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Candy Candy, rebelión femenina con sutileza

México/ 31 de octubre de 2017//Autor: Carlos Roca Cárdenas // Fuente: El Informador

Aunque Candice White no era una heroína con super poderes para combatir el crimen, el personaje creado por la japonesa Kyoko Mizuki (uno de los seudónimos de Keiko Nagita), significó un estandarte de liberación femenina para una época en la que el machismo y la sumisión de la mujer eran temas imposibles de tratar abiertamente en la sociedad.

Pese a que otros personajes de la ficción como la Mujer Maravilla marcaban un símbolo para alzar la voz sobre la capacidades intelectuales e independientes del sector femenino tras la Segunda Guerra Mundial a través de los comics, «Candy Candy» logró acaparar un argumento similar pero bajo un carácter realista que abogaba por reflejar las pericias que una niña huérfana enfrenta para consolidarse emocional y profesionalmente a lo largo de su vida.

«Candy Candy» ha sido sin duda una de las series animadas que marcó generaciones al ser traducida a más de 10 idiomas y llevada a todos los continentes bajo una idea pacifista que anteponía el instinto femenino como vértebra para determinar las buenas y malas acciones.

Una de las virtudes de «Candy Candy» era su formato similar a las telenovelas con una narrativa en la que la trama del personaje principal atravesaba por distintas experiencias y aprendizajes, desde las más conmovedoras y llenas de esperanza, hasta las más solitarias y desgarradoras, dejando en claro que los finales felices no siempre eran obligatorias en las historias de ficción televisiva.

Para Gilia García, maestra en Comunicación y Pedagogía de la Universidad Panamericana (UP), «Candy Candy» es un ejemplo del tipo de caricaturas que más allá de dibujos bonitos y coloridos, tiene un mensaje directo sobre los clichés que la mujer contemporánea tendría que romper progresivamente, pues más allá del drama de que «Candy» fuera huérfana, el personaje presentó a una mujer rebelde, autónoma y que evitaba quedarse callada ante las injusticias de su alrededor.

A contracorriente

Conforme la historia de «Candy» se revelaba a lo largo de dos años, a través de 115 capítulos, la serie animada también rompía un poco con la idea de los amores eternos y el «vivieron felices por siempre», pues aparecían personajes que hasta cierto modo exhibían y criticaban estereotipos relacionados a las conductas masculinas en los terrenos sentimentales hacia las mujeres, además de abordar pasajes históricos que determinaban el actuar de la sociedad.

«Para el momento en el que surgió ‘Candy Candy’, sí era una historia sumamente atractiva; los personajes abogaban por diferentes estereotipos de hombres, desde el más aventurero hasta el formalista o el guapísimo. ‘Candy Candy’ es una historia que, pese a ser un anime japonés, se desarrolla en Estados Unidos y hablaba de la aristocracia británica y norteamericana en un momento importante -por ejemplo- del país (Estados Unidos) posteriormente a la independencia».

Otro punto que consolidó «Candy Candy» fue la forma en que su contenido era expuesto en la pantalla chica al apostar por un formato radicado en el sentido educativo que daba prioridad a los valores universales como la familia, el amor, el reconciliación, la multiculturalidad, la libertad, elementos que no se destacan tanto en las series animadas actuales que se enfocan más en historias protagonizadas en la fantasía con situaciones lejanas a la vida real.

«‘Candy Candy’ era un contenido de mucha calidad en la televisión. El personaje era complejo, incluso la historia, porque se abordaban temas sobre historia, cultura, se mencionaban las guerras civiles. La historia y su narrativa en sí eran muy ricas, por eso gustaba tanto, era una gran telenovela».

La académica universitaria, Gilia García, puntualiza que en el caso de «Candy Candy», la repetición de mensajes positivos y métodos pacíficos para lograr la solución de problemas, son factores que ayudaron a la serie a convertirse en un referente motivacional sobre los paradigmas que la mujer estaba por enfrentar hacia la liberación e igualdad de género.

«Había una diversidad en la historia que la hacía atractiva independientemente del personaje. Fue un acierto muy grande el tener como protagonista a una mujer recia, que contestaba, que buscaba sus sueños y que en el fondo creía en el amor, era huérfana y quería ese soporte familiar; sin embargo, en su mayor apogeo en los años ochenta y noventa, todos los mensajes de los medios de comunicación e incluso en las películas de Disney, idealizaban a la mujer buscando el amor y me parece que ‘Candy’, como personaje de ese momento, era de los más integrales que lo hacían de una forma distinta a la esperada».

¿Qué se ve ahora?

La especialista en pedagogía argumenta que «Candy Candy» representaba un lujo educativo al tener la posibilidad de que los niños comprendieran de manera independiente los argumentos e intenciones de los personajes, situación que no acontece con las caricaturas actuales, en las que se recomienda tener la supervisión del padre de familia para determinar si el contenido es o no apropiado para los niños.

«En un niño influye todo porque todavía está en una etapa en la que su cerebro está en desarrollo, al igual que sus afectos y gustos. En el niño influye todo lo que ve y escucha, tanto en la calle, en casa o en televisión, es por ello que siempre necesita de la mediación de un adulto. Lo recomendable es que el padre de familia tiene que saber qué está viendo su hijo y le sepa explicar o mediar los contenidos».

La experta en Educación y métodos de aprendizaje explica que a diferencia de pasadas generaciones que encontraban en la televisión o el cine a personajes como modelos a seguir, ahora es situación no es determinante para los niños al existir otros medios de comunicación que ofertan contenido más variado, directo y sin distinción de etiquetas femeninas o masculinas como ocurría en las caricaturas.

«Todo se ha diversificado y aunque siguen existiendo las historias tradicionales como Candy, también están aquellas más fantasiosas y de ficción. Ahora hay mucha diversidad de opciones y canales, no solo se trata de televisión porque ya podemos ver en internet cualquier cosa. Actualmente un niño puede sobrevivir sin televisión  si tiene a su alcance una computadora. Esa diversidad hace que esta plataforma tan extensa de opciones tenga contenidos con enfoques muy tradicionales con valores que apuestan por la familia pero también el otro lado hay contenidos sin una ideología clara»

Fuente de la Noticia:

http://www.entornointeligente.com/articulo/8026416/%3Cspan-style=color

Fuente de la Imagen:

Candy Candy, l’eroina bionda del cartone animato giapponese compie 40 anni

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Indian students inspired by rich learning experience in New Zealand

India/Mayo de 2017/Fuente: Indian Education Diary

Resumen: Tres estudiantes indios galardonados han completado una pasantía de tres semanas en las instituciones de diseño digital y animación más importantes del mundo: la Universidad Massey, el Instituto de Tecnología de Wellington y la Escuela de Diseño de Medios. Los pasantes fueron inspirados por la rica experiencia de aprendizaje en Nueva Zelanda, el enfoque innovador y de colaboración para la enseñanza y el aprendizaje, la tecnología de vanguardia disponible y la cálida bienvenida que recibieron. «La educación en Nueva Zelanda es inspiradora, la forma innovadora de enseñar gráficos, cine, diseño de películas todo al mismo tiempo y ser capaz de moldear a los generalistas en multitareas que pueden contribuir en todas las áreas de la producción de medios fue fascinante», dijo Unni Sunny de Bengaluru.

Three award-winning Indian students have completed a three-week internship at New Zealand’s world-leading digital design and animation institutions: Massey University, Wellington Institute of Technology and Media Design School.

The interns were inspired by the rich learning experience in New Zealand, the innovative and collaborative approach to teaching and learning, the cutting edge technology available, and the warm welcome they received.

“Education in New Zealand is inspiring, the innovative way of teaching graphics, moviemaking, film design all at the same time and to be able to mold generalists into multitaskers who can contribute in all areas of media production was fascinating,” said Unni Sunny from Bengaluru.

Unni as well as Anwesha Samanta from Trivandrum and Diana Fernandes from Pune were awarded a three-week internship at premier New Zealand institutions as part of an Education New Zealand-led animation showcase challenge ‘My New Zealand Future.’
My New Zealand Future animation showcase winners
The winning entries, selected for their creativity, quality, thematic treatment and originality, were announced in October last year during the former New Zealand Prime Minister John Key’s state visit to India.

Education New Zealand’s Regional Director – South South East Asia and Middle East, John Laxon said, “More and more Indian students are choosing New Zealand as a world-class and safe education destination, including students pursuing specialist careers in industries such as animation and film. As the home of world-wide blockbusters such as The Hobbit, the Lord of the Rings and Avatar, we look forward to providing the future stars of India exciting education opportunities and global career pathways. We congratulate Unni, Diana and Anwesha on their internship, and look forward to welcoming many more aspiring animators and film-makers to our institutions”

The internship programme was designed to focus on developing leadership, communication, creative thinking and problem-solving skills, all of which are increasingly important attributes for graduates associated with the New Zealand education experience.
From (L-R): Anwesha Samanta, Animation competition winner, Chris Gosling, Chief Executive, Whitireia Community Polytechnic (Whitireia) and Wellington Institute of Technology, Diana Fernandes, Animation Competition Winner, Former Prime Minister Rt Hon John Key, Unni Sunny, Animation Competition Winner, Darryn Melrose, Chief Executive, Media Design School

The interns were impressed by the great learning experience offered by New Zealand institutions in a safe and nurturing environment. The teaching approach, focussing on problem solving, collaboration, creativity, communication and team-building, was different from what they had experienced previously.

“In India, I am used to working on my own. Even when we are given group assignments, we usually work on different tasks on our own and then come together at the end. Also Kiwis made me feel very safe, very amicable and caring people,” Anwesha Samanta from Thiruvananthapuram said.

The students enjoyed learning about cross-format design principles such as movement of the eye. A highlight for the students was the opportunity to make comparisons between real-life models and skeletons to get a sense of how exactly muscles worked.

IMG_8158Diana Fernandes from Ahmedabad recalls using a 3D printer at Weltec/Whitireia during the internship, “Brian McLean, director of rapid prototyping at Laika studio said, ‘It is quite amazing to hold a real character in your hand and know that you have built it using computer software’. I truly understood the meaning of the statement when I held my model. It was an astounding experience.”

Unni is a concept artist at Mech Mocha Games Studio at Bengaluru. He completed a year’s programme in animation and digital arts at Toonz Animation Academy before starting with his job.

Diana is currently in her fourth year of an animation programme at MIT Institute of Design, Pune.

Anwesha is pursuing a year’s programme in advanced filmmaking in animation at the Asian Institute of Film & Media Studies Pvt Ltd, Thiruvananthapuram, Kerala.

Fuente: https://indiaeducationdiary.in/indian-students-inspired-rich-learning-experience-new-zealand/

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“La presencia de la industria cultural en nuestras vidas es mucho más persistente en la actualidad que hace 50 años cuando no existían internet, smartphones, Twitter o Facebook”

Entrevista a Jon E. Illescas sobre «La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados» (II)

-Estábamos en Marx. Abres el libro con una cita (muy dialéctica, en el mejor sentido de la expresión, de Marx, del padre de la gran Tussy: “La producción no solamente produce un objeto para el sujeto, sino también un sujeto para el objeto. La producción produce, pues, el consumo”. ¿Y cómo consigue eso la producción? ¿Cómo nos producen para el consumo del objeto? ¿Tan estúpidos y alienados estamos?

-“Bañándonos” dictatorialmente con un flujo ininterrumpido de contenidos aparentemente variados pero en lo fundamental iguales que, al final, por la presión social, la ley del mínimo esfuerzo y las pocas horas de ocio disponibles para la mayoría de asalariados, crea consumidores adiestrados para digerir esos productos que la oligarquía financia. No es cuestión de si somos estúpidos o alienados, es cuestión de que las mayorías viven bajo una dictadura cultural. Del mismo modo que es más sencillo comprar y leer 50 sombras de Grey en cualquier librería en lugar de, por ejemplo, El Capital de Marx o uno más sencillo, El Estado y la revolución de Lenin; lo es ver un videoclip de Rihanna en lugar de otro de Kenny Arkana, artista anticapitalista francesa. Y alguien diría ingenuamente: pero las dos artistas están en YouTube. Eso da igual, porque en YouTube y fuera de él, Rihanna es promocionada insistentemente por grandes capitales creando la necesidad de seguir sabiendo de ella y la producción de Arkana, autoproducida o auspiciada bajo pequeños sellos, sólo la visualizará gente que ya la conoce o que es consumidora de música similar. Por eso Rihanna obtiene con sus videoclips entre 200 y 300 veces más visualizaciones que la artista francesa, una de las cantantes de izquierda más populares.

-El videoclip influye en la juventud, en toda la juventud del mundo si quieres. De acuerdo, no discuto ese punto. Pero mucha gente no somos jóvenes y la juventud, como sabes, es una enfermedad (perdona mi tontería) que pasa rápidamente. Luego por tanto, se podría decir, todo esto es limitado. Dura unos años y se pasa. Sería algo así como los tebeos de hazañas bélicas de hace 50 años o las canciones de los Sirex, los Brincos o incluso las de Concha Velasco o Mari Trini por ejemplo. ¿No influía Camilo Sesto en la juventud de los setenta?

-Supongo que en parte sí, pero como científico no puedo pronunciarme ya que desconozco el impacto real de esos populares artistas en su época. Conozco el de Katy Perry y Justin Bieber en la actual. En principio no creo que sean comparables cuantitativamente ya que la presencia de la industria cultural en nuestras vidas es mucho más persistente en la actualidad que hace 50 años cuando no existía Internet, smartphones ni Twitter o Facebook. Antes estaba la televisión, pero ahora la duración total del consumo de “pantallas” en superior con la suma de soportes.

El punto central es que la juventud, no sólo es una enfermedad pasajera sino también un regalo temporal. Y desde un punto de vista político tiene un potencial impresionante.

Primero, porque por la revolución biológica que sufren los jóvenes y su incremento en las descargas hormonales que sufren relacionadas con el despertar sexual, tienen un potencial brutal a desarrollar respecto a la música y también las causas sociales. Los jóvenes se pueden indignar vehementemente contra las injusticias y contestar políticamente. Vienen de una época, la infancia, donde todo parecía “estar en orden” y luego descubren toda la inmundicia del sistema. Y como la música la viven con más intensidad (por esos picos hormonales) que en ninguna etapa vital anterior ni posterior, el potencial de manipulación a través de la misma alcanza su grado más alto.

Segundo, porque los jóvenes disfrutan de una especial protección política de la sociedad (en el caso de los menores) y parental (económica de los padres y/o tutores) lo que permite que no sean tan vulnerables por el Estado ni tan dependientes del jefe de la empresa, etc. Su “colchón” económico familiar les permite, por ejemplo, experimentar más con su forma de vestir que, pongamos el caso, un padre de familia con 50 años y una hipoteca que pagar que no debe desagradar a su jefe. ¿Quién de los dos es potencialmente más peligroso para el sistema? Entonces, si desactivas ese potencial juvenil con esta seductora cultura de la alienación en masa mediante la música del capital obtienes un triunfo político importante para la clase dominante y el sistema que la nutre. Si como oligarquía canalizas esa rebeldía inmanente en que los jóvenes cambien el color de pelo, se pongan piercings o modifiquen la amplitud del escote en lugar de que se afilien a una organización contestataria, estarás desactivando un peligro objetivo para tus intereses de clase.

Aunque la juventud se marcha como el resto de etapas vitales, no creo que pueda haber ninguna revolución social favorable a los desposeídos sin la participación de los jóvenes. Ni cultural, ni política ni económica. Si la juventud está neutralizada, la izquierda sólo puede ser marginal o convenientemente domesticada. Es normal, el corazón le late más lento.

-Insisto un poco más, si un joven no mirase, no estuviera al día en ese mundo de los videoclips, ¿no quedaría un poco marginado, no sería un bicho raro a ojos de sus amigos y compañeros? Si no ves, si no consumes, no puedes hablar, no puedes relacionarte.

-Por supuesto, todo aquel que se aparte del punto medio de hegemonía cultural o político quedará como un bicho raro para las mayorías más adoctrinadas por el poder. Cuanto más lejos se encuentre de ese punto, mayor será la marginación que obtenga cuando se exprese. Del mismo modo que siendo adulto es más sencillo manifestar en una reunión con amigos que “todos los políticos son unos ladrones” o que “la educación pública debe ser de calidad” que abogar por “la sociabilización de bancos y principales empresas”, para los jóvenes es más sencillo y se sentirán más adaptados socialmente (lo que es una necesidad todavía mayor que para los adultos) cuando digan que quieren ir a un concierto de Justin Bieber o Shakira que cuando digan que les gusta el metal progresivo de Dream Theater o el rap combativo de Los Chikos del Maíz.

-¿Son tan dioses los dioses de la música a los que haces referencia? ¿No exageramos un poco? Yo suelo leer los diarios y de los que citas en el apartado “oro” sólo conozco a cuatro; de los de plata, apenas tres. ¿Soy demasiado viejo para entender todo esto?

-Lamento decirte que sí Salvador. Pero tranquilo, pese a mis 33 años, yo también soy demasiado viejo. Lo que opinemos nosotros no importa en absoluto. Date cuenta que en Twitter, la red social con el público más joven, el principal tema de conversación es la música y las tres cuentas más seguidas, por encima de la de Barak Obama, el presidente más popular, son de estrellas de la canción. En una relación nueve veces superior a las cuentas de estrellas del deporte o del cine. Hablamos de poder en mayúsculas. De hecho, que a tu edad conozcas al 35% de los 20 artistas más importantes que cito en el libro es muestra de su popularidad, ya que no eres parte del público al que van dirigidos…¡y pese a ello sabes quiénes son! ¿Ocurriría al revés con los autores de los libros que lees o la música que escuchas y su conocimiento por la mayoría de los jóvenes? Lamento decirte que Shakira es parte de la iconosfera-mundo y Manuel Sacristán o incluso Rossini, no.

-¿Cuáles son las principales empresas que están detrás de todo esto? ¿Son usa-corporaciones en su mayor parte? ¿Lo suyo es una cuestión de pasta, de mal gusto, de penetración cultural? ¿Están al servicio de los centros de poder del sistema?

-Son tres grandes discográficas, de mayor a menor: Universal (francesa, propiedad del conglomerado Vivendi), Sony (japonesa, de Sony Corporation) y Warner (la única estadounidense, propiedad de Access Industries). Sin embargo, la mayor parte de su producción se realiza en los Estados Unidos porque es el territorio donde hay más (y mejores) profesionales de la industria cultural y donde la superestructura jurídica garantiza un mayor retorno a sus inversiones. Por otra parte, la mayor difusora, YouTube, donde se consumen el 70% de los vídeos, es de propiedad mayoritariamente estadounidense pese a que también cuenta con capitales franceses y emiratíes. Guardan muy buena relación con los centros de poder, ya que la salud de sus negocios depende de lo bien que se lleven con ellos, como cualquier gran empresa.

-La ideología, la horrible ideología que subyace en muchos de los videoclips a los que haces referencia detallada, ¿influye realmente en el vivir, en el hacer de los jóvenes? Por ejemplo, muchos jóvenes españoles ven vídeos de Lady Gaga o de Eminem pero no entienden nada o casi nada de lo que dicen y cantan. Ni tan siquiera a veces conocen la temática de la canción. Les llaman la atención las imágenes, nada inocentes desde luego, y el ritmo y acaso la voz. Y ya está.

-Desde luego si conocen la letra y aun así les gusta, la penetración ideológica es mayor. En la actualidad, aunque nuestro país va a la cola de los más desarrollados, vivimos con la generación de jóvenes más angloparlantes de la historia. Por otra parte los chicos ya no tienen que comprarse un libro de letras para saber qué dicen las canciones de sus ídolos, simplemente han de consultar los vídeos subtitulados por los mismos fans colgados en YouTube. El esfuerzo es mínimo: mover y clicar el ratón. Pero es que además de eso, las imágenes muchas vecen hablan por sí mismas. Cuando aparece en un videoclip mainstream un rapero en una mansión rodeado de un harén de bellas mujeres bebiendo y celebrando orgiásticas fiestas con sus amigos, nadie le tiene que decir a los jóvenes qué significa todo aquello. Son lo suficientemente inteligentes.

-Un capítulo lleva por título: “Se llama capitalismo”. ¿Qué es para ti el capitalismo?

-Lo mismo que para Marx, un modo de producción basado en el enfrentamiento estructural entre dos clases principales: los capitalistas o empresarios y los trabajadores asalariados. Los primeros poseen los medios de producción y los segundos, como no los poseen, sólo pueden vender su fuerza de trabajo para ganarse la vida (esto es, sus habilidades profesionales). La fuerza de trabajo es la única mercancía que pueden y deben vender en el mercado diariamente para obtener un sustento. El capitalismo se rige por una ley absoluta: la producción de plusvalor, es decir, de excedente social generado por los trabajadores que va a parar a la clase capitalista trasnacional. Y no vuelve ni puede volver como sueñan los keynesianos de izquierda y en general los partidarios de la redistribución en la esfera de la circulación. Por eso, pese a los golpes de pecho y los programas de la ONU o los impuestos a las grandes fortunas, el año pasado se alcanzó la máxima desigualdad mundial: el 1% más rico tenían lo mismo que la mitad de la población global. Dentro del marco capitalista no hay otra solución, porque ninguna política redistributiva puede comprometer el margen de beneficio que garantiza la inversión privada.

Por otra parte, aunque el capitalismo no es el único modo de producción que convive entre nosotros, es de lejos el hegemónico y por eso es el que más incide en la formación de la sociedad-mundo actual. Y como todos los modos de producción anteriores, tiene fecha de caducidad: tuvo su origen, tiene su desarrollo y tendrá su fin. Igual que cualquier organismo. La gracia del asunto es que nosotros, dentro de ciertos límites, podemos acelerar su final para no demorar el sufrimiento de las mayorías y de paso evitar que su lógica abstracta y compulsa acabe con gran parte de la humanidad, el ecosistema y lo mejor de la civilización.

-¿En qué autores marxistas te has inspirado en tu reflexión? ¿Cuáles son tus marxistas preferidos?

-Para el libro han sido fundamentales Karl Marx, Friedrich Engels y Antonio Gramsci. También el gran psicólogo soviético Lev Vigotsky y uno de mis marxistas contemporáneos favoritos: el inimitable Terry Eagleton. Para desarrollar el armazón teórico económico a partir de la teoría del valor-trabajo fue clave descubrir la transformación de la atención del público en mercancía y su posterior venta a los anunciantes de manos de un filomarxista como el comunicólogo Dallas W. Smythe y su perfeccionamiento por el joven profesor de la Universidad de Ontario Tanner Mirrlees. Para conectarlo con la base económica del sistema han sido muy importantes los análisis de Diego Guerrero y Rolando Astarita, pero también de Xabier Arrizabalo o Anwar Shaik.

Otros marxistas a los que tengo gran aprecio son David Harvey, Neil Davidson, Ernst Mandel, John Berger, Robert W. McChesney Chris Harman, Minqi Li, Michel Löwy, Fredric Jameson, Ferrucio-Rossi Landi, Georg Lukács, Adolfo Sánchez Vázquez, Guy Debord o Vicente Romano. Desde un punto de vista más político, Lenin, Trostsky, Rosa Luxemburg o Antoni Domènech son personalidades que me han marcado pese a mis discrepancias con ellos. Por otra parte, he aprendido mucho leyendo a autores críticos influidos por el marxismo como Theodor Adorno, Charles Wright Mills, Raymond Williams, Marvin Harris, Armand Mattelart, Immanuel Wallerstein, Rafael Díaz-Salazar, Gordon Childe, Erich Fromm o Vincent Mosco. Por supuesto, me han influenciado muchos otros que me sabe mal no nombrar porque no quiero ser injusto, pero me temo que si lo hiciera parecería la lista de agradecimientos de los créditos de un filme.

-Te pregunto ahora por grandes nombres del sistema

-Me voy preparando.

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“El videoclip dominante consigue el consenso cultural e ideológico por medio de la seducción audiovisual centrada en dos pilares: la música y el sexo”

 

Entrevista a Jon E. Illescas sobre La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados (I)

Jon E Illescas Martínez es doctor cum laude en Sociología y Comunicación por la UA y Licenciado en Bellas Artes con Premio Extraordinario Fin de Carrera y Premio Universitario 5 Estrellas por la UMH. Artista plástico e inventor del sociorreproducionismo bajo el seudónimo de Jon Juanma, es autor de más se sesenta publicaciones sobre cultura, geopolítica, arte, comunicación y economía, varias de ellas traducidas al italiano y al portugués. En 2012 publicó su primer libro Nepal, la revolución desconocida. Colabora con frecuencia en las páginas de rebelión y de El Viejo Topo.

-Te felicito por tu libro, por tu enorme libro (y por el inmerecido y generoso agradecimiento que has escrito). ¡Más de 600 páginas, algunas de ellas bastante densas además! ¿A quiénes va destinado? ¿En quiénes han pensado mientras lo escribías?

-En realidad son 450 páginas, el resto son notas, bibliografía y anexos. Cuando lo escribía pensé sobre todo en la comunidad educativa y en general en todos aquellos interesados en conocer las razones por las cuales el pop actual es como es, lo que incluye a personas críticas de todas las edades. También va dirigido a los estudiantes y profesores de Sociología, Comunicación, Economía, Periodismo, Bellas Artes, etc. Por otra parte, creo que los marxistas tienen la oportunidad de comprobar que se puede hacer un análisis riguroso de la industria cultural y su influencia ideológica desde esta perspectiva que supere las fronteras del ensayo filosófico para adentrarse en la exposición y la rigurosidad científica. Algo de lo que carecían los autores de la Escuela de Frankfurt, una de las tradiciones más cercanas al marxismo que se han ocupado de la cultura industrialmente manufacturada.

-Más de 1.350 notas y 40 páginas de bibliografía. ¿Cuánto tiempo te ha llevado la investigación y la escritura de tu ensayo? ¿Desde cuándo tu interés por el tema de los videoclips?

-La investigación siete años y la escritura del libro, que no es un ensayo sino una mezcla heterodoxa de divulgación científica con partes ensayísticas y otras de teoría, casi un año. Mi interés por los videoclips proviene de cuando los conocí cuando era niño pero, sobre todo, desde la adolescencia, que es la edad donde más nos fascinan por nuestra eclosión sexual.

-Para los no puestos en el tema, ¿qué es un videoclip? ¿Por qué hablas de dictadura? ¿Qué dictadura es ésa?

-Un videoclip es un cortometraje basado en el desarrollo de una composición musical previa que fundamenta el despliegue de un conjunto de imágenes, las cuales, unidades a la música, dan lugar a un nuevo discurso estético.

Hablo de dictadura porque su producción no está regida por la voluntad democrática de las mayorías que la consumen. Es la dictadura cultural de la gran industria musical controlada por una oligarquía mediática con conexiones con la oligarquía política y económica trasnacional. Piensa que de los 500 videoclips más vistos de YouTube, más del 92% son distribuidos por tan solo tres grandes discográficas: Universal, Sony y Warner Music. Y parte del resto son vídeos que reproducen los contenidos de los controlados por las grandes empresas que son las que marcan los tipos predominantes. Las mayorías no tienen voz ni voto a la hora de decidir cómo será este flujo audiovisual que bañará sus mentes.

-Un videoclip hegemónico, uso tu terminología, ¿qué características tiene?

-Es aquel videoclip comercial producido y difundido por las industrias culturales hegemónicas con la intención de conquistar un público mayoritario dentro de una o varias franjas de edad en un territorio determinado, usualmente, de amplitud trasnacional. Un videoclip hegemónico tiene la particularidad de que además de ser una mercancía que busca obtener beneficios económicos es un reproductor de hegemonía, siguiendo la acepción gramsciana.

-Hablas en el subtítulo de la industria musical. ¿Es importante esta industria? ¿Mueve mucho dinero? La mayoría de la gente se descarga música de la red, sobre todo la gente joven, ¿no han perdido mucho mercado y con ello muchos beneficios? ¿No venden muchos menos discos?

-Venden menos discos pero se quedan más dinero de conciertos, merchandising, patrocinios, etc. Además, son empresas mucho más rentables que antes gracias a la tecnología de medición del consumo, en especial online. Hace una década, sólo 1 de cada 10 inversiones era un éxito, hoy lo son 1 de cada 5. Por otra parte, los videoclips les reportan más dinero en publicidad que nunca gracias a portales de streaming como YouTube, pues el público es mucho más numeroso que el que tenían los videoclips en la MTV (en la mayoría de lugares, una cadena de pago). En definitiva: la industria musical mueve el mismo o más dinero que antes, sólo que sus tentáculos se diversifican en distintos sectores de la industria, como haría cualquier buen inversor en cualquier sector.

-Esos sueños prefabricados a los que haces referencia en el subtítulo, ¿de quiénes son? ¿Cómo se generan? ¿No ha ocurrido siempre así?

-Son de la oligarquía mediática que controla las industrias culturales hegemónicas, entre ellas, las tres grandes discográficas y las empresas difusoras como YouTube o Vevo que controlan el negocio del videoclip dominante. También lo son de los intelectuales orgánicos que esta oligarquía burguesa contrata.

Históricamente, los sueños se han cocinado desde las alturas desde que, con la conservación del excedente y la profundización en la división del trabajo (con su separación radical entre trabajo manual y trabajo intelectual), vivimos en sociedades de clase. Sin embargo, esa continuidad adquiere diversas manifestaciones según el modo de producción dominante y dentro de él, en cada etapa de su desarrollo evolutivo. En el capitalismo global en el que vivimos, no es lo mismo que en el feudalismo, por ejemplo, pero tampoco que en el capitalismo de los años setenta del siglo pasado. Nunca antes en la historia tan pocas personas de la clase dominante han podido decidir y manipular los sueños de las mayorías globales como en nuestros días. Del mismo modo que se concentra y centraliza el capital lo hace el poder de decisión política y cultural.

-La tesis, una de las tesis del libro, con tus propias palabras: “Los videoclips dominantes son un instrumento mediante el cual la oligarquía capitalista mundial consigue el consenso político de la juventud asalariada internacional”. Tres preguntas sobre lo anterior: a) ese instrumento al que aludes, ¿está diseñado y planificado o ha surgido espontáneamente, por evolución musical y tecnológica? b) ¿cómo un videoclip consigue consenso? ¿Por su factura? ¿Consenso con qué, con el capitalismo, con el militarismo, con el sexismo,…? c) ¿No hay jóvenes asalariados que están a años-luz de todo ese mundo?, ¿no hay demasiados disidentes críticos en ese consenso?

-¿Tres preguntas en una?

-Es un truco…, un mal truco por lo que veo.

-Vayamos por partes. Sobre la primera, surge de dos formas: de modo consciente e inconsciente. La mayoría de las veces se genera sin que nadie sea consciente ni lo manipule porque el funcionamiento de la base económica lo “pare” de un modo natural. Digamos que la arquitectura capitalista, estructuralmente, “conspira” para que los videoclips mainstream o dominantes sean como son. Es su funcionamiento en “modo automático”. No olvidemos que, en nuestras insuficientemente democráticas sociedades, la empresa privada es una dictadura en sí misma, de estricto funcionamiento jerárquico y piramidal, por tanto es lógico que la producción cultural controlada por ella sólo pueda tener un origen dictatorial. Así no hace falta que nadie “conspire” desde las alturas.

Sin embargo, esto último también sucede en situaciones en las que la clase dominante lo requiere. Como cuando se desea introducir contenidos que “naturalmente” no surgirían del funcionamiento del “negocio” o cuando se desea censurar otros a contracorriente que sí surgen en situaciones excepcionales, como es el caso de la crisis actual. Es decir, si se quiere incrustar propaganda del Pentágono en un vídeo de Katy Perry se necesitará que alguien del Ministerio de Defensa de los EUA toque la puerta y haga la oferta. Así se pondrá a trabajar codo con codo con el resto de profesionales de la industria de un modo excepcional. Del mismo modo, pero en sentido inverso, si a alguna estrella del pop, de repente, le diera por realizar un videoclip con contenidos contrahegemónicos, llegaría alguien de la cima de la compañía y se encargaría que ese vídeo no arribara a las mayorías mediante su censura pura y dura o mediante la estrategia de la infrapromoción consciente.

-Vamos con la siguiente

-El videoclip dominante consigue el consenso cultural e ideológico por medio de la seducción audiovisual centrada en dos pilares: la música y el sexo. Y esos dos medios llevan al joven a naturalizar el orden capitalista como algo bueno. De este modo a los jóvenes este sistema no sólo les parece deseable sino el único posible. El militarismo, el sexismo, etc., son extras que pueden ser funcionales (o no) para determinados segmentos de la juventud, pero el núcleo incuestionable del mensaje es celebrar la riqueza capitalista como súmmum de la felicidad humana y esconder todo lo negativo que este sistema genera: desigualdad, paro creciente, guerras, cambio climático, consumismo, alienación social sin parangón, precarización de los proyectos vitales, mercantilización de todo lo que nos rodea y por ende el afianzamiento del imperio del dinero con su fetichismo adosado, la incesante cosificación de las personas, etc.

-Te falta la última

-¿Demasiados disidentes? ¿Has visto los resultados electorales de diciembre? ¿Ha ganado un partido comunista que se disponga a superar el capitalismo o quizás al menos una coalición socialista dispuesta a nacionalizar la banca y me lo he perdido? Claro que hay jóvenes críticos pero son una minoría en continua reducción. La juventud sufre cifras de paro que duplican la de los adultos y su participación y contestación político-social es mínima en relación a la gravedad de la crisis y la falta de oportunidades que sufren. Pero ojo, no sólo aquí en España, sino en cualquier parte del mundo, desde Latinoamérica a Asia. Porque cada vez más vivimos en una sociedad global moldeada por un mercado mundial de donde nos proveemos de la mayoría de los productos y servicios que no solo nutren nuestro estómago sino también nuestra forma de pensar. Ya lo apuntaron en 1848 Marx y Engels en el Manifiesto. Imagínate ahora con la velocidad y la baratura de los transportes o nuestra dependencia a Internet. Las mercancías culturales son los alimentos con los que la mayoría forjamos nuestros valores e ideologías, lo queramos o no.

-Dedicas el libro a todos los “músicos que aun ganándose la vida en este mundo imperfecto, saben que tanto la música como la melodía de la dignidad humana, no tienen precio”. Tal vez no la dignidad, pero ¿no tiene precio la música? A mí me gusta mucho Van Morrison y no he conseguido verle nunca, los precios de las entradas me lo impiden. En otro orden de cosas, jamás he podido ver una ópera mozartiana, verdiana o rossiniana en condiciones. Escucho pero no puedo ver desde mis localidades “tiradas de precio” de quinto piso del Liceo barcelonés. La platea me está prohibida.

-Claro, en el capitalismo la música, como todo producto o servicio mercantilizable, tiene un precio que paga el consumidor final. Alguien debe retribuir a los trabajadores musicales y no musicales que permiten su existencia y fruición. Si algún día consiguieras ver una ópera de Rossini en una buena localidad sería porque te ha tocado la lotería o porque hay un gobierno subvencionando la función, es decir, que no la pagarías directamente porque ya lo haría el Estado. Al final, de un modo u otro, alguien tendrá que retribuir a los trabajadores en cualquier sistema. En el socialismo la fruición musical tampoco será “gratis” (desde un punto de vista social, no me refiero a si tendremos o no que pagar la entrada con dinero) sino que la sufragaremos partiendo del excedente social generado entre todos. Lo positivo será que por la planificación de la economía se podrá decidir democráticamente que servicios merecen la pena que sean subvencionados total o parcialmente, por debajo de su costo de producción, y cuáles no. Espero y anhelo que tus admirados clásicos lo sean. Dependerá de nosotros.

-Abres el libro con una cita (muy dialéctica, en el mejor sentido de la expresión, de Marx, del padre de la gran Tussy: “La producción no solamente produce un objeto para el sujeto, sino también un sujeto para el objeto. La producción produce, pues, el consumo”. Te pregunto sobre ella.

-De acuerdo, a tu disposición.

Fuente: El Viejo Topo, junio de 2016.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216101&titular=%93el-videoclip-dominante-consigue-el-consenso-cultural-e-ideol%F3gico-por-medio-de-la-seducci%F3n-audiovisual-

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Reflexiones de la Cultura y la Contracultura en la Educación Venezolana.

Pensando y repensando en el trabajo pedagógico y formativo de las escuelas desde la etapa de inicial.

 

Para los educadores, maestros, maestras y  forjadores de la educación, el estado debe tener el compromiso de mantenerlos en formación permanente en cuanto a lo social, cultural, académico y sobre todo lo más trascendental en lo político que les ayuda, a fortalecer sus prácticas pedagógicas y cada vez más avanzar a la transformación educativa, que no es más que tener conciencia de cómo nos formamos como maestros. Así lo decía Simón Rodríguez: El maestro tiene que enseñar para la vida.

Siempre hay que analizar los contenidos los trabajos que se despliegan en las escuelas y hasta en sus aulas, ya que estamos hablando tenazmente de trasformación educativa, por lo que hay que tener bien claro que los maestros somos los garantes de qué es lo que enseñamos y para qué.

De algo si tenemos que estar atentos todos los educadores y todos los Venezolanos,  es que desde que se inició la revolución en este país, no hemos encaminado a desmontar y acabar esta inoculada escuela burguesa que poco a poco le hemos ido dando madero.

La escuela burguesa enajenada donde aún existe la industria cultural, que no es más, que un espectáculo para que brillen los trajes o vestimentas, ya que son los eventos que desvían la visión pedagógica y apuntan a la hegemonía cultural, estamos claros que el dominio es solo histórico, sino que tiene fuertemente su génesis en lo enajenado.

Ahora bien por un lado mientas hay un grupo de maestros, maestras y educadores, directores trabajando vigorosamente para derrumbar la cultura escolar burguesa, por otro lado nos encontramos con jefes directores maestros, maestras que apoyan la alienación del desarrollo cultural, dejando a un lado lo endógeno y pertinente. ENTONCES PARA DONDE VAMOS, con este régimen de reproducción capitalista del que nos obliga y nos somete la escuela, allí es donde se develan las contradicciones y la división escolar.

Hay un poder y un gran poder que tiene los docentes, el de convencer a esos representantes para que vistan a los niños y niñas con ciertos trajes a veces no se los ponen más, gastando dinero por que hacen creer que es para alcanzar las competencias académica, en muchísimos y la mayoría de los casos es para que los niños y niñas hagan espectáculos fuera del contexto pedagógico.

No podemos descansar en esta lucha de la transformación educativa hay seguir dándole madero a esta hegemonía escolar que hemos vivido todos, ya es la hora de seguir dando profundos cambios a la educación y valorizar nuestra cultura.

No podemos darle paso al imperio. Tenemos que mantenernos firmes con rodilla en tierra sobre nuestra patria la patria grande que soñó Bolívar.

Artículo enviado por su autora a la redacción de Otras Voces en Educación.

Imagen tomada de: https://nuvomagazine.files.wordpress.com/2013/05/contracultura.png

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Él tan macho y ella tan feliz

Miguel Lorente Acosta

Lo ha dicho Shakira de Gerard Piqué,“es tradicional y celoso. Le gusta tenerlo todo bajo control”. “Gerard no me deja hacer videos con hombres, es una persona muy conservadora”…Todo un retrato del macho controlador y la mujer feliz en su sumisión, muy propia de una cultura que dice que los “hombres de verdad” deben ser así, y que las “mujeres de bandera” deben ser controladas ante la amenaza de otros hombres de verdad merodeando por las aceras, pues en definitiva, puede pensar Piqué y tantos otros como él, es lo que le ocurrió a la anterior pareja de Shakira, el argentino Antonio de la Rúa, tras la aparición del jugador del Barcelona CF y de la Selección Española.

En el artículo de Noelia Ramírez (“Shakira y el síndrome de la famosa sumisa”http://smoda.elpais.com/articulos/shakira-y-el-sindrome-de-la-famosa-sumisa/4535) recoge otros casos de famosas con una actitud similar de entrega y sometimiento a los dictados de sus hombres, como el de Miranda Kerr y de Candace Cameron. Todo ello no es casualidad, sino el resultado de una cultura androcéntrica que define las identidades de los hombres sobre la idea de protección y posesión de las mujeres, y la de las mujeres sobre las referencias de cuidado y sumisión a los hombres, por lo que la reproducción de estos valores es entendida como la manifestación máxima del amor que debe caracterizar la relación.

Las declaraciones de Shakira coinciden con un enorgullecimiento de los valores vintage y de lo conservador como escondite. Las posiciones tradicionales de la sociedad (partidos, religiones, instituciones…) han mandado el mensaje de que los problemas que tenemos en nuestra sociedad a todos los niveles (individual, familiar, social…) son consecuencia de la deriva sin rumbo de una izquierda hedonista y caprichosa que tiene un interés  especial en acabar con las referencias tradicionales. De este modo, las propuestas para alcanzar la igualdad y erradicar la desigualdad se ven como un ataque, no como una alternativa, de ahí la beligerancia con la que se responde ante ellas.

El problema, además de la injusticia que supone una relación en la que una de las personas actúa como referencia para imponer sus ideas y decisiones sobre la otra, es que aunque se asuma este juego de roles impuesto por la cultura, no siempre se está de acuerdo ni se perciben del mismo modo determinadas situaciones que se presentan en el día a día.

¿Qué ocurre cuando el protector-dominador entiende que su sumisa mujer no corrige lo suficiente aquello que él considera inaceptable?, ¿qué sucede cuando la sometida mujer decide que la nueva exigencia es inasumible?…

No es difícil de imaginar, la misma cultura de la desigualdad cuenta con mecanismos para obligar e imponer en esas circunstancias en que la duda genera conflictos, y uno de los instrumentos más accesibles, eficaces e inmediatos es  la violencia… Es lo que dicen muchas mujeres maltratadas: “mi marido me pega lo normal, pero hoy se ha pasado”, es decir, no cuestionan el uso de la violencia, sólo la intensidad utilizada. Por ello prácticamente el 80% de las mujeres que sufren violencia de género no denuncian, incluso cuando la situación es tan grave que terminan siendo asesinadas.

Y si todo ello ocurre en mujeres famosas, independientes, con recursos de todo tipo para afrontar una situación de esas características, imagínense lo que están pasando cientos de miles de mujeres sin esas posibilidades, que del  mismo modo entienden que entre las obligaciones de sus parejas está el controlarlas y el imponerle límites de toda clase. Y piensen cuáles son las circunstancias de las mujeres más jóvenes cuando aún no han agotado las oportunidades que dan al amor romántico y a su príncipe azul-policía.

Bien, pues a pesar de todas estas circunstancias y de una normalidad cómplice con la violencia de género, todavía hay muchos jueces que en los casos de violencia de género no entienden lo de la “desigualdad estructural”, de manera que si la mujer tiene más ingresos que el hombre concluyen que no hay desigualdad. Y del mismo modo, dan más credibilidad a las palabras de las mujeres cuando retiran la denuncia (sin tener en cuenta todas las presiones que hayan podido recibir y sus propias dudas), que cuando la ponen (sin considerar todas las dificultades y miedos a la hora de hacerlo).

Y aún sorprende más cómo todavía hay tantos hombres que defiendan esa identidad con olor a “Varón Dandy”, y se sientan más hombres por desconfiar y dudar de las mujeres con quienes comparten una relación. Todo ello lo que en verdad demuestra es que a quienes protegen es a ellos mismos y la imagen que supondría que “su mujer los dejara”, máxime si es por otro hombre, y que el único amor que sienten es el “amor propio”.

¿Ustedes creen qe este planteamiento tradicional es querer a las mujeres?, ¿y creen que defender esa masculinidad significa querer a los hombres…? Yo, sinceramente, creo que no.

Fuente: http://blogs.elpais.com/autopsia/2014/03/%C3%A9l-tan-macho-y-ella-tan-feliz.html

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‘+Corto 2016’ proyecta 117 minutos de cine de autor

El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana celebra su segundo festival de cortometrajes, este jueves y viernes, en el Centro Cultural Maspalomas.

España/18 abril 2016/Fuente:
maspalomasahora.com
El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana celebrará esta semana la segunda edición de su festival de cortometrajes ‘+Corto 2016’. En total se proyectarán 18 piezas noveles en dos jornadas, el jueves y viernes, a las 20:00 horas, en el Centro Cultural Maspalomas.

La muestra está organizada por la Concejalía de Cultura que dirige la edil Esther Delgado Sánchez, y se incluye en el programa de actividades que el Ayuntamiento está desarrollando a lo largo de todo este mes para conmemorar el Día Internacional del Libro, fijado por Naciones Unidas el 23 de abril de cada año.

Las proyecciones se realizan con carácter gratuito. En esta edición, en ‘+Corto 2016’ se ofrecerán en total 117 minutos de cine de autor, realizado por jóvenes talentos españoles, que el público podrá valorar y puntuar después de cada sesión para premiar la obra novel con mayor calidad y aceptación.

El jueves, en la primera jornada, se proyectarán los cortos ‘A los ojos’ de Mario Hernández; ‘Con vistas’, de Ignacio Castro y Josep maría Riera; ‘Un capodanno particolare’, de Carlos Bouvier; ‘Una mirada’, interpretada por Isabel Sánchez y Antonio Esquinas; ‘Cuenta con nosotros’, de Pablo Vara; ‘Piedra papel’, de Celia Galán; ‘Operación Preferente’, de Roger Comella y Carles Velat, y ‘Misterios mínimos’, de Carlos Essmann.

En la jornada del viernes se proyectarán ‘Alien inside’, de Alfonso García; ‘El nudista’, de Alex Waudby; ‘Los Hernández’, de Josan Grau, ‘Seis abuelos en busca de autor’, de Juan Rivadeneyra; ‘Cosas que los nietos deberían saber’, de Toni López Bautista; ‘Coming to Terms’, de David Bertran; ‘Vietnam 4D Experiencie’, de los hermanos Juan y Pedro Poveda, y ‘Número 2: Si yo fuera Marilyn’, del que fuera director del Festival de Cine de Maspalomas en sus últimas ediciones, Juan Carlos Falcón.

Exposiciones

En paralelo a este festival de cortometrajes, el programa del Día del Libro está ofreciendo también en el Centro Cultural Maspalomas una exposición gráfica de cartelería de cine bautizada ‘La magia del coleccionista’. Dicha muestra está extraída del II Encuentro de Patrimonio Audiovisual de Gran Canaria 2013, y podrá ser visitada hasta el 30 de abril.

También incluye el programa cultural una exposición literaria y cinematográfica de préstamo en la Biblioteca Municipal, compuesta por una selección de unas 50 parejas de películas basadas en obras literarias, tanto clásicas como actuales, con títulos tan sugerentes como ‘El nombre de la rosa’ (Umberto Eco), ‘El perfume’ (Patrick Suskind), o  toda la saga de Crepúsculo o de Star Wars, entre otros.

Lectura colectiva

Además, desde hace varias semanas se está llevando a cabo entre el alumnado de Secundaria del IES Amurga y del Colegio Arenas Sur la lectura colectiva de la novela ‘Bajo la misma estrella’, un best seller juvenil de corte dramático de John Green. Esta actividad, a la que fueron invitados todos los centros de Secundaria del municipio, incluye la proyección cinematográfica de la novela este jueves a las 11:30 horas en el Centro Cultural Maspalomas.

Asimismo, para este martes está prevista dentro del programa del Día del Libro la celebración de una sesión de narración oral a cargo del Taller de Juglares. Será a las 10:00 horas en la Biblioteca Municipal Maspalomas. Asistirán cerca de 100 alumnos de 12 y 13 años de 1º ESO de esos dos centros educativos.

La celebración del Día del Libro 2016 en San Bartolomé de Tirajana ha incluido también la apertura y puesta en funcionamiento de dos nuevas bibliotecas públicas en este municipio. Éstas fueron inauguradas la semana pasada por el alcalde Marco Aurelio Pérez Sánchez en las casas de la Cultura de Juan Grande y El Pajar.

Fuente de la Noticia:

maspalomasahora.com/not/37199/-lsquo-corto-2016-rsquo-proyecta-117-minutos-de-cine-de-autor-/

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