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¿Para qué debe servir la educación?

Por Pluma Invitada

Uno de los grandes debates que deberíamos estar teniendo en México es sobre los objetivos que el sistema educativo debería estar persiguiendo y sobre la mejor forma de lograrlos. Nuestro debate público en materia educativa es tan mediocre que se centra en cuestiones que en muy pocos países siguen pendientes de resolverse: que los profesores acepten ser evaluados y que asistan a clases en vez de cerrar calles y avenidas.

Es lamentable, pero eso no debe impedirnos que nos preguntemos sobre el fondo de la cuestión: ¿qué tipo de conocimientos, habilidades y destrezas debemos inculcar en nuestros niños para que puedan salir adelante en la vida? Y ahí es donde, me temo, todavía seguimos anclados en el siglo XX (o en el siglo XIX, en algunas entidades federativas).

Les enseñamos a los niños con detalle nuestra historia, pero no tienen idea de quién es Elon Musk o qué ha hecho Jeff Bezos para conseguir que Amazon sea una empresa ganadora. Los ponemos a memorizar fechas inútiles, pero no saben resolver problemas complejos a los que deberán hacer frente en su práctica profesional; sobra decir que no los preparamos para saber trabajar en equipo, ni para desarrollar inteligencia emocional o para poder negociar con los demás. Es decir, no les estamos ofreciendo las herramientas que puedan hacer de ellos mejores personas y mejores profesionistas, que se ganen bien la vida y que puedan tener la información que necesitan para superarse día tras día.

Esa debería ser la principal cuestión en la que el sistema educativo mexicano debe enfocarse. No en las banalidades en las que la mezquindad de unos y los intereses de otros nos tienen instalados. Por ejemplo, las empresas están requiriendo ingenieros bien preparados, que estén listos para dirigir fábricas.

Muchas de ellas tienen que traerlos de afuera porque nuestras universidades no los preparan para ello. No es casualidad que haya tantos profesionistas asiáticos viviendo en el Bajío o tantos norteamericanos instalados en los estados de la frontera norte.

Otro caso: hay mucho trabajo para los abogados que sepan hablar inglés y un idioma adicional (ojo estudiantes de derecho: hablar inglés ya no es su ciente), pero en nuestros centros educativos lo que se enseña en materia de idiomas extranjeros es patético y nuestros jóvenes salen con nulos conocimientos de japonés, chino mandarín , alemán o coreano, pese a las enormes ventajas que como país tendríamos al enseñar esos idiomas.

Obviamente, es algo impensable en la mediocre educación pública que tenemos; vaya, apenas en las instituciones de élite de carácter privado se enseñan idiomas adicionales al inglés, pero pocos abogados los dominan (casi ninguno, que yo sepa). Les tenemos que enseñar a nuestros niños a desarrollar la creatividad y el pensamiento crítico.

Lo primero para que puedan ser creadores y aporten conocimientos novedosos que se requieren en el mundo de internet; lo segundo para que comprendan que lo que hoy existe no es lo mejor posible, sino que hay miles de oportunidades para mejorar.

Es indispensable por tanto (re)pensar la educación, así como meditar sobre sus objetivos y propósitos; necesitamos darles herramientas a los niños no para que terminen trabajando en una maquiladora sino para que sean emprendedores; el país necesita personas que no solamente puedan buscar un trabajo, sino que creen uno; que controlen su economía familiar, que le sepan a las computadoras en serio, que estén abiertos al mundo, que lean mucho, que piensen por sí mismos para que no se dejen manipular por nuestros siniestros políticos que solamente quieren sus votos. Todo eso y más debemos exigirle a nuestro sistema educativo. La responsabilidad es de todos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/para-que-debe-servirla-educacion/

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La tecnología ¿factor de exclusión educativa?

Pluma Invitada

Por: Ana Solís (*)

La implementación del uso de la tecnología en la educación en México es una demanda urgente. Alejandro Almazán, Director General de Únete, en la presentación de Bett Latin America Leadership Summit 2016 en entrevista para una edición anterior de Educación Futura, afirma que el profesor que no adapte estas nuevas herramientas a su trabajo, muy probablemente podría ser sustituido.

