Argentina / 26 de agosto de 2018 / Autor: Daniel Gigena / Fuente: La Nación
Las protestas que acompañan la huelga docente universitaria, iniciada a comienzos de este mes, adoptaron diversas formas, que incluyeron el dictado de clases en la vía pública, caminatas por los barrios donde se encuentran las sedes universitarias, abrazos a los edificios donde se desarrolla la educación superior libre y gratuita, tomas simbólicas de edificios y marchas.
En la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires , docentes y estudiantes denunciaron el pasado 15 que hace más de 130 días que no hay servicio de gas. Lucas Tavolaro Ortiz, presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Exactas y Naturales (Cecen), cuestionó que no había gas en el Pabellón 2 de Exactas y que tanto el Rectorado de la UBA como Metrogas y el Gobierno hacían oídos sordos al reclamo. El decano de esa facultad, Juan Carlos Reboreda, dijo a los representantes de docentes y estudiantes que la ciencia y la facultad estaban en crisis.
En distintas universidades nacionales se procura realizar actividades creativas para protestar en el marco de un paro activo. A la profesora Mónica Cragnolini, especialista en la obra de Friedrich Nietzsche y profesora regular de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires desde hace décadas, la policía de la ciudad le hizo un acta contravencional el pasado viernes por dictar una clase en la calle Puán, frente a la facultad donde da clases. Por ese motivo, ayer a la tarde hubo un acto de repudio del que participaron profesores y estudiantes de esa universidad. Desde que se conoció esa noticia, personalidades de la cultura y la educación manifestaron su repudio por ese hecho, al que calificaron como un acto de intimidación. Con esa acción, las clases en la vía pública se multiplicaron: en la Facultad de Psicología, Medicina y Ciencias Sociales de la UBA los claustros salieron a la calle. El viernes, las clases públicas de la UBA se dictarán en la Plaza de Mayo. Si bien en algunas facultades docentes y estudiantes no adhirieron al paro, como en el caso de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA, en todas las aulas se exhibieron pancartas y banderas con reclamos en defensa de la educación pública.
Como parte de las protestas, docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) organizaron caminatas desde la sede de la universidad hasta la estación del ferrocarril Lemos. Del mismo modo, este viernes docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de José C. Paz convocan a marchar hasta la estación de ferrocarril de José C. Paz. Durante la marcha, conversarán con los vecinos y repartirán volantes en los que se explicitan los reclamos. También docentes y estudiantes de universidades de las provincias, como la Universidad Nacional de Jujuy y la Universidad Nacional de Tucumán, hicieron oír sus reclamos en las plazas de las ciudades, en carpas públicas y en redes sociales. Y por medio de Twitter y Facebook, egresados de universidades nacionales de distintas carreras hicieron circular testimonios en primera persona con los hashtags #laEducaciónNoSeVendeSeDefiende y #UniversidadEnPeligro, en los que contaban su experiencia como alumnos y docentes.
Por tercera semana consecutiva, docentes de las 57 universidades nacionales están en huelga por un reclamo salarial. También solicitan del Estado nacional el envío de los fondos aprobados por el presupuesto votado por el Congreso Nacional. Antes del 6 de agosto, una de las dos federaciones más importantes de la educación superior, la Confederación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), convocó a un plebiscito para decidir si, luego del receso de las vacaciones de invierno, se retomarían las clases en las universidades. La mayoría de los docentes votó que no, en rechazo de la oferta del 15% hecha por el Ministerio de Educación de la Nación, a pagar en cuatro cuotas. El gremio y sus representados solicitaban un porcentaje acorde con la inflación anual, estimada para 2018 en un 30%. Ahora, tanto Conadu como Conadu Histórica, que nuclean al 90% de los docentes de las 57 universidades nacionales, proyectan una gran marcha al Palacio Pizzurno, sede del Ministerio de Educación de la Nación, para el 30 de agosto.
Después de la primera semana de paro, el lunes 13 se convocó a una reunión entre representantes de distintas federaciones y funcionarios de la Secretaría de Políticas Universitarias, a cargo de la contadora Danya Tavela. Fue la primera reunión entre gremialistas y funcionarios después de tres meses de silencio. En ese encuentro, donde se les pidió a los gremios que levantaran la huelga, la oferta ministerial no varió tanto de la propuesta ya rechazada. Se les ofreció el mismo 15% de aumento, esta vez a pagar en tres cuotas en vez de cuatro. Desde ese día, la Conadu Histórica se sumó a la huelga docente.
Aumento salarial a cuentagotas
«Hubo aumentos en alimentos, tarifazos, devaluación. Cualquier ofrecimiento que no se ajuste a la realidad volverá a ser rechazado», dijo a LA NACION Sonia Yabcovski, secretaria general de Adiungs, que integra la Conadu. El viernes próximo, representantes de Conadu y Conadu Histórica volverán a reunirse para decidir los pasos a seguir. El reclamo de los docentes no es solo salarial. También exigen que el Gobierno gire en tiempo y forma las partidas aprobadas en el presupuesto votado para este año. Según un informe del Consejo Interuniversitario Nacional, en ninguna universidad nacional se pudo emprender una sola obra de infraestructura. La Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), como otras casas de estudio superior, tuvo problemas a la hora de pagar las facturas de electricidad. Se manifestó la semana pasada en un abrazo simbólico multitudinario a la universidad.
La paritaria docente de educación superior venció en febrero de este año y la nueva paritaria debe cubrir el lapso que va desde marzo de este año hasta marzo de 2019. «Solo nos otorgaron unilateralmente un 5% en el mes de mayo. El objetivo del Gobierno es claro: nos están bajando los sueldos. Los docentes defendemos nuestro salario y también la universidad pública, laica, gratuita, de calidad. La defendemos como un derecho que debe ser garantizado por el Estado, pero la paradoja es que ese Estado ataca a la Universidad pública, tal como ataca el sistema de Ciencia y Tecnología», señaló Rocco Carbone, profesor de la UNGS e investigador del Conicet.
Ante consultas de LA NACION, la secretaria de Políticas Universitarias indicó que «para ordenar las declaraciones», las respuestas llegarían del sector de prensa de su organismo. Desde allí se indicó que en el Ministerio de Educación de la Nación se trabaja todos los días para encontrar soluciones, a la vez que indicaron que no podían retomar el diálogo con los gremios mientras durara el paro. También comunicaron que a partir de agosto, el Gobierno sumará otro 5,8% de aumento en los sueldos docentes, a cuenta del futuro acuerdo. Con el 5% otorgado en mayo, sumado a este nuevo porcentaje y al 2,77% de la cláusula gatillo activada en febrero pasado, el aumento que se verá en la liquidación de los sueldos de agosto alcanzará un 13, 57% en lo que va del año. Ese índice aún está lejos del que reclaman los docentes. Desde el Ministerio de Educación afirmaron que las transferencias de los fondos aprobados por el presupuesto nacional ya habían sido regularizadas, aunque admitieron que hubo un periodo en que se habían atrasado cinco meses. Esas partidas no fueron ajustadas por inflación. Por último, sugirieron que se debía hacer un análisis del paro por región, por universidad, por facultad y por carrera, y que no se podía afirmar que el paro fuera total en las 57 unidades académicas.