Shanghái limitará su población a «solo» 25 millones de habitantes en 2035

07 Enero 2018/Fuente: abc/Autor: Pablo M. Díez

Con unos 1.400 millones de habitantes, es imposible solucionar la superpoblación de China. Todo lo más que puede hacerse es distribuirla. Ese es el objetivo de las autoridades de Shanghái y Pekín, las dos ciudades más populosas del país, para los próximos años.

En 2035, Shanghái limitará su población a «solo» 25 millones de habitantes y su suelo urbanizable a 3.200 kilómetros cuadrados, según consta en el plan maestro de su Ayuntamiento, aprobado recientemente por el Gobierno central. Plagada de futuristas rascacielos a lo «Blade Runner» y autopistas de varios niveles, esta espectacular megalópolis tendrá que perder parte de su población porque a finales de 2014 ya contaba con 24,1 millones de habitantes. Un plan que ya ha sido criticado por sociólogos chinos como Liang Zhongtang, quien lo definió como «no práctico ycontra la tendencia del desarrollo» en la prensa oficial.

Por su parte, Pekín, donde ya vivían 21,5 millones de personas en 2014, se fijó en septiembre un límite de 23 millones de habitantes en 2020. Eso significa que tendrá que echar a un buen número de sus residentes, como ya hizo en noviembre con decenas de miles de emigrantes rurales que vivían en infraviviendas en sus suburbios. Con el argumento de que no eran seguras, las autoridades demolieron sus casas después de que un incendio devorara un edificio y matara a 19 personas. En 40 días, las excavadoras derribaron tantas construcciones que los barrios afectados parecían arrasados por un terremoto. La destrucción fue tal que los vecinos desalojados se atrevieron a protestar contra las autoridades, que no habían previsto un alojamiento alternativo para ellos porque lo único que querían es que se marcharan de la ciudad. Una drástica e inhumana medida que ha sido muy criticada por más de un centenar de intelectuales, pero que el autoritario régimen chino ha vuelto a silenciar gracias a su control de los medios de comunicación.

Con este objetivo, la población de Pekín bajará en dos años hasta un 15 por ciento en los seis distritos principales de la ciudad. Para ello, el régimen ya está trasladando sedes gubernamentales a la zona de Tongzhou, al este, y tiene previsto construir una nueva capital administrativa y económica en Xiongan, a unos cien kilómetros al suroeste. Con el traslado de funciones no esenciales a las afueras, el suelo edificable se reducirá de 2.860 kilómetros cuadrados en 2020 a 2.760 en 2035.

Todos estas medidas pretenden luchar contra la que ya ha sido bautizada como «la enfermedad de la gran ciudad». Así se llama al cúmulo de problemas derivados de la superpoblación que hacen que las megalópolis chinas sean «invivibles»: tráfico congestionado a todas horas, contaminación tan espesa que eclipsa el sol tras una nube tóxica, transportes públicos abarrotados y escasez de servicios como la educación y la sanidad. A todo ello hay que añadir no solo la carestía de vida por el crecimiento económico, que ha disparado la burbuja inmobiliaria, sino también las graves secuelas psicológicas que deja su inhumano desarrollismo en un ambiente dominado por las prisas, el estrés y la dureza de la «jungla de asfalto».

Como siempre, los más perjudicados serán los emigrantes rurales,que han acudido a la gran ciudad en busca de una vida mejor y tendrán que volver a sus míseros pueblos.

Fuente de la noticia:http://www.abc.es/sociedad/abci-shanghai-limitara-poblacion-solo-25-millones-habitantes-2035-201801062112_noticia.html

Fuente de la imagen:http://www.abc.es/media/sociedad/2018/01/07/shangai-2-kNMC–62

Comparte este contenido:

Brain power: Would free university make Japan better?

