Nepal establece clases obligatorias de yoga en las escuelas

Asia/Nepal/19 Marzo 2020/ensegundos.com.pa

Un grupo de adolescentes nepalíes en el internado Bagmati estaban sentados con las piernas cruzadas, las palmas de las manos hacia arriba y los ojos cerrados, y se hundían en el suelo con cada respiración.

Un instructor comenzó a guiar a los estudiantes a través de la meditación y ejercicios físicos vigorosos, y culminaron con una serie de parados de cabeza y sosteniéndose con los hombros.

“El yoga me ha ayudado mucho a cuidar de mí mismo”, dijo Abhiyan Bhatta, de 15 años, quien contó que luchó con problemas de rodilla durante años antes de inscribirse a las clases de yoga en la escuela de Katmandú, la capital de Nepal. “He curado mi dolor”.

Era una clase optativa, pero el yoga pronto será más que una actividad extracurricular en Nepal. El próximo mes, cuando comience el nuevo ciclo académico, este pequeño país del Himalaya se convertirá en el primero del mundo en hacer de esta disciplina una asignatura obligatoria a nivel nacional.

Cientos de miles de estudiantes de primaria y secundaria se inscribirán a un nuevo curso semanal de yoga. Además de matemáticas, ciencias, el idioma nepalí e inglés, el plan de estudios actualizado enseñará a los estudiantes la historia del pensamiento yóguico, junto con lecciones sobre el ayurveda y la naturopatía, un tipo de medicina alternativa que promueve la autocuración.

“El yoga es nuestra ciencia antigua”, dijo Giriraj Mani Pokhrel, ministro de Educación de Nepal, en una entrevista. “Queremos que los estudiantes lo aprendan y creemos que este es el momento adecuado”.

Los programas escolares de yoga se han puesto de moda en todo el mundo. En Estados Unidos, cientos de escuelas públicas dedican tiempo para que los estudiantes practiquen técnicas de respiración profunda y ejercicios de reducción de estrés. En India, nación vecina de Nepal y cuna del yoga, algunas universidades y escuelas gubernamentales ya exigen a los estudiantes que tomen estos cursos, aunque no es una política nacional.

Pero el nuevo requisito del yoga en Nepal ha suscitado críticas en una región donde dicho ejercicio se considera imbuido de un significado religioso e ideológico, y cada vez más entrelazado con el auge del nacionalismo hindú.

Los grupos musulmanes se han resistido a entonar el “om”, un sonido sagrado en el hinduismo, o a realizar el saludo al sol, pues argumentan que viola la naturaleza monoteísta del islam.

En India, donde el gobierno del primer ministro Narendra Modi ha impulsado un programa político que da prioridad al hinduismo, los saludos al sol y los cantos en sánscrito son características habituales de los ejercicios de estilo militar que realizan los grupos nacionalistas hindúes. Las shakhas diarias, como se conocen los ejercicios, fueron diseñadas para nutrir una “conciencia nacional” de toda India.

La extrema derecha aún no ha logrado afianzarse de manera similar en Nepal, una democracia laica con una gran mayoría hindú. Nepal está ubicado entre India y China, que a menudo están en desacuerdo, y la diplomacia es difícil.

Aunque Nepal tradicionalmente ha sido cercano a India, en los últimos años, los inversores chinos han inyectado millones de dólares al país. Bajo el mandato del primer ministro Khadga Prasad Sharma Oli, Nepal ha dejado de depender de India, a pesar de los estrechos vínculos culturales y religiosos.

Aun así, los activistas musulmanes de Nepal dijeron que protestarían contra el curso obligatorio de yoga si se exigía a los estudiantes que hicieran el saludo al sol, una secuencia de 12 poses dedicadas al dios hindú Surya, que según los funcionarios del gobierno formaba parte del nuevo plan de estudios. Y los administradores de las escuelas dijeron que todavía estaban tratando de averiguar cómo funcionaría el curso en la práctica.

Mencionaron que el país está escaso de instructores de yoga calificados y que el gobierno no consultó a los profesores antes de anunciar la nueva clase, que sustituirá las actividades físicas y los juegos como “esconder el pañuelo”.

“Hacer obligatoria cualquier cosa que se relacione con una religión en particular va en contra del espíritu de la Constitución”, dijo Nazrul Hussein, expresidente de la Federación Musulmana de Nepal. “No podemos hacer el saludo al sol y no deben vincular la religión con la salud”.

Los funcionarios nepalíes señalaron que el gobierno que cambió el plan de estudios está dirigido por el Partido Comunista de Nepal, no por hindúes de línea dura. Señalaron que solo los estudiantes de cuarto a octavo grado tendrían que tomar la clase de yoga y agregaron que su objetivo era promover un estilo de vida activo. Los estudiantes mayores pueden tomar el curso como una materia optativa.

Ganesh Bhattarai, director del Centro de Desarrollo del Plan de Estudios de Nepal, el organismo gubernamental que diseñó la clase, afirmó que esta no pretendía favorecer a ninguna religión en particular. Entonar el “om” no es parte del curso y los estudiantes pueden saltarse el saludo al sol si se sienten incómodos, dijo.

