La astrofísica que lucha para que las niñas africanas también puedan ser científicas

Redacción: El País/30-01-2019

Mirjana Pović ha sido galardonada por ‘Nature’ por fomentar la vocación de las mujeres por las carreras STEM

La serbia Mirjana Pović (Pançevo, 1981) solo tenía nueve años cuando comenzaron las guerras de Yugoslavia. En la escuela, faltaba el material educativo y motivación entre el personal. Fuera de ella, se enfrentaba a una fuerte tensión social y familiar. El conflicto duró 10 años, pero los efectos mucho más: “Mi familia antes de la guerra era de clase media baja, pero durante la guerra la clase media desapareció”. Poco después Pović comenzó la carrera de astrofísica en la Universidad de Belgrado. Cada día tenía que viajar más de 20 kilómetros desde Pançevo a la capital y “no tenía ni para pagar el transporte”. Por ello, hacía autostop para poder ir a clase. Aún así, consiguió graduarse y hoy es profesora del Instituto Etíope de Ciencia y Tecnología Espaciales y un referente para muchas niñas que viven en condiciones de pobreza.

“En la mayor parte de África subsahariana las familias viven de la agricultura y la ganadería, tienen un promedio de cuatro o cinco hijos y los recursos para que los niños vayan al colegio son muy limitados”, cuenta. Pese a que cada vez más chicas tienen la posibilidad de acceder a la educación primaria y secundaria, todo se complica cuando deben ir a un centro escolar de otra ciudad o a la universidad. “La pobreza no afecta a toda la sociedad de la misma forma. Las que más sufren son las mujeres. Todavía se da prioridad a los chicos para que puedan estudiar”, afirma la astrofísica.

Esta doctora ha dado clases en orfanatos y enseñado a niños de la calle en Tanzania, Sudáfrica y Ruanda. También ha formado a las primeras generaciones de estudiantes de máster y doctorado en Astronomía en Etiopía, Tanzania, Ruanda y Uganda. Ahora pretende destinar el premio a poner en marcha el proyecto STEM for Girls Ethiopia, que tiene como objetivo dar visibilidad a las mujeres científicas y fomentar la vocación entre las estudiantes de secundaria para hacer carreras STEM (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Ella empezó a interesarse por la astronomía cuando era una niña. Cada día observaba el cielo y se preguntaba qué eran la Luna y el Sol. “Tenemos un laboratorio encima nuestro [el cielo]. Yo sentía mucha curiosidad y pensaba: ‘Cuando sea mayor voy a entender de dónde viene esa luz y esos puntos del cielo”. En aquel entonces ya tenía pasión por África. En 2005 obtuvo una beca para hacer el doctorado en el Instituto de Astrofísica de Canarias y comenzó a ahorrar para ir a trabajar como voluntaria al tercer continente más grande del planeta.

“La pobreza no afecta a toda la sociedad de la misma forma. Las que más sufren son las mujeres. Todavía se da prioridad a los chicos para que puedan estudiar”

Desde 2016, esta doctora vinculada al Instituto de Astrofísica de Andalucía da clases y supervisa a los estudiantes que estudian un máster y un doctorado en el Instituto Etíope de Ciencia y Tecnología Espaciales. Allí, el principal problema para ofrecer una formación de calidad es “la falta de personal cualificado”. De los 111 empleados en el instituto —entre los que también están los trabajadores administrativos, financieros y personal de apoyo—, solo cinco cuentan con un doctorado. Y de esos cinco, ella es la única mujer.

La falta de personal dificulta la posibilidad de dedicar tiempo a sus propios proyectos. Pero siempre que puede intenta avanzar en sus investigaciones en astronomía extragaláctica. Concretamente estudia las propiedades de las galaxias activas: “De ellas recibimos energías y luminosidades mucho más altas que de galaxias normales y son unos de los objetos más brillantes que tenemos en el universo”. Por ejemplo, analiza cuál es el rol de estas galaxias activas en la evolución y formación de las galaxias en general, como han ido evolucionando a lo largo del tiempo cósmico o cuáles son las propiedades de las que tienen muy baja luminosidad.

Esta falta de tiempo para progresar en los proyectos es uno de los problemas a los que se enfrentan muchas mujeres científicas africanas. “Tener una familia en África es una deber. Es difícil encontrar mujeres que no tienen hijos. Cuando vuelven a casa, el peso no se comparte de la misma forma entre hombres y mujeres. Ellas son las que normalmente se encargan de las labores del hogar y de cuidar a sus hijos”, cuenta.

No obstante, para estas mujeres las dificultades comienzan mucho antes. Los sesgos sobre la capacidad de las mujeres para realizar ciertos trabajos están presentes desde edades tempranas. En un estudio publicado en 2017 en la revista Science, se preguntaba a niños y niñas si, cuando se les hablaba de una persona especialmente inteligente, creían que era de su sexo o del contrario. Cuando los pequeños tenían cinco años, no se observaban diferencias, sin embargo, a partir de los seis, la probabilidad de que las niñas considerasen que la persona brillante fuera de su sexo descendía.

