Los estudiantes son los protagonistas

La iniciativa, que ha sido diseñada junto con expertos en energía y en Educación, como Chema Lázaro y Javier Espinosa, ambos Premio Nacional de Educación, y Juan Núñez, pedagogo especializado en innovación educativa, combina contenidos y actividades digitales con dinámicas de grupo en el aula, además de emplear una narrativa inmersiva, en la que los alumnos se convierten en protagonistas. Está adaptado al currículo escolar de Secundaria y se estructura en cinco capítulos, que el docente podrá trabajar de manera flexible, en función de las necesidades del aula y desde diferentes asignaturas como Física y Química, Tecnología, Biología y Geología.

Cada uno de los capítulos cuenta con materiales descargables que servirán al docente para preparar su clase. Para su desarrollo, el alumnado se divide en equipos de trabajo organizados por roles según sus habilidades e intereses personales: techies, influencers, trendies, strategos y thinkers. Los grupos son guiados por Alex, una joven estudiante universitaria virtual que requiere de la colaboración de los alumnos para cumplir una serie de retos relacionados con dos ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible): Energía asequible (ODS7) y Acción por el clima (ODS13).

Durante su desarrollo a lo largo del curso, el programa ha obtenido una respuesta muy positiva entre los docentes, que han valorado su formato y contenidos: “Decidí participar porque el contenido del programa me pareció interesante, muy relacionado con tecnología, la asignatura que imparto, y su formato me pareció muy dinámico y atractivo”, relata Beatriz Ortega, profesora de Tecnología del Colegio Nuestra Señora de las Mercedes de Tarancón, Cuenca, que ha desarrollado durante este curso el programa de Secundaria.

Para Patricia Luengo, del centro Ramón y Cajal de Madrid, estas iniciativas motivan a los equipos educativos y permiten implementar técnicas que conectan con el alumnado en las aulas. Sobre todo, cuando cuentan con talleres y sesiones complementarias que facilitan su desarrollo: “Este tipo de proyectos gustan mucho en el centro y no lo dudamos, porque siempre son enriquecedores, tanto para los alumnos como para los docentes; además si viene alguien de fuera a explicarles cosas, el interés de los alumnos aumenta”.

Programa flexible

Otro de los aspectos clave del programa, y que ha tenido gran acogida por parte de los docentes, es su flexibilidad. Tanto por la capacidad de adaptación a la programación anual, como a la posibilidad de desarrollarlo de manera transversal junto a más docentes (de otras asignaturas o del mismo departamento). Beatriz Ortega, pone en valor, por ejemplo, “poder trabajar en sesiones diferentes y no consecutivas y su facilidad para programar a su medida”. Desde el IES Los Navalmorales de Toledo, Mª Carmen Moracho añade: “En nuestro centro se ha trabajado a través del Plan de Acción Tutorial, como en Biología y Geografía”.

En el colegio San José Niño Jesús de Reinosa, Cantabria, han usado algunas partes en clases de Geografía e Historia (tratando temáticas como el poder adquisitivo o las fuentes de energía primarias) o de Educación Plástica y Visual (donde han trabajado uno de los retos). Daniel Runcadio, profesor de Física y Química añade: “Yo he trabajado con todos los contenidos, organizándolos en un equipo de Teams de Microsoft, dando mi toque personal a algunos de ellos, en otros modificando ligeramente la sesión en el aula… Creo que esta capacidad que ofrece al docente de adaptar el programa es fantástica”.

Experiencia inmersiva

Una gran parte de los docentes participantes coincide en que otra de las claves del programa es la manera de presentar el contenido. No sólo se trata de que atraiga la atención del alumnado, sino de proponerles un reto que les motive a conocer y actuar, es decir, a desarrollar un aprendizaje realmente significativo basado en la gamificación. “El formato les resulta atractivo y hace que presten más atención y muestren más interés. Los materiales están muy bien y muy guiados, favorecen el aprendizaje autónomo del alumnado”, señala Beatriz Ortega del ColegioNuestra Señora de las Mercedes, Tarancón (Cuenca).