Yo sí apoyo los nuevos Libros de Texto Gratuitos

Por: Abelardo Carro Nava

¿Los nuevos LTG no sirven y por tanto deberían ser tirados a la basura como alguien se atrevió a decir hace unos días? Mi respuesta es contundente: NO.

Apenas termina el ciclo escolar 2022-2023 y el rumor sobre la implementación del Plan de Estudios 2022 para el siguiente, en todos los grados de preescolar, primaria y secundaria, crece considerablemente.

No es de extrañarse que, en unos días más, este rumor se oficialice cuando aparezca publicado el Acuerdo respectivo en el Diario Oficial de la Federación (DOF) porque, este gobierno, al menos en materia educativa, se ha caracterizado por eso: por difundir el rumor y/o la filtración de diversas ideas, documentos, materiales o propuestas educativas que más tarde terminan siendo anunciadas con bombo y platillo previa publicación en dicho DOF. ¿Qué gana la gente de la Secretaría de Educación Pública con ello?, ¿por qué les parece importante y harto relevante mantener la zozobra e incertidumbre entre el magisterio?, ¿acaso no habría la imperiosa necesidad de poner en marcha las diferentes acciones que son de su competencia conforme a una planeación que asegure una organización y no una serie de ocurrencias tal y como lo hacen ver? ¿Ineptitud o ineficiencia? He ahí el dilema. En fin, desde hace tiempo he insistido y seguiré insistiendo que la SEP ha sido un rotundo fracaso en cuanto a su estrategia de comunicación derivada de una pésima gestión interna que se desprende de una evidente falta de coordinación entre las áreas que la componen, consecuencia de una falta de liderazgo dadas las pugnas internas que no han menguado. Ojalá en próximos días conozcamos la información oficial sobre la implementación de eso que llamaron Nueva Escuela Mexicana en las escuelas de educación básica en México.

Pasando a otros temas, me ha llamado mucho la atención el creciente debate que han generado los nuevos Libros de Texto Gratuitos (LTG) próximos a emplearse en las escuelas y salones de clase en nuestro país. Por un lado, hay quienes manifiestan su rechazo con cierta molestia, enojo o fastidio, imagino que algunas empresas y/o editoriales se han visto (y se verán) afectadas porque el negocio que les había permitido hacerse de “buenos” recursos ya no será tal o, al menos, como se habían acostumbrado. Curiosamente pienso que estas empresas, editoriales y alguna que otra organización fantasma que según la conforman padres de familia, han pagado algunas sumas considerables de dinero para que, en los medios de comunicación, se difunda información que no es tan cierta ni correcta sobre dichos LTG.

Por otro lado, he leído con bastante interés algunos artículos, de diferentes autores y personalidades, que han sido difundidos a través de diversos portales y/o medios de comunicación como las redes sociales; algunos textos, como es natural, son muy valiosos e interesantes, porque fijan su postura a partir de su conocimiento y experiencia laboral, profesional y académica; y qué bueno que lo hagan de esta manera, es decir, que escriban sus ideas porque permite dilucidar, mediante su análisis, qué aspectos de los LTG podrían ser pertinentes y cuáles no tanto. De hecho, me gustaría leer algún texto, de estos mismos analistas, sobre aquellos ámbitos que desde su perspectiva favorecen la enseñanza y el aprendizaje en las aulas de un México tan diverso como el nuestro; desafortunadamente, sobre esto último, es decir, sobre algunas cuestiones que sí son pertinentes en los nuevos LTG, solo he leído algunos “tuits” en los que han señalado aspectos que favorecen el quehacer en las aulas, pero nada más.

Ahora bien, para ser francos, he podido leer y/o escuchar muy pocos textos o notas periodísticas mediante las cuales se hable a favor de los multicitados LTG; es decir, como se sabe, muchos participantes en el proceso de construcción de estos materiales fueron maestras y maestros en servicio que se encuentran realizando su quehacer en alguna de las escuelas mexicanas. Pienso que escuchar su voz o leer alguno de sus textos podría ser sumamente enriquecedor en un escenario donde, como es obvio, la disputa por el control de la educación se encuentra en uno de sus máximos momentos. Ojalá podamos conocer sus impresiones, resultarían muy valiosas en estos tiempos.

Por mi parte, lo he escrito y lo seguiré escribiendo, estos LTG que han estado llegando a las entidades de nuestra República Mexicana, y que desafortunadamente hemos conocido a través de “filtraciones”, contienen una aportación que no debe demeritarse ni menospreciarse, cosa que sí han hecho algunos “especialistas” que han visto, pero no se han dado cuenta, cómo los tiempos han cambiado; hoy por hoy, el pedestal en el que muchos de ellos se encontraron por muchos años, progresivamente se ha trasladado a otro escenario en el que ocurren los fenómenos educativos: la escuela y el aula; y no en los escritorios ni en los grandes centros de investigación educativa; en fin, este sería un tema para una próxima entrega en este mismo espacio. Pienso que este aporte, el de las maestras y maestros, ha sido fundamental porque su conocimiento y experiencia, independientemente del plan de estudios que desee implementarse, permite acercar los recursos y materiales educativos al terreno educativo que conocen y conocen muy bien porque en él viven a diario infinidad de situaciones que son susceptibles de generar aprendizajes a partir del desarrollo de ciertas formas de enseñanza.

Voy a poner un ejemplo:

En el documento denominado Avance Programático del Programa Sintético Fase 3, en el apartado denominado Panorama de los contenidos de la fase 3, en el primer recuadro del campo formativo Lenguajes se puede leer el contenido: Escritura de nombres en la lengua materna. Si uno se traslada al Campo formativo Lenguajes en el mismo documento, particularmente a los Contenidos y Procesos de Desarrollo de aprendizajes (del campo formativo), se podrá leer lo siguiente:

-Contenido Escritura de nombres en la lengua materna; Procesos de desarrollo de aprendizajes (Primer grado): Escribe su nombre y lo compara con los nombres de sus compañeros, lo usa para para indicar la autoría de sus trabajos, marcar sus útiles escolares, registrar su asistencia, entre otros.

-Leído esto, bien podríamos trasladarnos a los LTG de Primer grado, particularmente en el denominado Proyectos de Aula y podríamos observar que en el Campo formativo Lenguajes se encuentra el proyecto titulado Nombrario del grupo, cuya aventura de aprendizaje invita a conocer sobre la escritura del nombre de los niños, su significado y las letras que lo componen; para ello se sugiere elaborar collage y un nombrario; porque, se dice que, con esta actividad, se podría conocer el nombre de todos los compañeros del grupo.

¿Qué actividades harían los niños a lo largo de este proyecto denominado Nombrario? Algunas de las que pude identificar son: escritura de letras, identificación y recorte de letras en periódicos o revistas, indagación en casa de los nombres de sus familiares y su significado, exposición de información indagada en los hogares, elaboración de “collages” y “nombrarios” (distintos borradores), intercambio de esquemas entre los integrantes del grupo (coevaluación), diálogo constante entre los alumnos y maestros para su mejora, socialización de los nombrarios (entregable final) con distintas personas, y un ejercicio de evaluación de los nombrarios a través de comentarios de las personas a las que se los mostraron.

Como se puede ver, lo presentado en el párrafo anterior abre un mundo de posibilidades de diversos análisis de un hecho o hechos que ocurren en el aula; quién no haya tenido la maravillosa oportunidad de estar por varios meses o años en una escuela de educación básica, en sus diferentes grados, con seguridad desconocerá el proceso de enseñanza y de aprendizaje que se desarrolla a partir de la acción docente y de los alumnos, así como del vínculo que se establece entre un contenido, procesos de desarrollo de los aprendizajes y, por ejemplo, con los LTG.

Con esto no quiero decir que la investigación no sea relevante ni que las teorías, con sus respectivos autores, no sean fundamentales en la acción brevemente descrita en los dos párrafos anteriores; pienso que cada uno de los diferentes actores (investigadores, académicos, maestras o maestros, etc.) tiene un rol en el ámbito social y educativo; por ello también pienso, que el rol del docente es fundamental en todo esta idea porque, si usted analiza las actividades que he señalado y que están plasmadas en los LTG que han causado tanta polémica, el profesorado las desarrolla en mayor o menor medida en sus salones de clase, sin perder de vista que éstas son susceptibles de mejora, adecuación, adaptación, en fin, de ser tomadas o no en cuenta porque dichos libros de texto no pueden ser la enseñanza misma sino parte de ella. He ahí el meollo del asunto y muy probablemente el motivo de la discordia, ¿por qué no pensar que el docente tiene la capacidad para diseñar proyectos escolares y/o comunitarios vinculando lo que el plan de estudio establece, lo que ha construido en su programa analítico y los LTG?, ¿por qué o en que se basaría el argumento de que el LTG debe generar la enseñanza y el aprendizaje? Ahora bien, ¿acaso se piensa que el profesorado es tan ingenuo para coincidir con el argumento de que los LTG propiciarían un adoctrinamiento?

Entonces, ¿los nuevos LTG no sirven y por tanto deberían ser tirados a la basura como alguien se atrevió a decir hace unos días? Mi respuesta es contundente: NO. Consecuentemente, ¿por qué no pensar que el aporte de maestras y maestros fue fundamental en este proceso más allá de las filias y fobias que se pudieran tener respecto a la ideología del régimen que predomina en estos momentos en nuestro país?

Con todo esto no niego que la SEP ha fallado rotundamente en varios rubros; la inexistencia de un programa de formación, no solo para la operación de un plan de estudio, sino para la mejora constante de su proceso formativo, ha sido prácticamente inexistente durante este sexenio. Tampoco niego que la “formación” en cascada que la misma SEP diseñó para que los Consejos Técnicos Escolares (CTE) adquirieran otra connotación ha sido poco eficiente.

Sí reconozco que en muchos CTE se propició una dinámica de trabajo diferente. Sí reconozco que las maestras y maestros, como siempre ha sido, pueden y podrán con el reto que se les ponga en frente. Y bueno, que muchos colegas, a lo largo y ancho de la República Mexicana, hayan participado en la construcción de estos LTG me lleva a afirmar y a sostener que yo sí apoyo a los nuevos Libros de Texto Gratuitos, porque en ellos: yo sí reconozco el valioso aporte que han hecho muchos docentes a favor de la educación de millones de niñas, niños y adolescentes.

Es cuanto.

Fuente de la información e imagen: https://profelandia.com

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El culto a los libros de texto

Por: Carlos Ornelas

En la propuesta de la Secretaría de Educación Pública del “Nuevo marco curricular y plan de estudios de la educación básica mexicana”, pone a lo común como el eje articulador de los futuros planes y programas de estudio y a la comunidad, no a la escuela, como el espacio del proceso de enseñanza y aprendizaje. A pesar de la retórica llena de adjetivos y frases mañaneras, apunta críticas de cierto valor, aunque las apuestas de cambio no parece que vayan a mejorar la educación.

Censura las reformas educativas (neoliberales) y a los libros de texto vigentes: “Los contenidos básicos en las diferentes reformas curriculares desde 1992 a 2017 han tenido más peso que la definición del currículo nacional, trayendo como consecuencia que…”. Y luego plantea la apuesta para el futuro inmediato: “Se elaboren libros de texto dirigidos a las y los maestros, cuando deben centrarse en las y los estudiantes”.

En efecto, colegas que trabajan en el campo del currículo y de la formación de docentes argumentan que el culto a los textos como fuente de verdad, en cierta forma, sacraliza al conocimiento oficial. Los maestros propenden a recalcar lo que mencionan los libros y, salvo excepciones, no ponen en duda la veracidad de esos juicios. Y esto les sucede también a los futuros maestros durante sus años de estudio, con el agravante de que los formadores de maestros califican de mediocres la mayoría de los textos.

Qué quede claro. No objetan los libros de texto, nacionales ni extranjeros, ya que son indispensables para cualquier sistema educativo. Lo que critican es que se les tome como los veneros privilegiados de conocimiento y se niegue cualquier otra aspiración para aprender. Esto ha traído como consecuencia que los niños y jóvenes se acostumbren a repetir y memorizar ciertos contenidos, en lugar de plantearles problemas y disponer mecanismos para que pongan en juego sus recursos intelectuales para resolverlos. Eso genera pasividad en la enseñanza, conduce no al aprendizaje, sino a la recitación de palabras e ideas que no llegan a convertirse en conceptos en la mente de los estudiantes. A esto se agrega que no son agentes activos en el proceso de aprendizaje, ya que no se les enseña a desentrañar los secretos de la naturaleza, las formas del lenguaje, los problemas de las matemáticas ni los elementos que gobiernan a la sociedad, sino que se les ofrecen recetas que deben aprender casi de memoria. Y la memorización, hasta donde se sabe, es lo único que se califica en las escuelas mexicanas.

Conocimientos digeridos, memorización y falta de experimentación son los rasgos dominantes en los métodos de enseñanza que implican que, aunque se cumplieran los objetivos académicos, se cubriera todo el programa y los estudiantes recordaran bien los contenidos, la calidad de la educación sería mejor, aunque aumentaran los índices de aprobación de materias.

La apuesta de la Cuarta Transformación no propone un cambio fundamental, reproduce el culto a los libros de texto: “…el plan, los programas de estudios, los libros de texto y demás materiales educativos oficiales para la educación básica en todos sus niveles, grados y modalidades, tendrán un enfoque intercultural que cruce todo el mapa curricular, sus procesos formativos, la evaluación, la gestión escolar, los materiales y tecnologías educativas”.

La novedad es que en la elaboración —dice el proyecto— participarán las comunidades indígenas y afromexicanas, y considerará la opinión de aquellos que representan la diversidad de género, clase, sexualidad, capacidad. También invita al magisterio.

El propósito: construir un nuevo conocimiento oficial que sacralice las tradiciones comunitarias al tiempo que degrade a la escuela y a los libros de texto que, aunque parcos, rinden frutos.

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/el-culto-a-los-libros-de-texto/

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