La hacktivista española Marta Franco publicó en 2024 Las redes son nuestras, un ensayo que lleva un sugerente subtítulo: una historia popular de internet y un mapa para volver a habitarla. Desde Lisboa envía algunas pistas más para evitar la parálisis.
Habita internet desde 1999 y subraya ese verbo. A principios de este siglo, mientras estudiaba periodismo, empezó a participar en colectivos sociales relacionados con “okupación, feminismo y cultura libre”. Primero fue construir sus páginas web, gestionar sus listas de correo y subir noticias a Indymedia, la red global de contrainformación. “Aunque éramos entusiastas del software libre, comenzamos a usar plataformas de redes sociales de empresas privadas porque facilitaban llegar a más gente. Exploramos Facebook y, sobre todo en mi caso, Twitter. Entonces surgió el 15M, donde, como explico en el libro, usamos una combinación muy potente de herramientas digitales libres y privativas, pero con el tiempo y las prisas nos fuimos olvidando de la parte libre”, dice la periodista y activista de 40 años, que hoy vive en Lisboa.
Su libro aborda la historia de internet: aquel espacio común, que nació libre, hoy dominado por las corporaciones. Contra los mitos fundacionales de Silicon Valley, Franco contrapone el activismo de base, el aporte militante de la comunidad científica, los hacklabs y Wikipedia, que lleva años en el top de las webs más visitadas del mundo. Haciendo memoria histórica, sin añoranza, en el libro repasa cómo internet dejó de ser un espacio creativo y colaborativo para volverse una usina de ofensa y conspiración, a la vez que propone algunas alternativas para recuperar su espíritu original.
En el libro decís que repensar aquella historia de victorias en su uso más abierto y democrático no es un ejercicio de nostalgia impotente, sino una herramienta para recordar que se puede ganar. ¿Cómo hacer para construir un territorio creativo hoy sin caer en la lógica de los negocios que impera en internet?
Es como si internet fuera una ciudad donde sólo hay centros comerciales. Estamos atrapadas por sus lógicas, podemos regular para que sea un poco mejor pero siempre quedaremos en manos del dueño. Necesitamos que haya también calles, plazas, bibliotecas públicas, centros vecinales y espacios autogestionados. Hablo de ser “habitante” para reivindicar una forma de estar en internet distinta a la de “usuaria”. Ser habitante de un lugar supone tener cierta agencia y conciencia del espacio en el que vives, convivir con tus vecinas y aspirar a mecanismos democráticos para la gestión de lo común. Casi todas las personas hemos renunciado a ser habitantes de internet porque solemos ser usuarias pasivas de unas pocas plataformas privadas, sin cuestionar cómo nos vienen dadas ni intentar incidir sobre su gobernanza. Mi propuesta pasa por recuperar la noción, y el deseo, de que en internet debe haber espacio público y comunal.
Suena bien para alguien que esté familiarizado con los hackers, la resistencia 2.0 y la militancia contra el poder de las corporaciones pero aplica a una porción muy selectiva y minoritaria en el mundo. La gran mayoría, tal vez quiera usar Instagram para uso recreativo o comercial, quiera comprar en Amazon las últimas novedades y estar al tanto de los éxitos de Netflix. ¿Cómo despertar ahí un interés, una curiosidad, y no que lo vean como algo ajeno? ¿Y qué pasa, además, con los que ni siquiera tienen buena conexión a internet, con los que están afuera del consumo y del uso convencional y hegemónico?
El éxito de Amazon, Netflix o Instagram se basa en ponerlo extremadamente fácil para engancharte a tus productos, pero todas las personas que las usan pueden experimentar sus efectos negativos: sentir adicción, perder demasiado tiempo viendo videos o memes estúpidos, que cierren el comercio local y les afecte laboralmente, recibir mensajes de odio y no poder hacer nada para frenarlos, etc. Creo que lo que falta es conectar esas malas experiencias con sus causas, y señalar las alternativas. Las papas fritas están ricas y son muy fáciles de conseguir, pero mucha gente tiene conciencia sobre sus efectos en la salud y no se alimenta exclusivamente de ellas.
El consumo hegemónico precisamente te exige buena conexión a internet porque prima los videos sobre otros formatos. No obstante, estoy de acuerdo en que es un privilegio poder dedicar tiempo y espacio mental a la militancia tecnológica. La respuesta a tu pregunta es compleja, pero creo que las luchaspor una internet libre también se integran dentro de todas las luchas que tenemos que llevar a cabo para conseguir que todas las personas puedan vivir su vida con dignidad, agencia y autonomía. Digamos que cuanto más libre sea internet, mejor herramienta tendremos para organizar esas luchas.
Sin embargo esa no parece ser la tendencia y desde la perspectiva de los usuarios parece ser más lo que ofrecen que lo que nos quitan las redes sociales.
Creo que cuando usamos las redes no percibimos que les estemos cediendo nuestra intimidad a nadie porque lo que estamos viendo es una interfaz y un dispositivo, no a una persona que nos observa. Y tampoco estamos exactamente compartiendo nuestra intimidad con nadie concreto, porque lo que les interesa a las plataformas es el big data, las grandes cantidades de datos agregados, que es de donde se puede extraer valor para predecir pautas de consumo o para entrenar inteligencia artificial, por ejemplo.
Es como si internet fuera una ciudad donde sólo hay centros comerciales. Necesitamos que haya también calles, plazas, bibliotecas públicas, centros vecinales y espacios autogestionados. Hablo de ser “habitante” para reivindicar una forma de estar en internet distinta a la de “usuaria”.
Pero sí intuimos que estamos contribuyendo a algo negativo: casi todo el mundo conoce los escándalos de esas empresas y también ha sentido la ansiedad, el cansancio o la tristeza que pueden crear. Pero creo que hacemos un cálculo entre coste y beneficio y llegamos a la conclusión de que lo que nos dan merece la pena; o bien que las consecuencias de irnos serían aún peores porque podríamos perder trabajo, contacto con personas a las que apreciamos u oportunidades de informarnos o entretenernos, que no obtendríamos de otra manera.
Cuando decís que “nos robaron internet” invocas una batalla perdida. ¿Cómo hacer para recuperarla, en momentos donde los experimentos de la IA crecen exponencialmente, y las ultraderechas se afirman en las redes y en las plataformas de forma hegemónica?
Estamos ante un problema tan complejo que no hay ninguna solución mágica. Necesitamos que las instituciones democráticas regulen con eficacia para poner límites a las grandes tecnológicas y también que inviertan en el desarrollo y mantenimiento de tecnologías digitales públicas; necesitamos una sociedad civil organizada que, además de presionar a los gobiernos y vigilar a las empresas, desarrolle sus propios proyectos y se atreva a imaginar e innovar saliéndose de los caminos y la urgencia que nos marcan los hypes tecnológicos; necesitamos activarnos individualmente, como consumidores, haciendo un uso más crítico y consciente de internet. La buena noticia es que ya hay mucha gente pensando en ello, muchos proyectos a los que apoyar o unirse. Las redes, en cuanto tecnologías cuya razón de ser son los vínculos entre personas y saberes, son nuestras.
luchar o fugar
Ni tecnosolucionismo ni pesimismo colapsista. Marta Franco asume que apagar el celular, cambiar de vida y perderse en el bosque no es una opción para la mayoría de la humanidad. La desconexión es un lujo que poca gente puede permitirse, escribe en Las redes son nuestras, haciendo un estudio de éxitos editoriales de los últimos años que recogen reflexiones amplias y más o menos apocalípticas como las de Byung-Chul Han, Yuval Noah Harari o Remedios Zafra. Franco prefiere elegir los kits de DataDetox que hace la ONG tecnocrítica Tactical Tech, la cual propone planes de acción divididos en varios pasos para examinar hábitos tecnológicos y tomar decisiones para cambiarlos. O cita pautas para sabotear la maquinaria que extrae nuestros datos personales, empezando por instalar un sistema operativo libre (GNU/Linux) en cada computadora, “ya que el software no espía”, o recurrir a bloqueadores de anuncios como AdNauseam, una extensión para Firefox y Chrome que, “además de eliminar los anuncios de las páginas, clica en ellos de manera ciega, es decir, la web receptora no registrará desde qué ordenador proviene”.
Hablás en el libro de una memoria “desde abajo”. ¿Qué experiencias rescatás en Europa y en Latinoamérica de redes comunitarias y confluencias públicas en el presente?
Me gusta mucho Som Connexió, una cooperativa con origen en Catalunya que se está extendiendo por España y ofrece conexión a internet con criterios éticos y sostenibles. Framasoft es una organización francesa sin ánimo de lucro que desarrolla aplicaciones para el trabajo colaborativo, alternativas a productos como Doodle o Google Forms que se pueden usar de manera gratuita, y están continuamente desarrollando y mejorando. A nivel institucional, en Bruselas llevan varios años hablando de “soberanía tecnológica” porque se percibe que depender de empresas norteamericanas y chinas es arriesgado, pero por fin parece que el discurso va a cristalizar en algo: se está empezando a impulsar Eurostack, un proyecto para tener infraestructura digital desarrollada por empresas europeas y con financiación pública. Personalmente no confío en que la Comisión Europea vaya a hacer nada fuera del marco empresarial imperante, que ya sabemos que está alejado de la justicia social, pero cualquier iniciativa que al menos contribuya a descentralizar el poder de las big tech me parece interesante. Respecto a Latinoamérica, recomiendo seguir a las organizaciones Derechos Digitales y Sursiendo; la primera trabaja en el ámbito de la incidencia en políticas públicas, la segunda en el de las tecnologías desarrolladas y gestionadas desde abajo, con un enfoque más imaginativo.
¿Cómo ves la realidad del software libre?
El software libre es de uso masivo y popular: Android es software libre, la mayoría de los servidores de internet corren sobre Linux, casi todo el software que se usa para construir grandes modelos de lenguaje como ChatGPT es libre… Lo que ocurre es que las grandes empresas se han centrado en parasitar código libre para desarrollar servicios cerrados. Es decir, ya no te venden un software que te puedas instalar en tu ordenador o servidor y ejecutar cuando quieras, sino un servicio que, aunque se base en código libre, por cómo está diseñado solo puedes usarlo ejecutándolo en sus servidores. Por ejemplo, en el caso de la IA generativa, técnicamente puedes montarte tu propio modelo de lenguaje, pero necesitas cantidades de computación estratosférica para entrenarlo, por eso acabas pagándole una mensualidad a ChatGPT para usar el que ya tiene montado en sus servidores.
Creo que las luchas por una internet libre también se integran dentro de todas las luchas que tenemos que llevar a cabo para conseguir que todas las personas puedan vivir su vida con dignidad, agencia y autonomía. Digamos que cuanto más libre sea internet, mejor herramienta tendremos para organizar esas luchas.
Dicho esto, sigue quedando mucho software libre que podemos instalar en nuestro ordenador y sustituye a servicios de las grandes tecnológicas. Por ejemplo, en vez de usar Google Docs en la nube, puedes instalarte Libre Office. Promover este software libre es una estrategia interesante porque quita cuota de mercado a las grandes mientras nos da mayor privacidad y opciones de configuración, e incluso puede abrirnos hacia una mejor comprensión de cómo funciona el software que usamos.
pragmatismo de la razón
“Hace ocho años nos robaron internet. Lo habíamos llevado demasiado lejos, y nos lo quitaron. Desde 2011, cuando internet se convirtió en sinónimo de redes sociales, protagonizamos la Primera Árabe en Túnez y Egipto, Geração à Rasca en Portugal, el 15M en España, Occupy Gezi en Turquía, Vem Para Rua en Brasil… Millones de personas utilizamos las redes para generar el ruido, la propaganda y la agitación que alimentaron movimientos sociales de masas. Los cambios políticos que impulsamos son de alcance diverso, pero, incluso si nos resultan insuficientes, el caso es que llegamos demasiado lejos”, recupera Franco, en una parte del libro, la historia también reciente de internet. “Las fuerzas del mal se reorganizaron: aprendieron de nuestras tácticas de inteligencia colectiva y las transformaron en un conjunto de metodologías para hacer trampas y bullying. De ellas se benefician desde Trump hasta Vox pasando por Milei, en una convergencia que podemos llamar la Internacional del Odio. Ahora, aquellas plataformas que nos ayudaron a encontrarnos y organizarnos son un campo de minas y experiencias desagradables”, completa.
¿Cómo evitar el pesimismo frente al fortalecimiento de la ultraderecha en el mundo?
El panorama es muy negativo pero creo que el pesimismo es un lujo que no nos podemos permitir. Está claro que el análisis es demoledor: no es sólo Elon Musk, Silicon Valley se ha volcado con la campaña de Trump porque le prometía dejar que la IA y las criptomonedas crezcan sin regulación. Tenemos a los jefes de las empresas que controlan la mayoría de las tecnologías que median nuestras vidas alineados con un gobernante neofascista que está marcando tendencia a nivel global. Pero en muchos momentos de la historia hemos conseguido salir de etapas oscuras gracias al esfuerzo de la gente de abajo, de la colaboración y las alianzas múltiples. Esto que digo no es optimismo, es pragmatismo: mirando a lo concreto avanzamos mucho más que lamentándonos. Nos toca agarrarnos a lo que todavía funcione, a los espacios de democracia y justicia que aún persistan, apoyarnos en ellos y cuidarlos para que crezcan.
derecho a la información / desafíos de la comunicación
Franco habla de tres “robos” emblemáticos. El primero sucedió cuando la infraestructura creada con financiación pública para posibilitar la existencia de la red acabó en manos de empresas, como el caso de la RedIRIS en España, con la posterior privatización de Telefónica. El segundo surgió con el modelo de negocio basado en monetizar unas dinámicas sociales que habían nacido con el movimiento antiglobalización, a comienzos de 2000, como el caso de Google cuando compró la tecnología que sirvió para lanzar Blogspot y se hizo con YouTube. Y el tercero es el que se produjo hace aproximadamente una década cuando las redes sociales, convertidas ya en sinónimo de internet, fueron tomadas por ejércitos de bots y los algoritmos dominaron la escena desde posiciones muy reaccionarias. “Las herramientas que antes nos fueron útiles ahora nos son ajenas”, resume la comunicadora, quien añade que la ultraderecha, además de bots, tomó la iniciativa política en Twitter en los últimos años con referentes digitales, personajes y cuentas, al estilo de verdaderas milicias online.
A la hora de recuperar “las plazas de internet”, Franco habla de escapar a las novedades, lo viral y las agendas que imponen los medios hegemónicos. Hace tiempo que un puñado de empresas concentra más poder que la inmensa mayoría de los países, lo que significa que hay actores geopolíticos clave sin control democrático. Para la autora, no hay que mirar tanto lo macro sino lo micro: recuperar la construcción de sentidos en la horizontalidad y los espacios colectivos.
El derecho y el acceso a la información parecen estar en crisis en un mundo donde el juego de poder se estrecha y las prácticas autónomas gestionan sus creaciones ante todo tipo de adversidades, ¿qué panorama ves en la comunicación más allá de boicotear a las grandes empresas y apostar por alternativas de software libre, como proponés en el libro?