“Este curso es para la educación universal”, sostuvo. “El contenido en contra de cualquier religión se omite”.

Algunos estudiantes dijeron que estaban listos para esta nueva adición a su jornada escolar.

Cuando la lección de yoga terminó en el internado Bagmati, los 30 estudiantes se ajustaron sus uniformes, garabatearon en sus cuadernos y se ataron los zapatos.

“Estoy muy emocionada por esta clase”, expresó Shristi Tamang, una estudiante de 14 años. “El yoga es el arte de vivir”.

Fuente: https://ensegundos.com.pa/2020/03/18/nepal-establece-clases-obligatorias-de-yoga-en-las-escuelas/

Comparte este contenido:

La promesa incumplida de los 180 días de clases

Por: Andrés Delich.

Distintos factores socavan el derecho de los alumnos a tener los 180 días de clases.

Hace quince años, la ley 25.864 estableció un ciclo lectivo anual mínimo de 180 días de clase, en la consideración de que era una condición básica que debía garantizarse a cada niño en la Argentina. En su segundo artículo estableció taxativamente que si esto no sucedía, las autoridades debían arbitrar las medidas para hacer cumplir este calendario mínimo. Ninguno de estos dos artículos se cumple hoy en nuestro país –y viene sin cumplirse hace muchos años–.

El tiempo de clase es una variable importante para el adecuado funcionamiento del sistema educativo. Una breve comparación internacional permite saber dónde estamos.

El promedio de horas de clase obligatorias para los países de la OCDE –donde pretendemos ingresar– en la escuela primaria es de 799 horas por año. En nuestro país, en la mayor parte de las escuelas públicas las jornadas son de 4 horas, esto es, 720 horas de clase por año. Aun cumpliendo rigurosamente el calendario, nuestros chicos ya partirían con 79 horas anuales menos, casi 20 días menos de clase.

Cantidad de horas no equivale necesariamente a calidad de la educación. Entre los propios países de la OCDE hay una gran dispersión en cuanto a las horas de clase obligatorias: Finlandia solo tiene 651 y en el otro extremo Chile tiene 1.039. Los resultados en las evaluaciones de calidad se explican por diversas razones y la cantidad de horas no es determinante: Finlandia tiene mejores resultados que Chile, con menos horas de clase obligatorias. En todo caso lo que sí parece claro, a juzgar por los resultados de nuestro país, es que tenemos menos días de clase y peores resultados. Chile ya nos superó y para Finlandia falta mucho.

Los paros docentes suelen ser vistos como la causa más importante, tal vez porque son la más visible. Pero hay otros factores que silenciosamente socavan el derecho de los alumnos a tener 180 días de clase. El más importante es el ausentismo, de los alumnos y de los docentes.

Ya sea por el ausentismo de los alumnos, por el de los docentes, por el cierre de las escuelas por razones edilicias o por los paros, lo cierto es que ningún niño accede al derecho que tiene de 180 días de clase.

Arrancamos con 20 días menos de clases obligatorias que el promedio de la OCDE. A eso le descontamos los paros, el ausentismo y los problemas de infraestructura para encontrarnos con calendarios escolares que se van encogiendo de la mano de estos problemas.

Tenemos alguna información y muchas anécdotas: la opacidad en la información sobre el funcionamiento del sistema educativo nos permite disimular la profundidad y el alcance de sus problemas.

En muchos países la discusión educativa gira alrededor de cómo incorporar las competencias necesarias para el siglo XXI, en otros todavía se discute sobre cómo garantizar las habilidades mínimas de la alfabetización. Es difícil encontrar casos como el nuestro donde está recurrentemente en cuestión el cumplimiento del calendario escolar.

La primera responsabilidad es del Estado, pero quienes defendemos la escuela pública –docentes, padres, sindicalistas, especialistas o ciudadanos interesados en la educación– también tenemos obligaciones. En la provincia de Buenos Aires se han puesto en marcha mesas distritales que involucran a los actores relacionados con el sistema educativo.

Es una buena noticia que los actores educativos y la sociedad general sean convocados a principio de año para renovar el compromiso que todos tenemos que tener con la educación. Un aspecto que se destaca en las discusiones es el del cumplimiento del calendario escolar.

Estas mesas no deberían ser vistas como una forma de confrontar con los sindicatos en un conflicto sindical que todos sabemos que irremediablemente se va a hacer presente como todos los años en nuestro país. Tienen que ser un mecanismo para afianzar el compromiso con la educación de nuestros hijos.

La discusión de cómo garantizar al menos 180 días debe contener por supuesto el tema salarial que traen los gremios, pero también debe tomar en cuenta la voz de los padres y de otros actores que exigen que la agenda de la discusión incorpore otros temas como los días efectivos de clase y el mejoramiento en los aprendizajes.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/promesa-incumplida-180-dias-clases_0_lvxxFfBmK.html

Comparte este contenido: