Redacción: Spanish/10-10-2018
A los cuatro años, Ji Tingqiao podía recordar los nombres de todos los huesos del cuerpo. En la escuela primaria, podía entender las antiguas obras clásicas chinas. A los 15 años, el pasado mes de septiembre, entró en la universidad.
Estudiantes talentosos de todo el país han sido inscritos en los últimos 40 años en un programa especial establecido en la Universidad de Ciencia y Tecnología de China (UCTCh), con sede en la ciudad oriental de Hefei.
El centro docente inició en 1978 un programa llamado «Clase Especial para Jóvenes Dotados», también llamada «Clase Júnior», que brinda a los jóvenes prodigios la oportunidad de saltarse algunos años de escuela secundaria y empezar la universidad adelantadamente.
Hasta el momento, 1.589 estudiantes se han graduado de las clases, de los cuales un gran número se convirtieron luego en profesores o científicos en universidades como Stanford y Harvard, así como en líderes empresariales, entre ellos Ya-Qin Zhang, presidente del gigante tecnológico Baidu.
A pesar del éxito, el modelo ha tenido sus controversias. Ning Bo, un estudiante estrella de la primera clase junior de 1978, llegó a ser profesor universitario a los 19 años, pero posteriormente arremetió contra la «educación de prodigios» en la televisión.
La sociedad se ha mostrado escéptica acerca de si tales proyectos cultivarían a los mejores talentos o a ‘empollones’ que no se adaptaran a la vida diaria.
Las universidades de todo el país, que en el pasado se apresuraron a establecer programas similares, los fueron cerrando, incapaces de satisfacer a los estudiantes o atender a su desarrollo psicológico.
Sin embargo, tras cuatro décadas, el programa de la UCTCh ha perdurado, tras pasar a centrarse más en la evolución integral de los estudiantes y su potencial individual.
«Nuestra selección no se centra simplemente en la edad temprana ni en un talento específico. Los candidatos han de atender a las cualidades generales», destacó Chen Yang, decano de la escuela de jóvenes superdotados de la UCTCh.
La escuela ha abandonado criterios como las pruebas de coeficiente intelectual y ha adoptado una evaluación más exhaustiva, que combina los resultados del examen nacional de ingreso a la universidad, las pruebas escritas y psicológicas y las entrevistas.
«El objetivo de esta escuela no es seleccionar ni formar prodigios. Es más un lugar que educa a estudiantes con potencial apasionados por la ciencia y la tecnología», explicó.
La escuela proporciona una variedad de actividades extracurriculares para los jóvenes talentosos.
«Tengo una vida ocupada en el campus», dijo Zhu Yuanhao, un estudiante de 19 años que se está preparando para graduarse.
Zhu se especializó en geofísica y pasa mucho tiempo estudiando, pero no ha renunciado a aficiones como la poesía, la guitarra y los videojuegos.
«A veces juego a Minecraft en mi tiempo libre», indicó Zhu, que también es miembro de la asociación de voluntarios de la universidad.
«Hay más de 70 asociaciones en la universidad, y una gran cantidad están dirigidas por los estudiantes de la escuela», señaló Lan Rong, subjefe del Partido Comunista de China en la escuela de jóvenes dotados.
La mayor parte de este grupo de estudiantes celebran su 18º cumpleaños después de inscribirse, por lo que la escuela organiza una ceremonia especial cada año para felicitarlos por su entrada en la edad adulta.
«La ceremonia es importante porque ayuda a concienciarlos de las responsabilidad de la vida», apuntó Lan.
«Los alumnos como Ji son lo normal en nuestras clases, lo que empuja a otros a estudiar más duramente», señaló Zhu en una reunión de recepción de estudiantes recién ingresados. «Sin embargo, todo el mundo sabe que estudiar no es lo único en la vida».
Zhu tiene que decidir sobre su futuro, ahora que está a punto de graduarse.
«No importa qué elija, siempre estaré agradecido por lo que la escuela me ha enseñado», afirmó el joven.
Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2018-10/04/c_137511452.htm