Sabemos que la tecnología nunca es neutral, siempre refleja las motivaciones políticas encarnadas en las empresas y los gobiernos que la promueven. Las tecnologías digitales están especialmente concentradas en muy pocas empresas, y se están concentrando más por el desarrollo de una IA que requiere unas capacidades de computación estratosféricas. Como hacedores y consumidores, no podemos seguir perdiendo el tiempo con cortinas de humo, tendencias alimentadas por el marketing o polémicas vacías, porque así perdemos la oportunidad de pensar e incidir sobre los temas realmente importantes. Una pista: donde no hay algoritmos de recomendación se respira mejor. Es decir, dejar de pasar tanto tiempo en Instagram, TikTok o Bluesky y mirar más hacia las webs, listas de correo, foros o el fediverso (Mastodon). A corto plazo parece que así pierdes algunas oportunidades, pero a la larga es la única salida que veo para que el periodismo y la comunicación en general conserven su valor específico en un entorno de creación de contenidos tan ruidoso y competitivo. Construir comunidades de información y crear el periodismo que sea importante para ellas. Si tu trabajo se parece a lo que puede hacer una IA, te quedan muy pocos años de trabajo. El periodismo lleva años intentando jugar el juego de internet: cada vez más rápido, más inmediato y más llamativo para competir en la batalla por la atención. Con el panorama actual de influencers, propaganda política e IA generativa está muy claro que es un juego en el que los periodistas nunca van a ganar. Pararse para intentar pensar otra estrategia es sin duda arriesgado y costoso, pero creo que seguir adelante como si nada es aún más arriesgado porque es un callejón sin salida. Si hay salida, debe estar en reinstaurar el valor del periodismo como servicio de calidad, que es lo que puede justificar su financiación común (dinero público, donaciones, suscripciones, etc). Y en Argentina tenéis una larga historia de medios comunitarios que demuestran que se pueden hacer cosas de otras maneras.
Lo humano no es una condición natural sino una construcción cultural histórica y social. Si bien el homo sapiens forma parte de los homínidos, cuando hablamos del humano lo hacemos desde el lenguaje, desde la cultura, desde las composiciones sociales. Por eso es histórica, la conciencia de lo humano aparece en un determinado momento o más bien se va a conformando en distintos momentos. Lo que se encuentra en las lenguas de las diferentes culturas, en distintos tiempos arcaicos y de la antigüedad, es la diferenciación entre unos y los otros, entre los que se consideran gente y los que no lo son; en todo caso serían otras clase de gente u otra gente. De principio aparece un autorreferencia para distinguirse de la heterorreferencia, sobre todo respecto a la relación con nosotros. Lo que acabamos de decir ciertamente es muy general, sin embargo ayuda a comprender por lo menos una diferencia anterior a la noción de humano, que luego se va a convertir en concepto. La antropología ha llamado a esto a esta autorreferencia, un primario etnocentrismo.
En las lenguas indoeuropeas se puede rastrear la derivación de humano del concepto de humus, que quiere decir suelo, incluso tierra. ¿Cómo el humus se convierte en homo y cómo el homo se convierte en humano? Ciertamente lo que acabamos de decir tiene que ver con el latín y también con el griego. ¿Pasa algo parecido con otras lenguas? Al respecto hay que distinguir las variaciones fonéticas que pueden aproximar a las palabras de lo que son los desplazamientos figurativos de las metáforas. Esta diferenciación es muy importante cuando nos trasladamos de las lenguas indoeuropeas a otras familias lingüísticas y a otras constelaciones de lenguas.
Ciertamente el concepto homo se aplica no solamente al homo sapiens, sino también a otros homínidos, que se supone que lo antecedieron o, más bien, forman parte de distintas ramas. El tema aquí radica en qué momento el homo sapiens adquiere la conciencia o la comprensión de que es homo humanus. Humano deriva del indoeuropeo ghom-on, que significa humano. Sabemos que hombre significa ser humano, también persona; asimismo en sentido estricto ser humano masculino, es decir varón. Antiguamente, del latín hominem, acusativo de homo, hombre en los dos sentidos. Viene del indoeuropeo ghom-on-, dhghom-on-, hombre en el primer sentido. Literalmente equivalente a terreno, también terrestre, es decir, no celeste. Vale decir el que no es un dios.
En sentido filosófico el humano no es Dios. Ahora bien, ¿es animal? La diferencia entre animal y humano viene dada en la antigüedad sobre todo griega. Sin embargo, en las culturas amazónicas, tomando en cuenta Mitológicas de Claude Lévi-Strauss, se da un devenir animal y un devenir humano, una metamorfosis animal y una metamorfosis humana. Entonces eso depende del referente cultural y lingüístico del que partamos. Por otra parte hay que distinguir en las lenguas indoeuropeas las concepciones antiguas de las concepciones arcaicas, incluso de las concepciones ancestrales.
Cuándo François Hartog expone en Départager L’Humanité, diferencia animales, humanos y dioses. Los humanos se encontrarían en una intermediación entre las bestias y los dioses, respecto a la mortalidad que comparten con los animales y la inmortalidad que encuentran en los dioses, a la cual pretende acceder. La ciencia moderna sabe que el hombre es en realidad un animal, como dice César Vallejo en un poema humano, dejando en claro que no hay dioses. Lo que nos interesa es lo que ocurre con el imaginario humano. ¿Cómo construye su autorreferencia? ¿Cómo construye su heterorreferencia? En este sentido decimos que hay un devenir humano, un devenir inhumano, un devenir alteridad.
Al respecto vamos a hacer tres anotaciones; una que corresponde al Nacimiento de la tragedia de Friedrich Nietzsche; otra que corresponde a Mitológicas, haciendo hincapié en El hombre desnudo de Claude Lévi-Strauss[1], donde se hace un balance de las cuatro Mitológicas. La tercera corresponde a interpretaciones en la mitología andina. Antes de comenzar diremos que en la lengua aimara se denomina al humano como jaqi y en la lengua quechua como runa.
Notas sobre el nacimiento de la tragedia
La diferencia entre lo apolíneo y los dionisíaco, entre el principio de individuación y el acontecimiento plural, entre la luz y la oscuridad, entre la regla y la transgresión, entre la calma y la festividad, se da según Friedrich Nietzsche en los griegos, tanto como oposición, como contraste, así como compensación y equilibrio, para no decir síntesis dialéctica, que no encaja en la interpretación de Nietzsche. A propósito dice Nietzsche:
“Fue la reconciliación de los adversarios, con determinación nítida de sus líneas fronterizas, que de ahora en adelante tenían que ser respetadas, y con envío periódico de regalos honoríficos; en el fondo, el abismo no había quedado salvado. Más si nos fijamos en el modo como el poder dionisíaco se reveló bajo la presión de ese tratado de paz, nos daremos cuenta ahora de que, en comparación con aquellos sauces babilónicos y su regresión desde el ser humano al tigre y al mono, las orgías dionisíacas de los griegos tienen el significado de festividades de redención del mundo y de días de transfiguración. Sólo en ellas alcanza la naturaleza su júbilo artístico, sólo en ellas el desgarramiento del principium individividuationis se convierte en un fenómeno artístico. Aquel repugnante bebedizo de brujas hecho de evolución y crueldad carecía aquí de fuerza: sólo la milagrosa mezcla y duplicidad de efectos de los entusiastas dionisiácos recuerdan aquel bedizo – como las medicinas nos traen a la memoria los venenos mortales -, aquel fenómeno de que los dolores susciten placer, de que el júbilo arranque al pecho sonidos atormentados. En la alegría más alta resumen el grito del espanto o el lamento nostálgico por una pérdida insustituible. En aquellas festividades griegas prorrumpe, por así decirlo, un rasgo sentimental de la naturaleza, como si ésta hubiera de sollozar por su despedazamiento en individuos. “[2]
Un ejemplo que da Nietzsche es el de la música donde si bien las notas distinguibles tienen que ver con lo apolíneo, la mediodía en cambio es composición dionisíaca. Como se puede ver en el nacimiento de la tragedia a pesar de la distinción individualizanante de lo apolíneo, la trama de la tragedia se envuelve en un tejido dionisíaco. La metamorfosis aparece como sustrato de las figuras de la tragedia. El vínculo con lo plural se da lugar en la oscuridad no iluminada pero que se pronuncia como coro.
“El griego conoció y sintió los horrores y espantos de la existencia: para poder vivir tuvo que colocar delante de ellos la resplandeciente criatura onírica de los olímpicos. Aquella enorme desconfianza frente a los poderes titánicos de la naturaleza, aquella Moira (destino) que reinaba despiadada sobre todo los conocimientos, aquel buitre del gran amigo de los hombres, Prometeo, aquel destino horroroso del sabio Edipo, aquella maldición de la estirpe de los Atridas, que compele a Orestes asesinar a su madre, en suma, toda aquella filosofía del Dios de los bosques, junto con sus ejemplificaciones míticas, por la que perecieron los melancólicos estrucos, – fue superada constantemente, una y otra vez, por los griegos, o, en todo caso, encubierta y sustraída a la mirada, mediante aquel mundo intermedio artístico de los olímpicos. Para poder vivir tuvieron los griegos que crear, por una necesidad hondísima, estos dioses: esto hemos de imaginarlo sin duda como un proceso en el que aquel instinto apolíneo de belleza se fue desarrollando en lentas transiciones, a partir de aquel originario orden divino titánico del horror, el orden divino de la alegría: a la manera como las rosas brotan de un arbusto espinoso. Aquel pueblo tan excitable en sus sentimientos, tan impetuoso en sus deseos, tan excepcionalmente capacitado para el sufrimiento, ¿de qué otro modo habría podido soportar la existencia, si en sus dioses ésta no se le hubiera mostrado circundada de una aureola superior? El mismo instinto que da vida al arte, como un complemento y una consumación de la existencia destinados a inducir a seguir viviendo, fue el que hizo surgir también el mundo olímpico, en el cual la ‘voluntad’ helénica se puso delante un espejo transfigurador.”[3]
De este modo los dioses justifican la vida humana. Los dioses forman parte de la narrativa, el mito es el arquetipo de la narrativa. Es cuando se inventa la trama, el principio, la mediación y el desenlace que hacen al destino. El humano se observa en un espejo celestial pero también en las cavernas laberínticas dónde las sensaciones y las búsquedas se pierden en el abismo. El humano convive con los dioses y los animales, Es parte de un cosmos del cual no sabe si es caos o es orden.
En El universo, los dioses, los hombres; el relato de los mitos griegos[4], Jean Pierre Vernant nos presenta el origen del universo según los griegos antiguos. Al principio solo había vacío, al que se lo llama Caos. En el origen solo existía el Caos, un abismo ciego, oscuro e infinito. En el Caos se engendró la Tierra, que los griegos llaman Gea. La Tierra surgió de las propias entrañas del Caos. En el imaginario griego el Caos aparece como neblina opaca, donde todas las fronteras se confunden, todos los límites se diluyen, incluso en la Tierra, donde se da la claridad, la firmeza y la estabilidad, en lo más hondo, vuelve a hallarse el aspecto caótico del comienzo de todo. En todo caso Gea es la madre universal.
Después del Caos y la Tierra nace el amor primordial Eros. El primer Eros es una manifestación de la energía cósmica. La tierra da nacimiento a Urano, el cielo donde se encuentran todos los astros que la habitan. El otro engendro de la Tierra es Ponto, el agua, todas las aguas, el mar. Urano copuló con la tierra. Se puede decir que Ponto, el mar, al igual que Urano, es el polo opuesto de la Tierra. Vernant dice que:
“Mientras que ésta es sólida y compacta, y en ella las cosas no pueden mezclarse, Ponto es todo lo contrario: es líquido, fluido, informe, inaprensible; sus aguas se mezclan, indiferenciadas y confundidas. En la superficie, Ponto es luminoso, pero en sus profundidades no puede ser más oscuro, lo que lo une, tal como le ocurre a la Tierra, con el Caos.” [5]
Tenemos entonces a Caos, Gea y Eros, además de las dos entidades perdidas por la tierra, Urano y Ponto. Urano es el Cielo de la misma manera que Gea es la Tierra. En estas circunstancias Urano no deja de desenvolverse en el mismo cuerpo de Gea, hablamos de una actividad primordial, que tiene características sexuales, cubrir a Gea, coparla incesantemente, poseerla permanentemente; no sucede otra cosa, es lo único que ocurre.
“La pobre tierra se encuentra entonces preñada de una serie de criaturas que no pueden salir de su seno, que son alojadas en el mismo lugar en que las ha concebido tras ser fecundada. Como el Cielo no se separa jamás de Tierra, entre los dos no existe un espacio que permita a sus criaturas, los Titanes, salir a la luz y tener una existencia autónoma. No pueden adoptar la forma que les corresponde, no pueden llegar a ser unos seres individualizados porque están continuamente comprimidos en el sexo de Gea, de la misma manera que Urano estaba incluido en su seno antes de nacer.” [6]
Los hijos de Gea y Urano son los seis Titanes y las seis hermanas, las Titánides. El mayor de los titanes se llama Oceano, es el cinturón líquido que rodea el universo, se conforma como esfera, de tal manera que su principio y su fin son lo mismo. El gran río cósmico se mueve curvándose sobre sí mismo; el más joven de los Titanes se llama Cronos. Después vienen dos tríos de seres monstruosos, en el primero están los cíclopes, Brontes, Estéropes y Arges. El segundo trío monstruoso está conformado por los denominados Hecatonquiros, Coto, Briarero y Ginges. Los primeros se caracterizan por contar con un solo ojo, en tanto que los segundos son seres de talla gigantesca, dotados de cincuenta cabezas y cien en brazos, cada uno de los cuales cuenta con una fuerza descomunal.
Agobiada Gea de estar sometida a Urano y de encontrarse abultada por sus hijos, aconseja a los Titanes rebelarse. Todos temen a su padre, que lo consideran muy poderosos, salvo Cronos, que se presta a la conspiración de la madre. Al castrar el miembro viril de su padre, justamente cuando copula con gea, Cronos abre el camino para el nacimiento del Cosmos, separa el Cielo de la Tierra.
“Abandonemos por un instante la descendencia de la Tierra y recuperemos la del Caos. Éste engendró a dos criaturas: Érebo y Nix, la noche. Como prolongación directa del Caos, el Érebo es la oscuridad sombría, la fuerza de la oscuridad en un estado puro, que no se mezcla con nada. El caso de Nix es diferente. También ella, al igual que Gea, engendró unas criaturas sin unirse a nadie, por una parte, el Éter, la luz celestial pura y constante, y, por otra, Hémera, el Día la luz diurna.” [7]
Comparando se puede decir que Érebo representa a la oscuridad total en cambio el Éter expresa a la luminosidad absoluta. Arriba se encuentran los dioses celestiales en el Éter luminoso, abajo se encuentran los dioses subterráneos, los que han sido derrotados y desterrados al Tártaro. De la sangre de Urano, que brota una vez que fue decapitado su miembro, nacen junto con las Erinias, los Gigantes y las Melíades, Las ninfas de los enormes árboles que son los fresnos. Las Melíades, que son guerreras, tienen vocación por la matanza. La madera con que están hechas las Lanzas que utilizan son de estos árboles. Se puede decir que de la sangre de Urano nacen tres clases de deidades que corresponden a la violencia, al castigo, al combate, a la guerra y a la matanza. Una figura griega sintetiza esta violencia, Éris, es decir, el conflicto, asimismo la discordia en la misma familia, como el caso de las Erinias.