“Desde que somos pequeñas siempre hemos sido sobreprotegidas en todo el mundo. Se nos muestra que somos más frágiles y esa confianza que los demás no tienen en nosotras se nos queda grabada para siempre”, cuenta Pović. Para acabar con estos prejuicios y fomentar la vocación entre las niñas es imprescindible tener referentes femeninos: “Si desde que somos pequeñas no tenemos referencias de mujeres matemáticas o físicas, ¿cómo vamos a elegir uno de estos campos cuando nos hagamos la pregunta?”.

Luchar contra estos estereotipos y conseguir que las niñas puedan ser científicas en África o en cualquier lugar del mundo “no corresponde solo a las maestras, madres o mujeres líderes”. “Es un trabajo de la sociedad”, asegura la astrofísica. Para ella, es fundamental informar de que este tipo de sesgos existen para intentar evitarlos tanto en las escuelas como en Internet y los medios de comunicación. Crear vínculos entre las mujeres científicas para que se apoyen entre sí y se sirvan de inspiración también es muy útil. Pović, por ejemplo, forma parte de la organización española AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas).

También considera que acabar con la pobreza e invertir en proyectos de desarrollo en educación y en políticas de igualdad “va a ser beneficioso para las niñas”. La astrofísica aboga por la discriminación positiva hasta que hombres y mujeres tengan las mismas posibilidades: “Dar más becas y oportunidades a las mujeres para intentar sacar lo mejor de ellas”. Ella da prioridad a las chicas que estudian en el instituto a la hora de supervisar sus proyectos y está convencida de que poco a poco el cambio es posible. Muestra de ello es que ella ha supervisado a la primera chica en Ruanda que ha cursado un máster en Astronomía y está haciendo un doctorado. La idea es que cada vez sean más las mujeres que trabajen como matemáticas, físicas o astrónomas y den clases en universidades. Es decir, que haya más referentes para que las niñas en África también quieran y puedan ser científicas.

POR QUÉ ES IMPORTANTE INVERTIR EN CIENCIA EN ÁFRICA

¿Por qué es importante invertir en programas de desarrollo científico en lugar de hacerlo en solucionar problemas de primera necesidad en África como el acceso a la luz, al agua o a la sanidad? Pović tiene la respuesta: “En las últimas décadas solo se ha invertido en bienes de primera necesidad, pero es imprescindible tener también proyectos de desarrollo científico, tecnológico e industrial a largo plazo. Solo así se puede sacar a los países de la situación en la que están desde hace años”. Lugares como Etiopía, Kenia, Namibia o Botswana ya han empezado a invertir en proyectos científicos. El Instituto Etíope de Ciencia y Tecnología Espaciales, en el que la astrofísica es profesora e investigadora, es un proyecto fundado en 2016 que busca resultados a largo plazo. El objetivo es usar datos espaciales y de satélite para afrontar uno de los retos más grandes del país como es el acceso al agua. Con esta información, también se pretende mejorar la producción agrícola, el sistema de electricidad (solo 25% de población tiene acceso a la luz), gestionar desastres naturales, mejorar el sistema de infraestructuras y elaborar planes urbanísticos.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/14/ciencia/1547481302_000224.html

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Mujeres dominan educación superior en China

29 0ctubre 2017/Fuente:spanish /Autor: Spanish.xinhuanet.com

La mayoría de los estudiantes en instituciones de educación superior de China son mujeres, y el número de mujeres en la mano de obra también se está incrementando en el país, señalan hoy datos del Buró Nacional de Estadísticas de China.

En 2016, el 50,6 por ciento de los estudiantes de posgrado eran mujeres, superando el porcentaje de hombres por primera vez. En el mismo año, las mujeres representaron el 52,5 por ciento de los estudiantes universitarios.

Alrededor del 43,1 por ciento de la mano de obra del país estaba constituida por mujeres a finales de 2016, el número de trabajadoras en regiones urbanas era de 65,18 millones, un aumento de 34 por ciento con respecto a 2010.

También hubo mejoría en el desequilibrio de género en la toma de decisiones, tanto en política como en negocios.

La proporción de diputadas en la XII Asamblea Popular Nacional, la máxima legislatura de China, llegó a un récord de 23,4 por ciento, es decir 2,1 puntos porcentuales más que la asamblea previa de hace cinco años. Las mujeres representaban 39,9 por ciento de los miembros de juntas de directores en 2016, a diferencia del 32,7 por ciento de 2010.

Fuente de la noticia: http://spanish.xinhuanet.com/2017-10/28/c_136710824.htm

Fuente de la imagen: http://www.revistadelibros.com/articulos_img/img_articulo_5265.jp

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HRW denuncia la falta de acceso de las niñas afganas a la educación

Afganistán / 22 de octubre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Europa Press

Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este martes el fracaso de los esfuerzos realizados desde 2001 por parte del Gobierno de Afganistán y de los donantes internacionales con el fin de garantizar el acceso de las niñas a la educación.

