Presentación del tema: Identidades y culturas en la educación de la primera infancia en la Conferencia Internacional OMEP 2019.

Por: OMEP. 

La educación es un derecho humano que, facilita el goce de los demás derechos y la ciudadanía de cada ser humano, por esta razón, nadie debe quedar excluido/a en su acceso. En la Agenda 2030, todos los países del mundo se han propuesto trabajar por una educación inclusiva, equitativa y de calidad y un aprendizaje a lo largo de la vida para todos. La educación comienza con el nacimiento y es en la primera infancia cuando se forman las bases para un desarrollo humano integral, pleno y potente. Ese proceso sólo es posible a través de relaciones sociales ricas y propositivas, en el marco de cada cultura. Los vínculos de niños y niñas con sus familias, personas significativas, sus pares, sus maestros/as, vecinos/as, profesionales, miembros de la comunidad y otros, son los dispositivos sociales que les permiten ir construyendo su realidad, otorgándole significado a las relaciones que establece, posibilitando el conocimiento y la apropiación cultural.

En la Conferencia Internacional 2019, la OMEP propone reflexionar:

  1. sobre la diversidad de las identidades presentes en la atención y educación de la primera infancia, y
  2. sobre las culturas en las cuales el desarrollo se hace posible.

Pensar la diversidad y pluralidad en las formas de ser niño/a, de cada familia y de cada educador/a es dar cabida a variados modos educar, de vivir y de desarrollarse. Es reconocer que la función de la educación debe transcender los espacios institucionalizados y extenderse hacia todos los ámbitos donde vive y crece la infancia. Reconocemos que la formación humana se produce en contextos diversificados que poseen dinámicas particulares e identidades culturales y sociales propias. Por ello también, proponemos pensar críticamente el adulto-centrismo, los colonialismos y los patriarcalismos, poniendo de relieve la importancia de trabajar para el logro de la equidad, la inclusión y la igualdad de género.

También queremos destacar y visibilizar que, la participación de niños y niñas en la vida cultural de la comunidad es un derecho desde el nacimiento y un elemento importante para la pertenencia y la identidad de las infancias: Los niños y las niñas deben disfrutar y experimentar la vida cultural de su familia, comunidad y sociedad. Pero, además, debe reconocerse que los niños y las niñas adoptan, transforman, crean y transmiten la cultura a través del juego imaginativo, el arte y otras actividades, traduciendo y adaptando sus significados a través de su propia experiencia generacional y forjando una «cultura de la infancia”.

Fuente de la reseña: https://omeppanama.com/

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