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Paraguay: Ministerio organiza feria de empleo para mujeres

Paraguay / www.paraguay.com / 14 de Diciembre de 2016

El Ministerio de la Mujer se encuentra organizando una feria de empleos para mujeres para el 16 de diciembre. La misma ofrecerá 200 puestos de trabajos en varios rubros.

Esta feria se llevará a cabo en el Colegio Pablo Ávila del Barrio San Pablo de Asunción desde 08:30 a 14:00.

Se aguarda que 500 mujeres se presenten en la fecha para satisfacer 200 vacancias laborales, cuyos puestos destancan los de profesoras de Educación Financiera, vendedoras, cocineras, administrativas, recepcionistas, atención al cliente, mucamas y telemarketing.

Del mismo modo, las mujeres asistentes podrán contar con asesoramiento del Ministerio de la Mujer, opciones de cursos acelerados para colegios y escuelas, registro civil, identificacioens, asistencia a la mujer trabajadora y una clínica.

Asimismo, otros entes que apoyan la iniciativa son los ministerios de Justicia, Educación y Cultura, y el Gabinete Social de la Presidencia de la República, informó el portal IP.

Fuente: http://www.paraguay.com/nacionales/ministerio-organiza-feria-de-empleo-para-mujeres-155569

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Unicef avala transformación del sistema educativo venezolano

América del Sur/Venezuela/11 Diciembre 2016/Fuente y Autor:correodelorinoco

Sobre la reformulación de la jornada laboral al personal docente de educación media, puntualizó que en los liceos todo el personal cumplirá por lo menos 36 horas a la semana, de las cuales 14 estarán orientadas a la formación, investigación, preparación y evaluación del personal docente

Trescientos docentes de educación inicial de todo el territorio nacional se reúnen desde ayer hasta hoy en los espacios del complejo educativo Fermín Toro, Caracas, para trabajar en el proceso de transformación del nivel de educación inicial.

El director del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Venezuela, Rafael Ramírez Mesec, celebró la realización de actividades para el fortalecimiento del derecho a la educación de todos los niños, niñas y adolescentes.

Rafael Ramírez ratificó el interés de esta Organización No Gubernamental de la Organización de las Naciones Unidas en colaborar con Venezuela en materia de asesoría de proyectos educativos. Asimismo se mostró complacido de acompañar al Ministerio del Poder Popular para la Educación en este proyecto que abre un espacio a la escuela de la liberación y el trabajo para la escuela de calidad que se revisa y reflexiona y se centra en la atención integral de nuestras niñas y niños, que parte de sus intereses para construir un futuro mejor para la patria.

El ministro de Educación, Rodulfo Pérez, encabezó la comitiva del Gobierno Nacional que asistió a esta jornada de reflexión, análisis, diálogo y debate de las diferentes mesas de trabajo sobre el tema de la educación inicial.
Entre las ponencias presentadas estuvo Desarrollo infantil temprano, a cargo de Ana María Rodríguez. Promoción de la lactancia materna y los centros de educación inicial por Zulay Jiménez del Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS). Edad Maternal, dictada por la profesora Ileana Lo Priore. Espacio, Familia y Comunidad, por Giselle Arellano.El viceministro de Educación, Humberto González, aseveró que esta jornada permitirá generar una primera propuesta con los diferentes aportes que los participantes, desde su práctica diaria, desarrollan para el abordaje que tendrá la transformación educativa en este nivel.

Otras autoridades presentes en la actividad fueron la Viceministra de Educación Inicial y Primaria, Gisela Toro; la directora general del Nivel de Educación Inicial, Jenny Ramírez, y el director académico de Cenamec, Franklin Estévez.

Por su parte, los asesores acompañantes en educación inicial tuvieron un primer encuentro para preparar el terreno para el desarrollo del programa en cada estado.

EDUCACIÓN DE ADULTOS Y JORNADA DE TRABAJO

El ministro Pérez informó sobre el alcance de las nuevas medidas publicadas en la Gaceta Oficial, en las cuales se fijan los criterios legales relacionados con la educación de adultos y jornadas de trabajo de los docentes.

“La reforma en materia de educación de adulto está centrada en las perspectivas del conocimiento más avanzadas relacionadas con la trasdiciplinaridad y en el reconocimiento de la experiencia construida desde las misiones educativas orientadas a una educación media y técnica”, dijo Pérez.

Sobre la reformulación de la jornada laboral al personal docente de educación media, puntualizó que en los liceos todo el personal tendrá por lo menos 36 horas a la semana y de las cuales 14 estarán orientadas a la formación, investigación, preparación y evaluación del personal docente para generar conocimientos puestos a la orden de los estudiantes.

Según el ministro, con la iniciativa de ofrecer posgrados gratuitos para todo el personal el ministerio de Educación busca “que los profesores se pongan a la orden de los estudiantes y puedan formarse y prepararse de manera que puedan utilizar los libros de la colección bicentenario, los laboratorios y preparen actividades que estén acorde con las necesidades de los estudiantes”.

Fuente de la noticia: http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/unicef-avala-transformacion-sistema-educativo-venezolano/
Fuente de la imagen:http://www.correodelorinoco.gob.ve/wp-content/uploads/2016/12/MIN-EDUCACION-UNICEF-1.jpg
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México:Especialistas ven poca corresponsabilidad en empleos para egresados

México/Diciembre de 2016/Fuente: 20 Minutos

Especialistas en desarrollo de instituciones educativas y representantes de universidades y consultorías, coincidieron en afirmar que tanto empresas como escuelas de educación superior no han asumido plenamente su corresponsabilidad en el tema de la empleabilidad de los egresados universitarios.
En el marco de un foro de reflexión sobre la empleabilidad, organizado por Council for Advancement and Support of Education (CASE) para América Latina, los participantes se pronunciaron por una mejor vinculación y diálogo entre los sectores privado, público y educativo, a fin de mejorar en ese rubro.
Durante la bienvenida, Angélica Careaga, directora de CASE para América Latina, explicó que la oficina en México de dicha institución, que es internacional y sin fines de lucro, inició operación este año. Explicó que su principal objetivo es contribuir con el desarrollo institucional de las universidades y capacitación de recursos humanos en las áreas de seguimiento de egresados, procuración de fondos, comunicación y marketing.
En este contexto, Raúl Méndez, consultor de Alexia Insights Solutions, presentó los principales hallazgos de un sondeo que se realizó en 2016 con el tema de las Universidades y el Desafío de la Empleabilidad. Refirió que se realizó un levantamiento estratégico, con una encuesta Online entre 97 participantes del Congreso CASE América Latina 2016 de Argentina, Chile, Colombia, El Salvador, México y Perú, más ocho entrevistas a profundidad con funcionarios y directivos mexicanos de desarrollo institucional.
Comentó que este sondeo se puede resumir en cinco puntos: Que ser egresados es estar en la orfandad universitaria, pues no es prioridad de las escuelas de nivel superior dar seguimiento a sus egresados. Que están egresando millennials, pero no profesionistas, pues la mayoría de ellos adolecen de orientación y diálogo sobre necesidades profesionales específicas; que las escuelas brindan conocimientos, pero no otorgan preparación para el mundo productivo real y actual.
Además de que existe la idea de que la juventud es eterna, sobre todo si los egresados no encuentran un “buen trabajo” pronto, y agregó que es fundamental unir al estudiante con el talento. En su oportunidad, Verónica Baz, ejecutiva de la plataforma Profesionistas.org, que tiene alrededor de 60 mil visitas de jóvenes al mes, refirió un estudio que realizaron entre mil 500 empresas de todo el país, para saber cuáles eran las habilidades que están requiriendo de los egresados universitarios. Detalló que se identificaron 132 habilidades requeridas y se puso énfasis en las cinco que menos presentan los egresados: comunicación oral en inglés; generación de nuevas ideas; detección de oportunidades de mejora; análisis y toma de decisiones, y administración de proyectos.
Sostuvo que lo que se puede apreciar con este ejercicio es que en general México atraviesa por una crisis de habilidades, pues el 26 por ciento de las empresas dijo que habían tenido vacantes que no pudieron llenar porque no encontraron al candidato ideal. Por su parte, Alexandra Zapata, investigadora del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), se refirió a la herramienta portal en línea con que cuenta el organismo al que pertenece, denominado comparacarreras.org, en el cual se encuentra información como que hay 3.9 millones de jóvenes que les apuestan a la inversión en una carrera profesional.
Asimismo, que estudiar una carrera universitaria incrementa hasta en 73 por ciento el sueldo promedio con respecto a quienes solo concluyeron el bachillerato. Los ponentes alertaron en el hecho de que en las próximas décadas, el 25 por ciento de los jóvenes que estudian una carrera universitaria estarán ejerciendo sus profesiones en el esquema del autoempleo.
Lo anterior, debe mover a todos los sectores públicos, privados, sociales y educativos, a diseñar estrategias de empleabilidad adecuadas a esas nuevas generaciones y mejorar en los rubros de vinculación y diálogo entre empresas, academia y jóvenes egresados de universidades e otras instituciones de educación superior, concluyeron.

Fuente: http://www.20minutos.com.mx/noticia/164198/0/especialistas-ven-poca-corresponsabilidad-en-empleos-para-egresados/

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Paraguay: El limbo de los niños sindicados

Paraguay/ 12 de Julio de 2016/ Fuente: el pais

“Trabajo desde que tengo memoria”. Las palabras de Daniel Cardoso suenan añejas, como si hubiesen pasado décadas desde el primer día en que puso un pie en el mercado central de abasto de Asunción, la capital paraguaya. Allí vende zumos y tereré (bebida típica hecha con yerba mate, agua y hielo).

