Entrevista. Hablamos con la escritora e historiadora chilena a propósito de su nuevo libro, donde nos cuenta el otro lado de uno de los viajes más famosos de la historia universal.
Navegar siguiendo las estrellas parece ser una encomienda titánica para una generación que no se plantearía atravesar el globo en barco pudiendo viajar en aviones. De allí surge parte de la magia de Bajo la Cruz del Sur, un libro que nos lleva a bordo del viaje que cambió la manera en que la humanidad comprendía el mundo y su cartografía, gracias la travesía liderada por Hernando de Magallanes, que arrancó un 20 de septiembre de 1519.
Esto fue lo que nos contó, a propósito de su nuevo libro.
Han pasado poco más de 500 años desde que se realizó este viaje, y gracias al libro sabemos que no todo fue como se contó en los libros de historia, ¿qué documentos y testimonios le permitieron acercarse a ese lado ‘B’ del relato?
Mi fuente principal de información fue la crónica de Antonio Pigafetta, que era uno de los pocos aliados de Magallanes. La primera versión de su crónica, la que él entregó a Carlos V, se perdió. Hay una intriga allí que yo cuento en la novela. Pero el italiano escribió otras versiones que se conservaron. García Márquez dijo en su discurso del Nobel que Pigafetta fue nada menos que el fundador del realismo mágico. Otra razón para abordar su crónica 500 años después. También obtuve información del libro “El descubrimiento del Océano Pacífico” del historiador chileno José Toribio Medina. Allí se incluyen relatos de algunos de los sobrevivientes del viaje. La información sobre las tres mujeres rehenes que viajaron con la armada durante seis meses la encontré allí.
¿Qué momentos de la historia, a medida que redactaba el texto, aprovechó para sacudirle la visión eurocentrista a este libro?
Intenté abordar en profundidad cada contacto de la armada con los pueblos originarios en Brasil, Patagonia, Filipinas y las islas Molucas, algo que la visión eurocéntrica no hace. En Bajo la Cruz del Sur ellos están siempre presentes con toda su dignidad humana. Me interesaron los malos entendidos y la subestimación de los nativos por parte de los europeos. Fue la razón porque Magallanes no pudo terminar su viaje. Murió en una isla de las Filipinas en una batalla que él daba por ganada de antemano el 27 de abril de 1521. El vencedor de esa batalla, Lapu Lapu, es hoy un héroe en las Filipinas. Cuando se incluye la perspectiva de los pueblos originarios, la historia es otra.
“Me interesaron los malos entendidos y la subestimación de los nativos por parte de los europeos. Fue la razón porque Magallanes no pudo terminar su viaje“
-Patricia Cerda, sobre La Cruz del Sur
Al terminar de escribir, ¿cómo cambió la idea que tenía de Hernando de Magallanes?
La idea que tenía de Magallanes me la formé leyendo la biografía de Stefan Zweig. Fue el primer libro que consulté cuando decidí escribir Bajo la Cruz del Sur. Eso fue durante una estadía de un mes en Punta Arenas, frente al estrecho que él descubrió. Pero en el proceso de escribir la novela fue apareciendo otro Magallanes, más contradictorio que el de Zweig. Era un hombre con una tremenda fuerza interior, ambicioso e implacable cuando se trataba de castigar motines o pecados contra natura. Era la cabeza y el corazón de la expedición. Eso explica la desorientación que se apoderó de la armada después de su muerte. Que Sebastián Elcano terminara el viaje es, para mí, un hecho notable, pero aleatorio.
Como historiadora, ¿Cómo combinó los datos exactos mientras se permitía al mismo tiempo una narración literaria, donde necesariamente debía imaginar diálogos y llenar “vacíos” que no están en los libros de historia?
Disfruté imaginando las escenas, los diálogos y poniéndome en el lugar de los personajes. Mi formación de historiadora me ayudó a hacerlo con soltura. Me subí a la nao capitana y viajé con ellos, pero manteniendo la distancia. La narradora de Bajo la Cruz del Sur no hace concesiones. Desenmascara, nombra las cosas por su nombre y nunca pierde de vista las preguntas centrales de la existencia que surgen en ese espacio profundo en que no hay diferencias entre los seres humanos.
Luego de este libro, ¿qué otros momentos históricos le gustaría narrar?
Me interesa todo lo relacionado con la memoria cultural latinoamericana y el papel que ha tenido la mujer en ella. Bajo la Cruz del Sur es mi quinta novela. Otra novela mía, Violeta & Nicanor, que también fue publicada por Editorial Planeta en Colombia, trata la relación entrañable entre los hermanos Violeta y Nicanor Parra y su gran aporte a nuestra cultura. Y ahora estoy metida en una novela ambientada en el siglo XVIII, cuando estaba surgiendo el brote de la libertad. Pienso que hay muchos temas latentes esperando a sus escritores.