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Educar la libertad: desde y hacia la dignidad

Por: Martín López Calva

Tengo un par de décadas construyendo el concepto de educación de la libertad para referirme a la educación moral o en valores, campo temático en el que hay un buen número de perspectivas que van desde las más directivas hasta las más subjetivas y libertarias. Esta aportación que considero uno de los elementos originales que he trabajado a partir del pensamiento filosófico de Bernard Lonergan S.J. aplicado a repensar la educación, es como un poliedro que tiene sin duda muchas caras, ángulos y aristas.

Estoy justamente iniciando un proyecto para reunir de manera más o menos ordenada y sistemática lo que he ido publicando al respecto y complementar algunas de estas caras aún no exploradas del tema, para armar un libro que espero pueda en un tiempo más o menos breve publicar y difundir.

Una de estas caras poco exploradas de la educación de la libertad, aunque está en el sustento de toda la propuesta por su fundamentación humanista compleja es el de la relación entre la libertad -que se educa como todas las dimensiones humanas- y la dignidad -que se posee, pero según descubro en la entrevista que cito hoy, también tendría que educarse- puesto que la dignidad humana es, como dice Adela Cortina en esta entrevista citada, una de las dos caras de la moneda que junto con la libertad constituyen lo esencial de un proyecto de vida humana individual y colectiva.

Dejo en esta entrega mensual un adelanto de la reflexión sobre el tema para mis cinco lectores, que seguramente será enriquecida en el diálogo y la exploración posterior para incorporarse y dar mayor consistencia y completitud al trabajo que he referido.

1.-Desde la dignidad.

La dignidad es el núcleo de la ética que tendría que ir construyendo una ciudadanía cosmopolita; una ética en la que todos los seres humanos sean reconocidos como ciudadanos de nuestro mundo. En ese sentido, la dignidad no solo es una palabra clave, sino una experiencia que es necesario proteger, respaldar y fomentar; porque si no, en [estos tiempos] de polarizaciones y posverdad, podemos estar perdidos.

Adela Cortina. El origen de la dignidad. Entrevista de Carmen Gómez Cotta a Adela Cortina y Javier Gomá en Ethic. 31 de julio de 2023.

La libertad se educa desde la dignidad, puesto que no hay libertad sin reconocimiento de la dignidad esencial de todo ser humano por el mero hecho de serlo. La ética parte, como dice en la cita la filósofa valenciana, del reconocimiento de todos los seres humanos como ciudadanos de nuestro mundo. Este reconocimiento surge de la dignidad no sólo como concepto clave sino como una experiencia que debe ser protegida y fomentada tal como lo sostiene Cortina. El fomento y la defensa de esta experiencia es clave para conservar la noción de una vida humana autónoma y construible a partir de las decisiones personales puesto que de no ser así, la posverdad y la polarización que inundan el mundo actual podrían ser -y de hecho son- motivo de desorientación, confusión, deshumanización y pérdida de sentido de la existencia.

En torno al reconocimiento de la dignidad humana es que podría darse la construcción de una ciudadanía cosmopolita o como dice Edgar Morin, de una ciudadanía planetaria que no excluya a nadie de la humanidad y que a partir de la integración de todos y todas, asuma el desafío de la humanidad como destino ético común.

La educación de la libertad parte del reconocimiento de esta dignidad como concepto esencial y como experiencia primigenia del ser humano, que como menciona la filósofa en otras partes de la entrevista, lleva a la persona a descubrir que no tiene que adaptarse y obedecer a las ideas, decisiones y formas de comportamiento de la mayoría, sino que tiene la posibilidad de ser autónomo y de darse sus propias normas desde el ejercicio de su sentipensar atento, inteligente, razonable y responsable.

2.-Hacia la dignidad.

Como dice el propio Kant: no se trata de ser felices, sino de ser dignos de ser felices. La dignidad es el bien verdaderamente universal. Hay una dignidad ontológica, que tiene que ver con la libertad y podría ser el fundamento de los derechos fundamentales, pero también una dignidad pragmática, que interpela a tu conciencia, dado que posees una excelencia, para que uses tu libertad de manera que haga justicia a la dignidad ontológica de la que eres poseedor. La libertad, por tanto, tendría que ver con la dignidad tanto ontológica como pragmática.

Javier Gomá. El origen de la dignidad. Entrevista de Carmen Gómez Cotta a Adela Cortina y Javier Gomá en Ethic. 31 de julio de 2023.

Pero así como Lonergan distingue entre la libertad esencial que es el potencial que tiene todo ser humano a partir de su autoconsciencia, de autodeterminarse y la libertad efectiva que es el grado real de autodeterminación que cada persona va construyendo o perdiendo a partir de sus decisiones pero también de sus circunstancias, el filósofo Javier Gomá habla de distinguir entre la dignidad ontológica -la que poseemos los humanos como rasgo de nuestro ser- y la dignidad pragmática, que es la que interpela la consciencia de cada uno para usar la libertad de manera que se haga justicia a la dignidad ontológica que se posee.

La libertad sería entonces un camino desde la dignidad ontológica hacia la dignidad pragmática, es decir, el desafío no de ser felices sino de hacernos dignos de nuestra felicidad y en esencia, el reto de hacernos dignos de ser dignos, de hacer honor con nuestras decisiones y nuestra vida a esa dignidad ontológica que nos fue dada, de esa excelencia que poseemos por el hecho de formar parte de la humanidad.

Educar la libertad tiene que ver entonces con reconocer la dignidad ontológica de cada ser humano, aún de los seres humanos que con sus actos puedan parecer más deleznables para respetar sus derechos al exigirles rendir cuentas de sus actos y ejercer la justicia y no el ajusticiamiento por cualquier crimen que hayan cometido.

Pero educar la libertad implica al mismo tiempo formar personas que asuman como desafío existencial fundamental la dignidad pragmática, es decir,  construir una vida en la que cada decisión y acción conduzcan individual, comunitaria y planetariamente a ser dignos de ser dignos, a hacer honor a esa dignidad que poseen.

La dignidad es el bien verdaderamente universal como afirma Gomá y no la felicidad como nos hacen creer hoy en día los vendedores de ilusiones del capitalismo global. Por ello, más que educar a las nuevas generaciones para buscar a toda costa su felicidad -que a veces, como dice el mismo filósofo consiste simplemente en poseer ciertos bienes- tendríamos que formarlas para usar su libertad de manera que haga justicia a su dignidad ontológica, de manera que puedan considerarse dignos de llamarse humanos. En esto consiste también, la educación de la libertad.

Fuente de la información e imagen:  https://revistaaula.com

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El olvido como herramienta pedagógica de la injusticia naturalizada

La educación debe estar enfocada en una sociedad que no se construya sobre la vanagloria del victimario sobre sus víctimas. En este sentido, la filosofía, desde el punto de vista deontológico puede crear contrapuntos en la praxis política

«No hay documento de civilización que no sea 

 al mismo tiempo documento de barbarie» 

Walter Benjamin

La frase célebre que versa “quien olvida su historia está condenado a repetirla”, atribuida a Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana ha sido citada, utilizada y versada en tantos contextos y por tantos personajes que parece haberse convertido en un cliché.

Bien sabemos que la historia de nuestra humanidad cuenta en su haber con numerosísimos genocidios, pero si nos detenemos un instante en el infame siglo XX los datos son vergonzosos: el genocidio armenio (1915-1923), en el que fueron aniquilados casi dos millones de armenios bajo la responsabilidad del Imperio Otomano; el Holodomor o genocidio ucraniano (1932-1933) efectuado por Stalin, supuestamente con la excusa de erradicar los movimientos nacionalistas ucranianos, eliminó de la faz de la tierra a seis millones de personas utilizando entre sus modalidades más crueles, la hambruna; el genocidio de Ruanda (1994) nos dejó un saldo de casi un millón de víctimas fatales y al menos medio millón de violaciones sexuales hacia mujeres; la Masacre de Srebrenica (1995) en la ex Yugoslavia en el marco de la Guerra de Bosnia, en la cual se mataron a ocho mil personas de etnias bosnia-musulmanas por parte de los paramilitares denominados Escorpiones, quienes actuaron con total impunidad en un territorio declarado previamente como “zona segura” por las Naciones Unidas.

