Habilidades para educar en la Era Digital

El avance de las tecnologías digitales en todo el mundo abrió un sinfín de posibilidades para acceder a información y aprender juntos. En este escenario, estamos convencidos de que uno de los roles fundamentales que debe cumplir un docente no es transmitir lo que sabe y lo que conoce, sino guiar a los alumnos para que descubran un universo de sentidos y aprendizajes que nunca antes habían imaginado. La educación está en movimiento, y eso nos invita a repensarnos, a descubrir nuestra propia motivación por seguir aprendiendo.

Desde que iniciamos con Compartir, la solución integral de Santillana, nos dimos cuenta de que incorporar herramientas digitales a las prácticas de enseñanza no es tan sencillo. Es primordial inspirar a los educadores para que desarrollen sus propias estrategias para el uso transformador de la tecnología en la escuela, para innovar en sus modos de dar clase y de trabajar con sus alumnos.

¿Cuáles son las competencias y habilidades que tiene que desarrollar hoy un docente para educar en la era digital? No hay una única respuesta, pero sí identificamos algunos aspectos que nos guían en el proceso de rediseñar las instituciones y las aulas para el aprendizaje en la era digital, sin importar en qué punto se encuentran en el camino de integrar tecnología en sus prácticas de enseñanza.

En primer lugar, para educar en la actualidad tenemos que alimentar el deseo de aprender constantemente. Nuestros alumnos necesitan de educadores que mejoren continuamente sus prácticas, aprendiendo de otros y con otros. Para ello es fundamental construir nuevos liderazgos para mejorar la enseñanza y el aprendizaje.

En un mundo cada vez más globalizado, en fundamental que inspirar a nuestros alumnos a colaborar entre sí para contribuir positivamente y participar responsablemente en el mundo digital. Esto nos desafía como docentes a diseñar actividades y entornos de aprendizaje auténticos que reconozcan y consideren la diversidad de sus estudiantes.

Gracias a los avances de las tecnologías, hoy podemos conocer mucho mejor cómo aprenden nuestros alumnos. A través de plataformas y recursos digitales inteligentes obtenemos datos sobre sus dificultades y cómo las superan, cuáles son sus intereses y mucho más. Por esa razón, es crucial que los docentes comprendamos y utilicemos los datos que tenemos para mejorar la enseñanza y apoyar a sus estudiantes en el logro de sus objetivos de aprendizaje. Las tecnologías nos permiten ampliar el marco de acción y hacer que lo que antes parecía imposible, hoy esté al alcance de todos.

(*) Sabrina Pardo: Directora de Compartir, la línea de tecnología educativa de Editorial Santillana

Fuente de la Información: https://www.canal-ar.com.ar/28201-Habilidades-para-educar-en-la-Era-Digital.html

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Análisis: La enseñanza del pasado reciente y el aprendizaje de la Historia

Colombia / 19 de noviembre de 2017 / Autor: Eduardo Escallón / Fuente: Universidad de los Andes

En este texto abordaré el tema de la enseñanza de la historia de Colombia en el marco de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad en su directa conexión con la construcción de paz en los años por venir. En mi perspectiva —puede haber muchas otras, aun mejores—, esta construcción de paz tiene que ver con el desarrollo de la identidad de los individuos basada en el reconocimiento de las diferencias y enfocada en la capacidad de acción para la redistribución de recursos y oportunidades.

Lo interesante aquí es que la educación es, a la vez, una oportunidad y un recurso cuando ella constituye un proceso de formación integral dirigida al desarrollo de las potencialidades humanas. Pero permítanme ser más preciso al respecto y plantear acá la difícil diferencia entre educación y pedagogía en relación con la idea anterior. Cuando pensamos la formación como oportunidad estamos más en el ámbito de la educación, cuando la entendemos como recurso estamos en el campo de lo pedagógico.

Quiero relacionar el reto de la enseñanza del pasado reciente y la construcción de paz con la formación de maestros. Pues bien, la construcción de paz implica llagar a nuevas síntesis entre las tensiones existentes y más que resistir, nos exige crear. Así que para responder a esa invitación les propongo que tratemos de articular de la mejor manera la educación con la pedagogía. Es decir, que conectemos donde sea viable la política educativa con la práctica docente, el currículo formal con el operativo. ¿Cómo se podría hacer esto?, pues tomándonos en serio lo que nos proponen la Constitución y la ley (como propone la profesora Helena Alviar). Pero cuidado, no estoy diciendo que obedezcamos ciegamente las normas y las leyes, aun siendo ellas injustas, sino que las asumamos y obremos en consecuencia.

Permítanme explicar: para saber cómo debe ser la enseñanza del pasado reciente y la construcción de paz tomemos como política educativa, como currículo formal, la Constitución y la Ley 115. Es decir, enfoquemos el aprendizaje y la enseñanza de la historia a construir aquello que nos propone la Constitución y lograr los fines de la Ley. ¿De qué estoy hablando?

Con seguridad muchos de ustedes tiene presentes dichos fines, así que les pediré que los recuerden y a los que no los conocen, les pediré que se los imaginen, que de acuerdo a todo lo que oyen y leen y ven sobre los debates en educación en Colombia, supongan cuál sería el fin número 1 de la educación según la Ley. Y de paso supongan el dos y el tres.

Pues bien, para sorpresa de muchos de ustedes, el fin número uno no es aprender Matemáticas, Ciencias y Lenguaje para las pruebas estandarizadas. Por el contrario, el primero de nuestros fines es:

El pleno desarrollo de la personalidad sin más limitaciones que las que le imponen los derechos de los demás y el orden jurídico, dentro de un proceso de formación integral, física, psíquica, intelectual, moral, espiritual, social, afectiva, ética, cívica y demás valores humanos.

El número dos. La formación en el respeto a la vida y a los demás derechos humanos, a la paz, a los principios democráticos, de convivencia, pluralismo, justicia, solidaridad y equidad, así como en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad.

Y el número tres. La formación para facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan en la vi da económica, política, administrativa y cultural de la Nación.

Como pueden ver no necesitamos formular políticas nuevas, bastaría con que supiéramos dónde, cómo, cuándo y con quién se logra esto en los colegios. Porque el para qué ya lo sabemos: para que las personas seamos capaces de hacer realidad un Estado social de derecho, para que seamos una sociedad democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana y en la prevalencia del interés general, qué es lo que propone nuestra Constitución, pero que estamos muy lejos de logar, en parte porque una porción de nuestra sociedad no comprende y no comparte estos conceptos y principios.

Pero si nos tomamos ello en serio, entonces estamos obligados como sociedad a preguntarnos y a responder ¿cuál es la pedagogía que se necesita para lograr esos objetivos de la educación? Es decir, ¿cómo debe ser el currículo operativo? ¿Cómo sería la práctica pedagógica? ¿Existe una pedagogía democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana y en la prevalencia del interés general? ¿Cómo sería el maestro agente de esta pedagogía? ¿Cuál su contenido?

Mi respuesta es formar, desarrollar y fortalecer maestros y maestras autónomas que pongan en práctica su saber y su capacidad creadora dentro de un marco de acción político, epistemológico y pedagógico. Para ilustrar esto permítanme exponer mi propuesta como maestro de historia.

Yo creo que una forma de lograr lo anterior es una enseñanza de la historia dirigida a la construcción de conocimiento histórico que deviene en construcción de sujetos históricos.

Para esto, los contenidos producidos por la comisión de verdad no deben ser entendidos como un fin, sino como un medio pedagógico, como fuente. De la misma manera, no debemos separar de forma tajante memoria de historia, porque no todos los estudiantes son reconstructores de memoria, pero si deben conocer nuestro presente histórico. En efecto, podemos diferenciar memoria de la historia oficial. Pero la historia oficial no es la que producen los historiadores profesionales. La historia oficial es la que circula por los medios, la que se narra en las telenovelas, los noticieros, los periódicos, las revistas de farándula y actualidad, los trinos y los memes…

De ahí que el papel del maestro en la enseñanza del pasado reciente y el aprendizaje de la historia implique utilizar la memoria como fuente —no como contenido— para conocer nuestra realidad y contrastar esa historia oficial. Ahora bien, no se trata de convertir a cada estudiante en un historiador, sino que cada estudiante aprenda de la manera como se construye el conocimiento en nuestra área del saber. Por esto es que es importante tener presente que el objetivo último no es saber historia sino saberse sujetos históricos.

En consecuencia, los objetivos de aprendizaje serán unas comprensiones centrales sobre la historia como conocimiento, sobre los procesos sociales del país y sobre el papel de cada uno de los estudiantes como ciudadanos, sujetos activos de derechos.

En particular, en mi experiencia yo planteo dichos objetivos de la siguiente manera: Los estudiantes entenderán:

  • Que la Historia permite conocer el presente a partir de entender el pasado(Vilar). Explica los acontecimientos del pasado a partir de la interpretación de fuentes, datos y evidencias.
  • Que los conflictos entre grupos y sectores sociales son inherentes al movimiento de la historia.
  • Que los conflictos entre grupos y sectores sociales se pueden solucionar de diversas maneras.
  • Que todos somos sujetos históricos: lo que cada uno haga o deje de hacer determina el curso de nuestra realidad presente.

Estos objetivos de aprendizaje permiten planear unidades didácticas en las que los estudiantes tendrán que construir interpretaciones a partir de las fuentes y expresarlas de maneras diversas y apropiadas a sus gustos, intereses y necesidades comunicativas. Para demostrar la comprensión de esos objetivos, los estudiantes tienen que:

  • Identificar, definir y contrastar conceptos como dignidad, democracia, resistencia, opresión, pluralismo, exclusión…
  • Ubicar, analizar y valorar fuentes primarias y secundarias.
  • Reconstruir el proceso a partir de fuentes secundarias (o primarias).
  • Explicar el proceso a partir de contrastar su definición conceptual y el aporte de las fuentes.

Y en los niveles más altos:

  • Argumentar sobre procesos históricos usando conceptos y vocabulario del análisis histórico y fuentes primarias y secundarias.

Todo lo anterior está basado en el principio Vygoskyano de que el aprendizaje precede el desarrollo.

Es decir, que al aprender sobre estos temas y de esta manera, los estudiantes están desarrollando funciones de pensamiento, lenguaje, memoria y emoción, así como su capacidad analítica, reflexiva y crítica.

Otra idea de Vygostky detrás de esto es la construcción de conceptos científicos en el colegio y su relación con los conceptos cotidianos de los estudiantes.

La idea es que si nos tomamos en serio la Constitución y la ley para la enseñanza de la historia de Colombia en el marco de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad en su directa conexión con la construcción de paz en los años por venir, estamos obligados a innovar pedagógicamente y dejar atrás mucho de lo relacionado con la educación tradicional.

*Este análisis fue presentado durante el panel “En Diálogo: la enseñanza de la historia de Colombia en el marco de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y la Ley que vuelve obligatoria la asignatura de historia”, organizado por la Alta Consejería de los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, de la Alcaldía Mayor de Bogotá.

Fuente del Artículo:

http://uniandes.edu.co/es/noticias/ensenanza-de-historia-colegios

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España: Snappet presenta un nuevo método para aprender Matemáticas

España / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Educación 3.0

La enseñanza en grupos de alumnos es compleja, especialmente en asignaturas como Matemáticas, en las que las diferencias de nivel son evidentes.

Para resolver este problema, Snappet propone el sistema Snappet Maths, que diseña patrones de respuesta y crea predicciones para proporcionar al alumno el contenido más adecuado según sus capacidades y la forma en que aprende. Así, las bases de Snappet Math son el Mastery Learning (aprendizaje para el dominio), el Big Data y el aprendizaje adaptativo. Gracias a la estrategia de aprendizaje Mastery Learning, los alumnos pasan de reproducir operaciones a entender los conceptos. De ahí que Snappet Math haya dividido el currículo oficial de 1º a 6º de Primaria en un árbol de 600 objetivos de aprendizaje que tiene un orden coherente y sigue el progreso ‘lógiconatural’ de los temas de Matemáticas. Así se garantiza que los alumnos dominen un temario antes de avanzar hacia la información siguiente (consolidando, además, el entendimiento global de la asignatura a largo plazo).

Big Data

Cada semana, los usuarios de Snappet realizan más de 50 millones de actividades. Esta información permite que la plataforma desarrolle secuencias de aprendizaje y tiposde ejercicios cada vez más eficaces. Con los resultados y estadísticas de respuesta, Snappet crea predicciones y ajusta periódicamente los ejercicios y las lecciones. Y para conseguir el aprendizaje adaptativo, en las lecciones de Snappet Maths se descomponen los temas para que los alumnos aprendan conceptos a través de ejercicios visuales. Así, incluyen una parte de instrucción (con ejercicios para que el profesor pueda poner ejemplos), una parte de práctica para el alumno (acompañada de la correspondiente explicación) y, por último, ejercicios adaptativos para los estudiantes que lo necesiten. Es posible solicitar una prueba en www.snappet.org

Fuente de la Noticia:

Snappet presenta un nuevo método para aprender Matemáticas

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