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La próxima semana retorna a la presencialidad la educación media

Entrevista de Radio La R a Oscar Pedrozo.

Oscar Pedrozo, Consejero del Consejo Directivo Central participó en el programa Comuna Noticias brindando toda la información acerca del retorno a la presencialidad en la educación media.

Estamos prácticamente por cumplir una nueva etapa con la presencialidad de los jóvenes, en los institutos de enseñanza. ¿Es así?

Así es. Damos continuidad al proceso que se inició con la educación inicial y primaria. Y ahora, ya completando con lo que hace a la educación obligatoria, fundamentalmente la educación media. Tanto de secundaria como en UTU.

Esto ya tiene fecha para después de esta semana de vacaciones de invierno ¿Verdad?

En el día lunes 12 ya están habilitados para dar inicio los cursos de 1er año de educación media básica, el 1ero de liceo y de UTU y el primer año y tercero de la educación media superior. Es el cuarto año en la educación secundaria y el sexto. Lo que es en los primeros años de la educación media profesionalizante, la educación media tecnológica. Y el tercero de la educación media tecnológica y los PP correspondientes a UTU.

Los protocolos anduvieron muy bien en la enseñanza inicial. En el área rural, fundamentalmente, el distanciamiento social. ¿Qué pasa con aquellos locales que tienen muchos jóvenes y la distancia es prácticamente inexistente? ¿Qué pasa allí, Consejero?

Los protocolos se mantienen en lo que hace al primer año de la media básica, seguimos con el metro de distancia entre los estudiantes en forma permanente. Más allá de las situaciones de movilidad básica y elemental que en cualquier clase se dan. Pero la cantidad de alumnos que corresponden es aquellos que entrarían en un salón con una distancia de un metro entre unos y otros. Y en el caso, a partir de segundo año es la distancia del metro y medio.

Se trabaja mucho con la ventilación, y la higiene de las aulas y de las propias personas. Entonces, en ese sentido, se mantiene el uso de tapabocas en la educación media, es obligatorio. Así que por lo tanto, pretendemos que la mayor presencialidad posible pueda brindarse. Cada uno de las direcciones generales va a estar orientando en lo que hace a cómo organizar los grupos.

Por otro lado, también cada uno de los centros educativos tienen sus propias realidades. Salones donde podemos ingresar unos 16 o 18 estudiantes. Bueno, ese será el aforo correspondiente para esa aula. Y, también, las direcciones tienen la posibilidades de en un grupo de 30 que ingresan 18 en el aula, convocar a los 18 no tienen por qué hacer convocatorias de 15 y 15, en sub grupos. Sino que perfectamente pueden hacerse así lo determina convocar a 18 y al día siguiente, o en la oportunidad que corresponda, el siguiente grupo. También igual cantidad, lo que va nos va a estar determinando que hay 4 o 6 alumnos que pueden tener la presencialidad total. De todos los días, de todo el horario. De manera de asegurar la mayor la presencialidad.

En el caso, que las direcciones liceales o las escuelas técnicas, determinen subgrupos pero en el mismo día, entonces, ahí sí proponemos que se mantenga la burbuja. Y entonces, sí, en grupos de 30 serán 15 y 15 de acuerdo a las realidades para que no estemos atravesando a los chiquilines de una burbuja, de un subgrupo, al otro.

¿Qué pasa con la presencialidad en caso de que el alumno tenga que cursar una cuarentena por contacto intrafamiliar?¿Allí se puede hacer un mix de virtualidad?

En el caso de aquellos chiquilines que están con cuarentena o que están atravesando la enfermedad por COVID, en esos casos o en aquellos casos donde hay alguna manifestación de gripe, de fiebre, de dolor de garganta, entonces proponemos que las familias no los envíen a los chiquilines a los centros educativos. De todas maneras los profesores van a estar desarrollando las actividades como vienen desarrollando. Y así también lo hicieron a principios de este año y del año anterior. En el sentido de en el mismo momento generar situaciones de no presencialidad, trabajos a distancia o a través de plataforma CREA, Whatsapp, en fin, distintas propuestas que cada uno de los docentes determina para acercar al estudiante la posibilidades de continuidad educativa, la continuidad en la clase. Pese a no estar en ese momento en el salón.

¿Es requisito tener las vacunas contra el coronavirus para concurrir a clases ?

No hay obligación en el tema de vacunas. Sin embargo, felicitamos a los chiquilines. Porque la verdad es que a nivel de los jóvenes ha habido una respuesta masiva, muy importante, donde los chiquilines se han volcado y han ido a vacunarse. Buscando, justamente, volver a una suerte de normalidad, con los cuidados por supuesto. Pero en ese estar con los otros. Creo que han sido los que más han impactado y han demostrado que es necesario estar en contacto, volver a esa socialización, más allá de los centros educativos, también en otros espacios.

Creo que eso es lo que han demostrado estos chiquilines al ir a vacunarse masivamente como lo han hecho. Y sí, tal cual, hay muchos que ya van a estar con las dos dosis o muy próximos a las dos dosis, dado que se inició este mes anterior la primera situación de los chiquilines menores de 18 años.

Fuente e Imagen: https://www.republica.com.uy/la-proxima-semana-retorna-a-la-presencialidad-la-educacion-media-id854529/
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Perú: Municipio de Chorrillos implementó programa que permitirá acceso a Internet a escolares de zonas vulnerables

América del Sur/Perú/11-07-2021/Autor(a) y Fuente: rpp.pe

El programa funcionará de forma progresiva en 20 locales comunales con capacidad para albergar a 10 alumnos con problemas de conectividad a Internet en sus hogares. Los módulos contarán con tablets e impresoras, además una tutora apoyará a los alumnos en lo que requieran.

El municipio de Chorrillos implementó un servicio de apoyo para la educación de niños y adolescentes de menores recursos económicos mediante el cual se les brindará acceso a internet gratuito en dispositivos electrónicos, a fin de que puedan seguir sus clases virtuales durante la pandemia por la COVID-19.

Se trata del programa denominado ‘EDUCACHORRILLOS’ el cual funcionará progresivamente en 20 locales comunales con capacidad para albergar, cada uno, a un promedio de 10 alumnos que tengan problemas de conectividad a Internet en sus hogares.

Cada uno de estos módulos está equipado con tablets e impresoras con conexión permanente a Internet. La conexión es viable a través del WiFi gratuito instalado en cada ambiente donde los estudiantes reciben sus clases virtuales a cargo de una tutora encargada de apoyar a los alumnos en sus requerimientos educativos y les brindarán material pedagógico.

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Zygmunt Bauman: Comprar o no comprar ya no es el dilema

Por: Zygmuont Bauman

«Para los consumidores fallidos, la versión actualizada de los que no tienen, no comprar constituye el estigma lacerante de una vida incompleta, la prueba de su falta de entidad y de su sensación de que no sirven para nada.. – Zygmunt Bauman
                                 
 Texto del sociólogo, filósofo y ensayista polaco-británico Zygmunt Bauman, publicado opr primera vez en su libro «Does the Richness of the Few Benefit Us All?»
Por: Zygmunt Bauman
«El objetivo último de la tecnología, el télos de la techné», sugirió Jonathan Franzen al inicio de una conferencia pronunciada el 21 de mayo de 2011 en el Kenyon College, «es sustituir un mundo natural, indiferente a nuestros deseos (un mundo de huracanes, de adversidades y corazones que se pueden romper, un mundo que se nos opone), por otro tan receptivo a nuestros deseos que llega a ser, de hecho, una simple prolongación del yo». Estamos hablando en definitiva de comodidad y conveniencia, (por decirlo así, una comodidad sin esfuerzo y una cómoda falta de esfuerzo). Se trata de hacer que el mundo nos obedezca y se adapte a todos nuestros caprichos; de expulsar del mundo todo lo que se interponga, obstinada y tenazmente, entre nuestra voluntad y la realidad. Una precisión: como lo que llamamos «realidad» es aquello que se resiste a la voluntad humana, se trata en definitiva de hacer frente a la realidad. De vivir en un mundo constituido únicamente por lo que queremos y lo que deseamos; por nuestras necesidades y deseos como compradores, consumidores, usuarios y beneficiarios de la tecnología.
Un deseo que todos compartimos y sentimos con fuerza, con pasión, es el deseo de amar y de ser amado.
Y Franzen continúa:

A medida que los mercados descubren y responden a lo que los consumidores más desean, nuestra tecnología se ha vuelto especialmente diestra en crear productos que se correspondan con nuestra fantasía de relación erótica, en la que el objeto amado no pide nada y lo da todo al instante, haciéndonos sentir todopoderosos, y tampoco monta escenas espantosas cuando se ve sustituido por otro objeto aún más sexy y se queda relegado a un cajón.

(o al cubo de la basura o el vertedero sin fondo del olvido, añadiría yo). Cada vez con más frecuencia, los productos tecnológicos comercializados, como los gadgets electrónicos que se activan con la voz, o que amplían sus imágenes con el simple movimiento de dos dedos, encarnan todo lo que siempre soñamos que harían estos objetos queridos pero que nunca o casi nunca pensamos que conseguiríamos (y con la apreciable cualidad de que nunca se resisten a desaparecer y nunca vuelven después de haber sido abandonados). Los gadgets electrónicos no sólo sirven al amor: también están diseñados para ser amados de una manera que se les ofrece a todos los demás objetos de amor, pero que estos casi nunca permiten. Los gadgets electrónicos son los objetos de amor más asépticos, pues establecen normas y patrones tanto para los que entran, como para los que salen de relaciones amorosas que pueden ser ignoradas por todos los demás objetos de amor, sean estos electrónicos o de carne y hueso, animados o inertes, y con el único riesgo de ser descalificado y rechazado.
Sin embargo, a diferencia de los gadgets electrónicos, el amor de un ser humano por otro ser humano significa compromiso, aceptar los riesgos, estar dispuesto a sacrificarse; significa elegir un vía incierta y sin referencias, difícil e irregular, esperando (y queriendo) compartir su vida con otra persona. El amor puede o no ir acompañado de una felicidad tranquila, pero no suele ir acompañado de comodidad y conveniencia; estas no se pueden dar por hechas, y menos estar seguro de que estarán… Por el contrario, se ponen a prueba hasta el límite las habilidades propias y la voluntad, e incluso se plantea la posibilidad de una derrota, de la revelación de que uno es inadecuado, con la consecuente herida en la propia autoestima. Los productos electrónicos asépticos, suavizados, libres de espinas y de riesgos no son amor: ofrecen un seguro contra «la suciedad» pues, como observa acertadamente Franzen, «inevitablemente el amor mancha la imagen que el espejo nos devuelve de nosotros mismos». La versión del amor electrónicamente confeccionada no trata, en último término, en absoluto del amor; los productos tecnológicos de consumo atrapan a sus clientes con el señuelo de satisfacer su narcisismo. Prometen dejamos bien (pase lo que pase, hagamos los que hagamos o no hagamos). Como apunta Franzen «somos protagonistas de nuestras propias películas, nos fotografiamos incesantemente, basta un clic de ratón y una máquina nos confirma nuestra sensación de dominio Hacerse amigo de una persona se reduce a incluir a esa persona en nuestro salón privado de espejos favorecedores», Pero, añade, «el empeño de gustar plenamente es incompatible con las relaciones amorosas».
El amor es, o amenaza con ser, un antídoto contra el narcisismo. El amor también pone en evidencia la falsedad de las apariencias en las que se apoya nuestra autoestima, pues esta ha de pasar las pruebas de la realidad. Lo que la versión falsificada, blanqueada y esterilizada electrónicamente ofrece es un seguro para proteger nuestra autoestima de los riesgos por los que el original artículo de Franzen es tan conocido.
El «boom electrónico», los fabulosos beneficios obtenidos por las ventas de gadgets cada vez más «fáciles de usar» (dúctiles, sumisos, siempre obedientes) presentan todos los signos de otra «tierra virgen» recientemente descubierta y explotada (y un marco para una serie infinita de nuevas tierras por descubrir). Los mercados de consumo han logrado otra conquista: otra área de preocupaciones humanas, temores, deseos y luchas (hasta ahora en manos de las iniciativas comunitarias, la industria artesanal y la cocina casera, y por tanto desaprovechadas por el mercado) ha sido convertida en productos básicos y comercializados con éxito; las actividades de esta área, al igual que muchas otras áreas de preocupación y de actividad humanas, se han transformado en comprar experiencias y redirigido hacia los centros comerciales. Pero déjenme repetirlo: contrariamente a sus engañosos argumentos, la última área que se ha abierto a la explotación en el mercado de consumo no es la del amor, sino la del narcisismo.
No obstante, mensajes idénticos aparecen en las pantallas y salen de los altavoces, un día sí y otro también, con gran profusión. A veces los mensajes son claramente explícitos, y otras veces están ocultos sutilmente; pero cada vez, ya apelen a las facultades intelectuales, a las emociones o a los deseos subconscientes, prometen, sugieren y expresan una felicidad (o sensaciones placenteras, momentos de júbilo, arrebato o éxtasis: una radón de felicidad para toda la vida entregada poco a poco, en dosis diarias o por horas y por poco dinero) que forma parte de la adquisición, de la posesión y del disfrute de los productos proporcionados en una tienda.
El mensaje no puede ser más claro: el camino de la felicidad pasa por ir de compras. Desde este postulado, la suma total de las compras de un país es la medida principal y más fiable de la felicidad de una sociedad, y el tamaño de lo que cada uno representa en ese conjunto de compradores es la medida principal y más fiable de la felicidad temporal. En las tiendas se pueden encontrar remedios eficaces contra cualquier preocupación o contratiempo: contra todas aquellas pequeñas y grandes molestias e incomodidades de la vida que se interponen entre nosotros y un modo de vida acogedor, confortable y permanentemente gratificante. Así que, sea cual sea el producto que promocionan, presentan y venden, las tiendas son farmacias para cada problema real o posible de nuestra vida, para los que ya hemos tenido y para los que tememos tener.
Este mensaje se envía de forma indiscriminada tanto a los de arriba como a los de abajo. Este mensaje presume de ser universal (válido para cualquier ocasión y paral cualquier ser humano). Sin embargo, en la práctica, la sociedad se escinde entre una masa de verdaderos consumidores de pleno derecho (una condición muy valorada) y una categoría de consumidores fracasados, los que por diversas razones no son aptos para cumplir con las exigencias que ese mensaje les impulsa a asumir insistente y machaconamente, hasta convertirse en un mandamiento que no admite excepciones ni preguntas. El primer grupo está satisfecho con sus esfuerzos y tiende a considerar que sus altas puntuaciones en las tablas de consumo son un derecho y una recompensa justa por las ventajas ganadas o heredadas para afrontar la complejidad de la búsqueda de la felicidad. Por otro lado, el segundo grupo se siente humillado, pues ha sido asignado a la categoría de seres humanos inferiores: están en la cola de la clasificación de la liga, soportando o sufriendo ya su relegación. Se avergüenzan de su bajo rendimiento y de sus posibles causas: falta o insuficiencia de talento, de diligencia o de persistencia. Cualquiera de estas insuficiencias son vistas ahora como desafortunadas, degradantes, denigrantes o descalificadoras aunque sean consideradas (o porque son consideradas) como vicios evitables y reparables. Así, los perdedores de esta competición son culpados públicamente por la desigualdad social resultante. Y, lo que es más importante, tienden a estar de acuerdo con el veredicto público y se culpan a sí mismos, sacrificando su autoestima y su confianza. Al daño se le añade entonces un insulto. Sobre la herida abierta de la miseria se echa la sal de la reprobación.
La condena de la inferioridad social supuestamente autoinfligida se ha extendido hasta incluir el murmullo del descontento por parte de los damnificados, por no hablar de su rebelión contra la injusticia de la desigualdad por sí misma (al igual que cualquier empatía o compasión que los poderosos practiquen con los humildes). La disconformidad con la situación actual y el modo de vida, que es responsable de su perpetuación, ya no son vistos como una defensa justificada de los derechos humanos perdidos/robados (aunque inequívocamente inalienables) que deberían respetarse, y por cuyos principios hay que ofrecer un trato igualitario. Más bien son vistos citando a Nietzsche, como una «compasión con todos los débiles y excluidos que es más perjudicial que cualquier vicio », y por eso constituye el «mayor peligro» que «siempre anida en la indulgencia y el sufrimiento » respecto de ellos y su clase.
