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¿Cómo debe ser un docente? ¡Los alumnos responden!

Por: Educación 3.0.

La escuela BetàniaPatmos de Barcelona ha hecho un experimento entre su alumnado de Bachillerato: reflexionar sobre el perfil de docente que más les gusta y por qué. La asesora pedagógica Marta Cervera nos expone las conclusiones de dicho sondeo.

Mucho se ha estado hablando sobre el perfil del profesorado últimamente. El libro blanco de la función docente no universitaria publicado por D. José Antonio Marina, ha generado reacciones y opiniones de todo tipo e intensidad.

Lo que parece claro es que, desde que los resultados arrojados por los mayores estudios internacionales apuntan al profesor como elemento clave, para incomprensible sorpresa de algunos, los profesores estamos y estaremos en el punto de mira, este es un debate global.

Pero en este caso os invito a leer lo que opinan otros grandes “expertos en profesores”… los alumnos:

Hace un tiempo, la escuela BetàniaPatmos de Barcelona recibió un encargo por parte del Consejo Escolar de Cataluña. El de reflexionar sobre la función docente en la era de la globalización. El centro convirtió ese encargo en una tarea para sus alumnos de Bachillerato, en la que se les pedía dar respuesta a una pregunta sobre una situación real.

La pregunta que se les planteó fue la siguiente: “¿Si tú hicieras un proceso de selección de maestros y profesores, qué perfil buscarías?”

Tras una semana de reflexión y trabajo, plasmaron en un documento los 11 rasgos que según ellos debería reunir un candidato a la docencia en la era de la globalización.

Elementos con un grado de consenso total:

  • Docentes dispuestos a ayudar a los alumnos, que se preocupen por ellos, cercanos, motores de confianza desde el respeto y la generosidad.
  • Docentes con muy buenos conocimientos sobre aquello en lo que son expertos y deben enseñar, aparte de una imprescindible cultura general y actual.
  • Docentes que expliquen de forma comprensible y clara, con método, buenos comunicadores y mentalmente estructurados.
  • Docentes que transmitan emoción por lo que explican, entusiasmados, apasionados por su materia y respetuosos con otras disciplinas.

Elementos con un grado de consenso muy alto:

Docentes que dominen las diferentes morfologías del aprendizaje, desde el papel hasta las tecnologías de última generación (el dibujo, la escritura, el sonido, la imagen, la manipulación de materiales), incorporando más que sustituyendo.

  • Docentes que dominen diferentes idiomas; de los extranjeros, imprescindiblemente el inglés.
  • Docentes que enseñen a pensar de forma crítica y promuevan formas alternativas de hacer las cosas.
  • Docentes con paciencia, modestia, energía y coherencia.
  • Docentes que promuevan la participación, la interactividad y la práctica.
  • Docentes divertidos, con sentido del humor y que hagan placentero el proceso de enseñar y aprender.

Punto final sobre el perfil del docente actual sine qua non:

  • Docentes puntuales y que no falten a clase.

Documentos como este te hacen reflexionar, ya que reflejan que en un mundo caótico como el que vivimos, nuestros jóvenes buscan a una figura de referencia flexible, pero estable, alguien que les aporte seguridad dentro de una realidad convulsa.

Tan sencillo y tan complejo. Así es nuestra labor.

Fuente de la reseña: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/que-opinan-los-alumnos-sobre-los-maestros-y-profesores/32805.html#
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¿La educación extranjera es para la élite?

Por: Diana Carolina Abril Giraldo.

Comienzo afirmando que estudiar en una universidad extranjera no es necesariamente más costoso que hacerlo en Colombia, como muchos han señalado por medio de las redes. Los que han podido acceder a estudios fuera del país saben que así es. Por tanto, para este caso, traigo como ejemplo el país español, que se metió nuevamente en Colombia —como en la época de la conquista y la colonización— pero esta vez ofreciendo alternativas educativas con mejor calidad y precio, en comparación a las que ofrecen las universidades colombianas.

Para demostrar lo anterior, un ejemplo: el valor aproximado de todo el pregrado de Medicina en la Universidad del Bosque sería de $254.928.000 —teniendo en cuenta el costo actual del semestre, que es de $21.244.000—, mientras que en la Universidad de Salamanca de España sería de alrededor $124.485.960 —$10.373.830 el semestre—. Una simple diferencia con un costo representado en más del doble de lo que cuesta la carrera en España y equivalente al 105 por ciento de más.

Ahora bien, una cosa es el costo y otra, la calidad. Por tanto, es bueno agregar que en cuanto al número de créditos en la carrera de Medicina la diferencia porcentual equivale a 24 puntos. Pues, por un lado, la Universidad del Bosque exige 291 créditos y, por el otro, la Universidad de Salamanca, 360 créditos; o sea, 69 créditos de diferencia (ver comparativo). Es decir, en tiempo representa casi lo que dura una maestría en el mismo país español y más de lo que dura en Colombia.

En cuanto a los posgrados, la diferencia es aún mayor. Una maestría en Ciudadanía y Derechos Humanos en la Jorge Tadeo Lozano cuesta $7.370.000 (el semestre), tiene 36 créditos y una duración de año y medio. En la Universidad Católica de Colombia, la maestría en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario cuesta $7.988.000 (el semestre), tiene 48 créditos y una duración de dos años. Mientras tanto, la maestría en Derechos Humanos y Sistemas de Protección de la Universidad Internacional de la Rioja cuesta alrededor de $8.500.000 (el semestre y cancelando de manera anticipada —e incluye un descuento en un aproximado de un 40 por ciento—), tiene 60 créditos y una duración de un año. A la par, la maestría en Derechos Humanos, Democracia y Globalización de la Universitat Oberta de Catalunya, con 60 créditos y con la opción de duración de un año, tiene un costo que oscila entre 5,6 y 8 millones, dependiendo también del pago anticipado, y en el que se incluye un descuento de aproximadamente 30 por ciento, pero con la diferencia de que para los dos casos y de acuerdo con el costo la duración del posgrado es de solo un año, adicional a la ventaja de estudiar en línea y sin tener que desplazarse.

