Una ola de calor sin precedentes desata incendios forestales que arrasan el bosque boreal
Una ola de calor como no se ha visto en miles de años asola al Ártico, arrasado por incendios que queman millones de hectáreas de bosques y amplifican el calentamiento global. El futuro solo puede empeorar.
En agosto del año pasado, más de 4 millones de hectáreas de bosques en Siberia ardieron en el Ártico, pero este año los incendios forestales han comenzado mucho antes del mes de julio, señala Vladimir Chuprov, director del departamento de proyectos en Greenpeace Rusia, citado por AP.
“El Ártico está, figurativa y literalmente, en llamas: se está calentando mucho más rápidamente de lo que pensábamos en respuesta a los niveles crecientes de dióxido de carbono y otros gases de invernadero en la atmósfera, y este calentamiento conduce a un derretimiento rápido y un aumento de los incendios forestales”, añade el climatólogo Jonathan Overpeck, de la Universidad de Michigan.
“El calentamiento récord en Siberia es una señal de advertencia enorme”, advierte Overpeck.
Datos insólitos
The Washington Post destaca: partes de Siberia están más calientes que Washington: la capa de nieve desaparece, el hielo marino se derrite y los incendios, incluidos los posibles incendios de ‘zombies’ (latentes desde el año pasado) están desatados.
La semana pasada ocurrió además algo insólito: el termómetro alcanzó un récord de 38 grados Celsius en la ciudad rusa de Verkhoyansk en el Ártico, un dato que la OMM está verificando. En caso de confirmarse, será la temperatura más alta jamás registrada en el Ártico.
Aunque todavía es temprano en la temporada de incendios, las observaciones satelitales de incendios activos por parte de la NASA y los sensores MODIS y VIIRS de la NOAA, muestran que la cantidad de detecciones de incendios boreales se encuentra entre las más altas observadas en cualquier año desde 2003, señala la NASA.
Y añade: tanto 2020 como 2019 registran aproximadamente el doble de incendios forestales del promedio 2003–2020, y aproximadamente la mitad del 2011, el año hasta ahora más activo.
Una ola de calor tan prolongada no se ha visto en Siberia desde hace miles de años, y es otra señal de que el Ártico amplifica el calentamiento global más de lo que pensábamos, según Overpeck.
Salto dramático
Los registros satelitales de la región a partir de 2003 sugieren que ha habido un salto dramático en las emisiones contaminantes provocadas por los incendios del Ártico durante los últimos dos veranos.
Las emisiones lanzadas entre junio de 2019 y junio de 2020 han sido mayores que las emitidas durante todos los meses de junio transcurridos entre 2003 y 2018 juntos, según Thomas Smith, geógrafo ambiental de la London School of Economics, citado por Reuters.
Los registros atmosféricos que datan de hace más de un siglo muestran que las temperaturas del aire en el Ártico también alcanzaron nuevos niveles en los últimos años. Eso lleva a Smith a creer que la escalada de los incendios también podría tener precedentes.
«Lo que estamos viendo en este momento es la consecuencia de las emisiones industriales del pasado», destaca Smith. “Lo que sucederá dentro de 40 años ya no podemos impedirlo. Por eso debemos preocuparnos: el futuro solo puede empeorar.»
El Ártico ruso es una de las regiones que registran el calentamiento más rápido del mundo. Desde hace algunas décadas, la temperatura de la Tierra aumenta en promedio 0,18°C cada 10 años.
Sin embargo, en Rusia el aumento medio es de 0,47°C y en el Ártico ruso de 0,69°C , según Andrei Kiselyov, jefe científico del Observatorio Geofísico Voeikov con sede en Moscú, citado también por AP.
Los científicos temen que las llamas boreales sean signos tempranos de condiciones más secas por venir, con incendios forestales más frecuentes: liberan reservas de carbono de turberas y bosques que aumentan la cantidad de gases de efecto invernadero y calientan aún más el aire del planeta.
Más leña al calentamiento
El clima cálido persistente, especialmente si se combina con incendios forestales, hace que el permafrost se descongele más rápido, lo que a su vez exacerba el calentamiento global: libera grandes cantidades de metano, un potente gas de efecto invernadero 28 veces más potente que el dióxido de carbono.
Los científicos coinciden en que el aumento de los incendios forestales es indicativo de una tendencia al calentamiento global mucho mayor, porque las altas temperaturas del Ártico agregan combustible al calentamiento de todo el planeta.