La calidad de nuestra educación, un mito muy costoso

La calidad de nuestra educación, un mito muy costoso

Miguel Ángel Rodríguez

Es generalizado el mito de que tenemos una extraordinaria educación. Ese es tal vez el mayor obstáculo para entrarle de lleno a la incapacidad de nuestro sistema docente para dotar a los jóvenes de las habilidades intelectuales, emocionales y sociales necesarias para afrontar con éxito las condiciones del siglo XXI. Este es, en mi opinión, el mayor desafío que debemos enfrentar para resolver nuestras deudas con la justicia y el progreso.

Hace pocos días, se dio a conocer el resultado de la prueba PISA, el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, que efectúa cada 3 años la OCDE desde el 2000, y que califica las habilidades de jóvenes alumnos de 15 años en lectura, matemáticas y ciencia. Costa Rica participa desde 2009.

De nuevo, los resultados son decepcionantes. A finales del siglo XIX nuestro alfabetismo era muy elevado comparado con los niveles prevalecientes en el mundo. La expansión de la educación secundaria fue muy exitosa en la segunda mitad del siglo XX hasta la crisis de la deuda externa. Pero con esa crisis sufrimos un grave deterioro en la escolaridad de secundaria y la calidad de nuestra enseñanza no ha mejorado al ritmo que han exigido los tiempos.

PISA señala que lectura tenemos un rendimiento de 426 puntos, 61 por debajo del promedio de la OCDE. En matemáticas de 402 con una diferencia en contra de 87 puntos, y en ciencia con 416 puntos Costa Rica está atrás por 73 puntos. Es como si los alumnos en Costa Rica tuvieran dos años de atraso.

La falta de capacidad de nuestro sistema educativo para crear las habilidades que el siglo XXI demanda se refleja en lectura con un 42%, en matemáticas con un 60% y en ciencia con un 48% de los estudiantes que no alcanzan el nivel mínimo aceptable para tener alguna capacidad de ejercer esas habilidades.

Entre los mejores estudiantes, en los países de OCDE un 16% de los quinceañeros que estudian alcanzan los niveles más altos de habilidad en al menos una de las tres materias. Entre nosotros apenas un 1% lo logra. Nuestros pobres resultados no se dan solo porque muchos alumnos no alcanzan los niveles mínimos.

Lo más grave es que no solo estamos mal, sino que además hemos empeorado.

En los tres campos de 2009 a 2018 ha descendido el nivel alcanzado.

En lectura y en ciencia la disminución ha sido continuada desde 443 y 430 puntos respectivamente en nuestra primera participación, hasta 426 y 416 en esta última prueba. En estos dos casos la disminución es estadísticamente significativa y aunque se puede señalar que se da al mismo tiempo que aumenta la escolaridad para jóvenes de 15 años, también se debe tomar en cuenta que esa escolaridad sigue siendo baja en relación con los países más desarrollados. Matemáticas es la materia en la cual desde 2009 hemos obtenido la más baja calificación con 409 puntos, y también en esta materia se ha venido disminuyendo la calificación hasta 402 en 2018.

Ese mal resultado y su deterioro se dan al tiempo que hemos aumentado inmensamente la inversión en educación. Hemos alcanzado la inversión acumulada por alumno de 6 a 15 años que PISA señala es el límite después del cual no hay relación entre mayor gasto y mejores rendimientos. De 2008 a 2018 el gasto en el Ministerio de Educación Pública respecto al PIB pasó de 5 a 7,6%, un incremento de 52%. El gasto por estudiante en términos reales de 2008 a 2016 (última cifra disponible) aumentó en un 110%. El aumento es inmenso en cada uno de los tres niveles de preescolar, primaria y secundaria. Pero no es simplemente gastar más, ni tener más horas sentados a los alumnos en los pupitres, ni nuevos programas.

No se puede lograr el mejor fruto de la educación si se sigue contratando docentes sin examinar sus conocimientos, enviándoles a enseñar sin apoyo inicial en el ejercicio de su arte (imagine a un médico sin pasar por el internado) y luego sin ninguna evaluación para recapacitarlos.

Tenemos una enorme y urgente tarea por delante a la que nos convocan la justicia, la obligación de generar igualdad de oportunidades, la necesidad de crecer aceleradamente y los retos del siglo XXI.

Autor: Miguel Ángel Rodríguez

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¿Qué hacer para mejorar la educación?

¿Qué hacer para mejorar la educación?

Debido al mal posicionamiento de Colombia en las pruebas PISA, analistas consideran que se deben asumir retos para mejorar la enseñanza y también la formación de pedagogos.

Desde el 2006 en Colombia se viene aplicando el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, PISA, (por sus siglas en inglés) que evalúa el desarrollo de las habilidades y conocimientos de los estudiantes de 15 años, a través de tres pruebas principales: lectura, matemáticas y ciencias.

Colombia ocupó en esta oportunidad el puesto 58 entre 79 países participantes, convirtiéndose en el país perteneciente a la OCDE con el menor puntaje.

Para la investigadora de la Universidad Piloto de Colombia, Claudia Rincón, no es la primera vez que no le va bien a Colombia en las pruebas PISA.

Lea también: Colombia mejoró su Índice de Desarrollo Humano y ascendió en el índice de la PNUD

La experta añadió que se sabe que hay ciertas tareas y llamados urgentes de la educación a mejorar. No obstante, enfatizó en que usualmente el tema de la calidad educativa se vuelve mediático y luego desaparece como si se hubiese solucionado.

Sin embargo, es claro que desde hace un tiempo ya se tienen mediciones que muestran los urgentes retos en educación que tiene el país, para mejorar la educación en todos los niveles.

De esta misma opinión es Luis Fernando Ramírez, vicerrector Administrativo de la Universidad de La Salle, al considerar que definitivamente se tiene que trabajar mucho más desde la primera infancia, ya que desde la educación temprana es dónde se desarrollan fundamentalmente las principales capacidades neuronales de los niños y también su nivel de socialización. De cumplirse este objetivo, asegura, se mejoraría en las competencias fundamentales para iniciar los ciclos normales de educación básica y media secundaria.

Los retos

Ante el balance de la prueba PISA, ¿qué cosas habría que tener en cuenta para mejorar estos resultados? La investigadora de la Universidad Piloto asegura que en primer lugar, que no es una responsabilidad de los docentes; en segundo lugar, que no es una responsabilidad de los estudiantes exclusivamente y tercero, que no es una responsabilidad solo del gobierno. La experta no atribuye responsabilidades individuales de los actores del sistema y por el contrario plantea la necesidad de unos compromisos para generar ciertas transformaciones.

En ese orden de ideas plantea la investigadora, se podría decir que para los estudiantes es muy importante desarrollar áreas, incluso aquellas que no son medidas en PISA, por ejemplo, competencias ciudadanas o socioemocionales.

Por el lado de los docentes, dice la experta, es un sector descuidado y se requiere inversión, trabajo en la formación y ofrecerles oportunidades para el desarrollo de competencias tanto de su área de conocimiento, como pedagógicas, es decir, promover que se formen como pedagogos y formadores de alta calidad.

Finalmente, es necesario revisar la política pública del Gobierno, evaluar cómo se hace la inversión, si se tiene en cuenta la voz de aquellos que participan en la creación del Plan Decenal, y por qué no se obtienen los resultados esperados.

En cifras

1. En la sección correspondiente a lectura, el puntaje bajó de 425 puntos en el 2015 a 412 en el 2018

2. En cuanto a las competencias en matemáticas, se subió un punto pasando de 390 en 2015 a 391 en 2018

3. Y en el último examen, que evalúa ciencias, los resultados bajaron, pasando de 416 en el 2015 a 413 puntos en el 2018.

4. De 79 países evaluados, Colombia está en el puesto 58 por debajo de naciones como Bielorrusia, Lituania, Hungría, entre otros. En América Latina, Chile obtuvo la mejor puntuación

En cifras
1.
En la sección correspondiente a lectura, el puntaje bajó de 425 puntos en el 2015 a 412 en el 2018
2.
En cuanto a las competencias en matemáticas, se subió un punto pasando de 390 en 2015 a 391 en 2018
3.
Y en el último examen, que evalúa ciencias, los resultados bajaron, pasando de 416 en el 2015 a 413 puntos en el 2018.
4.
De 79 países evaluados, Colombia está en el puesto 58 por debajo de naciones como Bielorrusia, Lituania, Hungría, entre otros. En América Latina, Chile obtuvo la mejor puntuación
Recomendaciones
De acuerdo con Luis Fernando Ramírez, vicerrector Administrativo de la Universidad de La Salle se podría hablar de aspectos:
Aumentar las jornadas educativas, es decir, que haya más permanencia de los niños en los planteles, pero no únicamente con materias escolarizadas, sino con materias que permitan desarrollar destrezas complementarias como arte, cultura, deportes, música, etc. Está demostrado, como en el caso japonés, que estas materias ayudan al desarrolla de ambos lados del hemisferio cerebral.
El grado cero debe generalizarse más en Colombia, porque hay una distancia entre la educación privada y la pública.
Se debe hacer una labor pedagógica con los docentes, en el sentido que tienen que involucrar nuevas tecnologías a las que los niños ya están accediendo desde temprana edad. En Colombia todavía es muy restringida esa posibilidad de combinar la presencialidad con la virtualización, y el uso de herramientas tecnológicas para mejorar la enseñanza.
Se necesita más conectividad en las zonas más apartadas para nivelar sobre todo en el tema de internet y en el uso de esos aplicativos porque es una ventana al mundo pero tenemos casi el 40% del país, geográficamente hablando, que no tiene acceso a estas nuevas tecnologías.
Fuente de la Información: https://www.vanguardia.com/colombia/que-hacer-para-mejorar-la-educacion-DI1758522
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