En reivindicación de Hugo Blanco

Noticia/18 Junio 2020

Compañeros todos!

Soy Carmen Blanco Valer, hija mayor de Hugo y hago uso de la lista de suscriptores de Lucha Indígena y los contacto por lo siguiente:

A raíz de que el medio alternativo peruano Wayka proyectase por las redes la semana pasada el documental «Hugo Blanco G, – Río Profundo»  https://www.hugoblancofilm.com/, han surgido virulentas reacciones por parte de grupos de ultraderecha contra mi padre y contra la cineasta Malena Martinez.

Tanto la fujimorista Marta Chavez como grupos de ex-militares, guardias civiles, etc han venido publicando comunicados en los cuales acusan a Hugo de graves delitos contra los Derechos Humanos y se indignan por el apoyo brindado por el Ministerio de Cultura a la proyección de la película.

Ante estas graves acusaciones un grupo de compañeros tomó la iniciativa de reivindicar a Hugo y sus luchas y redactaron un texto al cual les rogaría se adhieran  solidariamente. Una vez que logremos juntar una cantidad significativa de firmas este será publicado en Perú.

Atentamente:

Carmen Blanco Valer

carmincha.blancovaler@gmail.com

He aquí el texto y abajo en el enlace se pueden hacer las adhesiones.

En reivindicación de Hugo Blanco

A propósito de la exhibición del premiado documental “Hubo Blanco Río Profundo”, un grupo de ex militares coludidos con una serie de ex políticos de derecha, junto con periodistas de publicaciones virtuales con títulos como El Montonero, han difundido algunos pronunciamientos denominando al ex miembro de la Asamblea Constituyente de 1978, diputado y senador, elegido democráticamente por el pueblo soberano, Hugo Blanco Galdós, como terrorista y asesino.

Los abajo firmantes, ciudadanos/as de América Latina y más allá, repudiamos esas palabras que, a cincuenta años de los hechos que levantaron a los campesinos empobrecidos del Valle de La Convención, pretenden criminalizar y desprestigiar al político y activista por los derechos de la naturaleza. Hoy, a los 85 años, Hugo Blanco Galdós, es considerado uno de los más importantes líderes internacionalistas por las luchas de la reforma agraria, y contra el extractivismo que perfora las entrañas de nuestros territorios.

Hugo es un ejemplo por su incansable compromiso con la justicia y con los pueblos, sea en Pucallpa, Cajamarca, La Convención, en Chiapas o el Cauca. También porqué es uno de los pocos dirigentes de izquierda que hoy ha podido dar un giro significativo hacia otra lucha reivindicativa: por el medio ambiente. Blanco lo resume de manera implacable: “antes luchaba por el socialismo, hoy se trata de la lucha por la supervivencia de la especie”.

Esta vida dedicada a la lucha por la justicia, la democracia y la defensa de la Madre Tierra ha sido representada de forma magistral por Malena Martínez en «Hugo Blanco: Rio Profundo», lo cual ha provocado la reacción inacceptable de estos emblemáticos personajes de la derecha cavernaria, quienes consolidan en sus filas lo más duro del autoritarismo peruano, y que temen al ejemplo de este hijo de los cerros de Cusco, en donde aún hoy retumba el grito “tierra o muerte: venceremos”.

Para firmar:
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScRC5hrZYPj6UeT5vlkXkQdOTMZXXK-3YAeK3iwXF4aLhpGVw/viewform

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Entrevista a Sonia Guajajara: “No es posible la dignidad sin tierra”

Entrevista/22 Agosto 2019/Autora: María Pitarch/El país

La activista en defensa del Amazonas destaca en su visita a España que la lucha ambiental y la indígena “no pueden separarse”

Sonia Guajajara (Maranhão, 1974) es uno de los rostros visibles de la lucha mundial por el medio ambiente y líder de la resistencia pacífica a los planes que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tiene en la Amazonia y que ponen en peligro la vida de los pueblos que habitan este pulmón verde. Es la primera mujer indígena que ha optado a la vicepresidenta del Ejecutivo brasileño (en la lista encabezada por Guilherme Boulos, del izquierdista Partido Socialismo y Libertad) y el motor que ha estado tras el último campamento Tierra Libre celebrado en abril, que reúne cada año a los 800.000 indígenas de 225 tribus que habitan casi el 14% del territorio de Brasil. Un encuentro que clamó, esta vez, contra el decreto que transfiere al Ministerio de Agricultura la demarcación de tierras, competencia hasta la fecha de la Fundación Nacional del Indio.

Formada en Letras, Enfermería y Educación Especial en la Universidad Estatal de Maranhão, Guajajara llega a Benicàssim (Castellón) tras la primera manifestación de mujeres indígenas que han recorrido Brasilia para alzar su voz contra las políticas del ultraderechista Bolsonaro. Lo hace para participar en el debate Tierra y Dignidad del Foro Social del festival internacional Rototom Sunsplash, que acoge la localidad castellonense hasta hoy.

Pregunta. Su ponencia en Rototom Sunsplash lleva por título Tierra y Dignidad. ¿No hay dignidad sin tierra?

Respuesta. No es posible la dignidad sin tierra. La tierra es determinante. Para que sea posible otra política educativa, cultural y social es necesaria esa garantía de acceso a la tierra.

P. ¿Cómo se está manifestando la presión ambiental, social y cultural del ejecutivo Bolsonaro sobre la población indígena?

R. El primer impacto de la política Bolsonaro fue extinguir el Ministerio de Derechos Humanos y de Cultura, y colocar al frente de Medio Ambiente a una persona totalmente favorable a los agronegocios. Fue entonces, desde enero, cuando los pueblos indígenas empezamos a movilizarnos. Lo llamamos el enero rojo, por el genocidio de los pueblos indígenas, por la resistencia. La lucha ambiental y la indígena no pueden separarse. Es una lucha única. Estamos trabajando con parlamentarios para frenar esas medidas que están acabando con las leyes ambientales.

P. ¿Cuál es la principal amenaza para la Amazonia en este momento?

R. La deforestación, los incendios forestales y los macroproyectos autorizados por el Gobierno que abren paso a los grandes cultivos, a las explotaciones a gran escala, como las de soja, caña de azúcar o eucalipto, junto a la explotación minera.

P. ¿Qué es la Amazonia para los pueblos indígenas?

R. Vida (sonríe).

P. Tiene voz en el Consejo General de Derechos Humanos de la ONU y ha llevado sus denuncias a las Conferencias Mundiales por el Clima y al Parlamento Europeo. ¿Su batalla va más allá del plano medioambiental?

R. Reivindico el respeto a los derechos sociales, ambientales y a las culturas. Precisamente, nuestra cultura es la garante de esta relación con el medio ambiente, con la madre naturaleza. Es lo que garantiza la ciudadanía plena de los pueblos indígenas.

P. ¿Cómo es el Brasil de Bolsonaro?

R. Ningún Gobierno ha visto como prioritarios los derechos de los pueblos indígenas, pero con Bolsonaro la situación se agrava mucho más. Tiene intereses en negocios propios que alientan la destrucción del medio ambiente. Es un momento muy grave. Si esto se prolonga durante mucho tiempo no solo Brasil se verá perjudicado sino todo el planeta, porque si se destruye la Amazonia todos los pueblos se verán afectados. No es solo luchar por la Amazonia, es hacerlo contra el fascismo. Es una responsabilidad de todas las personas.

P. Está recién llegada de la protesta de activistas ambientales en Brasil. Más de 2.500 mujeres unidas bajo el lema Nuestro territorio, nuestro cuerpo, nuestro espíritu. ¿Qué ha supuesto?

R. Hemos logrado un fortalecimiento de la lucha de las mujeres, un empoderamiento. Dar visibilidad a esta conciencia política y ecológica. Todas ellas han reaccionado de manera muy fuerte y directa ante esta política genocida del Gobierno Bolsonaro.

P. Berta Cáceres. Olivia Arévalo. Son dos de las activistas que han pagado con su vida su compromiso en defensa de la tierra. ¿Se siente amenazada? ¿Teme por su seguridad?

R. Todas las personas que hoy hacemos esta lucha en defensa de la Madre Tierra estamos en peligro. Sobre todo, si esta voz tiene fuerza en todo el mundo, estamos en el punto de mira. Se pone el ojo en quienes lideran este movimiento. Pero no he tenido una amenaza directa. Los propios discursos del Gobierno ponen a la sociedad en nuestra contra. Incitan a la violencia. Es como si la sociedad tuviera el respaldo del Gobierno para practicar actos de violencia contra todas las personas que estamos en esta causa.

P. Mujer e indígena. ¿Qué pluses aporta este binomio a su defensa por la Tierra?

R. Las mujeres del mundo entero están protagonizando muchos frentes de lucha. Las mujeres indígenas nos sentimos en el compromiso de unir a todas las del resto del mundo.

P. ¿Qué le inspira el ecofeminismo?

R. (Sonríe). Es luchar en defensa de la vida. Del agua, de los bosques y de todos los bienes comunes que están amenazados. La mujer tiene mucha más sensibilidad y capacidad de darse cuenta de que es una batalla urgente.

P. ¿Quedan muchos prejuicios por derribar sobre los pueblos indígenas?

R. La gente nos ve como salvajes. Somos personas que luchamos, que plantamos cara a los conflictos y que tenemos una relación de respeto hacia el medio ambiente muy diferente. Necesitamos que nuestros derechos sean garantizados. También nuestro modo de vida, tanto por parte de las sociedades como de los Gobiernos.

P. En este festival ha trasladado historias del Amazonas a los más pequeños en una sesión de cuentacuentos. ¿Hay futuro para el planeta?

R. Es necesario invertir en educación, en la formación de la infancia para que crezca con otro pensamiento, para crear esa conciencia ecológica y política y entender que con este modelo actual basado en la destrucción esto se acaba.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/08/20/actualidad/1566321378_818654.html

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Perú: Máxima Acuña, la indígena que desafía a una multinacional

Por: Rebelión/Isabel Inclán

La indígena peruana Máxima Acuña lleva varios años defendiendo su título de propiedad frente a la multinacional estadounidense Newmont Mining Corporation, dueña de la minera Yanacocha, cuyo proyecto de expansión atraviesa el terreno agrícola y ovejero de esta indígena, quien con dignidad y apego a su tierra ha enfrentado las acciones imperialistas de la empresa.Por primera vez en muchos años una problemática latinoamericana ganó el premio de la audiencia en el recién terminado festival de documentales Hot Docs. Se trata de la película «Máxima» sobre la lucha de esta campesina peruana frente a la minera extranjera.

El estreno mundial de este documental, dirigido por la cineasta peruana Claudia Sparrow, se dio en Toronto dentro de la edición 26 del festival Hot Docs, que presentó 234 filmes de 56 países, entre ellos 18 producciones latinoamericanas o con personajes hispanos.

La minera estadounidense explota oro en Perú y cuenta con un terreno de 25 hectáreas. Su expansión ha llegado hasta las cinco hectáreas de Máxima Acuña, donde cultiva papas y cría ovejas para procesar su lana. La empresa no reconoce el título de propiedad de la indígena y ha intentado echarla por todos los medios: robando sus ovejas, quemando el cultivo y golpeando a su familia.

El atropello de la multinacional ha llegado a tal grado que Máxima y su familia tienen que atravesar una valla para entrar a su terreno. Las cortes peruanas han fallado a favor de la indígena, pero el hostigamiento por parte de la minera no ha cesado. «El premio de la Audiencia a este documental demuestra que Máxima no está sola», destacó el festival Hot Docs al anunciar el esperado premio y resaltar esta historia de «persistencia y resistencia femenina ante la injusticia minera».

Al recibir el premio, la directora Sparrow, quien radica desde los 17 años en California, declaró: «La lucha de Máxima está lejos de terminar, pero este reconocimiento nos ayudará a impulsar la película y, con suerte, a generar más conciencia sobre la historia de Máxima. No podríamos estar más agradecidos por todo el amor y el apoyo que hemos recibido en Hot Docs.»

En entrevista para SEMlac, Máxima Acuña explicó cómo ha sido atropellada y hostigada por la minera: «Vengo de una familia humilde, campesina. Me ha costado mucho trabajo tener mi propiedad, pero cuando la empresa intervino mi propiedad me dijo que no me pertenece; yo me he sostenido porque tengo mis documentos de posesión de mi tierra, otorgado por mi comunidad».

Serena, humilde, pero con una mirada fija que muestra su fortaleza, la indígena peruana señaló que sólo quiere defender su propiedad y buscar justicia, «pero a las autoridades de Perú parece que no les importa la vida de un ser humano, actúan como si no pasara nada».

Tras referirse a «la madre tierra» la campesina, que ha recorrido rascacielos de Estados Unidos y ahora Canadá para denunciar el maltrato de la minera Newmont Mining Corporation, exhortó su deseo de que la minera «respete los derechos de todos los campesinos, que aprendan a respetar el derecho de las personas».

Por su parte, la cineasta Claudia Sparrow dijo que se enteró que empresas multinacionales cometían estos abusos en Perú y «casi no se hablaba de ello, mientras las comunidades indígenas sufrían por eso, lo que me impactó mucho y quise contar esta historia porque pareciera que en mi país el abuso es norma».

A Toronto también vino la abogada Mirta Vázquez, quien -según se muestra en el documental -ha acompañado a Máxima en toda su defensa incluso arriesgando la vida de su familia ante amenazas recibidas.

Aclaró que el caso de la minera Yanacocha demuestra que en Perú la ley no se aplica por igual. «Este no es el caso de dos ciudadanos en disputa por un bien sino de una gran empresa transnacional enfrentada a campesinos pobres que están defendiendo lo poco que tienen».

La abogada recalcó que el Estado debiera de asumir un rol protector de los ciudadanos pobres que no tienen cómo enfrentarse a un poder como el de una transnacional, pero el Estado no está cumpliendo con su responsabilidad.

«El objetivo de llevar el caso de Máxima a otras instancias internacionales es hacer notar que en nuestro país no existe justicia. Esto nos obliga a tocar la puerta a estados donde las empresas tienen su sede porque tienen responsabilidad, porque no puede ser que los estados promuevan a sus grandes empresas y que estas cometan abusos en los países pobres», agregó la abogada.

Otras dos cintas latinas que también ganaron premios en el festival Hot Docs fueron: «Call Confession», de Arturo Aguilar (España-México) que ganó el Best International Short Documentary Award. En esta categoría se ganó una mención honorífica el corto del mexicano Everardo González, «Un abrazo de 3 minutos», una producción de Netflix que registra el evento «Abrazos, no muros» que en 2018 permitió el reencuentro fronterizo (México-EUA) de 235 familias que llevaban años de no verse ni tocarse.

El festival Hot Docs es el más grande en su tipo de Norteamérica y el único que cuenta con un cine que sólo proyecta documentales. Su 26 edición marcó una audiencia récord de 228.000 personas durante 11 días de proyecciones.

Fuente de la Información: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=256500&titular=m%E1xima-acu%F1a-la-ind%EDgena-que-desaf%EDa-a-una-multinacional-

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