Por: Arturo Méndez/Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase
En continuidad neoliberal con la reforma educativa de Peña Nieto, la mejora salarial del magisterio sigue estando sujeta a la evaluación.
Del 2 al 4 de julio se realizó el proceso de evaluación para la promoción horizontal en el magisterio, por parte de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM). A través de estas evaluaciones, las y los docentes participantes buscan una mejora salarial.
La USICAMM fue creada como parte de la reforma educativa de la 4T. Aunque dicha reforma eliminó la llamada evaluación punitiva, preservó toda la lógica neoliberal de las evaluaciones contenida en la reforma peñista, que sigue colocando al magisterio en un régimen de excepción laboral, con la USICAMM utilizando la misma metodología de lo que fue la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente. Así, maestras y maestros que quieran mejorar sus ingresos, deben someterse a una evaluación y aprobarla.
Esta evaluación está lejos de dignificar al magisterio, pues no representa las necesidades de las y los trabajadores de la educación. Por el contrario, quienes aprueben las evaluaciones para la promoción horizontal, irán subiendo de nivel, generándose así una división perversa y artificial entre maestros “de primera” y maestros “de segunda”, en competencia por aumentar sus ingresos, tal como ocurría con la Carrera Magisterial, muy acorde a la ideología neoliberal que genera mecanismos por competencias, altamente individualistas.
Para quienes no participen o no aprueben las evaluaciones de la USICAMM, lo que se ofrece son salarios de miseria, como lo muestra el raquítico aumento de 3.4% pactado recientemente entre la SEP y el SNTE, luego de un ciclo escolar en el que nuestra jornada de trabajo superó muchas veces nuestro horario laboral.
Claro, también estuvo el bono de $720 otorgado recientemente, que no cubren ni el costo de dos meses de internet, que las y los maestros hemos pagado durante toda la pandemia para garantizar la educación a distancia, enfrentando al mismo tiempo la creciente carestía de la vida.
A igual trabajo igual salario
Si ya de por sí condicionar la mejora salarial a la aprobación de una evaluación viola el principio de “a igual trabajo igual salario”, imponerlo en las condiciones actuales resulta todavía más aberrante.
El salario docente -como tendría que ser para cualquier trabajador- debería cubrir mínimamente el costo de la canasta básica familiar y aumentar parejo según las horas trabajadas, así como de acuerdo a la inflación.
Por otra parte, si se tratara realmente de la mejora de la educación, cuestiones como la formación, capacitación y actualización contemplados en el Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros no tendrían que restringirse a quienes participen del mismo, sino que tendrían que generalizarse a todo el magisterio, contemplándose periodos dentro del horario laboral destinados a ello, para no atentar contra el tiempo de descanso y esparcimiento de las y los docentes.
Democratizar la escuela
Respecto a la promoción vertical, más allá del escándalo generado por la anulación de resultados para 5 mil 787 docentes que, según la USICAMM, copiaron en sus pruebas para promocionarse a cargos directivos y de supervisión (aunque ya varios maestros y maestras lo han desmentido en redes), opinamos que se trata de un mecanismo que reproduce la estructura antidemocrática de las escuelas.
Ante ello, consideramos que los cuerpos directivos deberían ser elegidos democráticamente mediante el voto de la comunidad escolar, quedando con cargos revocables en cualquier momento y que respondan al mandato de la escuela organizada en asamblea.
Una perspectiva de organización y lucha
Como es sabido, los dirigentes charros del SNTE fueron tan cómplices de la reforma peñista como lo son de su continuidad en la reforma actual. Exijamos a los delegados sindicales de nuestras escuelas la convocatoria a asambleas para discutir democráticamente, desde las bases, sobre los problemas de la educación (como los planteados aquí pero también otros como el nuevo calendario escolar y el regreso a clases presenciales anunciado para agosto) y qué salida podemos darles desde el magisterio unido y organizado.
Al mismo tiempo, exijamos a la CNTE, como referente histórico del magisterio democrático y combativo, que rompa la tregua que mantiene con el gobierno de la 4T, que le apueste a la recomposición del movimiento magisterial, llamando a construir un plan de lucha unificado y a la movilización unitaria, junto con madres, padres de familia y otros sectores de trabajadores, para enfrentar el ataque generalizado contra la educación e imponer en las calles nuestras demandas.
Fuente e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx/