Por: Lorena Ferro.
Los nutricionistas Aitor Sánchez y Lucía Martínez han editado una guía infantil para orientar a los padres en la alimentación de sus hijos
La batalla para que los hijos coman bien es uno de los grandes dolores de cabeza a los que a menudo se enfrentan los padres. ¿Cómo conseguir que tomen fruta y verdura? ¿Se pueden esquivar los alimentos poco saludables? Los nutricionistas Aitor Sánchez y Lucía Martínez intentan echar un capote a estos preocupados padres con¿Qué le doy de comer? (Paidós).
Los dos expertos hacen una radiografía bastante pesimista sobre cómo alimentamos a nuestros niños. Basar la alimentación en productos frescos desde los seis meses de vida e involucrar a los niños en todo lo que tiene que ver con la alimentación desde edades tempranas son algunas de sus recomendaciones.
– ¿Lo hacemos muy mal con la alimentación de nuestros niños?
Aitor: Es objetivo que no lo estamos haciendo muy bien; ya no solo por las consecuencias, sino también por los consumos. En España superamos más del 40% entre sobrepeso y obesidad infantil. Haymalnutrición calórica y también desnutrición cualitativa porque faltan nutrientes que son importantes en el desarrollo. Los chavales de nuestro contexto no tienen un patrón de alimentación muy sano. Y los motivos son muy diferentes.
– ¿Cuáles?
A: Por un lado está el patrón dietético que se ha mantenido. En ocasiones estamos recibiendo recomendaciones bastante anticuadas. No tenemos la figura de la dietista-nutricionista en atención primaria, que sería fundamental. Un niño puede consumir el 90 % de los alimentos a partir de los 6 meses, salvo excepciones. Y hay una gran presión de la industria alimentaria, especialmente en los alimentos infantiles.
– ¿Qué alimentos habría que excluir al principio? A parte de los frutos secos…
A: Los frutos secos se pueden tomar teniendo cuidado en cómo se presentan. Los podemos dar machacados o en crema. Sí que hay que ir con cuidado con las uvas o los tomates cherry… por el riesgo de broncoaspiración. También hay que vigilar con las espinas o huesos fragmentables. Y es mejor esperar para dar las verduras de hoja verde, como las espinacas, que están muy contaminadas con nitratos. También los pescados azules de gran tamaño porque pueden estar contaminados con mercurio.
Lucía: También hay que excluir la bebida de arroz, la miel y la carne de caza.
A: La carne de caza por el plomo, la bebida de arroz por el arsénico y la miel por el botulismo.
– ¿Cuál es el primer paso para intentar que nuestros hijos coman bien?
L: No basar la alimentación en productos (elaborados) y hacerlo en alimentos frescos.
“El 95% de los productos destinados a público infantil son malsanos”
– La pregunta del millón ¿Cómo conseguimos que coman y que lo hagan convencidos?
A: Si alguien responde a esta pregunta es un vendehumos. Hay familias que tienen que mejorar la relación con la comida, otras la compra, a otras familias igual les fallan los picoteos y a otras el clima del hogar. Nosotros proponemos analizar todas las perspectivas que tiene la alimentación en el hogar y dar propuestas para que todo el mundo pueda mejorar un poco. Cómo involucrar a los chavales a la hora de comprar y cocinar, cómo presentar los alimentos, cómo diseñar las comidas… Pero si tuviéramos que dar una clave probablemente sería dar ejemplo porque desde ahí se construye la educación alimentaria.
– ¿Cuál es el error más común que cometemos en alimentación infantil?
L: Depende un poco de la edad. En bebés, iniciar la alimentación sólida basada en productos infantiles industrializados como papillas de caja, potitos y todos los “mis primer”. Son alimentos muy azucarados con una textura que siempre es igual. Hay que darles alimentos. En niños más mayores el error es que si comen carne solo lo hagan en forma de salchicha o nugget, y el pescado en forma de varitas de merluza. O que si comen verdura solo sea escondida dentro de una croqueta o en una lasaña. En la adolescencia a esos malos hábitos se le puede añadir que consuman bebidas energéticas.
“Si empezamos a cambiar desayunos y meriendas comeremos mejor”
– La presión de la publicidad ¿hace que nos desviemos del buen camino?
A: Sí. Pero habría que reflexionar sobre por qué hemos permitido que sean estas entidades las que tengan la voz cantante en lanzar el mensaje infantil. Los países nórdicos llevan controlando lapublicidad infantil hace muchos años. Los programas de educación escolar de Japón son de los más avanzados del mundo sobre cómo involucrar a los chavales en el desarrollo de comida saludable. Y las experiencias que está teniendo Chile para controlar la publicidad que aparece en el etiquetado son magníficas. Este país también controló que en los productos infantiles no se pudieran regalar juguetes. Se puede actuar. Si aquí no lo hemos hecho es porque los gobiernos no han querido.
– Se lo ponen difícil al consumidor… Es complicado ir con niños al supermercado.
A: Es que hay que saber en qué puntos tienes que involucrar a tu hijo al ir al supermercado. Quizás es en casa donde le tienes que hacer partícipe de la alimentación. Preguntarle qué postres o qué frutas quiere tomar. O hacer juntos la lista de la compra en casa y, cuando vayamos al supermercado, ir directamente a lo que nos interesa. Pero pecamos de hacerlos partícipes en las partes menos sanas. Vamos al súper y como premio le dejamos que se coja un dulce. O en el restaurante, si no ha incordiado mucho, le dejamos que se coma un helado. Involucramos a los chavales con la comida de una manera realmente incoherente: premiamos con comida malsana y loscastigamos con comida saludable.
– Ahora están de moda las App que te dicen si un producto es saludable y los productos destinados al público infantil no sacan buena nota ¿Son peores que los de adultos?
A: No pierdas tiempo en una App para que te diga si un producto envasado es saludable, porque es fácil deducirlo. El 95% de los productos destinados a público infantil, y puede que más, son malsanos. Por norma no son saludables. Y los productos sanos no se publicitan: las berenjenas, el calabacín, la patata… Nuestra compra debería estar basada en productos frescos. Y en los productos que son sanos no hay mucha duda: las judías o los garbanzos en bote, las judías verdes congeladas, los copos de avena… No pierdas tiempo mirando si el jamón cocido tiene una puntuación 70 en la App Yuca. ¡Come fruta!
“Si no puedes prescindir de las galletas, tienes un problema de alimentación”
– ¿La lactancia materna es la mejor manera de iniciar la alimentación?
L: Obviamente, si podemos elegir escogeremos siempre lactancia materna siguiendo las recomendaciones de la OMS y el consenso científico.
– Y después, ¿la introducción directa de los alimentos sólidos o BLW (Baby Led Weaning) favorece que los niños coman mejor que si toman papillas?
A: Un niño que se educa así, explora, experimenta texturas y sabores, empieza a conocer la comida como algo que no siempre es igual, y tendrá una perspectiva un poco más abierta de la comida. Si le damos potitos, papillas y leches de continuación, el niño es un agente pasivo. El BLW es el mejor método, pero también hay que valorar otras cosas, porque implica tiempo y dedicación. Y si la familia se va a preocupar por si se atraganta… quizás mejor hacerles una papilla casera.
– ¿Qué tipos de alimentos debemos priorizar?
L: La fruta, verduras y hortalizas. Si en casa consumimos carne y pescado, que sean frescos. Legumbres y frutos secos, que en el caso de niños muy pequeños pueden ser molidos o en crema. Aceite de calidad, es decir, de oliva. Y agua para beber.
– Ustedes son muy críticos sobre cómo se trabaja el tema de la alimentación en las escuelas.
A: La descripción objetiva es que se hace fatal, aunque hay escuelas infantiles que están mejorando. Nosotros damos herramientas para mejorar.
“No pierdas tiempo mirando si el jamón cocido tiene un 70 en la app Yuca. ¡Ve a la frutería y come fruta!”
– ¿Son los desayunos y las meriendas lo que peor hacemos con los niños?
L: Son dos ingestas más propensas a ser cubiertas por productos malsanos y superfluos. La inmensa mayoría de personas no se plantearía darle a su hijo una palmera de chocolate de cena, pero se la damos de merienda tranquilamente. Y es igual de insana a las 5 de la tarde que a las 9 de la noche. Cambiar desayunos y meriendas puede ser un buen punto de partida para comer mejor.
– En el libro dicen que si el niño ha cenado bien es preferible que no desayune a que lo haga mal. Esto va en contra de muchas recomendaciones.
A: El niño ha cenado, no se ha movido absolutamente para nada… No hay ninguna necesidad de obligarle a tomar ninguna ingesta superflua si va a tomar algo a media mañana. Si fuese en otro contexto lo podríamos debatir. Si no ha cenado, si va a hacer un triatlón, hace 40 grados al sol y no está hidratado, vale. Pero va a estar sentado en un pupitre. ¿Para qué quieres meterle galletas, cereales de desayuno…?
– ¿Son peores que salir de casa en ayunas?
A: Decimos eso y damos alternativas viables: que se coma un plátano por el camino, o que picotee algo de fruta. Cualquier cosa es preferible a que le obligues a tomar leche chocolateada y galletas o una magdalena. Espérate, aprovecha que tenga hambre y que entonces tome algo saludable. El desayuno infantil más general en nuestro contexto es sinónimo de desayunar mal: galletas infantiles, cacao azucarado, cereales…
– En el libro ponen como tope tomar galletas tres veces al mes.
A: Si no puedes prescindir de las galletas, tienes un problema de alimentación importante en casa. Si tu familia no puede prescindir de un alimento que es malsano, hay un problema superior, independientemente del aporte nutricional que te esté dando.
– Y proponen prescindir de los zumos, que favorecen aparición de caries ¿También si son naturales?
A: Sí sí. Da lo mismo si el zumo se ha exprimido en Murcia o en tu casa. El problema es que tiene azúcar libre, y eso lo vuelvecariogénico. Además es poco saciante, hace que los niños tomen más azúcar del que deben… Los zumos están completamente desaconsejados como bebida ocasional, y no sustituyen a la fruta.
– Dennos una propuesta de desayuno o merienda saludable y que sea atractiva.
A: Un plátano, una tostada de pan con tomate y, si eres más instagramer y tienes más tiempo, le puedes poner aguacate, un bol de yogur (puede ser de soja) con nueces y canela. Macedonia. Un huevo revuelto. Judías… Los niños de Japón desayunan arroz, los británicos alubias, en Costa Rica frijoles, y en la mayoría de sitios africanos, fruta. Es Europa la que ha decidido desayunar chococrispies. Hay que preguntarse por qué en España hay que recomendar galletas de dinosaurios en lugar de comida. Y las galletas no son dieta mediterránea. Pero nuestra dieta tiene muchos alimentos superfluos que la hacen malsana.
Fuente de la entrevista: https://www.lavanguardia.com/vivo/lifestyle/20191021/471023284007/castigamos-ninos-comida-saludable-alimentacion-infantil.html