Ahora bien, tras varias convenciones internacionales se ha considerado particularmente relevante a Auschwitz como referencia para la educación de la memoria posterior, pero ¿por qué el holocausto tiene ese carácter único, singular o diferente? Como diría el espléndido pensador español Manuel Reyes Mate- uno de los pocos filósofos que no tira a Walter Benjamin de los pelos para de-construirlo sino que lo interpreta y nos lo enseña de manera magistral- es necesario explicarlo, puesto que no se trata de sostener que existen víctimas de «primera» categoría y de «segunda». La educación de-la y en-la memoria debe pretender comprender de qué se trata de un fenómeno que marca un antes y un después en nuestra historia.

El holocausto judío, simbolizado en Auschwitz, es singular porque representó un nefasto proyecto que tenía como núcleo intencional el olvido y entre sus propósitos cruciales se encontraba la pretensión de no dejar nada, ni un solo rastro de lo que el nazismo consideró «el enemigo»: exterminar al pueblo hebreo y la totalidad de su cultura milenaria. En una primera instancia, se debía efectuar el exterminio físico y material bajo la representación fáctica de la cremación y pulverización incluso de los resabios de huesos que suelen quedar (convertir en polvo todo tipo de rastro físico). En una segunda instancia, y a la sombra de las nubes del humo crematorio, complementariamente se pretendió erradicar la significación del pueblo judío y su aporte cultural a la humanidad.

El nazismo se propuso radicalmente el proyecto de una humanidad que continuara su historia “como si” la historia del pueblo precedentemente enunciado no hubiera existido jamás. Semejante atrocidad, nos dirá Reyes, no tiene una única explicación sensata, pero sí deja bastantes lecciones en el camino: ese holocausto fue singular en su perversión, pero fue, al mismo tiempo, ejemplar en su significación. Fue la primera vez, al menos que se tenga registro, que se conformó una especie de “laboratorio del mal” en el que aparecen explicadas muchas conductas, mecanismos y respuestas que en otros genocidios aparecen entre intersticios, diluidos o implícitos.

Incluso desde un punto de vista estrictamente jurídico, se tuvo que crear la figura de “crímenes contra la humanidad” para darle nombre y entidad a esto que nos daba la sensación de no haber acontecido hasta ese momento. Darle nombre, categorizar una atrocidad, es una manera racional de tipificar de alguna manera el “proyecto de olvido” mediante una figura de la jurisprudencia, puesto que hasta ese momento en el derecho penal estudiaban los crímenes individualizados, personales, intransferibles o, en general, los crímenes de guerra. En este caso puntual, la atrocidad no está destinada a una persona, sino a un pueblo completo por parte de un Estado concreto.

En nuestro castellano al concepto de humanidad podemos entenderlo en su significancia desde dos puntos de vista: por un lado significa “especie humana”, y en ese sentido el genocidio judío fue un atentado a la integridad de la especie y por el otro significa también una adjetivación positiva del proceso civilizatorio fruto de “los logros” humanos en relación a conquistas de derechos en pos de la libertad y la dignidad. Todo ello parece haber muerto en Auschwitz y no fue en detrimento solamente de los judíos, sino de la humanidad toda, puesto que perdimos la capacidad de compasión, de memoria en un proceso que al lograr muchos de sus objetivos nos dejó moralmente empobrecidos a todos los mortales y sentó bases y precedentes que aún hoy laten en varias agendas geopolíticas.

El holocausto judío se trató de la manifestación explícita, estructurada, organizada, orquestada y ejecutada abiertamente de lo que Hannah Arendt denominó el mal radical

Para acercarnos un poco más al objeto del conocimiento que aquí planteamos, es preciso señalar que el holocausto judío se trató de la manifestación explícita, estructurada, organizada, orquestada y ejecutada abiertamente de lo que Hannah Arendt denominó el “mal radical”, cuya única motivación es eliminar de la faz de la tierra todo rasgo humano de los individuos a los que se quiere aniquilar mediante un régimen que anula la espontaneidad de los sujetos para convertirlos en su obrar en simples reactores ante estímulos.

Esa conversión es posible gracias a lo que Arendt llamó “banalidad del mal”, concepto que no fue abrazado amablemente en un comienzo porque al malinterpretarlo, se lo consideró una especie de justificación racional de los crímenes nazis. Para que el mal radical instaure su maquinaria, es preciso el funcional “mal banal”, puesto que el odio como motor no alcanza, no es suficiente para adquirir la cantidad suficientes de adeptos y partidarios. Con este concepto se evidenció que la frontera entre el ciudadano común y el criminal es extremadamente fina, pues de lo contrario ¿cómo se explica que uno de los pueblos más cultos de la historia europea sea capaz de sostener y ejecutar semejante barbarie? Sí, estimados amigos lectores, lo que Arendt nos está diciendo es que en tiempos convulsos la gente común se puede tornar en herramienta servil a un régimen totalitario que mientras deja muertos en el camino, la vida civil continúa “en normalidad”, como si nada estuviese ocurriendo. En nuestros días esto se hace patente desde el poder burocrático corporativo y sistematizado en el cual no circulan balazos, pero a veces la desatención y la demora de una firma en un papel, se lleva puestas varias vidas.

Lo que Arendt nos está diciendo es que en tiempos convulsos la gente común se puede tornar en herramienta servil a un régimen totalitario que mientras deja muertos en el camino, la vida civil continúa “en normalidad”, como si nada estuviese ocurriendo.

Justamente, es la proximidad entre “lo normal” y lo “criminal” que acabamos de describir y su permanente promoción por parte de campañas mediáticas, educativas, culturales, políticas y sociales que favorecen todo tipo de beneficio en pos del abandono voluntario del pensar crítico, es lo que Reyes Mate advierte al indicarnos el peligro que representa tornarnos en “una humanidad empobrecida”, perpetuada e instaurada sutilmente incluso posteriormente y por fuera de los límites del campo de concentración de Auschwitz ¿Se entiende, ahora, por qué es tan importante educar desde los parámetros del “deber de memoria”?

El nacimiento de la figura del “deber de memoria” no es una materia optativa en la escuela, sino que se trata de una exigencia de las víctimas, que al sobrevivir a los campos clamaron una solicitud a la humanidad que podría versar: “¡esto no se puede repetir!”. Educar en este marco implica sentar bases para la constitución de una especie de antídoto contra la barbarie, a saber, la memoria como herramienta de redención de los «vencidos» que nos interpela permanentemente a no repetir las calamidades cometidas por quienes supieron sostener prolongadamente el título de «los vencedores».

En ese sentido, la educación debe estar enfocada en una sociedad que no se construya sobre la vanagloria del victimario sobre sus víctimas, y por ello es crucial la filosofía, desde el punto de vista estrictamente deontológico, puesto que una educación sustentada en la revisión de los valores que llevaron a la barbarie es capaz de sustituir y crear contrapuntos en la praxis política. Un ejemplo de ello es poner en discusión en el ámbito educativo el valor que se le asigna al progreso como fuente inagotable que resuelve todo a cualquier precio. Tal vez, una educación íntegra apuntará a generar consciencia sobre el hecho de que las condiciones de vida que tenemos no deben sacrificar de modo alguno la dignidad de nadie ni de la naturaleza en general.

