Al 23,6% de migrantes no los emplean por ser venezolanos

Una cuarta parte de los hogares migrantes asentados en Norte de Santander y demás regiones no consigue empleo y no genera ingresos.

Alrededor de 6 de cada 10 migrantes procedentes de Venezuela que ingresan a Colombia lo hacen por Norte de Santander (58,6%), mientras que otros, en menores proporciones, lo hacen por La Guajira (29,2%), Arauca (8,5%) y Bogotá (2,1%).

Este fue el panorama que arrojó la séptima ronda de la Encuesta Pulso de la Migración, presentada hace un par de días por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que incluye a los colombianos retornados y se realizó del 8 de abril al 8 de junio de 2024. La muestra tuvo 8.022 personas y 3.719 hogares consultados.

Es de resaltar que este departamento creció 3,1 puntos porcentuales en entrada de migrantes, referente a la sexta ronda de la investigación (55,5%), desarrollada entre agosto y septiembre de 2023.

Otro de los datos revelados es que el 25,9% de los hogares migrantes no consigue empleo y no genera ingresos, mientras que el 22,6% no tiene para adquirir los alimentos. Estas son las dos principales necesidades no cubiertas.

Según la encuesta, la principal dificultad del venezolano para hallar trabajo es no tener los documentos solicitados, pues, casi la mitad no logra emplearse por tal razón (48,5%), siendo el permiso de trabajo el más solicitado (59,2%). La segunda es ofertas de trabajo con baja remuneración o malas condiciones laborales (26,0%).

La tercera dificultad para tener empleo es que ha sentido discriminación por su nacionalidad. Por lo menos 2 de cada 10 ciudadanos lo han vivido (23,6%).

La falta de experiencia (13,4%), no tener conocimiento de donde buscar trabajo (8,9%), no contar con el tiempo suficiente para jornada completa (6,2%) y su círculo familiar no lo/la deja laborar (2,5%) son las demás dificultades encontradas.

Pulso Migración reflejó que el 59,6% de los migrantes estaba trabajando, al momento de ser encuestados, con una diferencia significativa entre hombres (74,3%) y mujeres (45,2%). Mientras que el 21,1% dijo estar dedicado a las labores del hogar; el 8,1%, buscando trabajo; y 7,4%, estudiando.

El DANE también preguntó en qué lugares se sintieron discriminados: ‘buscando trabajo’ (40,0%) y ‘en el trabajo’ (21,7%) fueron el segundo y tercer escenario, después de la calle/espacios públicos (47,8%).

Además, el 55,1% de los migrantes trabaja 49 horas o más a la semana (la jornada legal es de 46 horas), lo cual significa un aumento de 6,1 p.p. al hacer la comparación con la anterior medición (49,0%).

Leve disminución en barreras

En cuanto la relación laboral, el 78,0% tiene contrato verbal y 22,0%, contrato escrito. Estos indicadores variaron respecto a la anterior ronda, cuando fueron de 81,9% (verbal) y 18,1% (escrito). Lo cual representa una muy leve mejoría.

El director de Metodología y Producción Estadística del DANE, César Mauricio López, expresó que la diferencia entre las dos últimas encuestas no es significativa en lo concerniente al tipo de contratación. También que la población que tuvo barreras para hallar trabajo se redujo 4,4 p.p., respecto a la ronda 6 (52,9%).

Para la coordinadora del Observatorio Regional del Mercado del Trabajo (Ormet), Sharyn Nataly Hernández Fuentes, aún falta bastante por hacer en la generación de empleo digno, no solo para los migrantes, también para los colombianos.

La economista recordó que los planes de incentivo al trabajo y emprendimiento en dicha población no se impulsan con la misma fuerza que los programas para el resto de la ciudadanía, lo cual “es lógico, porque hay que dar prioridad a los nacionales”.

Sin embargo, resaltó que entidades internacionales o algunas ONG, como USAID, ONU y Acnur, han implementado planes para que venezolanos y colombianos retornados generen ingresos.

La directora del DANE, Piedad Urdinola, indicó que “estos datos son indispensables para el diseño de políticas públicas, que realmente respondan a las necesidades de esta población”.

https://www.laopinion.co/economia/al-236-de-migrantes-no-los-emplean-por-ser-venezolanos

 

Comparte este contenido:

Bacha Bazi: el abuso a menores disfrazado de tradición en Afganistán

A través de la red social TikTok, se han revivido videos de esta práctica o “tradición” de Afganistán, donde se ven niños y jóvenes bailando frente a varios hombres mayores.

Esta tradición conocida como “Bacha Bazi” qué traducida significa: “jugar con los niños”, renace desde la toma del poder de los Talibanes en Afganistán, que al tener leyes tan estrictas han logrado reducir el número de población de mujeres y dentro de la necesidad sexual y de entretenimiento, buscan la “femineidad” en niños y adolescentes hermosos.

Inicialmente, varias investigaciones de medios internacionales, afirman que esta práctica viene únicamente desde los más poderosos o altos mandos militares de Afganistán y lo que significa tener a un joven Bacha Bazi, es poder tanto monetario como en la sociedad.

Frente al tema, varios videos en TikTok se han compartido, viralizando los bailes que se publican por esta red social, que en un inicio se pensaba, era con motivo artístico propio de su cultura.

Sin embargo, varios creadores de contenido que tenían conocimiento de la práctica, que fue prohibida en 2017, empezaron a concientizar a los demás usuarios de lo que realmente significan estos bailes: abuso sexual hacia menores de edad en Afganistán.

¿Quiénes son los Bacha Bazi?
De una forma sencilla son niños y/o jóvenes, que, o fueron vendidos por sus familias, o con promesas de una “vida mejor” se fueron con “el mejor postor”.

Estos niños son los más vulnerables de la sociedad, pasan necesidades y al ver la oportunidad de un cambio con mayores ingresos económicas, toman la “decisión” de ser un Bacha Baresh, lo que traduce “niño sin barba”.

Los hombres económicamente estables o poderosos, se acercan a las comunidades más pobres para buscar a sus futuros esclavos y “amantes” para así volverlos su propiedad y presumir de la adquisición.

Por estos días se ha creado una reacción en masa donde varios creadores de todas partes del mundo, no solo por TikTok, sino también por Twitter, han denunciado que el Bacha Bazi no es más que un abuso a menores de edad disfrazado de una tradición en Afganistán.

Lo que ha logrado que en redes las personas dejen de ver esta tortura como símbolo de arte y cultura.

En el país, las normas en contra de esta práctica como tal no existen, ya que se refugian en afirmar que hace parte de su cultura desde hace años atrás.

Fuente: https://noticias.canal1.com.co/internacional/bacha-bazi-el-abuso-a-menores-disfrazado-de-tradicion-en-afganistan/

Comparte este contenido:

ONU: Cada 16 segundos nace un niño muerto en el mundo y la COVID-19 puede empeorar esa cifra

Cerca de dos millones de bebés nacen muertos cada año, la gran mayoría -un 84%- en países de ingresos bajos y medianos bajos.  Si la COVID-19 reduce los servicios de salud a la mitad podría causar casi 200.000 casos adicionales en 117 países, destaca un informe de la ONU. «Más allá de la pérdida de vidas, los costos psicológicos y financieros para las mujeres, las familias y las sociedades son graves y duraderos», señala la directora del fondo para la infancia.

El estudio de varios organismos* del sistema de Naciones Unidas, que define a un mortinato como a un bebé que nace sin signos vitales durante la 28ª semana del embarazo o posteriormente, señala que el año pasado tres de cada cuatro de estos casos ocurrieron en África subsahariana o el sur de Asia.

La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, calificó la pérdida de un niño al nacer o durante el embarazo como una “tragedia devastadora para una familia” y agregó que es una pena que “frecuentemente se soporta en silencio” y cuyo alcance es de ámbito mundial.

“Cada 16 segundos, una madre en algún lugar sufrirá la tragedia indescriptible de parir un mortinato. Más allá de la pérdida de vidas, los costos psicológicos y financieros para las mujeres, las familias y las sociedades son graves y duraderos”, abundó.

Según Fore, esto no debería ocurrir ya que la mayoría de los casos de mortinatos “podría evitarse con un monitoreo de alta calidad, una atención prenatal adecuada y una partera capacitada”.

UNICEF/Rahani Kaur
Una futura madre se prepara para dar a luz en Calcuta (India).

La COVID-19, un riesgo adicional

“Más del 40% de los casos de mortinatos ocurren durante el alumbramiento, una pérdida que podría evitarse si se contara con un trabajador sanitario capacitado durante el parto y en la atención obstétrica de emergencia adecuada. Alrededor de la mitad de los mortinatos en África subsahariana y Asia Central y Meridional se producen durante el trabajo de parto, en comparación con el 6% en Europa, América del Norte, Australia y Nueva Zelanda”, resalta el informe.

Esta situación podría agravarse aún más debido a la COVID-19.  Si la pandemia llega a reducir los servicios de salud a la mitad podría causar casi 200.000 casos adicionales de mortinatos durante un período de doce meses en 117 países de ingresos bajos y medianos.

La mortinatalidad no solo sucede en países pobres

En 2019, 39 países de altos ingresos tuvieron un número mayor de mortinatos que de muertes neonatales y en quince naciones esos casos superaron al de muertes infantiles.

El estudio indica que uno de los mayores factores de desigualdad en los países de altos ingresos es el nivel de educación de la madre y que las tasas de mortinatalidad son más altas en las zonas rurales que en las urbanas, en este último caso, sin diferencia en el tipo de nivel de ingreso en el país

“Por ejemplo, en Nepal, las mujeres de castas bajas tuvieron tasas de mortinatalidad entre un 40% y un 60% más altas que las mujeres de castas superiores”.

Del mismo modo, las minorías étnicas de los países de altos ingresos suelen carecer de acceso a una atención sanitaria adecuada. En el informe se observa que las mujeres afroamericanas de Estados Unidos están expuestas a casi el doble de riesgo de mortinatalidad que las mujeres blancas.
* El Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Grupo del Banco Mundial y la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2020/10/1482012

Comparte este contenido:

EEUU busca aumentar el salario mínimo a 15 dólares por hora

Redacción:   Oinkoink

Mientras la Cámara de Representantes de Estados Unidos se prepara para votar sobre una propuesta para aumentar el salario mínimo federal a 15 dólares por hora, los miembros deben reflexionar sobre dos preguntas clave. ¿Un mínimo de 15 dólares ayudará o perjudicará a los trabajadores de bajos ingresos? ¿Y a qué costo?

La respuesta a la primera pregunta es que ayudaría a algunos y heriría a otros.

El salario mínimo en 15 usd aumentaría los ingresos de 17 millones de trabajadores

Un nuevo informe de CBO concluye que el aumento propuesto aumentaría los ingresos de 17 millones de trabajadores que actualmente ganan menos de 15 dólares, y costaría a 1.3 millones de personas con salarios bajos por sus posibles despidos. Las mujeres, que tienen más empleos de bajos salarios que los hombres, serían las más perjudicadas, ya que representan más del 60% de los despidos.

» alt=»» aria-hidden=»true» />

Imagen: Especial

Y ese no es el peor escenario. Si la estimación de rango más alto de la CBO de 3.7 millones de pérdidas de empleos resulta correcta, entonces la proporción de trabajadores que obtienen aumentos de salario respecto de trabajadores que pierden empleos se reduciría a solo cuatro a uno.

Las personas con mayores ingresos generalmente pueden soportar una pérdida de empleo porque son más propensas a tener ahorros y sus habilidades se traducen en más oportunidades de empleo alternativos. Pero para las personas de bajos ingresos, perder un trabajo puede significar perder su hogar y desencadenar una cascada de consecuencias a largo plazo.

Los que no hablan inglés serían los primeros en despedir

Desafortunadamente, los trabajadores más marginados, aquellos con menos educación y experiencia, aquellos con discapacidades o antecedentes penales, o la incapacidad de hablar inglés sería un factor para perder el empleo con un salario mínimo de 15 dólares.

» alt=»» aria-hidden=»true» />

Imagen: Especial

En Seattle, cuando los funcionarios locales aumentaron el salario mínimo entre 12 y 16 dólares, dependiendo del tamaño del empleador, se produjo un mercado laboral de supervivencia en el que los trabajadores con más experiencia y educación salen adelante, mientras que los que tienen menos habilidades y experiencia perdieron terreno.

Los políticos que adoptan un salario mínimo federal de 15 dólares le están diciendo a las personas que, si no puede producir al menos 35 mil dólares por año (el costo de la nómina de un empleado de tiempo completo), no tiene lugar en el mercado laboral de Estados Unidos.

Eso es particularmente preocupante para los trabajadores más jóvenes y futuros porque muy pocos adolescentes pueden producir 35 mil dólares en valor sin ninguna experiencia. Un salario mínimo de 15 dólares por hora reduciría drásticamente sus posibilidades de obtener esa experiencia.

Los empleadores acelerarían su cambio a la automatización. Prueba de ello fue cuando se impuso un salario mínimo de 15 dólares en la cadena rápida más grande del mundo, McDonalds, y reemplazó algunos cajeros con pantallas de pedidos.

Pero esto significa que ¿los responsables de la formulación de políticas no pueden hacer nada para ayudar a mejorar los ingresos y las oportunidades para los trabajadores con salarios bajos?

Fuente: https://www.oinkoink.com.mx/noticias/eeuu-busca-aumentar-salario-minimo/

Comparte este contenido:

Los niveles de pobreza en América Latina: Mapas de El Orden Mundial – EOM

Redacción: El Orden Mundial

DESCRIPCIÓN DEL GRÁFICO

América Latina continúa siendo una de las regiones con mayor desigualdad del mundo, y la pobreza juega un papel principal en esta situación. Mientras que en algunos países la mayoría o una minoría muy amplia de la población vive en algún nivel de pobreza, en otros esta se encuentra prácticamente erradicada o en unas cifras muy limitadas.

No obstante, conviene relativizar primero lo que entendemos como pobreza. Cuando se menciona este fenómeno, implícitamente se limita a la pobreza extrema, que es la parte más grave de esta situación. Sin embargo, el Banco Mundial considera que también existen otros niveles de pobreza menos graves que vivir con menos de 1,90 dólares al día: una pobreza grave, que supone vivir con menos de 3,20 dólares cada día y otra pobreza más leve, que abarca menos de los 5,50 dólares.

A nivel geográfico, los datos también ayudan a establecer ciertos patrones en determinadas zonas que se relacionan con unas causas específicas. Por ejemplo, la dualidad en Centroamérica: las repúblicas del norte —HondurasGuatemalaNicaragua y El Salvador— se caracterizan por unos niveles muy elevados de pobreza; por el contrario, Costa Rica y Panamá mantienen unas cifras contenidas. Los primeros mantienen modelos económicos poco industrializados, además de índices de corrupción y violencia elevados, lo que dificulta el desarrollo de políticas para reducir esta situación. Sin embargo, el estado costarricense y panameño han encontrado vías de desarrollo estables y con economías terciarizadas, lo que les ha dotado de mayores recursos para hacer frente a las bolsas depauperadas.

También entre las grandes potencias latinoamericanas existen disparidades. Países como México mantienen elevados niveles de población empobrecida, al igual que Venezuela, aunque en este caso se debe al rápido aumento durante los últimos años por la grave crisis que vive el país; Colombia y Brasil se encuentran en niveles medios de la región, y quienes más han conseguido reducir la pobreza son los países del Cono Sur —ArgentinaChile y Uruguay—, que son a su vez los que mayor dinamismo económico a nivel histórico han mostrado en la región latinoamericana.

Fuente: https://elordenmundial.com/mapas/pobreza-en-america-latina/

Comparte este contenido:

La escolarización de los refugiados sirios en Turquía, asignatura pendiente

Por: Núria Vilà

Las cifras oficiales del pasado año académico muestran que los 833.039 refugiados que se encontraban en edad escolar -entre los 5 y los 18 años-, sólo 492.544 fueron escolarizados en diferentes tipos de centros

Comienza un nuevo curso escolar en Turquía, aunque el reto de aumentar el número de escolarizados sirios sigue siendo todavía una asignatura pendiente. Casi la mitad de los más de 800.000 refugiados sirios en edad escolar en Turquía no va a las aulas, a pesar de los esfuerzos del gobierno turco para aumentar su asistencia. Las cifras oficiales del pasado año académico muestran que los 833.039 refugiados que se encontraban en edad escolar -entre los 5 y los 18 años-, sólo 492.544 fueron escolarizados en diferentes tipos de centros. Recientemente, el gobierno de Turquía ha anunciado la voluntad de integrar en las escuelas públicas oficiales a todos los estudiantes sirios que reciben la enseñanza en centros temporales. El trámite se debería dar por concluido en un período máximo de tres años.

El idioma constituye un impedimento en la educación de los pequeños. Rawa es una niña de 11 años que participa en las actividades de la ONG Small Projects Estambul, que se dedica a promover proyectos y prestar apoyo pedagógico a niños sirios refugiados en Turquía. Procede de Damasco, la capital siria, y llegó a Turquía hace tres años escapando de la guerra. «Al principio fui dos o tres meses en una escuela turca, pero debido a los abusos de otros estudiantes y por el hecho de que nadie me enseñaba turco, mi madre decidió ponerme en una escuela siria». Pasado un tiempo, cuando su nivel de lengua turca mejoró, Rawa volvió al colegio anterior. La relación con el resto de estudiantes también ha mejorado, dejando atrás los insultos que asegura que recibía en los inicios. «Actualmente hay muchos sirios en las escuelas turcas, por eso los otros estudiantes han visto que es normal, no como hace unos años. Ahora me gusta ir a la escuela turca», explica.

Rawa se ha adaptado como ha podido a la vida en Turquía, ya que en Siria no le queda nada. «Me encantaba Siria cuando mi padre estaba con nosotros, hasta que lo encarcelaron hace cinco años. He perdido mi hermano y dos hermanas. Después de esto, odio la vida en Siria», explica con la mirada baja. Rawa tardará un rato a recuperar la sonrisa para volver a jugar con los compañeros, que pintan un mural que quedará exhibido en la asociación.

Trabajo vs estudios

Además del idioma, otro de los obstáculos en la inserción escolar de los pequeños es la necesidad de las familias de obtener ingresos económicos, un hecho que conduce a muchos niños a trabajar en vez de ir a la escuela. «Si empiezas a trabajar a los 10 años, o empiezas a ir a la escuela a esa edad, la posición donde acabarás será muy diferente», explica Naz, coordinadora de programas de la ONG en Estambul. «Los niños no deberían estar en la calle vendiendo cosas. Si empiezan ahora en las calles, lo más probable es que sigan estando allí cuando sean mayores», considera Naz, que pone todos sus esfuerzos para conducir a la escuela a los 120 niños que atiende su asociación. Aparte, la ONG donde trabaja se dedica a localizar a niños sirios que se encuentran fuera del sistema educativo con el fin de ayudarles a registrarse para ir a la escuela.

Para muchos niños nacidos durante la guerra siria, la enseñanza en Turquía ha constituido su primer contacto con las aulas. El cierre de las escuelas en Siria y la peligrosidad de desplazarse por las calles han impedido la educación a miles de niños en su país. El idioma, en estos casos, no es el único impedimento. «Asistí a una reunión entre el maestro y los padres de uno de los estudiantes sirios. El maestro dijo que su nivel de turco era muy bueno, pero para otras asignaturas no es fácil. Se utilizan muchos términos nuevos, en Matemáticas o Historia, por ejemplo. Todo es nuevo, es otra cultura con la que no están familiarizados, y han estado mucho tiempo sin ir a la escuela «.

A pesar de las dificultades, los niños y niñas que participan en la ONG tienen clara la importancia de la enseñanza que reciban para su futuro. «Si no vamos a la escuela, no podremos hacer realidad nuestros sueños», afirma Mohammed Nour Aldeen, de 12 años de edad y procedente de Alepo. Su hermano, Osama, tiene 10 años y hace sólo uno que ha empezado a ir a la escuela por primera vez en su vida. «Si no aprendemos nada, al final no podremos trabajar en nada», explica Osama, con todo el futuro por delante.

Fuente: https://www.telesurtv.net/opinion/La-escolarizacion-de-los-refugiados-sirios-en-Turquia-asignatura-pendiente-20170926-0033.html

Comparte este contenido: