Bolsonaro quiere “salvar la educación en Brasil” y le corta $1 500 millones

América del Sur/ Brasil/ 25.06.2019/ Fuente: www.tvyumuri.icrt.cu.

El papel, cualquiera que sea,  el de escribir, el de periódico o el sanitario,  y los soportes digitales, aguantan todo lo que  se escriba en ellos; también el audio de la radio, y el de la televisión y las webs, los portales, los sitios y los etcéteras  del mundo digital –imágenes incluidas–, que circulan en la red de redes, unas informando y otras desinformando.

Pero las personas por lo general suelen poseer inteligencia, unas más y otras menos, y en general saben distinguir cuando lo que perciben a través de  cualquier medio de difusión tiene sentido, concuerda con la lógica de las palabras, y si usted afirma que la Educación en su país es caótica y deja mucho que desear, y usted tiene el poder de hacer algo al respecto, esa lógica de destinatario de la información le dice que seguramente esta persona que opina respaldará sus palabras con hechos, y consecuentemente  reforzará las posibilidades de esa Educación para que mejore en beneficio popular…

Pero no, no siempre la lógica concuerda con las palabras y los hechos…

El asunto se refiere al señor Jair Bolsonaro,  persona que ocupa la presidencia de Brasil por arte y magia de  tramas mafiosas recién destapadas y en ebullición, que involucran a jueces, magistrados, abogados, diputados y otros complotados en sacar a Luis Inacio Lula da Silva de la competencia en los últimos comicios por la presidencia del gigante sudamericano, favoreciendo a un Bolsonaro que desde entonces se ufanaba de ser el fan  número uno de Donald Trump, y como éste, aspirante al hacha del verdugo, hasta que la consiguió.

¿Y qué tiene que ver la Educación con esto?  Pues que el señor presidente de Brasil, luego de reconocer que “la educación allí va cuesta abajo”, en vez de aportarle más fondos, ha sacado la varita mágica y con ella ha ”congelado” mil 500 millones de dólares del presupuesto educacional de su país. Lo más terrible es que el mes pasado, públicamente y sin sonrojarse, este mismo ejecutivo anunció: “Queremos salvar la educación”.

Se esperaba que Bolsonaro anunciara nuevos planes para reforzar ese sector tan importante de la sociedad como es la instrucción, la superación técnica y cultural, pero no, el recorte, apuntan expertos, significa  rebajar 30 por ciento  de  presupuestos  para pagos de  servicios,  becas, limpieza,  mantenimiento y  seguridad, entre otras cosas— para todas las universidades federales.

Observadores internacionales recuerdan que una de las universidades más antiguas del país, la Universidad Federal de Paraná, tiene tan solo cien días antes de verse obligada a cerrar sus puertas porque no puede pagar el agua ni la electricidad. El gobierno también ha suspendido todas las becas futuras para investigación en maestría y doctorado.

En la iniciativa del Presidente también salen perdiendo el  financiamiento de bachilleratos, de la educación primaria e incluso de las guarderías  infantiles. No obstante, la situación es más extrema para las universidades federales, escuelas que en las últimas décadas se han ganado un lugar respetable dentro de la educación brasileña, pues ofrecen cursos de alta calidad sin pagos de colegiatura para más de un millón de estudiantes. En otras palabras, el primer paso en el plan de rescate de Bolsonaro es lanzar a unos pocos sobrevivientes por la borda, hace notar el sitio digital El Español.

 Reacciones públicas y lógica absurda

Cuando Bolsonaro visitó recientemente Estados Unidos de América, en la ciudad de Dallas le preguntaron  sobre las decenas de miles de brasileños, muchos de ellos estudiantes, que  protestan  contra los recortes a la educación. Los llamó “imbéciles e idiotas inútiles”, y agregó que no tenían nada en la cabeza. “Si les preguntan cuál es la fórmula del agua, no la saben”.

Obviamente el antiguo oficial de la policía brasileña se autoconsidera un hombre culto, aunque sea un poquito. Sin embargo,  hace casi treinta años, en una entrevista, Bolsonaro se ufanó públicamente  de que nunca había leído una novela. Más reciente en el tiempo, durante una visita al monumento conmemorativo oficial del Holocausto, en Israel, Bolsonaro, en  alarde de sapiencia política, dijo que el nazismo era un movimiento de izquierda, pues el Partido Nazi tenía en su nombre la palabra “socialista”.

Recuerdan analistas que en abril de este año, Bolsonaro publicó en la red Twitter que estaba considerando retirar el financiamiento público de los cursos de Filosofía y Sociología, y destinaría el gasto a sectores capaces de crear “ganancias inmediatas para los contribuyentes”, como Ciencia veterinaria, Ingeniería y Medicina, con lo cual estaba descalificando a las humanidades, incluidas las artes, y también a los estudios ambientalistas y otras ramas afines.

Quienes han seguido de cerca las apreciaciones públicas de Bolsonaro, llaman la atención por la vocación de éste de citar pasajes bíblicos a manera de respuestas vagas a las preguntas que le formulan los periodistas y las personas en general, y si no se siente satisfecho con la reacción del que le cuestiona, entonces intenta desacreditarlo, al estilo ¿de quién?, ya usted sabe, es la copia en portugués del rubio despeinado que se sienta en el trono de la Casa Blanca.

Vanessa Barbara  editora del sitio web literario A Hortaliça, autora de dos novelas y dos libros de no ficción en portugués, y colaboradora de artículos de opinión, escribe en El Español: “Uno se podría preguntar, ¿cuál es la formación de este hombre? En 1977, Bolsonaro se graduó de la Academia Militar das Agulhas Negras, la cual ofrece una “sólida formación en ciencias exactas, con un grado de complejidad similar al de un título de Ingeniería”, de acuerdo con una página de su biografía en el sitio oficial del gobierno. Sin embargo, el actual currículo de la academia, según una tesis reciente de maestría, no incluye cursos de Física ni Cálculo. Lo que sí incluye son muchas horas de Filosofía, Sociología, Derecho, Geopolítica, Psicología e Historia Militar. Cuando critica a las Humanidades, el presidente socava las disciplinas integrales de su propia educación en las ciencias militares.

Bolsonaro también obtuvo un título en Educación Física de la Escuela de Educación Física del Ejército y después se convirtió en un maestro en el salto de paracaídas, como parte de la brigada de paracaidismo de Río de Janeiro. “Se ganó el primer lugar en una clase de 45 estudiantes en la Escuela de Educación Física del Ejército, así como el primer lugar en el curso autónomo de buceo que ofrece el Grupo de Búsqueda y Rescate del Departamento de Bomberos de Río de Janeiro”, dice el sitio web del gobierno.

Razonar no es una preocupación evidente para Jair Bolsonaro. Él aspira a un pragmatismo a raja tabla, que linde con lo cavernario, después de todo,  mientras más iletrados sean los votantes, más fáciles serán de seguir siendo engañados, confundidos, manipulados, agitados… cualquier parecido con el fascismo  no es pura coincidencia… (Con informaciones de fuentes citadas y archivos del redactor)

Fuente de la noticia: http://www.tvyumuri.icrt.cu/reportaje/bolsonaro-quiere-salvar-la-educacion-en-brasil-y-le-corta-1-500-millones/

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