Ese tipo de creencias públicas impuestas sirven de escudo protector de la desigualdad social para frenar cualquier intento serio, que tenga amplio apoyo social, de detener su curso, e incluso de disminuir su difusión. Sin embargo, no es posible evitar la creciente acumulación de ira y resentimiento entre aquellos que asisten a diario al espectáculo de los relucientes premios que supuestamente se ofrecen a los actuales y a los futuros consumidores (con recompensas que se presentan como el equivalente una vida de felicidad), a la vez que experimentan un día tras otro la exclusión y se les prohíbe la entrada al festín.
De vez en cuando, la acumulación de ira contenida se desborda y se convierte en una breve orgía de destrucción (como ocurrió hace dos años en Tottenham con los disturbios que protagonizaron consumidores expulsados/descalificados), que expresa, sin embargo, el deseo desesperado de los desvalidos por entrar en el paraíso de los consumidores durante al menos un momento fugaz, más que la intención de cuestionar y desafiar el principio básico de la sociedad consumista, esto es, el axioma de que la búsqueda de la felicidad equivale a ir de compras, y de que la felicidad se debe buscar y se encontrará en los estantes de las tiendas.
Una vez complementada y culminada con la aceptación de las víctimas de este veredicto, la atribución de la culpabilidad a las víctimas de la desigualdad impide en la práctica que la disidencia alimentada por la humillación se convierta en un programa alternativo para construir una vida gratificante, basada en una organización social diferente. La disidencia sufre la mayor parte de los demás problemas de la solidaridad entre los hombres: tiende a ser, por así decirlo, «desregulada» e «individualizada». Los sentimientos de injusticia que podrían ser aprovechados para conseguir una mayor igualdad se reorientan hacía las manifestaciones más claras del consumismo, y se dividen en miríadas de quejas individuales que se resisten a la agregación o a la combinación, y en actos esporádicos de envidia y venganza dirigidos contra otras personas de su propio bando. Así, los estallidos puntuales de violencia son una salida temporal para las venenosas emociones que normalmente están dominadas y reprimidas, y que proporcionan un respiro por un tiempo, aunque sólo sea para hacer más fácil de soportar la plácida y resignada capitulación ante las detestadas y aborrecidas injusticias de la vida diaria. Y como advirtió agudamente Richard Rorty hace unos años, «mientras el proletariado esté distraído de su propia desesperación con acontecimientos ficticios creados por los medios de comunicación… los superricos no tienen, nada que temer ».
Cualquier clase de desigualdad social deriva de la división entre los que tienen y los que no tienen, como observó Miguel de Cervantes y Saavedra hace ya varios siglos. Pero en tiempos históricos distintos tener o no tener objetos diferentes ha sido el estado más deseado y a la vez el estado más aborrecido. Hace dos siglos en Europa, y hace sólo unas décadas, en muchos lugares alejados de Europa, y hasta en la actualidad, en los campos de batallas de unas cuantas guerras tribales o entre los campos del juego de nuestros salvadores locales, el principal objeto que hacía estallar el conflicto entre los que tenían y los que no tenían era y sigue siendo el pan o el arroz (que siempre faltaba). Gracias a Dios, a la ciencia, a la tecnología y/o ciertos compromisos políticos razonables, este ya no es el caso (lo que no significa, sin embargo, que la antigua división esté muerta y enterrada). Al contrario, los objetos de deseo cuya ausencia causa más resentimiento hoy son muchos y variados, y su número, al igual que la tentación por tenerlos, aumentan día a día, Por ello la ira, la humillación, el despecho y el rencor por no tenerlos también aumentan —tanto como el impulso por destruir lo que no se puede tener—. El saqueo y el incendio de tiendas derivan de este mismo origen y satisface el mismo anhelo.
Ahora todos somos consumidores, en primer lugar y ante todo, consumidores con derechos y obligaciones. El día del atentado del 11-S, George W. Bush, al animar a los norteamericanos a superar el trauma y volver a la normalidad, no encontró mejor sugerencia que decir: «Volved a ir de compras». El nivel de nuestra actividad consumista y la facilidad con la que adquirimos un objeto de consumo y lo sustituimos por otro «nuevo y mejorado» es el principal parámetro para medir nuestra posición social y nuestra puntuación en la competición por tener éxito en la vida. Buscamos en las tiendas las soluciones a todos los problemas que nos encontramos en el camino, soluciones que supuestamente nos alejan de las dificultades y nos llevan a la satisfacción. Desde la cuna hasta la tumba nos educan y nos entrenan para usar las tiendas como farmacias llenas de medicamentos que curan o al menos mitigan todos los males y aflicciones de nuestras vidas y de nuestras relaciones con los demás. Las tiendas y las compras adquieren de este modo una verdadera y plena dimensión escatológica. Es famosa la afirmación de George Ritzer de que los supermercados son nuestros templos; y las listas de la compra, añadiría yo, son nuestros breviarios, mientras que nuestros paseos por los centros comerciales se han convertido en nuestras peregrinaciones. Comprar por impulso y deshacerse de las cosas que poseemos y que ya no son lo bastante atractivas para sustituirlas por otras más atractivas constituyen nuestras emociones más fuertes. La plenitud del disfrute del consumidor significa la plenitud de la vida. Compro, luego existo. Comprar o no comprar ya no es el dilema.
Para los consumidores fallidos, la versión actualizada de los que no tienen, no comprar constituye el estigma lacerante de una vida incompleta, la prueba de su falta de entidad y de su sensación de que no sirven para nada. No sólo implica la ausencia de placer, sino también la ausencia de dignidad. De hecho, implica la ausencia de sentido de la propia vida. En último término, la ausencia de humanidad y de cualquier elemento de respeto por uno mismo o por los demás.
Para los miembros legítimos de esta congregación consumista, los supermercados pueden ser templos para rezar y también el destino de peregrinaciones rituales. Para los anatemizados, declarados culpables y desterrados de la Iglesia de los Consumidores, los supermercados son las avanzadillas del enemigo, colocadas provocadoramente en la tierra de su exilio. Unas murallas estrechamente vigiladas impiden el acceso a los bienes que protegen a los consumidores de un destino similar. Como tuvo que reconocer George W. Bush, impiden la vuelta (y para aquellos que nunca entraron, la entrada) a la «normalidad». Persianas y rejas de acero, circuitos cerrados de televisión, guardias de seguridad uniformados en las entradas, y otros vestidos de paisano, ocultos en el interior, acentúan la atmósfera de un hostil campo de batalla. Esas fortalezas armadas y estrechamente vigiladas contra «el enemigo interior» nos recuerdan continuamente la degradación, la inferioridad, la miseria y la humillación de muchos que viven dentro de dichas fortalezas. Desafiantes desde su altiva y arrogante inaccesibilidad, esas fortalezas parecen gritar: «¡Te desafío!». Pero ¿a qué?.
La respuesta más extendida y generalizada a esta última pregunta es: «Al juego de ser más que los demás». Es decir, intentar superar y sobrepasar al vecino o al compañero de trabajo en el juego de la desigualdad de las posiciones sociales. Superar a los demás implica que existe desigualdad. La desigualdad social constituye el hábitat natural en la búsqueda de superación de los demás y la estimula, y es su producto más representativo. El juego de superar a los demás implica e insinúa que la manera de solucionar el daño hecho hasta ahora por la desigualdad es más desigualdad. Su atractivo reside en la promesa de convertir la desigualdad de los jugadores en una ventaja. O más bien de convertir la plaga de la desigualdad que se vive socialmente en un bien que se disfruta de manera individual, midiendo el éxito de cada uno en función del nivel de fracaso del otro; el progreso de uno en función del número de personas que se han quedado regazadas, y, en definitiva, el aumento del valor de uno en función de la devaluación de los demás.
Hace unos meses François Flahault publicó un excelente estudio sobre la idea del bien común y lo que este implica, Durante muchos años este infatigable explorador e intérprete de las sutilezas manifiestas y latentes de las relaciones y los intercambios humanos emprendió la lucha contra el concepto «individualista y utilitario» del hombre, es decir, la premisa explícita u oculta de la mayor parte de las ciencias sociales occidentales, que asumen que el hombre es anterior a la sociedad, y que por lo tanto la sociedad —el hecho de la solidaridad humana— tiene que explicarse mediante las características propias de las personas. Flahault es uno de los defensores más coherentes y persistentes de la opinión contraria: la sociedad es anterior al hombre, y por ello el pensamiento y los actos de los individuos, incluidos el hecho de actuar individualmente y, por así decirlo, «ser individuos», debe explicarse en relación al hecho fundamental de vivir en sociedad. Su libro dedicado al «bien común» reúne todos los conocimientos e ideas de una larga vida de investigación; se puede considerar el resumen y el corolario de toda su obra hasta la actualidad.
El principal mensaje de ese nuevo estudio de Flahault, centrado en la forma radicalmente «individualizada» de nuestra sociedad, es la idea de que los derechos humanos se utilizan con frecuencia para sustituir y eliminar el concepto de «bien político» (aunque siendo realistas, esa idea se basa asimismo en la idea de «bien común»). La existencia y la coexistencia humana, al combinarse en la vida social, constituyen el bien común para todos nosotros, del que proceden todos los bienes sociales y culturales. Por tanto, la búsqueda de la felicidad debe promover la búsqueda de experiencias, instituciones y otras realidades culturales y naturales de la vida en común, en vez de concentrarse en los índices de riqueza, que tienden a convertir la coexistencia humana en lugares de competición individual, rivalidad y luchas internas.
En su reseña del libro de Flahault, Serge Audier apuntaba que los modelos de convivencia de Serge Latouche o Patrick Viveret, si bien se acercan a la idea defendida por Flahault como alternativas al individualismo actual, tienen una larga historia (aunque la mayor parte del tiempo se mantuvieron alejados del debate público). Ya en su Fisiología del gusto, publicada en 1825, Brillat-Savarin insistía en que la «gastronomía», los placeres de la mesa, el júbilo de sentarse con otras personas alrededor de una mesa, los placeres de compartir la comida, la bebida, las bromas y la alegría, eran algunos de los vínculos esenciales de una sociedad. El sentido actual de la idea de convivencialidad, como un compañerismo liberado de las fuerzas conjuntas de la burocracia y la tecnología, fue introducido, elaborado y planteado en su forma final en los trabajos de Ivan Illich. Este filósofo de origen austríaco, cura católico y agudo crítico social, fue el autor de La convivencialidad (1973), en el que protestaba contra lo que llamaba «la guerra contra la subsistencia» emprendida por la «élite profesional». Permítanme añadir, sin embargo, que desde entonces los mercados de consumo han descubierto y utilizado ávidamente las potencialidades comerciales ocultas en estos modelos de convivencialidad; como muchos otros impulsos sociales y éticos, se comercializaron y, por lo general, se les estampó el logo de una marca. También entraron a formar parte de las estadísticas del PIB (la proporción de intercambios monetarios que representan crece constantemente y sin descanso).
Por consiguiente, el tema —y es un tema para el que todavía no tenemos una respuesta convincente, demostrada empíricamente— está en averiguar si los placeres de la convivencia son capaces de sustituir a la búsqueda de riquezas, el disfrute de los artículos de consumo que ofrecen los mercados y la competitividad, que se combinan en la idea del crecimiento económico infinito, y cumplen el papel casi universalmente aceptado de medios para conseguir una vida feliz. Resumiendo, ¿podremos inclinarnos hacia los placeres de la convivencialidad, por muy «naturales», «propios» y «espontáneos» que sean, en la actual sociedad dominante, superando la mediación del mercado y sin caer en la trampa del utilitarismo?.
En la actualidad se están llevando a cabo diferentes intentos para conseguirlo. Un ejemplo de ello podría ser el Slow Food, un movimiento internacional (que está cerca de tener un estatus global) fundado en Italia por Cario Petrini en 1986. Presentado como una alternativa a la comida rápida, se esfuerza por preservar la cocina tradicional y regional y promueve el cultivo de plantas, el uso de semillas y la cría del ganado propias del ecosistema local. El movimiento se ha expandido a escala planetaria, y supera ya los 100. 000 miembros en 150 países. Sus objetivos, producir comida de forma sostenible y promocionar los pequeños negocios locales, van paralelos a una agenda política dirigida contra la globalización de la producción, agrícola. Su objetivo último, y su motor principal, es el resurgimiento y el redescubrimiento de los casi olvidados placeres de la convivencia, de la solidaridad y de la cooperación en la consecución de objetivos compartidos como alternativa a los crueles placeres de la competitividad y de la carrera a codazos. Se puede leer en la Wikipedia que existen en la actualidad unas 1300 agrupaciones locales de convivia: de estas, 360 se encuentran en Italia —son conocidas como condotte— y cuentan con 35 000 miembros. El movimiento está descentralizado: cada convivium tiene un líder que se encarga de la promoción de los artesanos locales, de los agricultores locales y también de los sabores locales, acudiendo a eventos regionales, como talleres del gusto, catas de vinos, y mercados de agricultores. Se abrieron oficinas de Slow Food en Suiza (1995), Alemania (1998), Nueva York (2000), Francia (2003), Japón (2005), y más recientemente en el Reino Unido y en Chile.
El movimiento Slow Food (seguido, por cierto, en 1999, por la iniciativa Cittaslow, similar en valores e intenciones, y que ya se extiende a catorce países) sólo es un ejemplo —relativamente reducido en sus dimensiones y que no pasa de ser un incipiente intento de llevar esas ideas a la práctica— de lo que se puede hacer para intentar evitar el desastre social que podría ocurrir en un mundo en manos de la orgía consumista, favorecido e instigado por la conquista, por parte de los mercados de consumo, del deseo humano de felicidad. Un desastre que con toda probabilidad ocurrirá si no se intenta atenuar o frenar ciertas cosas que están ocurriendo y a las que se les ha dado carta de naturaleza. Si finalmente se produce el desastre, eso significará que «las asimetrías, las desigualdades y las injusticias se harán más profundas, tanto entre generaciones como entre países», como advirtió recientemente Harald Welzer en su riguroso estudio sobre las consecuencias sociales del próximo, y en gran medida ya inevitable, cambio climático, provocado en gran parte por nuestra decisión colectiva de perseguir la felicidad mediante el consumo. El problema reside en que «el mundo del capitalismo global» resulta claramente inadecuado para asumir y comprender «propósitos a largo plazo» como los que necesitaría la prevención de este tipo de catástrofe. Es decir: nada menos que un replanteamiento radical y una revisión de nuestra manera de vivir y de los valores que la orientan. Como escribe Welzer:

Es necesario, sobre todo en una situación de crisis, desarrollar visiones de futuro, proyectos o simplemente ideas que aún no se hayan pensado. Esta solución puede parecer algo ingenua, pero no lo es. Lo que es ingenuo es la idea de que el tren que marcha hacia la destrucción progresiva de las condiciones de supervivencia de muchas personas modificaría su velocidad y dirección si en su interior la gente corre en la dirección opuesta al sentido de su marcha. Albert Einstein dijo una vez que los problemas no pueden solucionarse con los patrones de pensamiento que los generaron. Hay que cambiar la dirección global, y para eso es necesario primero detener el tren.

Y continúa:

Las estrategias individualistas contra el cambio climático tienen una función básicamente sedante. El plano de la política internacional sólo admite transformaciones en un tiempo lejano. Por eso, el único campo de acción cultural que queda es el plano intermedio, el de la propia sociedad y, junto con él, el trabajo democrático sobre la cuestión de cómo se quiere vivir en el futuro Habría que centrar el esfuerzo en que los ciudadanos no se conformen con renunciar —menos viajes en coche, más viajes en tranvía— sino en que tengan una participación cultural efectiva que genere y aplique transformaciones que se consideren buenas.

Bueno, cuando llegue (si llega) el desastre, no podremos decir que no nos lo advirtieron. No obstante, lo mejor, tanto para usted como para mí, y para todos, es evitar que se produzca mientras todavía dependa de nuestra capacidad detenerlo.
Fuente: https://www.bloghemia.com/2021/07/zygmunt-bauman-comprar-o-no-comprar-ya.html
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Un acuerdo entre la UNESCO, el Congreso Judío Mundial y Facebook amplía a 12 idiomas la educación sobre el Holocausto. Alemania

Recientemente, la etiqueta #HitlerWasRight fue tendencia en las redes sociales. Un claro indicio de que a nivel mundial sigue existiendo una fuerte convicción de que el genocidio de más de seis millones de judíos por parte del régimen nazi alemán durante la Segunda Guerra Mundial fue lo correcto. Las narrativas antisemitas similares, tanto manifiestas como más insidiosas, se están extendiendo rápidamente en Internet. Un estudio reciente del Instituto Diálogo Estratégico encontró “#Holohoax”, que niega la verdad histórica del Holocausto, en 36 grupos de Facebook que sumaban más de 360.000 seguidores, así como referencias en Reddit, Twitter y YouTube, todas creadas entre junio de 2018 y julio de 2020.

Las plataformas de redes sociales se han convertido en imanes para las afirmaciones que niegan, distorsionan o glorifican la historia del Holocausto, como las comparaciones entre las restricciones debidas a la COVID-19 y la persecución de los judíos bajo el régimen nazi, y la renovada proliferación del hashtag “Hitler” durante el reciente conflicto entre Israel y Palestina. A menudo estas afirmaciones se basan en tropos y narrativas antisemitas muy arraigados y las redes sociales y la ciberesfera proporcionan un terreno fértil para propagar nuevos odios basados en la ignorancia y la desinformación deliberada.

Para hacer frente a este alarmante aumento y proporcionar acceso a información basada en hechos sobre el Holocausto, las empresas de medios sociales pueden marcar una diferencia inmediata cambiando sus condiciones de servicio y políticas. A partir del 8 de julio de 2021, Facebook conectará a la gente con el sitio web AboutHolocaust.org, desarrollado por el Congreso Judío Mundial en colaboración con la UNESCO como un recurso integral que proporciona información esencial sobre la historia del Holocausto y su legado. La iniciativa, que se puso a prueba en inglés en enero, se extiende ahora a 12 idiomas para personas de todo el mundo.

«La negación del Holocausto, la distorsión del Holocausto y la difusión de mitos conspirativos sobre el Holocausto se han convertido en piedras angulares de la viciosa incitación al odio antisemita por parte de los supremacistas blancos, los neonazis y otras fuerzas extremistas. Aprender los hechos del Holocausto es crucial para combatir a todos aquellos que profanan deliberadamente la memoria de los millones de personas que fueron asesinadas por la Alemania nazi y sus cómplices plurinacionales con el fin de promover su reprobable agenda. El Holocausto es el máximo ejemplo de lo que puede ocurrir cuando se permite que prosperen el odio y las mentiras malintencionadas basadas en la desinformación deliberada».

Ronald S. Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial

AboutHolocaust.org contrarresta el aumento de la negación y la distorsión del Holocausto proporcionando respuestas sencillas a preguntas como “¿Qué fue el Holocausto?”, “¿Cómo explotaron los nazis a sus víctimas judías?” y “¿Fueron los judíos las únicas víctimas de la persecución nazi?”. El conocimiento de la historia del Holocausto es de relevancia mundial para contrarrestar el antisemitismo en la actualidad y prevenir el genocidio y los crímenes atroces en el futuro.

Estas lecciones son relevantes para las personas en todos los países y contextos, lo que hace que la expansión de Facebook en 12 de los 19 idiomas disponibles en AboutHolocaust.org sea aún más significativa, y un reconocimiento del papel global crucial y la responsabilidad que tienen las empresas de redes sociales en la era digital. La UNESCO está llevando a cabo consultas más amplias con Facebook y otras redes sociales para mejorar la transparencia de las decisiones en torno a la moderación de contenidos y otras cuestiones, garantizar la supervivencia de los medios de comunicación independientes y educar al público para que tenga un pensamiento crítico sobre la información.

«Es esencial que las personas de todo el mundo tengan acceso a información objetiva sobre el Holocausto. La negación y la distorsión son formas de antisemitismo contemporáneo, contra las que todos debemos adoptar una postura activa. En el contexto del aumento mundial de la desinformación, las plataformas de los medios sociales tienen un papel que desempeñar en la lucha contra las falsas narrativas y el odio, y en la reorientación de los usuarios hacia fuentes de información fiables».

Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO

La negación y la distorsión del Holocausto, y el antisemitismo en general, están profundamente relacionados con el aumento de la desinformación en línea en todo el mundo. La educación y la información y alfabetización mediática son aún más importantes a la luz de hallazgos como los de un estudio del MIT de 2018, que concluye que las falsedades se difunden significativamente más lejos, más rápido, más profunda y más ampliamente que la verdad, con historias de “noticias” falsas que tienen un 70% más de probabilidades de ser retuiteadas que las noticias reales.

Para comprender mejor la distorsión del Holocausto en línea y fortalecer las respuestas educativas, la UNESCO y el Departamento de Comunicación Global de las Naciones Unidas, con el apoyo del Congreso Judío Mundial, han encargado un estudio al Oxford Internet Institute sobre la distorsión del Holocausto en línea para informar sobre el desarrollo de una guía para profesores y recursos educativos digitales interactivos. La UNESCO también participa en la campaña de redes sociales #ProtectTheFacts, lanzada en enero de 2021 con la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto, la ONU y la Comisión Europea, para concienciar sobre los peligros de la negación y la distorsión del Holocausto mediante mensajes específicos en los medios sociales.

Fuente: https://es.unesco.org/news/acuerdo-unesco-congreso-judio-mundial-y-facebook-amplia-12-idiomas-educacion-holocausto

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Sistema educativo en Honduras atraviesa la peor crisis de la historia

El sistema educativo en Honduras ha sido muy difícil, ya que se ha intentando llevar de la mejor forma las clases virtuales en esta pandemia por la Covid-19, sin embargo, incrementó los desafíos de un sistema educativo que no había tomado en cuenta la brecha digital.

El sistema educativo atraviesa una crisis derivada de la pandemia por la Covid-19, generando trastornos en la educación escolar, y es una de las causas de los principales cambios en la cotidianeidad de las familias.

Mientras el Ministerio de Educación elabora un plan que analiza las propuestas para el “retorno seguro” a clases presenciales, los efectos que ha provocado la pandemia en la educación y en los hogares hondureños no se ha hecho esperar.

En el país la pandemia de la Covid-19 ha causado la mayor disrupción que ha sufrido la educación, ya que muchos estudiantes no cuentan con las herramientas necesarias para poder recibir clases de forma virtual.

Cabe recordar, que el gobierno decidió cerrar los centros de enseñanza el año pasado, como consecuencia de la pandemia, a fin de evitar contagios y muertes masivo por esta enfermedad. De esta forma el sistema presencial dio paso a las clases virtuales, con lo que las autoridades lograron salvar el año escolar.

Retorno a clases presencial

El ministro de Educación, Arnaldo Bueso, aseguró que sería fabuloso la propuesta de volver a clases presenciales en 30 municipios del país bajo estrictas medidas de bioseguridad, propuesta empleada por la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).

No obstante, indicó que sólo es un elemento a considerar en la estrategia, porque la clave de todo esto es que la comunidad educativa, integrada por el director del centro, padres de familia, gobierno local y sociedad civil, evalúen las condiciones de su localidad y decidir si se pueden abrir o no los centros educativos.

Además, precisó que luego deben solicitar la autorización al Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), ya que el que evaluará la situación y si la aprueba, pues ahí se aplicará la estrategia de “retorno seguro a clases”.

Sin embargo, afirmó que existe un elemento poderoso y es la vacunación a los docentes, ya que es necesario inmunizarlos, y de igual forma a los estudiantes para poder retornar de forma segura a las clases presenciales.

Sistema educativo en Honduras es crítico 

La propuesta de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) tiene como finalidad responde a la crisis del sistema educativo hondureño, recrudecida por el cierre de escuelas y colegios por la pandemia de Covid-19, que ha dejado a más de un millón de niñas, niños y jóvenes sin acceso a educación.

Según estudios de la ASJ y la plataforma Transformemos Honduras (TH), así como organismos internacionales, la situación actual del sistema educativo en Honduras es crítica, por consiguiente se requieren acciones inmediatas para iniciar la apertura gradual de los centros escolares en el país.

Una encuesta realizada a madres y padres de familia reveló que siete de cada 10 estudiantes se han retirado del sistema, el motivo es porque no cuentan con dinero para compra de Internet y de los que aún permanecen, el 76 por ciento matriculado en una escuela pública está recibiendo menos de cinco horas de clase a la semana.

No obstante, el 70 por ciento de los padres de la escuela pública estaría de acuerdo en enviar a sus hijos a clases presenciales.

De igual forma, el Estado debe de ser capaz de proveerles a los niños y niñas las condiciones necesarias para que puedan continuar con su proceso de aprendizaje, ya que ha sido incapaz de proveerles a los niños y niñas las herramientas y conectividad necesarias.

Educación atraviesa la peor crisis de la historia

El exministro de la Secretaría de Educación, Marlon Escoto, lamentó que en Honduras el sistema educativo en éste momento esté atravesando la peor crisis de la historia, y que el gobierno no actúe para buscar una solucionar a este problema que es de suma importancia en el país.

Igualmente, precisó que la mitad de los escolares intentan recibir sus clases de forma virtual, pero lamentablemente muchos no cuentan con una herramienta adecuada, ni con dinero para poder comprar internet.

“Hasta el momento no hemos visto nada, no hay inversión en tecnología. Se compraron 12 mil tablets frente a un millón de niños sin acceso a estos aparatos, indicó Escoto.

Asimismo, agregó que hasta el momento no ha visto un plan estratégico por parte de las autoridades hondureñas, donde hablen de un plan de apertura vacunando a los decentes y a los niños mayores de 12 años.

Fortalecimiento en centros educativos

El director de la coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (COIPRODEN), Wilmer Vásquez, planteó que es importante fortalecer los canales de educación por medio de plataformas tecnológicas y analizar el contexto previo a un retorno a clases.

De acuerdo al anuncio de un pilotaje por parte de la Secretaría de Educación, en treinta municipios de diferentes departamentos del país, donde se espera la participación de 42,832 estudiantes y 1,744 maestros, en 1,353 escuelas, indicaron que se debe analizar previamente si se cumplen con todas las condiciones necesarias, para evitar que haya mas contagios y muertes en el país.

Asimismo, señalaron que sin la evaluación, análisis y valoración de las condiciones y capacidades en infraestructura y saneamiento básico de los centros educativos, no será posible pretender realizar un retorno a clases de forma presencial.

Como uno de los puntos a tomar en cuenta, destacan contratar más personal docente que pueda dar seguimientos individualizados a estudiantes mediante visitas domiciliarias y a través de plataformas virtuales y procurar así, que decaiga grandemente la calidad del servicio educativo tal como está ocurriendo actualmente.

En Honduras ha sido muy difícil conllevar el sistema educativo, ya que se ha intentado llevar de la mejor forma las clases virtuales en esta pandemia por la Covid-19. No obstante, la realidad de la educación hondureña incrementó los desafíos de un sistema educativo que no había tomado en cuenta la brecha digital.

La modalidad virtual debe de ser tratados de manera integral para evitar que la deserción aumente y la desigualdad en la educación sea aún mayor.

Fuente: https://hondudiario.com/covid-19/sistema-educativo-en-honduras-atraviesa-la-peor-crisis-de-la-historia/

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Estados Unidos: La American Federation of Teachers apoya la enseñanza de la teoría racial crítica

Uno de los sindicatos de profesores más grandes del país anunció su intención  de dar apoyo legal a los maestros que enseñan sobre el tema a pesar de la legislación.

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Albert Einstein y Marie Curie, la “sublime y perenne” amistad que unió a los dos gigantes de la ciencia

Margarita Rodríguez

De repente Albert Einstein se detuvo, agarró del brazo a Marie Curie y le dijo: «Comprenda que lo que yo necesito saber es qué les ocurre exactamente a los pasajeros de un ascensor cuando cae al vacío».

Caminaban por un hermoso valle alpino del este de Suiza, donde estaban de vacaciones.

Curie, que se recuperaba de unos problemas de salud, llevaba su mochila en el hombro.

Era el verano de 1913 y ambos estaban acompañados por sus hijos: Einstein por el mayor, Hans Albert, y Curie, por Irene y Eve.

Es gracias a la hija menor de la Nobel de Física y de Química, que conocemos esta anécdota de los dos gigantes de la ciencia del siglo XX.

«Una encantadora camaradería de genios había existido durante varios años entre la señora Curie y Einstein», escribió Eve en la biografía: «Madame Curie«.

«Se admiraban el uno al otro; su amistad era franca y leal y les encantaba mantener interminables charlas sobre física teórica, algunas veces en francés, otras en alemán».

Cuando, el 4 de julio, se cumplen 87 años de la muerte de la extraordinaria científica, BBC Mundo explora su amistad con el hombre que transformó nuestra visión del universo.

Unas vacaciones «relativas»

El plan de las dos familias «era atravesar las montañas del sudeste de Suiza hasta llegar al lago de Como, en Italia», cuenta Walter Isaacson en su magistral biografía Einstein, his life and universe («Einstein, su vida y universo»).

Marie Curie con sus hijas, Irene y Eve

FUENTE DE LA IMAGEN,AFP/GETTY IMAGES

Pie de foto,Cuando las familias Curie y Einstein se fueron de vacaciones, Irene (derecha) tenía unos 16 años, mientras que Eve tenía 9.

En las excursiones, Curie desafiaba a Einstein y le pedía que le dijera los nombres de los picos de la región, pero cuando los niños se adelantaban, hablaban de ciencia.

Fue así como Einstein se detuvo en seco y le comentó «sus ideas sobre la equivalencia entre la gravedad y la aceleración», en su famoso experimento mental del ascensor.

«Una preocupación tan conmovedora que hizo reír a carcajadas a la generación más joven, que estaba lejos de sospechar que la caída imaginaria en un ascensor planteaba problemas de la ‘relatividad’ trascendente», escribió Eve.

Ella también recordaba que junto a su hermana «captaban palabras sobre la marcha que les parecían bastante singulares» y que mientras correteaban y disfrutaban del paseo, «un poco más atrás, Einstein, inspirado, expondría a su colega las teorías que lo obsesionaban y que Marie, con su excepcional cultura matemática, era una de las pocas personas que en Europa podían comprender».

El amigo en común

Stanley Pycior es profesor emérito de Historia de Mount Saint Mary College, en Estados Unidos, y autor de Marie Sklodowska Curie and Albert Einstein: a professional and personal relationship (Marie Sklodowska Curie y Albert Einstein: una relación profesional y personal), artículo que Eve leyó antes de su publicación en 1999, en la revista The Polish Review.

De acuerdo con el historiador, Curie y Einstein se conocieron en 1909 cuando asistieron a un evento en la Universidad de Ginebra.

Hendrik Lorentz

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,Hendrik Lorentz ganó el Nobel de Física en 1902.

Cuenta que ambos tenían un amigo en común: el físico holandés Hendrik Lorentz, quien ganó el Nobel de Física en 1902, un año antes de que lo consiguieran Marie y Pierre Curie por sus estudios sobre «el fenómeno de la radiación», junto al francés Henri Becquerel, descubridor de la radiactividad.

Lorentz había conocido a los Curie en 1900 en un congreso de física en París.

Su amistad con Einstein también llevaba años.

Las ecuaciones que había concebido sobre el tiempo y el espacio fueron muy importantes en la teoría de la relatividad especial.

Cuando en una entrevista, en los años 50, le preguntaron a Einstein «a qué físico respetaba más, contestó: Hendrik Lorentz y Marie Sklodowska Curie».

La Conferencia Solvay

Pese a ese primer encuentro en 1909, fue en 1911 cuando realmente comenzó la amistad entre Curie y Einstein.

Eve Curie

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Pie de foto,Eve, la segunda hija de los Curie fue una reconocida periodista y humanista. Fue la autora de la biografía: «Madame Curie».

Ese año, ambos asistieron a una reunión que congregó en Bruselas a luminarias de la física y la química de Europa y que pasó a la historia como la Conferencia Solvay, en referencia a su organizador, el químico industrial belga Ernest Solvay,

El tema del encuentro era «el problema cuántico», por lo que se le pidió a Einstein hacer una presentación sobre ese tópico.

A ese primer congreso, asistieron 20 científicos, entre ellos Max Planck y Henri Poincaré.

Einstein era el más joven, con 32 años, y Marie Curie (12 años mayor que él) era la única mujer, como se puede apreciar en esta foto y en otras que incluimos en este artículo sobre los encuentros posteriores:

Asistentes a la primer Conferencia Solvay

FUENTE DE LA IMAGEN,SSPL/GETTY IMAGES

Esa conferencia fue evocada por Curie cuando ese mismo año Einstein le pidió una carta de recomendación para asegurarse una posición como profesor de física teórica en la Escuela Politécnica de Zúrich, su alma máter.

«En Bruselas, donde asistía a una conferencia científica en la que el señor Einstein también participó, fui capaz de admirar la claridad de su intelecto, la amplitud de su información y la profundidad de su conocimiento», escribió la científica.

Unos extranjeros

Pycior cree que uno de los aspectos que influyó en la amistad entre Eisntein y Curie fue que ambos, en determinados momentos de sus vidas, llegaron a ser percibidos en sus ámbitos intelectuales y países de residencia como unos «outsiders«, unos extranjeros.

«La primera desventaja de Curie a principios del siglo XX fue ser mujer en un círculo académico francés predominantemente masculino. Pero además era polaca».

Conferencia Solvay (1913)

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Pie de foto,Nuevamente reunidos en la Conferencia Solvay (1913). Entre Curie y Einstein se encuentra el físico teórico alemán Arnold Sommerfeld, uno de los pioneros de la física cuántica.

Curie había tenido que abandonar su país porque en el lugar donde vivía -que estaba bajo control de Rusia-, a las mujeres no se les permitía estudiar en la universidad.

Por eso se fue a París, donde obtuvo las licenciaturas en Física y en Ciencias Matemáticas, en la Sorbona, y conoció a quien se convertiría en su esposo, el físico francés Pierre Curie.

En 1906, tras la muerte de Pierre, Marie asumió su cátedra docente y se convirtió en la primera mujer en enseñar en la Sorbona.

«Pero a medida que su carrera académica florecía, con el descubrimiento del polonio y del radio, el resentimiento contra ella crecía», señala el historiador.

Y había otro factor: Curie era agnóstica, algo que no caló bien entre muchos franceses.

Pierre y Marie Curie

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Pie de foto,Cuando Pierre murió en 1906, Marie asumió su cátedra en la Sorbona y se convirtió en la primera profesora de esa universidad.

Einstein, por su parte, aunque había nacido en Alemania, era judío, «lo cual significaba en varios círculos de inicios del siglo XX que no era un alemán verdadero».

En 1894, siendo un adolescente, abandonó su país y se mudó a Suiza, donde continuó con sus estudios de secundaria y, posteriormente, fue admitido en el Instituto Politécnico de Zúrich.

En 1896, renunció a la ciudadanía alemana (para evitar el servicio militar) y, en 1901, adoptó la de Suiza, país en el que se desempeñó como docente.

«Años después, cuando obtuvo una posición de profesor en la Universidad de Berlín, fue señalado por algunos sectores de no ser alemán y atacado por ser judío».

Un amigo en medio del escándalo

Según Pycior, el hecho que terminó de cimentar la amistad de Curie y Einstein fue lo que sucedió durante el escándalo en el que la científica estuvo envuelta en 1911.

Marie Curie

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,Marie Curie nació el 7 de noviembre de 1867 en Polonia. Su carrera científica la desarrolló en Francia.

Curie, viuda desde hacía cinco años, tenía un romance con Paul Lengevin, un colega más joven que ella, que, aunque era casado, vivía separado de su esposa.

Tres días antes de que Marie ganara su segundo premio Nobel, esta vez de Química, la esposa de Langevin dio a conocer públicamente la relación de su esposo con la científica.

«Hubo artículos en la prensa francesa que retrataban a Curie como una agnóstica, destructora de un matrimonio y de una familia católica. En algunos reportes se decía que era judía».

«Multitudes curiosas se reunieron fuera del apartamento de Curie gritando consignas amenazantes contra ella», cuenta Pycior.

Y en ese amargo contexto para ella, Einstein le escribió una emotiva carta.

Raya

«(…)

No se ría de mi por escribirle sin tener nada sensato que decir.

Pero estoy tan enfadado por el modo vil en que actualmente la opinión pública se atreve a meterse con usted, que necesito absolutamente airear este sentimiento.

Me siento obligado a decirle cuánto he llegado a admirar su intelecto, su energía y su honradez. Me considero afortunado por haberla conocido en Bruselas (…)

Si la chusma sigue ocupándose de usted, deje sencillamente de leer esas tonterías. Que se queden para las víboras para las que han sido fabricadas.

(…)«

Fuente: Einstein Papers Project, Instituto de Tecnología de California, Universidad de Princeton y Universidad Hebrea de Jerusalén

Raya

«Esa carta» -afirma Pycior- «me impresionó mucho porque Einstein la había conocido solo un mes antes y se tomó el tiempo y el esfuerzo de escribirle para expresarle su apoyo».

«Einstein y Curie parecen haber tenido eso en común», reflexiona el autor: aunque fueron reconocidos como los más grandes científicos de principios del siglo XX, hubo momentos en los que algunos miembros del público y de la prensa «se volvieron en su contra».

Y es a partir de esa carta, indica el autor, que el lazo personal entre ellos se hizo más fuerte, y siguió alimentándose a lo largo de años gracias a la pasión que ambos sentían por la ciencia.

De hecho, esa misiva tan personal, Einstein la terminó con una posdata en la que le contó que había determinado la «ley estadística del movimiento de la molécula diatómica en el campo de radiación de Planck».

Einstein leyendo papeles a los 26 años.

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Pie de foto,Einstein era 12 años menor que Marie Curie.

Le brindó unos breves detalles, pero le confesó que su «esperanza» de validez era «mínima».

Pycior señala en su artículo que pese a que la relación entre Curie y Einstein se vio interrumpida por la Primera Guerra Mundial en 1914, la posición pacifista de ambos los ayudó a darle un nuevo impulso.

«Aunque la animosidad francesa hacia los alemanes todavía era fuerte en 1921, Marie Curie y Paul Langevin convencieron a los funcionarios de la Sorbona de invitar a Einstein a dar una conferencia en París en 1922».

Pese a que los medios de comunicación en general informaron que la presentación del físico había sido un éxito, «la prensa nacionalista tanto de Francia como de Alemania atacaron el evento», unos llamaron a Einstein «enemigo», los otros, «traidor».

Ese año, ambos científicos fueron invitados a participar en el recién formado Comité Internacional de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones, de la cual Alemania no era parte.

El Comité, cuenta Isaacson, «aspiraba promover un espíritu pacifista entre los eruditos».

Pese a unas dudas iniciales, Einstein aceptó la invitación y, de acuerdo con el autor, persuadió a Curie para que también se uniera.

Pero una serie de hechos lo harían cambiar de parecer, entre ellos, el asesinato de su amigo Walther Rathenau, de origen judío y ministro de Asuntos Exteriores, así como también amenazas de muerte que él mismo recibió, «algunas de las cuales mencionaban su involucramiento con la Sociedad, calificándola de traición a Alemania», explica Pycior.

Conferencia Solvay (1927)

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Pie de foto,En 1927, su amigo en común, el extraordinario físico Hendrik Lorentz, se sentó en medio de Curie y Einstein.

Curie le pidió que reconsiderara su dimisión:

«Es precisamente porque existen corrientes de opinión peligrosas y dañinas que es necesario combatirlas. Creo que su amigo Rathenau, cuyo triste destino lamento, le habría instado a hacer un esfuerzo por lograr una colaboración intelectual internacional pacífica. ¿No podría cambiar de opinión?»

En medio de la tensa situación, el físico aceptó volver a unirse al Comité, pero al año siguiente pidió que lo excluyeran por desacuerdos.

En 1924, Curie le escribió:

«Le concedo que la Sociedad no es perfecta. No tiene ninguna posibilidad de serlo porque los hombres no son perfectos. Pero puede mejorar las cosas. Es el primer intento de un entendimiento internacional sin el cual la civilización corre el riesgo de desaparecer«.

Gracias a la intervención no sólo de la científica, sino de Lorentz y otros colegas, Einstein terminó regresando una vez más a la organización.

Estilos

De acuerdo con Pycior, quien pasó varias semanas estudiando los archivos de la Sociedad de Naciones en Ginebra, los proyectos del Comité fueron «las únicas actividades en las que Curie y Einstein colaboraron».

Conferencia Solvay (1930)

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Pie de foto,En 1930, el físico francés Paul Langevin fue quien se sentó entre Curie y Einstein.

Para el autor, esa colaboración fue «fascinante» porque sus personalidades como científicos eran diferentes.

«Einstein era un físico teórico, no iba al laboratorio, creaba experimentos mentales, los visualizaba, mientras que Curie pasó toda su vida en laboratorios, era una física experimental», le dice a BBC Mundo.

«Cuando estuvieron en la Sociedad de Naciones, se complementaron: Einstein siempre abordó el panorama general, habló de la paz mundial, de la eliminación de las fronteras internacionales».

Curie trabajaba tal como lo hacía en el laboratorio, «muy pendiente de los detalles». Sirvió en varios subcomités, «su trabajo duro ayudó a todos, escribió los informes, corrigió las actas de las reuniones».

«Tenían una relación simbiótica, de apoyo científico», aunque obviamente él veía la sociedad con más desapego que ella.

Lo que Einstein admiraba de Curie

En la biografía de su madre, Eve escribió que Einstein había dicho:

«Marie Curie es, de todos los seres célebres, el único al que la fama no ha corrompido».

Marie Curie

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Pie de foto,Curie fue la primera persona en ganar el premio Nobel en dos disciplinas diferentes.

Curie murió a los 67 años, en 1934, a causa de una sobreexposición a la radiación.

Un año después, en un evento en su honor, Einstein le rindió un sentido tributo.

Raya

(…)

Fue una gran suerte para mí poder relacionarme con la señora Curie durante 20 años de sublime y perenne amistad. Llegué a admirar su grandeza humana cada vez más.

Su fuerza, la pureza de su voluntad, su austeridad para consigo misma, su objetividad, su juicio incorruptible… todas estas cualidades eran de un carácter tal que pocas veces se hallan en un mismo individuo.

Se consideraba servidora de la sociedad y su gran modestia jamás cedía a la complacencia. Le agobiaba un sentimiento profundo de las crueldades y desigualdades de la sociedad.

Era esto lo que le daba aquel aspecto exterior severo, que tan fácilmente confundía a quienes no la conocían (…)

Si la fuerza de carácter y la devoción de la señora Curie estuviesen vivas en los intelectuales europeos, aunque sólo fuese en una pequeña proporción, Europa tendría ante sí un futuro más brillante».

Fuente: Mis ideas y opiniones, Albert Einstein

Raya

Lo que Curie admiraba de Einstein

«Diría que lo que ella más admiraba de Einstein eran sus logros intelectuales, su conocimiento científico», señala Pycior.

«Una de las biografías sobre Curie lleva por título: ‘Genio obsesivo’ y es que era obsesiva con el trabajo científico y por eso respetaba la brillantez de Einstein, quien con solo 26 años había publicado su teoría de la relatividad especial».

Einstein en 1931 dando clase frente a una pizarra llena de ecuaciones.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,Albert Einstein recibió el Premio Nobel de Física en 1921.

Pero también, «los unía una verdadera amistad personal».

«Cuando Einstein dio una conferencia en París en 1913, Marie Curie lo atendió a él y a un grupo de científicos en su casa».

Le impresionaba que «Einstein estuviese interesado en todos los campos de la física, la química y la ciencia en general, y no solo en su propio campo».

«Alababa el hecho de que él tomara en serio su investigación y la investigación de otros científicos y que, además, quisiera aprender de su trabajo».

«Curie fue una de las primeras personas en reconocer en Einstein esa curiosidad y brillantez que lo llevarían a tratar de unificar todas las áreas de la física en una teoría de campo unificado».

La amistad de Curie con Einstein se extendió a la siguiente generación, como se ve en esta foto en la que el físico estaba con Irene, quien ganó, junto a su esposo Frédéric Joliot, el Nobel de Química de 1935.

Irene Curie y Albert Einstein

FUENTE DE LA IMAGEN,AFP/GETTY IMAGES

Pie de foto,Como sus padres, Irene Curie se abrió su propio espacio entre los científicos más destacados del siglo XX.

A Pycior le sorprende que la amistad entre Marie Curie y Einstein no haya recibido más atención, pese a estar presente en sus biografías.

Y es que como dijo Einstein, fue una amistad de más de 20 años, «sublime y perenne».

Raya

Y sobre el experimento mental del ascensor…

Para muchos expertos, imaginar ascensores en caída libre fue una de las claves para que Einstein concibiera la teoría de la relatividad general.

Ascensor

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

«La idea que pretende transmitir el experimento es que es imposible distinguir el resultado de un experimento físico local (es decir que involucre dimensiones pequeñas durante un intervalo corto de tiempo), realizado en un laboratorio en caída libre, de lo que sucedería en un sistema inercial, es decir, que se mueve con velocidad constante y se encuentra muy lejos de cualquier fuente de gravedad».

Así se lo explica a BBC Mundo Jesús Fernando Barbero, investigador científico del Instituto de Estructura de la Materia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.

«Localmente, es posible simular un campo gravitatorio mediante un sistema de referencia acelerado».

«De esta manera Einstein pudo identificar fenómenos físicos que se tendrían que producir en una teoría relativista de la gravitación estudiando el resultado de experimentos ideales realizados por observadores acelerados en el espaciotiempo de la relatividad especial».

Imaginar… Ese es el secreto. Einstein ya lo había dicho en 1929:

«La imaginación es más importante que el conocimiento».

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-57582073

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