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Maestras guerreras

Por Lyanne Ortiz Roman

En mi familia hay tres maestras. Eva Delcy, quien da clases de estudios sociales a nivel elemental y de quien fui alumna cuando pequeña. Es reconocida por su gran desempeño en su escuela, y doy fe de cuánto le apasiona la historia de Puerto Rico. La otra es Evelyn, quien da casi todas las materias de nivel elemental a superior, y resalta en las bellas artes, pues las graduaciones más hermosas y emotivas las he visto realizadas con sus salones hogares. También se encuentra Sandra, quien, aunque es maestra, actualmente funge como orientadora escolar. Esta última es mi favorita, mi guerrera; ésta fue la misma que salió en defensa, junto a otras dos compañeras, por sus derechos en una ocasión que fueron tratadas injustamente. Los maestros(as) son multifacéticos, guerreros, de eso no hay duda.

Cada vez que se juntan las tres maestras hermanas hablan sobre los planes que realizarán, cómo van a decorar el salón, el intercambio de materiales, y en ocasiones, de las decepciones que viven en el semestre escolar. En ellas tres veo a todo el magisterio de Puerto Rico y me enorgullecen. Todas tienen una personalidad distinta, pero las he visto impartiendo enseñanza a sus estudiantes, y todas tienen algo en común.

El amor por levantarse tempranito en la mañana para ir a su salón hogar, el amor al preparar planes el día anterior, el amor al corregir exámenes un sábado o domingo mientras hay visita en la casa, el amor por orientar a los estudiantes, sobre la carrera que le despierta interés, el amor por actualizarse y darle a sus alumnos una clase buena e interesante. El amor por estar pendiente de si sus estudiantes merendaron, conocer por qué no hacen sus asignaciones, el amor al magisterio.

Siempre he tenido en mente que aquel niño(a) o joven de ojos tristes, que se tarda un poco más en hacer sus tareas, o aprender a leer y escribir es el niño(a) o joven que más atención requiere, y que tiene una gran historia por contar.

Amar al magisterio es ir más allá, salir del área de la pizarra y el escritorio e ir a ese pupitre a conocer el corazón de ese alumno. He escuchado varias veces a maestros decir que aquel estudiante que más “candela” les dio, es aquel que años después los ve en la carretera y les grita: “Mr., Mrs., ¿se acuerda de mí? O es quien que te abraza, por que recuerda lo que hiciste por él/ella, pues más que darle clase, lo ayudaste. Ahí es que su conciencia les agradece esa milla extra. Estoy segura de que existen más buenos maestros que aman la profesión que aquellos que han dejado de amarla en el camino.

En estos días, hemos tenido el honor de escuchar noticias de que varios maestros puertorriqueños han sido reconocidos por su excelente desempeño en varias materias en Estados Unidos. ¡Qué orgullo! Ustedes están de pie como lo están todos aquellos maestros a pesar de las controversias de estos últimos años tales como, el Retiro, demandas, huelgas, escasez de materiales, cierres de planteles escolares. En ocasiones han sentido que no se les da gran importancia. ¿A quiénes castigan? No tan solo el magisterio, también a los miles de estudiantes. Estos son los que sufren las malas decisiones.

Y sé que les duele porque recordando la historia de las tres maestras que resalto, desde niñas soñaron con ser maestras. Eva Delcy me contaba que con un globo terráqueo practicaba su clase de historia, que dibujaba mapas y que sus alumnas en ocasiones eran muñecas. De este mismo sueño hablaban los tres maestros galardonados en Washington por el presidente esta semana. Sé maestros que todos ustedes también lo soñaron. “Lo que sí es verdad, Consuelín, que me emociona intensamente pensarte frente a un salón de clases, a aquella muchachita inquieta y traviesa que de bicicleta  en bicicleta desafiaba todos los peligros, y que por poco se ahoga conmigo al reventarnos una goma en altamar. ¿Te acuerdas?”. (Julia de Burgos, Carta desde la Habana, 1940)

