Europa/España/07-05-2021/Autora: Olga Esteban/Fuente: www.elcomercio.es
La consejería modificará las instrucciones en lo referente a Necesidades Educativas Especiales y ya ha solucionado el caso que llegó al tribunal.
Hace varias semanas, la Consejería de Educación recibía un varapalo, de la mano del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, que ponía en duda la atención que se estaba ofreciendo en las aulas asturianas a los alumnos de Necesidades Educativas Especiales (NEE). Ahora, tras un exhaustivo análisis del fallo y un informe «razonable y razonado» de Inspección, la Consejería de Educación ha decidido no recurrir la sentencia y modificar aquello en lo que «nos enmienda el tribunal» en las instrucciones del próximo curso. En lo que se refiere al caso concreto de la familia que llevó a juicio a la consejería, Carmen Suárez aseguró ayer que el tema está resuelto.
La consejera tuvo que contestar en el Pleno, una vez más, a una pregunta sobre esta situación. En esta ocasión fue la diputada de IU Ángela Vallina la que recordó que ya en octubre planteó los recortes en las horas de Audición y Lenguaje y Pedagogía Terapéutica. Durante todo este tiempo, la consejería ha defendido que no ha habido recortes, y Carmen Suárez insistió ayer una vez más en que el alumnado de NEE está atendido. Al menos, «mucho» de ese alumnado. La cuestión es que «si no todos están bien atendidos, tenemos un problema a solucionar».
Un problema que Suárez considera que son más de organización de los propios centros que de recursos. En el caso de la familia que fue a los tribunales, con un pequeño alumno de Infantil con Trastorno de Espectro Autista, explicó la consejera que el colegio «contaba con los recursos suficientes» y se trataba solo de una reorganización. Para no hacer ahora cambios horarios, dijo, se les ha concedido media jornada de Audición y Lenguaje.
La sentencia ponía en duda la supresión de los apoyos intensivos, que han sido sustituidos este curso por intervenciones en el aula, con motivo de las restricciones por la covid. Suárez explicó que «la atención en el aula no está reñida con la atención individualizada». «La circular tenía intención de asignar los recursos necesarios. Volveremos a trabajar en la propuesta, mejorándola». Y, a partir de ahí, se comprometió la consejera, «seguiremos con detalle los horarios y las atenciones. Hay que estar encima de todo, a lo que se ve», lamentó.
Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/asturias/educacion-acata-sentencia-20210505005806-ntvo.html
Si a cualquiera de nuestros hijos sin ninguna discapacidad le hubieran ocurrido la serie de despropósitos con los que han tenido que lidiar Enrique y sus padres, su caso estaría en todos los medios de comunicación
Si me baso en la experiencia de Enrique, la respuesta es no. La educación integrada en España comenzó a plantearse en 1985, cuando se promulga el Real Decreto de la Educación Especial. 35 años de experiencias que nos deberían llevar a una educación inclusiva real a día de hoy. Sin embargo, siguen sorprendiéndonos experiencias educativas que deberían sonrojar a los responsables de consejerías y Ministerio, cuya misión es poner recursos al alcance de los alumnos que lo necesiten. Recursos que están sobradamente estudiados y probados, ya que tres décadas es tiempo más que suficiente para corregir errores, paliar carencias y conseguir que el engranaje funcione para que un alumno con necesidades educativas especiales consiga sus metas, igual que otro que no tenga esas necesidades especiales, como recogen las leyes.
Hoy les traigo la experiencia de Enrique Ros. Afortunadamente, gracias a su gran capacidad, a la de su familia y a muchos buenos maestros y profesores, hoy ha conseguido llegar a su meta, por la que tanto ha peleado y se ha esforzado: estudiar Periodismo. Enrique es ciego total y su diversidad no ha sido el gran obstáculo que ha tenido que superar para llegar a donde ha llegado. Con excelentes notas y unos extras como el piano y la composición de música.
Cuando escribo esta columna reflexiono y, a veces, tomo la deriva de querer creer que ha tenido mala suerte, porque pese a sus resultados académicos, las dificultades que ha tenido que afrontar rayan en lo discriminatorio. ¿Esto les está ocurriendo a más estudiantes con discapacidad en España? Si a cualquiera de nuestros hijos sin ninguna discapacidad le hubieran ocurrido la serie de despropósitos con los que han tenido que lidiar él y sus padres, su caso estaría en todos los medios de comunicación, porque no concebiríamos que unos alumnos empezaran el curso sin sus libros, por ejemplo.
Gracias a su talento, sus capacidades –excepto la visual– y unos padres que, día a día, han suplido lo que era labor de otros, se han superado muchas barreras. En muchos momentos sin libros transcritos, sin línea braille, sin todos aquellos recursos y dispositivos que necesitamos las personas ciegas para estudiar al ritmo de nuestros compañeros.
Enrique cursa segundo de Periodismo en la Universidad de Murcia y, a día de hoy, aún no puede acceder al aula virtual de su facultad, plataforma donde los profesores cuelgan el material de estudio y de trabajo. ¿Cómo es posible que una universidad pública tenga un aula virtual y que esta no se haya desarrollado cumpliendo las normas básicas de accesibilidad informática? Nos preguntamos si esta circunstancia la sufren otros alumnos universitarios ciegos de España. ¿El caso del aula virtual de Murcia es único?
Este es el obstáculo, el último, de una larga lista de dificultades que le han ido restando en su autonomía personal, siempre teniendo que depender de que su madre, en este caso, cada tarde, le tuviera que transcribir ejercicios y apuntes, explicar todas las matemáticas de la Enseñanza Obligatoria, porque nunca consiguió, pese a haberlo solicitado por los cauces previstos (el equipo de deficientes visuales de la Consejería) un programa y profesionales preparados para el aprendizaje de matemáticas por parte de alumnos ciegos.
Enrique está decepcionado y dolido. Ni siquiera pudo elegir, algo a lo que tienen derecho todos los alumnos de la ESO, el tipo de bachillerato que mejor se adecuaba a sus gustos y perspectivas de futuro. Como apasionado del arte, pretendió estudiar el bachillerato de arte en su rama de artes escénicas, y no fue posible, además de que de varios bachilleratos en los que todos alumnos podían elegir Enrique se vio obligado a hacer el bachillerato de Humanidades sin tener posibilidad de elegir otras opciones. ¿Es una circunstancia excepcional o esto realmente les sucede a otros estudiantes ciegos?
Les invito a ver el vídeo en el que el padre de Enrique cuenta su experiencia, y les animo a que compartan conmigo cómo les fue a ustedes:
Fuente de la noticia: https://www.eldiario.es/retrones/verdad-atienden-necesidades-educativas-especiales_6_862723743.html
Cuando María entró en la guardería el pasado curso con un año de edad no se desplazaba ni aceptaba el contacto físico con los adultos. Tampoco dejaba consolarse por nadie que no fueran sus padres. María —nombre ficticio— fue una de las primeras en estrenar la sala multisensorial de la guardería municipal Espronceda de Sabadell, llena de materiales diseñados para fomentar el desarrollo de los pequeños.
“Lo primero que hicimos fue trabajar la confianza y el contacto. Llevamos a la niña a una columna de burbujas donde ella se abrazaba y se dejaba acariciar. Cogíamos un haz de fibra óptica y se lo pasábamos por el brazo. Esto le ayudó a reconocer las diferentes partes de su cuerpo. No se desplazaba porque no tenía seguridad de su propio cuerpo”, explica Laura González, directora del centro. En unas semanas la relación de confianza y el contacto físico se consolidó y en medio año ya gateaba.
Salas multisensoriales como la de la guardería de Sabadell se han extendido a otra docena de centros infantiles de varios municipios. Estos recursos se enmarcan en un proyecto de la Diputación de Barcelona para atender a los menores con necesidades educativas especiales. El ente provincial ha destinado este mandato casi 300.000 euros para financiarlos.
Necesidades especiales
Detectar a un bebé con alguna carencia no es fácil. A esta temprana edad solo están clasificados como niños con necesidades educativas especiales (NEE) aquellos “casos de libro”, como lo definen las educadoras, que son los que padecen una parálisis cerebral o un autismo grave, entre otros. Muchas veces no son las familias las que detectan que algo no va bien, sino las educadoras de la guardería. “A veces ves algo que no cuadra y entonces se habla con la familia, el psicólogo lo evalúa y se determina el procedimiento y la asistencia que debe recibir ese niño”, abunda Conxita Navarro, directora de la guardería municipal Tabalet de Terrassa.
En la guardería Espronceda cuentan con dos niños con algún trastorno diagnosticado, pero hasta una quincena requieren una atención especial, como María. Las educadoras rechazan, no obstante, atribuirles un trastorno concreto a tan corta edad. “A tan temprana edad no puedes etiquetar un niño con un trastorno concreto, porque a veces lo que necesitan es más tiempo. En la etapa del 0-3 se ponen las bases del crecimiento y, si los etiquetas, les marcas el camino. En cambio, con un poco de trabajo, puede ser que se revierta el problema”, subraya Yolanda Martínez, técnica en educación especial de la guardería de Sabadell.
El centro instaló hace un año la sala multisensorial. Un pequeño cartel donde se lee “Espacio Mágico” invita a una estancia que, nada más poner el primer pie, rezuma armonía. Preside una gran pantalla donde se proyecta desde un paisaje nevado a dibujos de cuentos populares. Hay una columna de burbujas, haces de fibras ópticas o una alfombra con líquidos de colores. Una columna de colores que se enciende progresivamente dependiendo del volumen de sonido fomenta el habla, porque a más sonidos, más colores aparecen. O cuando se proyecta un cuento, toda la sala se sincroniza con él.
Por esta sala pasan todos los alumnos, tanto los que presentan alguna carencia como aquellos que pueden tener una necesidad en un momento concreto, como ayudarlos a fomentar el habla. “Puedes controlar el espacio y adaptar la sala según la necesidad y el objetivo que te plantees. El aula no es un chiquipark, no venimos a jugar, sino con un objetivo concreto», subraya la directora. Coincide la responsable de la guardería municipal Tabalet de Terrassa, que también dispone de esta sala: “Los niños más movidos consiguen relajarse en este espacio. El aula ayuda a estimular las diferentes capacidades del alumno, hay un trabajo multisensorial, pero también en el bienestar del alumno y su calidad de vida”.
El responsable del área de Educación del ente provincial, Rafael Homet, considera clave que los niños con algún déficit puedan acudir a la guardería, pero admite que faltan recursos: “Muchas veces las familias no se plantean que su hijo vaya a una guardería. La tradición es la asistencia médica, pero es necesario extender la idea de que la educación hasta los tres años es también una necesidad”.
Fuente del artículo: https://elpais.com/ccaa/2018/12/08/catalunya/1544295381_699661.html
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