Estrés laboral docente. Metáfora 3.

México / 30 de diciembre de 2017 / Autor: Fidel Quiñónes Marín / Fuente: Insurgencia Magisterial

3.- El húsar.

Nuevamente el profesor José Manuel Esteve en el artículo “Condiciones sociales del trabajo de los docentes” retoma la imagen de la novela “El húsar”  de A. Pérez Reverte, en la que se narran las peripecias de un soldado que:

“sueña con participar en una gran batalla. Sin embargo, cuando llega el gran día, nuestro húsar espera en la reserva, pasa calor mientras oye a lo lejos el fragor de un combate en el que no participa, y cuando finalmente interviene, le pasa por encima una carga de caballería enemiga y, herido, ha de refugiarse a pasar la noche en un bosquecillo, escondido y lleno de miedo hasta el amanecer. Al final, resulta que ha participado en una de las mayores victorias del ejército francés;… pero desde su perspectiva individual, no ha visto más que miserias, penalidades…

Así, lo que desde una perspectiva global se presenta como una victoria histórica, es vivido por sus protagonistas como un absurdo episodio, inconexo y miserable” (Esteve 2000,13).

El autor se interroga ¿para quién, o quiénes, sacan ventaja de esa llamada “victoria histórica”, dado que en el sistema educativo se ha privilegiado el avance en la cobertura y calidad; pero los profesores en muchos casos viven su trabajo cotidiano como una derrota, con desconcierto, desánimo y frustración.

En estos momentos, cuando de la historia de la educación pública en México parece diluirse en el discurso oficial de la calidad y la idoneidad, los docentes en servicio nos sentimos: desanimados, desalentados, desesperanzados y desprotegidos.  Por un lado, para las autoridades somos sujetos de desconfianza porque no “cumplir” con las expectativas de aceptar casi religiosamente, los mandatos oficiales, por otro, somos trabajadores subvalorados y menospreciados en la construcción de la denominada Reforma Educativa (es decir, la reforma laboral en educación).

En el escenario de la realidad mexicana destacó el anuncio televisivo “Mover a México” donde el “maestro” literalmente se voltea de cabeza en el aula, para mostrar a los alumnos la “nueva escuela”. En fechas recientes, los anuncios se renuevan presentando los logros de alumnos “por méritos propios”, soslayando la labor de los maestros (sus maestros), ya que a los alumnos les gusta “aprender a aprender” (y si lo hacen es a pesar de los maestros).  Así de bondadosa es publicitada la Reforma. Sin embargo, las condiciones de precariedad se mantienen y el docente debe “continuar” con su labor (o con su ocupación), ya que para eso se le paga. Condición que recuerda la frase política “Estabamos a un paso del despeñadero y decididos, dimos un paso al frente”. Traducción: como los antiguos ritos aztecas al docente lo colocan en posición de sacrificio y lo debe aceptar con orgullo, porque lo importante es velar por el interés superior de la niñez: “Primero el presente, primero los niños”.

Parafraseando al profesor José Manuel Esteve, habrá que interrogarse ¿para quién, o quiénes, las autoridades sacan ventaja con la llamada “Reforma Educativa”?, dado que se ha privilegiado la desvalorización docente sobre la actualización y la profesionalización, el sometimiento de los docentes sobre la participación voluntaria, la evaluación unilateral sobre la evaluación general del sistema educativo.  La victoria histórica sexenal de las autoridades mexicanas, no es la misma que diariamente viven los protagonistas docentes: incertidumbre, desconcierto, desánimo, frustración y estrés.

Fuente del Artículo:

ESTRÉS LABORAL DOCENTE. METÁFORA 3.

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