freire lograba alfabetizar a personas adultas en solamente 45 días, como quedó demostrado en algunas experiencias realizadas por Freire a comienzos de la década del sesenta en Pernambuco y Rio Grande do Norte, para luego ser replicadas a nivel nacional durante el gobierno de João Goulart, en el marco del Plan Nacional de Alfabetización iniciado en enero de 1964.

2.-  Solamente en el caso de la Marina, el gobierno está invirtiendo 100 millones de euros en cuatro submarinos convencionales (propulsión diésel-eléctrica) y otros 100 millones de euros en un submarino nuclear.

3.-Pisa es el principal examen internacional en educación que mide cada tres años el desempeño de estudiantes entre 15 y 16 años de edad (final del ciclo básico). Se realiza por medio de un test computarizado que dura dos horas en la cual se mide el desempeño en lectura, matemáticas y ciencia. El último Pisa (2022) fue realizado en 81 países, entre miembros y socios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

* Doctor en Ciencias Sociales. Editor del Blog Socialismo y Democracia. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Fuente de la información e imagen:  https://estrategia.la

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En camino al infierno climático

Por: Silvana Melo

Las ciudades no soportan las inundaciones ni las sequías ni las altas temperaturas. “Ni se van a bancar el granizo cuando pegue cada vez más fuerte”, dice Walter Pengue. Estamos a un paso “del infierno climático”. Para un niño nacido en 2020, “el impacto va a ser brutal en su vida adulta”. Mientras tanto las tormentas arrasan. El dengue avanza. Y la vida, en alerta roja.

Un verano –el pasado- con nueve olas de calor y una sequía arrasadora; el verano siguiente –éste- ahogado de lluvias y, en su final, rabioso de tormentas e inundaciones repetidas cada diez días en el mismo territorio. Walter Pengue, doctor en Agroecología, Sociología y Desarrollo Rural Sostenible, habla con APe del “camino directo del infierno climático”. Proyectos inmobiliarios alzados con la ceguera de la rentabilidad que frenan las aguas e inundan ciudades antes impensadas, suelos agotados que ya no absorben una gota, un modelo de producción agroindustrial que genera sequías por las que luego deben crearse trigos con modificaciones genéticas que las resistan.

En medio de este panorama, todo tiembla, todo trastabilla. Generaciones y distribuciones eléctricas sin mantenimiento que explotan ante el primer calor o la primera tormenta. Nula exploración en energías alternativas. Enfermedades tropicales que se extienden al sur porque el sur ya no se comporta como tal y abunda en veranos tórridos e inviernos templados. Fenómenos inusuales para los que los cuerpos no están preparados y las infraestructuras tampoco. Esta nota se escribe con alerta roja de tormentas en el AMBA y la epidemia de dengue en su punto máximo. Un escenario distópico y antrópico que está amenazando con quebrar el futuro como a una copa de cristal.

Walter Pengue, autor principal de los documentos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC de Naciones Unidas) habla de “aceleración, intensidad y recurrencia”. Es decir, aquellos cambios que hasta hace unos años eran una fantasía de un grupo de científicos para dentro de medio siglo, ahora se sienten de un año a otro. Transforman de a retazos una vida. “El documento de Naciones Unidas 2022-23, que terminamos el año pasado, fue el que puso en alarma lo que antes era una advertencia y es que estamos yendo hacia el infierno climático”.

Saliendo del campo, cuando en la ruta lo sorprendieron cien milímetros en media hora, el docente universitario pensaba que “quince años atrás, cuando les decíamos a los chacareros ustedes van a dejar de ser agricultores para ser pescadores, no me creían; ahora ya son varios los que se volvieron pescadores”. Y es un escenario, dice, “para el que la Argentina no está preparada, tanto a nivel del campo, de la producción, de la naturaleza, como de las ciudades”; porque “que caigan cien milímetros de un saque, antes pasaba cada diez años y ahora cada diez meses”.

Sin embargo, la producción intensiva para exportar commodities y generar divisas, el uso indiscriminado de agroquímicos y la tala sin freno para ampliar la frontera agropecuaria ha transformado el paisaje de la región, además de las temperaturas y los ciclos de las lluvias. Los 62º de térmica en el marzo de Río de Janeiro –al borde de lo que la vida puede soportar- convive en armonía con el desmonte del Amazonas.

“Lo que estamos enfrentando es un escenario de cambio climático y de cambio ambiental global. El primero antes aparentaba ser una advertencia, pero ahora está claro que las cosas están yendo muy mal –sostiene Pengue- y se necesitaría un viraje importante, muy drástico en las pautas de producción y consumo en nivel global y regional”.

Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, “lo dijo claramente: vamos yendo por la autopista con la quinta puesta hacia el infierno climático. Eso es lo que está sucediendo y la gente ya lo percibe”. No se trata, dice Pengue, de “fenómenos naturales sino antrópicos[1], aunque algunos lo nieguen”.

“Los documentos científicos publicados por referencias de todas las disciplinas de las ciencias unificadas, reconocen lo que dice Guterres: que estamos ante un escenario de intensificación, aceleración y recurrencia de todos los fenómenos. De grandes sequías a grandes inundaciones. Y no estamos preparados”. Tampoco lo está “el mundo desarrollado, con las olas de calor que ha tenido Europa y los muertos, pero ellos lo están cuantificando; en los países en vías de desarrollo no lo hemos tenido tan en cuenta. La situación va a ser cada vez más conflictiva porque no nos estamos adaptando para mitigar los impactos”.

Las ciudades no soportan las inundaciones ni las sequías ni las altas temperaturas. “Ni se van a bancar el granizo cuando pegue cada vez más fuerte”, lamenta Pengue. Y sueña con un cambio –que aparece quimérico en estos tiempos- en las cabezas “de quienes manejan las políticas públicas y el desarrollo privado”.

“A los que tenemos 50 o 60 años nos va a pegar pero vamos a ser mayores cuando el impacto llegue –piensa, mirando hacia adelante-; pero en el último documento pensamos en un niño nacido en 2020. Va a ser un adulto. Y el impacto va a ser brutal en su vida”.

Mirando hacia esa infancia, piensa Walter Pengue. “Hay que pensar con faro largo y no sólo en la producción de dinero. Porque la gente no come dinero”. Pero la sociedad está adormilada. “Aletargada, como la rana en la olla mientras se va calentando”.

A pesar del negacionismo reinante, desde el aula universitaria, cree “en las oportunidades”. Y en un futuro que se puede ir hilvanando hilo por hilo.

Afuera llueve como nunca.


[1] Fenómenos producidos por actividades humanas

Fuente de la información e imagen:  Pelota de Trapo

Foto: Agustín Macarian (Reuters-Clarín)

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HERMENÉUTICA DEL CONCEPTO LIBERTAD

Cómo hemos dicho anteriormente, la libertad está íntimamente relacionada con la liberación; no hay libertad sin liberación. Al respecto es sugerente la disertación de Epicteto sobre El arte de ser libre[1]. Lo significativo es que se trata de la disertación de un exesclavo, que valora la libertad y reflexiona sobre ella, es más, hace filosofía de la libertad. Se plantean la libertad los que son esclavizados, los que son dominados y sometidos. No hay libertad del que domina, del amo, del patrón, en el sistema mundo capitalista. No hay libertad del burgués. Desde la perspectiva de Epicteto, no tendría sentido, pues el amo, el patrón, el burgués, el que domina, se oponen a la libertad, pues esclavizan, someten, explotan, en definitiva, ejercen el poder.

Aquí comienza el contrasentido de uso del concepto de la libertad por parte del liberalismo, más aún por parte del neoliberalismo, se hace muchísimo más evidente por parte del llamado “liberalismo radical”, que radical solo lleva el nombre. La libertad de mercado y la libertad de empresa no son más que las pretensiones de legitimación de la burguesía, legitimación de algo que se opone al desenvolvimiento de la libertad. La libertad corresponde al que la necesita, al que no la tiene. En este caso al proletariado, al obrero, al trabajador, al pueblo explotado.

A pesar de estas contradicciones profundas el liberalismo ha continuado con una narrativa sobre la libertad, pretendiendo, además, ser el portavoz de la libertad. Esto es parte de las paradojas de la modernidad, de las ideologías de la modernidad, que se presentan, de manera contradictoria u ocultando su misma contradicción, como una apología de su misma dominación, es decir, de su misma negación de la libertad y obstrucción de la libertad.

En consecuencia, el discurso liberal, el discurso neoliberal y el discurso del “liberalismo radical” son narrativas que corresponden a la exaltación y legitimación de la dominación y de la explotación. Sin embargo, a pesar de esta situación, hay quienes creen en el discurso, sin asumirlo críticamente, sin decodificarlo adecuadamente, sin descifrar el sentido mismo de la narración. Entonces se quedan en la idea de libertad, mas bien, en la imagen de libertad; imagen que los convence, como si bastara enunciar el término para que la libertad aparezca como arte de magia. Esto, diríamos en lenguaje hegeliano, se trata de una enajenación.

En la actualidad, ante el derrumbe de los gobiernos “progresistas”, que han usado el concepto de justicia para legitimar su forma gubernamental clientelar, es decir, una forma de dominación política, que tiene efectos en el enriquecimiento de otra burguesía, la burguesía rentista, parte de la composición variada del bloque burgués. Hemos llamado a la burguesía rentista la burguesía que se beneficia del control del Estado.

