Los gastos sociales en África

Por: José María Mella Marques

El propósito de estas líneas es analizar la incidencia redistributiva de los gastos públicos en educación y sanidad en el África subsahariana. Según la información disponible (Lustig, 2015), se consideran los casos de Sudáfrica y Etiopía, por estudiar dos situaciones relativamente representativas de esta área geográfica y por las limitaciones de los datos.

Las familias se clasifican por las rentas obtenidas por persona antes y después del pago de impuestos y de la percepción de transferencias (gasto social), y de este modo se puede conocer la situación de cada una de ellas en términos de pobreza y desigualdad. El análisis de la incidencia redistributiva o fiscal se hace comparando el llamado índice de Gini (que va de cero a uno, cuanto más cerca de cero mayores igualdades y cuanto más cerca de uno mayor desigualdad) de las rentas antes y después de impuestos y transferencias.

Los datos muestran que la reducción de la desigualdad en el año 2011 va de 17,5 puntos en Sudáfrica (el país con mayor desigualdad en la renta antes de impuestos) a 2.3 puntos en Etiopía (el país con menor desigualdad en la renta antes de impuestos), lo que permite decir que el sistema fiscal actúa como Robín Hood, el legendario bandido inglés medieval, que se apropiaba de las propiedades de los ricos para dárselas a los pobres. El resultado es que la desigualdad se reduce poco en Etiopía y mucho en Sudáfrica. Los individuos por debajo de la línea de pobreza (que ganan menos de 1,90 dólares por día) en Etiopía pagan más de lo que reciben por impuestos y transferencias; en cambio, en Sudáfrica, es justamente lo contrario, pagan menos, esto es, se benefician más.

La concentración del gasto en educación en Etiopía muestra que no es pro-pobres, ya que el 20% de los más ricos absorben el 34% de ese gasto; mientras que, en Sudáfrica, la concentración es más pro-pobres, porque el 20% de los más ricos absorben solamente el 19%.

La explicación de estos resultados es que en los países como en Etiopía de baja renta la mayor parte de la población es rural (80% del total), que tiene un bajo acceso a la educación. Aparte de que en Etiopía también se gasta una mayor proporción en la educación universitaria que tiene un efecto regresivo (esto es, los pobres se benefician mucho menos, porque en gran medida no llegan a ella).

En Sudáfrica, el gasto en preescolar y primaria es pro-pobres, mientras la educación universitaria tiende a ser más pro-ricos. La explicación podría estar en que las familias de renta media y alta no acuden a los niveles inferiores del sistema educativo público por su menor calidad y se benefician relativamente más de la educación universitaria, porque los pobres no acceden a ella por insuficiente preparación e inferior renta (son consecuencias de ser hijos de pobres).

En materia de salud, el gasto en Sudáfrica es un poco más pro-pobres (21% va al 20% más pobre) y comparativamente con Etiopía menos pro-ricos (25% es para el 20% más rico), mientras que en Etiopía se beneficia mucho menos a los pobres (el 20% de los más pobres acceden sólo al 18% del gasto) que a los ricos (el 20% de los ricos consigue el 38%). Este resultado se debe a que una gran proporción de la población en Etiopía es rural, por lo que en este país la provisión de los servicios de salud es mucho más costosa por la dispersión del hábitat y el acceso más difícil por el aislamiento de los poblados campesinos.

En consecuencia, los gobiernos con claros objetivos sociales debieran tener en cuenta los problemas de acceso y uso de los servicios educativos y sanitarios de los pobres, el grado de cobertura de los mismos por parte de la población, el nivel de calidad de dichos servicios (que puede afectar negativamente a la igualdad de oportunidades) y los perfiles específicos de las familias pobres (mayor número de hijos y peores condiciones de salud).

Fuente:http://www.farodevigo.es/opinion/2017/01/10/gastos-sociales-africa/1601861.html

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Cuba: los gastos sociales acaparan la mayoría del presupuesto del Estado para 2017.

Centro América/Cuba/10.01.2017/Autor y Fuente: http://www.nodal.am/

Fiel a la concepción socialista que sitúa al ser humano en el centro de la práctica política y la gestión gubernamental, la Asamblea Nacional aprobó esa Ley del Presupuesto para 2017, destinar el 72% de los gastos corrientes del Estado a los servicios sociales básicos vinculados a la calidad de vida de la población y las prestaciones de la seguridad social.

Los gastos planificados en Educación ascienden a 8.278 millones 400 mil pesos, lo que representa el 23% del gasto presupuestario y equivale al 9% del PIB a precios corrientes.

Se garantiza con ello el funcionamiento de 9 433 escuelas primarias y medias (con un estimado de 1 771 800 estudiantes) y toda la educación universitaria con 145 770 estudiantes; además de la atención a 140 610 niños en los Círculos Infantiles.

A la Salud Pública y la Asistencia Social se destinarían el próximo año 10 mil 206 millones 200 mil pesos, que significa el 28% del gasto corriente y representa el 11% del PIB.

Estas cifras permitirán sostener los servicios en 12 400 unidades asistenciales, entre ellas, 151 hospitales, 451 policlínicos, 10 782 consultorios de médicos de la familia, 110 clínicas estomatológicas, 147 hogares de ancianos, 265 casas de abuelos y 30 hogares de impedidos físicos.

Respaldarán la prestación de servicios de salud para cifras de 1 millón 120 mil ingresos hospitalarios en más de 45 mil camas, 86 millones de consultas médicas y unas 28 millones 500 mil consultas estomatológicas.

Se aprobó destinar 1 748 millones de pesos al desarrollo de la Cultura y el Deporte en el país, un 5% del gasto corriente del Presupuesto.

