Colombia / 4 de noviembre de 2018 / Autor: Helena Cortés Gómez / Fuente: El Colombiano
Si le preguntan a un borracho qué número es mayor, 2/3 o 3/5, no será capaz de responder. Pero si replantea la pregunta, ¿qué es mejor, 2 botellas de vodka para 3 personas o 3 botellas de vodka para 5 personas, Dirá claramente que 2 botellas para 3 personas. Así reza un chiste matemático que grita: el problema no son las matemáticas sino la forma en que las enseñan.
Porque una pregunta común que se hace la gente es a qué se dedica un matemático o para qué sirve, lo que para muchos es un dolor de cabeza escolar.
Para algunos de los que se dedican a esta disciplina, ella no tendría por qué tener utilidad y según dijo el matemático español en una charla Ted Eduardo Sáenz de Cabezón, este porcentaje de profesionales piensa que “son un edificio bellísimo que tiene una lógica propia que se construye y que no hace falta que uno esté siempre mirando las posibles aplicaciones”.
Para otros en cambio, esta disciplina explica el funcionamiento de casi todo y por eso es importante: la espiral de las semillas de girasol, la geometría del cuarzo, el flujo del tráfico en la autopista y hasta los caprichos del azar están cifrados en el lenguaje matemático. Hay ciencias que tocan esa aplicación con la mano, la oncología, por ejemplo. Y hay otras que miran desde lejos, como la astronomía, pero sabiendo que son parte de su soporte.
Recientemente el joven matemático Sebastián Hurtado Salazar resolvió un problema matemático que tenía 30 años sin solución: la conjetura de Zimmer, sobre los objetos geométricos y sus simetrías. Un ejemplo de lo que hace un matemático: resolver problemas a través de preguntas adecuadas para comprobar conjeturas (un planteamiento a partir de indicios supuestos).
En la cultura popular
El pasado jueves en el Parque Explora, Jorge Cossio, doctor en Matemáticas, profesor emérito de la Universidad Nacional de Colombia y miembro de número de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Accefyn), dijo que estas son fascinantes no solamente por su belleza, sino también ordenan la información sobre el mundo y proporcionan herramientas que la trascienden (Ver Microhistoria).
El matemático francés Cedric Villanic, ganador de la medalla Fields, también llamada el nobel de matemáticas, aseguró que “la investigación matemática aporta la sexta parte de PIB de un país”.
Para Cossio esta se menosprecia porque muchos no la entienden debido a una falta de imaginación en la enseñanza básica “así que no es su culpa, sino de que se las enseñaron con un enfoque incorrecto”.
Uno de los planteamientos innovadores que se ha hecho en la pedagogía local, es el uso de productos de la cultura popular como la caricatura Los Simpsons paraincentivar habilidades matemáticas en los jóvenes. Eso sugirieron investigadores de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en el II Encuentro Internacional de matemáticas en 2013.
En esta serie norteamericana, por ejemplo, escrita por un montón de nerds matemáticos como asegura Simon Singh, un físico entrenado en Cambridge, autor del libro Los Simpson y sus secretos matemáticos (2013), hay innumerables referencias matemáticas que pueden encontrarse, que van desde pi hasta el infinito.
Estas han sido cuidadosamente introducidas de contrabando en los guiones por un equipo de redacción que consta de varias personas con antecedentes en matemáticas, incluido un par de doctores de Harvard.
Si se las perdió, estas son tres de los guiños matemáticos que podrá encontrar en Los Simpsons.
El último teorema de Fermat
En el episodio, El mago de Evergreen Terrace (1998), Homero intenta resolver uno de los rompecabezas matemáticos más difíciles de todos: el último teorema de Fermat que dice que no existe un número entero positivo que mayor que 2 satisfaga la ecuación an+bn=cn. Allí aparece un contraejemplo del último teorema de Fermat. Porque, mientras parece triunfar, la solución de Homero es lo que los matemáticos llaman “una falla cercana”, una forma elegante de decir “¡D’oh!” No funciona del todo.
En la escena, que puede ver en la imagen que acompaña a este artículo, al hombre amarillo se le ve haciendo garabatos de ecuaciones en un tablero. La ecuación de arriba se relaciona con la masa del bosón de Higgs, y la de abajo refiere a la cosmología y la línea inferior explora la geometría de las donas.
El nombre del teatro es un gran número
La sala de cine Springfield se llama Googolplex , nombrada por el libretista Mike Reiss, quien fue pródigo matemático cuando era un adolescente. Un googolplex se refiere a un número extremadamente grande: 10 googol . ¿Qué es? Es 10 elevado a 100 (10^100). El motor de búsqueda Google lleva el nombre de este gran número, aunque con una ortografía ligeramente diferente, para indicar que ofrece a sus usuarios acceso a grandes cantidades de información.
Los preferidos: los números primos
Estos ocupan un lugar especial en los corazones de los matemáticos, razón por la cual el libretista Jeff Westbrook (un ex profesor de la Universidad de Yale) insertó los números 8,191, 8.208 y 8191 en la pantalla Jumbo-vision en el estadio de Springfield en “Marge, Homero y el deporte en pareja en España” (2006), en la que le piden a fanáticos del béisbol que adivinen la asistencia. Estos dígitos pueden parecer arbitrarios e inocuos, pero en realidad representan un número perfecto, un número narcisista y un primo de Mersenne. 8128, por ejemplo, no es un primo ordinario, es un perfecto, porque sus divisores se suman al número en sí. El número perfecto más pequeño es 6, porque 1, 2 y 3 no solo se dividen en 6, sino que también suman 6. El segundo número perfecto es 28, porque 1, 2, 4, 7 y 14 no solo se dividen en 28, pero también suman 28.
Fuente del Artículo:
http://www.elcolombiano.com/tendencias/los-simpsons-y-las-matematicas-ID9566794
ove/mahv