Panamá: Gremio docente prevé incremento de fracasos escolares

Panamá/30 de Octubre de 2017/La Estrella de Panamá

Restan menos de treinta días laborales para finalizar el año lectivo y aunque transcurrió en relativa calma, no desaparecen los problemas del sistema educativo.

El panorama no es alentador en materia educativa. La Asociación de Profesores de la República de Panamá (Asoprof), uno de los principales gremios docentes del país, prevé un incremento de fracasos escolares este año.

Esto a pesar de que el periodo lectivo ha transcurrido con normalidad, con la excepción de la paralización general de labores en la comarca Ngäbe Buglé por las malas condiciones en que deben dictar clases.

Desde julio de 2016 que el Ministerio de Educación y los docentes firmaron el acuerdo de fin de huelga, ambos sectores están en una mesa de diálogo permanente.

‘La proyección es que los fracasos van a aumentar porque durante los dos primeros trimestres se registró un incremento’, adelantó Diógenes Sánchez, secretario general de Asoprof. El docente considera que las causas son tanto internas como externas al sistema y hace un mea culpa.

Hay docentes que no actualizan su método de enseñanza, reconoce. ‘Los docentes tenemos que estar constantemente actualizándonos en la metodología de enseñanza’, afirmó Sánchez.

Además de las malas infraestructuras de los centros educativos, Sánchez dice que la tecnología, más que una herramienta de apoyo para elevar la calidad educativa, en ocasiones se convierte en un ‘elemento distractor’ para los estudiantes.

‘Hay centros educativos que no ofrecen las mejores condiciones para el proceso’, recalcó el dirigente.

El Ministerio de Educación informó que aún no cuenta con las cifras preliminares de fracasos de los dos primeros trimestres de este año.

El año lectivo 2016 cerró con 41,000 fracasos, mientras que la matrícula fue de 622,000 estudiantes. En el año anterior (2015), fracasaron 37,947 estudiantes. De esta cifra, 16,573 corresponden a primaria; 15,451, a premedia; y 5,923, media.

Los fracasos en el 2015 superaron a los de 2014, año en que se registraron 36,982 alumnos reprobados. De estos, 16,880 fueron de primaria; 16,711, de premedia; y 3,391, del nivel medio.

La Confederación de Padres de Familia espera cambios en el sistema para disminuir los fracasos y pide buscar un método de enseñanza en el que el estudiante no solo tenga que memorizar, sino también razonar. ‘El mundo ha avanzado y el sistema educativo tiene que estar a la medida de las nuevas herramientas tecnológicas’, indicó Eleazar Gómez, dirigente de los padres de familia.

Gómez apuesta por el documento que se produjo en el Diálogo por la Educación, que plantea líneas de acción para mejorar el sistema educativo.

El objetivo de estas propuestas, resultado del esfuerzo conjunto de los ocho sectores participantes, es lograr que Panamá tenga una política de Estado para la educación, que el sistema educativo garantice y promueva el ejercicio efectivo del derecho a una educación de calidad y con equidad para todos los panameños, señala el documento que fue presentado en agosto.

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/nacional/gremio-docente-preve-incremento-fracasos-escolares/24029512

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Ahora las universidades también enseñan a fracasar

Por: Revista Semana Educación

Algunas de las instituciones educativas más reconocidas del mundo ofrecen talleres y proyectos pensados para una generación más frágil y estresada, que no sabe cómo enfrentarse con el fracaso.

Cualquiera diría que a perder se aprende solo, que es de esas cosas que la vida se encarga de enseñar. Pero por algo será que hoy en día las universidades están enseñando a sus estudiantes cómo fracasar sin que pierdan la cabeza.

Y es que el grado de estrés entre los jóvenes universitarios, las presiones académicas, las nuevas vivencias emocionales y la incapacidad para manejarlas han vuelto necesario que muchas instituciones de educación superior en Estados Unidos creen talleres, programas y proyectos para enseñarles una lección de vida fundamental a sus estudiantes: cómo fracasar.

En Harvard, por ejemplo, con los egresados más exitosos (económicamente) del mundo, invitan regularmente algunos exalumnos para que hablen de sus mayores fracasos. Esta iniciativa, llamada Success-Failure Project, además de recopilar testimonios sobre los logros y fracasos, recoge análisis sobre el paradigma del éxito y los grandes rechazos profesionales de profesores y directivos

En Princeton se inventaron el Perspective Project para que los propios estudiantes compartan, por medio del formato video, sus mayores fracasos (y qué aprendieron de ellos) en su vida universitaria. Algo similar a lo que hace el Resilience Project de Stanford y la Universidad de Pensilvania con el Proyecto Penn Faces.

El  Davidson College de Carolina del Norte incluso ofrece un “Fondo para el Fracaso” con el que alienta a los estudiantes a desarrollar una idea innovadora y a fracasar en el intento, sí tienen que hacerlo. No hay ninguna presión porque el proyecto sea viable o exitoso. De hecho, les dan entre 150 y 1000 dólares (lo que equivale a entre 465.000 y 3’095.000 pesos colombianos) para hacerlo. “Thomas Edison fracasó cientos de veces antes de crear la bombilla. Queremos que ese seas tú”, reza la descripción del proyecto.

“En nuestro campus, todo se puede sentir muy competitivo. Creo que nos dejamos llevar por la idea de mostrar una imagen de perfección. Pero ver que se habla abiertamente de estos fracasos, para mí, hace que sientas que está bien, que todo el mundo tiene problemas”, explicó Carrie Lee Lancaster, estudiante de primer semestre en el Smith College al New York Times.

En esta universidad femenina privada crearon el programa Fracasando Bien, que también prendente desestigmatizar el fracaso. Las estudiantes pueden asistir a charlas sobre cómo lidiar con estas experiencias aparentemente negativas y sacarles provecho.

Fracasando Bien incluye talleres como “Por qué muchos e

xitosos piensan que son un fraude”, “Liderazgo para rebeldes” o “Fiesta del té sobre el perfeccionismo y la cultura del estrés”.

 Estos programas surgen de la idea de que los jóvenes estudiantes están entrando a la universidad sin las habilidades necesarias para lidiar con sus dificultades. Además, las instituciones educativas se han apoyado en la teoría, cada vez más popular, de “fracasar hacia arriba”, según la cual los fracasos son un paso más en el camino al éxito.

Los casos sobre fracasos impregnan la cultura popular. Steve Jobs fue expulsado de su propia empresa, J. K. Rowling fue rechazada en varias editoriales antes de publicar Harry Potter, a Elvis Presley le dijeron que no podía cantar, a Harrison Ford que nunca triunfaría en el ‘showbiz’ y Albert Einstein tuvo que trabajar en una empresa de patentes porque nadie lo quería como profesor.

“Los fracasos, los contratiempos y las dificultades son parte normal de la experiencia universitaria y de una vida exitosa […] Alentamos a los estudiantes a que reconozcan el potencial que existe en los fracasos”, recoge la página web del Princeton Perspective Project.

Jóvenes hiper estresados

En su libro ‘El regalo del fracaso’, la escritora y educadora Jessica Lahey explica que las nuevas generaciones de padres sobreprotegen y privan a sus hijos de la experiencia del fracaso. Entonces, estos colapsan cuando se enfrentan a los “diferentes causantes de estrés propios de la pubertad, las expectativas académicas exacerbadas y la creciente carga de trabajo” típicos de la universidad.

“El fracaso -desde pequeños errores a sonoros fallos de juicio- es un aspecto necesario y fundamental del desarrollo de nuestros hijos […] Sin embargo, cada decepción, cada rechazó, cara corrección y cada crítica son pequeños fracasos, oportunidades disfrazadas, valiosos regalos identificados erróneamente como una tragedia. Lamentablemente, cuando evitamos o desestimamos el valor de estas oportunidades con el fin de preservar la sensación de despreocupación y felicidad a corto plazo de nuestros hijos les estamos privando de experiencias que es necesario que vivan para poder llegar a ser adultos capaces y competentes”, opina Lahey.

Estos jóvenes “privados del fracaso”, como los llama la autora,, tienden a ser más depresivos y necesitar más ayuda psicológica. Según varios estudios publicados por la American College Health Association, en los últimos siete años ha habido un incremento continuo en los niveles de ansiedad entre universitarios y la de demanda de servicios de consejería estudiantil.

Por esta razón, las instituciones educativas se han volcado a estos talleres que pretender reducir los niveles de estrés y desestigmatizar el fracaso.

Por mucho tiempo asumimos que estas eran cosas que se aprendían automáticamente en la niñez”, le dijo Donna Lisker, rectora del Smith College al New York Times. “La idea de que un joven de 18 años no sepa perder suena absurdo. Pero creo que en muchos sentidos hemos arrancado a los niños de vivir esas experiencias de forma natural”, concluyó.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/universitarios-necesitan-que-les-ensenen-a-fracasar/531594

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