Es en este escenario donde le invito a reflexionar juntos sobre qué significa que la tecnología esté presente en la educación. Si lo consideramos infraestructura, podemos pensar en la diversidad de contextos que presenta el multigenérico territorio SEP en educación básica. Existen escuelas públicas (en las escuelas particulares estas situaciones no se presentan) donde no se cuenta con servicios básicos como mobiliario, baños y luz eléctrica. Sin embargo, lo invito a pensar en una escuela que cuente con todo lo necesario para utilizar la tecnología. Será necesario considerar ahora, la intención pedagógica. Habrá que enfrentarse nuevamente a la diversidad de contextos y formas o estilos de enseñanza, contemplando que la tecnología no quede enfrascada en pedagogías anquilosadas que en lugar de generar espacios de producción de conocimiento la conviertan en un recurso más de diseminación de información en el aula, con prácticas reducidas a copiar de la pantalla o el uso de programas que de manera mecánica felicitan al estudiante cada vez que acierta al dar Enter.

Por último, habrá que preocuparse por la tecnología como medio de inclusión para que los alumnos participen de manera activa en la sociedad del conocimiento. Sin embargo, la desigualdad en nuestro país nos devuelve diversidad de contextos. Habrá alumnos que cuenten con todos los recursos de conexión, acceso y conocimientos sobre el uso de la tecnología para solucionar problemas en su vida cotidiana e inclusive generar nuevos programas e ideas utilizando la tecnología como una herramienta más de la mente. En contraste con alumnos que jamás han tenido un smart phone, conexión a internet en sus hogares o que están pagando a plazos la computadora familiar, no obstante tienen vasto conocimiento sobre navegación y uso de internet. Son especialistas en redes sociales y copias de trabajos en rincones cibernéticos poco confiables. La tecnología desde las complejas realidades mexicanas es un factor de exclusión independientemente de que el profesor adapte o no estas herramientas a su trabajo. El ingreso a la sociedad del conocimiento se asegura para los alumnos que cuentan con acceso y saberes tecnológicos que otros, difícilmente podrán alcanzar.

(*) Coordinadora de la especialidad Habilidades del Pensamiento en la UPN

 

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/la-tecnologia-factor-de-exclusion-educativa-ana-solis/

Fuente de la imagen:http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2013/11/tecnologia-educativa-300×200.jpg

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Pertinencia de los instrumentos para evaluar el desempeño docente

Por: Pluma invitada

Oscar Hugo Faustino Zacarías*

evaluacion-extraordinaria-michoacan2La reforma educativa de 2013 surgió por la necesidad de solucionar, o al menos, de mitigar el problema de la baja en el Sistema Educativo Mexicano (SEM). Este problema al que se enfrenta el SEM es el resultado de varios factores como: la falta de infraestructura; la ausencia de garantía de que los alumnos aprendan lo necesario en las aulas; una mala organización escolar; la falta de materiales y métodos educativos pertinentes; y la idoneidad del currículo vigente. Estos problemas específicos, en su conjunto, tienen como consecuencia la baja calidad del sistema educativo.

Con la reforma educativa el gobierno de Peña Nieto intenta solucionar los problemas. Sin embargo, la estrategia que ha generado mayor inconformidad a los profesores, en especial a aquellos militantes de la CNTE, es la que pretende lograr la idoneidad de los docentes que garanticen el aprendizaje de los alumnos. Esta estrategia se enmarca en la implementación del Servicio Profesional Docente (SPD), en el que la piedra angular es la evaluación para determinar el ingreso, la promoción, la permanencia y el reconocimiento de los profesores.

Muchos se han concentrado en las discusiones del aspecto político de la política educativa actual. Sin embargo, también es necesario analizar el aspecto técnico de la evaluación (específicamente la del desempeño docente, que es el que generó mayor inconformidad) partiendo de una pregunta: ¿son pertinentes los instrumentos para evaluar el desempeño docente?

Está claro que en la reforma educativa la evaluación es un eje estratégico, a partir del cual se espera obtener información valiosa para realizar tareas de rediseño institucional y organizacional (al menos así está plasmado en la ley), en la que la toma de decisiones esté fundamentada en información que evidencie las falencias a corregir. Por ello, la idoneidad de los instrumentos de evaluación es fundamental, pues son mediante estos como se obtendrá la información base para la toma de decisiones.

En la primera etapa de evaluación del desempeño docente, tomando en cuenta los perfiles y parámetros establecidos por la SEP, se pusieron en marcha cuatro instrumentos para evaluar el desempeño docente:

  • Plan de clase (elaboración en línea).
  • Examen de opción múltiple.
  • Expediente con cuatro trabajos de alumnos (alto y bajo desempeño, de lengua y matemáticas) con un texto explicativo del docente sobre las características de los alumnos, el contexto familiar y social.
  • Informe de cumplimiento de responsabilidades profesionales (cuestionario respondido por el director. Este instrumento no influyó en la calificación final).

Tanto el plan de clase y el examen que sirvieron para valorar la planeación didáctica y el dominio de contenidos, fueron pertinentes. Sin embargo, existen dudas acerca de la rigurosidad valorativa del expediente conformado por cuatro trabajos de alumnos con el texto explicativo del docente. Con ese instrumento se pretendió valorar las prácticas didácticas, el ambiente en el aula, la evaluación de los alumnos y el logro de aprendizaje de los estudiantes.

Son muchos aspectos a evaluar en un solo instrumento que sólo pide cuatro trabajos cuando hay grupos de primaria y secundaria con más de tres decenas de estudiantes. Así mismo, en el aula cada alumno vive retos distintos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en los que la intervención docente debe ser valorada; es en ese proceso donde realmente se aprecia el desempeño de un docente, y no en un texto explicativo que tal vez carezca de una redacción pertinente que refleje todo lo abordado en el aula.

Del instrumento de evaluación abordado también se cuestiona el nivel de confiabilidad del mismo: ¿hasta qué punto los trabajos entregados como evidencia pueden ser manipulados? Esta preocupación no versa en el entendido de que el docente busque aprobar a como dé lugar (porque de ello depende su situación contractual), sino de la rigurosidad técnica. A partir de la reforma se elevó a rango constitucional la aplicación de la evaluación y se le otorgó autonomía al INEE (precisamente para asegurar el aspecto técnico de las evaluaciones sobre los intereses político-sindicales). Por ello, es necesario el cuestionamiento hacia los instrumentos de evaluación.

La preocupación no es menor si se toma en cuenta que los resultados de la evaluación no sólo definirán la situación contractual de los docentes (con la aplicación de una serie de incentivos positivos y negativos) sino también, dichos resultados serán la base de las próximas decisiones en materia de política educativa. Esa situación implica que, en caso de no haber sido empleado el mejor conjunto de instrumentos de evaluación, la información puede ser errónea, parcial o limitada. Lo anterior tendría como consecuencia acciones, decisiones y estrategias que no respondan a la necesidad última de aumentar la calidad de la educación.

Dadas las características particulares del SEM, hay múltiples retos a los que se enfrenta una evaluación del desempeño docente: temporales, organizacionales, institucionales, políticos, sindicales y culturales, sin olvidar el gran tamaño del sistema educativo. Esos elementos limitan los instrumentos idóneos para evaluar el desempeño docente, principalmente la observación en el aula. Por ello, surgen interrogantes: ¿Está ya listo México para evaluar el desempeño docente de la forma idónea? ¿Serían necesarias otras estrategias previas antes de llegar a la evaluación de desempeño? Las intenciones que dieron origen a la evaluación fueron buenas. Sin embargo, los medios para alcanzarla, ¿están siendo los correctos?

Desde la visión de política pública, la evaluación surgió como una estrategia racional, decidida a incidir de forma positiva en el SEM; atacando vicios político-sindicales. Pero con los retos técnicos, políticos y de implementación, la estrategia racional se está volviendo incremental, de ensayo y error. A esto hay que agregar los múltiples hechos socio-políticos como los ocurridos en Oaxaca para entender que la reforma educativa, y la evaluación docente en medio de ella, está perdiendo legitimidad.

*Estudiante de la maestría en Políticas Públicas en UAM unidad Xochimilco y de la especialidad en Política y Gestión Educativa en FLACSO México.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/pertinencia-de-los-instrumentos-para-evaluar-el-desempeno-docente/

Imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/04/evaluacion-extraordinaria-guerrero2-e1460132287865.jpg

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Movimiento Maker: los hacedores, transformadores de la educación

Pluma Invitada

Por: Miguel Ángel Gallegos Cárdenas

El tener la oportunidad de estudiar la Maestría en Desarrollo y Planeación de la Educación en una de las Universidades más importantes de nuestra nación, es un gran privilegio y una gran responsabilidad; la cual me ha permitido comprender la evolución de la educación y el papel que esta juega en el desarrollo de todas las sociedades.

A propósito de la investigación educativa que estamos realizando en el área de las TIC, y a sugerencia del Dr. Mauricio Andión, de la Universidad Autónoma Metropolitana, tuve la oportunidad de conocer la obra de uno de los pensadores más reconocidos de nuestra época: el Profesor Jeremy Rifkin, en específico el libro titulado “La Tercera Revolución Industrial”, que nos habla del cambio económico, tecnológico y energético que se está presentando en el mundo, y que describe, entre muchas otras, la posibilidad que habrá de la creación de miles de nuevos negocios y millones de empleos, además de que los seres humanos poco a poco dejaran de ser consumidores y pasaran a ser prosumidores (como vislumbrara Alvin Toffler); produciendo en sus casas, sus oficinas y en sus fábricas, con la fusión de las energías renovables y la tecnología de internet; además de entrever una revolución en las aulas y en la educación.

Lo anterior sirve de antesala para adentrarnos a un movimiento que surgió, de alguna forma si quisiéramos definir una fecha, en la era moderna en los años 50, con el “hágalo usted mismo” (entre muchas otras), que normalmente se realizaba en un rincón del hogar como una recreación o por la necesidad de reparar algo sin la intervención de un experto. En el año 2005 esta actividad de hacer o construir uno mismo, dejo de ser considerada como un acto meramente individual y nació así el movimiento Maker, término definido por Dale Dougherty.

Hace algunos meses, en México, un grupo de jóvenes, encabezados por Antonio Quirarte y Gustavo Merckel, tuvieron la visión de aterrizar el movimiento Maker, poniendo en marcha el proyecto llamado los Hacedores (Constructores o Makers), proyecto que ha logrado dar a conocer esta cultura en gran parte del país, despertando el interés en todo tipo de público: desde niños, jóvenes, adultos, profesionistas, amas de casa, empleados y un sinfín de personas; teniendo presencia no solo en México, sino que han logrado participar y mostrar internacionalmente lo que en nuestro país se está haciendo.

En el terreno de la educación, el Movimiento Maker comenzará a revolucionar la forma de aprender y de enseñar, pues la conjugación de las diferentes materias que se enseñan en las instituciones educativas tienen un punto de encuentro en la actualidad en los llamadosMakerspace, en donde con una simple herramienta como puede ser un martillo, desatornillador o pinzas, hasta una maquina sofisticada como una cortadora láser, una impresora 3D o una tarjeta Arduino conectada a una laptop, se concentran para esperar a que el hacedor o constructor, de vida a sus propios conocimientos conjugándolos para producir algo.

El Colegio Hebreo Maguen David fue prueba de ellos al inaugurar el pasado mes de mayo su propio Makerspace donde buscan empoderar a sus alumnos ofreciendo nuevas formas de participación y colaboración en busca de un nuevo modelo educativo.