Además, con referencia a los créditos, la diferencia también es significativa. En Colombia una maestría tiene entre 36 y 48, con una duración de año y medio a dos años, mientras en España los créditos académicos son 60 normalmente y de ahí para adelante, todo depende del posgrado a realizar. Esto demuestra, por supuesto, una mejor calidad de las universidades españolas con respecto a las colombianas.

Todo lo anterior quiere decir que, en comparación con una universidad colombiana, aunque el semestre tenga un precio similar, costaría el doble por la duración que equivale en su mayoría, también al doble de tiempo de lo que dura normalmente en España. Sin embargo, hay otros másteres en España que duran más tiempo. Por ejemplo, los relacionados con la Medicina. Eso sin tener en cuenta que algunas de esas universidades españolas incrementan el costo del crédito a los estudiantes que están por fuera de la Unión Europea, no tienen residencia española y otras características. El incremento es de un 50 por ciento o más. Aun así resulta muy económico para el estudiante colombiano. Esto significa que para los estudiantes españoles el costo es mucho menor, por lo cual queda uno más frustrado de saber que en el país ibérico la educación no es un privilegio como sí lo es aquí.

De otro modo, habría que hacer otro comparativo con universidades de otros países y continentes, pero lo más seguro es que los resultados serían similares. La educación en Colombia, como lo dicen muchos, “es un negocio”. En este país no les interesa que haya educación de calidad, económica y mucho menos gratuita. Que haya aún diez universidades investigadas por el Mineducación es una clara muestra. Menos les interesa promover el estudio y además de manera general se piensa que los únicos que pueden hacer a educación de calidad son los de la elite. Y no por el hecho de dar esa opinión soy castrochavista. Soy egresada de una universidad pública y entiendo que a veces esa es la única manera de estudiar. Por ello es por lo que hay que ser realista frente al difícil acceso a la educación en Colombia, que termina siendo hasta impensable para muchos.

Ahora, viene el tema de las becas para estudiar en una universidad extranjera: para poder acceder a las ayudas económicas no hay que ser una lumbrera y existen varias opciones. Hay diferentes fundaciones que se encargan de patrocinar a estudiantes latinoamericanos para acceder a estudios en el exterior. Si recuerdan bien, hace poco Claudia López se graduó de su doctorado gracias a Fulbright. Pero además de esa, hay un sinnúmero de alternativas para la continuación de los estudios, como lo es el mismo Icetex (en el que ciertamente es mejor ser becado que ser deudor) o la Organización de los Estados Americanos (OEA) que ofrece becas de hasta un 100 por ciento. Dentro de esas becas que ofrecen, cuento con el honor de haber sido beneficiada por parte de la organización. No por empezar a estudiar en una universidad fuera de Colombia tengo dinero, es precisamente por ello por lo que fui beneficiaria.

Por otro lado, están las becas que ofrecen las universidades españolas de manera independiente en pregrados y posgrados para estudiantes latinoamericanos o de ciertos países, como así ellos lo escojan. Otra opción más a la que pueden intentar acceder quienes han tratado de hacerlo en Colombia y no han podido.

Todo esto para decir que si la hija de Petro se fue a estudiar a otro país, esto no quiere decir que Petro tenga dinero por montones y sea un acumulador solapado de capital, tras del hecho izquierdista. Si fuera el caso de hijos de políticos de derecha yéndose a estudiar afuera ni siquiera habría discusiones sobre el tema. Por lo tanto, el que la hija de Petro tenga la oportunidad de estudiar fuera de Colombia (por no haberla encontrado aquí) sin que él tenga que enviarla (como así lo han expresado varios) como si fuese cualquier mercancía quiere decir que, como todos los padres colombianos, el senador desea lo mejor para sus hijos y mejor si es en otro país. Por ende, no importa si estudian desde acá o si se van a estudiar al extranjero los hijos del político que sea o de cualquier ciudadano. Lo preocupante de eso es que para el colombiano resulta mejor estudiar en universidades extranjeras y hay una fuga de talentos impresionante que está dejando sin armas a Colombia para enfrentar los retos venideros.

Fuente del artículo: https://www.las2orillas.co/la-educacion-extranjera-es-para-la-elite/

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La filosofía educativa en el ámbito universitario

Por: María Alejandra Rodríguez.

 

Resumen

La educación superior en Venezuela, como fundamento formativo para el desarrollo educativo, cultural, filosófico y  social puede ser un punto de referencia crucial  en función de la construcción de una sociedad humana, justa y libre. Los pedagogos y filósofos de renombre  suelen ser considerados como idealistas cuyas propuestas  han sido sueños ingenuos, pero que al final han influenciado en la creación de nuevos modos educativos. Se trata de educar más allá del bienestar individual y colectivo propuesto por una sociedad del éxito personal y del consumo, trabajar en función  del porvenir de la civilización y la supervivencia de la raza humana y del planeta; ya que una persona consciente de su compromiso existencial puede alcanzar grandes logros e impactar en el bienestar de los demás gracias a un humanismo trascendental y verdadero. Por eso la educación universitaria debe considerarse como el modo formativo humanista para emprender cualquier objetivo elevado, verdaderamente humano, comunitario y social, sea a través del currículo de carácter ético-espiritual de todas las profesiones, o de una formación filosófica en torno a las dimensiones antropológicas existenciales del sentido de la vida desde el compromiso social.