Japón/Agosto de 2017/Fuente: Japan Today

Resumen: En 2016, el número de niños nacidos en Japón descendió por debajo de 1 millón por primera vez desde 1899. La tasa de fecundidad del país -el promedio de niños que una mujer tendrá en su vida- fue de 1,44, mientras que Japón se dice que necesita una tasa de al menos 2,07 para mantener su nivel actual de población. «Tenemos una crisis nacional», dijo Shinjiro Koizumi, legislador del Partido Liberal Democrático, en una reunión consultiva en junio. «Tenemos un sistema que apoya la vida de los ancianos como una sociedad, pero lo que todavía tenemos que construir es uno que apoya a los niños y la crianza de los hijos». Desesperado por abordar el tema, el gobierno está ponderando opciones sobre la mejor manera de apoyar y promover a la juventud de la nación. El 25 de mayo, la Comisión de Constitución organizó discusiones sobre la Constitución -un panel organizado en la Cámara de Representantes, la Cámara Baja de la Dieta- sobre el potencial de acceso gratuito a la educación desde el preescolar hasta la universidad. El 9 de junio, el gobierno emitió un comunicado en el que se decía que se debería tomar una decisión a fin de año sobre cómo asegurar el financiamiento para el preescolar gratis, pero el debate continúa sobre si las universidades también deben ser gratuitas.

In 2016, the number of babies born in Japan fell below 1 million for the first time since 1899. The country’s fertility rate—the average number of children a woman will have in her lifetime—was 1.44, while Japan is said to need a rate of at least 2.07 to maintain its current population level.

“We have a national crisis,” said Shinjiro Koizumi, a lawmaker from the ruling Liberal Democratic Party, speaking at an advisory meeting in June. “We have a system that supports the lives of elderly people as a society, but what we have yet to build is one that supports children and child-rearing.”

Desperate to address the issue, the government is weighing options on how best to support and promote the nation’s youth. On May 25, discussions were held by the Commission on the Constitution—a panel organized in the House of Representatives, the lower house of the Diet—regarding the potential for free access to education from preschool through university. On June 9, the government released a statement saying a decision should be made by year-end on how to secure funding for free preschool, but the debate continues on whether universities should also be tuition-free.

NO FREE LUNCH

In the wake of World War II, Japan implemented a compulsory education system, with the Basic Act on Education guaranteeing access to nine years of schooling for all citizens regardless of their circumstances. Preschool education is paid out of pocket by most parents, and many opt to pay for private high schools, so the financial burden of education can start long before college.

Of Japan’s 776 universities, about 80 percent are private, such as Tokyo’s Waseda University. Tuition fees at these institutions average ¥500,000 to ¥1 million annually, including a one-time admission fee. National or public universities, such as the prestigious University of Tokyo (Todai), typically charge ¥500,000 or less each year. Compared with the United States, this is relatively affordable; the average cost of tuition and fees at US private universities for the 2016–17 school year was $33,480 (¥3.75 million).

Scholarships and loans are sometimes available through Japanese universities, but a major part of the cost is borne by students and their parents. According to a 2012 Cabinet survey, only 40 percent of students benefit from public loans, scholarships, or grants. This contrasts with other countries, such as the United Kingdom where on average 71 percent of students receive support.

Japan’s Ministry of Health, Labour and Welfare estimates that granting free higher education for all would require about ¥5 trillion. Schemes have been proposed to fund the initiative through the issuance of more low-interest government bonds, implementation of a social insurance scheme for all pension-paying employees, or passage of a consumption tax increase.

While there are certainly pros and cons to each alternative, all three would probably result in higher national debt. Opponents of the proposal argue that the same future generations the policy aims to support would end up shouldering its cost over the course of their lifetimes.

With Japan’s balance of government debt already twice the country’s GDP, is free access to higher education worth the price?

CONTENT OVER COST

Asked whether tuition-free university would make Japan’s talent pool more globally competitive, Kirsten M. Snipp, associate professor at Takasaki University of Commerce, said free access to higher education would not create anything meaningful, except perhaps more national debt.

Snipp, whose focus is on English education at the tertiary level, also indicated that, during her 25-plus years teaching in Japan, she has rarely encountered a situation where finances were the primary cause of “failed education.”

