Ecuador/ Eric Samsom/ 11 de mayo de 2016/ Fuente: RFI
La UNESCO lo afirma: de aquí al final del siglo, la mitad de los 6.000 idiomas del mundo habrá desaparecido si nada está hecho. Con ellos, saberes ancestrales y visiones propias del mundo están también en peligro. En Ecuador, el gobierno ha iniciado la construcción de escuelas centradas en la protección de las lenguas indígenas. Nuestro corresponsal Eric Samson ha visitado la primera de esas escuelas “guardianas de la lengua” en la comunidad andina de Chibuleo, a tres horas al sur de Quito.
En la escuela de Chibuleo, el día empieza con un momento de instrucción cívica en kichwa, español e inglés. Si bien el colegio cuenta ahora con nuevos edificios y laboratorios modernos, su rector Alberto Huapisaca recuerda que antes “el Estado te daba una aula, viejos bancos y ya; para tener una clase decente, tenías que pedir financiamiento a ONG u organismos internacionales”.
Tras pensar seriamente en dimitir por esta falta de recursos y perspectivas, Alberto Huapisaca decidió quedarse. Nunca lamentó una decisión que le permite hoy contribuir al mejoramiento de la educación indígena bilingüe marcada durante años por el racismo. “En mi colegio, era el único indígena: la primera cosa que me impusieron fue ponerme traje y corbata de uniforme”, cuenta. Martha Gigalo, indígena y profesora en el colegio de Chibuleo, tampoco escapó a esta discriminación de niña.
Este problema no se repetirá en Chibuleo. En un país en el que los estudiantes de escuelas fiscales deben llevar uniforme, aquí esta obligación sólo vale para los estudiantes mestizos. “No hay uniforme para los alumnos indígenas; les pedimos usar ropa típica de su comunidad”, explica Doris Borja, profesora.
Otro cambio con relación a un pasado no tan lejano es el respeto entre estudiantes y profesores: “Nos llamamos Mashi entre nosotros; significa amigo, compañero en kichwa”, cuenta el vicerrector académico del colegio, Marco Bolaños alias Mashi Marco. Desde sus inicios modestos como pequeña escuela indígena de dos aulas, Chibuleo ha cambiado mucho. Es hoy una Unidad Educativa del Milenio, de esas escuelas ultramodernas que el gobierno ecuatoriano construye en todas las provincias del país. Aquí, nada de lujos pero todos los laboratorios y equipos necesarios.
Sin embargo, por ser “guardiana de la lengua”, esta escuela tiene objetivos adicionales, según el ministro ecuatoriano de Educación, Augusto Espinosa: “Deseamos que la población que se define como miembro de nacionalidad indígena pueda fortalecer su identidad, gracias al conocimiento de su historia y la preservación de su lengua de origen”.
El trabajo no faltará en Ecuador, donde hay 14 nacionalidades indígenas reconocidas. Muchas de hecho están amenazadas. Algunos idiomas en particular son hablados por unos pocos centenares de personas. No es el caso del kichwa, una minoría lingüística todavía numerosa en Ecuador pero cuya lengua no está a salvo.
Desde los primeros cursos de primaria en Chibuleo, el kichwa es el idioma principal en todas las clases. A nivel del bachillerato, el kichwa es todavía hablado varias horas a la semana. Un desafío para los numerosos estudiantes mestizos del colegio.
Más allá del idioma nativo, los docentes del colegio de Chibuleo trabajan para que sus estudiantes indígenas sean orgullosos de su cultura. Como todos los jóvenes, los estudiantes aquí están influenciados por el mundo globalizado que descubren en internet y los medios masivos de comunicación, pero para los profesores, es importante que haya una revalorización de la cultura indígena, lejos de esta imagen de “pobreza, tristeza e ignorancia” difundida por los profesores mestizos, explica Alberto Huapisaca.
Además, hay una voluntad de ir contra la idea de que los indígenas son peones que sólo pueden trabajar la tierra, demostrando que pueden hacer cualquier empleo y ofreciéndoles otro futuro. Y los resultados se han dado, en pocos años. Una vez bachilleres, numerosos estudiantes encuentran trabajo, por ejemplo en las 400 cooperativas de ahorro y crédito de la región.
La fuerza de la escuela guardiana de la lengua de Chibuleo es, según sus docentes, tener lo mejor de dos mundos, dos cosmovisiones, una andina y la otra universal, occidental. De allí una educación basada sobre el estudio de tres idiomas mínimo, según destaca el ministro de Educación, Augusto Espinosa. Cada escuela guardiana de la lengua debe desarrollar sus propios métodos de enseñanza, adaptados a la historia, cultura y costumbres de la comunidad donde está instalada. En Chibuleo, los estudiantes siguen el mismo programa que en cualquier otra escuela pero con clases adicionales de cosmovisión andina, etnociencias, etnohistoria o etnomatemáticas.
La escuela es igualmente eficiente para promover a las mujeres indígenas. En los Andes, muchas se casan muy jóvenes y abandonan la escuela. Pero cada vez menos en Chibuleo.
A pesar de tener pocos años de existencia, la escuela de Chibuleo supo crear un ambiente en el cual los estudiantes, mestizos e indígenas, pueden crecer con libertad. Es una experiencia todavía muy reciente para sacar un balance definitivo. Sin embargo, los primeros resultados son prometedores, tanto en el campo académico que en el de la integración intercultural. Hasta el momento, dos escuelas guardianas de la lengua han sido construidas en Ecuador. Todavía faltan muchas, según el ministro de Educación quien estima que en un primer momento se construirán 14 escuelas, una para cada nacionalidad, y después más aún.
País dolarizado exportador de petróleo, Ecuador vive este año una situación económica muy difícil, marcada por un dólar fuerte y un barril de crudo en caída libre. A pesar de todo, el ministro de Educación no quiere atrasar el ritmo de construcción de las escuelas. Para Augusto Espinosa, el futuro de algunas etnias, como los epera o tsáchila, no puede esperar.
Fuente: http://es.rfi.fr/americas/20160511-en-chibuleo-una-escuela-guardiana-de-las-lenguas-indigenas
Imagen: http://scd.es.rfi.fr/sites/espanol.filesrfi/dynimagecache/0/244/2448/1216/360/179/sites/images.rfi.fr/files/aef_image/img_1582.jpg