En consecuencia, podemos decir que entre una burguesía liberal o bien, una burguesía comercial y financiera, que tiene su substrato en los propietarios latifundistas, la oligarquía terrateniente, y la burguesía rentista, la burguesía que se afinca sobre el engranaje masivo de los funcionarios, una burguesía burocrática, hay más complementariedad que oposición. Ciertamente ambas burguesías han pretendido mostrarse ante el público como antagónicas. Sin embargo, no lo son. Son cómplices del círculo vicioso del poder.

En la modernidad el concepto de libertad renace, por así decirlo, desplegado y desenvuelto en nuestras posibilidades interpretativas y significativas actualizadas. En su nacimiento o renacimiento el concepto de libertad está íntimamente ligado a las revoluciones sociales. Uno de los hitos de la revolución se sitúa en el imaginario de la revolución francesa, que adquiere su intensidad y radicalismo en la medida que se profundiza, pero también adquiere las connotaciones ensombrecedoras cuando la revolución entra en su decadencia, con la experiencia dramática y trágica del terror, su inversión del sentido con la emergencia y consolidación napoleónica.

La revolución francesa adquiere irradiación y expansión con las reapropiaciones locales y regionales, llevando el concepto de revolución a su connotación generalizada, a su universalización. Una de las experiencias de connotación mundial fue la guerra anticolonial de Haití, cuando los esclavos se revelaron a la dominación francesa. En este caso el concepto de libertad adquiere connotaciones anticoloniales y descolonizadoras. Libertad quiere decir suspensión y abolición de la esclavitud, pero también quiere decir suspensión y abolición del colonialismo. Es cuando la abolición de la esclavitud se asocia a la república. Son los parlamentarios afrohaitianos los que plantean en el congreso francés la abolición de la esclavización.

El concepto de libertad se enriquece, adquiere vuelo por así decirlo. El concepto de libertad se universaliza, también adquiere una composición conceptual y categorial más rica, de mayor connotación semántica. Más útil políticamente y con mayor capacidad connotativa.

El concepto de libertad tiene una connotación anticolonial, con semblante criollo, en la guerra de la independencia norteamericana, de las 13 provincias del este, al borde del Atlántico. En este caso la libertad y el carácter anticolonial se restringe a los criollos, a los voceros criollos del liberalismo trasatlántico. No incluye a las naciones y pueblos indígenas de Norteamérica. Podemos hablar de una restricción utilitaria del concepto de libertad, es decir, podemos hablar del empobrecimiento del concepto de libertad, su reducción al utilitarismo criollo, que se va a convertir en utilitarismo racial blanco. Es como decir que solo los blancos tienen derecho a la libertad, los demás se reducen a la condición de sometidos, de esclavos o condenados a las reducciones indígenas. Este derecho blanco a la «libertad», esta pretensión de supremacía, se da a la tarea de despojamiento, desposesión y de expropiación de los enormes territorios de las naciones y pueblos indígenas.

Del siglo XVIII al siglo XIX y después al siglo XX el concepto de libertad adquiere una arqueología del saber moderno. Las revoluciones sociales y políticas van a seguir su curso a lo largo del siglo XIX en Europa. En el caso del continente de Abya Yala, denominado América   por los conquistadores, durante el siglo XVIII se producen levantamientos indígenas y mestizos, tanto en el virreinato del Perú como en el virreinato de Nueva Granada. Aunque no se use de manera directa el concepto del libertad, estos acontecimientos serán el sustrato del concepto del libertad desenvuelto y desplegado en el siglo XX.

En el siglo XX las revoluciones sociales cobran una perspectiva definida por el marxismo, llegando a triunfar la revolución socialista en el imperio zarista, más tarde en el antiguo imperio chino, sometido al colonialismo europeo y japonés, a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. La revolución socialista china profundiza el concepto de liberación y el concepto de libertad, adquiriendo una connotación anticolonial y descolonizadora, definida tanto por la experiencia de la larga marcha campesina a nombre de la dictadura del proletariado, así como redefinida por la República Popular de China, es decir, por el Estado socialista. Podemos ver que las connotaciones del concepto de libertad y revolución, que estaban ligados desde la formación discursiva marxista, comienzan a mostrar sus dualismos paradójicos y a evidenciar sus contradicciones.

No podemos dejar de mencionar algo que ha ocultado tanto la historia universal, como la historia sesgada narrada por el marxismo, sobre todo por parte de las versiones del Partido Comunista, que se apropia del concepto comunismo y lo monopoliza. Esta otra historia tiene que ver con el anarquismo. Se puede decir que la conceptualización de la libertad en la formación discursiva y enunciativa, así como en la visibilidad anarquista, es otra, tiene otra composición, tiene un itinerario diferente en el desenvolvimiento de la conceptualización.

