Por: Luz Palomino/CII-OVE
Cada 20 de noviembre el mundo conmemora el Día Mundial de las Infancias, una fecha que, más que celebratoria, expone la distancia entre los derechos reconocidos y las realidades que viven millones de niñas, niños y adolescentes. En América Latina y el Caribe, una región marcada por desigualdades estructurales, la deuda con las infancias sigue siendo profunda.
La pedagoga brasileña Nélida Piñon nos recuerda que “una sociedad se revela en la forma en que cuida a quienes no pueden defenderse”. Sin embargo, hoy las cifras muestran un panorama que exige acción urgente.
Violencias que persisten
Según el informe “Violencia contra Niños, Niñas y Adolescentes en América Latina” (UNICEF, 2024):
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1 de cada 4 niñas y niños en la región ha sufrido algún tipo de violencia física antes de los 15 años.
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El 32% de los adolescentes reporta haber sido víctima de violencia psicológica en el hogar.
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1 de cada 5 niñas ha enfrentado algún tipo de violencia sexual antes de cumplir 18 años.
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Más de 13 millones de niños viven en contextos donde la violencia armada limita su libertad, educación y salud.
En algunos países estos niveles de violencia llegan a extremos: por ejemplo, en Haití, Jamaica y Surinam, más del 80% de los niños entre 1 y 14 años experimentan castigos violentos. UNICEF+1
Esto demuestra que la agresión en la crianza no es solo un tema doméstico: es una cuestión cultural y estructural.
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2023) documenta que:
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El 25% de las mujeres y el 10% de los hombres reportan haber sufrido abuso sexual en la infancia.
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En América Latina, los casos de explotación infantil en línea aumentaron más del 30% entre 2020 y 2023, según la Interpol.
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, en sus ensayos sobre libertad y niñez, afirmó que “la violencia hacia los niños es la forma más cobarde de la brutalidad humana”. Las cifras actuales, lamentablemente, le dan la razón.

Infancias latinoamericanas en desigualdad
La pobreza infantil sigue siendo uno de los desafíos más persistentes:
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39% de las niñas y niños de ALC vive en pobreza, y
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8.4% en pobreza extrema (CEPAL, 2024).
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En algunos países del Caribe, la pobreza infantil supera el 45%.
El educador brasileño Paulo Freire sostenía que “ningún niño nace marcado para la marginalidad”. Sin embargo, millones de niñas y niños siguen impedidos de ejercer plenamente sus derechos básicos: alimentación, salud, educación, juego y protección.
Los entornos digitales: un nuevo territorio de riesgo
Mientras gobiernos celebran la expansión digital, UNICEF advierte:
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1 de cada 3 niñas y niños en la región sufre ciberacoso.
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El 20% de los casos de abuso sexual infantil incluye contacto inicial vía redes sociales.
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La mitad de los menores no cuenta con supervisión adulta significativa durante su uso de internet.
No se puede hablar de derechos en el mundo digital sin condiciones materiales que los sostengan y adultos capaces de acompañar.
El Día Mundial de las Infancias no es un festejo: es un llamado
Desde 1959, cuando la ONU adoptó la Declaración de los Derechos del Niño, esta fecha busca recordarle a los Estados su responsabilidad. Pero en América Latina aún hay un abismo entre las leyes y la vida cotidiana.
El escritor colombiano Germán Castro Caycedo escribió alguna vez que “un país que no escucha a sus niños está condenado a repetir sus tragedias”. Sus palabras resuenan hoy con fuerza.
Las organizaciones de infancia insisten en medidas urgentes:
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Sistemas de protección robustos y financiados.
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Más políticas de prevención del abuso sexual infantil.
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Educaciones que integren la ciudadanía digital crítica.
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Apoyo a familias cuidadoras en contextos de pobreza.
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Participación real de niñas, niños y adolescentes en políticas que les afectan.
Porque las infancias no son “el futuro”: son el presente más urgente de América Latina.
El Día Mundial de las Infancias no puede seguir siendo una fecha simbólica ni un gesto protocolar. Las cifras muestran que América Latina mantiene una deuda histórica con quienes deberían ser el centro de toda política pública.
Escucharles hoy implica atender el sufrimiento que las estadísticas revelan, pero también la esperanza que representan. Porque cuando una infancia es protegida, todo un país encuentra futuro.
Fuentes:
Castro Caycedo, G. (2004). Dejad que los niños vengan a mí. Planeta.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe. (2024). Panorama Social de América Latina y el Caribe. CEPAL.
Europol & Interpol. (2022). Child Sexual Exploitation and Abuse (CSEA) Threat Assessment. Europol.
Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores.
Organización Mundial de la Salud. (2023). Global Status Report on Violence Against Children 2023. OMS.
Piñon, N. (2005). Aprendiz de Homero. Alfaguara.
UNICEF. (2024). Violencia contra niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Vargas Llosa, M. (1993). Desafíos a la libertad. Tusquets.







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