Con 12 años, este niño ha trabajado la mitad de su vida y lo único que tiene claro es que el dinero siempre ha sido bienvenido en casa. Su abuela materna y una tía lo han criado casi desde que nació. Daniel dedica entre tres y cuatro horas del día a lo que llama él “su negocio”. Gana entre 2.000 y 2.500 guaraníes diarios (menos 50 céntimos de euro al día) y se siente orgulloso de contribuir a los ingresos en su hogar. “Me gusta trabajar porque puedo ayudar a mi familia”, explica.

Por la mañana, Daniel va a la escuela y por la tarde se instala en el mercado. Desde hace tres años se incorporó a la Coordinación Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores de Paraguay (Connats). Ahora es delegado de esta asociación y se reúne con otros como él para hablar sobre su condición y defender los derechos que tienen como empleados. La organización guaraní, nacida en 1999, agrupa a 600 menores de todo el país, en donde la tasa de trabajo infantil llega al 22,4%, según cifras de 2011.

Uno de los primeros sindicatos de niños trabajadores germinó en Perú durante los años 70 con la fundación del Movimiento de Adolescentes y Niños Trabajadores, Hijos de Obreros Cristianos (Manthoc). En las últimas dos décadas, esta corriente ha llegado a Bolivia, Colombia, Argentina, Chile, México, Guatemala, Ecuador y Venezuela. Los diversos grupos de la región han confluido en el Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores (Molacnats), una asociación laica que cuenta con 8.000 miembros, según Gladys González, secretaria ejecutiva de la agrupación.

Una gota en el mar

“Los llamados sindicatos de niños buscan ser escuchados. Ven en el trabajo una manera de salir adelante y no una forma de explotación. Defienden el derecho al trabajo y a la educación y militan por el ejercicio de una actividad digna”, comenta Robin Cavagnoud, especialista en el tema de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Los integrantes de este grupo, sin embargo, apenas representan una pizca de los 12,5 millones de menores que trabajan en Latinoamérica (9,5 millones lo hacen en poniendo en peligro su integridad), según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), publicadas en 2013. Además, no son reconocidos institucionalmente, pues violan la Convención 138 de la Conferencia Internacional del Trabajo, que estipula entre los 14 y 16 años la edad mínima de admisión al empleo.

“Los sindicatos de niños están en un limbo”, reconoce David del Campo, director de cooperación internacional de Save the Children. Por un lado, explica, las asociaciones están obligadas a cumplir las convenciones internacionales, pues los países en donde se han establecido han ratificado los convenios 138 (edad mínima de trabajo) y 182 (que habla sobre las peores formas de empleo). Y por otra parte, agrega, los movimientos estipulan que la labor que realizan es innegable a su situación económica, en una región donde la pobreza llegó en 2015 a más de 175 millones de personas, de acuerdo con la Cepal. “El mandato de la OIT es necesario y hay que cumplirlo, pero los menores trabajadores no tienen derechos ni normas que rijan su actividad y no se les puede ignorar, porque hacerlo generaría un caldo de cultivo para la explotación”, espeta Del Campo.

A pesar de esta falta de reconocimiento, estos movimiento se han dejado sentir con fuerza la zona andina, donde existen los mayores índices de trabajo infantil. A finales de 2013, el sindicato Unión de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores de Bolivia (Unatsbo) mostró su músculo, pues se opuso a que el Gobierno de Evo Morales adoptará la legislación internacional que prohíbe el trabajo a los menores de 14 años. Durante un mes se manifestaron intermitentemente a lo largo del país bloqueando incluso los accesos a la capital. Y lo consiguieron. En julio de 2014, el Congreso boliviano rebajó la edad mínima de empleo en 10 años.

Lo que se logró fue una regulación, dice Cavagnoud, pues oficialmente se mantiene el límite en 14 años. Para que un niño pueda trabajar a los 10 años de manera “independiente” (como vendedor en la vía pública, por ejemplo) o a partir los 12 como empleado “dependiente” en un negocio, la familia y la Defensoría de la Niñez y Adolescencia deberán de dar su aprobación y tienen como condición seguir con sus estudios. Según las cifras oficiales bolivianas, el país tiene uno de los índices más altos de trabajo infantil: un 28% (la media en la región es de un 8,8%), y en donde el 61% de los más de 800.000 menores que está en esta condición no llega a los 14 años.

Las consecuencias de un niño trabajador son “desastrosas” para la economía de un país, dice José Manuel Salazar-Xirinachs, director regional para América Latina y Caribe de la OIT. “Si un menor trabaja en vez de ir a la escuela afecta su formación y oportunidades en el mundo laboral… el capital humano de un país se ve afectado y se perpetua el circulo de pobreza”, explica.

UNA PROPUESTA DE SOLUCIÓN

En la última década, América Latina vio reducido el número de niños trabajando. Más de 7,5 millones salieron de esta condición, según la Organización Mundial del Trabajo (OIT). La bonanza económica fue uno de los grandes dinamizadores para subyugar al fenómeno, comenta José Manuel Salazar-Xirinachs, director regional para América Latina y Caribe de la OIT. En el mundo existen más de 168 millones de menores en esta condición. África subsahariana presenta el mayor índice de niños (entre 5 y 17 años) en situación de trabajo con un 21,4%, seguido de Asia Pacífico (9,3%), América Latina (8,8%) y Oriente Medio y África del Norte (8,4%), según los datos de la OIT.

Para que América Latina continúe con la erradicación del trabajo infantil, el organismo internacional ha propuesto un sistema de transferencias de dinero condicionadas. La idea, según reza un análisis de la institución, es que más de 11 millones de menores en condición de trabajo en América Latina reciban 27 euros mensuales, lo que implicaría un gasto aproximado de 3.600 millones de euros para 17 Gobiernos de la zona. En caso de que se lograra implementar este plan, para 2025 el empleo infantil estaría casi extinto, indica Salazar-Xirinachs.

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Echando raíces: el Movimiento Sin Tierra de Brasil

Por: Inés Lucía Orea

A principios de 1997 llegaban, como forma de protesta, cerca de 2.000 personas a Brasilia desde diferentes rincones del país. La ruta había sido larga, unos 64 días, durante los cuales algunos de los campesinos llegaron a recorrer más de mil kilómetros. Todos ellos se reunieron frente al Congreso junto con más de 100.000 simpatizantes que apoyaban la propuesta de una reforma agraria que redistribuyera de una manera justa la tierra. Al grito de ‘la tierra es de quien la trabaja’ el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra) se consolidaba en aquella marcha como uno de los movimientos sociales más potentes y organizados de Brasil y de Latinoamérica.

No hacía tanto tiempo había tenido lugar la famosa masacre en Eldorado dos Carajás, en la que durante una protesta que pretendía forzar al gobierno a asentar a unas familias de campesinos sin tierra, la policía militar cargó contra estos matando a 19 campesinos e hiriendo a 57. Conviene comprender qué hay detrás de un movimiento social que lleva casi desde los años 80 en activo y que mantiene un rol relevante como grupo de presión a pesar de los sustanciales cambios que ha atravesado tanto su organización interna como la sociedad en la que habita.

Las raíces del Movimiento Sin Tierra

Se podría decir que este movimiento conserva sus raíces en la desigual distribución de la tierra en Brasil. Ya durante la colonización portuguesa, la Corona había dividido entre varias familias el territorio sobre el que además tenían un derecho de propiedad hereditario y la posibilidad de beneficiarse de la producción agrícola que allí se trabajara. La contestación a esta desigual situación es también larga; a principios del siglo XVII, esclavos recién liberados o escapados se instalaban en tierras de manera ilegal, reproduciendo en Brasil sus aldeas originarias africanas a las que se llamó ‘quilombos’. De ahí que en numerosas ocasiones el movimiento se vincule intelectualmente con la superación de la esclavitud y la formación incipiente de una ciudadanía con derechos sobre la tierra.

La formación de quilombos en Brasil durante la época colonial a menudo dio como resultado violentos choques entre los esclavos liberados y las autoridades coloniales
La formación de quilombos en Brasil durante la época colonial a menudo dio como resultado violentos choques entre los esclavos liberados y las autoridades coloniales

Las reivindicaciones más modernas por un reparto equitativo de la tierra se gestan con la dictadura tras el golpe de 1964. Apenas unos días antes del golpe, el presidente João Goulart intentaba poner en marcha la primera reforma agraria en respuesta a las movilizaciones del noreste del país, que habían ido yendo en aumento desde el comienzo de la década de los 60. La llegada de los militares supuso un giro en la implementación de esta reforma, ya que estos iban a tomar otra dirección.

Los militares tenían el proyecto de modernizar el sector primario para exportar productos agrícolas, especialmente soja, y entrar así con fuerza en el mercado internacional. Pero el golpe estuvo en gran medida apoyado por las élites rurales y los militares se toparon con una poderosa esfera con intereses propios, por lo que a la modernización le acompañó la corrupción. Las políticas agrarias de la dictadura, aunque aumentaron la producción, fueron desarrollando tendencias clientelistas que favorecieron a los grandes propietariosy no siempre, como se preconizaba, a la productividad y al libre mercado. Asimismo, supusieron abruptos desplazamientos para los pequeños agricultores y los sin tierra, que se vieron obligados bien a emigrar a los países vecinos, bien a buscar suerte en las ciudades, aún a pesar del vertiginoso desempleo de los núcleos urbanos.

Junto con las medidas encaminadas a renovar el sector primario, los militares desarrollaron un plan energético para la creciente industria, para lo que se veía necesario la construcción de gigantescas centrales hidroeléctricas que de nuevo supusieron importantes desplazamientos en un momento de crecimiento poblacional. La expropiación de territorio a pequeños campesinos en el sur del país fue importante.

El desarrollo de una conciencia y activismo rurales en un momento tan represivo se debe, en parte, a la búsqueda de una alternativa al sindicato de campesinos apoyado y controlado por los militares, es decir, al intento de lograr una forma de organización fuera de las instituciones del régimen que denunciara los cuantiosos desplazamientos. Esta opción fue posible gracias al respaldo e impulso de la Comisión Pastoral de la Tierra.

Hasta el golpe militar, la Iglesia se había visto representada en las instituciones y era muy cercana al estado y a las élites, pero con la consecución del golpe se rompió dicha alianza. No hay que olvidar que la Iglesia apoyó en un primer momento el golpe militar, pero la debilidad de la Iglesia Católica en Brasil en ese momento, junto con el crecimiento de los poderes seculares y su falta de influencia, llevó a cambios internos por los que decidió cambiar su relación con la sociedad. Este giro también obedece a un incremento en el número de miembros progresistas en el seno de la Iglesia brasileña y al Concilio Vaticano II, con especial relevancia de la reunión regional que se celebró en Medellín y en la que numerosos obispos latinoamericanos expresaron su deseo de convertirse en la ‘opción de los pobres’.

En el caso particular de Brasil, la Iglesia Católica sirvió para legitimar el activismo rural e incluso cumplió una labor pedagógica crucial para la toma de conciencia de los campesinos. Numerosos miembros del clero buscaban generar una identidad religiosa y política combativa basada en muchos casos en la Teología de la Liberación. De hecho, ante las profundas transformaciones que tuvieron lugar en el campo por las políticas de modernización de los militares, algunos obispos, como los de la Amazonia, expresaban directamente una opinión contraria al sistema capitalista en conjunto, al que tildaban de envenenado. La base ideológica mezclaba el marxismo y el catolicismo, aunque con un concepto de clase que pretendía ser lo más amplio posible, e instaban a la población a tomar de conciencia de ello para variar su situación.

La geografía económica de Brasil explica en parte el MST. La actividad de cierto valor está en la costa y al sur del país, no en el norte. Fuente: Universidad de Texas
La geografía económica de Brasil explica en parte el MST. La actividad de cierto valor está en la costa y al sur del país, no en el norte. Fuente: Universidad de Texas

Además de una función ideológica, la Iglesia sirvió para organizar el movimiento y darle prestigio fuera de Brasil. Por un lado proveía de un servicio local, que movilizaba a la población, era un caladero de líderes y creaba vínculos comunitarios, y por otro, como institución internacional, conseguía apoyos y recursos de simpatizantes por el país y por el mundo. Curiosamente, el apoyo de la Iglesia y esta alianza se disiparían en la transición democrática del país, que no sobrevivió ni a la alianza de los movimientos rurales con el Partido dos Trabalhadores y con la CUT (Central Única dos Trabalhadores), ni al mayor peso del ala conservadora en la Iglesia brasileña con el Papa Juan Pablo II, con el que la Iglesia se alejaba de la visión de la Teología de la Liberación y adoptaba una postura conservadora.

No obstante, resulta hoy innegable la importancia del poso que dejó la Comisión Pastoral de la Tierra para la supervivencia del movimiento, no sólo a nivel ideológico, sino por las entidades organizativas que dejó, que refuerzan la identidad comunitaria y la importancia del papel de la educación como motor para el cambio y el activismo político. Cabe decir que una de las razones por las que este movimiento ha sobrevivido tantos años, es su robusta organización interna, sin perder por ello flexibilidad. Los peregrinajes que organizaba la Comisión Pastoral reforzaron su espíritu comunitario, y la importancia de la educación filosófica, además de la teológica, fue crucial para armar de contenido al movimiento.

Para ampliar: Estudio en profundidad sobre el papel de la Iglesia en el Movimiento Sin Tierra

Además de la organización interna, una de las señas de identidad de los campesinos sin tierra es la estrategia de ocupación de territorios improductivos para el asentamiento de familias. Esto empezó en 1979 cuando, inspirados por un economista del sindicato de campesinos, João Pedro Stédile, se ocupó un enorme territorio improductivo, la Hacienda Macali. Tras lograr su expropiación, este modus operandi se replicó durante los 80 y fue evolucionando desde esa primera ocupación: se realizaban acampadas en territorios como llamada al gobierno para negociar el asentamiento de familias en territorios baldíos, aunque no fueran obligatoriamente aquel donde habían acampado en un primer momento.

Esta táctica se mostró tan polémica como efectiva. La reforma agraria y el reparto equitativo de la tierra eran a menudo vistos como una cuestión marginal desde el gobierno, que respondía de forma parcial parcheando el problema y siempre en connivencia con la élite local y los grandes conglomerados empresariales de la industria agrícola. Las ocupaciones se realizaba tras una planificación meticulosa, buscando primero territorios improductivos, organizando los campamentos, asignando diferentes funciones a cada quien dentro de los mismos y elaborando rigurosos planes logísticos. A su vez, se planificaba una propuesta para negociar con el gobierno que había sido estudiada previamente por abogados del MST.

Papel en la transición y consolidación democrática  

Oficialmente, el nacimiento del movimiento tiene lugar en el encuentro en Cascavel (1984) donde se reunieron líderes de diversos movimientos rurales de desplazados. En esta reunión se afianzó el nombre del movimiento, Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, y se fijaron una serie de puntos ideológicos que ambicionaban unir a movimientos diversos en su origen y características. Entre los puntos compartidos estaban el acuerdo de mantener una presencia a nivel estatal y el de conservar su independencia frente a partidos políticos.

La reunión de Cascavel coincide con el ultimo año de dictadura militar, en el que el MST se asienta como nueva fuerza a nivel estatal, adoptando la consigna ‘sin reforma agraria no hay democracia’. A pesar de haber promulgado su independencia frente a partidos políticos, con la transición democrática aparecieron con fuerza como actores políticos el sindicato CUT y el Partidos de los Trabajadores, que recibieron con brazos abiertos las peticiones del MST. Aunque debe matizarse que en ocasiones existieron debates internos sobre la pertinencia de que los campesinos compartieran espacio político con los obreros urbanos.

Durante la dictadura militar había tenido lugar una profunda renovación y modernización del sector agrícola, que había hecho crecer su producción a pesar del clientelismo. Los años 80 trajeron consigo la crisis de la deuda que azotó a toda la región latinoamericana, y que supuso el impulso de medidas neoliberales apoyadas por las entidades financieras internacionales. En el caso de Brasil, estas políticas favorecieron a la élite rural debido a la decisión del gobierno de impulsar las exportaciones de productos primarios para pagar la deuda a los acreedores. Esta élite consiguió, a pesar de las consignas de libre mercado, una enorme cantidad de recursos estatales, así como protección a nivel institucional. El estado también consintió la apropiación, considerada en muchos casos fraudulenta, de importantes terrenos en el Amazonas.

Las medidas neoliberales, junto con el impulso del sector agrícola, atrajeron inversión extranjera y se asentaron en Brasil grandes conglomerados empresariales que tenían gran poder e influencia sobre el precio de los productos, el mercado de semillas y el de pesticidas. Por citar los más conocidos encontramos a Monsanto, a Bayer o a Dupont. Estas grandes empresas conforman a día de hoy un gran lobby que, junto con las élites locales, controlan la industria agrícola del país y vetan propuestas encaminadas a una distribución más equitativa de la tierra. La sobrerrepresentación del la élite rural en el Congreso, la llamada ‘bancada ruralista’, controla la agenda política en este tipo de temas y deja poco margen de decisión en la materia a los poderes ejecutivo y legislativo.

El MST jugó un papel significativo en la transición democrática del país y se convirtió en un apoyo para el Partido de los Trabajadores. Durante este periodo sufrió profundas transformaciones internas relacionadas con la ruptura de su alianza con la Iglesia, que supuso un duro golpe tanto a nivel organizativo como ideológico: la secularización del movimiento dividió a muchos de sus miembros. Ello no impidió que se le diera una importancia central a la cuestión agraria en la nueva Constitución brasileña de 1988, en la que se instituye como principio general la función social de la propiedad y se imponen una serie de requisitos a las propiedades rurales.

Así, en el Artículo 184 del Capítulo III de la nueva Constitución, se establece la posibilidad de expropiar por interés social mediante justa indemnización, salvo en el caso de propiedades pequeñas y medianas, y de aquellas que se mantengan productivas. Asimismo, en el Artículo 186 se fijan una serie de requisitos para que una propiedad cumpla una función social, a saber, su aprovechamiento racional y oportuno, la utilización adecuada de los recursos naturales con atención al medio ambiente o el que favorezca al bienestar de propietarios y trabajadores y cumpla con las disposiciones de regulación laboral. Otro artículo que plasma las reivindicaciones del MST es el 191, según el cual aquel que sin ser propietario de un inmueble, urbano o rural, posea como suya una superficie de tierra no superior a 50 hectáreas por cinco años sin interrupción y la haya puesto a producir con su trabajo, adquirirá la propiedad.

Pese a los múltiples intentos de criminalizar el movimiento, tanto por parte de la prensa, como por parte de los poderes judicial y político, que en ocasiones buscaban tildarlo de antidemocrático e ilegal, éste ha logrado tener un papel crucial en la transición democrática, dando voz a las clases populares rurales, proveyendo de organización a las mismas y defendiendo derechos básicos. Se ha consolidado como un actor con capacidad de negociar con las autoridades públicas, apoyar campañas, impulsar reformas legislativas y ganar batallas legales para implementar de forma efectiva lo dispuesto en la Constitución.

En un país con las disparidades económicas de Brasil, que frecuentemente se traducen en un abismalmente menor acceso a los recursos políticos y judiciales de las clases populares, el MST ha logrado canalizar las demandas de un importante número de población y ha realizado una labor social apremiante, que era lograr tierras para miles de familias campesinas desplazadas. Es más, ha propuesto una amplia gama de políticas al poder ejecutivo para resolver las cuestión de la desigual distribución de la tierra en un país que posee, según informes del gobierno brasileño, el 22% de las tierras cultivables del planeta, y en el que a pesar del crecimiento industrial, el sector primario y la población rural siguen ocupando un puesto importante en los indicadores económicos y sociales. En el siglo XXI, apenas un 1,6% de los propietarios detentan cerca del 50% del territorio cultivable y más de 4 millones de familias siguen sin tierra, por lo que la circunstancia que dinamitó la creación de este movimiento está lejos de haberse superado.

La resiliencia del movimiento

Durante el primer periodo de gobierno de Henrique Cardoso (1995-1998) se produjeron numerosos asentamientos, de hecho es quizá el periodo político en el que más asentamientos se concedieron, en parte facilitados por la caída en los precios en las propiedades rurales en esos años. Sin embargo, durante la Administración de Cardoso, cayeron las ayudas a los campesinos, y los intentos de criminalizar al MST y sus estrategias de ocupación fueron en aumento, especialmente después de su reelección en 1998.

Votos obtenidos por el Partido de los Trabajadores desde el año 2002
Votos obtenidos por el Partido de los Trabajadores desde el año 2002. Fuente: Ámbito Financiero

La conservadora prensa brasileña lo apoyó en su determinación de apartar al MST como actor en la arena política, y el movimiento pasó una época crítica durante la que muchos querían adivinar ya su final. A nivel internacional, el Banco Mundial secundó e impulsó iniciativas para un reparto de la tierra con el mercado como asignador de recursos, lo que minó aún más la labor de los sin tierra.

Con la victoria del presidente Lula da Silva del Partido de los Trabajadores en las elecciones de 2003, muchos ‘rurales’ –como se les llamaba frecuentemente– celebraron lo que creían que iba a ser una nueva era para el reparto de la tierra y la reforma agraria. Los compromisos con la industria agrícola y el sector energético frenaron muchas de las promesas de Lula y terminaron por decepcionar a los sin tierra. Pese a que el viraje pragmático del PT se sintió como un abandono de los ideales socialistas que compartía con el MST, este presidente no buscó criminalizar el movimiento y éste volvió a conseguir apoyos después de la oscura época que supuso el ostracismo mediático de la administración anterior.

Con Dilma Rousseff el número de asentamientos de familias se ha estancado y gran parte de las asignaciones de territorios se deben a procesos que se iniciaron antes de su llegada al gobierno. Las disparidades se mantienen y la propia ministra de agricultura, Kátia Abreu, llegó a negar en una entrevista la existencia de latifundios en Brasil. El enfriamiento en la relaciones con el gobierno central del PT se une a un estancamiento tanto en la redistribución de la tierra, que sigue siendo profundamente desigual, como con nuevos problemas que afronta el movimiento en el desarrollo de los asentamientos hacia un modelo competitivo.

Stédile, un economista que se presenta como una de las pocas caras visibles del movimiento, explica los cambios que ha atravesado el sector agrícola desde los años 60. En sus inicios, las reivindicaciones de los sindicatos campesinos meramente buscaban que los grandes propietarios les cedieran tierra en la que cultivar, hoy existen otros temas que resultan cruciales para una reforma agraria justa. La modernización de la agricultura y la entrada del sector en un mercado global con una competencia feroz contra los grandes conglomerados empresariales, trae consigo otras cuestiones que requieren, a ojos del MST una reformulación: el acceso al capital, el proceso agro-industrial, el know-how, y el modelo tecnológico. Una reforma agraria verdaderamente redistributiva, supone la democratización de estas cuestiones y no lo que se ha entendido hasta este momento como tal, que es básicamente expropiar terrenos improductivos y cederlos a familias sin tierra.