Afortunadamente algunas instituciones educativas públicas en México también cuentan con el apoyo de los hacedores y otros equipos de trabajo para adentrarse a este movimiento que está comenzando a cambiar al mundo como nos vislumbra Rifkin en su obra.

Los hacedores cuentan ya con un Makerspace en la ciudad de México, el cual abre sus puertas para adentrase a este maravilloso mundo, el cual es un espacio de colaboración, de creación y de cultura digital en donde la comunidad la hacen todos apoyándose unos a otros por medio de las redes sociales y el uso de internet para compartir y retroalimentar sus saberes en busca siempre de construir y producir.

Sin duda una gran revolución industrial y digital está por venir cada vez con más intensidad y por ello será nuestro deber estar al tanto para acompañar el proceso de transformación de la educación.

Apropósito de la presente colaboración, para conocer y adentrarse más al movimiento Maker se lleva a cabo el Genuino Day 2016 en el Centro de Cultura Digital del 29 de marzo al 2 de abril, invitando gratuitamente al público en general, para conocer la programación y registro visitar la página de internet de Genuino.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/movimiento-maker-los-hacedores-transformadores-de-la-educacion/

Fuente de la imagen:http://www.glidea.com.ar/sites/default/files/movimiento-maker.jpg

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Reformar la reforma: urgencia política / Imanol Ordorika

Por Pluma invitada.

El conflicto magisterial que se desarrolla en México a raíz de la imposición de la reforma educativa alcanza ya una dimensión nacional con expresiones de oposición en el norte, el centro y el sur del país. Los niveles de confrontación se han vuelto alarmantes por la cerrazón gubernamental ante la exigencia de diálogo y las demandas de maestros y maestras, y a consecuencia del uso continuo y la violencia desmedida de la fuerza pública, contra el movimiento. La masacre de Nochixtlán, perpetrada por la PF, obligó finalmente al Ejecutivo federal a acceder a un diálogo, largamente demandado por el magisterio y amplios sectores de la sociedad. Sin embargo, las reuniones que se han desarrollado en los últimos días no presentan avances ni puntos de acuerdo que hayan trascendido a la opinión pública.

Al considerar la posibilidad de una eventual y no deseable ruptura del diálogo, parece oportuno proponer algunos elementos que puedan facilitar la ruta hacia la toma de acuerdos efectivos. Desde luego, lo que aquí se sugiere no intenta remplazar ni orientar las demandas y expresiones del magisterio, sino, en todo caso, poner sobre la mesa elementos que enriquezcan la discusión.

En el ámbito del Ejecutivo federal es necesario, ante todo, dar continuidad al mecanismo de diálogo entre la autoridad y el magisterio. En este contexto es imprescindible atender demandas básicas del movimiento mediante:

– La liberación inmediata de dirigentes magisteriales detenidos,

– la reinstalación de maestros despedidos por no participar en la evaluación y por faltas consecutivas, resultado de su participaciones en acciones contra la reforma educativa,

– el cese a la represión y al uso de la fuerza pública contra el magisterio, y

– el respeto a la libertad de expresión y manifestación en toda la República.

congresoPara contribuir a la solución del conflicto el Legislativo, en el marco de sus competencias, tendría que iniciar un proceso de revisión a profundidad de la normatividad aprobada en el contexto de la reforma educativa. A corto plazo es posible realizar enmiendas a las leyes General de Educación y la nueva del Servicio Profesional Docente, con la finalidad de:

– Desvincular la evaluación de cualquier consecuencia que atente contra la permanencia de maestros y maestras en tareas docentes y contra la estabilidad laboral del magisterio en general.

– Establecer la centralidad de la evaluación formativa y con fines diagnósticos, en lugar de evaluaciones coercitivas asociadas a incentivos o penalizaciones individuales.

– Abrir el marco jurídico para permitir y promover evaluaciones contextualizadas, diseñadas y puestas en práctica por autoridades educativas de nivel estatal y regional, y

– Establecer el carácter voluntario y no punitivo de evaluaciones para la promoción y acceso a programas de estímulos.

La solución al conflicto magisterial es una premisa básica para iniciar un proceso de cambio democrático del sistema de educación en México. Esta es una tarea urgente que debe partir de una discusión amplia y profunda sobre el sentido mismo de la educación en nuestro país. En este debate, el colectivo magisterial debe ser actor principal.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/reformar-la-reforma-urgencia-politica-imanol-ordorika/

Imagen:http://3.bp.blogspot.com/-on1XEzCeJ8g/Vj0cj7GWH3I/AAAAAAAA0II/ds4B3wOsbJM/s400/EPN_Videgaray_Economia.jpg

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¿Quién teme a la evaluación?

Por Gilberto Guevara Niebla

Es preocupante el relativo éxito de quienes propagan infundios sobre la reforma educativa entre docentes y entre padres de familia.

Sylvia Schmelkes

Sylvia Schmelkes

Fueron iluminadoras las palabras de Sylvia Schmelkes, consejera presidente del INEE, al decir que un diálogo entre autoridades y maestros disidentes sería posible siempre y cuando se dirigiera a mejorar, y no a derogar la reforma educativa. Ha habido, dijo, una campaña de desinformación con  fines de lucro en las  las mismas de la CNTE (EL UNIVERSAL 14-VI-2016).

Todavía más: es preocupante el relativo éxito de quienes propagan infundios entre los docentes y entre los padres de familia. Hay padres que, al carecer de información, creen que, en efecto, las autoridades buscan “suprimir la educación pública”, “que las familias serán quienes pagarán el salario de los docentes” o que “los libros de texto dejarán de ser gratuitos”.

La escala de chismes y engaños que han servido para sustentar la protesta magisterial es enorme y su efecto es deplorable. La inseguridad y el temor ha cundido entre ciertas esferas de maestros. La piedra angular de los temores la constituye la evaluación docente: los adversarios de la reforma propagan entre el magisterio la idea de que “quien reprueba la evaluación pierde su plaza”, que “la reforma quiere despojar a los profesores de sus derechos adquiridos” o que la reforma quiere “suprimir el derecho a la jubilación” de los mentores.

Se atribuyen a la evaluación todo tipo de connotaciones perversas cuando, en realidad, es un medio que apunta principalmente a que el maestro conozca las fortalezas y — como se dice ahora, de manera más elegante— “áreas de oportunidad”, de manera que tenga una base más objetiva para que él, con el apoyo de un tutor, decida los proyectos de formación y capacitación que más le convengan.

Trataré de arrojar mayor luz sobre el asunto. ¿Qué aspectos incluye, por ejemplo, la evaluación de desempeño que, según la ley, es obligatoria para todos los docentes?

evaluacion-desempeño-docente2Lo que se pide, primero, es que el director de la escuela donde trabaja el profesor rinda un informe sobre el cumplimiento de sus obligaciones profesionales básicas (asistencia, puntualidad, etcétera); en segundo lugar, se pide al docente que presente (o envíe por vía digital) evidencias del proceso de enseñanza-aprendizaje de su grupo (tareas de sus alumnos, material digital, fotos, videos, etcétera); en tercer lugar, el profesor presenta un examen sobre el dominio que tiene de la asignatura que enseña y, en cuarto, se le pide que describa con sus palabras su desempeño en el aula, a través de lo que se ha llamado “planeación didáctica argumentada”.

Este examen sufre algunas modificaciones de forma en educación media superior, pero esencialmente es el mismo. Un rasgo de los exámenes que se aplican a los docentes es que se les pide que reaccionen ante determinada situación. Por ejemplo: ¿Qué haría usted si observa que uno de sus alumnos fracasa reiteradamente en el aprendizaje de los números fraccionarios o quebrados?

Como se puede ver, la evaluación de desempeño no pregunta al maestro nada sofisticado, insólito o absurdo. En el centro de todo se encuentra su práctica profesional y sólo se solicita que cumpla lo básico.

Consejero del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/quien-teme-a-la-evaluacion/

Imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2015/06/22/5588a07896ad1.jpg

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