Las escuelas en EEUU no son inmunes al aumento de los crímenes de odio

Los crímenes de odio en EEUU tuvieron un aumento considerable en el año 2022 respecto a períodos anteriores, según un informe divulgado por el FBI el lunes.

 

Las escuelas en Estados Unidos no se están librando del drástico aumento de los crímenes de odio que se ha extendido por todo el país.

Un nuevo informe publicado este lunes por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) encuentra que el 10 % de todos los delitos de odio en EEUU en 2022 tuvieron lugar en las escuelas, lo que las convierte en el tercer lugar más común ese tipo de delitos en el país.

Sólo los hogares (27 %) y las carreteras, caminos o callejones (16 %) registraron más delitos de odio.

El informe encontró que el número de delitos de odio denunciados en las escuelas (desde el preescolar hasta la universidad) ha aumentado constantemente desde 2020, cuando las autoridades registraron 500 delitos de odio en el sector educacional. En 2021, el número de infracciones escolares aumentó a 896 antes de alcanzar un máximo de más de 1.300 en 2022.

Esos aumentos se corresponden con lo que los funcionarios del FBI han descrito como un aumento preocupante de los delitos de odio en general: los datos más recientes muestran un récord de 11.643 incidentes en 2022, superando el récord anterior de casi 11.000 incidentes en 2021.

El informe es el primero de su tipo emitido por el FBI, y los funcionarios dicen que aún no está claro si emitirán informes adicionales sobre crímenes de odio en las escuelas en el futuro.

 

«El objetivo es llamar la atención sobre los datos y los casos de crímenes de odio en las escuelas, para dar posiblemente a otros la oportunidad de responder», dijo a los periodistas un funcionario del FBI, bajo condición de anonimato, según las reglas básicas establecidas por la oficina.

 

«[Esta] no es una situación en la que la oficina esté buscando tomar medidas inmediatas al respecto», añadió el funcionario. «Pero al proporcionar la información, creemos que esto les permite llevarlo a cabo a nuestros socios encargados de hacer cumplir «.

 

El informe, que analizó datos del período de cinco años que abarca de 2018 a 2022, encontró que el delito de odio más común fue la intimidación, seguido del vandalismo y la agresión.

 

Los delitos de odio más comunes fueron los delitos contra personas negras (12,6 %), seguidos de los delitos contra judíos (5,6 %) y los delitos contra lesbianas, gays, bisexuales o transgénero (2,6 %).

 

Los crímenes de odio contra musulmanes representaron el 0,5 % del total.

 

El informe del FBI también encontró que los crímenes de odio en las escuelas fueron más frecuentes en octubre, noviembre y diciembre, y casi un tercio de los crímenes de odio en las escuelas tuvieron lugar durante esos meses.

 

En general, el informe dice que más del 30 % de los niños que fueron víctimas de crímenes de odio durante el período de cinco años fueron victimizados en la escuela. Casi el 36 % de los delincuentes juveniles que cometieron delitos de odio los cometieron en la escuela.

 

Según datos del FBI, casi dos tercios de los delitos de odio denunciados tuvieron lugar entre preescolares, escuelas primarias y secundarias.

Fuente: https://www.vozdeamerica.com/a/escuelas-eeuu-no-inmunes-aumento-odio-/7462025.html

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La igualdad de género desvela la crisis de la masculinidad

Redacción: Tendencias 21

La homofobia es la forma alternativa de afirmar la virilidad en los hombres tradicionales

La igualdad de género ha puesto en evidencia que la necesidad del hombre tradicional de afirmar su masculinidad frente a la feminidad, se convierte en homofobia en la medida que avanza el reconocimiento de la importancia de la mujer en la sociedad.

Una investigación de la Universidad de Ginebra (UNIGE) en Suiza ha descubierto que el avance social hacia la igualdad de género está provocando un aumento de la homofobia.

En un artículo publicado en la revista Sex Roles, el equipo liderado por Juan M. Falomir demuestra que para compensar esta feminización de la sociedad, emerge una tendencia social que lleva a los hombres más tradicionales a apoyarse en la homofobia para reafirmar su masculinidad.

El proceso social que ha llevado a esta situación se explica de la siguiente forma: antes de mayo de 1968, las normas sociales sobre las que se construía la identidad masculina se basaban principalmente en la oposición hombre-mujer. Una mujer, por ejemplo, tenía que ser sensible y atenta, y estaba obligada a priorizar a la familia a costa de su carrera.

Un hombre, por otro lado, tenía que estar seguro de sí mismo, ser independiente y fuerte, y, sobre todo, tenía que ser no femenino. La masculinidad construida sobre esta oposición era un concepto más frágil que la feminidad: un hombre debía demostrar su virilidad a la sociedad actuando siempre de tal manera que dejase claro que no era una mujer.

Sin embargo, desde la revolución feminista la sociedad occidental se ha estado moviendo hacia una mayor igualdad de género: además de centrarse en sus carreras, las mujeres actuales son autosuficientes y fuertes. Y a los hombres se les permite mostrar sus emociones y cuidar de sus familias.

Esta nueva situación ha provocado lo que se ha llamado una “crisis de masculinidad”, ya que en esta nueva situación muchos hombres no se acomodan a los nuevos patrones derivados de una sociedad igualitaria y no pueden construir su identidad masculina en oposición a la identidad femenina actual.

Cuestionario revelador

Para profundizar en el conocimiento de esta evolución socio-cultural, los psicólogos de UNIGE utilizaron un cuestionario para probar los efectos en los hombres de la desaparición de la norma que afirmaba la masculinidad en oposición a la feminidad.

El cuestionario medía la sintonía de los hombres actuales con las características clave de la masculinidad tradicional: evitar la feminidad, restringir las emociones, afirmar la confianza en sí mismo, la agresión, la dominación, la atracción por la actividad sexual y la homofobia.

Tres grupos de hombres heterosexuales, todos de países occidentales, tuvieron que declarar si estaban de acuerdo o en desacuerdo con unos 50 puntos relacionados con estas normas, para conocer sus reacciones en función de si tenían o no información previa sobre el estado de la cuestión facilitada por los investigadores.

Al primer grupo (control) no se le dio información previa alguna y tenían que responder al cuestionario sin más. Al segundo grupo se le mostraron diversos estudios históricos sobre cómo se afirmaba la masculinidad frente a la feminidad en la sociedad tradicional. Y sólo al tercer grupo se les explicó la evolución de la masculinidad, conciliada con los nuevos valores femeninos, antes de responder al cuestionario.

Homofobia y heterosexualidad

Una vez finalizada esta fase, los integrantes de los dos últimos grupos, que habían respondido al cuestionario en base a la información previa recibida, tuvieron que responder a un segundo cuestionario que medía sus actitudes hacia los homosexuales (sus derechos, sentido de moralidad, las emociones que sienten y su comportamiento) y la afirmación de su propia heterosexualidad en ese contexto social.

Lo que puso de manifiesto esta investigación es que la homofobia y la reafirmación de la heterosexualidad se manifestaron con mucha intensidad en el grupo de hombres del tercer grupo, a los que se les informó que la masculinidad actual está reconciliada con los valores femeninos.

«Es un sistema interconectado», explica el profesor Falomir en un comunicado. “Al disminuir el significado de la norma anti-feminidad, los hombres la compensan enfatizando la importancia de la norma de heterosexualidad. La homofobia es la forma alternativa de afirmar su masculinidad», añade.

Una salida

El estudio determinó asimismo que el aumento de la homofobia no se debe directamente al deseo de reafirmar la oposición tradicional entre hombres y mujeres, sino a la necesidad de afirmar la masculinidad en un contexto social más equilibrado entre los perfiles masculino y femenino.

La salida es afirmar la masculinidad frente a la homosexualidad, que viene a sustituir la oposición femenina tradicional a los valores masculinos clásicos. Y esta tendencia se manifiesta particularmente en los hombres más tradicionales y reacios a asumir los nuevos rasgos sociales de la masculinidad.

Estos resultados reflejan el hecho de que nuestras sociedades occidentales, que establecen la igualdad de género como un principio fundamental, siguen siendo reacias cuando se trata de los derechos de los homosexuales.

“Cuanto más igualamos a los géneros, más difícil se vuelve para los ‘hombres tradicionales’ gestionar esta igualdad y continuar construyendo su masculinidad. «Como ya no pueden diferenciarse de las mujeres, ven la homofobia como una forma de restaurar su virilidad», concluye el profesor Falomir.

Referencia

Perceived Men’s Feminization and Attitudes Toward Homosexuality: Heterosexual Men’s Reactions to the Decline of the Anti-Femininity Norm of Masculinity. Juan Manuel Falomir-Pichasto,Jacques Berent, Joel Anderson. Sex Roles (2019). DOI:https://doi.org/10.1007/s11199-018-0985-6
Fuente: https://www.tendencias21.net/La-igualdad-de-genero-desvela-la-crisis-de-la-masculinidad_a44992.html
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