João Pedro Stédile , una de las caras más reconocibles del MST
João Pedro Stédile , una de las caras más reconocibles del MST

Hasta ahora se ha parcheado el problema con expropiaciones y cesiones, pero la dificultad hoy es avanzar desde la fase de subsistencia a una de producción y entrada en el mercado. Esto es cada vez más difícil y aunque existen organizaciones y universidades que colaboran con el know-how, existen a menudo problemas relacionados con la capacidad de producción de ciertos terrenos, la especialización o la imposibilidad de competir en un mercado copado por las grandes empresas.

En suma, el MST es un movimiento social que ha sobrevivido a contextos poco amigables, desde su gestación en la dictadura militar, hasta las sacudidas de la conservadora prensa brasileña. Su aliado político, el PT, parecer haber cedido ante los aprietos de la Realpolitik y el MST se enfrenta hoy a la difícil de tarea de hacer un hueco al modelo cooperativo en un mercado de grandes conglomerados empresariales y de dura competencia a nivel internacional, debida en gran medida al proteccionismo que en otras regiones acolchona este sector. Veremos si en los próximos años el movimiento continúa a flote y mantiene la misma capacidad de transformación.

Fuente: http://elordenmundial.com/regiones/movimiento-sin-tierra-brasil/

Fuente de la imagen: http://www.resumenlatinoamericano.org/wp-content/uploads/2016/04/mst.jpg

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Cuba destina el 70% de su presupuesto a sanidad, educación y seguridad social

Cuba/08 de Junio de 2016/Libre Red

Cuba abogó por un orden internacional justo y equitativo, que erradique la pobreza y el hambre, ponga fin a los conflictos bélicos, privilegie al ser humano como centro y preserve el medio ambiente.

“No negamos que existan logros en las pasadas décadas, pero resultan frágiles e insuficientes”, remarcó la ministra cubana de Trabajo y Seguridad Social, Margarita González, al intervenir en la sesión plenaria de la Conferencia Internacional del Trabajo, que tiene lugar en la ciudad suiza de Ginebra.

“Debatimos el trabajo decente para la paz, la seguridad y la resiliencia ante los desastres en un mundo donde las intervenciones en los asuntos internos de otros Estados, el derrocamiento por la fuerza o por otras vías de gobiernos soberanos y democráticamente elegidos por los pueblos, provocan retrocesos en las políticas sociales”, enfatizó.

González insistió en la importancia de aunar esfuerzos por erradicar las “lamentables circunstancias que caracterizan hoy al mundo del trabajo”.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) puede aportar contribuciones a la realización de la Agenda de Desarrollo hasta el 2030 y velar porque el objetivo 8 (fomentar el trabajo decente para todos) y sus metas, se concrete a través del cumplimiento de responsabilidades comunes para los gobiernos, pero diferenciadas, atendiendo a las realidades de cada uno, apuntó.

La ministra significó que en Cuba, el progreso hacia la actualización del modelo económico y la construcción de un socialismo próspero, sostenible e irreversible, preserva y potencia los principios de justicia e igualdad que han servido de base a la Revolución.

“Nuestra realidad se caracteriza por el derecho al trabajo sin discriminación; por la remuneración igual para mujeres y hombres por su desempeño; el derecho de todos los trabajadores a recibir protección de la seguridad social en los casos de enfermedad, accidentes, maternidad, invalidez y vejez y en caso de muerte a su familia”, precisó.

“Lo anterior se demuestra a partir de que el 70 por ciento de los gastos del presupuesto del Estado se destinan a garantizar los servicios de salud, educación y seguridad social de nuestra población, con programas dirigidos especialmente a los trabajadores y particular atención a mujeres y jóvenes”, subrayó.

La funcionaria recalcó que esos resultados se alcanzan a pesar de los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba, que es el “obstáculo fundamental para nuestro desarrollo económico”.

“El bloqueo no ha impedido ni impedirá cumplir con nuestros deberes de solidaridad y apoyo a los pueblos hermanos del Tercer Mundo, en particular a los que se enfrentan a las pretensiones de la derecha y el capital transnacional, de enterrar los logros sociales alcanzados en décadas de lucha”, puntualizó.

“Buscar soluciones en tiempos de crisis global es particularmente difícil, pero mantenemos las esperanzas de que al arribar al centenario de la OIT tengamos mayor conciencia de la necesidad de avanzar en la construcción de un futuro mejor, en cuyo centro se ubique, realmente, el ser humano, su dignidad y bienestar”, concluyó.

Fuente: http://www.librered.net/?p=45004

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