Ello sustentarán la prestación de servicios en el sector de la cultura en 276 cines, 383 salas de video, 285 museos, 88 teatros y salas de teatro, 392 bibliotecas, 316 librerías, 343 casas de cultura , 19 casas de la trova y 130 galerías de arte, entre otros.

También respalda la transmisión de 522 640 horas de radio y 73 910 horas de televisión.

Propiciará además la preparación sistemática de 4 millones 591 mil practicantes del deporte, así como el funcionamiento de 5 134 instalaciones deportivas.

El presupuesto de la Seguridad Social prevé gastos por 6 mil millones de pesos para respaldar las pensiones de un millón 672 mil cubanos, de ellos 80 mil 87 que se incorporan a la cifra en el 2017.

Del total de pensiones y jubilaciones, el 96% corresponde a las pensiones por edad, invalidez y muerte. Se destinan también 245.2 millones de pesos a las prestaciones por Maternidad.

La pensión media en el país es de 287.14 pesos, las más de 80 mil que se incorporan en el 2017 tendrán ingresos promedios de 429.40 pesos.

Positivo es que de la cifra total de gastos en seguridad social, el presupuesto financiará 5 mil 180 millones con los ingresos provenientes fundamentalmente de los aportes de los empleadores estatales, así como las contribuciones especiales de trabajadores del sector empresarial, de algunos sectores presupuestados y de las formas no estatales de producción.

Fuente: http://www.nodal.am/2017/01/cuba-los-gastos-sociales-acaparan-la-mayoria-del-presupuesto-del-estado-para-2017/

Imagen: http://www.nodal.am/wp-content/uploads/2017/01/escuela051-600×350.jpg

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Luchar contra la pobreza: la opción más económica para Brasil

Brasil/04 agosto 2016/Fuente: Banco Mundial

Un nuevo informe del Banco Mundial compara el gasto público que beneficia tanto a pobres como a ricos.

Si tuviera que reducir su gasto, ¿qué recortaría primero?

Un nuevo informe del Banco Mundial indica que la brecha entre gastos e ingresos en Brasil deberá cerrarse en algún momento, a riesgo de que el nivel de deuda quede fuera de control, impactando en la economía y en los servicios proporcionados a la población. El gasto primario del gobierno central representó el 37% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que los ingresos primarios representaron el 36% del PIB. El pago de intereses, no incluidos en los gastos primarios, correspondió al 12,5% del PIB en 2015.

Se pueden realizar ajustes al presupuesto sin dañar al 40% más pobre de la población del país. De acuerdo al reciente Diagnóstico Sistemático de País (SCD por sus siglas en inglés) para Brasil, los programas y servicios orientados a este segmento de la población cuestan apenas el 12,1% del PIB (comparado con el 16,1% erogado en los no pobres) y marcan la diferencia para los más necesitados.

Los subsidios y el actual sistema de pensiones mínimas de la seguridad social benefician a los más ricos mucho más que a la población de bajo ingreso, como se indica en el informe. Esto los convierte en grandes candidatos para su reestructuración.

Al día de hoy, la seguridad social representa casi un tercio (28%) del gasto público. “Basándonos en los datos de la Encuesta Nacional por Muestreo de Hogares (PNAD, Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios), concluimos que el gasto en seguridad social resulta en una distribución del ingreso algo más desigual,” dice Martin Raiser, director del Banco Mundial para Brasil.

Un tema importante es el período de contribución necesario para recibir un salario completo versus el período promedio durante el cual los jubilados reciben ese beneficio: 35 y 22 años, respectivamente. En términos generales, los brasileños comienzan a contribuir al sistema de pensiones de la seguridad social a los 25, se jubilan a los 60 y tienen una esperanza de vida de 82 años. Asimismo, las contribuciones al Régimen General —excluyendo los planes simples y rurales— varían de un 28% a un 31% del salario, mientras que los beneficios jubilatorios para una persona con el mismo perfil representan aproximadamente el 85% del último salario.

Una forma de mitigar este problema es aumentar el período de contribución. Por ejemplo, un trabajador con buena salud que se retire a los 65, en lugar de 60, poseerá valiosos conocimientos y experiencia que transmitir a las nuevas generaciones. “El efecto en la vida de las personas puede ser beneficioso y el impacto fiscal es 100% positivo,” dice Raiser.

 » El gasto en seguridad social hace que la distribución del ingreso sea algo más desigual »

Martin Raiser

Director del Banco Mundial para Brasil

Financiamiento a bajo costo

Brasil gasta el equivalente al 5% de su PIB en subsidios a empresas. Si bien esto es menos que lo gastado en seguridad social y pensiones jubilatorias, tiende a favorecer a los ricos.

Esto es así porque las compañías que reciben la mayor parte de los beneficios no son pequeñas empresas administradas por individuos de bajo ingreso, sino compañías más bien grandes que contratan a trabajadores más calificados y que no necesariamente generan puestos de trabajo de calidad para los pobres.

Considerando que los subsidios se proporcionan a un bajo costo (en un país donde el costo de financiamiento es elevado) y su disponibilidad limitada, el nuevo SCD plantea una pregunta: ¿Los subsidios van a quienes de verdad los necesitan?

Por otro lado, los programas y servicios orientados a los pobres —equivalentes a 12,1% del PIB— sí brindan beneficios reales. Esta cifra incluye a la educación primaria y secundaria y la salud pública, además de iniciativas como Bolsa Familia. Como tal, en lugar de controlar el gasto, el nuevo SCD recomienda un uso más eficiente de los fondos disponibles para estos servicios de forma tal de que posibiliten su mejora continua.

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2016/07/19/brazil-how-public-spending-benefits-rich-poor


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