Nodal
En la región de los Valles Calchaquíes, rodeadas por los cerros de Chicoana (Salta), más de 250 personas indígenas inauguraron hoy el Tercer Parlamento Plurinacional de Mujeres Indígenas y Diversidades por el Buen Vivir.
A 50 kilómetros de la capital provincial, representantes de más de 20 naciones originarias -la mayoría del territorio argentino, pero también hermanas procedentes de Bolivia, Perú y México- se reúnen hasta el miércoles 25 de mayo. El objetivo del encuentro: compartir experiencias de sus territorios y construir una agenda común con el eje de la lucha contra el terricidio y la abolición del chineo, la violación a niñes indígenas por parte de criollos.
Muchas de las personas que participan del encuentro vienen trabajando desde hace dos años con el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir -quien convocó al Parlamento- en una campaña para difundir este abuso implantado desde la colonización, que se declare imprescriptible y crimen de odio. En la actualidad, la práctica tiene mayor arraigo e impunidad en el norte de Argentina, por eso se eligió este lugar para el encuentro. Pero también porque Salta es una de las provincias con mayor diversidad étnica: hay más de 14 de los 35 pueblos naciones indígenas de Argentina.
La primera jornada del Parlamento comenzó con una ceremonia conducida por las autoridades espirituales de cada nación indígena. Alrededor del fuego, se agradeció a la madre tierra y a lxs ancestrxs por poder estar reunidxs, se realizaron ofrendas y se elevaron cantos en distintas lenguas. Se trata del 3er. Parlamento de Mujeres Indígenas (el primero fue en 2015 en Ensenada, Buenos Aires, y el segundo en Las Grutas, Río Negro) y el primero que abraza de manera explícita a la diversidad sexual.
Tras compartir el desayuno, la weychafe (guerrera) mapuche Moira Millán, del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, dio la bienvenida y agradeció a todas las personas que hicieron posible el encuentro.
Y resaltó que sabía que no sería fácil hacer este Parlamento en Salta, un lugar históricamente discriminatorio con la diversidad. Sin embargo, la mayoría de las personas que asisten provienen de esta provincia y de su vecina Jujuy. También aclaró que la gran mayoría de las mujeres indígenas aquí presentes no se identifican como feministas “sino como antipatriarcales”.
Luego las hermanas formaron una gran ronda para presentarse y contar sobre sus territorios y culturas de procedencia. Al Parlamento llegaron hermanas de las naciones Quechua, Wichi, Qom, Diaguita, Charrúa, Mapuche, Moqoit, Tapiete, Ava Guaraní, Chorote, Chulupí, Chané, Weenhayek, Simba Guaraní, Guaycurú, Lule, Diaguita Calchaquí, Purépecha y Huarpe.
«Soy enfermera. Soy traductora. Soy docente. Soy artesana. Soy técnica en desarrollo indígena. Soy de la asamblea de mi comunidad. Soy guardiana de semillas. Soy guardiana de territorios. Soy guardiana del arte textil. Soy comunicadora. Soy cantora», fueron algunas de las formas cómo se presentaron.
–He nacido para cantar y transmitir las energías de mis abuelos. Vengo a los territorios a entregar parte de eso, dijo una hermana llegada desde Bolivia.
–Soy una persona trans y dos espíritus, vengo de Chile representando a nuestros ancestros.
–Soy trans y mapuche. Nosotras también somos indígenas y voy a resistir en donde sea, en el territorio que lo necesite.
–Gracias por incluir a la diversidad en este parlamento. Existimos y resistimos.
–Venimos a curar nuestras matrices como mujeres y nuestra alma, dijo una hermana kolla.
–Vengo porque hemos sufrido muchos hechos de violencia.
–Quiero recordar que las mujeres organizadas podemos mucho y ser una voz de lucha contra todo lo que pasa.
–Vengo de Salta, una provincia que nos intenta enmudecer. Pero acá las mujeres tomamos el mando y la voz, y esa es la fuerza que les queremos transmitir a ustedes.
–Estamos acá porque queremos que nuestras voces sean escuchadas en todo el mundo para que podamos salir adelante.
–Venimos para unir nuestras voces, nuestro pensamiento y nuestra energía espiritual para luchar por los mismos objetivos.
“Soy Pía, orgullosamente travesti, orgullosamente indígena. Vengo a decir basta de chineo y de violencia a nuestras compañeras trans. Gracias por estar acá y por el afecto. Con nuestras ancestras en el corazón. Las travestis nos sumamos a la lucha contra el territorio”, dijo la activista travesti y afroindígena salteña Pía Ceballos.
Día de la lucha global contra el terricidio
Tras el almuerzo, las hermanas se juntaron para la primera reunión plenaria donde fueron tomando la palabra, en castellano, pero también en distintas lenguas originarias, para contar qué significa ser una mujer o disidencia y defender el territorio. Allí se habló sobre el avasallamiento a los derechos básicos, así como la represión por parte de los estados al defender sus comunidades de los avances extractivistas.
“Desde el Movimiento de Mujeres Indígenas decidimos usar la palabra terricidio porque es más abarcativa que ecocidio. Se trata no solo del asesinato de la naturaleza sino también de la destrucción de nuestros espíritus y nuestros cuerpos” dijo Evis Millán, hermana mapuche. Desde hace tres años se instauró el 22 de mayo como el día de lucha global #BastaDeTerricido.
“En el norte estamos luchando contra los agrotóxicos. Vivimos rodeadas de plantaciones de soja. Estamos cerca de la pista donde cargan el veneno. Nos han arrinconado. Estamos enfermando”, dijo Nancy López, cacica, comunicadora de la radio La Voz Indígena y perteneciente al pueblo Weenhayek.
El Parlamento sigue hasta el miércoles 25 de mayo con talleres -entre ellos, uno de Comunicación que coordina Agencia Presentes-. “El liderazgo es telúrico y es indígena”, dijo Millán. Y una de las hermanas resaltó: “Cuando las mujeres estamos convencidas de llevar adelante una lucha no nos importan las fronteras”.