Bern Mulvey, former dean of Miyazaki International College, agrees. “National and prefectural universities are already quite cheap in Japan. It would be hard to imagine a family here that could not afford the tuition at such institutions,” he said.

Mulvey notes that entrance to such institutions, however, is very competitive, with only about 50 percent of applicants being accepted. Those rejected from public universities can opt for costlier private schools or consider vocational schools known as senmon gakko.

DUAL EDUCATION SYSTEM

It is yet unclear whether the government plans to include senmon gakko in its free-education plan. Germany, which has a GDP similar to that of Japan, is the largest country in the world to have made higher education completely free, as of 2015. Crucial to its ability to cover tuition fees is the establishment of a dual education system, which positions vocational schools as a strong alternative to university education.

Vocational students in Germany undergo simultaneous classroom instruction and practical work experience through apprenticeships at companies. The German government strictly regulates the schools and companies involved to ensure students receive both the theoretical and hands-on skills needed to succeed in their chosen vocation. In this way, the country’s private sector is held responsible for sharing in the education of its people.

Chris Grant, director of human resources, Office Support & Healthcare Lifescience Recruitment Teams at Michael Page International (Japan) K.K., said, “A quality vocational education is critical and will play an increasingly important role in Japan.” Speaking to The Journal, he explained how technology and business-level English are skills that are in extremely high demand, yet candidates with the requisite knowledge are in short supply. Both subjects are common areas of study at senmon gakko, where graduates obtain specialist degrees or skill certifications. It is not uncommon for university students to supplement their studies with courses at such schools to gain workplace advantage.

Grant also said that university education is still the preferred path in Japan, due to its perceived prestige. “This would need to change if there was to be a greater interest in vocational places.”

Ken Takai, managing partner at icareer partners LLC, believes universities, the public sector, and the private sector should all be held responsible for the talent mismatch in Japan between candidates and employers, which persists despite the country’s well-educated population.

According to Education at a Glance: OECD Indicators, a book published annually by the Organisation for Economic Co-operation and Development, some 47 percent of Japanese had received tertiary education as of 2012. Japan consistently ranks among the world’s top 10 countries for level of schooling received by its people. Nevertheless, Takai explained, even the country’s highest-ranked institutions churn out generalists rather than specialists, which does little to address the needs of today’s employers.

“It is an irony that the better universities prepare their students as generalists, the worse off their students are in terms of possessing specialist skills, which are strongly demanded in the real world. I agree with the education experts talking about the value of introducing quality vocational schools. However, that is not enough. All employers in Japan must change their hiring practices, changing the hiring focus from generalist to specialist,” he said.

In Japan, the practice of sogo shoku, a type of general career track rotation, persists among large corporate employers. Thus, even those entering the workforce with specialist skills are often forced to work in roles they are unprepared for or have no desire to fill.

The German dual education model, in this case, could serve a greater purpose in Japan. German companies save time and resources in on-the-job training for vocational graduates, who start work with the skills needed to hit the ground running.

EASING TRANSITIONS

In addition to aspiring vocational school students, other groups may benefit from access to higher education.

“Line workers and junior managers in need of updating their skills or acquiring new skills due to the changing environment of their jobs would benefit. Those people who are transitioning in their lives—such as senior citizens, housewives wishing to return to work, or specialists in aging industries reaching the end of their life cycle—would have the most to gain,” Takai said.

While nearly 60 percent of Japan’s younger generation have received tertiary education, less than 35 percent of the country’s older generation have. For older workers with a desire to update their skills but who lack the resources to do so, free access to higher education could boost their job prospects.

At first glance, it sounds like a winning idea, but its implementation—as well as source of funding—would require careful consideration.