Existimos alumnos y ex alumnos que les damos las gracias y no nos imaginamos ni tan siquiera un día sin aprender o sin estar en su salón hogar.  Ejercen la profesión más importante el mundo. Tuve una maestra que me cambió la vida de manera positiva. Fue en sexto grado, una maestra que me inspiró a escribir, me inspiró a dirigir una organización que se llamaba “Grupo de Lectores y Escritores”. Con ella fue la primera vez que recibí un premio de superación. Pasan los años y no la olvido. El día de la graduación de cuarto año estaba ella allí. No pude abstenerme de sacarme una foto con ella para enseñársela a mis futuros hijos y no recuerdo si le di las gracias. Pero si no, ¡Gracias, Mrs. Toledo! Usted me ayudó a sentirme grande a tan poca edad y desde ese día continúo desarrollando eso que usted me enseñó.

¡Qué grandes son, maestros y maestras de Puerto Rico! Y como diría la gran Julia de Burgos: “¡Cómo te envidio ahora! ¡Y cómo gozo con tu triunfo que ya mismo verás realizado plenamente! Frente a los muchachos, pórtate seria, pero a la vez dulce.  No humilles a ninguno, que tú sabes que la adolescencia se caracteriza por el amor propio desenfrenado, y un realce de las buenas cualidades del niño de parte de la maestra hace mucho más que un enfoque directo a sus vicios. Cualquier problema que tengas consúltamelo enseguida, que tú sabes que la experiencia vale mucho más que cien conferencias.”  Y maestro o maestra a ti te digo: “Fuerte para responder con eficacia enseguida” (JB, 1940)

Fuente: https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/maestrasguerreras-columna-2234582/

Imagen: Obra de Miguel Conesa Osuna denominaa «Las Tres Mujeres Sabias» tomada de http://www.angelfire.com/planet/miguelconesaosuna/

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Una mirada a los procesos de evaluación docente en las Universidades

Pluma Invitada

*Gisela Yaneth Hernández Vera

Hoy día los docentes de nivel universitario nos enfrentamos a dos  grandes retos educativos en México,  el primero a las exigencias y demandas sociales del mundo actual y el segundo a los exigentes y enormes requisitos que las Universidades piden  para ser parte de su plantilla académica.

Se exige una preparación profesional de calidad, una licenciatura a fin de los contenidos a impartir, el grado de una Maestría relacionada con el perfil requerido y en muchos casos el grado de Doctor, pero por si fuera poco, los estudios antes mencionados no son suficientes, pues al haber  gran demanda  de candidatos en los exámenes de oposición, las exigencias se elevan cada vez más.

Es un largo camino que quien quiere ser docente tiene que transitar, se empieza con la recepción de documentos, posterior a ello debes esperar los temas de exámenes,  los cuales se presentan a través de un trabajo escrito y una exposición oral de por lo menos veinte o treinta  minutos.

El camino no termina, pues quien se encuentre mejor capacitado, según los estándares de cada institución, jurados y consejo técnico,  hay que sumarle los méritos académicos, los cuales incluyen los siguientes aspectos:   formación y actualización académica, antecedentes de desempeño  académico y experiencia profesional docente, es decir cursos, diplomados, especialidades, seminarios, ponencias, publicaciones, entre otros; así como presentar un documento reciente que acredite tener el dominio del idioma Inglés.

Ante este panorama actual, me asaltan  las siguientes  preguntas: ¿El sueldo como docente nos alcanza para pagar  nuestra propia capacitación ya sea un posgrado o doctorado? ¿Se tiene el  tiempo de calidad para pasar en familia? ¿Nos están formando para competir o para educar? Estos mecanismos de poder y de dominación, surgen también de una relación entre Educación-Estado y Educación-Sindicatos.

El abaratamiento de los salarios de personas profesionalmente capacitadas y la disminución de los lugares de trabajo, la inseguridad laboral, las contrataciones limitadas, da como resultado un estrés laboral, una constante en los lugares de trabajo.

Las Universidades de México requieren un sistema de evaluación docente  diferente, apegado a un contexto determinado, con necesidades específicas, una evaluación docente  que se funde en un análisis profundo de los valores, habilidades y actitudes que un docente debe tener, más que en la  cantidad de documentos.

Estamos ante una excesiva burocracia, llena de requisitos y documentos, donde la atención se centra en las cuestiones administrativas más que en una verdadera vocación docente, estos y otros mecanismos, nos han llevado a ser partícipes de un círculo vicioso de la competencia por el puesto.

La evaluación docente en las universidades, debe superar los procesos mediáticos, debe partir de procesos  más igualitarios y menos excluyentes, pues partimos de desigualdades para competir por una experiencia educativa o materia, donde los que tienen contratos de trabajo o bases permanentes, tienen la oportunidad de seguir trabajando por su currículum y  de participar en actividades académicas  que permitan mejorar su formación, a diferencia de los contratos limitados o eventuales, quienes deben pagar por su capacitación para poder entrar al sistema docente universitario.

En un país donde las desigualdades sociales y educativas se han acrecentado cada vez más, es importante repensar la educación desde una nueva óptica.

*Maestra en Investigación en Psicología aplicada a la Educación (MIPAE) UV.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/vozdelprofe-una-mirada-a-los-procesos-de-evaluacion-docente-en-el-ambito-de-las-universidades/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2014/02/Captura-de-pantalla-2014-02-27-a-las-16.45.02-300×197.png

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Una mirada a los procesos de evaluación docente en las Universidades

Por. Gisela Yaneth Hernández Vera

Hoy día los docentes de nivel universitario nos enfrentamos a dos  grandes retos educativos en México,  el primero a las exigencias y demandas sociales del mundo actual y el segundo a los exigentes y enormes requisitos que las Universidades piden  para ser parte de su plantilla académica.

normales y universidadesSe exige una preparación profesional de calidad, una licenciatura a fin de los contenidos a impartir, el grado de una Maestría relacionada con el perfil requerido y en muchos casos el grado de Doctor, pero por si fuera poco, los estudios antes mencionados no son suficientes, pues al haber  gran demanda  de candidatos en los exámenes de oposición, las exigencias se elevan cada vez más.

Es un largo camino que quien quiere ser docente tiene que transitar, se empieza con la recepción de documentos, posterior a ello debes esperar los temas de exámenes,  los cuales se presentan a través de un trabajo escrito y una exposición oral de por lo menos veinte o treinta  minutos.

El camino no termina, pues quien se encuentre mejor capacitado, según los estándares de cada institución, jurados y consejo técnico,  hay que sumarle los méritos académicos, los cuales incluyen los siguientes aspectos:   formación y actualización académica, antecedentes de desempeño  académico y experiencia profesional docente, es decir cursos, diplomados, especialidades, seminarios, ponencias, publicaciones, entre otros; así como presentar un documento reciente que acredite tener el dominio del idioma Inglés.

Ante este panorama actual, me asaltan  las siguientes  preguntas: ¿El sueldo como docente nos alcanza para pagar  nuestra propia capacitación ya sea un posgrado o doctorado? ¿Se tiene el  tiempo de calidad para pasar en familia? ¿Nos están formando para competir o para educar? Estos mecanismos de poder y de dominación, surgen también de una relación entre Educación-Estado y Educación-Sindicatos.

El abaratamiento de los salarios de personas profesionalmente capacitadas y la disminución de los lugares de trabajo, la inseguridad laboral, las contrataciones limitadas, da como resultado un estrés laboral, una constante en los lugares de trabajo.universidades matematicas

Las Universidades de México requieren un sistema de evaluación docente  diferente, apegado a un contexto determinado, con necesidades específicas, una evaluación docente  que se funde en un análisis profundo de los valores, habilidades y actitudes que un docente debe tener, más que en la  cantidad de documentos.

Estamos ante una excesiva burocracia, llena de requisitos y documentos, donde la atención se centra en las cuestiones administrativas más que en una verdadera vocación docente, estos y otros mecanismos, nos han llevado a ser partícipes de un círculo vicioso de la competencia por el puesto.