Si de la sangre del miembro de Urano nacen todas estas deidades, del mismo miembro que flota en el mar y la espuma de su esperma que se mezcla con el mar, de esta combinación espumosa alrededor del sexo, que se mueve con las olas, nace una criatura soberbia, Afrodita. Esta diosa viene acompañada por un séquito, lo forman Eros e Hímero, el Amor y el Deseo. Hay que anotar que este segundo Eros no es el Eros primordial, sino un Eros que distingue lo masculino y lo femenino; se dice que es hijo de Afrodita. De este modo nos encontramos como en una segunda creación que se diferencia de la creación primordial. Al castrar Cronos al padre ha constituido dos fuerzas complementarias, una de las cuales se llama Éride, la Discordia, La otra se llama Eros, el Amor.
Notas sobre las Mitológicas
En Lo crudo y lo cocido, en La miel y las cenizas, en El origen de las maneras de mesa y en El hombre desnudo, Caude Lévi-Straus interpreta la racionalidad propia de los mitos del continente americano, de Sur a Norte[8]. En la primera Mitológicas se constata la diferencia entre naturaleza y cultura. Diferencia que incorpora a la naturaleza en la invención de la cultura, sobre todo debido al uso del fuego, a la clasificación de lo comestible, plantas y animales. A la culinaria que supone la cocción. En la segunda Mitológicas se destaca el efecto del fuego destructivo, que hace imposible el consumo. Incursionado en el consumo y clasificación de la miel. Recolectando miel usando el fuego que provoca humo y ahuyenta a las abejas. Así como se da cuenta del origen del tabaco. En la tercera Mitológicas se ocupa del ordenamiento de la alimentación, aunque también vinculado a la abundancia o escasez de los peces, que a su vez se encuentra conectado con la aproximación o alejamiento de las constelaciones, la Cabellera de Berenice y las Pléyades. En la cuarta Mitológicas se toman en cuenta mitos de Norteamérica y se los compara con mitos de Sudamérica, encontrándose su conjunción completaría, continua y en transformaciones, haciendo integralmente un mito único. Claude Lévi-Strauss escribe:
“De un extremo al otro del nuevo mundo se diría que pueblos que hablan lenguas, llevan géneros de vida, practican usos y costumbres que no tienen nada en común, tratansen tenazmente de descubrir, bajo los más diversos climas, ciertas formas de vida animal (y sin duda otro tanto en los demás reinos), de seguirles la pista, por decirlo así, asimilando, cuanta vez les fuera posible, especies, géneros o familias, a fin de preservarle a tal lo cual el papel de algoritmo al servicio del pensamiento mítico para efectuar las mismas operaciones.” [9]
Dejaremos de lado el uso de la teoría de conjuntos y de la matemática para interpretar los mitos por parte de Claude Lévi-Strauss, empero tomaremos en cuenta su concepción musical para interpretar los mitos como composición de melodías. Lo que importa aquí es la correspondencia entre cosmos, ecología y biología, haciendo intervenir sus dinámicas en tanto metamorfosis cosmológicas, zoológicas y biológicas. La relación sexual también se entrelaza con lo que podríamos llamar los entramados del tejido complejo, el de la vida, al que hacen referencia a los mitos.
Todos los seres que intervienen en los mitos son sujetos, tienen voluntad propia, deseos, son personas e intervienen en la trama y en los desenlace. Sabemos que el mito tiene que ver con el origen, en este sentido dijimos que se ocupa del origen del fuego, diferenciando fuego útil de fuego destructivo, que tiene que ver con el origen de la cultura, concretamente de la cocina, diferenciando lo crudo de lo cocido. Tiene que ver con el origen de los instrumentos de caza, empero también con el origen de la agricultura. Aunque también con el origen del agua. Asimismo con el origen de los vientos. Por lo tanto podríamos hablar de los mitos y de los orígenes de todo.
Se puede decir que en principio fueron los animales, que actúan respecto a los elementos, a el agua, a la tierra, a el aire, a el fuego. Entre ellos se encuentra el humano, que indistintamente puede ser animal o humano. Al que le ocurren toda clase de accidentes, de malentendidos y también de satisfacciones, que son narradas en los mitos. Pueden distinguirse por lo que le pasa al humano, sea hombre o mujer, niño o anciano. Lo que le pasa explica la abundancia o la escasez, también explica la anatomía y las características de los animales. Entonces estamos ante entrelanzamientos comprometidos, que explican los orígenes y dan lugar a los desenlaces.
Entonces se trata de un devenir animal y de un devenir humano, en el contexto del devenir de las estrellas y la constelaciones, que reaparecen en el devenir de los elementos, agua, tierra, aire y fuego. El humano está integrado en esta polifonía.
En Mil mesetas Gilles Deleuze y Félix Guattari, se refieren a estos de devenires en el capítulo Devenir-intenso, devenir-animal, devenir-imperceptible. Escriben:
“Jung ha elaborado una teoría del arquetipo como inconsciente colectivo, en la que el animal tiene un papel especialmente importante en los sueños, los mitos y las colectividades humanas. Precisamente, el animal es inseparable de una serie que implica el doble aspecto progresión-regresión, y en la que cada término desempeña el papel de un transformador posible de la líbido (metamorfosis). De ahí deriva todo un tratamiento del sueño, puesto que, dada una imagen inquietante, se trata de integrarla en una serie arquetípica. Una serie de este tipo puede implicar secuencias femeninas o masculinas, infantiles, pero también secuencias animales, vegetales, o incluso elementales, moleculares. A diferencia de la historia natural, el hombre ya no es el término eminente de la serie, puede serlo un animal en lugar del hombre, el león, el cangrejo o el ave de presa, la pulga, con relación al acto, tal función, según tal exigencia de lo inconsciente. Bachelard escribe un hermoso libro jungiano cuando establece la serie ramificada del Lautreamont, teniendo en cuenta el coeficiente de velocidad de las metamorfosis y el grado de perfección de cada término en función de una agresividad pura como razón de la serie: El colmillo de la serpiente, el cuerno del rinoceronte, el diente del perro y el pico de la lechuza, y, ascendiendo en la serie, la garra del águila o del buitre, la pinza del cangrejo, las patas del piojo, la ventosa del pulpo. En el conjunto de la obra de Jung, toda una mímesis reúne en sus redes la naturaleza y la cultura, según analogías de proporción en las que las series y sus términos, y sobre todo, los animales que ocupan en ellas una situación media, aseguran los ciclos de conversión naturaleza-cultura-naturaleza: Los arquetipos como representaciones analógicas“.
“¿Acaso es un azar que la estructuralismo haya denunciado con tanta intensidad esos prestigios de la imaginación, el establecimiento de la semejanzas a lo largo de la serie, la imitación que recorre toda la serie y la lleva hasta el final, la identificación de este último término? Nada más explícito a este respecto que los célebres textos de Lévi-Strauss relativos al totemismo: Superar las semejanzas externas hacia las homólogas internas. ya no se trata de instaurar una organización serial de lo imaginario, sino un orden simbólico y estructural del entendimiento. Ya no se trata de graduar semejanzas y delegar en última instancia a una identificación del Hombre y del Animal en el seno de una participación mística. Se trata de ordenar las diferencias para llegar a una correspondencia de las relaciones. Pues el animal se distribuye, de por sí, según relaciones diferenciales u oposiciones distintivas de especies; y lo mismo ocurre con el hombre, según los grupos considerados. En la institución totémica, no se dirá que el grupo de hombres se identifica con tal especie animal, se dirá: Lo que el grupo A es al grupo B, la especie A’ lo es la especie B’. Estamos ante un método profundamente diferente del precedente: Dados dos grupos humanos, cada uno con su animal-tótem, habrá que descubrir en qué medida los dos tótems mantienen relaciones análogas a las de los dos grupos- lo que la Corneja es al Halcón.” [10]
Un poco más abajo concluyen:
“El estructuralismo es una gran revolución, el mundo entero deviene más razonable. Considerando los dos modelos, el de la serie y el de la estructura, Lévi-Strauss no se contenta con hacer que la segunda se beneficie de todos los prestigios de una verdadera clasificación, remite la primera al dominio oscuro del sacrificio, que presenta como el usuario e incluso carente de buen sentido. El tema serial del sacrificio debe dar paso al tema estructural de la institución totémica bien entendida. Y, Sin embargo, una vez más, entre las series típicas y las estructuras simbólicas, se establecen muchos compromisos, como en la historia natural.”
Teniendo en cuenta estas consideraciones, comparando con lo que se dice en Départager l’humanite, de François Hartog, podemos decir que el humano cristiano, que el humano del renacimiento, el humano social, han perdido la memoria y el imaginario de estas conexiones, desplazamientos transformaciones moleculares, de estas metamorfosis y devenires que hacen a la vida.
Lo crudo y lo cocido
¿Qué se hace a lo crudo para que se convierta en cocido? El fuego. Por eso es importante el origen del fuego. Es este origen el que interpreta el mito. Sin embargo, el origen del fuego viene acompañado por otros orígenes, por ejemplo el origen del agua, así como el origen de los instrumentos de caza, que llamaremos también el origen de la técnica. No podemos dejar de hablar al respecto del origen de la agricultura, que está ligada al agua, al uso del agua. Todos estos orígenes tienen que ver con la fecundidad y la fertilidad, con la reproducción. Así como, volviendo al principio, con la alimentación.
Respecto al uso del fuego y al uso del agua es importante clasificar a los animales que se pueden cazar y a los animales que no se pueden cazar, a los animales que se pueden comer y a los animales que no se pueden comer; distinguirlos según su cualidad e impacto. Lo mismo ocurre con las plantas, es indispensable diferenciar las plantas que se pueden comer de las plantas que no se pueden comer. La cocción es importante, empero el uso del fuego no puede ser desmesurado, pues puede terminar quemando lo que se cuece, incluso destruir las viviendas si se expande. Lo mismo ocurre con el agua, un uso adecuado del agua permite la agricultura, en cambio cuando desborda destruye la agricultura.
La relación de los humanos con los animales está íntimamente imbricada, entrelazada. Se trata de relaciones abigarradas. No hay una decisión clara entre humanos y animales, pues se comunican, incluso hablan, se comprometen, establecen alianzas. Hay como una conciencia de la complementaridad entre humanos y animales, de la coexistencia y la cohabitación en los territorios, en los ríos y en las costas. En unos casos los animales aparecen como deidades, poseedores del fuego, de las técnicas y de los saberes, que son entregados a los humanos, después de haber llegado a acuerdos.
En los mitos amazónicos el jaguar juega un papel crucial en esto de la transferencia del fuego a los humanos, en el enseñarles a comer carne cocida y entregarles los instrumentos de caza. El jaguar es, a su vez, tenido y aceptado en el entorno de las viviendas de la comunidad, de sus casas. De la misma manera los otros animales juegan un papel de intermediación en la relación entre el jaguar y los humanos. A su vez la mujer hace de intermediación entre hombres y el jaguar. Experimenta la metamorfosis. Aunque esta mujer haya sido asesinada por los hombres, ha cumplido un papel importante en la intermediación, por lo tanto en la transferencia del fuego, de las técnicas y de los saberes, sobre todo de la cocción, fuera de estar ligado todo esto con la agricultura.
De acuerdo a Lévi-Strauss un conjunto de mitos sobre un origen hacen un sistema; por ejemplo, los mitos de origen de la cocina hacen un sistema. Lo mismo podemos decir de los mitos de origen de los cerdos salvajes. Entre ambos sistemas se dan relaciones suplementarias así como, en contraste, relaciones complementarias. De la misma manera podemos decir respecto de los otros mitos de origen, que hacen a otros sistemas; por ejemplo, los mitos de origen de los instrumentos de caza, los mitos de origen de la agricultura, así como los mitos de origen del tabaco, también en contraposición de la miel. Todos los mitos funcionan circularmente, integrándose en el imaginario colectivo de las narrativas mitológicas. Los mitos del desanidador de pájaros, Bororo y Ge, se conectan con los mitos del origen del tabaco, Toba, Matako, Tereno y Bororo. A su vez se conectan con los mitos de los cerdos salvajes, Mundurucu, Cariri y Bororo. Articulando los elementos de la carne, el fuego y el tabaco.
Lo crudo y lo cocido, la primera Mitológicas, es la base de mitos de los que se parte, para abordar las constelaciones de mitos que se consideran en el resto de las Mitológicas. En Lo crudo y lo cocido se comienza con la Obertura, en El Hombre desnudo se culmina con Finale.
Notas sobre la mitología andina
En el mundo andino, de la misma manera, los mitos hacen de substrato del imaginario social. Llegar a los mitos, en sus versiones ancestrales se hace difícil, no solo debido al tiempo, sino por la intermediación de los que registraron los mitos, que básicamente fueron cronistas. Su traducción no deja de ser cerrada y obviamente escuchada y leída desde la perspectiva de los conquistadores. Sin embargo, a pesar de este sesgo se puede buscar una interpretación más adecuada acudiendo a la figuras y metáforas que se transmiten en la traducción y en la crónica. Uno de los mitos tiene que ver con la deidad Wiraqucha, que en algunos casos, precisamente desde el sesgo cristiano de los cronistas, lo consideraron como el creador del mundo. Sin embargo, en sociedades politeísta no hay una sola deidad, sino muchas, dependiendo de la concepción de las fuerzas inherentes en los seres con los que se entra en contacto. Para llegar a las metáforas es importante la interpretación filológica y lingüística, por lo menos de los términos con los que se nombra a la deidad. Por ejemplo en el caso de Tiksi Wiraqucha se puede decir que se trata del fundamento, Tiksi, y del viento que deambula sobre las espumas del lago. En el sesgo de interpretación se descompone el término de Wiraqucha en Wayra y quchua. Deidad “de tez blanca y pequeña estatura, de ojos grandes, que hace cuatro milenios emergió de la nada y enseñó a los habitantes de las tierras andinas los valores éticos”. Se nota que la última parte de esta interpretación está marcadamente sesgada; esto lo sabemos por los datos que nos ofrece, lo de los cuatro milenios y lo de los valores éticos. Sin embargo ya es una mejor aproximación, distinta a la que lo concibe como deidad única.
Otra deidad es Kon, se trata de “un antiguo huaca o dios andino, principalmente reverenciado en la costa. Su culto fue parte de la vida de lejanas culturas. Apareció del norte, creando, poblando y dando moldes civilizatorios. Después transformó a toscos y derrotados nativos en animales negros. No calzaba en su cuerpo etéreo el sistema óseo, pero si se desplazaba con prodigiosa rapidez. En eras muy remotas, se hizo presente, aplanando los montículos, cortando los valles sólo con la potencia de sus palabras. Llenó la tierra de pobladores humanos y les llenó de frutos sabrosos. Sin embargo, por negarle el culto debido, castigó a los hombres, retirando la lluvia y transformando los fecundos terrenos en estériles desiertos. Los peores de estos hombres castigados fueron desterrados al mundo antiguo donde se convirtieron en gigantes comehombres, los huajunes. Desde aquel entonces, no volvió a llover en la costa y dejó apenas pocos ríos, cuyas aguas retribuían el tesón humano de sobrevivir.”
Kon es la deidad del desierto. Encargado de dar castigo a los nativos, que corresponde al secado de los terrenos de la costa, donde ya no llueve desde entonces. Kon es conocido también como Wakon. Atañe al dios del viento y la lluvia, en lo que respecta a la mitología incaica. El dios Kon vino desde el Norte, apareciendo por primera vez en el mar. En algunas leyendas, Kon es establecido como hijo de los dioses Inti y Mama Quilla.