¿No sería fantástico poder educar a nuestros niños y jóvenes bajo la premisa crítica que revise si el progreso está al servicio de la humanidad o si la humanidad está subsumida a él?

Fuente de la información e imagen:    https://dialektika.org

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La era digital del amor

La metamorfosis de la intimidad en un mundo interconectado

Las aplicaciones de citas, que facilitan la iniciación y el reconocimiento del mercado amoroso, han transformado el panorama de las relaciones sexuales y afectivas. Tinder, Bumble y OkCupid han sido las principales catalizadoras de los nuevos modos de habitar y vivir la intimidad.

Matches, chats y desafíos

Un joven soltero se aventura a explorar el vasto paisaje de las aplicaciones de citas como Tinder y Bumble. Configura su perfil con cuidado y comienza a deslizar su dedo por la pantalla en busca de conexiones. Rápidamente obtiene varios matches y entabla conversaciones que, en su mayoría, se desvanecen en el aire virtual. Sin embargo, en algunos chats se despliega más afinidad y avanzan a plataformas más personales como Whatsapp o Instagram, lo que proporciona una mayor sensación de cercanía.

Con el tiempo, organiza citas en cafés y bares, donde comparten una cerveza o un vino y, en ocasiones, estas interacciones culminan en momentos íntimos. Sin embargo, a medida que pasan los meses, se enfrenta a la frustración de no encontrar conexiones significativas ante la multiplicidad de opciones y exigencias. A pesar de desinstalar las aplicaciones y de inscribirse en algunos cursos de idiomas y arte, se da cuenta de que tampoco es fácil conocer a alguien fuera de este entorno digital. Así que, una vez más, regresa a las aplicaciones en busca de nuevas posibilidades.

Este ciclo de experiencias refleja el panorama del amor en el siglo XXI, donde la construcción de relaciones significativas puede ser un desafío. Nos encontramos inmersos en un universo en el que las interacciones amorosas se entrelazan con la tecnología, transformando así la geometría del amor. Las aplicaciones de citas han creado una suerte de «juego de la silla» virtual, donde se compite por la atención de los perfiles más atractivos, y donde ni siquiera quienes no participan en estas plataformas pueden escapar del impacto que ellas generan en la sociedad.

Del «no sos vos, soy yo» al «no sos vos, es el algoritmo», pasamos de los paradigmas tradicionales del amor a nuevas formas afectivas moldeadas por la era digital. La centralidad del amor persiste, pero atravesada ahora por interacciones digitales que abarcan tanto la búsqueda de conexiones efímeras como la de un compañero o compañera de vida. En este nuevo paisaje del romance, las estrategias de cortejo se reconfiguran: de escribir cartas de amor, grabar casetes o CD y llamar a radios para dedicar canciones en el siglo XX, a compartir links de Spotify o YouTube a través de chats.

Origen y evolución de las aplicaciones de citas: de las cartas a los swipes

En el siglo XX, presenciamos rápidos avances en las formas de relacionarnos y amar: desde las cartas románticas y los avisos clasificados hasta las citas a ciegas orquestadas por familiares o casamenteras. Las agencias matrimoniales y los romances por correspondencia marcaron una transición hacia una era más conectada. Con la llegada de las redes sociales y las aplicaciones de citas, se abrió un nuevo capítulo en la historia del romance, transformando radicalmente nuestra forma de buscar y establecer relaciones.

El surgimiento de las aplicaciones de citas se remonta a la década de 1990, con la pionera Match.com (1995), que permitía crear perfiles en línea y buscar coincidencias basadas en criterios específicos. Sin embargo, fue con el avance de la tecnología móvil desde 2010 que las aplicaciones de citas se convirtieron en la norma, reemplazando rápidamente a los sitios web tradicionales. Nombres como Tinder, Bumble y OkCupid se volvieron familiares entre las generaciones jóvenes, ofreciendo una experiencia ágil centrada en la geolocalización.

Este cambio tecnológico ha simplificado y acelerado el proceso de conocer a potenciales parejas, poniéndolo al alcance de cualquiera con acceso a internet y un teléfono móvil. Las aplicaciones de citas ofrecen una interfaz fácil de usar, donde crear una cuenta es tan simple como conectarla a Facebook o proporcionar un número de teléfono. Como resultado, estas plataformas se han convertido en el principal medio para conocer personas, especialmente entre aquellos que tienen entre 20 y 40 años y viven en áreas urbanas.

Aunque inicialmente el sentido común indicaba que las aplicaciones de citas fomentarían el sexo casual, la realidad ha demostrado una diversidad de intenciones entre los usuarios. Las aplicaciones atienden tanto a quienes buscan encuentros sexuales como a aquellos que desean relaciones más comprometidas y significativas. Con la pandemia de covid-19 y las restricciones de distanciamiento social, las citas virtuales se volvieron cada vez más comunes ya que ofrecían una alternativa segura a los encuentros en persona.

Entre 2020 y 2023 me dediqué a observar y analizar miles de perfiles en aplicaciones de citas, así como a realizar decenas de entrevistas a usuarios de estas apps. A lo largo del texto cito algunos fragmentos anonimizados, aclarando si corresponde a una entrevista.

«La vida real me arruga la ropa. Carezco de aptitudes sociales, pero sé mucho de comics y videojuegos. Voy y vengo de Tinder, más en cuarentena». (Varón, 30 años)

«Desparasitada con vacunas al día. 1º regla en cuarentena: no enamorarse, todos están aburridos. Doy pocos likes, no busco nada y busco todo». (Mujer, 36 años)

Los fragmentos de biografías de los perfiles sugieren el uso intermitente de estas apps y la extendida ambivalencia de usos y deseos frente al horizonte afectivo. A medida que se reconfiguran las expectativas y prioridades en torno del romance, las aplicaciones de citas también han experimentado cambios. Se han revalorizado la conexión emocional y la compatibilidad a largo plazo por sobre los encuentros casuales, lo que ha llevado a una transformación en la percepción de estas plataformas como simples herramientas para el sexo y la diversión.

«¿Y mi medio limón? ¡Qué difícil! ¡Me aburre Tinder! ¡Con ganas de conocer a alguien q me haga borrar esta app!». (Varón, 34 años)

«Me interesa conocer un hombre leal e inteligente, serio y amoroso… soy independiente, soñadora, sensible, leal… solo personas serias. ¡Soltero y sin hijos no es una virtud!». (Mujer, 34 años)

Las aplicaciones alimentan el ego con la fantasía de personalización al ofrecer un servicio de curaduría mediante preguntas diversas, tales como: ¿le dirías te amo a alguien que nunca has visto en persona? ¿Estás a favor de tener sexo en la primera cita? ¿Estarías dispuesto a relocalizarte? ¿Qué tan importante es la religión en tu vida? ¿Le dirías te amo a alguien con quien tienes una relación a distancia y nunca has visto en persona? ¿Usarías juguetes sexuales? En este nuevo panorama del amor digital, las aplicaciones de mayor crecimiento son aquellas que prometen una experiencia personalizada, donde la racionalización amorosa se mezcla con la intuición e imaginación sexoafectiva en la búsqueda de compatibilidad total.

Navegando entre relaciones líquidas y las comunidades de afecto

En tanto cada vez más relaciones empiezan y terminan en internet, conocerse «en persona» se ha convertido casi en un acto de distinción para la imaginación romántica. En la actualidad, es difícil encontrar a alguien que no haya tenido algún tipo de experiencia en aplicaciones de citas, incluso si esa experiencia se limita al rechazo.