La evaluación docente en las universidades, debe superar los procesos mediáticos, debe partir de procesos  más igualitarios y menos excluyentes, pues partimos de desigualdades para competir por una experiencia educativa o materia, donde los que tienen contratos de trabajo o bases permanentes, tienen la oportunidad de seguir trabajando por su currículum y  de participar en actividades académicas  que permitan mejorar su formación, a diferencia de los contratos limitados o eventuales, quienes deben pagar por su capacitación para poder entrar al sistema docente universitario.

En un país donde las desigualdades sociales y educativas se han acrecentado cada vez más, es importante repensar la educación desde una nueva óptica.

*Maestra en Investigación en Psicología aplicada a la Educación (MIPAE) UV.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/vozdelprofe-una-mirada-a-los-procesos-de-evaluacion-docente-en-el-ambito-de-las-universidades/

Imagen: http://www.eltelegrafo.com.ec/media/k2/items/cache/975970ffe5d732805c4b6b19d4bc0622_XL.jpg

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Educación a migrantes: del olvido a las propuestas

Por Pluma Invitada/Dr. Carlos Rafael Rodríguez Solera

El pasado miércoles 3 de agosto el INEE anunció las directrices para la atención educativa de niñas, niños y adolescentes de familias de jornaleros migrantes, cuyo propósito es mejorar la calidad y la equidad de la educación que recibe esa población.

a necesidad de tomar medidas urgentes para mejorar la educación de los migrantes está más que justificada; esta población es la que sufre la peor situación de inequidad educativa en nuestro país, ya que la gran mayoría de estos niños y jóvenes están por completo excluidos del derecho a la educación. Un gran acierto del INEE ocuparse de este problema y proponer medidas concretas para resolverlo.

El INEE propuso cuatro directrices para mejorar la educación de los migrantes:

Directriz 1. Rediseñar las políticas de atención educativa a partir del fortalecimiento del presupuesto público, los procesos de planeación, la coordinación institucional y la participación social.

Directriz 2. Asegurar la pertinencia de un modelo educativo intercultural, así como la disponibilidad, idoneidad y desarrollo profesional del personal con funciones de docencia.

Directriz 3. Desarrollar un Sistema Unificado de Información Educativa y adecuar las normas de control escolar.

Directriz 4. Fomentar la innovación, la evaluación educativa y la gestión social de proyectos.

Ante esta propuesta del INEE surgen dos grandes inquietudes: la primera es si las autoridades educativas van a adoptar este importante conjunto de medidas y la segunda es si, en efecto, las medidas propuestas tienen el potencial de mejorar la educación de niños y jóvenes migrantes.

Desde hace más de 30 años el Estado Mexicano ha impulsado acciones y programas para atender la educación de los migrantes, pero los resultados son raquíticos, en la actualidad, de acuerdo al documento publicado por el INEE sólo entre el 14 y el 17% de los niños y jóvenes migrantes asisten a la escuela.

¿Por qué los resultados han sido tan pobres? En mi criterio esto se debe a que ha faltado voluntad política para resolver el problema, se han asignado recursos insuficientes y, en este caso, el Estado ha evadido su responsabilidad de dar educación de calidad a todos sus ciudadanos, incluidos por supuesto a los migrantes.

El problema fundamental de la educación a migrantes es que muy pocos niños logran acceder al sistema educativo y permanecer en él hasta concluir su educación básica. Sería bueno contar con un modelo educativo intercultural, con personal idóneo, un sistema de información educativa en el que se fomente la innovación, como lo proponen las directrices 2, 3 y 4, pero eso no tendría sentido si se sigue atendiendo como máximo al 17% de los migrantes. Antes de pensar en las características ideales de una educación a migrantes, habría que garantizarles que tengan acceso y permanencia en el sistema educativo.

Por ello considero que la más importante de las directrices propuestas es la primera, porque coloca la necesidad de replantear las políticas de atención educativa de los migrantes. Sin embargo, aunque la directriz plantea una serie de medidas concretas, como la elaboración de un diagnóstico nacional sobre la niñez migrante o el incremento del presupuesto público destinado a su educación, no es claro quién será el responsable directo de realizar ese diagnóstico o de ejercer ese presupuesto, toda vez que las autoridades educativas de la actual administración eliminaron el Programa de Educación Básica para Niñas y Niños Migrantes (PRONIM), que era la principal iniciativa desarrollada por la SEP para atender a esta población.

La experiencia muestra que parte del problema de la atención a migrantes ha sido la duplicidad de funciones, la inoperancia de la coordinación interinstitucional e intersectorial y la falta de un programa al que se le dote de la autoridad y los recursos necesarios para asumir la responsabilidad de educar a los migrantes.

Habrá que esperar la respuesta de las autoridades educativas que, de acuerdo con la Ley General de Educación y la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, cuentan con un plazo de 60 días naturales para responder de manera pública a esas directrices e indicar la forma en la que se atenderán.

Fuente noticia: http://www.educacionfutura.org/educacion-a-migrantes-del-olvido-a-las-propuestas/

Fuente imagen: http://www.chiapasparalelo.com/wp-content/uploads/2015/03/Las-mujeres-presentes-en-el-MUMI-2.jpg

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¿Marchando el modelo educativo?

Por Pluma Invitada

“La reforma educativa que se inicia en este sexenio significa un gran paso adelante, pues se propone llevar a la práctica la idea de que la educación, más que un proceso de información, es un proceso personal de descubrimiento, exploración y asimilación de métodos y lenguajes”.

El párrafo anterior no es ninguna cita de alguno de los documentos del actual proceso de reforma; tampoco parte del discurso de alguna autoridad. Son líneas de hace 40 años y están en el Plan Nacional Indicativo de Ciencia y Tecnología 1976 (p. 66). Por supuesto, todavía seguimos con la idea de que no basta la memorización de información en la escuela y vamos tras otros mecanismos de aprendizaje que parecen evanescentes.

Si se revisa el inicio de diferentes procesos de reforma, previos o posteriores a la cita ya indicada, se podrán encontrar propósitos más ambiciosos o más acotados, según el periodo y el talante del gobernante en turno, pero las palabras serán relativamente similares. Seguramente, al final del periodo de referencia, cuando llega la hora de rendir cuentas, el balance de los resultados también será parecido: el avance es indudable, no alcanzamos las metas que nos propusimos por ciertos imponderables, pero estamos en el camino correcto y habremos de persistir.

¿Por qué ocurre esto? En primer lugar porque no es suficiente un buen diagnóstico de los problemas y una impecable declaración de intenciones de lo que habría que hacer. Peor tantito si están ausentes, como ha ocurrido en diversas ocasiones. Pero si están los pasos previos, falta que enfrenten la áspera realidad y los grupos de implicados, sean beneficiarios, espectadores o afectados.

No siempre la declaración de intenciones es explícita. De hecho, la reforma educativa de hace cuatro décadas, con todo y que incluyó múltiples y variados aspectos (legislación educativa, cambios administrativos y técnico-pedagógicos) no enunció con claridad cuál era su principal objetivo o qué metas pretendía alcanzar.

En la actual reforma, al comienzo, se presentó como una reforma legal y administrativa en materia educativa, con tres objetivos: incrementar la calidad de la educación básica; aumentar la matrícula y mejorar la calidad en los sistemas de educación media superior y superior; y recuperar la rectoría del sistema educativo nacional. Nada de modelo educativo.

A pesar de que incluyó casi una decena de acciones, lo que captó la atención fue la idea de crear un “Servicio Profesional Docente” (SPD). Incluso la mención de recuperar la rectoría del sistema educativo solamente cobró sentido un par de meses después. Por supuesto, un nuevo sistema de evaluación docente tenía un efecto directo sobre el profesorado y no eran buenas noticias: cambio en las reglas de juego para el ingreso, la permanencia y promoción de los profesores. No por nada hasta ahora sigue siendo el tema más controvertido. Por la misma razón, erróneamente, se sigue considerando que solamente se trata de una reforma laboral o administrativa.}nuño-edomex3

Lo que vale la pena subrayar es que en aquel momento no hubo ninguna mención al propósito de crear un nuevo modelo educativo. Apareció cuando se emitieron las leyes secundarias en septiembre de 2013. Luego, al comienzo del año siguiente vino la consulta sobre el modelo, se realizaron foros, se sistematizaron resultados y luego vino una continua postergación de su presentación. En ese entonces, como ahora, y no sin razón, se criticó la ruta seguida: comenzar por los instrumentos y dejar para después el modelo.

Finalmente, el pasado 20 de julio, el secretario de Educación Pública, presentó el modelo educativo. En conjunto son tres documentos: i) “los fines de la educación en el siglo XXI”, en donde de manera breve, pero muy precisa, se establece el propósito de la educación y el perfil ideal del egresado de la educación básica; ii) la “propuesta curricular para la educación obligatoria”, es la parte más extensa, argumentada y medular; y iii) “el modelo educativo” y, por si hiciera falta el énfasis, con el subtítulo de “el planteamiento pedagógico de la reforma educativa”.

El documento del modelo se presenta estructurado en cinco ejes: 1) la escuela al centro; 2) el planteamiento curricular; 3) la formación y desarrollo profesional docente; 4) inclusión y equidad; y 5) gobernanza del sistema educativo. ¿Algún novedad importante? Sí, sin duda. Y obviamente es lo que faltaba: las prácticas pedagógicas y los contenidos curriculares.

Entonces ¿ahora se pondrá en marcha el modelo educativo y con ello la reforma como tal? En realidad, salvo la propuesta expresamente curricular y algunas prácticas pedagógicas, los cuatro ejes restantes, en mayor o menor medida, ya están en operación. Sin embargo, precisamente, la forma de operar y el SPD son su principal impedimento. El dilema es si ahora retrocederá para avanzar o el modelo seguirá marchando a ninguna parte. Debiera rectificar y la consulta está abierta.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/marchando-el-modelo-educativo/

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¿Para qué debe servir la educación?

Por Pluma Invitada

Uno de los grandes debates que deberíamos estar teniendo en México es sobre los objetivos que el sistema educativo debería estar persiguiendo y sobre la mejor forma de lograrlos. Nuestro debate público en materia educativa es tan mediocre que se centra en cuestiones que en muy pocos países siguen pendientes de resolverse: que los profesores acepten ser evaluados y que asistan a clases en vez de cerrar calles y avenidas.

Es lamentable, pero eso no debe impedirnos que nos preguntemos sobre el fondo de la cuestión: ¿qué tipo de conocimientos, habilidades y destrezas debemos inculcar en nuestros niños para que puedan salir adelante en la vida? Y ahí es donde, me temo, todavía seguimos anclados en el siglo XX (o en el siglo XIX, en algunas entidades federativas).

Les enseñamos a los niños con detalle nuestra historia, pero no tienen idea de quién es Elon Musk o qué ha hecho Jeff Bezos para conseguir que Amazon sea una empresa ganadora. Los ponemos a memorizar fechas inútiles, pero no saben resolver problemas complejos a los que deberán hacer frente en su práctica profesional; sobra decir que no los preparamos para saber trabajar en equipo, ni para desarrollar inteligencia emocional o para poder negociar con los demás. Es decir, no les estamos ofreciendo las herramientas que puedan hacer de ellos mejores personas y mejores profesionistas, que se ganen bien la vida y que puedan tener la información que necesitan para superarse día tras día.

Esa debería ser la principal cuestión en la que el sistema educativo mexicano debe enfocarse. No en las banalidades en las que la mezquindad de unos y los intereses de otros nos tienen instalados. Por ejemplo, las empresas están requiriendo ingenieros bien preparados, que estén listos para dirigir fábricas.

Muchas de ellas tienen que traerlos de afuera porque nuestras universidades no los preparan para ello. No es casualidad que haya tantos profesionistas asiáticos viviendo en el Bajío o tantos norteamericanos instalados en los estados de la frontera norte.

Otro caso: hay mucho trabajo para los abogados que sepan hablar inglés y un idioma adicional (ojo estudiantes de derecho: hablar inglés ya no es su ciente), pero en nuestros centros educativos lo que se enseña en materia de idiomas extranjeros es patético y nuestros jóvenes salen con nulos conocimientos de japonés, chino mandarín , alemán o coreano, pese a las enormes ventajas que como país tendríamos al enseñar esos idiomas.

Obviamente, es algo impensable en la mediocre educación pública que tenemos; vaya, apenas en las instituciones de élite de carácter privado se enseñan idiomas adicionales al inglés, pero pocos abogados los dominan (casi ninguno, que yo sepa). Les tenemos que enseñar a nuestros niños a desarrollar la creatividad y el pensamiento crítico.

Lo primero para que puedan ser creadores y aporten conocimientos novedosos que se requieren en el mundo de internet; lo segundo para que comprendan que lo que hoy existe no es lo mejor posible, sino que hay miles de oportunidades para mejorar.

Es indispensable por tanto (re)pensar la educación, así como meditar sobre sus objetivos y propósitos; necesitamos darles herramientas a los niños no para que terminen trabajando en una maquiladora sino para que sean emprendedores; el país necesita personas que no solamente puedan buscar un trabajo, sino que creen uno; que controlen su economía familiar, que le sepan a las computadoras en serio, que estén abiertos al mundo, que lean mucho, que piensen por sí mismos para que no se dejen manipular por nuestros siniestros políticos que solamente quieren sus votos. Todo eso y más debemos exigirle a nuestro sistema educativo. La responsabilidad es de todos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/para-que-debe-servirla-educacion/

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La tecnología ¿factor de exclusión educativa?

Pluma Invitada

Por: Ana Solís (*)

La implementación del uso de la tecnología en la educación en México es una demanda urgente. Alejandro Almazán, Director General de Únete, en la presentación de Bett Latin America Leadership Summit 2016 en entrevista para una edición anterior de Educación Futura, afirma que el profesor que no adapte estas nuevas herramientas a su trabajo, muy probablemente podría ser sustituido.

Es en este escenario donde le invito a reflexionar juntos sobre qué significa que la tecnología esté presente en la educación. Si lo consideramos infraestructura, podemos pensar en la diversidad de contextos que presenta el multigenérico territorio SEP en educación básica. Existen escuelas públicas (en las escuelas particulares estas situaciones no se presentan) donde no se cuenta con servicios básicos como mobiliario, baños y luz eléctrica. Sin embargo, lo invito a pensar en una escuela que cuente con todo lo necesario para utilizar la tecnología. Será necesario considerar ahora, la intención pedagógica. Habrá que enfrentarse nuevamente a la diversidad de contextos y formas o estilos de enseñanza, contemplando que la tecnología no quede enfrascada en pedagogías anquilosadas que en lugar de generar espacios de producción de conocimiento la conviertan en un recurso más de diseminación de información en el aula, con prácticas reducidas a copiar de la pantalla o el uso de programas que de manera mecánica felicitan al estudiante cada vez que acierta al dar Enter.

Por último, habrá que preocuparse por la tecnología como medio de inclusión para que los alumnos participen de manera activa en la sociedad del conocimiento. Sin embargo, la desigualdad en nuestro país nos devuelve diversidad de contextos. Habrá alumnos que cuenten con todos los recursos de conexión, acceso y conocimientos sobre el uso de la tecnología para solucionar problemas en su vida cotidiana e inclusive generar nuevos programas e ideas utilizando la tecnología como una herramienta más de la mente. En contraste con alumnos que jamás han tenido un smart phone, conexión a internet en sus hogares o que están pagando a plazos la computadora familiar, no obstante tienen vasto conocimiento sobre navegación y uso de internet. Son especialistas en redes sociales y copias de trabajos en rincones cibernéticos poco confiables. La tecnología desde las complejas realidades mexicanas es un factor de exclusión independientemente de que el profesor adapte o no estas herramientas a su trabajo. El ingreso a la sociedad del conocimiento se asegura para los alumnos que cuentan con acceso y saberes tecnológicos que otros, difícilmente podrán alcanzar.

(*) Coordinadora de la especialidad Habilidades del Pensamiento en la UPN

 

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/la-tecnologia-factor-de-exclusion-educativa-ana-solis/

Fuente de la imagen:http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2013/11/tecnologia-educativa-300×200.jpg

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