La ONG ha alertado de esta situación en un informe titulado: ‘No seré doctora y algún día estarás enfermo: el acceso de las niñas a la educación en Afganistán’.

La directora de Derechos de la Mujer para HRW, Liesl Gerntholtzt, ha asegurado que el Gobierno de Afganistán y los países donantes realizaron «promesas ambiciosas» en 2001 cuando se comprometieron a hacer posible el acceso de todas las niñas a la educación, ya que «la inseguridad, la pobreza y los desplazamientos están empujando a muchas niñas fuera de las escuelas».

Este informe pone de manifiesto que para poder ayudar a sus familias a sobrevivir frente a la pobreza extrema muchas niñas se dedican a tejer, bordar, mendigar o recoger basura en lugar de estudiar.

HRW ha subrayado que, 16 años después de la intervención militar estadounidense para desalojar a los talibán del poder, aproximadamente dos tercios de las niñas afganas siguen sin asistir a la escuela.

«El Gobierno necesita renovar su enfoque para garantizar que todas las niñas puedan acudir al colegio o se arriesga a perder estos avances», ha agregado Gerntholtzt.

El informe describe cómo, a medida que la seguridad en el país empeora y los donantes internacionales se retiran de Afganistán, los progresos hechos para que las niñas puedan acceder a la escuela pierden fuerza.

El estudio de HRW se basa en 249 entrevistas realizadas en las provincias de Kabul, Kandahar, Balj y Nangarhar, principalmente con niñas de entre once y dieciocho años que no han podido completar su educación.

HRW ha señalado que tanto el Ejecutivo de Afganistán como los países donantes a menudo han resaltado la educación de las niñas en el país como un éxito y, de hecho, actualmente existen varios millones más de niñas escolarizadas que durante la etapa de los talibán.

Sin embargo, la ONG ha advertido que el objetivo declarado de lograr el acceso de todas las menores a la escuela está lejos de cumplirse, al tiempo que ha denunciado que la proporción de alumnas en las escuelas está disminuyendo en distintas partes del país.

SOLO EL 37% DE LAS ADOLESCENTES ESTÁN ALFABETIZADAS

Según datos de las autoridades afganas, 3,5 millones de niños se encuentran fuera del sistema educativo y el 85 por ciento de ellos son niñas. Entre los adolescentes alfabetizados solo el 37 por ciento son chicas, mientras que los chicos representan un 66 por ciento.

HRW ha advertido de que el Gobierno de Afganistán destina más colegios para niños que para niñas, tanto en educación primaria como en secundaria.

Asimismo, la ONG ha denunciado que en la mitad de las provincias del país menos del 20 por ciento del profesorado son mujeres. Esto supone una de las mayores barreras de acceso a la educación para las niñas porque muchas familias no aceptan que las pequeñas sean instruidas por un hombre, sobre todo cuando son adolescentes.

Otro factor que destaca el informe es que muchos niños viven demasiado lejos de las escuelas, algo que afecta particularmente a las niñas. Alrededor del 41 por ciento de los colegios no cuentan con un edificio en sí y muchos carecen de agua y aseos, lo que afecta especialmente a las niñas.

Una de las menores entrevistadas por HRW es Jatera, de 15 años y natural de la provincia rural de Samangan. Jatera ha contado que vive «muy lejos del colegio para niñas más cercano», que está emplazado en otro pueblo. La adolescente también ha dicho que el viaje a la escuela «en burro o en caballo» puede prolongarse durante todo el día.

 

FAMILIAS «DIGNAS DE RECIBIR APOYO»

HRW ha señalado que las niñas normalmente se quedan en casa debido a las actitudes discriminatorias que no valoran o impiden su educación. Un tercio de las niñas se casa antes de los 18 años y, una vez comprometidas o ya casadas, muchas se ven obligadas a abandonar los estudios.

Sin embargo, HRW ha destacado que existen muchas familias que luchan de manera desesperada por educar a sus hijas enfrentándose a numerosos obstáculos, algo que las hace «dignas de recibir apoyo».

Hay familias que cruzan el país para encontrar un colegio para sus hijas, otras que se separan de ellas para que puedan asistir a una escuela e incluso familias cuyos hijos mayores viajan a Irán para trabajar de forma ilegal y poder costear la educación de sus hermanas pequeñas.

Las barreras administrativas y la corrupción son obstáculos adicionales, especialmente para las familias pobres y además desplazadas. Incluso cuando la matrícula es gratuita, existen gastos por enviar a los menores a la escuela y muchas familias pueden permitirse enviar a ninguno de sus hijos a la escuela o, en caso de hacerlo, debe ser bajo préstamos.

Fuente de la Noticia:

http://www.europapress.es/internacional/noticia-hrw-denuncia-falta-acceso-ninas-afganas-educacion-20171017152613.html

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