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Libro: Creatividad en la educación, educación de la creatividad. Claves para hacer de la creatividad un hábito (PDF)

España / 21 de octubre de 2018 / Autor: José Antonio Marina (Coordinador) / Fuente: Faros 

¿Te has preguntado alguna vez cómo influye la creatividad en el bienestar y desarrollo de tu hijo? ¿Crees que se puede entrenar la creatividad?

Desde el Hospital Sant Joan de Déu lo vemos claro: la creatividad es un factor clave para el correcto desarrollo de los niños.

Favorece que adquieran valiosas competencias que les guiarán a lo largo de su vida, contribuye a la expresión personal, a desarrollar su pensamiento abstracto y a ganar habilidades para afrontar los retos sociales, personales y laborales que la vida les plantee.

La creatividad debe entenderse como una habilidad que está latente en todos nosotros, y que si se entrena desde la infancia, nos aseguramos que como adultos la sepamos aplicar a los diferentes ámbitos y entornos en los que convivimos.

¡Si quieres saber cómo hacer de la creatividad un hábito, este cuaderno es para ti!

El 8º Cuaderno FAROS, coordinado por el profesor José Antonio Marina, Catedrático de Filosofía, experto referente en temas de educación y creatividad e impulsor de la Universidad de Padres online, aporta en detalle qué entendemos por creatividad y cómo podemos hacer que nuestros hijos o alumnos sean personas creativas. Además nos ayudará a comprender los dos niveles de la inteligencia humana y como éstas tienen relación con el pensamiento creativo.

Por otra parte la Dra. Mercedes Serrano (Neuropediatra) y la pedagoga Begonya Nafría, profesionales colaboradoras del hospital, nos ofrecen, desde una visión neuronal y pedagógica lo que representa la creatividad, qué relación tiene con el desarrollo del niño, qué mecanismos interactúan a nivel cerebral y cuáles son las barreras que impiden su expresión.

El cuaderno está dirigido principalmente a padres, madres y maestros, para que, tanto desde el ámbito doméstico como escolar podamos entre todos fomentar la creatividad en todos los aspectos de la vida cotidiana de los niños.

Coordinación y autoría:

El Cuadern ha contado con la colaboración de:

Coordinador:

  • José Antonio Marina. Catedrátic de Filosofía y Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia.

Autores:

Ilustraciones:

  • Álvaro Martín (Le Journal Astronomique). Licenciado en Pedagogía y Diplomado en Magisterio.

 

Link para la descarga: creatividad en la educacion

 

Fuente de la Reseña:

https://faros.hsjdbcn.org/es/cuaderno-faro/creatividad-educacion-educacion-creatividad-claves-hacer-creatividad-habito

ove/mahv

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José Antonio Marina en Sevilla: «El momento actual de la educación podría compararse con un bosque»

España / 18 de febrero de 2018 / Autor: Pedro Ybarra / Fuente: ABC de Sevilla

José Antonio Marina presentó en el Aula de Cultura ABC «El bosque pedagógico y cómo salir de él»

El filósofo y pedagogo José Antonio Marina protagonizó este lunes en la Sala Teatro de Cajasol una nueva sesión del Aula de Cultura ABC, donde presentó su libro «El bosque pedagógico y cómo salir de él» (Ariel), en un acto patrocinado por la Fundación Cajasol y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

El director del Aula de Cultura ABC, Francisco Robles, subrayó durante su presentación cómo el título del libro podía servir para adentarnos en el lugar más importante de nuestra época», una sociedad que «ya no camina, sino que corre y vuela», lo que convierte el tema en «fascinante porque nunca dejamos de educarnos y de educar», señaló.

Para el catedrático de Filosofía, «al hablar de Pedagogía y Educación, en realidad estamos hablando de Poesía». Señaló que las cosas se pueden hablar de tres maneras distintas: «científica, filosófica y póetica, «ver como si todas las cosas fueran una rendija por la que hay una luz que va más allá. Te salva de la dureza de lo cotidiano». «Deberíamos hablar de la brillantez de la educación, de la carga poética, antes de lo negativo», afirmó. El libro ha elegido el bosque como metáfora. «El jardín es un prodigio porque se humaniza la naturaleza. El bosque es una manifestación brillantísima de la naturaleza, por por su propia fertilidad peligrosa uno se puede perder o liarse, entran y no saber si va a salir. El momento actual de la educación podría comparse con un bosque. Se producen muchas iniciativas pero por otro lado no tenemos muy claras las referencias, dónde están las salidas», dijo.

Antigua y moderna

El libro habla de dos educaciones: la antigua y la moderna. «En educación solo ha habido un cambio de paradigma en el siglo XX: el papel del maestro y de los contenidos. Cuando cambia el paradigma ya no está centrada en el profesor, sino en el alumno. El alumno es el que debe tomar las riendas: ser creativo. Lo que tiene que aprender no es tanto contenido sino procedimiento. Con este cambio, el paradigma nuevo insite mucho en «libertad y derecho», mientras que el antiguo lo hacía en «deber y responsabilidad». «Los dos paradigmas insistían en cosas fundamentales, pero no nos sirve ninguno de los dos, sino que hay que empezar a rediseñar un paradigma que aúne lo bueno de los paradigmas antiguo y moderno, y mientras no lo hagamos no funcionará», señaló. Se ha pasado de «la letra con sangre entra» a «se aprende jugando». «Sería perfecto aprender jugando, pero hay veces que no se puede jugar. La memoria de ser lo máximo ha pasado a ser denostada. La frase «no aprender las cosas de memoria» es «un gran disparate», ya que la memoria es «el órgano del aprendizaje», recordó.

Los reyes godos

La lista de los reyes godos hay que aprenderla hasta un nivel que permita buscar conceptos llave (que el alumno aprenda la idea general y después pueda completarla). «Se empieza a oír en nuestras universidades que para qué vas a aprender una cosa si ya la vas a encontrar en internet. Solo podemos utilizar lo que comprendemos y solo lo podemos comprender desde nuestra memoria, y si la memoria está vacía… Un burro conectado a internet sigue siendo un burro. Necesitamos gente preparada que delante de Internet saque un gran provecho». Lo de la tecnología en la educación es «un fracaso rotundo», porque solo está sirviendo para llegar a más información, en lugar de que para que el profesor ofrezca un programa personalizado de aprendizaje para cada alumno.

Educación en proyecto

«Ahora intentamos ver cómo hacer que el alumno esté descubriendo dentro de un plan previo que ha hecho el docente. Mediante la educación en proyecto utilizamos cosas muy buenas de los dos paradigmas, pero el profesor debe tener muy claro qué es lo que quiere enseñar», señaló.

«Nos damos cuenta de la importancia de la ley universal del aprendizaje: toda persona para sobrevivir necesita aprender con la misma velocidad que cambia el entorno, porque si no aprendemos nos sentimos marginados. En un mundo que cambia tan rápido quien no sea capaz de aprender queda en la cuneta. Un docente tiene que aprender lo necesario para que los alumnos sobrevivan de ahí la importancia de qué enseñar en un mundo tan cambiante», detalló.

La creatividad, el talento, la evaluación, la evolución del progreso educativo, la educación del gusto o los intentos en Francia por crear un cuerpo de élite de docentes que quisieran ir a los centros más conflictivos fueron algunos de los temas también tratados en el debate, en el que también opinó sobre quién debe decidir hoy lo que se estudia «por descarte debería hacerlo un tipo de ciencia de la educación que se encargase de ver desde un nivel más alto todos los problemas que la educación plantea. Necesitamos un tipo de filosofía de la educación que explique porqué estudiamos», añadió.

Fuente de la Reseña:

http://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-momento-actual-educacion-podria-comparse-bosque-201802122357_noticia.html

Fuente de la Imagen:

abc.es

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La única competencia que hay que enseñar en la escuela

España / 1 de febrero de 2018 / Autor: José Antonio Marina / Fuente: El Confidencial

La función de la inteligencia no es conocer, sino dirigir la acción. Por eso, el objetivo central de la educación es mejorar la capacidad de cada alumno para tomar decisiones

La semana pasada comenté que la pedagogía actual renuncia a educar personas y se contenta con educar competencias, destrezas o habilidades. Lo hace, tal vez, porque cree que intentar ir más allá supondría adoctrinamiento o meterse en camisas de once varas. Eso piensan los que dicen que la educación es cosa de la familia y que la escuela solo tiene que instruir. Es verdad que en todos los textos oficiales se habla siempre de «educación integral» o del «pleno desarrollo de la personalidad» o, como el Informe Delors, de “aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser”. Pero pasar de esas propuestas generales a la concreción de los currículos resulta muy difícil.

En consecuencia, todo el mundo se ha lanzado a la búsqueda de las destrezas o competencias que se deben fomentar en la educación. La Unión Europea organizó el Proyecto DeSeCo para estudiarlas. Al final, propuso las ocho que están en las ultimas leyes españolas de educación. En el resto del mundo hay otras iniciativas. En Estados Unidos, por ejemplo, destacan el Marco de Aprendizaje del siglo XXI, del Partnership for 21st Century Skills, alianza forjada el año 2002 entre el Departamento de Educación y lideres educativos, empresariales y sociales; ‘The Learning Curve 2014’, elaborado por Pearson y The Economist Intelligence Unit, y un comité organizado por el National Resarch Council que se encarga de estudiar el “aprendizaje más profundo [‘deeper learning’]y las destrezas del siglo XXI”. El canadiense Michael Fullan encabeza la iniciativa New Pedagogies for Deep Learning. He recogido más datos en ‘El bosque pedagógico’.

Hay un lema educativo que me parece irrebatible: debemos conocer para comprender, y debemos comprender para tomar buenas decisiones y actuar

Reconociendo la importancia de estas competencias, creo que son secundarias respecto a la gran jurisdicción que necesitamos fomentar y adquirir, y que resulta decisiva en los tiempos actuales, que van a ser —están siendo— de profundo cambio cultural. Para explicarla, tengo que recordar que la función de la inteligencia no es conocer, no es sentir, sino dirigir la acción. Todo lo demás —el conocimiento, las emociones, la motivación, la resolución de problemas, la elaboración de proyectos— está orientado al comportamiento. Por eso, el objetivo central de la educación es mejorar la capacidad de cada alumno para tomar decisiones. Esto implica el fortalecimiento de las estructuras psicológicas llamadas ejecutivas (atención, elección, planificación, realización, mantenimiento del esfuerzo, evaluación, etcétera). Pero, además, para tomar decisiones hace falta tener los conocimientos precisos, porque la ignorancia es mala consejera. No puedo tomar decisiones si no conozco el mundo.

Hay un lema educativo que me parece irrebatible: Debemos conocer para comprender y debemos comprender para tomar buenas decisiones y actuar. Como el campo de nuestras decisiones es muy variado —personal, afectivo, profesional, social, político, religioso, ético, etc.—, el conjunto de conocimientos que debemos adquirir es muy amplio. Esto es lo que debe dirigir la selección de asignaturas y de currículos. Y como los conocimientos inertes no sirven para nada, necesitamos adquirir las destrezas para operar con ellos, por ejemplo, la razón o la creatividad. Por último, es evidente que la toma de decisiones está influida por los estados emocionales que pueden sesgarla o impedirla. La indecisión, el miedo o el fanatismo son grandes obstáculos. Como dijo Baltasar Gracián, “de nada vale que el entendimiento se adelante, si el corazón se queda”.

Teoría y práctica

La psicología y la neurología están muy interesadas en el tema de la decisión. De hecho, es el objetivo de la ‘neuroeconomía‘, pero con frecuencia el lenguaje nos juega una mala pasada, porque la palabra ‘decidir’ suele utilizarse para designar la elección de una alternativa, cuando esto es solo la primera etapa, pues lo importante es su realización. Reviso varios textos sobre el tema. Ninguno habla de la acción. Es fácil elegir hacer un régimen de adelgazamiento o dejar de fumar, pero es muy difícil ponerlo en práctica. La realización es lo que da consistencia a la elección. Decidir es, por lo tanto, iniciar la marcha. En un viaje, primero hay que elegir la ruta y luego emprender la navegación. En Occidente, la fascinación por el conocimiento teórico nos ha jugado malas pasadas, porque se ocupa de problemas teóricos, que son aquellos que se resuelven cuando se conoce la solución. En cambio, la vida tiene que ver con problemas prácticos, que son aquellos que no se resuelven cuando se conoce la solución, sino cuando se pone en práctica, que suele ser lo difícil. Me recuerda la anécdota del diplomático que decía: “El conflicto entre judíos y palestinos tiene una fácil solución. ¡Basta con que todos se comporten como buenos cristianos!”.
Foto: iStock.
Foto: iStock.

Basar la educación en una “teoría de la decisión emprendedora”, es decir, de la que conduce a la acción, nos permite integrar muchos aspectos: la teoría y la práctica, el conocimiento para elegir y las virtudes de la acción, la educación de la autonomía, la construcción de la libertad, la preparación para la vida, la conducta responsable. La acción sintetiza todas las competencias. Nuestras ideas y sentimientos pueden mantenerse en estado vaporoso hasta que cristalizan en la acción. Este enfoque nos sirve también para aclarar los métodos educativos a todos los niveles. ¿Cuál es el objetivo de la formación de un juez? Que pronuncie sentencias justas. ¿Cuál es el objetivo de la formación de un cirujano? Que realice con eficiencia sus operaciones. ¿Cuál es el objetivo de la formación de un docente? Que consiga que sus alumnos aprendan. ¿Cuál es el objetivo de la formación de un ciudadano? Que actúe cívicamente. En la escuela tenemos que ir acompañando al niño en su proceso de ir tomando sus propias decisiones, ganando sus propias batallas, ayudándole a hacerse cargo de su vida en buena forma.

No estoy diciendo nada nuevo, porque toda la práctica educativa, la teoría clásica de las virtudes y el pragmatismo filosófico han estado orientados a la acción, aunque el auge de la psicología cognitiva lo haya oscurecido. Recordar esa finalidad es especialmente urgente en este momento. Cada vez se habla más del impacto que van a tener en la sociedad los potentes sistemas de inteligencia artificial. El ser humano no puede competir con su capacidad de manejar información. Incluso podremos delegar en ella para ‘seleccionar’ las alternativas, pero el paso a la acción, la orden de marcha, la decisión de actuar nos seguirán perteneciendo. El ordenador elegirá nuestro mejor régimen de entrenamiento, pero hacer gimnasia es inevitablemente cosa nuestra. El mundo de la información es abstracto. El de la acción es inevitablemente concreto. Las decisiones tomadas por un ordenador solo son absolutamente eficientes si las obedece un robot, y en la lógica de la eficiencia podría resultar deseable que todos nos comportásemos como tales.

La teoría de la decisión/acción puede ayudarnos a eliminar el miedo al adoctrinamiento y la desesperanza. Antoine de Saint-Exupéry escribió: “No conocemos las soluciones, lo único que podemos hacer es ayudar a formar personas que sean capaces de encontrarlas”. La educación no puede aspirar a más. Pero es suficiente.

Fuente del Artículo:

https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/educacion/2018-01-30/toma-decisiones-competencia-escuela_1513431/

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España: Repaso al año educativo con análisis del presente y futuro de la Educación

España / 14 de enero de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Magisnet

El Grupo Siena, empresa editora de MAGISTERIO, ha publicdo una nueva edición del Anuario de la Educación.

Un año más, un completo recorrido por la Educación que recoge también amplios reportajes sobre los premiados a los Protagonistas de la Educación 2017. Entre estos premiados se encuentran Erasmus+, Fundación SM, el sevillano CEIP “San José Obrero” o el pofesor gallego Gonzalo Maceira. Como cada año, el Anuario dedica un reportaje a cada uno de los galardonados mostrando su trabajo en el terreno de la Educación que los ha hecho merecedor de este reconocimiento.

El Anuario incluye también un exhaustivo repaso a nivel nacional de todo lo acontencido en las comundades autónomas durante el curso 2016-17. Este año el repaso a lo sucedido en el país durante el pasado curso incluye un especial sobre Castilla-La Mancha, donde la Educación para la igualdad, las infraestructuras, las tecnologías en el aula, la participación, el Bachillerato de Artes, la FP y las ayudas para libros de texto y comedores son proagonistas.

Además del repaso, análisis y reflexión sobre lo acontecido en el curso pasado, el Anuario también se caracteriza por el apartado Mirando Hacia el Futuro de la Educación, donde 15 personas vinculadas a la Educación como César Bona, José Antonio Marina, Juan José Vergara, Rosa Liarte, Manu Velasco o María Consuelo Marazuela reflexionan sobre recursos, estrategias, herramientas, metodologías, Educación continua, nuevo perfil de docentes, aprendizaje para toda la vida, aprendizaje abierto, cooperativo, TIC, inclusión, motivación o competencias.

En el apartado Indicadores Educativos Comentados, Julio Carabaña, catedrático de la Universiad Complutense de Madrid, analiza ampliamente la repetición de curso, una realidad educativa difícil de explicar. Las tasas de repetición varían mucho entre países y en España son especialmente altas. Por otro lado, Javier M. Valle, de la Universidad Autónoma, se centra en los objetivos 2020 de Eduación y formación, la estrategia europea que los estados miembro deben seguir.

Fiel a la tradición, el Anuario vuelve a incluir estadísticas que muestran las cifras de la Educación española: número de centros por la enseñanza que imparten, profesorado por edad, etc.

Como punto final y también un clásico del Anuario, la publicación recoge a las 350 personalidades más relevantes de la Educación autonómica y nacional para que el lector tenga acceso a ellas.

Todos los lectores interesados en comprar el Anuario de la Educación 2018 pueden hacerlo solicitándolo en el número de teléfono 91 519 91 31 o a través de correo magisnet@magisnet.com.

Fuente de la Noticia:
http://www.magisnet.com/noticia/26847/en-abierto/repaso-al-ano-educativo-con-analisis-del-presente-y-futuro-de-la-educacion.html
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José Antonio Marina: “Los padres de hoy tienen miedo a educar”

España / 29 de octubre de 2017 / Autor: José Antonio Marina / Fuente: El Independiente

 El filósofo y pedagogo José Antonio Marina cree que el miedo a tomar decisiones educativas y el pasotismo por la desconfianza en el sistema son los mayores errores de las familias.

Si el 65% de los empleos que tendrán los niños de hoy aún no existen, ¿cómo educamos a los niños para un mundo desconocido?” El reconocido filósofo y pedagogo José Antonio Marina empatiza con unos padres de hoy a los que ve “perdidos” y “angustiados” ante la educación de sus hijos.

“No saben si se pasan o no llegan, no quieren ser ni autoritarios ni permisivos… los padres de hoy tienen miedo a educar”, reflexiona el filósofo, que lleva 10 años tratando de ayudar a las familias con su proyecto La Universidad de Padres.  Con él, Marina se ha dado cuenta de que los dos grandes errores de los padres de hoy en día son ese miedo a educar y “una desconfianza en el sistema que les genera pasotismo”. “Como el sistema no funciona, para qué voy a hacer nada, se dicen los padres. Pero hay que recuperar lo que es bueno para nuestros hijos y para la sociedad, aunque requiera un esfuerzo”, reivindica el pedagogo.

Esta universidad, que como reconoce Marina seguramente no hubiera tenido sentido hace 30 años, fue tomando forma en la cabeza del filósofo mientras veía cómo los padres estaban cada vez más desconcertados ante la educación. “El mundo se ha vuelto más complejo, los niños tienen disponibles más fuentes de información y sus padres, menos tiempo. Esto coincide con que las estructuras familiares están más resentidas y hay una abrumadora presencia de las nuevas tecnologías”.

Un cóctel molotov que el filósofo ataca con lo que llama la “educación del talento”. “La inteligencia no va de tenerla, sino de saber usarla. Hay situaciones en las que el niño no sabe dirigir su inteligencia, por miedo, por timidez, por falta de voluntad… y hay que enseñarle a dirigirla”, explica Marina. Esa dirección se basa en la capacidad del niño de elegir bien sus metas, de manejar la información oportuna, de gestionar sus emociones y de tener “virtudes ejecutivas”, como la de afrontar la frustración, saber hacer planes o disfrutar de lo bueno.

En cada edad, el niño tiene que conseguir afianzar una serie de herramientas o capacidades que, si no se adquieren, luego resultan mucho más difíciles de conseguir. “Muchos padres no saben lo importante que es fomentar la confianza en uno mismo cuando los niños son muy pequeños”, dice el filósofo, “o la importancia de que antes de pasar a secundaria, controlemos tres cosas del niño: que tenga comprensión lectora, que tenga buenas relaciones sociales y que no sea agresivo. Cualquiera de estos problemas, si no se aborda antes, se puede enquistar y volverse más grave”.

Así, por las diferentes etapas que suponen los años del niño del nacimiento a los 16, se estructura el programa formativo anual que ofrece a los padres información clasificada en tres bloques: qué le pasa a los niños en esa edad, qué hábitos hay que fomentar en esa edad y cómo afrontar los problemas que surgen de forma habitual en ese período.

“Creamos todo un campus virtual donde los padres pueden hablar y comentar cosas que les preocupan entre ellos, como cuánto darles de paga o hasta qué hora dejarles salir… y foros donde les recomendamos películas y organizamos talleres de temas que les interesen. Uno de los que más éxito tienen es el de parejas, porque no todos los problemas a la hora de educar los generan los niños”, añade Marina.

Los niños sólo necesitan tres cosas

Sólo tres cosas necesitan los niños, según José Antonio Marina, para crecer felices y sanos en todos los sentidos.

  • Ternura y cariño, que se sientan queridos. No solo de niños sino también de adolescentes, aunque lo rechacen, lo quieren.
  • Límites. Los pequeños necesitan tener acotados unos límites. Si no los conocen, cuando se ven solos se encontrarán perdidos.
  • Comunicación. Es algo que lleva tiempo, que exige dedicación, que implica prestarle atención aunque sepamos que lo va a decir es una tontería.

Sí a los deberes en primaria

Dentro de este método, el pedagogo es partidario de los deberes como parte de las responsabilidades “que a partir de los cuatro o cinco años los niños están preparados para asumir”. “Antes la educación era muy autoritaria y eso tiene cosas muy malas, pero teníamos sentido del deber. Ahora para hacer cualquier cosa el niño tiene que estar motivado y eso no siempre puede ser así”, añade.

Una de las claves educativas es que las bases se establezcan pronto. “Si unos padres no han fomentado la comunicación con su hijo desde pequeño, recuperarlo cuando sea adolescente será prácticamente imposible. Ahí la única solución prácticamente será acudir a un psicólogo”, afirma.

Por eso, Marina advierte a los padres de hoy que tratan de compensar su falta de tiempo con una sobreprotección de que tienen que enseñar a sus hijos desde pequeños a tomar decisiones. “Si un niño crece sin ser capaz de tomar sus propias decisiones las tomará el grupo y si el grupo es malo, entonces tienen un problema muy serio. Prácticamente la única razón por la que recomendamos a unos padres que cambien a su hijo de centro educativo es si se ha integrado en un mal grupo”, asegura Marina.

La educación no es un fin, sino un punto de partida

El filósofo, que no elude hablar sobre la situación en Cataluña, reconoce que en la tarea de la educación todas las naciones y todas las religiones “siempre han querido adoctrinar”. “El sistema educativo padece una especie de adolescencia romántica, toma como importantes las cosas que no lo son y cree que es un fin, cuando es solo el punto de partida”, cree Marina, que lamenta que “se intente mantener un sistema educativo del siglo XIX, en el que todos piensan lo mismo”.

Al filósofo le preocupa que se generen sesgos ideológicos, porque “la ideología es a la escuela lo que la mixomatosis al conejo, una plaga que puede terminar con ella”. Por eso, el filósofo anima al diálogo y a que se tomen los problemas uno a uno, con calma, “porque las cosas no se pueden resolver en un cuarto de hora”, y no cronificar el problema.

Fuente del Artículo:

José Antonio Marina: “Los padres de hoy tienen miedo a educar”

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