En el anarquismo la libertad no solamente está asociada la revolución social, sino fundamentalmente a la concepción de autogobierno y la autogestión. El acontecimiento de la liberación tiene que ver con respecto a todas las formas de dominación sociales, políticas, culturales, religiosas e ideológicas. Claro está, se sobreentiende, con respecto al Estado. De manera resumida, se puede decir que se trata de la liberación respecto a la dominación estatal, a la dominación del capital, a la dominación religiosa y a la dominación patriarcal.

El concepto de libertad anarquista supone múltiples planos de intensidad; se trata de una libertad social, de una libertad colectiva, de una libertad comunitaria, también de una libertad individual. Lo individual y lo colectivo no se contradicen, los individuos y lo social no se contradicen, al contrario, son complementarios. Una liberación social implica una liberación individual y viceversa. Hay colectivismo comunitarismo e individualismo en la concepción anarquista; se puede decir que también el feminismo es otro eje de la liberación múltiple anarquista, en la medida que se lleva adelante radicalmente la liberación respecto a las estructuras de dominación patriarcales.

Los espesores de intensidad involucrados en el concepto de libertad anarquista son primordiales; se considera la constitución de la subjetividad, no solamente del sujeto, sino de la ipseidad. Entre los espesores de intensidad del concepto de libertad anarquista se encuentra la concepción o la macro-concepción ecológica, la defensa de la vida y la defensa del planeta. La concepción de libertad en el sentido de armonía con el Oikos. No se puede hablar de libertad sin el contexto de armonía con los ciclos climáticos y planetarios.

En este caso podemos decir que el concepto de libertad anarquista también se enriquece con la memoria del concepto de libertad antiguo, particularmente en lo que respecta a la armonía con la naturaleza, en relación con El Arte de ser libre de Epicteto, aunque no solamente, pues se retoma el concepto griego de democracia como asamblea y autogobierno. Se puede decir que el concepto de libertad anarquista remonta una arqueología mayor, más compleja e integral, se proyecta como una nueva hermenéutica crítica, en constante apertura, en la lucha por la liberación plena y la búsqueda de la vida plena, de la felicidad.

Piotr Kropotkin, en “Fijos en la naturaleza”, expone una perspectiva ecológica de la ética, del ethos. Habla del instinto social, de la inclinación por la ayuda mutua en las especies. Parte de la tesis de Charles Darwin, de un Darwin desconocido para los difusores del darwinismo, que no conocen la interpretación evolutiva del instinto social, de la que comparten los seres humanos. Por parte de estos promotores del darwinismo se ha difundido la tesis de la lucha por la sobrevivencia, de la imposición del más fuerte. Aunque algunos difusores han matizado esta interpretación, sesgada de Darwin, expresando que el más fuerte es a la larga el que mejor se adapta. En los críticos de esta difusión, por cierto intencionada, se ha recalcado que se ha manipulado esta tesis, que se refiere a las especies, como si valiera para los individuos. Cuando se trata de las especies singulares y diferenciadas. Olvidan la interpretación de Darwin de la sobrevivencia de las especies donde prepondera el instinto social.

El liberalismo se ha agarrado de la tesis sesgada de los difusores malintencionados del darwinismo, han convertido la tesis del más fuerte por la lucha por la sobrevivencia en su torcida y abstracta tesis de la competencia. Si hubiera competencia en los miembros de la especie y no instinto social no habrían sobrevivido, al dejarse llevar por el instinto de sobrevivencia individual habrían perecido. Los liberales, los neoliberales y los llamados “liberales radicales”, que obviamente no han leído a cabalidad a Charles Darwin, sino que tienen una idea peregrina de su teoría, a través de una difusión malintencionada, desconocen el principio del instinto social. Como decimos, si se parte de una premisa equivocada las conclusiones van a ser equivocadas. No es la competencia la que ha permitido la sobrevivencia del ser humano sino en instinto social.

Piotr Kropotkin considera la posibilidad de una moral devenida de la naturaleza. El ser humano, al participar de la naturaleza, forma parte del desenvolvimiento de esta moral ancestral e integral. Se puede discutir aquí el uso del concepto de moral, por eso preferimos hablar de ética, del ámbito cultural del ethos. Sin embargo, hay que recordar que Kropotkin recarga el acento de moral en el apoyo mutuo, es decir, lo que llama instinto social, incluyendo a los seres orgánicos en esta inclinación existencial de los seres por la proliferante creatividad de la vida.

Volviendo al concepto de libertad anarquista este concepto no se disocia de la voluntad y de la ética. Supone el apoyo mutuo, la asociación del instinto social; en otras palabras, la empatía y el afecto social, que derivan en la complementariedad y la reciprocidad, además de la solidaridad social.

