El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) acaba de publicar su informe anual 2017-2018 y sus datos no pasaron inadvertidos. Desde varios actores oficiales del campo educativo llovieron las críticas, entre ellos las de Wilson Netto (presidente de ANEP), Antonio Romano (director de Planificación del mismo organismo), así como de la Dirección Sectorial de Planificación Educativa del Codicen y el Consejo de Educación Inicial y Primaria.
En las conclusiones para el capítulo seis, el informe del Ineed afirma: “La información sobre recursos en los centros educativos relevada por Aristas puso en evidencia que se distribuyen equitativamente según el contexto socioeconómico y cultural de la población que reciben. Los centros privados son los que cuentan con mayor apoyo para esta tarea” (página 107).
Con respecto a esto, Netto aseguró en rueda de prensa que cuando el informe habla de inequidades no se están teniendo en cuenta los millones de pesos que se han invertido para revertir la situación previa al año 2005, señalando, por ejemplo, que no se mencionan algunos logros, como la construcción de liceos en zonas vulnerables o donde directamente no existían.
Otra crítica que Netto realizó hace referencia a la forma de presentar los resultados educativos y en particular a la utilización de los términos “inequidad” y “segregación”.
En las conclusiones generales de este informe se anota: “En educación primaria, los estudiantes se encuentran segregados entre escuelas de acuerdo con la condición socioeconómica y cultural de sus familias. Aunque la segregación escolar se vincula con la segregación territorial, trascendiendo a la política educativa, constituye un aspecto a atender si se pretende alcanzar una mayor equidad educativa” (página 136).
En relación a los aspectos cuantitativos y cualitativos del proceso de aprendizaje, Netto subrayó que el informe plantea que hay un estancamiento. Sin embargo, siguió, hay en esa evaluación serias carencias metodológicas, ya que, por ejemplo, no se muestra ningún punto de comparación para llegar a esa conclusión.
A partir de estas críticas, el jerarca de la ANEP concluyó que el informe no refleja el estado de situación de la educación en Uruguay y que tampoco es un insumo que pueda ser utilizado para trabajar en políticas educativas.
En declaraciones a diversos medios, el director de Planificación de la ANEP, Antonio Romano, criticó específicamente las conclusiones sobre la distribución de recursos según cada centro educativo.
Con respecto a este punto, el informe del Ineed menciona en las conclusiones de su primer capítulo: “Vale destacar la constatación empírica de una mayor concentración de docentes de grados más altos en los centros menos vulnerables, lo que estaría indicando una situación contraria a lo que se suele recomendar para minimizar las desigualdades de origen mediante una asignación diferencial de los recursos. En términos generales, el análisis indica que el sistema no está logrando volcar más recursos a los centros con mayor vulnerabilidad” (página 37).
Con estas conclusiones, afirmó Romano, no se está contribuyendo a un debate informado sobre temas educativos, ya que existen algunas carencias, como por ejemplo que en estas conclusiones no se esté teniendo en cuenta la enseñanza técnica.
Con respecto a quienes eligen entre la formación docente y las carreras terciarias también existieron críticas. En este aspecto el informe concluye: “La información presentada en este capítulo muestra que quienes eligen formación docente serían quienes se encuentran en la situación menos favorable vinculada a la inequidad: provienen de estatus socioeconómicos y culturales más bajos y, a su vez, alcanzaron menores desempeños en matemática y ciencias en PISA” (página 54). Para Romano, la comparación de las condiciones de acceso y formación entre estudiantes terciarios de formación docente y aquellos que optan por la universidad posee grandes inconsistencias como para llegar a estas conclusiones.
Otra crítica apuntó al capítulo cuatro, que analiza las inasistencias docentes en inicial y primaria y concluye: “En Uruguay los maestros de educación inicial y primaria pública faltan, en promedio, 20 días al año. En este cálculo se incluyen tanto inasistencias justificadas (por ejemplo, enfermedad, maternidad, capacitación) como injustificadas. En un año lectivo de 180 días, el maestro que falta 20 veces se ausenta un 11% de los días de clase del año” (página 68).
Y más adelante se anota: “En las escuelas del interior los maestros se ausentan menos que en las de Montevideo. En educación inicial lo hacen más que en educación primaria”. Por otro lado, “el ‘ausentismo crónico’, entendido como más de 18 faltas al año, aparece como un problema para la política educativa: aproximadamente un quinto de los docentes de primaria registra más de 20 inasistencias en el año” (página 78).
En referencia a este tema, Antonio Romano apuntó que existen grandes inconsistencias e incoherencias en la presentación de las cifras y reconoció que el ausentismo es un tema que debe ser analizado en profundidad por su complejidad y sus diversos motivos.
Desde la Dirección Sectorial de Planificación Educativa, también se hicieron duras críticas a este polémico informe. En este caso, los señalamientos apuntaron hacia la poca capacidad para realizar comparaciones con otros datos sistematizados e incluso con anteriores informes del Ineed.
El Consejo de Eduación Inicial y Primaria (CEIP) hizo lo propio y el día 5 de agosto emitió un comunicado oficial. Con respecto al capítulo 1, allí se señala como un error de evaluación que para el informe solo se tomen en cuenta los costos salariales de docentes de educación secundaria para concluir que “el sistema no está logrando volcar más recursos a los centros con mayor vulnerabilidad”.
Con respecto al capítulo 2, este comunicado asegura que existen carencias al hablar del perfil de los estudiantes de formación docente: “El hecho de comparar estudiantes de carreras de diferente extensión y costos asociados según los resultados obtenidos en las pruebas PISA 2009 merece reparos y es menos significativo que el compromiso, la responsabilidad y el esfuerzo sostenido por ser mejores profesionales que se observa día a día en las aulas del país. La formación permanente es un logro y una práctica docente que relativiza el origen socioacadémico de los maestros”.
En este mismo comunicado, el CEIP señala lo siguiente sobre la presentación -en el capítulo 3 del informe de Ineed- de la evolución salarial de los docentes: “[ahí se] presenta la serie salarial fundamentalmente del siglo pasado [solo un gráfico llega a 2014]. Si bien los datos son interesantes, se pierde el impacto del esfuerzo presupuestal de los últimos años y del proceso de negociación salarial que redundó en 10% de aumento en el período omitido y un acumulado de 80% de mejora si se lo compara con el año 2005”.
Según el CEIP, en el capítulo 4 del informe no se diferencia entre inasistencias docentes y pérdidas de clases de los alumnos, siendo estos dos aspectos bien diferenciados. Por otro lado, se menciona también que para hablar de inasistencias docentes, se debe tener en cuenta que 95% de los mismos son mujeres y que, además, 44% son menores de 40 años. Para analizar tal realidad, hay que considerar, entre otras variables, las licencias por maternidad, lactancia o cuidados especiales, lo que no aparece reflejado en el informe.
Como forma de ofrecer insumos para esta discusión y contrastar algunos aspectos del informe del Ineed, el CEIP puso a disposición, a través de su página web, el documento 10 Claves Educativas en el Siglo XXI.
Por último, cabe mencionar que la polémica desatada por los informes del Ineed no es algo nuevo y que las conclusiones publicadas en ediciones anteriores ya habían sido cuestionadas. En la edición de 2017, Elizabeth Ivaldi, integrante del Codicen, había pedido relativizar los resultados de dicho informe aludiendo a que los mismos estaban presentados de manera muy general. Ivaldi también había señalado en ese momento que las evaluaciones se estaban convirtiendo en un elemento de debate político, cuando en realidad debieran ser un instrumento técnico-pedagógico de análisis.
Fuente de la Información: https://www.carasycaretas.com.uy/en-el-ojo-de-la-tormenta-criticas-al-ultimo-informe-del-ineed/