México: Universidad de Puebla asume formación de hombres críticos y responsables

15 octubre 2017/Fuente: 20minutos/Autor: Notimex

El rector de la Universidad Iberoamericana Puebla,  Fernando Fernández Font, afirmó que el mayor reto para la casa de estudios es formar estudiantes críticos, pero responsables y conscientes, «México requiere ciudadanos capaces de decir la verdad».  Así lo señaló en su mensaje inaugural del IBEROCOM 2017, Congreso Internacional de Comunicación, que reunió a más de 40 ponentes nacionales e internacionales, y donde estuvo acompañado por Lilia Vélez Iglesias, directora del Departamento de Humanidades. “Últimamente somos víctimas de prácticas de espionaje o violaciones; ante ello tenemos que analizar un contexto que nos obliga a reflexionar sobre las profesiones de los comunicólogos.

Necesitamos profesionistas que no disfracen la verdad, que no le pongan precio a la mentira y no velen la democracia”, afirmó el sacerdote Jesuita. Argumentó que la comunicación es fundamental para tratar de mirar los problemas como oportunidad, para avanzar en la democracia, hacer partícipe a comunidades alejadas y afectadas, para lograr encontrarnos en medio de la catástrofe y de esta dura realidad.

Por su parte, Lilia Vélez Iglesias aseguró que en el mundo actual los flujos informativos y actos comunicacionales están determinados por la omnipresencia de las tecnologías, y con éstas la vida cotidiana también se ha modificado. Mencionó que el campo de la comunicación siempre ha estado condicionado por el desarrollo tecnológico, pero sin duda, los cambios hoy se dan con una velocidad vertiginosa lo que entorpece la capacidad de analizarlos y comprenderlos. “IBEROCOM2017 pretende justo detenernos un momento, escuchar y dialogar con expertos de distintas áreas y disciplinas de la comunicación para analizar lo que está ocurriendo, partiendo de que se trata de fenómenos complejos, cuyas características, causas, relaciones y consecuencias es necesario articular para poder comprender”, señaló.

Al término de la inauguración de esta primera edición del Congreso Internacional de Comunicación, se dio paso a la conferencia magistral Tecnopolítica y análisis de redes digitales la cual tuvo como ponentes a integrantes de Signa Lab del Instituto de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).

Durante esta conferencia, Luis Fernando Gutiérrez, coordinador operativo de Signa Lab, señaló que hoy en día la tecnología nos reta a pensar en nuevas formas de comunicar, de crear campos de saberes en el espacio público. “Signa Lab es un laboratorio interdisciplinario en donde generamos y gestionamos conocimiento libre, análisis de redes y repositorio abierto”.

Por su parte, Yann Bona Beauvois, coordinador del Área de Tecnología y Emociones, comentó que actualmente el hablar sobre las emociones, nos lleva a una nueva semántica del contenido y la información que se exponen a través de las redes sociales. Víctor Ábrego, coordinador creativo, centró su participación en la relevancia de la narrativa transmedia, la cual genera un sinfín de aplicaciones desarrolladas de forma creativa para dar a conocer y evidenciar la información de una manera no sólo innovadora sino también crítica.

Fuente de la noticia: http://www.20minutos.com.mx/noticia/282937/0/universidad-de-puebla-asume-formacion-de-hombres-criticos-y-responsables/#xtor=AD-1&xts=513356

Fuente de la imagen: http://www.milenio.com/region/Instalaciones-UIA_MILIMA20131207_0403_11.jp

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El compromiso con la gestión de calidad

Lucas Rodríguez

La calidad de las Instituciones de Educación Superior Universitaria (IES) es más que un tema de discusión. En el caso de Panamá se ha constituido en un compromiso de país en donde las universidades tienen un rol protagónico. La experiencia internacional indica que es estratégico en estos procesos la expresa voluntad institucional, que promueva la cultura de mejora continua del quehacer universitario, más allá de las reglamentaciones o normativas que definan este proceso.

En el caso de Udelas, en el año 2008 creó la Dirección de Evaluación de la Gestión y Calidad Universitaria, instancia que hoy día articula su funcionamiento con la Planificación Universitaria. Es así, que en el año 2011, inicia el proceso de evaluación institucional con fines de acreditación, en cumplimiento de las normativas vigentes del Coneaupa. Este autoestudio permitió hacer un diagnóstico de la universidad, afianzando las funciones de docencia, investigación, extensión y gestión.

A partir de los hallazgos de este proceso, se postulan diversos proyectos y actividades dirigidas a mantener o mejorar el nivel calidad de la gestión universitaria, los cuales se compilan en el documento denominado Plan de Mejora Institucional Ajustado. Al lograr la acreditación (2012), la universidad se compromete a revalidar esa certificación en 2018, para lo cual avanza sus proyectos.

Entre ellos figura la gestión estratégica de proyectos, que se logra potenciar con la elaboración participativa del Plan Estratégico 2014-2018, que establece las principales líneas de acción universitaria, pertinentes con los proyectos del plan de mejora, la visión de trabajo de la administración actual, así como los principales desafíos nacionales e internacionales en materia de educación superior. Estas acciones se caracterizan en los Planes Operativos Anuales, con su respectivo seguimiento y evaluación.

También con la gestión del talento humano, una de las principales acciones estratégicas hacia el fortalecimiento de las capacidades de los directivos, técnicos, personal académico y administrativo. El enfoque principal de estas cualificaciones profesionales, es el área de especialidad o ejercicio laboral y en gestión universitaria.

Con el sistema de carrera docente, la universidad comparte la filosofía de que para tener una formación de calidad, debe tener profesores excelentes. Para ello, se fortalece el profesorado con programas de capacitación continua, mejores condiciones laborales y salariales y entornos de trabajo con tecnología.

Sobre la calidad de la formación profesional el propósito es garantizar la excelencia de la formación de los miles de estudiantes que aspiran que Udelas les proporcione las herramientas básicas para su éxito profesional en las diferentes ofertas académicas.

Con la internacionalización de la educación ‘udelista’ se afianzan las políticas que promueven el intercambio y la movilidad académica de docentes, estudiantes y personal administrativo. De igual manera, las vinculaciones y relaciones con centros académicos, de investigación y desarrollo de primer nivel en el ámbito internacional.

En el ramo de investigación e innovación, la generación de comunidades de aprendizajes implica el fortalecimiento de las capacidades del recurso humano en materia de investigación, para lo cual se han definido acciones que promueven las redes de investigadores, la investigación formativa, las publicaciones científicas, entre otras.

Sobre vinculación social la universidad innova socialmente con sus iniciativas de cooperación, educación continua, articulación social comunitaria con organizaciones y empresas, entre otras.

Finalmente, es importante destacar el compromiso de la universidad con la gestión de una cultura de calidad, en donde el talento humano que en ella labora, son los protagonistas fundamentales para brindar un servicio educativo de excelencia.

Fuente del articulo:  http://laestrella.com.pa/panama/nacional/compromiso-gestion-calidad/23935345

Fuente de la imagen: http://laestrella.com.pa/media/news/image/232047_800x600_crop_57182e61b17b7.jp

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La Universidad de Educación del Ecuador oferta la carrera de Educación en Ciencias Experimentales

Ecuador / www.andes.info.ec / 21 de Junio e 2017

Para el periodo académico 2017-2018, la Universidad Nacional de Educación (UNAE) ofertará la carrera de Educación en Ciencias Experimentales, aprobada mediante resolución del Consejo de Educación Superior y que se basa en la investigación, el trabajo colaborativo y la práctica pre-profesional.

Esta carrera tiene como objetivos formar profesionales con competencias para la conducción con excelencia del proceso de enseñanza y aprendizaje de las Ciencias Naturales y las Matemáticas, que sirva para la educación general de la personalidad del adolescente para potenciar su esfera cognitiva y la afectiva motivacional en función de los valores deseados por la sociedad ecuatoriana.

Los profesionales egresados de la Licenciatura en Educación en Ciencias Experimentales podrán enseñar como docentes de Matemática y Ciencias Naturales en la Educación General Básica Superior (octavo, noveno y décimo) y en las asignaturas de Matemática, Física, Química y Biología en primero, segundo y tercer año de Bachillerato.

Estos profesionales podrán diseñar, ejecutar y evaluar proyectos educativos y proyectos de investigación científica mediados por tecnologías aplicadas al campo educativo.

Esta carrera se ofertará conjuntamente entre las universidades Ikiam y Yachay, apuntalando sus respectivas fortalezas para generar una carrera transformadora en el sistema de conocimiento nacional. Tendrá una duración de nueve ciclos distribuida de la siguiente manera: tres ciclos en la UNAE y 4 ciclos en Ikiam o Yachay, los dos últimos ciclos también serán en la UNAE.

Con el inicio de esta carrera las universidades emblemáticas aportan al sistema de educación ecuatoriano formando ciudadanos que hagan valer sus derechos y constituyan el poder popular en función del Buen Vivir, señala la institución mediante comunicado.

Fuente. https://www.andes.info.ec/es/noticias/universidad-educacion-ecuador-oferta-carrera-educacion-ciencias-experimentales.html

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Cuba: Con E de excelentes

Centro América/Cuba/06 de Noviembre 2016/Fuente: granma/Autor:

La Licenciatura en Turismo pone en práctica un nuevo plan de estudios. En 2017 se extenderá a la educación a distancia

Una de las carreras universitarias que desde septiembre pasado reduce su programa de estudios de cinco a cuatro años como parte del plan E, es la Licenciatura en Turismo, disciplina que se inauguró en 2003 y se cursa en seis provincias del país.

Si se compara con otras, esta especialidad es relativamente reciente, pero sus antecedentes se remontan a la década del 70 del siglo pasado.

Inicialmente se creó la Licenciatura en Economía del Turismo en la Universidad de Matanzas. Durante la segunda mitad de los años ’80 surgió la Licenciatura en Gestión Hotelera y finalmente aparece la Licenciatura en Turismo, cuya primera fuente de ingreso fueron trabajadores del sector.

En la actualidad es una carrera certificada, según las categorías de calidad de la educación superior cubana, y anualmente recibe una matrícula de nuevo ingreso de casi 300 alumnos en todo el país dada la alta demanda del sector.

Hasta la fecha ha tenido nueve graduaciones y los pupilos que hoy cursan el primer año se forman con un plan de estudio que responde a una nueva concepción en la enseñanza de pregrado. Sobre este tema Granma Internacional conversa con el profesor Ramón Martín Fernández, presidente de la Comisión Nacional de la Carrera de Turismo.

¿Cuál es el rasgo esencial del plan de estudio E?

– Una disminución del tiempo presencial de los estudiantes con un incremento de la autopreparación y de las actividades complementarias.

«La disminución del tiempo de la carrera a cuatro años no significa que se quitaron contenidos, sino que se están estructurando de otra manera.

«El estudiante ahora tiene que venir a menos horas de docencia y varía además el formato de la clase. Cambiamos al sistema de la clase de orientación, más que de explicación. De este modo el alumno tiene que trabajar más tiempo solo y se pasa al énfasis fundamental en el aprendizaje más que en la enseñanza.

«Por eso es un cambio de esencia. Se trata de que el estudiante tenga un mayor protagonismo en su propia formación. Esas son las cosas esenciales que modifican el sistema de formación: la reestructuración de los tiempos. También se pasaron algunas materias a la enseñanza de postgrado». ¿Por qué fue la única de las carreras habituales de la Universidad de La Habana que pudo pasar al plan E?

«Nosotros estamos gestionando la evolución al plan E desde hace más de dos años. Ya teníamos la idea de pasar a cuatro años y dos años después nos aprobaron una política nacional en la que rápidamente nos insertamos.

«Hay cambios adicionales en la manera de llevar este programa. Hasta ahora existía el encargo estatal o parte del plan de estudios que se llama currículum base y es común a todos los lugares donde se imparte la carrera de Turismo en Cuba. Aproximadamente el 70% del plan de estudios es común.

¿Qué cambió en este proceder?

– Antes definíamos las disciplinas y las asignaturas que estaban dentro de ellas como parte del currículum base. En esta ocasión el plan E solo define disciplinas y sugiere las asignaturas que pudieran estar dentro del plan de estudios, buscando una mayor flexibilidad de adaptación a los temas territoriales y la posibilidad de que la organización docente quede más en manos de las universidades.

«Mientras se cumplan los conocimientos esenciales que se presentan en la disciplina, cómo se organiza la docencia va a ser un tema de cada universidad. Ese es otro grado mayor de flexibilidad. Estos son los rasgos esenciales que diferencian el plan E de los anteriores».

La carrera se estudia en Matanzas, Villa Clara, Ciego de Ávila, Holguín, Camagüey y La Habana ¿Se ha pensado abrirla en otras provincias?

– Eso está relacionado con el desarrollo turístico del territorio. Se decidió cerrar en Santiago y prefirieron concentrar a los estudiantes de las cinco provincias orientales en una (Holguín) que ya tenía un trabajo previo y sigue con planes de desarrollo hasta el 2030 muy importantes.

«Ciego de Ávila tiene el gran avance de la zona norte, lo que yo llamo Jardines del Rey este, o sea la cayería norte de Ciego de Ávila, y luego está Jardines del Rey oeste, que es la cayería norte de Villa Clara.

«Evidentemente Villa Clara tiene previsto un importante progreso, incluso con otros cayos que se van a poner en explotación y por eso se abrió la carrera hace ya algunos años».

¿Cuáles son los estudios de postgrado de la licenciatura?

– Tenemos la Maestría en Gestión Turística, que abarca casi todos los perfiles del sector. Nacionalmente hay especialidades de postgrado en varias materias de Turismo.

«Es importante aclarar que nuestra maestría se diferencia de otras. En el mundo la maestría es un curso de especialización para obtener un empleo. En Cuba es para perfeccionarse como trabajador ya en un puesto de trabajo. Por eso no tenemos casi ninguna a tiempo completo, pues mientras en el exterior todas las maestrías son de un año a tiempo completo, nosotros las tenemos de dos años, pero a dedicación parcial.

«Esa característica es muy importante porque explica las diferentes formas que usamos respecto al mundo. Lo mismo puedo decir de las especialidades de postgrado.

«El Doctorado en Turismo no existe. Hay doctorados en varias ciencias específicas que tienen que ver con la disciplina. Sin embargo, ya logramos el primer paso y es que se aprobó un examen mínimo de esta especialidad. Los que van a trabajar en temas doctorales de Turismo – pueden ser Economía, Geografía, Sociología, Derecho o cualquier rama- hacen el examen de esta especialidad. Nuestro sueño es tener el Doctorado en Turismo, como ya existe en otros países».

¿Cuántos estudiantes extranjeros están formando en este momento?

– El año pasado eran 19 entre africanos y asiáticos. Este curso son aproximadamente 24. En pregrado hay de Angola, Gana, Viet Nam, China, también hemos tenido de Ecuador y República Dominicana. En postgrado ocurre parecido: tenemos estudiantes chinos que están cursando la maestría.

– Hablemos de las fuentes de ingreso.

– La carrera tuvo estudiantes que eran trabajadores. Ahora estamos reabriendo: tenemos primer y segundo años de trabajadores y el año próximo (septiembre de 2017) pensamos abrir curso de enseñanza a distancia. Este año ingresaron alumnos de distintos sectores e intentamos hacer una carrera que fuera dirigida a la superación de los trabajadores del sector.

«No obstante, el año que viene abriremos la enseñanza a distancia para el que quiera, si nos alcanzan las posibilidades de atención. No se trata de matricular a todo el que desee, sino a todo el que podamos atender. Pero hay la intencionalidad de hacerlo el próximo curso».

¿Los trabajadores del sector no estatal también son posible matrícula?

– La idea es que puedan ingresar con mayor fuerza a partir de la enseñanza a distancia en La Habana. En otras partes del país ya han entrado a la carrera. No hay limitación. La política es dar iguales posibilidades para todos. No hay ninguna restricción para el sector no estatal. Solo que a veces las condiciones concretas no viabilizan los volúmenes para satisfacer toda la demanda.

«Si vamos a apoyar al sector no estatal de la economía, como pidió el Partido en sus dos últimos congresos, hay que apoyarlo también en formación y capacitación ».

En su opinión, ¿cuál es el papel del turismo en Cuba hasta 2030 y qué lugar va a ocupar esta licenciatura en el desarrollo de ese sector?

– Cuando empezamos en el ‘77 a impulsar la carrera, como economista llegué a la conclusión de que el turismo tenía que ser uno de los motores del desarrollo cubano.

«Hoy que ya tenemos nueve graduaciones estamos intentando que sean los egresados cada vez más eficaces y eficientes en su desempeño profesional.

«El turismo tiene un efecto de arrastre sobre el resto de la economía y eso va a seguir siendo importante. Aspiramos a que los egresados salgan cada vez mejor preparados. Nuestra lógica es que aquí entran buenos seres humanos, pero tienen que salir mejores seres humanos y eso tiene tres significados: más revolucionarios, con mejores sentimientos y valores, y excelentes profesionales del turismo, los viajes y la hospitalidad. Ese es el sentido de la carrera nacionalmente».

Fuente de la noticia: http://www.granma.cu/cuba/2016-11-04/con-e-de-excelentes-04-11-2016-13-11-57

Fuente de la imagen: http://www.granma.cu/file/img/2016/11/medium/f0071185.jp

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«¿Qué es y cómo se construye una universidad de calidad?»

Por. Alejandra Boni Aristizabal

[El] mensajero [de la justicia universal] necesita fortaleza, no solo porque se requiere coraje para decir lo que la justicia implica, sino porque el mensaje no significa únicamente hablar […] Es poner el propio ser a la búsqueda de la justicia que implica no solo palabras bonitas, sino un paciente y persistente esfuerzo de imaginación, análisis y, principalmente, acción. (Martha Nussbaum 2008, 1)

Esta cita de Nussbaum nos recuerda la importancia de la búsqueda de la justicia a través de la generación de propuestas creativas, basadas en un análisis riguroso y que conduzcan e impliquen acción. Este artículo busca ser una contribución en este sentido y, a través de una propuesta creativa y analítica basada en el enfoque del desarrollo humano, quiere proponer una manera alternativa de entender la calidad de la universidad. Entendemos que este tema es de capital importancia. En los últimos años se han popularizado enormemente los rankings de universidades que, tal y como revela un estudio de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (Hazelkorn, 2007) se han convertido en elementos clave para el diseño de las políticas universitarias. En dicho estudio se señala que los responsables de las universidades de todo el mundo están incorporando los resultados de los rankings en sus planes estratégicos, están reorganizando sus instituciones para obtener mejores puntuaciones y están utilizando los resultados para identificar las debilidades de sus instituciones.

Si atendemos a los criterios de uno de los rankings más populares del mundo, el ranking ARWU o ranking de Shangai1, estaremos identificando la calidad de la universidad con el número de exalumnos y profesores de la institución que han ganado los máximos galardones en el campo científico y por la cantidad de artículos publicados en revistas que están dentro de los índices del Journal Citation Report (ideado y controlado por una multinacional de la edición), entre otros criterios. Es cierto que existen otros rankings que amplían las dimensiones para medir la calidad de la universidad. Por ejemplo, el Times Higher Education Ranking2, en el aspecto docente, considera el porcentaje de profesorado/alumnado de cada universidad o el porcentaje de profesorado con el título de doctor; también incluye los ingresos que cada universidad obtiene de sus trabajos con el sector privado, o la presencia de estudiantes y profesorado internacional, entre otros muchos indicadores.

Esta visión de la universidad se encuentra muy lejos de la que queremos proponer en este artículo y que está basada en los principios del desarrollo humano. Creemos que se trata de una visión no hegemónica, pero no utópica. Existen numerosos documentos oficiales firmados por responsables políticos universitarios que avalan la validez de nuestra propuesta. Por ejemplo, el Preámbulo de la Carta Magna de las Universidades Europeas3 (creada en 1988 y firmada por cientos de universidades de toda Europa) reconoce

“que la tarea de difusión de los conocimientos que la universidad ha de asumir respecto a las nuevas generaciones, implica, hoy, que se dirija también al conjunto de la sociedad [así como] que la universidad debe asegurar a las futuras generaciones la educación y la formación necesarias que contribuyan al respeto de los grandes equilibrios del entorno natural y de la vida” (pág. 1).

Otras muchas declaraciones internacionales han subrayado el necesario compromiso de la universidad hacia el desarrollo humano y la mejora del conjunto de la sociedad (GUNI, 2008). De entre todos esos documentos, queremos destacar dos: la Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y Acción4, firmada en 1988, y la Declaración de Talloir es para un Futuro Sostenible de 20055.

La Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y Acción fue un hito en la historia de las universidades porque fue legitimada por la comunidad académica mundial, por las representantes de la sociedad civil y por gobiernos de más de 180 países. En esta conferencia hubo un acuerdo de cuáles debían ser los fines principales de las instituciones de educación superior. Días (2002) resume dichos fines en cuatro objetivos: 1) la elaboración de nuevo conocimiento (la función investigadora); 2) la formación de personal especializado de alto nivel (función docente); 3) la provisión de servicios a la sociedad, especialmente mediante la contribución al desarrollo sostenible y a la mejora de la sociedad y 4) la función ética, que implica la crítica social, y que permite una educación integral para formar personas socialmente responsables, con iniciativa, capacidad de diálogo y motivadas para la construcción de una sociedad mejor.

Asimismo, nos interesa referirnos a la Declaración de Taillores para un Futuro Sostenible, firmada por 497 Universidades de todo el mundo en la ciudad francesa del mismo nombre en el año 2005. Este documento defiende una visión de la universidad comprometida con la sociedad, con un amplio compromiso cívico y que actúa mediante la docencia, la investigación y el servicio público. Es una universidad que tiene un rol activo, que practica y difunde una manera de hacer basada en principios éticos, que tiene un compromiso con todos los actores sociales, y que busca no sólo oportunidades económicas, sino también tiene como objetivos empoderar a los individuos y a los grupos y potenciar el entendimiento mutuo, la relevancia y la responsabilidad de la educación universitaria y la investigación.

Además de las declaraciones internacionales, numerosos trabajos académicos han defendido este tipo de perspectiva sobre lo que la universidad debería ser. Entre ellos, destacan la visión de la educación liberal de Nussbaum (1997; 2010), el modelo de Kezar, Chambers y Burkhardt (2005), los textos de Peter Taylor (2008) y John Brennan (2002) que hablan de una universidad participativa y transformadora, respectivamente. El elemento común de todos estos autores y autoras es que la universidad no debe distanciarse de los enormes problemas que el mundo afronta: los cambios medioambientales, las injusticias sociales, los conflictos armados, los abusos y la falta de respeto de los derechos humanos, etc., y que ha de tener un rol activo en la resolución de estos problemas, tanto en el nivel local como en el global.

Pero al mismo tiempo es necesario subrayar la gran diversidad que existe entre las diferentes instituciones de educación superior en todo el mundo, que se encuentran muy presionadas debido a los recientes procesos de masificación, privatización, reducciones de la inversión pública, etc. Todas ellas son tensiones que las universidades del Sur experimentan especialmente. Nuestra intención es destacar la perspectiva ética de la universidad, tanto en su dimensión más interna (la universidad como una organización con todos sus actores internos) como en sus relaciones con actores externos en los niveles locales, nacionales y globales. Por ello, creemos que el enfoque del desarrollo humano puede contribuir de manera muy valiosa a definir y caracterizar cómo podría ser una buena universidad, y puede abrir nuevas perspectivas para definir la calidad de las universidades.

Este artículo tiene la siguiente estructura. En la próxima sección ofrecemos una breve descripción del enfoque del desarrollo humano Tras ello, presentaremos una propuesta de dimensiones sugeridas por el DH a partir del cruce de sus valores centrales (bienestar, participación y empoderamiento, equidad y diversidad y sostenibilidad) con las actividades principales de la universidad (formación, investigación, compromiso social y gobernanza de la universidad). Concluiremos con algunas cuestiones sobre cómo operacionalizar las dimensiones obtenidas en instrumentos y procedimientos que permitan reflejar una visión alternativa de la calidad de la universidad y sus responsabilidades.

El desarrollo humano

La visión reduccionista de la universidad forma parte de una concepción más amplia de la gobernanza social donde cada tipo de organización tiene sus propias características y su vocación radicalmente distinta. Las empresas no tienen que interferir en la promoción de los bienes no económicos; el estado no tiene que ocuparse de gestionar empresas, y la universidad ha de limitarse a enseñar e investigar aquello que se considera valioso para los que la financian sin buscar jugar otros roles al servicio de toda la sociedad o jugar el papel de crítica social. Esta concepción de la gobernanza social descansa en un modelo de sociedad centrada en el mercado, en el cual los mercados competitivos se presentan capaces de organizar la mayoría de aspectos de la vida de una manera deseable – promoviendo la libertad, la prosperidad y la armonía mucho mejor que otras maneras alternativas de organización social – con la salvedad de que les apoye un apropiado sistema público y, para los intereses de nuestro estudio, un amigable sistema educativo (Boni y Gasper, 2011, 2012).

Existen importantes asunciones tras este modelo de sociedad centrado en el mercado:

• La satisfacción de la persona se centra en la adquisición y consumo de bienes

• Los mercados no interfieren ni comprometen el estado, la familia, el medio ambiente o los sistemas de normas sociales. Por ejemplo, los mercados no presionan ni concentran tanto poder financiero que puede distorsionar unas elecciones, las legislaturas, la policía, la judicatura, los medios de comunicación, los sistemas educativos y de investigación; las dinámicas del mercado no pueden poner en peligro la cantidad y calidad de la vida de las familias, o las bases sociales de la cooperación, de la reciprocidad y de la solidaridad.

Ninguna de estas asunciones resiste el escrutinio. Existen otras concepciones de la gobernanza social que destacan la independencia y la igual importancia y necesidad de todas las distintas esferas de la actividad social (Walzer, 2004), cada una de ellas con sus criterios apropiados y su autonomía necesaria, necesitando cada una de ellas ser consciente de su potencial y los impactos que causa en las otras esferas. Si no aceptamos un modelo del mundo en el cual la única función de las empresas sea el lucro, y si, por el contario, apoyamos la responsabilidad social de las empresas, de la misma manera no podemos aceptar un modelo de universidad que únicamente asuma responsabilidades limitadas.

El enfoque del desarrollo humano proviene de esta tradición de la filosofía social humanista y de la economía humanista (Haq, 1999 y Gasper, 2009). Este enfoque enfatiza:

• Una pluralidad de valores, no sólo los valores de la utilidad económica.

• Una preocupación y solidaridad por el ser humano; al igual que en la tradición de los derechos humanos, la referencia son todos los seres humanos, en cualquier parte del mundo, y en particular aquellos que se vean afectados por nuestras acciones.

• La normalidad y la centralidad de las interconexiones: los efectos colaterales de los mercados implican que los cálculos del mercado son inadecuados aunque sólo utilicemos el valor de la utilidad económica.

La teoría del desarrollo humano, representada por ejemplo en los Informes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Humano, analiza procesos y conexiones no sólo en el marco de las disciplinas y los límites nacionales. Asimismo, el pensamiento sobre desarrollo humano, no sólo contiene una lista extensa de valores humanos relevantes, sino un amplio retrato de la identidad humana y de sus interconexiones.

Haq (1999) resume el desarrollo humano como el desarrollo para y por la gente: una combinación de prioridades humanas, mediante la participación, y el desarrollo de los recursos humanos. Se opone al desarrollo inhumano, que excluye a la mayoría de la gente, incluso de la satisfacción de sus necesidades más básicas como el agua limpia o medicamentos esenciales. Rechaza medir los resultados únicamente por lo que se vende o lo que se compra, sin importar la composición (por ejemplo, si son pistolas o medicamentos), la distribución, su uso o su relación con los requerimientos particulares de la gente. Insiste también en la importancia de lo no material. Un crecimiento económico fuerte combina fácilmente con la falta de nutrición adecuada y de agua limpia para la mayoría de la gente, sobre todo de los pequeños, pudiendo poner en peligro su capacidad mental y física y su cantidad y calidad de vida. Asimismo, los beneficios crecientes de algunos grupos pueden, a menudo, provocar una subida de los precios y reducir el acceso de los grupos más pobres, generando su desplazamiento físico. El enfoque del desarrollo humano enfatiza la participación y el empoderamiento de todas las personas, piedra angular si se quiere iniciar y sostener una estrategia más equitativa. (Gasper, 2009)

Sobre todo, el enfoque del desarrollo humano habla del desarrollo cómo una promoción de valores humanos. Por ello, el desarrollo de la sociedad es un concepto normativo diferente al crecimiento económico o el cambio social, cuyo contenido valorativo ha de ser evaluado sin que sea inherente. Esta reconceptualización ha permitido ampliar el rango de objetivos considerados de manera habitual en el debate sobre el desarrollo y la planificación de las intervenciones. La definición estándar de las dimensiones del desarrollo humano realizada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo ha cubierto: 1) el empoderamiento, entendido como la expansión de las capacidades de las personas (posibilidades reales de conseguir fines valiosos) y la expansión de funcionamientos valiosos (los fines valiosos conseguidos), y la participación; 2) la equidad en la distribución de las capacidades básicas y 3) la sostenibilidad y 4) la seguridad de la gente de poder disfrutar de sus oportunidades y logros.

¿Puede el desarrollo humano servir realmente para ofrecer ideas, para sugerir una manera diferente de pensar que significa una universidad de calidad?

El art. 11 de la Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI 1998 (ya mencionada al inicio del artículo) define calidad de la siguiente manera:

“[…] la calidad de la enseñanza superior es un concepto pluridimensional, que debería comprender todas sus funciones y actividades: enseñanza y programas académicos, investigación y becas, personal, estudiantes, edificios, instalaciones, equipamiento y servicios a la comunidad y al mundo universitario. […] Con miras a tener en cuenta la diversidad y evitar la uniformidad, debería prestarse la atención debida a las particularidades de los contextos institucional, nacional y regional. Los protagonistas deben ser parte integral del proceso de evaluación institucional.”

En esta definición encontramos ideas interesantes que guardan relación con la propuesta del DH. En primer lugar la pluridimensionalidad. No se trataría de reducir la calidad a unos pocos indicadores de éxito (al estilo de los rankings) sino abarcar diferentes aspectos de la vida actividad universitaria: enseñanza, investigación, instalaciones, servicios a la comunidad, etc.

En segundo lugar la diversidad. Al igual que, al referirnos al DH hablábamos de la diversidad entre todo el género humano, aquí nos hemos de referir a la importancia de los contextos institucionales, locales y regionales para definir criterios de calidad, donde, y ahí entraría el tercer criterio, la participación de los protagonistas en la definición de dichos criterios sería uno de los elementos centrales. Y ¿quiénes son los protagonistas? Si pensamos que la universidad ha de atender a los desafíos de toda la sociedad, los protagonistas son todos los ciudadanos que, inventando o poniendo en práctica mecanismos ya inventados, deberían participar en mayor medida en la definición de las políticas y las actividades universitarias. Como destacan Van Ginkel y Dias (2009), para saber lo que es calidad, todos los actores universitarios han de participar para definir lo que la sociedad espera de las instituciones de educación superior. El Desarrollo Humano puede contribuir a no olvidar los valores esenciales en estos procesos que requieren mecanismos reales de participación, trasparencia y rendición de cuentas en sentido amplio, para asegurar que las decisiones democráticamente adoptadas se llevan a cabo.

Dimensiones del DH para repensar la calidad de las universidades

En este apartado del artículo queremos presentar una propuesta de posibles dimensiones que pueden sugerirnos criterios para repensar las actividades de la universidad de acuerdo con los valores clave del desarrollo humano. Es una propuesta amplia, abierta, que pretende estimular el debate entre diferentes actores interesados en discutir el significado de la calidad de la universidad y que debería ser discutida y adaptada a cada universidad en cada contexto particular. Incluye como ámbitos de trabajo de la universidad el docente, la investigación, el compromiso social, la gobernanza interna de la universidad y las políticas universitarias así como el entorno físico de la institución. Para poder obtener criterios que nos ayuden a definir la calidad de la universidad en todos estos ámbitos, los hemos cruzado con los valores centrales del Desarrollo Humano: bienestar, participación y capacitación, equidad y diversidad y sostenibilidad. Esta selección de valores está basada en el trabajo de Penz, Drydyk y Bose (2010) que identifican seis valores fundamentales que han sido la base de los debates sobre el DH durante los últimos cincuenta años: 1) el bienestar y la seguridad del ser humano; 2) la equidad; 3) la participación y el empoderamiento; 4) los derechos humanos; 5) la libertad cultural, y 6) la sostenibilidad medioambiental. El único de esta serie de valores que no hemos incluido son los derechos humanos, ya que se trata de un valor que se solapa substancialmente con el resto: muchos de los aspectos que se agruparían bajo este concepto están incluidos, por ejemplo, en los valores de equidad y diversidad. Para elaborar nuestra lista de dimensiones hemos utilizado ideas de la propuesta de Hart y colaboradores (2008) pensada para una evaluación comparada del compromiso público de las universidades, diversos artículos y documentos de la Serie de la GUNI (2008) sobre el compromiso social de las universidades y referencias de nuestro propio trabajo anterior (Boni y Gasper, 2011, 2012). También nos hemos servido de discusiones e intercambios con colegas de nuestras propias instituciones y de la red de la Human Development and Capability Association.

Conclusiones

En este artículo hemos pretendido enfatizar y presentar una visión amplia de la universidad basada en el enfoque del desarrollo humano. Nuestra propuesta está fuertemente conectada con las políticas de educación superior plasmadas en la Carta Magna de las Universidades Europeas, la Declaración Taillores de 2005 y los trabajos de la Global University Network for Innovation (GUNI). Hemos pretendido ofrecer a aquellas instituciones y miembros de la comunidad universitaria interesados en una visión amplia de la universidad, un marco que pudiera inspirar una política universitaria orientada a la justicia social. Nuestra perspectiva, contrariamente a la visión más extendida de la calidad universitaria, enfatiza la multidimensionalidad, la diversidad, la participación y la relevancia de los contextos locales, entre otros criterios.

No se trata más que de una propuesta inspiradora ya que, un ejercicio orientado al desarrollo humano para diseñar y evaluar posteriormente la calidad del trabajo universitario, debe implicar una amplia participación de actores internos las partes interesadas internas y de las partes interesadas externas a la comunidad universitaria. Asimismo, tendrá una comprensión fuerte multidimensional de la calidad, el reconocimiento de múltiples dimensiones en cuanto al tipo de actividades que deben ser incluidas en el diseño y evaluación (la educación, la investigación, el compromiso social, la gobernanza y la política universitaria y el salón universitario y el medio ambiente obrera). En consecuencia, muchos tipos diferentes de información deben ser reunidos, que presten atención no sólo a los recursos necesarios para la consecución de los resultados, sino también a la definición de cuáles han de ser dichos resultados y los procesos que conducen a ellos. La elaboración de estos sistemas requiere constante atención a las particularidades de las diversas actividades de docencia, investigación y extensión. Implementar un sistema para evaluar la calidad de acuerdo con estos criterios será complejo y costoso, al igual que lo fueron los comienzos de la medición del desarrollo humano. Esto no implica que sea imposible, y tal y como Nussbaum (2008) nos recordaba al comienzo de este artículo, comprometerse con la justicia social requiere de coraje, esfuerzo, imaginación, análisis y acción.

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Notas

Alejandra Boni es profesora titular de la Universitat Politécnica de València, especializada en estudios del desarrollo, educación, cooperación internacional e investigación-acción. Coordinadora del Programa de Doctorado en Desarrollo Local y Cooperación Internacional de la UPV, cocoordinadora del grupo de educación de la Human Development and Capability Association, vicepresidenta de la International Ethics Association y vocal de la Red Española de Estudios del Desarrollo. aboni@ingenio.upv.es

* Este texto está basado en trabajos anteriores desarrollados con el prof. Des Gasper (Boni y Gasper, 2011 y 2012). Mi agradecimiento a Des y a todas las personas con las que he compartido estas ideas.

1 El ranking puede ser consultado en http://www.shanghairanking.com/es/ (fecha de consulta 10 de noviembre de 2015).

2 Este ranking puede ser consultado en https://www.timeshighereducation.com/news/ranking-methodology-2016 (fecha de consulta 15 de noviembre de 2015).

3 La Carta Magna está disponible en castellano en https://www.ucavila.es/calidad/images/files/cartaMagnaUniversidadesEuropeas1988.pdf (fecha de consulta 15 de noviembre de 2015).

4 El texto de la Declaración puede ser consultado en http://www.ulsf.org/pdf/Spanish_TD.pdf http://www.unesco.org/education/educprog/wche/declaration_spa.htm#declaracion (fecha de consulta 15 de noviembre de 2015).

5 Disponible en http://www.ulsf.org/pdf/Spanish_TD.pdf (fecha de consulta 15 de noviembre de 2015).

Fuente: http://www.debatebuenaeducacion.org/index.php/articulos/47-articulo-que-es-y-como-se-construye-una-universidad-de-calidad-de-los-rankings-a-la-justicia-social

Imagen: www.debatebuenaeducacion.org/images/art-boni.jpg

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