Fuente: https://japantoday.com/category/features/lifestyle/brain-power-would-free-university-make-japan-better

Comparte este contenido:

Japón no es el único país preocupado por la pérdida de población: hay un mundo a dos velocidades

Japón/26 abril 2016/ Autor: Stuart Gietel-Basten, Profesor de Política Social en la Universidad de Oxford/ Fuente: http://magnet.xataka.com/

El siglo pasado ha tenido un crecimiento de población sin precedentes. Mientras que el número de personas en el mundo se duplicó de 800 a 1600 millones entre 1750 y 1900, durante el siglo XXI la cifra se multiplicó por cuatro alcanzando los 6100 millones de personas. Sólo en los últimos 15 años se han sumado otros 1200 millones de personas, algo que ha producido una ola de preocupaciones sobre el tema de la “superpoblación” por todo el mundo: desde el Reino Unido al África subsahariana.

De ahí que para algunos haya sido una sorpresa el hecho de que Japón, la tercera economía del mundo publicara descenso demográfico desde 1920 con un 0,7 % menos de población que cinco años atrás. El principal motivo es una tasa de nacimiento constantemente baja.

En Japón llevan tiempo temiendo que llegue el día en el que su población incluso se extinga. En 2006, el Instituto Nacional Demográfico y de Seguridad Social japonés predijo que para finales del siglo actual la población caerá hasta los 50 millones, llegando a ser tan sólo de 10 millones para finales del siglo que viene.

Para el año 2350 quedaría un millón de personas y según la tendencia solamente habría 62 personas en el país del sol naciente en el año 3000. (Puede que para entonces vivamos bajo el mar).

Image 20160323 28212 54qb7nPredicción de despoblación en Japón: población total (millones). Instituto Nacional Demográfico y de Seguridad Social japonés

Estas predicciones negativas no son exclusivas de Japón, siendo muchos los países asiáticos que esperan tener un rápido descenso demográfico durante los próximos siglos. En Corea del Sur han publicado un informe similar al de Japón, asumiendo de forma generosa que para 2503 quedarán 10000 coreanos.

Pero esto no es algo exclusivo de Asia. Existe una tendencia demográfica similar en algunos países de Europa del Este, como Bulgaria, como consecuencia de la baja tasa de natalidad y de la alta tasa de emigración. Incluso los informes realizados por el gobierno alemán (con una de las menores tasas de natalidad de la Unión) han sido citados como motivo de la política ante la crisis de los refugiados de la canciller Angela Merkel.

Calidad, no cantidad

¿Deberíamos preocuparnos al respecto? Según los estudios tradicionales sobre demografía y economía, que consideran que el tamaño de la población es algo tan crítico como el crecimiento del PIB, deberíamos estar muy preocupados, algo que se multiplica si incluimos el envejecimiento de la población. A esto se le llama a veces la “bomba de relojería demográfica” por sus efectos tanto en el crecimiento económico como en la sostenibilidad del sistema de seguridad social y de salud.

Sin embargo, últimamente los demógrafos han intentado desviar el debate de las preocupaciones sobre los problemas de super o infrapoblación centrándose en el número población como una de las variables en cuanto a crecimiento económico o sostenibilidad e introduciendo otras variables como estilo de vida, educación, ahorros, etc.

De esta forma, la cantidad total de personas no importa tanto como su calidad (definida por ejemplo por la educación o la salud). Esto no solamente implica que el decline en cuanto a población puede verse reforzado por un aumento de la productividad laboral (y del capital), si bien también se puede extender en cierta medida a la “bomba de relojería” del envejecimiento de la población.

Política a base de demagogia

Si este es el caso ¿Por qué algunos gobiernos como el de Japón o el de Corea del Sur están tan preocupados por el descenso de población?

El descenso de población puede ser visto, hasta cierto punto, como una forma de debilidad nacional: una falta de “vitalidad”. Estos sentimientos nacionalistaspueden no solamente llevar a debate la viralidad de la cultura, sino que también pueden tener consecuencias para (la percepción) de la defensa nacional, de ahí que no sea sorpresa que las predicciones surcoreanas sobre la “extinción” fueran encargadas por un político de derechas.

TOKIO ESTÁ CRECIENDO A BUEN RITMO, SI BIEN EN EL RESTO DE JAPÓN LO GRAVE ES LA DESPOBLACIÓN A GRAN ESCALA, DEBIDO TANTO A LA BAJA TASA DE NATALIDAD COMO A LA EMIGRACIÓN A LAS CIUDADES

En Taiwán, el último presidente dijo que la baja tasa de natalidad era “un tema de seguridad nacional”. Puede que estos informes sobre la extinción de las poblaciones no sean una amenaza real, pero sí que son otra manera de incitar a los ciudadanos a tener descendencia.

Sin embargo, en condiciones mucho más locales, es necesario tener en cuenta dónde se está produciendo el mayor nivel de despoblación. De hecho Tokio está creciendo a buen ritmo, si bien en el resto de Japón, al igual que pasa en otros países del este asiático, lo grave es la despoblación a gran escala debido tanto a la baja tasa de natalidad como a la emigración a las ciudades. El reciente libro «Local Extinctions» se ha convertido en un bestseller en Japón y en China hay pueblos en los que prácticamente solo vive gente mayor.

Está claro cuáles son las consecuencias a nivel económico y social en las áreas rurales. Un ejemplo específico se cuenta en este artículo de mucha menos repercusión mediática que el informe sobre la despoblación en Japón. Durante los últimos dos años dos universidades en la zona de Pingtung al sur de Taiwán han cerrado. Si bien hay otros motivos a tener en cuenta, la prensa local culpó directamente a “el descenso de estudiantes en el país” asociado a la baja tasa de natalidad.

El pico de la juventud

Lo que vemos en la zona de Pingtung es un reflejo de los cambios dramáticos previstos para la población juvenil en todo el mundo durante los próximos 50 años.

Tal y como muestra la siguiente tabla, el mundo está dividido en dos partes: una formada por países donde la población de entre 15 y 19 años crecerá (casi se triplicará en el caso de Nigeria) y otra formada por los países donde descenderá.

Image 20160321 30906 N4ofojAuge y debacle: el aumento y el descenso de población en el mundo. UNPD 2015

Algunos ejemplos de países donde se va a producir un descenso de la población juvenil entre 2015 y 1050 son Taiwán (-46%), Tailandia (-38%), Polonia y Corea del Sur (ambos -31%), Brasil (-22%) y China (-21%). Mientras que los sistemas educativos siguen creciendo en muchos de estos países sería erróneo interpretar estos datos como el cierre inevitable de colegios y universidades.

Si bien pueden indicar que bajo el principio básico de la oferta y la demanda, la calidad de la educación (sobre todo en el caso de la educación superior) podría mejorar a medida que los estudiantes se vuelven más exigentes y esto tendría un impacto en el número total de centros.

Aquellos países que actualmente representan la mayor parte de la población mundial habrían llegado al “pico de la juventud”. No solamente la gente joven va a tener que cargar el lastre de hacerse cargo de la población envejecida, sino que también se va a ver marginada a nivel demográfico, lo que también puede suponer verse aislada a nivel político.

Las protestas inundaron Egipto en 2011 como parte de la primavera árabe.

Mientras tanto, el gran aumento de población juvenil en otras partes del mundo (sobre todo en el África subsahariana y en Oriente Medio) ha creado preocupaciones que van más allá de la “superpoblación”: preocupación sobre emigración al extranjero, explotación del campo y de los recursos y disturbios debido al llamado “boom de los jóvenes«.

Para mí está claro que darse cuenta del potencial de ambas caras de la moneda sobre el auge y el debacle de la población juvenil será algo clave para determinar hasta qué punto los cambios en la demografía pueden tener un efecto negativo en las sociedades a nivel local, nacional o global. De ahí que sea imprescindible contar con una mejor educación, puestos de trabajos decentes y una fuerte representación política.

Fuente Original de la Noticia: 

The Conversation. Puedes leerlo en aquí.

Fuente de la Noticia:

http://magnet.xataka.com/que-pasa-cuando/japon-no-es-el-unico-pais-preocupado-por-la-perdida-de-poblacion-hay-un-mundo-a-dos-velocidades

Comparte este contenido: