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La importancia de reconstruir la deteriorada relación entre padres y profesores

Por: Eva Bailén

Para educar unidos en equipo necesitamos conocernos y hablar unos con otros, y no juzgar a la mayoría por los actos de unos pocos

A la palabra confianza solo le falta dos de las cinco vocales: la e de educar y la ude unión. Esa unión que hace falta para trabajar en equipo. La unión que hace falta para educar a nuestros hijos con confianza en casa y en la escuela.

Hace unos días, Gestionando Hijos y la fundación SM presentaron los resultados del primer estudio sobre la percepción de los educadores en torno al rol de madres y padres en la educación, entendiendo en este caso por educadores a los profesores. Aunque evidentemente los padres y madres también somos educadores. Bajo el lema de El mejor colegio del mundo, acompañaron los datos del estudio con un emotivo video en el que varios niños soñaban en voz alta con un colegio ideal mientras, al otro lado del telón, los padres de esos niños escuchaban emocionados los comentarios de sus hijos. Efectivamente, para los niños, en el colegio ideal no faltaban la confianza mutua y la unión para educar de padres, madres y docentes.

Desde el año 2016, Gestionando Hijos trabaja en impulsar el equipo educativo, primero con su Pacto por la Educación en equipo, y ahora precisamente con el sello “equipo educativo” que otorgan a las empresas que primen la conciliación entre sus trabajadores. Como dice Leo Farache, director de esta plataforma, que familias y escuela hagan equipo es fundamental para el progreso y el bienestar de nuestros hijos. Como poco, serán más felices si ven que nos gusta remar en la misma dirección. Pero es que además los datos apuntan que su rendimiento también mejora.

Debemos estar muy mal para necesitar un pacto por la educación en equipo. Las cosas deben estar llegando muy lejos cuando nos tienen que recordar lo importante que es confiar, y educar desde la unión. El estudio en sí es un elogio a la importancia de la confianza, poniendo de manifiesto la necesidad de que padres y madres apoyemos a los maestros y profesores. Para ellos es crucial que vayamos a las tutorías y a las reuniones de padres, y que confiemos en su trabajo. Y también lo es para nuestros hijos.

Además de ser madre, tengo alguna experiencia como profesora, y también he visitado unos cuantos centros educativos, enriqueciendo mi percepción sobre la educación. Por eso creo que puedo añadir alguna cosa más a lo que se trató en la presentación del estudio. Si eché de menos algo fue precisamente más evidencias de que para hacer equipo educativo también se necesita confianza en los niños y adolescentes y en los padres y madres. Me quedé un poco con el regusto de que solo somos los padres los que tenemos pendiente confiar más en los maestros, cuando en general, creo que falta confianza en todas direcciones. Digamos que en muchos casos está muy deteriorada la relación y hace falta volver a reconstruirla. Ya lo decía Carles Capdevilla: la relación entre maestros y padres es muy complicada.

Como en todo esto desempeña un papel crucial el tema de la conciliación, me parece estupenda la labor que hace Gestionando Hijos pidiendo a las empresas un compromiso para que permitan a los padres y madres salir del trabajo para ir a una tutoría, una reunión, un festival, o para llevar a los niños al colegio el primer día de clase. Pero a veces, aunque los padres no tengan problemas para acudir a las tutorías, el problema lo tienen los profesores para poder darles una cita o para poder atenderlos. Mi experiencia tras 15 años de guarderías, colegios e institutos, públicos, mayoritariamente, es que no todo es culpa de la conciliación ni de la falta de interés o cooperación de los padres.

Las clases tienden a estar un tanto masificadas, por lo que conseguir una tutoría, si además hay que usar el sistema de la agenda, lo cual ocurre a menudo, ya que en muchos casos no hay medios digitales para comunicarse con el profesor, puede implicar varios días lectivos en los que la agenda tendrá que ir y venir del colegio para al final tener un aplazamiento de un mes o más para lograr esa tutoría. Con 20 o 30 alumnos por clase y una elevada carga lectiva los profesores están frecuentemente desbordados y, por supuesto, también necesitan conciliar. No podemos esperar que para que nosotros podamos hacerlo, nos atiendan fuera de nuestro horario de trabajo, cuando tampoco lo es para ellos. Lo realmente triste es que, para comunicarnos o vernos con un profesor, hoy en día con los medios tecnológicos que hay, lleguen a transcurrir varias semanas, y así me parece complicado hacer equipo educativo.

El equipo, según lo veo yo, consiste en que cuando cualquiera de los integrantes necesita a los demás, estos respondan positivamente y en los plazos necesarios. Igual que un profesor necesita que un alumno haga su trabajo en el momento adecuado, para lo cual los padres muchas veces estamos ahí apoyando desde casa, los padres a veces necesitamos una tutoría en un plazo de pocos días y no de varias semanas.

Nadie le exige a un profesor que ponga a disposición de los padres y de los alumnos una dirección de correo electrónico, una encuesta de Doodle, un canal de telegram, o incluso su Whatsapp, pero he conocido a muchos que lo hacen, aunque no se lo paguen, como un bonito gesto de confianza en los padres de sus alumnos y por consiguiente en los propios niños. Y los padres lo agradecemos tanto como los profesores agradecen que vayamos a las tutorías, a las reuniones, a los festivales o a llevar a los niños al colegio el primer día de clase. Lo agradecemos porque vemos que el equipo funciona: yo confío en los demás, incluido el niño, y también confían en mí. Sin olvidarnos de que, desafortunadamente, por lo general, la esfera adulta confía poco en los niños, menos aún si son adolescentes, y apenas se les escucha. Si los escucháramos más, e hiciéramos un esfuerzo por entenderlos, también nos iría mejor.

Pienso que, además de impulsar medidas que faciliten el que los padres no se pierdan los momentos más importantes de la educación de sus hijos, pidiendo a las empresas un compromiso que facilite la conciliación, y hacernos ver lo necesario que es que confiemos en los profesores, habría también que reivindicar que los profesores dispongan de medios y tiempo para atender a los padres en su horario de trabajo, por supuesto. Y los medios pueden ser tan simples como una cuenta de correo electrónico. La cual no tendrían por qué atender fuera de su horario, aunque muchos ya lo hacen, si su carga lectiva fuera menor, o si su horario contara con tiempo para ese menester. Estaría muy bien, porque a veces se percibe que los que no lo hacen, además de por razones de horario y carga de trabajo, lo hacen por falta de confianza. Porque los padres podemos ser muy pesados, y el correo electrónico es muy fácil de usar. Pero para educar unidos en equipo necesitamos confiar unos en otros, y no juzgar a la mayoría por los actos de unos pocos. No todos los padres son unos insensatos, como tampoco lo son todos los profesores.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/02/04/mamas_papas/1549277055_998155.html

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Piensa más… y acertarás

Por: Pedro Uruñuela

El desarrollo y aprendizaje del pensamiento crítico es posible en las aulas, en cualquiera de las materias. Con él, el alumnado será capaz de una mayor creatividad en la búsqueda de soluciones a problemas o en la detección de información falsa.

La preocupación por las “fake news”, las noticias falsas ha aumentado considerablemente. Hace poco leíamos que el presidente Trump, en sus dos años de mandato, había lanzado casi 8.000 noticias, difundiendo situaciones, afirmaciones o problemas que eran totalmente falsas. Ante el auge de este tipo de hechos, algunos periódicos digitales han incluido en sus páginas una sección dedicada a desmontar bulos y otras noticias falsas.

Las consecuencias para la convivencia son claras. Una manera de reforzar el discurso del odio es lanzar una noticia falsa, que señala a un colectivo concreto (emigrante, refugiado, gitano, etc.) como responsable de algo que ha pasado y que no es cierto: desde un grupo robando en un supermercado a otro agrediendo al personal sanitario en un hospital, pasando por otras situaciones que sirven al desprestigio de un determinado colectivo. Son mucho quienes, sin ningún tipo de reflexión previa, se creen lo que leen a pies juntillas, reforzando actitudes que llevan al desprecio e, incluso, al odio hacia estas personas y grupos.

¡Cuántas noticias falsas, rumores y acusaciones se propagan de esta manera! Son muy pocas las personas que se preguntan por su veracidad, por su origen, por la validez de sus fuentes. Rumores infundados, acusaciones falsas, atribuciones de hechos que no son ciertos, como el uso indiscriminado y abusivo de determinados servicios o la mayor facilidad para el acceso a las ayudas sociales. Se aceptan tal y como se escuchan, reforzando prejuicios hacia personas y colectivos que en nada contribuyen a una buena convivencia.

De esta forma se plantean también algunos conflictos en los que pueden estar implicadas personas de determinados colectivos no mayoritarios. Así, es posible escuchar cómo hay más maltratadores de mujeres entre el colectivo inmigrante que entre los del país; o cómo se dan más problemas de convivencia en barrios donde hay un porcentaje alto de personas ‘distintas’, sin aportar ni un solo dato que justifique y demuestre estas afirmaciones.

La falta de sentido crítico subyace a estas actitudes. No se analizan las fuentes de las que proceden, no se miden sus consecuencias, no se busca contrastar los datos que se manejan. Solo se recuerdan los datos que favorecen esa idea concreta, dejando de lado aquellos que la contradicen. Un único caso, que al parecer han conocido, se convierte en categoría y se generaliza a todos los miembros de ese colectivo. Y así podrían ir describiéndose el desarrollo de muchas situaciones, prejuicios o estereotipos, o la narración de un conflicto en concreto. Por eso es imprescindible trabajar el pensamiento crítico, el pensamiento que se pregunta por el origen y evidencia de estas noticias, por la base en la que sustentan, por su fiabilidad y credibilidad.

Desarrollar el pensamiento crítico es fundamental para la consolidación de la convivencia positiva. Hemos insistido en numerosas ocasiones que, para el crecimiento de ésta, era importante trabajar las capacidades que la hacen posible, señalando en primer lugar el desarrollo de los diversos tipos de pensamiento y del pensamiento crítico. Como se suele decir, si una persona tiene hambre y le proporcionas un pez, calmará su hambre ese día. Pero si le enseñas a pescar, habrá solucionado el problema para toda su vida. En la convivencia sucede lo mismo: enséñale a pensar junto con otras capacidades, no te limites a acciones puntuales, y le habrás facilitado el desarrollo de la convivencia positiva en cualquier escenario y para toda la vida.

El pensamiento crítico parte de no dar nada por cierto, por preguntarse cuáles son las bases en las que se apoyan determinadas afirmaciones, cuáles son las evidencias, el origen de las noticias, cuáles son los argumentos que dan consistencia y sirven de base a las opiniones o proposiciones que se escuchan en la calle y en los medios de comunicación.

El pensamiento crítico no trata de establecer cuál es la verdad e imponerla a todas las personas. Por el contrario, busca “enseñar a pensar”, a cuestionarse las afirmaciones que nos llegan, a indagar en las razones en las que se apoyan. Implica una forma de trabajo, una manera de abordar los temas, una actitud ante los hechos y sucesos. Supone un planteamiento contrario al dogmatismo, a la verdad absoluta que no se discute, que se impone de forma acrítica y, en muchas ocasiones, a través de la fuerza. Es el polo opuesto al adoctrinamiento, que busca introducir en la otra persona una determinada visión de las cosas, sin dejar hueco para su cuestionamiento y análisis.

En nuestros tiempos, el trabajo y desarrollo del pensamiento crítico se ha convertido en una necesidad de primer orden, teniendo en cuenta la globalización y difusión que tienen las ideas y noticias en nuestra sociedad. Enseñar a pensar es una de las tareas fundamentales de la educación de nuestros días, si verdaderamente buscamos hacer personas autónomas e independientes. Necesitamos superar el viejo planteamiento de nuestro Antonio Machado (Proverbios y Cantares, 85) de que “en España, de diez cabezas nueve embisten y una piensa”.

¿Cómo se puede trabajar el pensamiento crítico? ¿Cómo se puede capacitar de esta forma a los alumnos y alumnas para una buena convivencia? Trabajando y desarrollando los diversos tipos de pensamiento, aprendiendo su uso y práctica en todos los niveles, tanto escolares como de la vida fuera del centro. Siguiendo a Spivack y Shure, son cinco los tipos de pensamiento que hay que trabajar.

En primer lugar, el pensamiento causal, el pensamiento que describe los hechos sin mezclarlos con valoraciones ni evaluaciones, que se pregunta por las causas que los han provocado, que busca y sabe encontrar la información y sabe interpretarla. Se trata de un pensamiento diagnóstico que sabe definir bien el problema y atribuirlo a sus causas verdaderas.

Muchas de las falsas noticias, de los bulos y prejuicios que recorren las redes, no resistirían un análisis desde este tipo de pensamiento causal: se mostraría su base emocional y no racional, la falta de bases fiables, la debilidad de sus apoyos, etc.

En segundo lugar: el pensamiento alternativo, la capacidad de imaginar el mayor número de soluciones posibles ante un problema o conflicto, superando el pesimismo de que no se puede hacer nada y la actitud de querer solucionarlo todo por las malas. Se trata de buscar el mayor número posible de salidas, algo que nos suele costar mucho a las personas y, en especial, a los docentes. Es el pensamiento de la creatividad, imprescindible para una relación humana justa, eficaz y asertiva. Se trata de un tipo de pensamiento imprescindible a la hora de abordar los conflictos buscando salidas pacíficas y positivas.

El pensamiento consecuencial es el tercer tipo de pensamiento. Frente a la impulsividad o improvisación, plantea analizar las consecuencias de nuestros actos, ya que estas van a determinar cuál de las propuestas es la mejor. En cuarto lugar, el pensamiento de perspectiva nos lleva a ver las cosas desde el punto de vista del otro, sintonizando afectivamente con él, algo fundamental para una buena convivencia. Es un pensamiento clave para la no violencia y no agresividad, el pensamiento de la sintonía y la comprensión.

Por último, en quinto lugar, el pensamiento medios-fin, que concreta y precisa los objetivos propios, los ordena según la prioridad y sabe planificar los medios necesarios para alcanzarlos en el tiempo propuesto.

El desarrollo de estos tipos de pensamiento es posible a lo largo de la acción docente habitual del profesorado, buscando la aplicación en el aula de cada uno de ellos, planteando a los alumnos y alumnas preguntas adecuadas acerca de qué es lo que hay que hacer, cuáles son las formas posibles de hacerlo, cuál es la mejor y qué necesitamos para conseguirlo, algo que se puede hacer desde todas las áreas del currículo. También pueden trabajarse de manera específica para el análisis de conflictos o situaciones de mejora de la convivencia. El dominio de los cinco tipos de pensamiento es fundamental para el trabajo del alumnado mediador o ayudante, y así se trabaja en su formación.

Sobre la base de los cinco tipos de pensamiento se hace posible el pensamiento crítico. Se aprende a distinguir la base de las afirmaciones falsas acerca de determinados colectivos, o de la propaganda que nos quiere hacer ver lo que a determinados negocios les interesa. Suele decirse lo de “piensa mal y acertarás”. Es mucho mejor decir que “piensa MÁS y acertarás”.

Imagen y fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2019/02/12/piensa-mas-y-acertaras/

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Programa profesional guatemalteco gradúa a casi cuatro mil docentes

Centroamérica/Guatemala/14 Febrero 2019/Fuente: Prensa Latina

El Programa Académico de Desarrollo Profesional Docente (Padep) llegó hoy a su quinta promoción con la entrega de títulos universitarios a casi cuatro mil maestros guatemaltecos.
En un acto en el Domo Polideportivo de esta capital, tres mil 913 docentes de Alta Verapaz, Baja Verapaz, Chiquimula, Huehuetenango, Petén, Quiché, Sololá, San Marcos y Totonicapán, recibieron su documento de profesionalización de Preprimaria y Primaria Intercultural, así como de Preprimaria y Primaria Bilingüe Intercultural.

Los recién graduados podrán tener derecho a un aumento salarial de 600 quetzales mensuales (79 dólares) que les asegura el pacto colectivo acordado el 24 de enero último por el gremio sindical.

Según el acuerdo, a partir de 2020 el incremento llegará a 700 quetzales (92 dólares), y gozarán de las ventajas de sueldo escalonado, un 10 por ciento este año y cinco por ciento el próximo, así como de un bono navideño, recordaron fuentes cercanas al Ministerio de Educación (Mineduc).

Profesores entrevistados aseguraron que fueron dos años y medio de esfuerzo y estudio, pero salieron bien preparados y ahora su trabajo en las aulas será más profesional.

El Padep es impulsado por el Mineduc, cuenta con el apoyo de la Universidad de San Carlos de Guatemala, y suma hasta la fecha 20 mil 782 docentes.

Comenzó el 4 de julio de 2009 en 45 municipios priorizados de nueve departamentos con el fin de elevar el nivel académico y mejorar el desempeño laboral en los distintos niveles y modalidades educativas del sistema escolar público.

La séptima promoción del Padep ya se encuentra en las aulas e incluye a más de seis mil mil docentes.

A la actividad de este miércoles asistieron el presidente guatemalteco, Jimmy Morales, y el líder sindical Javier Acevedo, quienes se refirieron en sus intervenciones a las ventajas para los recién graduados del pacto colectivo y el camino recorrido para su firma, el cual incluyó masivas manifestaciones en 2018.

Por su parte, el ministro de Educación, Ã’scar Hugo López, exhortó a los maestros a que pongan en favor de los niños los conocimientos adquiridos y que sean la diferencia en la enseñanza educativa en las aulas.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=252857&SEO=programa-profesional-guatemalteco-gradua-a-casi-cuatro-mil-docentes
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Jornada de paro de educadores en Colombia

América del sur/Colombia/14 Febrero 2019/Fuente: Prensa Latina

La Federación Colombiana de Educadores (Fecode) protagonizará hoy un nuevo paro nacional en defensa de la enseñanza pública y en rechazo a la política injerencista del gobierno contra Venezuela.
El sindicato de maestros colombianos también saldrá a marchar por las principales ciudades del país en desacuerdo con irregularidades en la prestación de los servicios de salud y en acto de condena a los asesinatos de líderes sociales.

La protesta está dirigida, además, contra el proyecto de Plan Nacional de Desarrollo (PND) presentado por el Ejecutivo ante el Congreso, el que, según Fecode, carece de un enfoque de derechos laborales y de promoción de la justicia social.

Fecode y la Central Unitaria de Trabajadores critican el PND por considerar que alienta formas laborales precarias que profundizan la desigualdad y las brechas estructurales que afectan a Colombia.

Con respecto a Venezuela, el gremio magisterial suscribió esta semana una carta enviada al presidente colombiano, Iván Duque, en la que 22 congresistas y cientos de intelectuales y organizaciones sociales le pidieron desmarcarse de cualquier acción belicista contra el gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

Sobre el sistema de salud, el gremio sostiene que siguen demorando procedimientos a los pacientes y cataloga de injustificados los atrasos en la entrega de medicamentos, entre otras deficiencias.

Opina Fecode, asimismo, que la educación debe garantizarse de forma gratuita desde el preescolar hasta la Universidad para garantizar el derecho universal a la enseñanza.

En esta capital, la movilización comenzará a las 08:00, hora local, con marchas desde diferentes barrios de Bogotá que concluirán en el Ministerio de Educación.

También están previstas manifestaciones en las ciudades de Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Montería, Tunja, Pereira e Ibagué, entre otras.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=252869&SEO=jornada-de-paro-de-educadores-en-colombia
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Características de los docentes en Colombia

Por: Ángel Pérez Martínez

Algunos maestros y directivos docentes discuten si requerimos doctores trabajando como docentes en las aulas escolares, o si el país requiere más bien un magisterio con nivel de maestría y una fuerte valoración.

Por fortuna hoy en el mundo se reconoce la profesión docente como una de las más importantes de la sociedad, dado su impacto en la calidad de la educación, en el crecimiento económico, en la formación para el desarrollo de la convivencia y la ciudadanía, y en factores que han tomado relevancia, como el manejo de las emociones y la felicidad de los niños y jóvenes en el aula y en las instituciones escolares. Sin olvidar los efectos positivos que puede lograr un colegio con buenos maestros en un entorno pobre y conflictivo.

El Banco de la República ha publicado un estudio sobre quiénes son los docentes en Colombia, en donde se realiza una descripción detallada de los docentes del sector oficial en el país, a partir de la información sobre las plantas de personal docente del Ministerio de Educación Nacional y de los resultados en las pruebas SABER 11.

Dicho estudio, que recomiendo a los docentes, sindicatos y a quienes trabajan en educación, suministra información relevante sobre la organización y composición del sector educativo en la que el MEN y el Congreso Nacional se deberían apoyar para debatir la propuesta educativa en el Plan Nacional de Desarrollo 2018 – 2022.

A continuación, destaco algunos puntos relevantes de esta investigación:

En Colombia en 2017 había 318.655 docentes oficiales, de estos, 299.017 se desempeñaban en cargos docentes y 19.638 en cargos directivos; adicionalmente, 261.297 maestros (82%) tenían nombramiento en propiedad y el resto (57.358) nombramientos provisionales. De acuerdo con la matrícula oficial del mismo año, calculada en 7.849.066 estudiantes según DANE, tendríamos un promedio nacional de 26,2 estudiantes por docente. Vale aclarar que, como aún no alcanzamos un gasto educativo que atienda costos de calidad, para el pago de salarios y prestaciones de estos docentes se destina el 86% de los recursos del Sistema General de Participaciones (SGP), razón por la que la mayoría de las entidades territoriales no cuentan con recursos para funcionamiento y mantenimiento de los colegios, dotaciones, aulas especializadas, inclusión y otras variables que afectan dicha calidad.

Los docentes oficiales tienen una edad promedio de 47,4 años y en su mayoría son mujeres (64,9%); sin embargo, por niveles, se destaca que el 75,7% de los docentes en primaria son mujeres, mientras que en secundaría están más repartidos: las mujeres representan el 52%. Esta característica se asocia con el hecho de que la mayoría de los docentes de secundaria (58,3%) se rigen por el nuevo Estatuto Docente, decreto 1278 de 2002, y en primaria sólo lo hace el 48,2%.

Para contrastar, los profesores de los países de la OCDE tienen una media de edad de 43 años, Inglaterra y Bélgica tienen los profesores más jóvenes, con una media de edad de 39 años, mientras que Italia tiene los docentes con la media de edad más alta, 49 años (TALIS 2013). Así mismo, de los 34 países que participaron en la encuesta TALIS del 2013 se encontró que el 67% de los encuestados son mujeres y en 22 países ellas representaron más del 75% de total de los docentes.

Es de resaltar, por otra parte, que el país empieza a contar con un magisterio oficial muy bien formado: el 91,9% de los docentes tienen título profesional y 9% son normalistas y técnicos o tecnólogos; el 41,1% tiene títulos de posgrado, cifra bastante significativa. Ahora bien, se encuentran diferencias en la formación de los maestros cuando se analizan los niveles educativos donde ellos enseñan: el 100% de los docentes de secundaria tienen como mínimo un título profesional (incluidas las carreras pedagógicas), esta proporción en primaria sólo llega a 83,8%. Así mismo, el 42,2% de docentes en secundaria tienen formación de posgrados y sólo el 37,4% de los docentes de primaria tienen este título. En este punto se destaca que la formación de los maestros en Colombia ya empieza a ser similar a la de los países de la OCDE, máxime que dado los estímulos salariales que produjo el decreto 1278 de 2002, a mayor formación en postgrados, mayor salario, por lo que los docentes buscan con afán tener como mínimo un título a nivel de maestría.

El hecho de que los docentes en Colombia sean profesionales, gocen de estabilidad laboral y cuenten con experiencia, además de mayor formación a nivel de posgrado, debería conllevar a un mayor impacto en la calidad de la educación, no sólo medida en términos de las pruebas SABER, sino en la vida real en cuanto a ciudadanía, participación democrática y convivencia. Sin embargo, de manera especial con respecto a la formación de postgrados es aún muy pronto para evaluar sus resultados, dado que este proceso empezó de manera masiva hace menos de 10 años. Por ejemplo, Bogotá inició el proceso de financiar los estudios de posgrado de más de 6.000 docentes en el año 2012, y muchos de ellos están aún en proceso de graduación.

Este último punto empieza a ser controversial, algunos maestros y directivos docentes discuten si requerimos maestros con formación doctoral para trabajar como docentes en las aulas escolares, o si el país requiere más bien un magisterio con nivel de maestría, donde, además, se valore en términos salariales la formación puntual en el sitio de trabajo que ayude a mejorar sus prácticas educativas, manejo de aula, procesos de innovación y otros desarrollos pedagógicos. Así mismo, se discute sobre el tipo de maestrías que requieren los profesores, si la formación posgradual la debe determinar la oferta de las facultades de educación y las secretarías de educación, o la demanda que hacen los docentes de acuerdo con sus intereses y trabajo en el aula. Interesante, ¿verdad? En el próximo artículo continuaré el análisis de este muy buen documento del Banco de la República.

Fuente del artículo: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/caracteristicas-de-los-docentes-en-colombia-por-angel-perez-martinez/266997

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Educación y salud: ¿Los sectores del futuro?

07 Febrero 2019

Autorxs: Cruz-Aguayo, Yyannu; Fuertes, Nicolás; Kang, Minji; Robles, Marcos; Schady, Norbert; Zuluaga, Daniela.

Año: 2019

Editorial: Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

En este segundo número de la serie «El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe», analizamos la evolución del mercado laboral en los sectores de educación y salud. No solo observamos que el empleo ha crecido considerablemente en las últimas cuatro décadas, sino que los empleos en educación y salud son empleos de buena calidad, especialmente para las mujeres. Además, el estudio proyecta el número de docentes, médicos y enfermeras que los países de la región necesitarán en los próximos años. Para acceder a los vídeos, audios y otros contenidos interactivos que subrayan los mensajes más importantes de este documento, le invitamos a descargar la versión interactiva de esta nota en http://www.iadb.org/futureofwork

Imagen: https://www.caribbeannewsnow.com/wp-content/uploads/2019/02/future_of_work.jpg

Descargar aquí: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Spanish-Educacio%CC%81n-y-salud-los-sectores-del-futuro-(versio%CC%81n-para-imprimir).pdf

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Veinte películas sobre el profesorado que huyen de los tópicos [y 2ª parte]

07 Febrero 2019/Autor: Jaume Carbonell/Fuente: El diario la educación

Segunda entrega de la selección de veinte películas que muestran diversos modelos, situaciones y comportamientos docentes. Y, naturalmente, el público lector podrá añadir algunas más, porque la lista es larga.

11. Diarios de la calle, Richard La Gravenese, Estados Unidos, 2007

Un film basado en la novela The freedom writers diary a partir de hechos reales protagonizados por una joven profesora, activista de los Derechos Humanos y con un sólido compromiso social. Imparte clases de literatura en un instituto donde existe un programa de integración social que acoge a un grupo multiétnico de alumnado con diversas problemáticas familiares y de marginación durante los primeros años noventa. Tras diversas tentativas se las ingenia para hacerlos participar en un proyecto relacionado con el Holocausto, cambiando la lectura prevista de La Odisea por El Diario de Ana Frank. La lectura les anima a escribir sus propios pensamientos y experiencias cotidianas. Al final, se percibe cómo han ido cambiando sus vidas y cómo este proyecto ha afectado también a la propia profesora.

12. El club de los poetas muertos, Meter Weir, Estados Unidos, 1989.

Una película tan ensalzada como denostada por su enfoque ideológico aparentemente innovador en sus métodos pero con un poso de conservadurismo en su discurso. Un profesor idealizado de secundaria educa a un grupo de adolescentes en la poesía y el Carpe Diem -vive intensamente el presente-, con secuencias provocativas en las que busca la cercanía y la complicidad a través de secuencias como la que invita a sus discípulos a que arranquen las páginas del método científico para analizar poesía, a que suban a sus pupitres para que cambien de mirada u otras de fuerte carga emotiva. Al final, será despedido por inducir, según la dirección, con sus métodos poco ortodoxos y sus ideas románticas, el suicidio de uno de los estudiantes.

13. El profesor, Tony Kaye, Estados Unidos, 2011.

El estatus de profesor sustituto, debido a su escasa permanencia en un centro, dificulta establecer relaciones con alumnos y colegas en diversos centros. Pero esta situación logra romperla cuando aterriza en un instituto, donde reinan la rutina y la apatía, al convertirse en un modelo para los adolescentes sin rumbo y carentes de afecto. Dentro del registro de cine independiente de denuncia social, se hace un retrato corrosivo del sistema educativo estadounidense donde conviven profesores, alumnos y madres y padres de familia desconcertados y sumidos en un desierto de valores. Interesante destacar la figura del profesor que lucha, al propio tiempo, por establecer una buena relación para rescatar a sus estudiantes dentro del aula mientras fuera de ella no le encuentra sentido a la vida.

14. El milagro de Ana Sullivan, Arthur Penn, Estados Unidos, 1962.

Ana Sullivan, una joven institutriz especializada en problemas psicofísicos, se hace cargo de Helen, una niña de 10 años sorda, ciega y con otras afectaciones psíquicas que vive a su aire con sus padres, aunque estos no saben qué hacer con ella. A partir de ahí se estable una relación complicada, tensa y con algunas escenas con métodos educativos algo violentos, aunque cabría contextualizarlas y decir que su tratamiento difiere sustancialmente del cine convencional. Tras una sostenida aproximación a través del tacto y del aprendizaje de ciertas rutinas, Helen descubrirá un lenguaje que le permite la comunicación. La película muestra los posibles logros de una intervención educativa cuando se juntan ciencia, compromiso y paciencia infinita; y, al propio tiempo, rompe con los estereotipos femeninos -y más en la docencia- que se asocian siempre a atributos como la dulzura o la ternura.

15. La profesora de historia, Marie-Castille Mention-Schaar, Francia, 2014.

El currículum oficial, por diversas razones que tienen que ver con unos hábitos y convencionalismos tan rígidos como absurdos, no suele promover experiencias vitales que enganchen al alumnado y que consigan despertar su curiosidad hacia la adquisición del conocimiento. En este relato una profesora de instituto sensible a los problemas de un alumnado que vive situaciones difíciles y complejas en su entorno social (el título original es Les héritiers) y que se reflejan en el centro, trata de buscar la manera de engancharlos y motivarlos con algo diferente: su participación en un concurso nacional sobre lo que significa ser adolescente en un campo de concentración nazi. Ese desafío les abre la mirada y consigue remover sus cabezas y sus corazones. Una experiencia potente de aprendizaje que cambiará la vida de todas las alumnas y alumnos, y también de la profesora.

16. Lugares comunes, Adolfo Aristarain, Argentina, 2002.

El amor, el envejecimiento, la familia y los ideales políticos cruzan este film protagonizado por la pareja formada por una asistenta social en los barrios marginales de Buenos Aires y un profesor de literatura que acaba de ser despedido de la Escuela de Magisterio. Impagable su discurso de despedida a sus alumnos en que reivindica el pensamiento crítico: “Me preocupa que tengan siempre presente que enseñar quiere decir mostrar. Mostrar no es adoctrinar, es dar información, pero dando también, enseñando también, el método para entender, analizar, razonar y cuestionar esa información… Pónganse como meta enseñar a pensar, que duden, que se hagan preguntas. No los valoren por sus respuestas. Las respuestas no son la verdad, buscan una verdad que siempre será relativa…”.

17. Ni uno menos, Zhang Yimou, China, 1999.

En una aldea china se le encarga a una adolescente de 13 años, Wei Minzhi, asumir la gestión de una clase ante la ausencia del maestro titular durante un mes. Se le promete darle diez yuanes si consigue que nadie abandone la escuela. No obstante, uno de sus alumnos huye a la ciudad en busca de trabajo para ayudar a su familia. A partir de aquí Wei tiene que encontrar el modo para que se reincorpore a la escuela. Este film muestra de qué modo, ante circunstancias difíciles las personas se crecen. Así, esta adolescente logra establecer fuertes vínculos con su alumnado y hacerles participar de sus iniciativas para lograr el dinero para ir a la ciudad en busca del alumno. Un relato sencillo e intimista sobre el tesón de una maestra para combatir el absentismo escolar, al tiempo que desvela el contraste campo-ciudad, así como algunas de las imperfecciones y contradicciones del sistema educativo del país más poblado del mundo.

18. Profesor Holland, Sthephen Herek, Estados Unidos, 1995.

Una reflexión sobre el lugar y el no lugar de la música, denostada y marginada en muchos planes de estudio, y considerada por un reciente ministro de Educación español de triste recuerdo, como una asignatura casi de adorno y prescindible. Lo mismo opina el director de esta cinta para quien lo más importante es leer y contar, como si la música no formara parte también del lenguaje. El profesor Holland, por el contrario, en sus clases, con oficio y pasión, anima a su alumnado a que toquen lo que les guste para que la disfruten y acaben estimando la música, defendiendo sus diversos registros: desde la clásica al rock. Un profesor que deja huella y que, como sucede en otros films, la música actúa como revulsivo para encontrarle sentido a la educación y lograr la cohesión del grupo.

19. Profesor Lazhar, Philippe Falardeau, Canadá, 2011.

Tras la muerte de un profesor de educación básica en trágicas circunstancias, Bachir Lazhar, un inmigrante de mediana edad, acude a la escuela para ofrecerse como sustituto. Este tendrá que enfrentarse a distintos retos: gestionar el duelo del grupo que tardará tiempo en asimilar; el bajo nivel del alumnado al que tiene que preparar para una sociedad del bienestar que hace aguas por todas partes; y la adaptación de su cultura pedagógica y de sus métodos de enseñanza que contrastan con los del Canadá. Mientras tanto, nadie en el centro conoce el pasado traumático de Lazhar ni sospecha que vive atemorizado ante la perspectiva de ser deportado a su país de origen en cualquier momento. El film, una adaptación de una obra teatral homónima de Evelyine de la Chenelie, está llena de matices y muestra la complejidad de los diversos miedos individuales y colectivos.

20. Sólo es el principio, Pierre Barougier y Jean-Pierre Pozzi.

Un documental muy cálido sobre una clase de educación infantil -con niños y niñas de 3 y 4 años- filmada a lo largo del curso escolar. Pero a diferencia de otras películas como La clase o Ser o tener, donde se suceden escenas educativas de carácter muy variopinto, en este caso se centra en el taller que la maestra imparte siguiendo el programa de Filosofía para niños, creado por M. Lipman y que se aplica en diversos países. Un ejemplo de que se puede empezar a pensar desde la primera infancia, exponiendo sus emociones, vivencias e ideas sobre la libertad, el amor, la inteligencia o la muerte. Sentados siempre en círculo, alrededor de una vela encendida, la maestra va moderando un debate donde se aprende a desarrollar la escucha activa, el respeto, la expresión oral y el razonamiento. Un homenaje a la educación democrática y al pensamiento crítico en un entorno intercultural de la periferia urbana.

Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2019/02/06/veinte-peliculas-sobre-el-profesorado-que-huyen-de-los-topicos-y-2a-parte/

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