Guatemala: Los daños ocultos

Los daños ocultos

Carolina Vásquez Araya

Pocas sensaciones resultan tan amenazadoras como la incertidumbre.

La población mundial ha entrado en un círculo interminable de temor por su vida, por la integridad de su estado de salud y, en consecuencia, por su futuro. De un modo nunca antes experimentado, una invasión viral se ha instalado como un escenario nuevo e inevitable del cual todavía se desconocen sus verdaderas dimensiones. Una y otra vez, como en un mar embravecido, se suceden las olas con distinto nombre, con diversas consecuencias, con la fuerza que les otorgan sus características ocultas. Es un entorno al cual -como en toda nueva realidad- los humanos comienzan a habituarse, obligados por la necesidad de conservar cierta estabilidad emocional.

Los esfuerzos estériles por contener los contagios -una situación patente en la mayoría de países- chocan de frente con la actitud resignada y progresivamente descuidada de la población. Esta, no acostumbrada a mantener las incómodas precauciones recomendadas por las autoridades sanitarias, las cuales les alejan física y emocionalmente de su entorno cotidiano y de sus seres queridos, prefieren el riesgo y olvidan las mínimas acciones capaces de contener los contagios. La mente juega la peligrosa partida del olvido cuando el miedo se hace presente. En tales circunstancias, ya queda claro cómo el esfuerzo por regresar a cierta normalidad resulta inevitable.

La mente tiende a olvidar cuando el miedo se hace presente.

Un aspecto muy importante y poco atendido de la actual situación sanitaria del globo, es la salud mental. Sometida a una amenaza constante y en un estado general de ignorancia con respecto a lo implícito en este estallido viral, la población se ve orillada a buscar un nuevo marco de conducta para no perder del todo el contacto con la realidad. Si este desafío resulta duro y complicado para la población adulta, se vuelve un trastorno mucho más impactante para quienes dependen de las decisiones de otros, es decir: niñas, niños y adolescentes.

En la mayoría de países, en especial los menos desarrollados, el impacto de las oleadas de la pandemia ha dejado una fuerte cauda de actos de violencia, dirigidos de manera muy puntual contra este segmento tan vulnerable de la población. El resultado se ha visto en un incremento de delitos sexuales con el resultado de embarazos en niñas y adolescentes, aumento de las agresiones dentro del seno familiar y, sobre todo, en cifras de suicidio de jóvenes como una de las consecuencias del aislamiento y las condiciones en las cuales se debate la mayoría de núcleos familiares.

Ante este desolador panorama, los gobiernos -ya abrumados por su escasa capacidad de enfrentar el nuevo panorama sanitario- han abandonado por completo uno de los temas fundamentales: la atención prioritaria de la salud mental- por la costumbre atávica de marginarlo en sus políticas tradicionales. Atrapados en un contexto tan hostil, las nuevas generaciones no solo han perdido espacio físico para desarrollar sus distintas habilidades, sino también aquellas libertades capaces de proporcionarles un entorno más apropiado para su crecimiento social y emocional.

Estas carencias, provocadas por una situación que sobrepasa a la capacidad de adaptación, sin duda tendrán fuertes consecuencias futuras para quienes, por su edad y su condición de vulnerabilidad, recién comienzan a asomarse a los desafíos que les esperan. Por ello, la atención enfocada a proveer un ambiente de protección para este segmento de la población, debería contar entre las prioridades de quienes deben responder por su bienestar.

Blog de la autora: www.carolinavasquezaraya.com

@carvasar

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/los-danos-ocultos/

 

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Plan Internacional demanda acciones para garantizar la protección de las niñas y mujeres

Plan Internacional Guatemala hizo un llamado al Estado de Guatemala para que garantice la vida e integridad de la niñez, particularmente de las niñas, adolescentes y mujeres luego de los casos de violencia que se conocieron recientemente.

La organización destacó que los delitos en contra de la niñez y las mujeres son los más denunciados. Según datos de la Fiscalía de la Mujer solo en 2021, el 26 por ciento de las denuncias están relacionadas a dichos sectores vulnerables y persiste una impunidad en el 98 por ciento de los casos.

El grupo solicitó al Congreso que apruebe una legislación para la creación de un sistema de protección integral de la niñez y adolescencia que determine responsabilidades institucionales y mecanismos y sanciones en caso de negligencia o irresponsabilidad.

También pidieron al Ejecutivo erradicar los altos índices de violencia contra la niñez y las mujeres, por medio de la prevención y la atención integral. Mientras a que la Policía Nacional Civil, al Ministerio Público y al Organismo Judicial solicitan que  agilice la

investigación, persecución y sanción de los delitos cometidos en contra de las niñas y mujeres para disminuir los índices de impunidad.

Además, hicieron un llamado a los ministerios de Salud Pública y Asistencia Social, Educación y Gobernación para que refuercen los sistemas para prevención de la violencia sexual y de género y garantizar la oferta de servicios en temas de educación integral en sexualidad y espacios amigables que contribuyen a la reducción de embarazos, uniones y matrimonios tempranos y forzados.

Fuente: https://elperiodico.com.gt/nacionales/2021/02/17/plan-internacional-demanda-acciones-para-garantizar-la-proteccion-de-las-ninas-y-mujeres/

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