«Me da vergüenza estar acá. Odio las apps: la idea era conocer a alguien en el subte, en un bar o la verdulería, pero eso solo pasa en las películas». (Mujer, 37 años)

«Estuve en pareja 15 años y me separé hace dos. Tuve mi momento eufórico de 5 citas por semana. Ahora quiero pareja y me cuesta encontrar alguien que llene todos los casilleros. Tal vez sea demasiado exigente». (Varón, 43 años, entrevista)

«Escéptica. Mi algoritmo me odia. Si nos enganchamos decimos que nos conocimos en la farmacia comprando el último alcohol en gel antes del apocalipsis». (Mujer, 35 años)

A pesar de su popularidad, las aplicaciones de citas presentan múltiples tensiones, como las sensaciones contradictorias en quienes se separan: el deseo de usarlas junto al temor a cruzarse con ex parejas o conocidos. O como el ghosting, donde las personas cortan abruptamente la comunicación sin previo aviso, lo que puede causar frustración y angustia. Este efecto colateral de las «relaciones líquidas» –tal como las denomina Zygmunt Bauman– no solo atañe a los afectos, sino también a la información, la comunicación, el entretenimiento, el mercado laboral y el financiero. Pero la analogía con la desustancialización del capitalismo en el que vivimos es incompleta porque la singularidad del afecto nunca entra de forma plena en ningún tipo de determinación socioeconómica.

En las aplicaciones de citas a veces se forma una comunidad de servicios ligada al afecto que forma redes de asistencia mutua y recomendaciones por fuera del círculo de contactos. Se trata de una manera de romper habitus y comunidades cerradas al generar cruces que no se dan en un bar ni suceden del mismo modo en una red social.

«Dos matches saben que busco departamento y me ayudan. A una le recomiendo bibliografía. Se arman redes impensadas en estas páginas amarillas con proyección de coger. Hay ventas y permute. Quedar atento al asunto del otro y proponer recursos o soluciones funciona como estrategia de enganche. En cuarentena vi mil intercambios de ‘el mejor bolsón de verdura’, ‘el mejor queso precio-calidad’, ‘cómo sanitizar’. Cierta transferencia que no se consigue leyendo información». (Varón, 38 años, entrevista)

Este extracto da en el corazón de una práctica contemporánea: forjar relaciones que trasciendan los vínculos clásicos (amistades, noviazgos, matrimonios). En un siglo permeado por subjetividades lábiles, la potencialidad de estos vínculos torsiona las nociones de liviandad y profundidad con que suelen abordarse las interacciones. No se trata de romantizar los conflictos que traen, sino de poner de relieve las apropiaciones y desvíos que suscitan, como cimentar comunidades de afecto a veces fragmentarias, parciales o epidérmicas, que no necesitan responder a la clásica pregunta «qué somos».

Archipiélagos de la amistad

Mi tierra, mi sangre (Cuba); mi tinta, parcero, parche, manito (Colombia); pana, valedor (Venezuela); llave (Ecuador); pata (Bolivia); yunta (Chile); hermano, cumpa, rancho (Argentina), causa, compadre (Perú); alero (Honduras); carnal, cuate –que en meocatl significa gemelo– (México). Las diversas expresiones latinoamericanas que definen la amistad resaltan su importancia en el tejido social. Pero ¿hasta qué punto la amistad, tradicionalmente vital en las sociedades modernas para consolidar la identidad en la juventud más allá de la familia de origen, expande su influencia y se afirma como el vínculo afectivo predominante del siglo XXI?

«Aburrido de depender de la virtualidad para conocer personas. Me gustaría viajar al pasado para ver cómo era encarar una conversación con alguien random. No busco nada en especial, solo conocer gente y ver qué pinta. Si es una hermosa amistad mejor». (Varón, 35 años)

«Busco abrirme a nuevas experiencias. No soy celosa, tengo muchos amigos, que son lo que más me importan. El resto va y viene». (Mujer, 34 años)

Los lazos de amistad amplían sus bordes tradicionales, abarcando no solo relaciones fraternales entre pares sino también conexiones en ámbitos románticos, familiares, comerciales y comunitarios. Con el declive de las relaciones de pareja como eje central y fundamental, la amistad emerge como el pilar que sostiene y acompaña cada vez más trayectorias de vida. Mientras que en el pasado los mapas sociales solían estructurarse en torno de la «isla-familia» como célula básica de la sociedad, en la actualidad coexisten con la nueva geografía afectiva de los «archipiélagos de la amistad»: conjuntos de islas individuales que mantienen vínculos electivos a través de redes sociales, grupos de mensajería instantánea y aplicaciones de citas.

«No busco nadie que me complete, estoy entera. Buena vida es muchos viajes y grandes amigos. Tengo 2 mejores amigos que son como mis hermanos y no estoy dispuesta a escuchar que la amistad entre géneros no existe». (Mujer, 37 años)

«Prefiero los animales a las personas. Seamos amigos». (Varón, 34 años)

El ideario romántico tradicional de que la pareja debe ser el vínculo más importante es puesto en cuestión por las nuevas generaciones, los feminismos, el movimiento LGBTIQ y las redes sociales que dominan gran parte del tráfico de internet, donde las amistades en sentido amplio son los vínculos centrales. En una era post-romance que reivindica la amistad como vínculo menos institucionalizado, burocrático, posesivo y transaccional que la pareja, las redes y las apps tensionan la exclusividad amorosa con la reticularidad de las prácticas afectivas. Si la metamorfosis social se expresa en una crisis de pareja y en nuevas gestiones colectivas de los afectos, ¿esa mutación va a cambiar la forma de gestionar hogares, trabajos, familias, gobiernos, vacaciones, o es solo una nueva moratoria social ante las precariedades del capitalismo contemporáneo?

La gramática del pornosoft y el sexting

«¿Por qué limitarse a mirar porno cuando puedes participar?», plantea una publicidad de Pornhub, la plataforma líder en streaming de contenido para adultos antes de cada video. Este enfoque de autogestión del placer se manifiesta de diversas maneras en la sociedad contemporánea, desde el sexting y la participación en foros hasta la búsqueda de tutoriales sobre sexualidad y la creación de selfies seductoras en redes sociales o aplicaciones de citas. Además, los subgéneros del porno amateur y el pornosoft buscan suavizar y humanizar la crudeza del hardcore para llegar a un público más amplio, influyendo así en las estéticas que predominan en las redes sociales y las aplicaciones de citas.

La creciente alfabetización y socialización no solo de porno sino también de feminismos eleva las expectativas en torno del ámbito afectivo y sexual al valorar lo que Eva Illouz denomina «derechos hedónicos»: el mandato sociocultural de buscar placer y pasión para alcanzar una vida plena. Pero esta búsqueda no se limita al disfrute en sí, sino que aspira a emular las performances estilizadas del streaming y de las redes, lo que a menudo termina convirtiendo al match en calabaza. La expectativa de replicar los comportamientos aprendidos, tanto en el porno como en los feminismos, influye desde las primeras interacciones en línea hasta las citas y los intercambios de placer.

La popularización del porno no se limita solo a la producción de contenido, sino que también se extiende a las «burbujas»: prácticas intersticiales influenciadas por la tecnología que forman parte de la excitación anticipada. No se trata simplemente de exhibicionismo deliberado en fotos, sino más bien de una cultura de lo sugerente, como si el entorno siempre estuviera cargado de connotaciones sexuales. Incluso actividades cotidianas como cocinar, revisar el pronóstico del clima, leer o tomar vacaciones pueden activar la imaginación sexual a través de poses aparentemente desenfadadas.

Tras matchear, el chat y las citas suelen generar distintas tensiones de género. Ante la tendencia a la pronta sexualización «masculina» y al deseo de personalización «femenina», innovar a veces tampoco funciona: si ellas son las primeras en sexualizar la charla, a ellos puede resultarles incómodamente «masculino»; si ellos personalizan el vínculo, a ellas puede resultarles demasiado «femenino» o apurado.

«A veces digo ‘ya está, garchemos’, pero les incomoda y se ponen histéricos, dan vueltas. Ven ‘masculino’ que les proponga coger». (Mujer, 29 años, entrevista)

«Difícil saber qué quieren. Que uno sea más clásico, ‘macho’ o sensible. Ni frío ni demasiado sensible. Que la mina me avance me encanta, pero me pone nervioso. No lo digo de machirulo, no estoy acostumbrado». (Varón, 28 años, entrevista)

En definitiva, la expansión del imaginario porno en detrimento del romántico influye en la búsqueda de relaciones y afecta las dinámicas interpersonales. En el pasado, el cortejo, el encuentro y el acto sexual solían seguir una secuencia clara y lineal. En el siglo XXI, esta secuencia suele aparecer superpuesta o rota, al compartir mensajes íntimos, como preferencias sexuales, incluso antes de establecer una conversación de otro tipo, casual o profunda.

La nueva geografía del romance

Hasta hace poco más de una década, el acto de swipear –dar «me gusta» al deslizar el dedo sobre la pantalla a la derecha, o descartar al pasar al siguiente perfil deslizando el dedo a la izquierda– era inconcebible. En un mundo saturado de opciones, se expande la idea de que al segmentar por preferencias –relación buscada, nivel socioeconómico, estilo sexual–, la elección será más satisfactoria. En un contexto en el que, como señalan Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim en su libro Amor a distancia, cada vez más personas viven, trabajan, aman y sueñan en clave cosmopolita, las aplicaciones de citas permiten una búsqueda discreta, ubicua y anónima que dinamiza la esfera afectiva. No obstante, a pesar de desanclar la búsqueda del entorno social y presencial, aún persisten expectativas diferenciadas según el sector social –consumos, ingresos, nivel educativo, área de residencia– y el género –comunicación, iniciativa, ideología, performance–.

Las aplicaciones de citas articulan una respuesta ante la prolongación de la soltería y la apertura a diversas propuestas, cruces y relaciones. Aunque promueven tensiones y conflictos, como el ghosting, el burnout cognitivo-afectivo, el imaginario de abundancia de candidatos y la proliferación de perfiles falsos, añejos o distantes, es probable que sigan desempeñando un papel importante en la forma de relacionarnos. Estas herramientas actúan como facilitadoras tanto en la iniciación como en el reconocimiento del mercado amoroso, creando una red voyeurista de erotismo sutil, proporcionando formas relativamente legítimas de gestionar experiencias y ofrecer formas de acompañamiento. Combinando racionalidad técnica con la descentralización de prácticas antes arraigadas en bares, fiestas y discotecas, funcionan como el GPS afectivo de cada vez más personas, aunque ninguna indique un único camino para llegar.

Fuente de la información e imagen:  https://nuso.org

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Lectura, escritura y libertad

Por: Silvia Valle Tépatl

Con la escritura inicia la historia, pues la representación de los sucesos dio lugar a conservar vestigios de los hechos. Quedaron registrados el lugar, el tiempo, las acciones, la emoción que acompaña el sentimiento humano, porque la escritura como representación de nuestro pensamiento también recoge la emoción de quien dice algo de manera escrita. En la producción académica en torno a cómo las niñas y los niños aprenden y se apropian de la lengua escrita, destacan las de Lev Vigotsky (1885-1934), con la teoría sociocultural, y la de Jean Piaget (1896-1981), quien inspiró a Emilia Ferreiro a desarrollar su propuesta sobre la psicogénesis de la lengua escrita (1983).

Las nuevas propuestas pedagógicas que estos desarrollos teóricos han generado sobre el aprendizaje de la lectura y la escritura no han sido suficientes, pues al paso del tiempo su apropiación sigue siendo una tarea compleja. ¿Cuántos no recordamos el pánico de la hoja en blanco? Pensar qué, para qué o para quién escribir; imaginar el tipo de mensaje que emitiremos de manera gráfica y entendible para quien lo lea, son tareas que en muchas ocasiones se tornan complicadas.

Sea por el tipo de escuela o por las formas de enseñar y aprender en las aulas, constantemente se ven a la lectura y escritura separadas del contexto y de la realidad de quien aprende, pasando por alto que tienen que ver con lo que pensamos, con lo que sentimos, con lo que sabemos, con nuestra experiencia de vida y con lo que observamos en un tiempo y en un espacio determinados; en síntesis, tienen que ver con lo que somos. Para escribir y leer recurrimos a la parte cognitiva, pero también evocamos lo social, lo que hay a nuestro alrededor en nuestra cultura y ambiente: familia, amistades, compañeras y compañeros de escuela, comunidad y lugar donde vivimos.

Cuando hablamos de lectura y de escritura nuestro pensamiento nos remite a la escuela; sin embargo, el desarrollo de ambas habilidades rebasa sus fronteras, porque las encontramos, entre otros sitios, en la casa, los comercios, en los empaques de los productos que con- sumimos, en los nombres de las calles, en los anuncios, y en nuestros teléfonos celulares. No obstante, la escuela es un espacio privilegiado para propiciar el gusto y apreciar el placer por la lectura y la escritura.

Esta concepción es considerada por la Nueva Escuela Mexicana en el currículo actual, pues además de demandar la participación activa y comprometida de estudiantes, docentes, familias y autoridades educativas para que niñas, niños y adolescentes desarrollen su autonomía, su pensamiento crítico, y vivan en armonía con la naturaleza, propone como estrategia didáctica el trabajo por proyectos y un eje articulador –Apropiación de las culturas a través de la lectura y la escritura– que promueve una alternativa viable para darle a la lengua escrita su papel central.

Propiciar que niñas y niños lean y escriban, ayudar a mejorar los textos de las y los jóvenes, es procurar una sociedad más justa y libre, formar ciudadanas y ciudadanos críticos y transformadores de su realidad.

Editorial publicado en Boletín ‘Educación en Movimiento’ del mes de abril de 2024 de Mejoredu.

Fuente de la información:  https://revistaaula.com

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México – Graciela Amador: Escritora revolucionaria, educadora informal

Graciela Amador: Escritora revolucionaria, educadora informal

 

Celia del Palacio*

El nombre de Graciela Amador (o Gachita, como la conocieron sus más cercanos) comienza a surgir de entre las sombras del olvido. Poco a poco sus hechos van recuperándose y van desligándose de quien fue su marido, el pintor David Alfaro Siqueiros, brillando por méritos propios y ganándose un lugar en la historia de las mujeres en México.

Graciela nació en Villa de Cos, Zacatecas, el 5 de abril de 1891, hija de Josefa Sandoval y de Elías Amador, reconocido historiador zacatecano, liberal acérrimo y protestante. En su faceta académica, se le conoce por haber escrito el Bosquejo Histórico de Zacatecas, entre otras obras, mientras que, como militar, se sabe que formó parte de las fuerzas armadas del general Jesús González Ortega, llegando a obtener el grado de coronel. Fue encargado del periódico oficial y director del Departamento de Publicaciones del Museo Nacional, además de haber organizado la Biblioteca de Zacatecas y ser cofundador de la Academia Mexicana de la Historia. También fue presidente Municipal de Villa de Cos en 1880.

La numerosa familia de don Elías sufrió privaciones cuando se modificaron las condiciones políticas, y él, con su esposa Josefa, dos de los tres hijos de su primer matrimonio y 14 de los 22 del segundo (al menos se conocen seis de ellos) se mudaron primero a Aguascalientes y después, en 1917, a la ciudad de México. La joven Graciela estudió composición musical con las hermanas de Manuel M. Ponce, y con el mismo compositor cuando era aún muy niña, en Aguascalientes. En 1914 acompañó a sus hermanos varones, todos revolucionarios, en los trenes carrancistas, llegando hasta Veracruz. Esto la marcaría el resto de su vida: sus relatos de pasajeros en los trenes son de los más entrañables.

En la capital del país, la familia adoptó a quien sería el conocido periodista Jorge Piñó y Graciela lo cuidó como si fuera su hermano pequeño; a lo largo de su vida, el niño sería un acompañante fundamental para ella. Particularmente cuando su padre enfermó y posteriormente murió, en el mismo año 1917, dejando a la muchacha sumamente deprimida.

Aún presa de una severa depresión, Graciela conoció a David Alfaro Siqueiros, amigo de su hermano Octavio. Ambos eran oficiales carrancistas, formaban parte del Estado Mayor de Manuel M. Diéguez y habían estado juntos en muchas batallas.

Graciela era entonces una mujer de 27 años, deprimida por la muerte de su padre, culta, refinada, que creyó en los requiebros de quien en aquel entonces se llamaba José David, Pepe Alfaro o Alfarito. La familia de Graciela no estuvo de acuerdo con el romance, menos aún Octavio, quien conocía a Alfaro muy cercanamente. A pesar de la voluntad de su madre y de su hermano, Graciela se casó con Alfaro el 5 de agosto de 1918, 8 meses después de haberlo visto por primera vez.

No fue un matrimonio feliz, aunque la enamorada Graciela así quisiera creerlo: los celos irracionales y la vigilancia continua de Siqueiros fueron un factor muy importante de su infelicidad. De cualquier modo, los años y las experiencias que Gachita pasó con Siqueiros serían determinantes en su vida y no hay modo de desligarla de él. En esa época inició su carrera de escritora, publicando un relato en Revista de Revistas, por el cual ganó un premio de 50 pesos.

En 1919, Alfaro consiguió un cargo diplomático en Europa gracias a sus antiguas relaciones con el gobierno carrancista. La pareja vivió en Barcelona y después en París, donde se relacionaron cercanamente con Diego Rivera y su entonces pareja, Angelina, además de establecer relaciones con otros pintores y pensadores comunistas y anarquistas. En París, tanto Alfaro como Graciela, visitaron museos y se nutrieron de nuevas ideas. Mientras Alfaro se dedicaba a la pintura y a la política, Graciela adquirió conocimientos de nuevos ritmos musicales.

En 1921, la pareja regresó a México, porque Vasconcelos, ministro de Educación, había mandado llamar a los pintores y les había ofrecido muchos muros para pintar. Desde entonces no habrían de dejar la compañía de Diego Rivera, Amado Cueva, Clemente Orozco, Xavier Guerrero, Jean Charlot y otros. Para entonces, el pequeño Jorge Piñó vivía ya con ellos y era un ayudante de primer nivel de Alfaro.

Un año más tarde, en diciembre de 1922, ese grupo de pintores fundó el Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios. Y su órgano de difusión fue la revista El Machete. A partir de entonces, Graciela tomó más relevancia. Ella inventó el lema de la revista: “El Machete sirve para cortar la caña, para abrir las veredas en los bosques umbríos, decapitar culebras, tronchar toda cizaña y humillar la soberbia de los ricos impíos”. Ella también realizó funciones secretariales y de administración de la revista y escribió numerosos artículos, cuentos y corridos que no firmaba con su nombre, sino solo D y G. En 1925, la publicación sería el órgano del Partido Comunista, al que Graciela también se afilió.

Ese mismo año, Graciela y David se trasladaron a Guadalajara, donde disfrutó de una mayor libertad y ambos realizaron activismo sindical en las minas de Hostotipaquillo. Graciela tenía a su cargo la educación política de las trabajadoras de las minas, las invitaba a hacer militancia comunista y a que convencieran a sus maridos para encabezar la vanguardia de la lucha a favor del proletariado. Para ello, Graciela formó centros revolucionarios de mujeres, quería hacer de ellas las mensajeras de la revolución social. El compañero fiel de Gachita fue Jorge Piñó, quien fundó la asociación de los Pioneros Rojos, para afiliar a los niños y adolescentes.

En medio de este movimiento revolucionario, en el que David, Graciela y Jorgito estaban involucrados fundando sindicatos y hasta una Federación Minera de Jalisco, se fundaron también periódicos adictos a la causa: El Martillo y El 130, ambos anticlericales rabiosos en plena Cristiada. En ellos, Graciela publicaría cuentos y corridos. La mayor parte de esa producción no está compilada adecuadamente. Sus relatos versan sobre personajes del pueblo que abordan los trenes y personifican las tragedias de la pobreza y el desamparo.

En 1928, Graciela y David viajaron a Moscú como delegados de la Confederación Obrera de Jalisco. Ella llevaba la representación de las agrupaciones femeninas jaliscienses y, en ese papel, dialogó con Clara Zetkin, lideresa comunista internacionalista y feminista. Su experiencia la explicó en un relato: “En la Rusia Soviet. La Casa del Obrero”. Ahí quiso ejemplificar cuáles eran las nuevas condiciones del pueblo ruso, después de la revolución. No solo escribió ese relato teatralizado: como parte de su experiencia, escribió más de 25 textos: relatos, teatro, dramas “socialistas”. Graciela hizo un largo recorrido por la entonces Unión Soviética y por las Casas para el Cuidado de la Infancia. Quiso hacer lo mismo en México para proteger a los hijos de activistas perseguidos.

Hemeroteca Miguel Lerdo de Tejada, SHCP

Poco después de su regreso al país, Graciela rompió con Siqueiros, quien había establecido una relación con Blanca Luz Brum, poeta y activista a quien el pintor conoció en un congreso en Montevideo. La separación fue muy dolorosa para Graciela, quien además, había abandonado su militancia comunista, a raíz de los conflictos internos del partido y el asesinato de José Antonio Mella. Graciela inició a partir de entonces, labores de rescate de la música popular mexicana.

En 1930, Gachita se unió a otros artistas y fundaron una compañía de teatro guiñol, financiada por el gobierno de Lázaro Cárdenas. Creía en la función pedagógica del teatro de títeres, tanto que, para 1934, encabezó su propio grupo teatral que realizaba giras por diversos lugares del país e, incluso, California. En 1950, esas obras fueron de las pioneras en transmitirse por televisión.

Graciela Amador es una mujer aún poco conocida y su labor pedagógica a favor de las infancias trabajadoras, a través de educación informal con canciones y obras de teatro guiñol, ha sido apenas explorada. Varias investigadoras se han dado a esa tarea y su archivo actualmente se encuentra en proceso de clasificación en El Colegio de Michoacán.

https://www.muxed.mx/blog/graciela-amador

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Celia del Palacio * Pluma invitada. Escritora y académica, S.N.I. nivel 3. Actualmente adscrita al departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara. Coordinadora del Observatorio de Libertad de Expresión de la Universidad de Guadalajara. Doctora en historia, autora de varios libros académicos de historia de la prensa, periodismo y violencia en México e historia cultural. Autora de cinco novelas históricas y un libro de relatos sobre la participación de las mujeres en la historia de México. X: @celiadelp

Referencias
Alfaro Siqueiros, David. Me llamaban El Coronelazo. Ed. Grijalbo. México. 1986.
Amador, Graciela. “Mi vida con Siqueiros”. Revista Hoy. 1ª parte febrero de 1948, número 575, pp. 70-71 y 114. 2ª parte, marzo 1948, número 576, pp. 48-49 y 82. 3ª parte, marzo de 1948, número 577, Y 4ª y última parte, marzo de 1948, número 578.
Cuevas Tazzer, María de Lourdes. Por una sociedad más justa. Mujeres comunistas en México, 1919-1935. UAM-Iztapalapa, 2020.
Oikon, Verónica. “Desde las sombras. El Talento artístico y la militancia comunista de Graciela Amador”. Revista La Cuerda. https://lacuerda.gt/2020/07/28/desde-las-sombras-el-talento-artistico-y-la-militancia-comunista-de-graciela-amador/
Piñó, Jorge. 20 de febrero de 1953. “Mural de la Memoria. Carta a Baltasar Dromundo”. Revista de la Universidad. Pp- 31-42 https://www.revistadelauniversidad.mx/download/0a52657f-9791-48fd-a523-2401308fd9a5?filename=mural-de-la-memoria

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/graciela-amador-escritora-revolucionaria-educadora-informal/

 

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Las tareas pendientes con la educación comprometen el futuro de Brasil

Por: Fernando de la Cuadra

La crisis de la educación en Brasil, no es una crisis, es un proyecto./ Darcy Ribeiro

La educación en Brasil está pasando por una etapa de estagnación, sin que las nuevas autoridades asuman responsablemente dar un giro con respecto a la situación heredada de los dos gobiernos anteriores, de Michel Temer y Jair Bolsonaro. Como nos advierte Darcy Ribeiro, parece que históricamente la función de la educación en Brasil ha sido la de profundizar las diferencias entre una elite culta, letrada y hasta erudita y una gran masa de analfabetos destinados a cumplir el papel de fuerza de trabajo barata y dócil.

Los avances realizados en el campo pedagógico –como los realizados por Paulo Freire a comienzos de los años sesenta– siempre tuvieron que enfrentarse con la férrea oposición de quienes rechazaban los avances civilizatorios que la educación podría representar para el país, alfabetizando y dando carta de ciudadanía a los grupos más pobres y excluidos de la población.La educación pública sigue hundiéndose en Brasil y aumentan los jóvenes que no estudian ni trabajan | Radio Natagalá

En ese sentido, Paulo Freire era considerado un subversivo, pues su discurso lúcido y movilizador estaba impregnado de un espíritu libertario y democrático. Así, como apuntaba acertadamente en una de sus memorables páginas de La educación como práctica de la libertad: “La salud para esta extraña democracia es el silencio del pueblo, su quietud. Es la sociedad cerrada, es la inmovilidad. De ahí que los defensores de este tipo de democracia postulen la necesidad de preservar al pueblo de lo que llaman ‘ideas exóticas’, en último análisis: todo lo que pueda contribuir a la presencia activa del pueblo en su proceso histórico”.

De esta manera, el proyecto de llevar adelante el método freiriano de educación de adultos (1), fue dramáticamente interrumpido por el golpe de Estado civil-militar-empresarial de 1964 y desde entonces el camino hacia la universalización de la educación en Brasil ha sido largo, tortuoso y descontinuado. Uno de los infaustos legados que dejó la dictadura fue la de concebir que una educación pública, gratuita, universal y de calidad es un proyecto grandioso para el cual el Estado no tiene condiciones de financiamiento.

Educación de Jóvenes y adultos en Brasil, nuevas oportunidades - Vida PositivaIndependiente de la capacidad de gestión de ciertos gobiernos por llevar adelante un plan que asegure una educación como un derecho fundamental para toda la población, lo que sugiere la experiencia brasileña es que, en la disputa entre un proyecto de sociedad más inclusivo, participativo y pluralista contra otro más elitista, excluyente y estratificado, esta última visión ha salido victoriosa hasta el momento. A la estructura de resabios coloniales en que funciona el país habría que sumarle un Congreso reaccionario que pone innumerables obstáculos a cualquier medida orientada a mejorar la calidad de vida de los sectores más carentes.

El gobierno Lula les prometió a los brasileños un periodo de bienestar y prosperidad, pero a las ilusiones y expectativas de los primeros meses le han seguido las indicaciones de que el Ejecutivo se encuentra más preocupado con la austeridad fiscal que con mejorar las condiciones concretas de vida de la mayoría de la población. Quienes se sienten desilusionados con los escuálidos avances de un gobierno que se autoproclamaba popular, pueden ser confundidos y cooptados por las falsas promesas del bolsonarismo y la extrema derecha.

La disminución del presupuesto para salud y educación contrasta con los fondos destinados para la compra de armamentos y suministros para las Fuerzas Armadas (2). Por su parte, los salarios de los profesores -en todos los niveles del sistema educacional- difieren escandalosamente con las exorbitantes remuneraciones que reciben los oficiales de las tres ramas y con los sueldos recibidos por miembros de poder judicial.Brasil tiene nueva ley de cuotas universitarias - La Patriada Web

Un profesor universitario en la cúspide de su carrera y con dedicación exclusiva, recibe en media, tres veces menos que un teniente coronel del ejército o un juez federal, sin considerar los beneficios y ayudas suplementarias que aumentan aún más los ingresos de estas categorías.

Por eso mismo, profesores y servidores de universidades federales, centro de educación tecnológica e institutos federales se encuentran en este momento en huelga a través de todo el país, teniendo el aumento salarial como principal reivindicación. Ellos solicitan un reajuste del 22 por ciento dividido en tres años, con inicio en mayo de 2024.

Dicha reposición salarial cubriría apenas las perdidas inflacionarias acumuladas por los dos gobiernos anteriores. Diferentemente, el gobierno sólo ofrece un 9 por ciento dividido en 2 años y a partir del 2025. Este movimiento también ha recibido la solidaridad de técnicos administrativos y estudiantes, que reivindican conjuntamente la construcción de una universidad pública gratuita, de calidad y valorizada.

El Sindicado Nacional de Docentes de las Instituciones de Enseñanza Superior (ANDES) sostiene que además de la recomposición salarial, existe una necesidad urgente de reestructurar la carrera docente, junto con mejorar las condiciones de trabajo y la dignidad de los profesores. Asimismo, demandan la realización de un importante volumen de inversiones públicas en las instituciones federales de educación, visto el alto grado de deterioro y abandono de la infraestructura y de los servicios resultante de la nefasta administración de los gobiernos precedentes.

Brasil. El modelo de educación superior en disputa - Resumen LatinoamericanoDe hecho, la situación de la educación superior en Brasil se ha resentido enormemente en los últimos 8 años, desde que fue destituida a través de un golpe blanco la ex Presidenta Dilma Rousseff. Pero no solamente la educación superior sufre los rigores de los recortes presupuestarios iniciados en el gobierno Temer con las medidas del llamado “techo de gastos”.

El país ocupa actualmente un preocupante lugar en el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA (3)). En matemáticas y ciencias menos de la mitad de los estudiantes de 15 años consiguió alcanzar un nivel mínimo de aprendizaje, siendo que Brasil ocupó la 65° y la 61° posición en esas materias, respectivamente. Específicamente, en matemáticas, un 73 por ciento de los estudiantes no alcanzaron el nivel básico considerado por la OCDE para garantizar que los jóvenes puedan ejercer plenamente su ciudadanía.

Ello se expresa concretamente en que 7 de cada 10 de estos jóvenes con 15 años no saben resolver problemas básicos como convertir el valor de dos dólares para su equivalente en moneda nacional (Real) o calcular el porcentaje de ingredientes necesarios para preparar una comida.

Según los datos del Instituto Todos por la Educación, el analfabetismo funcional de personas entre los 15 y los 64 Geo - Conceição : ALFABETISMO FUNCIONALaños es de aproximadamente un treinta por ciento, donde un tercio de los alumnos que llegan al quito año de escolaridad apenas consiguen leer y un veinte por ciento de los jóvenes que concluyen la enseñanza fundamental (hasta noveno año) no dominan el uso de la lectura y la escritura.

La situación del Magisterio es deplorable, pues junto con toda la carga horaria extenuante, los profesores reciben salarios que les imposibilitan llevar una vida digna y muchos de ellos deben buscar otras fuentes de renta fuera de sus actividades docentes.

En suma, una situación catastrófica que el actual gobierno no ha tenido la voluntad de alterar, inventando excusas y refugiándose en el argumento de que el país no puede invertir más en políticas sociales debido a sus compromisos con la responsabilidad fiscal y el ajuste presupuestario. Queda por lo tanto el triste recuerdo del gobierno de João Paulo Freire: MÉTODO FREIRIANO DE ALFABETIZACIÓNGoulart que, con mucho menos presupuesto se lanzó decididamente a terminar con el analfabetismo y de mejorar sustantivamente la calidad de educación brasileña, con Paulo Freire liderando ese proceso.

Si los tecnócratas de plantón no recapacitan y no recuperan el legado pedagógico y transformador del patrono de la educación brasileña, este país condenará a las futuras generaciones a seguir siendo explotadas y despreciadas por las elites cavernarias y, en esa medida, se condenará a sí mismo.

Notas:

1.-Con este método Paulo Freire lograba alfabetizar a personas adultas en solamente 45 días, como quedó demostrado en algunas experiencias realizadas por Freire a comienzos de la década del sesenta en Pernambuco y Rio Grande do Norte, para luego ser replicadas a nivel nacional durante el gobierno de João Goulart, en el marco del Plan Nacional de Alfabetización iniciado en enero de 1964.

2.-  Solamente en el caso de la Marina, el gobierno está invirtiendo 100 millones de euros en cuatro submarinos convencionales (propulsión diésel-eléctrica) y otros 100 millones de euros en un submarino nuclear.

3.-Pisa es el principal examen internacional en educación que mide cada tres años el desempeño de estudiantes entre 15 y 16 años de edad (final del ciclo básico). Se realiza por medio de un test computarizado que dura dos horas en la cual se mide el desempeño en lectura, matemáticas y ciencia. El último Pisa (2022) fue realizado en 81 países, entre miembros y socios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

* Doctor en Ciencias Sociales. Editor del Blog Socialismo y Democracia. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Fuente de la información e imagen:  https://estrategia.la

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En camino al infierno climático

Por: Silvana Melo

Las ciudades no soportan las inundaciones ni las sequías ni las altas temperaturas. “Ni se van a bancar el granizo cuando pegue cada vez más fuerte”, dice Walter Pengue. Estamos a un paso “del infierno climático”. Para un niño nacido en 2020, “el impacto va a ser brutal en su vida adulta”. Mientras tanto las tormentas arrasan. El dengue avanza. Y la vida, en alerta roja.

Un verano –el pasado- con nueve olas de calor y una sequía arrasadora; el verano siguiente –éste- ahogado de lluvias y, en su final, rabioso de tormentas e inundaciones repetidas cada diez días en el mismo territorio. Walter Pengue, doctor en Agroecología, Sociología y Desarrollo Rural Sostenible, habla con APe del “camino directo del infierno climático”. Proyectos inmobiliarios alzados con la ceguera de la rentabilidad que frenan las aguas e inundan ciudades antes impensadas, suelos agotados que ya no absorben una gota, un modelo de producción agroindustrial que genera sequías por las que luego deben crearse trigos con modificaciones genéticas que las resistan.

En medio de este panorama, todo tiembla, todo trastabilla. Generaciones y distribuciones eléctricas sin mantenimiento que explotan ante el primer calor o la primera tormenta. Nula exploración en energías alternativas. Enfermedades tropicales que se extienden al sur porque el sur ya no se comporta como tal y abunda en veranos tórridos e inviernos templados. Fenómenos inusuales para los que los cuerpos no están preparados y las infraestructuras tampoco. Esta nota se escribe con alerta roja de tormentas en el AMBA y la epidemia de dengue en su punto máximo. Un escenario distópico y antrópico que está amenazando con quebrar el futuro como a una copa de cristal.

Walter Pengue, autor principal de los documentos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC de Naciones Unidas) habla de “aceleración, intensidad y recurrencia”. Es decir, aquellos cambios que hasta hace unos años eran una fantasía de un grupo de científicos para dentro de medio siglo, ahora se sienten de un año a otro. Transforman de a retazos una vida. “El documento de Naciones Unidas 2022-23, que terminamos el año pasado, fue el que puso en alarma lo que antes era una advertencia y es que estamos yendo hacia el infierno climático”.

Saliendo del campo, cuando en la ruta lo sorprendieron cien milímetros en media hora, el docente universitario pensaba que “quince años atrás, cuando les decíamos a los chacareros ustedes van a dejar de ser agricultores para ser pescadores, no me creían; ahora ya son varios los que se volvieron pescadores”. Y es un escenario, dice, “para el que la Argentina no está preparada, tanto a nivel del campo, de la producción, de la naturaleza, como de las ciudades”; porque “que caigan cien milímetros de un saque, antes pasaba cada diez años y ahora cada diez meses”.

Sin embargo, la producción intensiva para exportar commodities y generar divisas, el uso indiscriminado de agroquímicos y la tala sin freno para ampliar la frontera agropecuaria ha transformado el paisaje de la región, además de las temperaturas y los ciclos de las lluvias. Los 62º de térmica en el marzo de Río de Janeiro –al borde de lo que la vida puede soportar- convive en armonía con el desmonte del Amazonas.

“Lo que estamos enfrentando es un escenario de cambio climático y de cambio ambiental global. El primero antes aparentaba ser una advertencia, pero ahora está claro que las cosas están yendo muy mal –sostiene Pengue- y se necesitaría un viraje importante, muy drástico en las pautas de producción y consumo en nivel global y regional”.

Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, “lo dijo claramente: vamos yendo por la autopista con la quinta puesta hacia el infierno climático. Eso es lo que está sucediendo y la gente ya lo percibe”. No se trata, dice Pengue, de “fenómenos naturales sino antrópicos[1], aunque algunos lo nieguen”.

“Los documentos científicos publicados por referencias de todas las disciplinas de las ciencias unificadas, reconocen lo que dice Guterres: que estamos ante un escenario de intensificación, aceleración y recurrencia de todos los fenómenos. De grandes sequías a grandes inundaciones. Y no estamos preparados”. Tampoco lo está “el mundo desarrollado, con las olas de calor que ha tenido Europa y los muertos, pero ellos lo están cuantificando; en los países en vías de desarrollo no lo hemos tenido tan en cuenta. La situación va a ser cada vez más conflictiva porque no nos estamos adaptando para mitigar los impactos”.

Las ciudades no soportan las inundaciones ni las sequías ni las altas temperaturas. “Ni se van a bancar el granizo cuando pegue cada vez más fuerte”, lamenta Pengue. Y sueña con un cambio –que aparece quimérico en estos tiempos- en las cabezas “de quienes manejan las políticas públicas y el desarrollo privado”.

“A los que tenemos 50 o 60 años nos va a pegar pero vamos a ser mayores cuando el impacto llegue –piensa, mirando hacia adelante-; pero en el último documento pensamos en un niño nacido en 2020. Va a ser un adulto. Y el impacto va a ser brutal en su vida”.

Mirando hacia esa infancia, piensa Walter Pengue. “Hay que pensar con faro largo y no sólo en la producción de dinero. Porque la gente no come dinero”. Pero la sociedad está adormilada. “Aletargada, como la rana en la olla mientras se va calentando”.

A pesar del negacionismo reinante, desde el aula universitaria, cree “en las oportunidades”. Y en un futuro que se puede ir hilvanando hilo por hilo.

Afuera llueve como nunca.


[1] Fenómenos producidos por actividades humanas

Fuente de la información e imagen:  Pelota de Trapo

Foto: Agustín Macarian (Reuters-Clarín)

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