El concepto de libertad anarquista no separa individuo de sociedad; se trata de dos instancias del devenir social y del devenir de la subjetividad. El espesor social deviene y se pliega en el espesor de la subjetividad. Por otra parte, ambos espesores están comprendidos y contenidos en los espesores dinámicos ecológicos.

En El único y su propiedad Max Stirner desarrolló una exposición sobre la individualidad única, que supone el propio cuerpo[2]. Un cuerpo que se piensa, que piensa, que reflexiona, que se libera de las representaciones, del corpus representativo e ideológico. La certeza absoluta se encuentra en el yo. La libertad tiene que ver con la realización plena del sí mismo, de la mismidad, de la ipseidad.

La ética también tiene que ver con la virtud, ser ético es ser virtuoso, al mismo tiempo, ser libre es ser ético y virtuoso. No se puede ser libre sin ser ético ni virtuoso. La libertad entonces implica la realización de las capacidades y las potencialidades del ser. La libertad es la potencia, concebida como tal, como posibilidad de realización plena de las capacidades.

Cuán distinto es este concepto de libertad del concepto escaso, vacío, abstracto, liberal. La libertad liberal se restringe la libertad de comercio. Mejorando un poco, se puede decir que se refiere a la libertad del individuo, sin embargo, se trata de un individuo también abstracto y vaciado de su subjetividad, de su ethos, de su virtud. Un individuo tan pobre, tan escaso, tan vacío, no puede lograr su singularidad única, su individualidad plena, puesto que se trata de un individuo cosificado, que se reduce a la dimensión restringida de las cosas. Sin embargo, el liberalismo hace la apología de esta muerte, de esta nada, de este nihilismo liberal. Contemporáneamente se trata de una libertad y de un individuo suspendidos en la abstracción, que sólo existen de manera exaltada en el espectáculo, que ofrecen los medios de comunicación.

Los liberales no hablan, en realidad, de libertad, tampoco de individuo, sino de una caricatura de la libertad y de una caricatura del individuo. Su narrativa anima a estas caricaturas y las insufla de supuesta vida, las maneja como marionetas, desde los hilos que siguen el guion de la comedia, la libertad de mercado, la libre empresa, la competencia.

Según Max Stirner el cristianismo redujo al mundo al espíritu, el principio y el fin es el espíritu, la carne es solamente una transición, una envoltura pasajera. Haciendo una paráfrasis podríamos decir que el liberalismo reduce al mundo y al espíritu a la valorización abstracta dineraria, el mundo y el espíritu se contabilizan, forman parte de una ecuación, que expresa el incremento del caudal la acumulación de capital.

Esta figura se llama, en el pensamiento dialéctico, enajenación. Ludwig Feuerbach expuso la figura de enajenación en La esencia del cristianismo. En George Wilhelm Friedrich Hegel la enajenación aparece como momento contradictorio en la Fenomenología del espíritu, en la dialéctica de la ciencia de la experiencia de la consciencia. En Karl Marx la enajenación aparece como un momento de la conciencia de la lucha de clases, cuando la conciencia responde todavía al ser sí y no al ser para sí. Se puede decir que la enajenación liberal corresponde a la cosificación, incluso al desvanecimiento de la misma cosa, como cuando todo lo sólido se desvanece en el aire.

En el apartado Los modernos de El único y su propiedad Max Stirner habla de las analogías y diferencias con los antiguos, habla de la manera como los modernos vuelven, una y otra vez, al espíritu; caracteriza a los modernos como poseídos, define el mundo de los modernos como un mundo de fantasmas. Representa el fetiche de los modernos como la marota, es decir un palo con cabeza de muñeco, que hace como de espantapájaros; por último, define la jerarquía en los modernos en un itinerario de decadencia. Respecto a lo sagrado, los modernos habrían invertido la relación entre sujeto y predicado, convirtiendo el predicado en sujeto. Se sustituye lo sagrado, que es Dios, que es espíritu, absoluto, por el hombre, una esencia. Otra forma de la metamorfosis de lo sagrado. De esta manera van a proliferar las esencias, que sustituyen a lo sagrado, sacralizando, podríamos decir, otros fetiches, como el Estado, la nación, la patria. También podríamos incluir hoy al mercado en esta lista de fetiches.

Max Stirner dice en El único y su propiedad: “Arquímedes pedía para levantar la tierra un punto de apoyo fuera de ella. Es este punto de apoyo el que los hombres han buscado sin cesar y que cada cual ha tomado donde lo ha encontrado y como lo ha encontrado. Este punto de apoyo extraño es el mundo del espíritu, el mundo de las ideas, de los pensamientos, de los conceptos, de las esencias, etc…, es el cielo. Sobre el cielo se apoya uno para mover la tierra, y desde el cielo se inclina para contemplar las agitaciones terrestres y despreciarlas. Asegurarse el cielo, asegurarse sólidamente y para siempre el punto de apoyo celeste, ¡cuánto ha penado por eso la dolorosa e incansable humanidad!”[3]

Desde la perspectiva de Stirner el cristianismo es una religión que se opone al cuerpo de manera decidida y radical, es una religión esencialmente espiritual al humano, al mundo espiritual. En consecuencia, nada de lo que implique cuerpo, deseos del cuerpo, tiene valor, sólo tiene valor el sacrificio en la transición carnal para ascender al cielo.

Ocurre algo parecido con el amor al hombre, se ha convertido al hombre en un esencia, lo que sea es esencia, ese hombre universal, abstracto, que no es ningún hombre concreto. ¿Después del cristianismo, el humanismo ha seguido sus pasos? Al parecer sí, en tanto seguimos la huella de Stirner. Se sustituye el ideal de Dios por el ideal humano, que no es otra cosa que Dios hecho hombre, el hijo del hombre convertido, después de la resurrección, en el hombre mismo universal, el rostro de Cristo. Al respecto hay que acordarse de Gilles Deleuze y Félix Guattari. Entre Stirner y Deleuze se encuentra Friedrich Nietzsche, cuando concibe al hombre como un tránsito al superhombre, cuando critica al hombre como humano demasiado humano.

Stirner no busca al superhombre, sino abolir todo ideal, toda sustitución de lo sagrado, toda sustitución de Dios, abolir todos los fetichismos. Por eso podemos decir que Karl Marx se encuentra también entre Stirner y Deleuze. Marx critica a Stirner en la Sagrada familia de la Ideología alemana, sin embargo, está critica desmesurada y apasionada, además de excesiva, nos muestra a un Stirner caricaturizado por Karl Marx y Friedrich Engels, olvidando que retoman, tanto como Stirner, el desenvolvimiento del concepto hegeliano de enajenación. Concepto compartido por Ludwig Feuerbach, quién, en Esencia del cristianismo, dice que Dios es una criatura de la imaginación humana, que el hombre debe liberarse de esencialismo religioso y recuperar su condición humana, hacer de la religión un antropología. La crítica de Marx a Stirner no es honesta, pues es también heredero de Hegel y de la atmósfera filosófica del hegelianismo de izquierda. Friedrich Nietzsche mismo aparece como heredero de El único y su propiedad, sobre todo en su Genealogía de la moral. Se puede decir que Stirner inaugura la crítica de la moral y la crítica al fetichismo de la ideología.

Lo que hacen los liberales respecto Stirner no es heredarlo, debido a que están lejos de la riqueza conceptual hegeliana y la radicalidad de la crítica a todas las formas de fetichización, incluyendo, obviamente, la crítica a la valorización del dinero. En vez de esta herencia usan el concepto de individualismo de una manera mezquina y restringida, vaciada de su contenido filosófico, convertido en una caricatura del individuo, quien se convierte solamente en un dato en el espacio abstracto del mercado, donde se encuentran las curvas de la oferta y la demanda.

Haciendo una paráfrasis a Antonio Negri podemos decir que Stirner es una anomalía salvaje en toda esta historia de la filosofía de la crítica y de la crítica de la filosofía, que tiene que ver con las consecuencias del concepto de enajenación y sus narrativas teóricas.

La singularidad y su cuerpo 

Max Stirner escribe y publica El único y su propiedad. A estas alturas del debate y de la discusión sobre el individuo, el cuerpo, la sociedad y el Estado, además de la discusión y el debate sobre la libertad, la rebelión y la revolución, deberíamos hablar, mas bien, sobre las singularidad y su cuerpo. Ciertamente la singularidad es única, pero no parece apropiado usar el concepto de propiedad para referirse al cuerpo único, del único, de la única. Es mejor usar el concepto de cuerpo, desarrollado dinámicamente y de una manera integral por la perspectiva de la complejidad.

La singularidad es única, el cuerpo mismo es una composición singular y en constante devenir. El cuerpo es un espesor de dinámicas de fuerzas, fuerzas moleculares, también fuerzas molares, así como fuerzas atómicas, también fuerzas de partículas infinitesimales y ondas; por lo tanto, fuerzas cuánticas y de la física relativista, en el contexto de entramados corporales, de espesores territoriales y atmosféricos, de nichos ecológicos. ¿En estos contextos es adecuado hablar de egoísmo? No parece, salvo para definir al deseo del individuo, quizás a la práctica de su cumplimiento. El egoísmo forma parte de la competencia entre individuos; la competencia es un supuesto de la difusión darwinista, no de Darwin, pues él descubre la ayuda mutua, la predisposición para la asociación, el instinto social. Esto es elevar este presupuesto sesgado darwinistas, también spenceriano,  a la altura de un concepto universal, del cual quería escapar Max Stirner.

Por otra parte, la singularidad es ya una composición de singularidades, una asociación de singularidades. El cuerpo es una composición singular armónica. Max Stirner cae en la hondonada, de la que quería escapar, la fantasía de los universales.

No es el principio de competencia, no es el principio de egoísmo, lo que hace de condición de posibilidad del único, de la singularidad de los seres humanos y de los seres orgánicos. La condición de posibilidad es la capacidad de asociación de apoyo mutuo del instinto social. El error de Stirner es haber partido de esta premisa universal sesgada: la competencia, el egoísmo. No partir de la condición de posibilidad del acontecimiento, que es el estallido inicial y la proliferación de singularidades, la proliferación de asociaciones. En este sentido, tampoco se trata de poder. Después de Antonio Negri y Michael Hardt debemos distinguir poder de potencia. Poder como relación de fuerzas en concurrencia por la dominación, en cambio potencia como capacidad creativa de la vida.

El otro error de Max Stirner es suponer que el deseo del único es el poder, es decir la dominación, el despliegue de su voluntad de dominio, si se quiere, de su voluntad de gobierno. No se trata de la voluntad de potencia, que es como interpretamos la tesis de Friedrich Nietzsche, junto a las otras tesis, la muerte de Dios, eterno retorno de lo mismo, el súperhombre.

Formación enuciativa de la crítica 

Habría que hacer un arqueología del saber de la crítica, de la filosofía crítica, de lo que después se llamó teoría crítica, que continúa como crítica de la crítica, la crítica como deconstrucción,  así como acción, como diseminación, es decir, la complementariedad entre deconstrucción, que es hermenéutica crítica, y diseminación, que es acción política en Jacques Derrida. Desde esa perspectiva habría que evaluar lo que hacemos ahora desde la configuración de la macro-historia y el pensamiento complejo. Tendríamos que hacer una evaluación crítica de nuestra crítica, de nuestra crítica evaluativa, también considerar críticamente las dinámicas moleculares de lo que ocurre en las movilizaciones sociales y las resistencias, fuera de considerar sus proyecciones respecto a la invención del porvenir.

Todo esto es importante no solamente por lo que respecta a la autocrítica, al papel de autocrítica en el desenvolvimiento de la crítica, sobretodo de las consecuencias prácticas de la crítica, sino que es importante, sobretodo, por el esclarecimiento de la acontecimiento en su espesor actual y coyuntural. Obviamente hay que distinguir distintos recorridos, contextos diferenciados, en el desenvolvimiento y despliegue de la crítica. Por ejemplo es importante hacer un seguimiento de la filosofía crítica en Alemania, desde Emmanuel Kant hasta Karl Marx. Este contexto epistemológico se caracteriza por las herencias, continuidades y discontinuidades, desplazamientos y rupturas epistemológica, que se dan en esta historia de la filosofía crítica y de la crítica de la filosofía alemana, en el entramado histórico político y cultural del siglo XVII y del siglo XVIII. La relación Kant-Hegel es ilustrativa sobre el debate filosófico, que desata la inauguración de la crítica como sistema crítico por parte de Kant. A esta relación filosófica polémica se la sigue, se la asume como problema, en los discursos abiertos por las críticas de Kant, incluso podríamos decir que resulta dramática y tormentosa en la puesta en escena conceptual del despliegue del sistema dialéctico hegeliano. Continuando la crítica, el desenvolvimiento de la crítica como pensamiento y forma de pensamiento, los neohegelianos de izquierda buscan superar la filosofía dialéctica de Hegel. La problemática clave es el campo configurativo  de la enajenación, que es un concepto dialéctico en la ciencia de la experiencia de la conciencia o fenomenología de espíritu. Marx, que fue hegeliano de izquierda, se convierte en disidente, inaugura otro curso de la crítica, conocida como crítica de la economía política. Sin embargo no se desentiende de la epistemología de dialéctica de Hegel, a pesar que, según él, pone de pie lo que estaba de cabeza, tampoco se desentiende del sustrato conceptual de la enajenación. La crítica del ideología alemana tiene que ver con distintas interpretaciones del concepto de enajenación y diferentes desarrollos teóricos. El capítulo clave del capital, incluso para interpretar el capital o, como se dice, para leer el capital, es donde se encuentra la crítica del fetichismo de la mercancía. Esta categoría de fetichismo, que también es una metáfora, que se encamina a conceptualizarse, deviene del sustrato heredado del campo configúrante de enajenación.

Nietzsche retoma la crítica, la tradición crítica, por otro lado, otro recorrido distinto; crítica que busca ser demoledora. Escribe con sangre y golpea con martillos, como él mismo dice. A diferencia de las teóricos anteriores mencionados, de la filosofía alemana, Nietzsche no es dialéctico, al contrario, se opone a la dialéctica, de una manera antagónica, desenvuelve su crítica contra la dialéctica. El libro más ilustrativo de este antifilósofo, como él mismo se considera, es ciertamente Genealogía de la moral. No hay que olvidar que se puede considerar a esta crítica de la moral común epicentro del terremoto filosófico, crítica que desencadena movimientos tectónicos. Se puede seguir esta secuencia perturbadora en libros anteriores y posteriores a la Genealogía de la moral. Por ejemplo en Aurora, también en Así habló Zaratustra. Sin embargo, el concepto de enajenación sigue siendo clave en la crítica de la filosofía, en la crítica de la moral, en la crítica de la modernidad de Nietzsche. Este hilo es el que mantiene unido el tejido de la crítica, a pesar de las rupturas.

No podríamos entender este acontecimiento contrafilosófico de Nietzsche sin la incursión crítica y peculiar, quizás antecedente tanto de Nietzsche como de Marx, aunque no sea muy claro respecto de este último, de Max Stirner. En El único y su propiedad Max Stirner desarrolla una crítica de la moral, que contiene las figuras que van a aparecer más desarrolladas en la Genealogía de la moral. Por otra parte, la crítica del Estado aparece de manera anticipada, respecto de Marx, en Max Stirner. Se trata de una crítica más amplia a los fetichismo de la sociedad y de los hombres. También encontramos en Stirner un retorno al cuerpo, una recuperación del cuerpo como acontecimiento existencial, una perspectiva dinámica y material, para abordar los problemas heredados y contingentes. En este sentido hallamos un vínculo con Baruch Spinoza, en esta arqueología de la crítica.

Obviamente no podemos olvidarnos, de ninguna manera, de Arthur Schopenhauer, quien en El mundo como voluntad y representación distingue entre mundo de la representaciones y mundo efectivo. Diferenciación que va a ser retomada y considerada por Max Stirner también por Karl Marx. La cuestión de la voluntad aparece con mucha fuerza, incluso considerada como primordial, en Schopenhauer. Temática y problemática que van a ser reiterados en Max Stirner y Friedrich Nietzsche en sus críticas respectivas de la moral.

Es distinto el tratamiento que da Piotr Kropotkin a la moral, pues considera la moral, mejor dicho la ética, como virtud, íntimamente vinculada a la inclinación por el apoyo mutuo por las asociación, es decir, el instinto social. Retomando a Darwin, desde una lectura diferente, que no remarca la competencia y la concurrencia, la lucha por la sobrevivencia, sino, mas bien, resalta el instinto social, la asociación, el apoyo mutuo. Kropotkin considera las costumbres como substrato de la moral, que sostienen y cohesionan la asociación y a la sociedad. De esta manera, con estas perspectivas se abre el apoyo mutuo como autogobierno del pueblo.

Cómo se puede ver la enajenación, la genealogía de las costumbres y el ethos son configuraciones rerurrentes, que hay que seguir en la dinámica de este tejido epistemológico de la crítica. A pesar de las diferencias, que podamos encontrar en el tejido epistemológico de referencia, hay obsesiones reiterativas, que tienen ocupados a los filósofos, a los teóricos y contrafilósofos de la crítica. ¿Qué son entonces estos hilos, en la composición del tejido epistemológico del que hablamos?

Estos hilos de los que hablamos, con los que se hace el tejido de la composición interpretativa y la narración teórica, están hechos de experiencia social, de memoria social, de prácticas y lenguajes cotidianos, además de habitus y narrativas configuradas y consolidadas. Los hilos son un producto complejo de lo que deviene de la experiencia, se convierten en comprensión, en entendimiento, en conocimiento, en saber e interpretaciones. Los hilos son también recorridos del tejido epistemológico, que hacen a los entramados del tejido, podríamos decir que se trata de substratos, de donde emerge el tejido dinámico, integral y en constante devenir. Cómo hemos dicho más arriba, son obsesiones persistentes en la construcción de las interpretaciones, tanto narrativas de toda índole, así como teóricas.

La configuración epistemológica de la enajenación es uno de sus hilos. Configuración que ha sido retomada a lo largo del desenvolvimiento de la filosofía alemana del siglo XIX. Después queda como herencia y temática de lo que viene, la continuidad de la filosofía moderna en el siglo XX, incluso de la crítica de la filosofía en el siglo XX, con sus reminiscencias en el siglo XXI.

Fuente de la información e imagen:  https://pradaraul.wordpress.com

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