Palabras clave: Educación Universitaria,  Filosofía, Compromiso, Humanismo.

Abstract

The highest education in Venezuela as basis training to the educative, cultural, philosophic and social development can be a very important reference point in function to the building of a human, just and free society. The philosophers and pedagogues used to be considered as idealist which proposals have been naïve dreams, but that it has influenced in the creation of new educative ways. It’s treats to teach beyond to the individual or collective wellness proposed by a society of personal success, to work in function of the civilization future and the survival of the human beings and the planet; because of a person aware of his existential commitment can achieve big goals and impact in the wellness of others thanks to a true and transcendental humanism. That’s why the university education should consider as the humanist training mode to begin any high objective, human, communitarian and social, either through the curriculum of the ethic-spiritual character of every professions or a philosophic training around the existential anthropologic dimensions  of the life sense since the social commitment.

Key Words: University Education, Philosophy, Humanism.

La  educación superior es hoy uno de los retos más trascendentales para filósofos y educadores; y representa uno de los retos antropológicos y sociales más trascendentales. Al parecer las asignaturas actuales no responden a las verdaderas necesidades humanas en cuanto a su formación existencial, o búsqueda de sentido de la vida misma; las asignaturas apuntan hacia el “Hacer”, dejando de lado, y casi en el olvido, las dimensiones del “Ser” de los estudiantes. Sin duda, se está muy lejos, en la Venezuela actual,  de vivir en armonía con nuestros semejantes y no hemos conseguido razones existenciales para el compromiso social, como elemento esencial del ser humano concebido desde la antropología del encuentro, quedando en el fondo, un vacío existencial que reclama ser allanado desde el ámbito de la formación universitaria desde los planteamientos de la filosofía.

Por esto, desde una actitud fenomenológica y existencial, el hombre de la sociedad actual se plantea las preguntas sobre el sentido de la vida: ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Qué es el hombre? ¿Qué es la felicidad? ¿Por qué la muerte? ¿Por qué la injusticia? ¿Por qué el amor? Evidentemente, en el ámbito universitario, las preguntas surgen de un yo personal propio del joven estudiante quien se encuentra sumergido en la vorágine de la sociedad del siglo XXI. En este contexto,  Gevaert (1976) plantea lo siguiente:

Los interrogantes sobre la esencia del hombre y sobre el significado de su existencia, tanto hoy como en el pasado, no nacen en primer lugar de una curiosidad científica, encaminada al aumento del saber. Los problemas antropológicos se imponen por sí mismos, irrumpen en la existencia y se plantea por su propio peso. La existencia, al hacerse problemática, requiere una respuesta y obliga a tomar posiciones (p. 14)

Los intereses de la sociedad actual, dentro de la cultura de Occidente,  se han encausado al desarrollo de la  ciencia en función de la tecnología, economía y a la globalización de un modo particular de modelo antropológico centrado en el éxito personal como horizonte existencial, en donde solamente importa el yo-egoísta por encima de lo comunitario y social, enfocados en un modo filosófico totalmente envuelto en el pragmatismo. En este contexto, Barbera (2005) sostiene la dificultad de valorar la formación filosófica en la universidad pragmática, tecnológica y comercial propia de la sociedad capitalista actual:

Reflexionar acerca de la importancia de la Filosofía, dentro de una sociedad sumergida hasta el alma en el Pragmatismo más crudo que se haya vivido a lo largo de la historia de la humanidad, puede resultar un esfuerzo que probablemente carezca de significado , el recuerdo insignificante de  un momento de la vida universitaria, donde un profesor del montón habló de una asignatura del Pensum de estudio, referente a cosas extrañas y ajenas a la vida  real, no sólo de los estudiantes, sino de  la casi  totalidad del profesorado; tal vez, ajena y extraña de la vida concreta de los mismos profesores del Departamento de Filosofía, quienes muchas veces  reducimos la Filosofía a la utilidad que nos produce. Nosotros tendríamos que ser los primeros en hacernos la pregunta sobre la importancia de la Filosofía, pero, en el “Pensum de la vida misma. (p. 241)

Es decir, el crecimiento personal, humano, antropológico, existencial carece de interés por parte de una universidad al servicio del pragmatismo de la sociedad actual, la formación filosófica, ética, social, comunitaria, vocacional ha sido opacada por la formación técnica y comercial. El problema de fondo parece ser que no existe interés real, no solamente a nivel de discurso, que invierta espacio y tiempo en la formación humana de los diferentes egresados de las universidades venezolanas. ¿Hasta cuándo debemos esperar para empezar a construir una nueva sociedad, un nuevo ser humano comprometido vocacionalmente con la comunidad, con la sociedad y con el bienestar del planeta Tierra? Y sin dar la espalda a la realidad,  ¿Cómo educar para combinar tecnología y humanismo? Sin duda, la formación filosófica, desde las dimensiones antropológicas centradas en la trascendencia del compromiso como modo de existencia, conllevan a la trascendencia de la formación reducida al hacer tecnológico.

Hacia una formación existencial desde lo humano

Se tiene la convicción epistémica de que la Educación formal en el nivel superior, está plenamente justificada cuando se orienta al mejoramiento, tanto en cantidad como en calidad del sistema productivo de un país; es decir, la ciencia se convierte en tecnología y comercio; a pesar de que “la Universidad como formadora de generaciones futuras de profesionales y la Industria como lugar de producción en serie de bienes son realidades diferentes en cuanto a objetivos, lenguaje, valores, organización y percepción de procesos de formación humana. No resulta tan evidente lo homogéneo en cuanto a su naturaleza entre el mundo industrial y comercial, y las aulas de clases universitarias.