“No está definido el significado exacto del nombre Kon. Al provenir de culturas más antiguas que la incaica, se hace más complicado la búsqueda sobre su definición. No obstante, para el antropólogo Alfredo Torero, el término Kon parece tener origen en las culturas que florecieron en el Norte. Uno de los factores que apoya esta teoría se encuentra en la descripción de Kon por el historiador Francisco López de Gómars, 1552. El historiador describe a la deidad de la manera siguiente:
Dicen que al principio del mundo vino por la parte septentrional un hombre que se llamó Kon, el cual no tenía huesos. Andaba mucho y ligero; acortaba el camino abajando las sierras y alzando los valles con la voluntad solamente y palabra, como hijo del Sol que decía ser. Hinchó la Tierra de hombres y mujeres que crió y dióles mucha fruta y pan, con lo demás a la vida necesario.[11]
Gustavo Solís Fonseca, en La lengua Culli revisitada, dice que “Kon fue un vocablo registrado en la lengua culli, la provincia de Huamachuco, como Coñ. Asimismo, dicho término tiene por significado agua. El significado se puede ajustar perfectamente a la definición del relato mítico – “sin huesos”, “camino acortado” –, es decir, la deidad era como el agua que bajaba de los cerros, se transformaba en ríos, cavaba las montañas, desbravaba la floresta.” A propósito también se puede revisar de J.Limage y Lupita Montesinos, Conquista y mestizaje en el Tahuantinsuyu: Elementos religiosos y literarios en dos crónicas andinas.
Otra deidad es Naylamp quien “navegando desde el Oeste, llegó (como) un intrépido personaje, llegado a las playas. Lo acompañaba un gran séquito y una corte espléndida. Llevaban consigo la escultura de la deidad llamada Ñam Pallac. Termino que dio origen al topónimo ‘Lambayeque’. Por varios años realizaron avanzadas de conquista, extendiendo su dominio por amplios sectores de la costa de Lambayeque. Impulsaron el culto de Ñam Pallac, le erigieron en su honor un santuario, en el sitio denominado Chot. En las fiestas que le dedicaban, tañían caracoles – a modo de trompetas – que derramaban polvos de esas conchas de mar, en calidad de sustancia sagrada. Un día menos pensado, Naylamp desapareció, abriendo sus alas remontó hacia lejanías insondables. Hasta en la actualidad esperan su retorno.”
También están los gigantes del llano costero. “Muchos yacimientos arqueológicos se hallan en la costa. Son las mansiones de unos aborígenes que construyeron sus poblaciones, edificaron sus mansiones. Y en una época difícil de precisar, se produjeron lluvias torrenciales o Unu Pachacuti (el agua que trastorna la Tierra), que inundaron las poblaciones. Sus habitantes huyeron a las partes altas y algunos pudieron sobrevivir. Al retornar se encontraron con unos gigantes y se armó una guerra desigual, los aborígenes se escondieron en cuevas y así vivieron muchísimos años. Por fin, apareció por los aires montando un qoa o puma alado, un joven que con su warak’a (honda gigante andina) de rayos hería mortalmente a los gigantes (es posible que dicho joven no sea otro más que Wiraqucha o el mismo Illapa). Este impetuoso y mancebo guerrero siguió venciendo a los poderosos gigantes, mientras guiaba a los aborígenes a armarse contra ellos y vencerlos con estrategia. Luego de la derrota de los gigantes, retornaron los antiguos pobladores a ocupar sus tierras de Chincha, que usurparon aquellos colosos. Los gigantes fueron desterrados al mundo antiguo, donde se convirtieron en los temibles s’oqas, gigantes de fuego translucidos cuyos nervios parecen de roca y reemplazaron a sus huesos.”
Según Ariadna Baulenas I Pubill, en La evolución de la divinidad Illapa en el Tahuantinsuyu: Poder y conflicto entre la élite cusqueña, “Otra deidad importante es Illapa, “conocido también como: Apu Illapa, Ilyapa, Chuquiylla, Catuilla, Intillapa o Libiac. Es el dios del rayo, el trueno, el relámpago, la lluvia y la guerra, dentro de la mitología incaica. El rayo era reverenciado, por lo general, como una deidad de jerarquía suprema dentro de toda el área andina; por lo que recibía diversos nombres: Yana Raman o Libiac, de los Yaros o Llacuaces; Pariacaca, de los Yauyos; Apocatequil, de los Cajamarca; Tumayricapac, de los Yaros de Chinchaycocha; Pusikaqcha, del altiplano sur; entre otros. Durante la expansión del Tahuantinsuyo, estas divinidades pasarían a convertirse en variantes regionales del dios Illapa.”
“Al igual que otros dioses incaicos, Illapa posee múltiples atribuciones que se extienden desde sus atribuciones fundamentales, pues Illapa no solamente encarnaba la energía pura del rayo, sino que encarnaba al cielo y los fenómenos atmosféricos, originados en la bóveda celeste. Como divinidad soberana del clima, estaba en su voluntad las condiciones óptimas para la vida. A manera de hacer escarmentar a la humanidad, la divinidad manifestaba su decepción enviando catastróficas granizadas, tormentas e inundaciones para aniquilar a los transgresores y acabar con los cultivos, que son la base del sustento del imperio. De lo contrario, la divinidad proveerá la caída del liquido celeste para la fertilización de la tierra y, de esta manera, las cosechas y cultivos pueden considerarse fructíferos. Este último punto vincula a la deidad celeste con la agricultura y fertilidad.”
“Otra de las atribuciones destacadas de Illapa era la guerra, puesto que su figura jugaba un papel primordial en contextos bélicos. Illapa fungía como el principal numen protector de las campañas militares incas durante la expansión del Tahuantinsuyo. Debido a sus facultades como dios del clima y dios de la guerra, Illapa fue venerado a tal punto de ser considerado como el tercer dios más importante dentro del panteón incaico. Su culto solamente era superado por el culto del dios Wiraqucha e Inti.”
Hay que anotar la presencia mitológica de los Titanes de Tiahuanaco. “Era un pueblo en donde gobernaban los llamados titanes; gente grande y sabia. En aquel pueblo todo era enorme, es por eso que existen estatuas en sus calles llamados monolitos, conmemorando la existencia de estos gigantes sabios que fueron destruidos por un enorme diluvio universal, ahora solo queda para evidenciar su existencia los ya mencionados monolitos.”[12]
Respecto a la mitología andina nada mejor que consultar Dioses y hombres de Huarochiri. Narración quechua recogida por Francisco de Ávila, en 1598. Traducida al castellano por José María Arguedas.
Al respecto de las mitologías e interpretaciones que hemos tomado en cuenta hasta ahora debemos decir que estas mitologías diferencian dioses y humanos, establecido entre los humanos y los animales metamorfosis y vínculos concomitantes. El tema de la mortalidad y de la inmortalidad no queda resuelta, pues plantean retornos abigarrados. En consecuencia podemos decir que todas las mitologías de la sociedades antiguas y ancestrales se complementan, forman parte de construcciones arquetípicas de los imaginarios sociales, de sus interpretaciones iniciales sobre los orígenes y los acontecimientos.
En los mitos los protagonistas de la trama son las fuerzas inmanentes, los animales, los acontecimientos. Los humanos padecen y gozan de estas fuerzas, adoran o sacrifican a los animales, interpretan los acontecimientos.
En el capítulo dos, Cómo sucedió Cuniraya Wiraqucha en su tiempo y cómo Cahillaca parió a su hijo y lo que pasó, de Dioses y hombres de Huarochiri, se tiene la siguiente interpretación mitológica:
“Este Curinaya Wiraqucha, en los tiempos más antiguos, anduvo, vagó, tomando la apariencia de un hombre muy pobre; su yacolla (manto) y su cisma (túnica) hechas jirones. Algunos, que no lo conocían, murmuraban al verlo: ‘miserable piojoso’, decían. Este hombre tenía poder sobre todos los pueblos. Con sólo hablar conseguía hacer concluir andenes bien acabados y sostenidos por muros. Y también enseñó a hacer los canales de riego arrojando (en el barro) la Flor de una caña llamada pupuma; enseñó que los hicieran desde su salida (comienzo). Y de ese modo, haciendo unas y otras cosas anduvo, emperrando (humillando) a los huacas de algunos pueblos, con su sabiduría.”
“Y así, en ese tiempo, había una huaca llamada Cavillaca. Era doncella, desde siempre. Y como era hermosa, los huacas, ya uno, ya otro, todos ellos: ‘voy a dormir con ella”, diciendo, la requerían, la deseaban. Pero ninguno consiguió lo que pretendía. Después, sin haber permitido que ningún hombre cruzara las piernas con las de ella, cierto día se puso a tejer al pie de un árbol de lúcuma. En ese momento Cuniraya, como era sabio, se convirtió en pájaro y subió al árbol. Ya en la rama tomó un fruto, le echó a su germen masculino e hizo caer el fruto delante de la mujer, ella también parió una doncella. Durante un año la crío dándole sus pechos a la niña. ‘¿Hija de quién será?, se preguntaba. Y cuando la hija cumplió el año justo ya gateaba de cuatro pies, la madre hizo llamar a los huacas de todas partes. Quería que la reconocieran. Los huacas, al oír la noticia, se vistieron con sus mejores trajes. ‘A mí ha de quererme, a mí ha de quererme’, diciendo, acudieron al llamado de Cavillaca.”
“La reunión se hizo en Achicocha dónde la mujer vivía. Y allí, cuando ya los huacas sagrados de todas partes estaban sentados, allí la mujer les dijo: ‘Ved hombres, poderosos jefes, reconoced a esta criatura. ¿Cuál de vosotros me fecundó con su germen?’, les iba diciendo. Y ninguno de ellos contestó: ‘Es mío’. Y entonces, como Cuniraya Wiraqucha, del que hemos hablado, sentado humildemente, aparecía como un hombre muy pobre, la mujer no le preguntó a él. “No puede ser hija de un miserable”, diciendo, asqueada de ese hombre harapiento, no le preguntó; porque este Curinaya estaba rodeado de hombres hermosamente vestidos. Y como nadie afirmara: ‘Es mi hija’ ella le habló a la niña: ‘Anda tu misma y reconoce a tu padre’. Entonces, la criatura empezó a caminar a cuatro pies hasta el sitio en que se encontraba el hombre haraposo. En el trayecto no pretendió subir al cuerpo de ninguno de los presentes; pero apenas llegó ante el pobre, muy contenta y al instante, se abrazó de sus piernas. Cuando la madre vió esto, se enfureció mucho: ‘¡Qué asco! ¿Es que yo pude parir a la hija de un hombre tan miserable’ exclamando, alzó a su hija y corrió en Dirección del Mar. Viendo esto: “Ahora mismo me ha de amar’, dijo Curinaya Wiraqucha y, vistiéndose con su traje de oro, espantó a todos los huacas; y como estaban así, tan espantados, los empezó a arrear y dijo: ‘Hermana Cavillaca, mira a este lado y contémplame; ahora estoy muy Hermoso’. Y haciendo relampaguear su traje, se cuadró muy enhiesto. Pero ella ni siquiera volvió los ojos hacia el sitio donde estaba Curinaya; se quedó huyendo hacia el mar. ‘Por haber parido a la hija inmunda de un hombre despreciable, voy a desaparecer’ dijo, y diciendo, se arrojó al agua. Y allí, hasta ahora, en ese profundo Mar de Pachacamac se ven muy claro dos piedras en forma de gente que allí viven. Apenas cayeron al agua, ambas (madre e hija) se convirtieron en piedra.”
“Entonces, este Cuniraya Wiraqucha: ‘mi hermana ha de verme, ha de aparecer’, diciendo, llamándola y clamando, se alejó del sitio (Anchicocha). Y se encontró con un cóndor. Le preguntó al cóndor: ‘Hermano: ‘¿dónde te encontraste con ella, con esa mujer?’. ‘Muy cerca de aquí’, le contestó el cóndor, ‘has de encontrarla’. Y Cuniraya le dijo: ‘ tendrás larga vida. Cuando mueran los animales salvajes, ya sea guanaco o vicuña, o cualquier otro animal, tú comerás su carne. Y si alguien te matara, ése, quién sea, también morirá’. Así le dijo.”
“Después se encontró con el zorrino. Y cuando le preguntó: ‘hermano ¿adónde te encontraste con ella’, con esa mujer?’; el zorrino le contestó: ‘Ya nunca la encontrarás; se ha ido demasiado lejos’. ‘por haberme dado esa noticia, tú no podrás caminar durante el día, nunca, pues te odiarán los hombres; y así, odiado y apestado, sólo andarás de noche y en el desprecio padecerás’, le dijo Curinaya. Poco después se encontró con el puma. El puma le dijo a Cuniraya: ‘Ella va muy cerca, has de alcanzarla’. Cuniraya le contestó: ‘tú has de ser amado; comerás las llamas de los hombres culpables. Y si te matan, los hombres se pondrán tu cabeza sobre su cabeza en las grandes fiestas, y te harán cantar; cada año degollarán una llama, te sacaran afuera y te harán cantar’. Luego se encontró con un zorro, y el zorro le dijo: ‘Ella ya está muy lejos; no la encontrarás’. Cuniraya le contestó: “A ti, aún cuando camines lejos de los hombres, que han de odiarte, te perseguirán; dirán: ‘ese zorro infeliz’, y no se conformarán con matarte; para su placer, pisarán tu cuero, lo maltratarán’. “
“Después, se encontró con un halcón; el halcón le dijo: ‘Ella va muy cerca, has encontrarla’, y Cuniraya le contestó: ‘Tú has de ser muy feliz; al almorzarás picaflores y luego comerás pájaros de todas clases. Y si mueres, o alguien te mata, con una llama te ofrendarán los hombres; y cuando canten y bailen, te pondrán sobre su cabeza, y allí, hermosamente, estarás,.”
“En seguidas se encontró con un lorito; y el lorito le dijo: ‘Ella ya venció una gran distancia; no la encontrarás’. Cuniraya le contestó: ‘Tú caminarás gritando siempre demasiado, te descubrirán por los gritos y te espantarán; vivirás padeciendo’.”
“Y así, a cualquiera que le daba buenas noticias, Cuniraya le confería dones, y seguía caminando, y si alguien le desalentaba con malas noticias, lo maldecía, y continúa andando. (Así, llego hasta la orilla del Mar. Apenas hubo llegado al Mar, entró al agua, y la hizo hinchar, aumentar. Y de ese suceso los hombres actuales dicen que lo convirtió en castilla; ‘el antiguo mundo también a otro mundo va’).”
“Y volvió hacia Pachacamac, y allí entonces, llego hasta donde vivían dos hijas jóvenes de Pachacamac. Las jóvenes estaban guardadas por una serpiente. Poco antes de que llegara Cuniraya, la madre de las dos jóvenes fue a visitar a Cavillaca en el fondo del Mar en que ella se arrojó; el nombre de esa mujer era Urpayhuachac. Cuando la mujer salió de visita, este Cuniraya Wiraqucha hizo dormir a la mayor de las muchachas, y como pretendió el dormir con la otra hermana, ella se convirtió en Paloma y se echó a volar. Y por eso, a la Madre, la llamaron: ‘la que pare palomas’.”
“En aquel tiempo, dicen, no existía ni un solo pez en el mar. Únicamente la mujer a quien llamaban ‘La que pare palomas’ criaba (peces) en un pequeño pozo que tenía en su casa. Y el tal Cuniraya, muy enojado: ‘¿Por qué esta mujer visita a Cavillaca en el fondo del agua?’, diciendo, arrojó todas las pertenencias de Urpayhuachac al gran Mar. Y sólo desde entonces, en el lago grande, se crearon y aumentaron mucho los peces. Entonces ése, al que nombraban Cuniraya, anduvo por la orilla del gran lago; y la mujer Urpayhuachac, a quien le dijeron como sus hijas habían dormido, enfurecida persiguió a Cuniraya. Y cuando venía persiguiéndolo y llamándolo; ‘¡Oh!’, diciendo, se detuvo. Entonces le habló (ella): ‘Únicamente voy a despiojarte’. Y empezó a despiojarlo. Y cuando ya estuvo despiojado, ella, en ese mismo sitio, hizo elevarse un gran precipicio y pensó: ‘Voy a hacer caer allí a Cuniraya’. Pero en su sabiduría, sospechó la intención de la mujer. ‘Voy a orinar un poquito, hermana’ diciendo, se fue, se vino hacia estos lugares y permaneció en ellos, en sus alrededores o cercanías, mucho tiempo, haciendo caer en el engaño a los hombres y a los pueblos.” [13]
El mito vincula los elementos primordiales, el agua, la tierra, el aire, el fuego, en la composición de una melodía constante. La deidad del viento se mueve con fuerza incontenible, mueve las aguas generando espuma, dando lugar a una visión antropomorfa, siendo antes una percepción ecológica o climática, sobre todo atmosférica. La metamorfosis de las fuerzas inmanentes se manifiesta en esta conversión imaginaria de la visibilidad y percepción, convertidas en figuras. Wiraqucha es esta metáfora mitológica que expresa la fuerza atmosférica, que está vinculada con otras fuerzas inmanentes y hacen al acontecimiento de la vida.
El vínculo entre deidades y Anthropos es una de las características del mito. El humano explica su presencia a través de estás vinculaciones con las fuerzas inmanentes consideradas deidades. Una de las características de las conexiones entre deidades y humanos viene dada por la seducción, por el deseo y su realización sexual, mediante ardides o, en su caso, por posesiones violentas.
La composición de la trama del mito no deja de tejerse a partir de contrastes, oposiciones, dualismos y hasta contradicciones, que se resuelven de manera paradójica o mediante el recurso de las transformaciones. En esta dialéctica del mito se da lugar a recorridos tortuosos dónde se diferencian las experiencias de los sucesos en curso. En pocas palabras se da lugar a la clasificación de animales y de plantas en vinculación con las fuerzas del acontecimiento.
Se les atribuye nombres y se les asigna destinos, que pueden ser de condena o de elogio. Esto les ocurre a los animales con los que se encuentra Wiraqucha, cuando pierde a la mujer de sus deseos y a quien había fecundado. Convertido en ave deja sus gérmenes en la fruta de un árbol, fruta que será consumida por la doncella deseada, quien quedará preñada por la deidad astuta.
Se trata de una deidad que oculta su potencia, vistiéndose pobremente, presentándose indigentemente, en contraste con los huacas, que visten esplendorosas ropas de grandes señores. Cuando la doncella, después de haber dado nacimiento a la hija de una violación artera, cuando cumplía un año y gateaba, reunión a los huacas para saber quién es el padre de la hija. Se preguntó a todos menos al indigente, pues pensó la doncella que no podía ser de ninguna manera éste el padre de su hija. Cuando no hubo respuesta de nadie pidió a la hija que caminase hacia su padre, a quien debiera reconocer espontáneamente. Cuando la niña se abrazó a los pies de Wiraqucha la doncella quedó espantada y decidió arrojarse al mar para desaparecer.
En el mito no solamente se muestra el error por la apariencia, si no también los contrastes que ponen en juego las actitudes. A través de estas oposiciones se va realizando el desenlace. En el transcurso se da lugar a la petrificación, al nacimiento de las rocas.
En la búsqueda de Wiraqucha pasa un buen tiempo, cuando ya la hija ha de ser jóven. Al no encontrar a la doncella Cavillaca decide volver a Pachacamac, allí vivían dos hijas jóvenes de Pachacamac, qué es el gobernador del Tahuantinsuyu. La madre de las dos hijas fue a visitar a Cavicalla al fondo del mar, donde ella se arrojó con su hija. Aprovechando esta salida de la madre Cuniraya Wiraqucha hizo dormir a la hermana mayor para acostarse con la menor. Pretendido el acto la muchacha se convirtió en Paloma y se echó a volar. Desde entonces llamaron a la madre La que pare palomas. Se da nacimiento a las palomas.
En esta segunda astucia e intento de violación de Wiraqucha se evidencia la inclinación libidinosa de la deidad, su compulsión sexual. Al no cumplir su deseo enojado con la madre de las muchachas, cuyo nombre es Urpayhuachac, la que pare palomas y que criaba peces en un pozo, hechó al lago grande sus pertenencias. Desde entonces en el gran lago se multiplicaron los peces. Se dio nacimiento a los peces.
Cuniraya Wiraqucha es un dios del campo de la mitología andina. Se dice que fue el primero en crear los cerros, los ríos, los árboles, los animales y las chacras. Cuniraya Wiraqucha es el fruto de la conjunción de una huaca local con el dios creador Apu Qun Tiqsi Wiraqucha. En la mitología de Cuniraya Wiraqucha se cuentan historias sobre su humillación a los demás dioses, su violación a una hija de Urpayhuachac y su huida posterior. No hay pues un solo Wiraqucha. En el diccionario quechua Puraq Simipirwa de Teófilo Laime Ajacopa se describe a Wiraqucha como dios divino, hacedor supremo de los incas. Tata Inti, Dios sol. Dios menor de la teogonía incaica. Willka, huaca. También Dios tutelar masculino del lugar que moran en piedras antropomorfo o de formas impresionantes. Wak’a.
En Diose y Hombres de Huarochiri se cuenta de “como fue antiguamente los ídolos y como guerrero entre ellos y como había en aquel tiempo los naturales”. Se dice que:
“En tiempos muy antiguos existió un huaca llamado Yanamca Tutañmca. Después de estos huacas, hubo otro huaca de nombre Huallallo Carhuincho. Este huaca venció. Cuando ya tuvo poder, ordenó al hombre que sólo tuviera dos hijos. A uno de ellos lo devoraba, al otro, al que por amor escogieran sus padres, lo dejaba que viviera. Y desde entonces, cuando moría la gente, revivían a los cinco días, y del mismo modo, las cementeras maduraban a los cinco días de haber sido sembradas. Y estos pueblos, los pueblos de toda esta región, tenían muchos yuncas. Por eso aumentaron tanto y, como se multiplicaron de ese modo, vivieron miserablemente, hasta en los precipicios y en las pequeñas explanadas de los precipicios hicieron chacras, escarbando y rompiendo el suelo. Ahora mismo aún se ven, en todas partes, las tierras que sembraron, ya pequeñas, ya grandes. Y en ese tiempo la aves eran muy hermosas, el huritu y el caqui, todo amarillo, o cada cual rojo, todos ellos.”
“Tiempo después, apareció otro huaca que llevaba el nombre de Pariacaca. Entonces, él, a los hombres de todas partes los arrojó. De esos hechos posteriores y del mismo Pariacaca vamos a hablar ahora. En aquel tiempo existió una huaca llamado Cuniraya, existió entonces. Pero no sabemos bien si Curinaya fue antes o después de Pariacaca, o si este Cuniraya existió al mismo tiempo o junto con Wiraqucha, el creador del hombre; porque la gente para adorar decía así: ‘Cuniraya Wiraqucha, hacedor del hombre, hacedor del mundo, tú tienes cuanto es posible tener, tuyas son las chacras, tuyo es el hombre; yo’. Y cuando debían empezar algún trabajo difícil, a él adoraban, arrojando hojas de coca al suelo: ‘has que recuerde esto, que lo adivine Cuniraya Wiraqucha’, diciendo, y sin que pudieran ver a Wiraqucha, los muy antiguos le hablaban y adoraban. Y mucho más los maestros tejedores que tenían una labor tan difícil, adoraban y clamaban. Por esta razón hemos de escribir de las cosas que ocurrieron antes que él (Cuniraya) existiera, junto con los sucesos de Pariacaca.” [14]
Una vez que se enteró la madre de las muchachas, Urpayhuachac, lo que había pasado, la supuesta violación de su hija por parte de Cuniraya Wiraqucha, enfureció y persiguió a Cuniraya. Cuando lo encontró le dijo que no escape pues sólo quería despiojarlo. Cuando terminó de despiojarlo abrió un gran precipicio en el suelo con la intención de hacer caer allí a Cuniraya. Al adivinar estas intenciones Cuniraya le dijo a Urpayhuachac que iba a orinar. De este modo escapó, huyendo, quedándose en esos lugares, los de Huarochiri, en sus alrededores o cercanías, engañando a los hombres y a los pueblos.
Hemos hecho notar que una de las características de Cuniraya Wiraqucha es la astucia, el despliegue de ardides y trampas, así como de engaños. Característica que también se da en Tunupa, deidad castigada por las otras deidades, precisamente por sus travesuras y juegos, por su carácter lúdico. En el caso de Tunupa, que se hunde por el salar de Uyuni, viajando en una balsa de totora, amarrado por el castigo, cae hasta las profundo, desde donde emerge volcánicamente, arrojando desde las alturas de la montaña lava incandescente. Arañando la bóveda celeste con sus garras de fuego, cae furiosamente en la tierra arrasando hasta enfriarse. La metamorfosis de Tunupa atraviesa varias fases, al sumergirse su cuerpo se convierte en lava, que asciende al cielo y cae en la tierra hasta convertirse en roca. Se puede decir que Tunupa se convierte en agua, se convierte en fuego, se convierten en tierra, atravesando el aire.
Respecto a la huaca Wiraqucha local, la información de la misma es prácticamente ambigua. En la misma fuente, el tiempo se divide en cuatro edades, cada una de ellas fue definida por un dios diferente: Yanañamca y Tutañamca, Huallallo Carhuincho, Pariacaca y Cuniraya Wiraqucha. Esta temporalidad es relativa; se considera a Cuniraya como un dios que existió antes que cualquiera, anterior al cosmos. Por eso mismo, algunos investigadores han llegado a la conclusión de que Cuniraya Wiraqucha es un dios transtemportal, un deidad que no aparece en un tiempo definido, sino que trasciende a otras temporalidades, que son definidas por los otros dioses.
Otra versión de Wiraqucha manifiesta abiertas diferencias con la versión de Huarochirí. En esta otra versión, se establece que los otros dioses fueron creados por Wiraqucha. Todos ellos nacieron y fueron moldeados por las yemas de los dedos del todopoderoso Wiraqucha. De todas maneras, cualquiera sea la versión aceptada, Cuniraya aparece como astuto y prestidigitador, con ardides y trampas logra engañar a todas las demás huacas, desplegando toda clase de hazañas. Cuniraya es la metamorfosis misma, se transformaba y transfigura en cualquier personaje requerido, de acuerdo a las circunstancias, dependiendo de las finalidades buscadas.
Conclusión
El devenir no solamente supone el cambio, la transformación y la metamorfosis, sino también la realización de lo contenido, de lo inmanente, que también se constituye en su propia transformación inherente, en esa relación creativa entre lo inmanente y lo trascendente, entre la interioridad y la exterioridad, entre el adentro y el afuera. El devenir contiene todos los devenires que se hacen posibles, dependiendo de las condiciones de las circunstancias y de los contenidos de una composición compleja de la vida. El devenir humano supone el devenir animal, también supone el devenir dios, puesto que el humano se imagina a dios para constituirse como humano, en un devenir utópico, retornando a su devenir animal, en la memoria de su propia constitución planetaria.
El devenir inhumano forma parte de sus contradicciones profundas, desgarradoras, que se explican por el rumbo de las enajenaciones, cosificaciones, instauradas por las violencias incorporadas y cristalizadas en los huesos. Un devenir inhumano que detiene el devenir humano, que le estanca en su propia decadencia, desatada por la premura nihilista, la voluntad de nada, enloquecida en un laberinto sin salida.
Sólo se puede vencer a la condición inhumana recuperando la memoria humana, reconociendo en el otro a lo propio de uno mismo, reconociendo en el animal a la condición corporal y genealógica que antecede. Sólo se puede liberar de la miserable condición de cosificación derribando los dioses inventados por las iglesias patriarcales. Comprendiendo que los otros dioses mitológicos son parte de la imaginario narrativo de las sociedades humanas ancestrales y antiguas. Forma parte de las arqueologías de los imaginarios y de los saberes narrativos de los humanos.
El devenir humano también perfila y proyecta un devenir alteridad, la realización de la utopías, la creación estética, que corresponde a la liberación de la potencia social, contenida en la potencia de la vida.
Nota
[1] Claude Lévi-Strauss: Mitológicas IV. El hombre desnudo. Siglo XXI. México 1976.
[2] Friedrich Nietzsche: El Nacimiento de la tragedia. Alianza Editorial. España 2000. Págs. 50-51.
[11]Historia general de las Indias, Capítulo CXXII.
[12] Revisar: Bibliografía: Anrade Reimers, Luís. (1995). Biografía de Atahualpa. Quito, Ecuador.Benavides Solís, Jorge (1998). «El otro urbanismo». Sevilla, España. Padilla Libros Editores & Libreros.Deler Jean Paul. (1983). «El manejo del espacio en el Ecuador, etapas claves». Quito, Ecuador. CEDIG. Gómez Nelson y Portais Michel.Saransig, Julio (2007). «Los territorios indígenas dentro de un estado nación». Maestría de Desarrollo Regional y Planificación Territorial. Facultad de Ciencias Humanas, PUCE.Saransig, Julio y Jaramillo, Pedro (1999). «Influencia de los Grupos Indígenas en el Desarrollo de la Morfología Urbana de Otavalo» Trabajo académico.Saransig Picuasi, Julio (2001). TESIS «Centro Artesanal de Capacitación y Ferias JATUNA PUNGO».- Ejemplo de los planos andinos aplicados a la arquitectura. Quito, Ecuador. Universidad Católica del Ecuador, depósito legal Tesis 725.53 Sa71.Arguedas, José María (1966). «Dioses y hombres de Huarochirí».Pugh, Helen (2020) Pachamama, diosa extraordinaria.
[13] Francisco de Avila: Narración Quechua, recogida. Traducción de José María Arguedas. Estudio bibliográfico de Pierre Duviols. Lima-Perú 1966. Instituto de Estudios Peruanos. Lima 2023; Págs. 23-29.
Algo de lo que se respira en el aire de estos tiempos: el sentimiento de que no está en nuestras manos la deriva del mundo. Cuando haya terminado de leer estas líneas, al menos diez personas en el mundo habrán muerto de hambre, y en una semana, posiblemente, lo haya olvidado.
Un estudio hecho en 2019 por Schema, Axiols y Google Trends, descubrió que incluso la noticia más impactante tiene una vida media de tan solo siete días. Cuando haya terminado de leer estas líneas, al menos 10 personas en el mundo habrán muerto de hambre, y en una semana, posiblemente, lo haya olvidado.
Cada 4,25 segundos, según el cálculo de 238 organizaciones humanitarias en 2022, alguien pierde la vida por falta de alimentos. En el nuevo siglo -el de mayor desarrollo tecnológico de la historia- aún no hemos dado con la tecla para evitar que millones de seres humanos se vayan a la cama con el estómago vacío. Unos 839 millones de personas no pudieron alimentarse dignamente el año pasado, y son 10,7 millones más que en 2021, según las previsiones de la Agencia de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Cada vez estamos más lejos de un mundo sin hambre”, afirmaba el economista jefe de la organización.
Los efectos venenosos de las sequías y las inundaciones, las restricciones a las exportaciones, los altos niveles de deuda de los países más pobres, el aumento en las tasas de interés, los costes energéticos y los conflictos bélicos presentes en el mundo, han acelerado el hambre en el mundo. El escenario ya era desolador antes del estallido de la pandemia del Covid. En 2019, había más de 618 millones de personas que pasaban hambre. Pero con la llegada del coronavirus la cifra se disparó entre los 702 y 828 millones, según la FAO. Hoy el panorama empeora si se considera aquellos que viven con la incertidumbre de conseguir alimentos o que no pueden permitirse una dieta saludable, es decir, que están en inseguridad alimentaria. En esta condición viven más de 2.300 millones de personas: una de cada cuatro en el mundo. De ellos, unos 205 millones se enfrentan a una situación de alta gravedad, con pocos alimentos y medios, por lo que su vida corre peligro, según el Banco Mundial.
Los problemas medioambientales, sociales, políticos y económicos se abren paso dejando su impronta en los precios de los alimentos, que acumulan una serie de máximos históricos, y una estela de gente con cada vez más dificultades para acceder a la comida. Según la FAO, más del 40% de la ingesta calórica mundial procede de solo tres cultivos (trigo, maíz y arroz), que se producen en unos pocos países y que dominan cada paso de la cadena de valor. La desigualdad es tan grande que solo cinco países tienen más de dos tercios de las exportaciones mundiales de trigo y carne de res.
La FAO ha contabilizado unos 62 países que ante todos estos factores no solo están comprando menos alimentos, sino pagándolos más caros. No solo compran menos cantidades, también se centran en lo más básico. Mientras que los países de renta alta siguen adquiriendo toda la gama de productos, el gasto de las regiones en desarrollo se concentra cada vez más en la importación de alimentos. La situación se agrava aún más con los altos tipos de interés por parte de las principales economías del mundo (con lo que buscan paliar la inflación), pues las monedas de las naciones menos favorecidas económicamente pierden fuerza frente al dólar estadounidense. La participación de esta última divisa es relevante en el comercio mundial: 4 de cada 10 productos exportados se hace con el billete verde. Dicha proporción no ha cambiado en los últimos 20 años, según el Fondo Monetario Internacional. Para muchos de estos países el debilitamiento de sus monedas con relación al dólar es su verdadero dolor de cabeza. Para aquellos con elevada deuda comprometida en divisas, la situación es más que desafiante, pues la mitad de todos los préstamos transfronterizos y títulos internacionales están denominados en dólares estadounidenses. Así que muchos países tienen poco margen para pedir un préstamo, ante sus elevados compromisos financieros. Si no tienes capacidad de endeudarte, no tienes capacidad de compra de alimentos. Somalia es el mejor ejemplo. Según las estimaciones de Oxfam, más de 300.000 personas están al borde de la hambruna.
Este mundo que denota una tremenda carencia de humanidad sostenido sobre una ideología hiperliberal posmoderna, que se caracteriza por su oposición al racionalismo y un culto predominante por el individualismo y la falta de compromiso social, funciona como una lógica justificativa de un tipo de capitalismo hoy en quiebra. Una ideología dominante que se presenta como totalizadora, con capacidad para penetrar todos los ámbitos de la vida social.
Algo que tiene que ver con lo que se respira en el aire: el sentimiento de que no está en nuestras manos la deriva del mundo, que otros deciden por nosotros si el infierno aumenta o se reduce.
España, Logroño, 11 de noviembre de 2024.
* Periodista. Colaborador de Página 12, “Las Mañanas” de Víctor Hugo Morales. Ex Jugador de Vélez Sarsfield, clubs de España, y Campeón Mundial Juvenil Tokio 1979.
Los equipos de conducción escolar son los grandes orquestadores de la identidad de una institución. La mayoría están integrados por mujeres: entre un 90 y un 99 por ciento en el nivel inicial y primario y dos tercios en el nivel secundario. Hacen de pivote entre las necesidades de los estudiantes, las familias, les docentes y las bajadas educativas de los gobiernos. Sin embargo, están lejos de obtener un reconocimiento a la altura de sus responsabilidades: garantizar el funcionamiento diario de las escuelas, cada una un mundo, y los derechos de niños, niñas y adolescentes.
Son las dos de la mañana y suena el teléfono. Agustina se despierta sobresaltada y atiende. Habla en voz baja porque su pareja todavía duerme. También sus hijos de 3 y 7 años en el cuarto de al lado. Se levanta, se cepilla el pelo rubio y ondulado y comienza a vestirse sigilosamente para salir. Todavía no está acostumbrada a estas interrupciones del sueño. Pero desde marzo, a sus 40 años, es vicedirectora de una escuela de nivel inicial de gestión estatal en la costa bonaerense. Y apaga incendios las 24 horas. Esta vez sonó la alarma del jardín y tiene que ir a corroborar que no haya entrado nadie a robar.
—Imaginaba que en un cargo directivo iba a estar más tranquila al no tener que estar en la sala con los niños todo el día, ni planificar cuando llego a mi casa, pero ahora tengo más cansancio mental que físico —dice.
El sujeto docente que está frente a un grupo ocupa gran parte de los debates en torno a la educación: qué contenidos enseña, cómo puede hacerlo mejor, qué pasa con su autoridad hoy. Sin embargo, los equipos de conducción de las escuelas definen gran parte de la identidad de una institución y su funcionamiento. En línea con la feminización de la docencia, la mayoría son mujeres. En el nivel inicial, un 99 por ciento.
Las directoras son las titiriteras de climas, rutinas y proyectos escolares que implican a las docentes de las aulas y a su vez lxs trascienden. Son determinantes en los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Tienen a su cargo a decenas de maestras y profesores/as, el vínculo con las carteras educativas jurisdiccionales, con las familias y les estudiantes. Los desafíos de la gestión son enormes, pero en muchas oportunidades quedan postergados por la necesidad diaria de resolver emergencias.
Cuando Agustina se inscribió para ser maestra en el “Sara Eccleston”, un reconocido profesorado de CABA, lo hizo porque creía en la educación como “motor de cambio”. Y eligió el nivel inicial por su potencia artística, lúdica y multidisciplinar “con las infancias como protagonistas”. No se formó pensando en muchas de las tareas que realiza hoy, 16 años después, a 350 kilómetros: completar planillas diarias con la nómina de docentes y auxiliares, hacer rendiciones de los alimentos consumidos en el comedor escolar, gestionar con la municipalidad el corte del pasto del jardín, organizar ferias al plato para comprar cartulinas, plasticolas y goma espuma.
Accedió al cargo como muchas docentes de ciudades pequeñas: porque se liberó el puesto y alguien tenía que hacerlo. Ella trabajaba en la institución hacía 14 años y tenía el mejor puntaje. “Lo hice por amor al jardín”, cuenta. El primer “shock” fue cuando la sumaron a 20 grupos de WhatsApp al mismo tiempo, una dinámica de comunicación que muchas escuelas arrastran desde la pandemia. Agustina funciona como intermediaria. Si una mamá ve que su hijo volvió con el cuaderno roto a su casa, pregunta en el grupo qué pasó y la vice chequea la respuesta con la maestra.
“En otro momento se usaba el cuaderno de comunicaciones. Hoy pasa todo por WhatsApp. También con las maestras. Si una docente te avisa que está enferma el domingo a la noche tenés que ponerte a pensar cómo la reemplazás mañana. La clave es adelantarse a los problemas. A veces me quedo respondiendo mensajes hasta las once de la noche, cuando también quiero estar con mis hijos. Al principio pensé: ‘¿cómo voy a hacer todo esto?’. Después empecé a diferenciar lo urgente de lo que puede esperar”, reflexiona en diálogo con Feminacida.
En el jardín de dos turnos y 150 niñes no hay secretaria a cargo del trabajo administrativo. La sobrecarga de las tareas burocráticas y la falta de personal es uno de los principales problemas que enfrentan. En la escuela hay 13 proyectos de inclusión producto de distintos diagnósticos como el Trastorno del Espectro Autista, pero no la suficiente cantidad de acompañantes terapéuticos ni de fonoaudiólogas o psicopedagogas. Ya sea por hospital público o por obra social, conseguirlos es una odisea. El trabajo recae solo en el cuerpo de las maestras.
Agustina dice que en su escuela no hay tanto ausentismo docente, pero sí un gran desgaste: “La mayoría de las maestras trabajan doble turno porque no llegan con el sueldo, entonces terminan agotadas. Esa exigencia lleva a que le bajen las defensas y se enfermen. Tenemos una preceptora que puede cubrir salas, pero a veces no alcanza y vamos la directora o yo”. Y si la auxiliar de limpieza no asiste, las propias docentes y directoras limpian las salas y los baños. También plantean una reducción horaria de la jornada. Cada tanto, esto genera malestar en las familias.
A “la vice” le encanta la sala. Aunque no es lo mismo “entrar y salir un rato” que ver de cerca cada día cómo los niños y niñas se afianzan como grupo, enriquecen su vocabulario o expresión corporal. Por momentos, la extraña “un montón”, pero entiende que su desafío es acompañar a otras docentes. Si antes iba a exposiciones de artes visuales pensando qué recurso llevar para sus actividades como maestra, ahora se la pasa recolectando libros de cuentos, canciones y títeres para las 17 docentes del jardín que les permitan trabajar la ESI o la interculturalidad.
“Le insistimos mucho a las familias para que vengan a las actividades de cierre de proyectos a compartir lo que aprendieron sus hijos/as a través del juego. Somos claras: esto no es una guardería, es una institución educativa”, afirma Agustina. Hace poco simularon un cuartel de bomberos con un autobomba de cartón. Los niños y niñas, vestidos de traje y con cascos, debían seguir las medidas de seguridad y recrear una serie de pasos para “apagar el incendio” una vez que sonaba la sirena.
En esas exposiciones, se ve gran parte del sentido del trabajo, aunque en la rutina de este jardín cercano al mar también abunda la belleza. Algunos niños y niñas suelen llegar dormidos. Los más valientes entran corriendo. Otrxs, a upa de sus madres y padres. A veces caminan con fastidio. En ocasiones, con ganas de jugar. Pero al final de la jornada casi todos y todas se van contentos, listos para contarles a sus familias cómo se divirtieron en el jardín.
—Una se queda tranquila de que cumplimos. Las familias trajeron lo más preciado que tienen, sus hijos, terminó el día y ellos aprendieron, jugaron. Pasaron cosas acá adentro.
Por esas “cosas que pasan” en una jornada de 4 horas –que terminan siendo 5 o 6 para el equipo directivo sin contar el trabajo en el hogar–, Agustina percibe un sueldo cercano a 700 mil pesos.
Escuela de puertas abiertas
Llueve en Madariaga, provincia de Buenos Aires, ciudad de 18 mil habitantes. Es invierno, los árboles que pueblan las principales avenidas están deshojados y las ramas se mueven con el viento. El pronóstico marca 5 grados de temperatura. Así no dan ganas de ir a la escuela. Pero esta vez, el equipo docente decidió proyectar Intensamente, una película de dibujos animados sobre las emociones, para todo el nivel secundario. Los adolescentes celebran que hay pochoclos. Martín, estudiante de Sexto año, llegó temprano. Se acerca a Sheila, la directora.
—Shei, tengo dos primos de mi edad que me dijeron: “Qué bueno que van a ver Intensamente, yo no la vi”.
—Deciles que vengan.
—¿En serio?
—Sí, que venga ahora que ya empieza. ¿Dónde están?
—Enfrente de mi casa. Ahí les digo.
Martín abre WhatsApp y les escribe.
—No me creen que pueden venir —jura el chico.
—¿Cómo se llaman?
—Víctor y Javier.
Sheila le pide un momento el celular y les manda un audio. La voz es aguda y alegre.
—Hola, Víctor y Javier… Chicos, los estamos esperando, salgan ya antes de que arranque la película.
“Ahí los tenías, pibes de 17 y 18 años muertos de risa con una película de Pixar. Jóvenes a los que tal vez nunca llevaron al cine, al teatro o a un concierto. A los que quizás no les leyeron jamás un cuento. Otros directores no dejarían entrar a nadie de afuera. Pero Víctor, que había dejado otra escuela hacía tres meses, se acercó y pidió la vacante. La película fue una puerta de entrada”, describe Sheila a Feminacida.
Además de dirigir la Escuela Secundaria Nº1 de gestión estatal en Madariaga hace casi dos décadas, Sheila Acosta Anzalone, de 55 años, es militante feminista, comunicadora social y escritora. En 2021 publicó La escuela y la alegría, una compilación de cuentos inspirados en la realidad de muchxs docentes que, durante la pandemia, redoblaron sus esfuerzos por hacer llegar la escuela a casa y evitar la deserción escolar.
Para Sheila, uno de sus mayores desafíos como directora es reducir la estigmatización que recae sobre el estudiantado de su escuela, que hasta 2006 fue un bachillerato para adultos. Hoy acuden adolescentes, la mayoría de barrios populares, hijos de trabajadores de la economía informal o de trabajadoras de casas particulares, que en su mayoría perciben ingresos de algún plan estatal, como la Asignación Universal por Hijo.
—Me interesa que la escuela sea el lugar donde los estudiantes puedan encontrar palabras para decir y comprender. Y si no las tenemos, las buscamos.
Sheila vive a 40 kilómetros de la escuela. Viaja en auto todos los días. Si llueve mucho, la ruta “es complicada”. Algunos días empieza a las seis de la mañana porque también da clases. A la mañana o al mediodía, dependiendo del día, inicia su trabajo de ocho horas como directora. Las puertas de la dirección siempre están abiertas a los estudiantes, que van con sus reclamos e inquietudes. “Acá no somos Tronchatoro”, comenta Sheila entre risas. Sus anteojos rojos le hacen juego con el color de pelo y el labial.
Hoy, la jornada inició con un conflicto de convivencia escolar: hubo reunión con los estudiantes para conversar porque ayer rayaron varios bancos. En otras ocasiones, las peleas estallan en las redes sociales y se abren paso en el aula: “¡Andá, pelo duro, que si no venías a mi casa a lavarte con shampoo te lo lavabas con jabón blanco!”.
—Con la crisis se dan cada vez más estas agresiones por dificultades en el acceso a productos básicos. De hecho estamos pidiendo mercadería para todos. Y ahí hay que remarla otra vez, conversar que es muy feo burlarse de eso.
Después, el equipo de conducción se encerró a leer. Falta poco para la reunión del ciclo “Conversaciones pedagógicas” entre directores de la jurisdicción que propone el gobierno provincial. Van a discutir el nuevo régimen académico. “Hablamos de cómo se puede incluir a pibes que quedan afuera del sistema si se flexibiliza la norma”, repone Sheila. Ella ya empezó a insistirle a los estudiantes que tienen varias “materias previas” para que las rindan.
Trescientos estudiantes. Cien docentes. Tres turnos. Hablar. Insistir. Recordar. Acompañar. Uno por uno.
En el recreo, con micrófono en mano, Sheila contó la historia de Fausto Maldonado, un joven de 20 años que cayó de un quinto piso al vacío mientras trabajaba en un edificio en construcción en Pinamar. No fue solo un accidente: la obra no cumplía con los protocolos necesarios de seguridad. Sheila no deja de pensar en sus alumnos. Muchos están a punto de egresar y aplicar a empleos similares como el de Fausto en la costa bonaerense. “Buscamos poner en conversación con la comunidad cómo no se cuida a nuestros pibes en el trabajo”, explica.
A la tarde tocó preparar la merienda porque faltó la auxiliar de cocina: leche chocolatada, pan con dulce de leche o mermelada.
―¿Y la hiciste vos?
―¡Pero claro! A las directoras no se nos caen los anillos por nada.
Sheila es orquestadora de iniciativas de todo tipo. Hace poco inauguraron un “salón de mujeres argentinas” con músicas, artistas visuales y activistas travestis. “Me fui a Mar del Sur a buscar un cuadro de una galería en homenaje a Eva Perón que nos donó una artista plástica”, cuenta.
Frente a la preocupación por la salud mental en los jóvenes, invitó a un jefe de los equipos de salud del hospital de Tandil para conversar sobre los cortes en la adolescencia. También, a una joven sobreviviente de suicidio que empezó a escribir poemas. “Me parecía interesante que contara la experiencia de tramitar ese dolor a través del arte”, explica.
En la pandemia, hasta se le ocurrió armar una radio. Sheila le pidió a los docentes que relataran sus historias personales. Ella contó la suya: fue mamá adolescente, como varias estudiantes de la escuela. Rindió quinto año libre, se anotó en Derecho, dejó de estudiar y tuvo que pensar en una carrera en el distrito en el que vivía. “El objetivo era que los chicos entendieran que las trayectorias no son lineales”.
La Sheila que no deja de contar proyectos escolares con entusiasmo no parece ser la misma que ya presentó su trámite jubilatorio. Pero lo es.
―Son muchas horas y fueron muchos años. Quiero descansar, mirar una serie, tal vez estudiar Psicología. Aunque la escuela va a ser siempre mi otra casa.
Una rectora que escucha reguetón
Cuando era chica, a Analía no le gustaba “jugar a la mamá”. Agarraba sus muñecas, les ponía una lapicera en la mano y un papel enfrente y jugaba a darles clase. Para su cumpleaños, pedía como regalo un pizarrón y borradores. El destino docente era claro. Lo que no supo hasta sus 47 años es que también sería rectora de la escuela a la que fue toda la vida como estudiante. Una secundaria privada y laica en el barrio porteño de Villa Urquiza a la que acuden sectores medios.
―Nunca me interesó la gestión educativa ni hice un solo curso sobre eso en Escuela de Maestros ―jura.
Analía, profesora de Ciencias naturales, se había perfilado como especialista en Educación Sexual Integral. El impulso se lo dieron sus propios estudiantes en 2018, cuando la alentaron a abrirse, junto a una psicopedagoga, la cuenta de Instagram @consultorioesi que hoy tiene 67 mil seguidores. “Ana” también participó en el ciclo audiovisual “Seguimos educando” del Ministerio de Educación de la Nación en la pandemia dirigido a estudiantes de todo el país. Pelo corto marrón oscuro y carré, cara angulosa, tatuaje de flores en el hombro izquierdo, voz didáctica y asertiva. “La profe de ESI”.
En la escuela, Ana muchas veces recibía críticas de otros docentes por su militancia política y feminista. “Tenía un perfil muy combativo”, señala. En los últimos años, por momentos, no la pasaba bien. Hasta que gran parte del equipo directivo renunció o inició su jubilación y las autoridades de la institución le pidieron que fuera la próxima rectora. El desafío era “dar vuelta la secundaria”. Llenarla de chicos. Dotarla de sentido.
Analía empezó en 2022 la transición como directora de estudio y desde junio de este año es rectora. En el nivel medio, dos tercios de estos roles son ocupados por mujeres. Una cifra inferior a la del nivel primario e inicial. A su vez, Ana integra el 5,4 por ciento de directoras noveles de escuelas privadas de todo el país, según el Observatorio Argentinos por Educación. De acuerdo al sindicato Ademys, las rectoras de CABA que no tienen antigüedad en el cargo cobran un piso de $1.392.113 por la jornada completa. En cambio, quienes llevan más de 20 años en ese rol pueden llegar a los $2.206.940.
Para Ana, el trabajo colectivo junto a su equipo de conducción es fundamental en la gestión de la escuela. Otro mandamiento: “Antes del primer mate, nada”, dice entre risas. El primero que llega a la dirección carga agua en el termo. Después, ponen un meme en el vidrio de la oficina para que los estudiantes lo vean mientras van subiendo la escalera. Cada día, uno distinto. También, música en los parlantes: Charly García, Los Redondos, reguetón, ¿por qué no? “De golpe los pibes no pueden creer que suena Bad Bunny en la oficina de la rectora a las 7:30 de la mañana”.
Analía aprovecha cualquier información importante a comunicar para entrar a las aulas. La mayoría de los estudiantes de los últimos años la conocen porque la tuvieron como docente. Las chicas le piden toallitas en el recreo. A Ana le gusta esa complicidad. “Nosotros trabajamos principalmente para los pibes”, asegura. También habla de la necesidad de límites desde lo que llama la “pedagogía del cuidado”. Casos como la toma de fotos a los docentes en clase para burlarlos en las redes sociales –hechos frecuentes en las escuelas– requieren sanciones claras.
El cuidado hacia los 50 profes de la institución es parte nodal de la tarea. Para Ana, un desafío es la recuperación de su motivación, muy horadada después de la pandemia. “La semana pasada lloraron tres docentes con mayor o menor antigüedad por el comportamiento de los pibes. No nos puede pasar que profes que entran al aula con unas ganas bárbaras de enseñar el Teorema de Thales salgan queriendo bajar los brazos. Ahí hay que acompañar al docente y hablar inmediatamente con el curso”, insiste.
¿Y las familias? “Un mundo”. Desde mapadres que se acercan a pedir un cambio de curso de su hijo porque “es el único varón del grupo”, a pesar de que eligió esa orientación, hasta otres que no quieren mandar a sus hijos de 17 años solos a las prácticas de aproximación al mundo del trabajo –obligatorias por resolución– porque nunca tomaron un colectivo. “No quiero ser injusta, estos planteos no son mayoritarios. Pero suceden. Y a veces salen con cada cosa que no lo podés creer. Yo a veces les digo que tal vez se equivocaron de institución. Es imposible hacer una escuela a imagen y semejanza de los deseos e intereses de cada uno”, advierte Ana.
Pero eso no es todo. A esa combinatoria hay que sumarle las modificaciones ministeriales del formato escolar, el régimen académico o los contenidos curriculares. “La burocracia muchas veces termina llevándose puesto el trabajo pedagógico. Después está la corrección política del lenguaje. ‘No es recuperatorio, es intensificación de aprendizajes’. ¡¿Me estás jodiendo? No hay manera. Para los pibes es recuperatorio”.
La palabra de los estudiantes aparece todo el tiempo en la voz de Ana: “Es mentira que no les interesa nada. Vino la Cruz Roja a dar un taller de RCP y les encantó. Otro día hubo un taller de matemagia y no podían creer los cálculos mentales que hacía el matemático, hasta sacaban la calculadora para contrastarlos. Estaban chochos. Pronto haremos murales. De lo que se trata es de salir de la típica feria de universidades y ofrecerles otra cosa”.
Al igual que Sheila y Agustina, Ana se siente más cansada que antes. “Es mucha energía. Subo y bajo escaleras todo el día. Puedo tener al mismo tiempo un piquete de quinto año porque quieren que los dejemos tomar mate en el aula, a una docente que pide que llamemos al médico porque un chico se lastimó, al preceptor pidiéndome urgente una reunión”, ilustra.
Ana podría jubilarse en 9 años. Pero en su cálculo contempla, más que nada, una variable.
—El día que no me entienda más con los chicos. Cuando eso ocurra, tarde o temprano, me voy.
Creo que la humanización se inauguró el día en que alguien en vez de pensar en singular pensó en plural. Trato de imaginarme ese instante fundante, esa chispa de ideación en la que un antepasado ancestral tuvo la genialidad definitoria de incluir de improviso a otra persona ajena a la suya en deliberaciones de índole privativa. Quizá advirtió que el contenido de la deliberación era personal, pero la acción que prologaba se territorializaría en un marco coral e impactaría en la vida de otras personas. Acaso fue un paso más allá y advirtió que en la suerte de los demás se hallaba también inscrita su propia suerte, que, no sabía muy bien por qué, si se preocupaba del destino de los demás sucedía algo inercial que facilitaba que los demás se interesaran por el suyo (y que miles de años después hemos llamado reciprocación, cuyo correlato sentimental es la compasión y su forma es el cuidado). La cultura entendida como una segunda naturaleza (la segunda navegación aristotélica) se afana en regular esa primera persona del plural para que a tenor de la convivencia podamos combatir nuestras gigantescas limitaciones individuales, y una vez contrarrestadas concurra la posibilidad de poder acceder a la vida buena que es indisoluble de la vida compartida. Si este propósito se desdibuja, entonces la cultura se degrada a elemento meramente decorativo.
La aspiración humanizadora estriba en teñir de afecto la relación con los demás para tomar decisiones de índole cooperativa. En el reino de la necesidad cobijamos intereses comunes que son infinitamente más fáciles de satisfacer pergeñando estrategias de cooperación. Con la persona allegada, con quienes conforman los círculos empático y de proximidad, nos alcanzan los sentimientos de apertura, el cariño, el afecto, la ternura, la compasión, el perdón, el amor. En cambio, con las personas lejanas o con quienes no nos anudan lazos afectivos, debemos establecer otras fórmulas que puedan impregnar la interacción de algo parecido a lo que proporciona el afecto. Esta tarea es de una complejidad superlativa, porque en el planeta Tierra somos ocho mil millones de seres humanos. Y la dificultad no se detiene. Para el 2050 se estima que seremos diez mil millones de terrícolas hormigueando por el planeta azul.
La inteligencia humana ha encontrado esa fórmula. Humanizarnos consiste en utilizarla y afinarla cada vez más. Hemos inferido que donde no llega el afecto sería bueno que nos alcanzara la conducta ética, que es precisamente la racionalización de ese afecto. Con las personas desconocidas no podemos sentir el mismo afecto que con quien nos une la cariñosa familiaridad o la conexión que emana de compartir tiempo, actividades y propósitos en la esfera más íntima, pero sí podemos comportarnos afectuosamente con ellas. Las valoramos como un equivalente en la dignidad que demandamos para nuestra persona y deberíamos comportamos con ellas en concordancia al cuidado que estimamos requiere esa titularidad. Las implicaciones de esta consideración son mayúsculas e irradian en todos los órdenes de la vida. Estamos delante de la convertibilidad del sentimiento en virtud, del nexo afectivo en nexo ético. Con la persona amiga podemos conducirnos amigablemente, pero con quien no es amiga podemos tratarla como si sí lo fuese, a pesar de no serlo. Puede no existir afecto, pero sí complicidad ética. El fin más elevado de la cultura y el civismo estriba en alcanzar esta transferencia para que en el espacio intersticial pueda brotar vida buena. O vida humana, que es uno de sus sinónimos más recurrentes.
La necesidad de docentes, directores, Atp´s, supervisores y supervisores generales en apropiarse sobre al Plan de estudios 2022, el uso de los libros de texto gratuitos, la elaboración del programa analítico y la implementación de las metodologías sociocríticas y la evaluación formativa, fueron algunos temas que se abordaron en los Diálogos por la Nueva Escuela Mexicana: Curriculum y Didáctica el pasado 8 de julio de 2024; evento que la Subjefatura Académica de Educación primaria de la subdirección de educación primaria en la Región Naucalpan en el Estado de México diseñó e implemento para fortalecer la práctica de los docentes de esta subdirección.
Una de las conferencias fue dictada por el Dr. Marx Arriaga Navarro el aún director General de Materiales Educación de la secretaria de educación Pública, esta se centro en el “Discurso leído en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en Honduras el 28 de junio del año 2024” donde México fue invitado a compartir su experiencia en la elaboración de libros de texto gratuitos.
Dicho discurso se tituló como “La nueva escuela mexicana, los libros de texto y el humanismo mexicano”.
La Nueva Escuela Mexicana es una propuesta educativa impulsada por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la cual busca transformar el sistema educativo nacional. Su enfoque principal es la educación integral de los estudiantes, promoviendo valores, conocimientos y habilidades que les permitan desenvolverse de manera efectiva en la sociedad y poder transformar su realidad; pero para lograrlo es necesario realizar un análisis como ha sido el proceso de implementación de esta reforma educativa del régimen de la cuarta transformación, por lo anterior a continuación se comparte algunas ideas del discurso compartido en la CELAC.
Aunque a la derecha le disguste, aunque a los empresarios que lucran con la educación les moleste, aunque a los sacerdotes les asuste, aunque a los intelectuales orgánicos de las disidencias magisteriales les cause envidia; hoy, México sufrió una transformación en su educación básica, dando un viraje a su modelo con una propuesta decolonial, comunitaria, emancipadora, anticapitalista y popular. Coloco como prueba de ello los centenares de comentarios negativos que pululan en la infodemia mexicana, las notas televisivas, los artículos periodísticos que así lo confirman. Pero diré más, ofreceré cinco pruebas que sostienen mi afirmación sobre cómo lo vivido en México es una transformación educativa con un carácter popular.
Primera, es decolonial porque rompe con las hegemonías eurocéntricas; con la visión histórica, científica y cultural de los países colonialistas. Rompe con la tradición de los círculos urbanos hegemónicos europeos, con la educación centrada en asignaturas fragmentadas, con el desarrollo de competencias laborales, y permite que sea el docente y su comunidad que completen una currículo sintética con los saberes emanados de su territorio, generando un espacio horizontal donde convivan los avances científicos, tecnológicos y culturales de la civilizaciones eurocéntricas, con los saberes subyugados de nuestros pueblos. A esto lo hemos llamado: “Codiseño curricular” y da como resultado un “Programa de estudio analítico”, diseñado en cada aula, (hablamos de más de 300 mil centros escolares en la educación básica mexicana). Un programa de estudio analítico diseñado después de la reflexión crítica sobre las incongruencias y las desigualdades del territorio común a cada colectivo. En pocas palabras, logramos, desde lo institucional, fomentar el diseño de más de 3 millones de programas analíticos, misma cantidad de docentes en educación básica; todos esos programas desde una ecología de saberes.
Segunda prueba, nuestra educación es comunitaria porque rompió con la presión del neoliberalismo educativo y colocó al centro a la comunidad y no a un estudiante aislado como el capitalismo educativo solicita. Una de las medidas que ocupa el neoliberalismo para arrancarle el protagonismo al estado en materia educativa, es convencer a la sociedad que lo más importante en el proceso de maquila de ciudadanía, son los niños, las niñas y los adolescentes. Según ellos, para lograr una calidad en la educación, todas, todos y todes, aparentemente, debemos comprometernos e invertir lo que podamos en la educación de ellos, ya sean los presupuestos del estado o los ahorros de las familias. Frases instaladas en la cultura familiar como: “no hay mejor inversión que invertir en la educación de tus hijos” es un buen ejemplo de esta cultura del consumo. En la actualidad, trágicamente, no es el estado el obligado a ofrecer una educación democrática, sino somos todos, todas y todes los que debemos asumir ese compromiso que empuja al mercado educativo, al individualismo, la meritocracia, el oportunismo, el consumismo y el emprendimiento. Frente a esas políticas gerenciales, importadas del ámbito empresarial, con las cuales se capacita, se deshumaniza a los obreros, México dice no y coloca en el centro de su modelo educativo al reconocimiento, la instalación, la organización de comunidades democráticas, diversas; demodiversas e interculturales.
Tercer prueba, México propone una educación emancipadora y no sólo porque el modelo abrace el paradigma crítico; las epistemologías del sur, y la filosofía de la liberación. No sólo es por estas condiciones simbólicas, sino por las condiciones materiales que se han generado. Pero antes, como preámbulo, permítanme una generalidad. Desde la conformación de los Estados Nación, la educación pública y privada sirvió como herramienta para homogeneizar el tipo de ciudadanía que el sector hegemónico necesitaba. La derecha, con el estandarte del progreso, el crecimiento sostenido, la competencia, la familia nuclear y Dios, diseña programas de estudio que deben cumplirse a pie puntilla con la esperanza de conseguir la ciudadanía sumisa, trabajadora y resignada con la que se sentirían cómodos. Sin embargo, lastimosamente, la izquierda actuó de manera semejante; con la bandera de la justicia social, la lucha de clases, la democracia, la fraternidad y la solidaridad, se diseñan programas de estudio que deben seguirse a pie puntilla para conseguir al ciudadano revolucionario que luchará contra aquellos tiranos. En ambos casos, la derecha y la izquierda desconfían del pueblo; lo asumen como ignorante, como desvalido; y es ahí donde se encuentra el principio del colonialismo. Nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, realizó un acto revolucionario; ¡confió en su pueblo! En todo su pueblo, no sólo en los blancos barbados de ojos azules; sino en los morenos, en los desarrapados, en los “nadies”.
En el caso de la educación mexicana, me refiero a lo que hemos llamado desde la Secretaría de Educación Pública “autonomía profesional” de la educación básica que implica las condiciones materiales para que el docente pueda territorializar el programa de estudios según las necesidades y los saberes subyugados de su comunidad. Así, entre las condiciones simbólicas que aporta la pedagogía crítica, las epistemologías del sur, la filosofía de la liberación y las condiciones materiales que permiten la reflexión crítica de la comunidad, el reconocimiento de las desigualdades y los saberes subyugados; la educación básica mexicana hoy se aprecia como una educación emancipadora.
Cuarta prueba, la educación básica mexicana como una estrategia anticapitalista. Aún falta mucho porque las raíces del consumismo son largas y retorcidas, ya que no sólo se encuentran en lo económico, sino también en lo cultural, lo social, lo emocional, etcétera. Pero solo por tener claras algunas estrategias desarrolladas este sexenio; en el año 2018, cuatro editoriales privadas, fondos transnacionales, podría decir fondos buitres por la manera como desplazaron la participación de las pequeñas editoriales nacionales, me refiero a los españoles de Grupo SM, Editorial Castillo, Santillana y Trillas, que acaparaban los contratos en la compra de los Libros de Texto Gratuitos de la educación secundaria (1,500 millones de pesos, casi $90 millones de dólares) hoy, ninguna de estas empresas que lucran con la educación reciben un solo centavo porque el estado asumió su responsabilidad y convocó a miles de maestros del país para realizar sus Libros de Texto Gratuitos.
Quinta prueba, es una educación popular porque a través de la “Autonomía magisterial”, del “pensamiento crítico”, del abordar los contenidos por medio de proyectos con carácter social en donde se visibilicen y atiendan las injusticias y las desigualdades que hay en los territorios. A través de todo ello, lo que se pretende es propiciar las condiciones simbólicas y materiales para convertir aquellas escuelas, aquellos centros escolares, en cooperativas comunitarias. De la misma manera, como lo imaginó Rafael Ramírez al diseñar el normalismo rural de nuestro país. Por lo tanto, la propuesta de la Nueva Escuela Mexicana y sus Libros de Texto Gratuitos es una política educativa, profundamente, popular.
Por último, no me quiero ir sin antes referir la estrategia política, cultural, y administrativa que están desarrollando en este momento los maestros y las maestras de todo México para la implementación de la Nueva Escuela Mexicana y el uso de sus Libros de Texto Gratuitos. Como buena estrategia, no se diseña como un plan estandarizado, sino se adapta, dinámicamente, a los hallazgos y los conflictos que surgen en los territorios. Pero a grandes rasgos, la estrategia que requiere la implementación de la Nueva Escuela Mexicana, gira en estas 12 etapas.
Reconocimiento de un conflicto. No importa si es superficial o surge de las desigualdades, la lucha de clases o el colonialismo; partamos de la indignación. Reconozcamos el sentimiento de indignación que surge al tomar conciencia de un conflicto que creemos relevante. Por ahí iniciemos, por concretar o verbalizar algo que apreciamos como un posible conflicto. Obliguemos a nuestro cuerpo a sentir algo, a salir de la monotonía, de la frialdad de esta sociedad del consumo y que aflore la indignación.
Lectura de la realidad. Superar la conciencia ingenua para intentar una conciencia real que cuestione el origen del conflicto. Si se preguntan: ¿qué es una conciencia ingenua? Imaginen una persona deshumanizada, un autómata que no piensa, no siente; que no se cuestiona, que asume que la vida es así y que es inútil intentar cambiarla. La conciencia ingenua es el resultado del infernal conformismo de esta sociedad del consumo.
Reconocimiento de la otredad. Obligarse a ver el mundo como lo observa el diverso, el marginado social, el ninguneado, el silenciado histórico. Detenerse un momento, desdoblarse, e imaginar en qué quiero convertirme, cómo sería el día de mañana, cómo sería mi territorio si las cosas cambiaran. En fin, imaginar cómo sería el bienestar común si se diseñara una comunidad diferente a esta sociedad del consumo.
Reconocimiento de las clases sociales. Si mi reflexión logró definir quién soy, de dónde vengo y qué sueño ser. Ahora es momento de reflexionar sobre las desigualdades estructurales: ¿quién está arriba, ¿quién está abajo?, ¿quién es un opresor, ¿quién es un oprimido?, ¿cuáles son los privilegios, cuáles los castigos?, ¿cómo se ejerce el poder, cómo se somete al individuo?, ¿cómo se coloniza, y cómo lograr decolonizar primero nuestro cuerpo, luego nuestra mente y por último, nuestra alma?
Reconocimiento de la cultura. Si somos parte de una comunidad, ¿cuál es el aparato ideológico que compartimos? De todas las incongruencias que vivimos, de todo aquello que no tenemos certeza, de todas las preguntas que evitamos abordar como: ¿qué es la vida?, ¿qué es la muerte?, ¿qué es el amor?, ¿qué es la fraternidad?, ¿qué es la sororidad?, ¿por qué los niños crecen?, ¿por qué envejecemos?, ¿por qué las flores florecen en primavera?, ¿por qué llegó el invierno? Todo lo que no tenemos certeza; todo lo que resolvemos con mitos que nos tranquilizan ante la incertidumbre; todo eso es la cultura. Así, para esta estrategia, es necesario reflexionar sobre aquellos mitos globalizantes de nuestra colectividad que nos dan identidad. En otras palabras, reconocer mi cultura y sus diferencias con las culturas de los demás.
Reconocimiento de las desigualdades. Poco a poco, nuestra conciencia real se convertirá en una conciencia crítica, pero para ello es necesario reconocer las desigualdades estructurales que no sólo son económicas, sino culturales, lingüísticas, sexogenéricas, políticas, geográficas, emocionales, etcétera.
Alinear voluntades comunitarias. Ahora que nuestra reflexión es robusta, compleja, anclada en las realidad; debemos compartir los hallazgos, buscar consensos, generar colectivos; construir comunidad. Alineemos la voluntad de los miembros en la comunidad en favor de una agenda política por la cual valga la pena luchar; valga la pena ofrecer el tiempo, la energía, para un combate en favor de la comunidad en donde los acuerdos se defiendan y respeten.
Organización de colectivos. En este mundo individualista, que sataniza la organización, que nos insiste en que cada uno de nosotros debe preocuparse por los suyos. En este mundo consumista, no puede haber una afrenta más grande que organizar colectivos democráticos, diversos; demodiversos. Organizar colectivos bajo una agenda política clara, con acciones claras, con un calendario claro, con un horizonte de expectativas claro en donde se reconozcan las implicaciones del bienestar común.
Comunicación. No sólo comunicar al interior del colectivo, de la comunidad; sino la comunicación que trasciende nuestro territorio y que entra en aquellos espacios inhóspitos; aquellos espacios en resistencia; aquellos espacios en donde la esperanza del positivismo aún tiene vigencia. Aquellos espacios en donde aún se espera la llegada de nuevas tecnologías sofisticadas que lo resolverán todo. Es ahí donde nuestra comunicación debe ser efectiva y convencer al disidente sobre cómo una comunidad demodiversa es mejor que un colectivo inhumano.
Cooperación comunitaria. Ahora que podemos comunicarnos, fuera de la comunidad, con otros territorios: ¿cómo coordinar esfuerzos en una agenda política regional?, ¿cómo hacer de la lucha un patrimonio, un estandarte en donde otros se puedan ver reflejados?, ¿cómo coordinar esfuerzos?, ¿cómo promover una estrategia dinámica, entre los miembros, que se adapte a las necesidades de los territorios?, ¿cómo evitar que los procedimientos de cooperación limiten las acciones de transformación cuando se solicite, a los miembros, lealtad y disciplina desde la verticalidad?, ¿cómo construir hegemonías sin cometer los vicios y abusos de las anteriores hegemonías?, ¿cómo desplazar a los opresores sin caer en la tentación de utilizar sus armas melladas que han dejado regadas por todos lados?
Insurgencia magisterial. Las acciones transformadoras, fruto de la reflexión cultural, económica y social, es un acto que violenta al estatus quo. Los sectores tradicionales, acostumbrados al ejercicio del poder, acusarán cualquier acción transformadora como un ejercicio violento. La Secretaría de Educación Pública se encuentra en la misma circunstancia; ella es hegemonía. Al estar ellas en la punta de la pirámide, no podemos esperar que cambien como si fuera un acto de generosidad o de misericordia. Para que la transformación, por todos anhelada, sea una realidad, se necesita la insurgencia magisterial.
Consolidación del poder. Después de la insurgencia magisterial, de sus acciones transformadoras continuas, tarde o temprano la institución y las hegemonías cederán. Al desplazarlas, darán lugar a nuevas formas de ejercicio del poder. Tal vez, esta etapa sea la más delicada porque siempre estará ahí la tentación de disfrutar los privilegios de las élites desplazadas. Deberemos ser muy humildes para imaginar un ejercicio del poder diferente. Una sociedad democrática, demodiversa; una comunidad que no discrimine, que no margine. Una sociedad donde todos tengan voz. Una sociedad donde el blanco, barbado, de ojos claros, (y no sólo me refiero al físico de una persona; algunos aunque somos morenos oprimidos, llevamos por dentro un blanco barbado escondido); una sociedad donde las hegemonías, aún vigentes, se contienen y permiten nuevas formas de sociedad donde no se solapen o promuevan las desigualdades.
Como escuchan, la Nueva Escuela Mexicana representa una política pública decolonial, comunitaria, emancipadora, anticapitalista y popular. El sueño de Rafael Ramírez, de Vasconcelos, de Altamirano, de Ignacio Ramírez, de Dussel, de Obrador y muchos otros pensadores mexicanos más, tal vez se alcance; una pedagogía mexicana, diseñada por mexicanos, que obliga al diálogo desde la hospitalidad, desde la dignidad de nuestros pueblos a aquellos que insisten en vernos y tratarnos como su capital humano. México, desde la Secretaría Educación Pública en general y sus Libros de Texto Gratuitos en particular, dicen no al modelo por competencias y dicen sí al humanismo mexicano y tal vez sí, al humanismo latinoamericano.
En conclusión, la reforma educativa de la Nueva Escuela Mexicana y la actualización de los libros de texto gratuitos representan un esfuerzo significativo por mejorar la educación en México. Sin embargo, la implementación de estos cambios enfrenta desafíos importantes, incluyendo la calidad de los contenidos y la capacitación docente. La atención a estas áreas será crucial para lograr los objetivos planteados por la NEM y las diferentes instancias educativas deben reflexionar e implementar espacios de debate y construcción para fortalecer la practica pedagógica de los docentes y como consecuencia mejorar los logros de aprendizaje en los estudiantes.
Referencias
Arriaga, M. (2024). La nueva escuela mexicana, los libros de texto y el humanismo mexicano. Discurso leído en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en Honduras el 28 de junio del año 2024.
Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/dialogos-por-la-nueva-escuela-mexicana-curriculum-y-didactica/
¿Paulo Freire en las bibliotecas escolares del país? Todo indica que sí. De acuerdo a El Universal, “La Secretaría de Educación Pública (SEP) desembolsó 87 millones 578 mil 400 pesos para la adquisición de 4 millones 320 mil libros de la colección Paulo Freire, que serán entregados a las bibliotecas de escuelas de educación básica” (Cabadas, María, 25 de agosto, 2024).
Sin embargo, la decisión de la SEP tiene varios ángulos críticos. Primero, un asunto de forma, los recursos públicos destinados a la edición, distribución y compra de libros para la actualización docente y las bibliotecas de las escuelas básicas del país tendrían que ser de escrutinio público sin considerar este acto como un ataque de los conservadores a las acciones del gobierno en turno. El comentario viene a colación por la descalificación del director de la Conaliteg a la colega Irma Villalpando al hacer observaciones y críticas tanto a la compra de la colección Paulo Freire como a la hechura de los libros de texto de inglés de secundaria a cargo de la SEP.
Segundo punto, sobre el contenido de los libros de texto gratuitos (LTG). Hay una preocupación genuina de actores educativos, no solo en cómo se gasta, sino en qué se gasta y si efectivamente los contenidos de los libros contribuyen a mejorar la enseñanza y aprendizaje. En ese sentido, leer a Freire no le cae mal a la actualización del magisterio y a los estudiantes de casi cualquier nivel educativo. Pero, no todo es Paulo Freire por la sencilla razón que no todos los niveles de complejidad de la vida y de la realidad, y problemas del día a día los alcanzó a ver el pedagogo brasileño.
Los defensores de la compra de libro de la colección de Paulo Freire (la nota de El Universal indica que se adquirieron 18 ejemplares), bien podrían refutar y sostener que esta acción es una apuesta para fortalecer la actualización y formación del docente frente a grupo. El argumento sería que precisamente esto que no alcanzó a ver el pedagogo brasileño, sí lo podría ver el docente e integrarlo en procesos curriculares específicos como el codiseño en las fases de contextualización, lectura de la realidad y elaboración del programa analítico (interesados, ver el Acuerdo, 14/08/22).
Pero, el argumento anterior y la acción de la SEP solo confirma el sesgo que ya han advertido varios académicos. La adquisición de la colección de libros de Paulo Freire se viene a sumar al enfoque de los LTG, particularmente los que se pueden registrar en Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro de las fases 2,3,4,5 y 6, los cuales corresponden a todo el nivel primaria y secundaria.
Un dato extra y contrastante, la SEP, a través de la Dirección General de Materiales Educativos, lanza la Convocatoria para la selección de materiales educativos biblioteca SEP centenaria para la actualización del magisterio 2023, para seleccionar hasta 10 títulos dirigidos a maestras y maestros que contribuyan a mejorar su práctica pedagógica en el marco de la NEM. ¿Cuáles fueron los temas de la convocatoria referida para poder imaginar las próximas colecciones? Una probadita: pedagogía crítica, metodologías socioculturales, Nueva Gestión Escolar, Epistemología Crítica. El lector puede imaginar los títulos que se adquirirán para la actualización del magisterio en este año 2024.
Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/paulo-freire-en-las-bibliotecas-escolares/
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
¡Ayúdanos a mantener abiertas las puertas de esta aula!