La estrecha unidad que se supone debe existir, se ha formulado desde un pragmatismo antropológico que gira en torno a la producción, la ganancia y el correspondiente éxito personal como sujeto que lleva adelante los procesos del capitalismo actual, que ha obviado el carácter humanista de la formación universitaria.

Hace mucho que se induce al hombre moderno a tener una visión economicista de la historia y del futuro personal y de la humanidad. Este sometimiento de lo humano a lo económico y tecnológico, empieza a provocar en el ámbito mundial resultados catastróficos a nivel planetario y de justicia social, tal como lo señala Solana (2012), en su llamada a volver a lo humano, a lo existencial:

Es necesario -a pesar del “mundo globalizado que demanda una respuesta directa e innovadora en relación con la ciencia y la tecnología”-, volver a los objetivos originales: aquellos que hicieron que la escuela, como institución rectora de la sociedad, llegara a existir, aquellos que enseñaron Aristóteles, Rousseau, Dewey y Kant entre tantos otros; al menos socializarlos, colocar al ser humano como elemento prioritario, por encima de las máquinas. (p. 42)

“Dentro de este contexto de reflexión filosófica y social, en búsqueda del sentido humano que pueda permitir la sociedad actual, Córdova (2009) apunta hacia la denuncia de las injusticias del hombre contra el hombre que  produce el pragmatismo llevado a sus últimas consecuencias:

Nuestra producción ha crecido en los últimos años, pero este crecimiento no ha permitido aún cambios significativos para el bienestar humano y la justicia social”; persiste la pobreza, la carencia de alimentos y de vivienda; sin embargo, se ha incrementado la delincuencia y la paz social se ve, más que nunca, seriamente amenazada. “No podemos seguir midiendo el mejoramiento de una sociedad sólo por el número de productos y de servicios que se ofrecen para su consumo. ” (p. 97)

Si se concibe el desarrollo de una sociedad como la capacidad de las personas para elevar, individual y colectivamente, la calidad de su vida, la educación humanista cobra la prioridad que le corresponde entre las acciones que realiza el Estado moderno. La persona humana es por excelencia el centro y razón de ser de la universidad. No se trata solamente de egresar “peones sociales”; sino seres humanos en el más trascendental sentido de lo humano; el ser humano no puede ser reducido a un hacedor, a una cosa producida en serie, el hombre es trascendencia en sí mismo, y su calidad de vida se da en el ser, en esa dimensión trascendental de la existencia, y no en el laborar mecánico con el cual se conforma el pragmatismo tecnológico.

Lo dado como “algo”, reduce al hombre a una cosa, y el hombre es un ser personal, un ser para la trascendencia, de eso se trata el sentido antropológico de lo educativo en las universidades formadoras de la juventud venezolana. Dentro de este marco reflexivo, Morales (2005) expresa el verdadero sentido trascendental y personalista como eje orientador del proceso educativo en todos los niveles de la educación formal:

En segunda instancia, educar para la trascendencia requiere ver el sentido de lo educativo, la perspectiva a desarrollar implica la educación como espacio tiempo de trascendencia, a ello se refiere el autor como el punto clave donde se deslindan otros aspectos como superar la estructura academicista y de didácticas centradas únicamente en el conocimiento como finalidad. La trascendencia surge en el compromiso de establecer lo humano como centro único de interés, el aula se convierte en encuentro de subjetividades, el otro no es visto como la negación del yo sino como fundamento de apertura a un tú. Trascender es apropiarse de la expectativa de futuro que posee el otro y generar la alteridad. El problema es que el costo de la trascendencia es el compromiso ontológico, un sujeto que emerge después de la postmodernidad con todo la esperanza de seguir siendo. Nadie podrá eliminar la “necesidad” perenne del ser humano por realizarse, ni siquiera un psicologismo reductor a una conciencia animal.  (p. 67)

Desde el paradigma positivista y pragmático, se concibe que los objetivos del sistema industrial se ajustan a la vida concreta de los seres humanos, quienes son formados como piezas del sistema de producción, que no poseen rostros, ni nombres propios, y que al final son remplazados como cualquier pieza de la maquinaria. De hecho, si se impone el positivismo pragmático de la filosofía de la producción y comercialización del actual sistema social; entonces, nuestras vidas carecerán de existencia, estarán al servicio de la maquinaria de producción y de comercialización; y en el fondo, esos serán los objetivos reales, más allá del currículum de la educación superior. De este modo el tener y el hacer en función de ese tener constituirán el verdadero marco de filosofía antropológica desarrollada en las universidades venezolanas.

Si, por el contrario, el sistema industrial y de comercialización es sólo una parte de la vida, y no la vida misma; entonces, lo humano emerge en modo espiritual, cultural y trascendental; aparece la familia, la comunidad, el  compromiso social como horizontes existenciales de la vida; es decir, aparece la antropología del ser. Así, pues,  los valores estéticos, morales, espirituales, tendrían preferencia; quienes dediquen su vida al compromiso de la formación filosófica, antropológica y existencial, no estarán sujetos a los fines reduccionistas del sistema comercial e industrial; sino que éste estará subordinado a los objetivos elevados del ser humano y sin duda, habrá más oportunidad de descubrir el humanismo real, comprometido en lo comunitario, social y planetario, tal como lo señala Morin (2000) al referirse al pensamiento complejo, el cual exige la capacidad de sinceridad epistémica y existencial en la comprensión de la naturaleza real del universo, como lo expresa en Los siete saberes necesarios a la educación, donde plantea un modo distinto de ontología y de la antropología filosófica correspondiente como modo alternativo de entender lo humano como habitantes de un mismo hogar planetario, biológico y universal:

Estamos en un gigantesco cosmos en expansión constituido por miles de millones de galaxias y miles de millones de estrellas y aprendimos que nuestra Tierra es un trompo minúsculo que gira alrededor de un astro errante en la periferia de una pequeña galaxia de suburbio. Nuestro planeta erra en el cosmos. Debemos asumir las consecuencias de esta situación marginal, periférica, que es la nuestra. Como seres vivos de este planeta, dependemos vitalmente de la biosfera terrestre; debemos reconocer nuestra muy física y muy biológica identidad terrenal (p.53)

Se trata de cumplir prioritariamente con los objetivos humanos, sin descuidar aquellos que nos permitirán vivir dignamente como familia, comunidad, nación y sociedad humana. De hecho, sería muy razonable pensar que cuanto mejor sea nuestro nivel de vida en el sentido estrictamente humano, más allá de la vida por el tener; mejor podremos enfocar las actividades destinadas a producir los mismos bienes que requiere la sociedad a través de sus procesos de industrialización, ya sea incrementando bienes o mejorando servicios. Ciertamente, al priorizar la formación humanista se promueve la formación de un mejor profesional, porque se atienden los aspectos más importantes como compromiso vocacional, con sentido existencial de la vida misma. Se trata de producir con sentido humano. Lo que requiere no hombre seriados, sin personalidad; sino, de seres realmente humanos, cuyo trabajo sea humano y con sentido trascendental.

 

Bibliografía

Barbera, G (2005) Sobre el Concepto y la Importancia de la Filosofía. Revista Ciencias de la Educación  Nº 26.  Editorial. Universidad de Carabobo. Valencia-Venezuela.

Córdova, E (2009) “Principios de la Educación humanista” Revista Magistralis, Abril. Universidad Iberoamericana-Puebla.

Gevaert, J. (1976) El problema del hombre. Salamanca: Sígueme.

Morales (2005) Fundamentos Epistemológicos para la Educación más allá de la Postmodernidad. Educar para la Trascendencia. Artículo publicado en la revista Anthropos – Venezuela

Solana, Fernando (2012). XX Sesión de la Conferencia General de la UNESCO, en París el 26 de octubre de 1978 y publicado por la SEP.

Fuente del artículo: http://www.eleutheria.ufm.edu/ArticulosPDF/161221_MARodriguez_La_Filosofia_Educativa.pdf

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El “contrato social de la globalización”: ¿otra promesa sin mañana?

Por: Eduardo Camín

Tras un proceso de tres años de negociaciones intensivas y de diálogo, que congregó no sólo a gobiernos y a la sociedad civil sino también a millones de personas comunes de todo el mundo, los estados miembros de las Naciones Unidas acordaron por unanimidad (casi cuatro años atrás) lo que el Secretario General de la ONU describió como “la agenda de desarrollo más inclusiva que el mundo jamás haya visto”.

La Agenda 2030 adoptada en setiembre del 2015 por los líderes del mundo reunidos en una cumbre especial de las Naciones Unidas, abarca las tres dimensiones de la sostenibilidad: económica, social y medioambiental. Está constituida por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se basarán en los progresos alcanzados a través de los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODS). En un reciente informe presentado en Nueva York ante el Foro político de alto nivel de las Naciones Unidas (entre el 8 y el 19 de julio ), la OIT señaló que la mayoría de los países todavía tienen un largo camino que recorrer para lograr un trabajo decente e inclusivo para todos. En efecto, la OIT analizo el trabajo decente, como el elemento crucial para el desarrollo sostenible.

La importancia del trabajo decente para realizar el desarrollo sostenible está puesta de manifiesto en el Objetivo 8 cuya finalidad es “promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”.

Según el informe «(Hora de actuar para conseguir el ODS 8: articular el trabajo decente, el crecimiento sostenido y la integridad medioambiental», en muchos lugares del mundo, el avance hacia la consecución del Objetivos del Desarrollo Sostenible 8 (ODS 8) está ralentizándose. Se estima que más de 600 millones de nuevos empleos deberán ser creados de aquí a 2030, sólo para seguir el ritmo de crecimiento de la población mundial en edad de trabajar. Esto representa alrededor de 40 millones de empleos al año. Sin olvidar la necesidad de mejorar las condiciones de los 780 millones de hombres y mujeres que trabajan, pero no ganan lo suficiente para superar ellos y sus familias el umbral de la pobreza de 2 dólares al día.

“Esto significa que no avanzar hacia la consecución del ODS 8 estaría impidiendo el avance hacia la consecución de otros Objetivos, como los de erradicar la pobreza, reducir las desigualdades, promover la paz y lograr la igualdad de género”, dijo Damian Grimshaw, Director del Departamento de Investigaciones de la OIT.

Por su parte Guy Ryder Director de la OIT añadió: ¿en qué medida fomentamos ese modelo de desarrollo inclusivo, sostenido y sostenible? ¿Poseemos la determinación necesaria? En nuestro informe sobre los avances relativos al ODS 8 se pone claramente de manifiesto que no estamos adoptando el enfoque más adecuado para cumplir dicho objetivo, ni otros ODS. A menos que redoblemos esfuerzos, no lo lograremos”.

La crisis de los proyectos; la caprichosa realidad del capitalismo

Entre muchas cosas que son respetables, la más respetable es la realidad. Nada se paga tan caro como la sustitución de la realidad, por lo que nos parece o nos conviene.

Este nuevo “contrato social” globalizador ya no posee los destellos de la ilustración. Pero nadie, en su sano juicio podría oponerse a dar efectividad a los derechos humanos relacionados con el acceso al agua, al saneamiento, y al trabajo decente, nadie negaría la necesidad de las políticas educativas atentas a la realidad del mercado laboral y el papel del fomento de la capacidad, la educación y el desarrollo de las competencias para la inclusión digital.

La sociedad es un sistema complejo de relaciones sociales. Lo principal en su funcionamiento y desarrollo es la actividad de los hombres. Sin embargo, esto no significa que ella sea una suma mecánica de individuos, sino un organismo social complejo.

Tal vez, ser conocedor del género humano es una de las expresiones más indefinidas con la que vinculamos determinadas capacidades para orientarse entre la gente; ya que la unión de los mejores talentos, dotes y capacidades puede desvalorizarse con el «minúsculo» agregado del sistema económico en el cual se desarrolla la caprichosa realidad.

Pero, en el marco del capitalismo la justicia social se precipita al vacío. Por eso, conocer la esencia del mismo, preserva de las desilusiones y los pasos en falso, de los “funcionarios de la humanidad”.

Esto no quiere decir esto que la realidad no deba ser modificada o transformada: de por sí ella cambia y se transforma y esta variación debe ser orientada, dirigida, a veces acelerada, otras frenada, pero siempre teniendo en cuenta lo que las cosas efectivamente son. Los organismos internacionales han sido los oráculos de la lucha contra la pobreza, miles de proyectos han sido redactados, discutidos en fórums, conferencias, debates, la preocupación por acabar con la pobreza, fue transformada en una mantica constante entre diferentes economistas y particularmente entre los teóricos del desarrollo, quienes adquirieron tal perspectiva debido a los acelerados niveles de crecimiento de la industria y a la aparente posibilidad de que con el capitalismo la humanidad avanzaría hacia el reino de la abundancia de satisfacciones materiales.

Sin embargo, la problemática se mantiene, no solo se mantiene con el advenimiento y desarrollo del capitalismo, sino que permuta las causas que la generaron en el pasado, preserva algunas y crea nuevas maneras de vivir y sufrir la pobreza. Esta contradicción sigue intacta: hay quienes creen que los males del capitalismo pueden superarse mediante la promoción de la libre competencia, la apertura de sus mercados y la colección de tratados comerciales.

Desafortunadamente para sus sueños de gloria ocurre que el capitalismo tiende a la concentración y centralización del capital. Vivimos una transición delicada e incierta del capitalismo globalizador, en crisis aguda, a una forma social aún más bestial, feroz, cruel y despiadada del mismo sistema mundial capitalista, en la cual se han fracturado las barreras sociales que encarrilaban e institucionalizaban los poderes destructores del capital.

Esta es la realidad, en plena contradicción con las loables necesidades de cumplir los objetivos, de los ODS. Inmersos en un capitalismo que genera caos y desintegra las sociedades para reordenarlas bajo su mando despótico; destruye y construye al mismo tiempo. Separa vínculos para volver a reunir, bajo su dominación y control. Por lo tanto, el capitalismo no es sólo caos y desorden. También es orden, un orden cada día más opresivo y depredador.

El contrato social de la globalización se hunde en las turbias aguas del desencanto, de las promesas sin mañana, porque afuera llueve con furia y todo lo inunda.

Eduardo Camin. Analista uruguayo, acreditado ante la ONU-Ginebra, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, 

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=259033

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La 4T: ¿política para la vida o la muerte?

Por: Víctor M. Toledo 

La clásica distinción en la política convencional entreizquierdasderechas se va desdibujando para dar lugar a un nuevo dilema. Hoy cada vez es más necesario y adecuado hablar de po­líticas para la vida ypolíticas para la muerte. Como vimos en una entrega anterior, el devastador embate de una oligarquía trasnacional que apenas llega a uno por ciento de la población humana, se extiende e intensifica por todo el planeta, destruyendo por igual a la naturaleza y a los seres humanos. La depredación ecológica y la explotación del trabajo humano continúa conforme el capital corporativo doblega gobiernos de todo tipo para ponerlos a su servicio, dando lugar a lo que hemos denominado los hoyos negros de la modernidad(https://bit.ly/2NWJwWo). Este desplazamiento de la antigua geometría política por un reto de mayor trascendencia resulta de la globalización y del impacto que las sociedades industriales tienen sobre el equilibrio del ecosistema planetario. El conjunto de estas políticas para la muerte conducen a un colapso civilizatorio, como se analiza y discute con más intensidad y frecuencia en innumerables círculos (think tanks) del mundo.

Como se ha comprobado para losgobiernos progresistas o de izquierda de la América Latina, este dilema entre ecopolítica (o biopolítica) y necropolítica, al ser ignorado, se fue volviendo una bomba de tiempo que terminó explotándoles, aunado en varios casos a la corrupción de dirigentes y partidos. Lo que está en disputa son los territorios y sus ricos recursos visibles y ocultos. En el México de hoy, las chispas que generan los incendios son justamente los conflictos que surgen del choque (¿civilizatorio?) entre los proyectos de muerte de las corporaciones privadas y estatales, y los proyectos de vida tejidos y arraigados por largo tiempo por las comunidades humanas, sus naturalezas y sus regiones. Se trata de 560 conflictos socio-ambientales, según nuestras fuentes, que ya han dejado una estela de violencia y muerte: 503 casos de defensores comunitarios agredidos entre 1995 y 2015 (amenazas, detenciones ilegales, agresiones físicas, criminalización), según la tesis de la investigadora de la UNAM Lucía Velázquez Hernández, y que alcanza los 125 activistas asesinados (datos de Global Witness y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental: https://bit.ly/2NqqhGb).

El asesinato de Samir Flores (20/2/19), indígena nahua y uno de los principales líderes opositores al Proyecto Integral Morelos (gasoducto y dos termoeléctricas), es sólo uno de los cuatro defensores ambientales ultimados desde el cambio de gobierno. Antes fueron asesinados Estelina López Gómez (23/1/19) de la comunidad Santo Tomás de Amatenango del Valle; Rafael Murúa Manríquez (20/1/19), director de la radio comunitaria Radiokashana, y Manuel Martínez Bautista (24/12/18), de Yahualica, Hidalgo.

Como señalamos en un texto anterior (¿Vencerá el nuevo gobierno las fantasías neoliberales?:https://bit.ly/2Tf0sy5) el nuevo gobierno está obligado a enfrentar y tomar una posición diáfana sobre estas batallas territoriales. Cada concesión (¿táctica?) que la Cuarta Transformación (4T) hace a los proyectos de muerte del ogro industrial, tanto en su versión corporativa como estatal, devela una carencia de visualización de largo plazo, pues estamos ya ante un desafío de escala civilizatoria en la que se están jugando no sólo los destinos de un sistema social, sino de todo unmodo de concebir el mundo y de la especie humana misma. Por tanto, no se puede sacrificar a las comunidades tradicionales, otra vez en aras delprogreso y el desarrollo de la nación (que es la letanía de los neoliberales) , y mucho menos a nombre de una consulta impuesta y orientada de antemano por el poder estatal.

¿Por qué el nuevo gobierno comienza a repetir los errores de los regímenes progresistas de América Latina? He aquí que la pregunta conduce a un embrollo mayor, a una carencia suprema: no existe una claridad teórica y, por tanto, táctica y estratégica en la 4T, pues esta nación, como consigna electoral, de la cabeza visionaria, brillante y pragmática, pero también solitaria y limitada de un líder, y no de la discusión colectiva, esto es de un programa político. No hay pues sino reacciones inmediatas a cada problemática, cuya repetición irá irremediablemente marcando una política vaga, confusa y contradictoria y, por tanto errática. Mientras no se analice y esclarezca de manera colectiva un programa político que dé corpus a la 4T, el actual gobierno se irá diluyendo inexorablemente. Hasta que, de nuevo, la derecha nos alcance.

Fuente del artículo: https://centrodeinvestigacionclacsoriusmex.wordpress.com/2019/05/27/la-4t-politica-para-la-vida-o-la-muerte/

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Hacia una nueva educación

Por: Carlos Freile.

La inmensa mayoría de quienes hemos estado involucrados con la educación en nuestro país como protagonistas directos y como estudiosos del tema hemos mantenido un talante dubitativo, por lo menos, frente a la realidad actual de nuestras escuelas y colegios. Desde esta columna me atrevo a transmitir a mis lectores unas cuantas reflexiones al respecto, basadas en mi experiencia de más de cincuenta años en las aulas.

Todo análisis sobre un sistema educativo parte de la confrontación entre aquello que se debe mantener y lo que se debe cambiar, pero no en los métodos ni en los recursos didácticos, pues en este campo cae por su peso la necesidad de avanzar siempre y actuar de acuerdo con el desarrollo técnico y científico.

Hablo del enfrentamiento entre visiones del mundo en relación con un ámbito cultural específico. Tratare de explicarme. Partamos del proceso imparable de la globalización, no solo económica sino antropológica. El educador traicionaría su misión si no la tuviera en cuenta, pues los niños y jóvenes la viven a diario. Pero surge un problema, muchas veces nosotros, que somos meros receptores de los contenidos envasados en los centros poderosos de influencia, nos enfrentamos a problemas o discusiones que no se compadecen con nuestra diaria experiencia; pero junto con la información recibimos la problemática y la hacemos nuestra.

Frente a la globalización, y aquí me atrevo a darle un epíteto: desculturalizante, no podemos descuidar la existencia de una forma de ser y de ver el mundo que se ha forjado a lo largo de los siglos en este determinado espacio geográfico, la cual no se agota en el folklorismo o en lo ancestral, auténtico o no, sino en la conservación de valores que han dignificado las conductas. Aunque no siempre se los ha respetado, se ha sabido de su vigencia, y los transgresores sabían que lo eran.

Tarea del educador, no como iniciativa personal sino como objetivo nacional: buscar el camino de ayudar a las nuevas generaciones a vivir globalizadas sin descuidar sus raíces.

Deberemos retomar la reflexión.

Fuente del artículo: https://www.lahora.com.ec/noticia/1102242614/hacia-una-nueva-educacion

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Recuperar la memoria

Por: ctaacordoba.or/Juan Carlos Giuliani*

A 133 años del asesinato de los Mártires de Chicago, condenados y ejecutados por exigir que la jornada laboral fuera de 8 horas, nuestro presente es de lucha. El 1º de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, se conmemora en todo el mundo, menos en los Estados Unidos, cuna del Imperio, y Canadá, donde lo recuerdan el primer lunes de septiembre.

Con el correr del tiempo la conmemoración del 1º de Mayo se transformó en el acontecimiento más masivo, unitario y globalizado del mundo entero. Homenaje y compromiso que revela nuestro poder como clase cuando somos conscientes de nuestra fuerza y capaces de reconocernos como el sujeto organizado de un proyecto colectivo.

Los sectores dominantes procuran no sólo que los trabajadores no tengamos historia, doctrina, héroes o mártires. También intentan adueñarse de nuestras fechas, de nuestros símbolos, de nuestra razón de ser. Para ellos el 1º de Mayo es el Día del Trabajo, una abstracción que responde a la lógica de negar al sujeto histórico concreto, de carne y hueso: El trabajador.

Ese axioma, amplificado hasta el infinito por la superestructura cultural del sistema, no es inocente. Se trata de fraccionar la conciencia de unidad de clase, de instalar en el imaginario colectivo la preeminencia de lo individual por sobre lo comunitario, de aniquilar la noción de hombre organizado como sustento del progreso social.

Para nosotros existe una sola clase de hombres: Los que trabajan, como quería Evita. Recobrar el espíritu clasista siguiendo el itinerario de los pioneros del movimiento obrero, de sus luchas y sueños, de sus fracasos y efímeras victorias, significa poder mirarnos en el espejo de la lealtad a un proyecto revolucionario inconcluso.

La historia es un devenir. No empieza cuando uno llega y tampoco termina cuando uno se va. Ese sindicalismo que no transa ni claudica ante el poder es nuestra fuente de inspiración. El de los anarquistas, socialistas, sindicalistas revolucionarios y comunistas de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, el de los “cabecitas negras” que encabezaron el proceso transformador más trascendente de la Argentina, el de todos los que forjaron este camino que caminamos y del que cabe estar profundamente orgullosos.

La formación de la conciencia de clase, el proyecto de una nueva sociedad, la experiencia de gobierno durante el peronismo, los caños heroicos de la Resistencia, el salto cualitativo en los niveles de conciencia y organización que suponen los programas de La Falda (1957) y Huerta Grande (1962) y el Mensaje de la CGT de los Argentinos a los Trabajadores y al Pueblo fechado el 1º de Mayo de 1968; el Cordobazo, la rebeldía ahogada en sangre durante la tiranía militar, la resistencia al genocidio, los 26 Puntos de la CGT Brasil, el Grito de Burzaco, la Marcha Federal, el Seguro de Empleo y Formación plebiscitado por el Frente Nacional contra la Pobreza (FRENAPO), la explosión de rebeldía popular en diciembre de 2001, la Constituyente Social, los 32 puntos de la Multisectorial y tantos otros sucesos jalonan esta rica y compleja historia.

Los mártires de la Semana Trágica, La Forestal y la lucha de la Patagonia, los fusilados en los basurales de José León Suárez, las víctimas del Plan CONINTES, Felipe Vallese, Atilio López, Benedicto Ortiz, Víctor Choque, Teresa Rodríguez, José Luis Cabezas, Maximiliano Kosteky, Darío Santillán, Jorge Julio López, Carlos Fuentealba, Mariano Ferreyra y las ausencias irreparables de Agustín Tosco y Germán Abdala. La lista es inacabable y el recuerdo imborrable.

La mayoría de los 30.000 militantes populares masacrados por la dictadura militar provenían del universo del trabajo. Ellos no ofrendaron sus vidas para construir un capitalismo serio o de rostro humanitario. Vivieron, lucharon y murieron por una sociedad libre, fraterna e igualitaria. Para terminar con el régimen de despojo y explotación. Por una Patria socialista.

Rescatar su compromiso político, social e histórico se convierte en un imperativo insoslayable en momentos que el enemigo opera incansablemente para mantener sus privilegios intactos y el campo popular debate, se organiza, confronta y articula en medio del vértigo de esta etapa signada por el revanchismo patronal.

Inmersos en esa dialéctica, reivindicar el 1º de Mayo es reconocer que los trabajadores, en medio de esta ofensiva oligárquica, no resignan su reclamo por una justa redistribución de la riqueza, buscando acertar en el reagrupamiento del Movimiento Popular eludiendo los atajos del gatopardismo y los cantos de sirena de los profetas del “no se puede”.

Cuando los funcionarios de Martínez de Hoz afirmaban muy sueltos de cuerpo que para el país “da lo mismo fabricar acero que caramelos” seguramente no imaginaban que estaban vocalizando algo más que una metáfora: La producción de acero hoy es paupérrima para responder a las necesidades de un proceso de reindustrialización, pero Argentina es uno de los productores de golosinas más importantes de América Latina. Parábola perfecta que pinta mejor que nada nuestro carácter de país dependiente.

A los que aseveran que los trabajadores deben permanecer indiferentes al destino de la Nación y pretenden que nos ocupemos solamente de problemas gremiales, les respondemos que impulsamos una práctica de sindicalismo integral, que liga lo político a lo reivindicativo, que organiza la voluntad colectiva, se reapropia del conocimiento y construye poder propio para asegurar el bienestar del pueblo todo. Lo otro es sindicalismo amarillo, empresarial, que quiere que nos ocupemos solamente de los convenios y las colonias de vacaciones, mientras hace negocios bajo la mesa.

El 1º de Mayo es una fecha propicia para recuperar la memoria de los que pelearon por la dignificación de los trabajadores y por un país con justicia social, plena democracia, desarrollo económico y una política exterior independiente, encaminada solamente a servir a los intereses nacionales y a la unidad con los pueblos latinoamericanos

Es responsabilidad de los trabajadores recoger esas banderas y enarbolarlas para que el pueblo argentino camine hacia un futuro de Liberación Nacional y Emancipación Social.

Tal como lo planteara la CGT de los Argentinos de Raimundo Ongaro hace más de medio siglo, “más vale honra sin sindicatos que sindicatos sin honra”. Respecto a la necesidad de llevar adelante acciones unitarias para enfrentar la restauración oligárquica, otra consigna de la CGTA sirve para esbozar una respuesta: “Unirse desde abajo y organizarse combatiendo”.

La unidad de la clase crece desde el pie, y “crece desde el pueblo el futuro”, como canta con voz inconfundible el inolvidable Alfredo Zitarrosa.

*Vocal de la Comisión Ejecutiva Regional de la CTA Autónoma Río Cuarto. Congresal Nacional de la CTA-A por la Provincia de Córdoba

*Fuente: http://ctaacordoba.org/recuperar-la-memoria/
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