Redacción: La Vanguardia
El ejemplo de Hungría, con escuela gratuita y obligatoria, acentúa la ambigüedad de los sistemas: los alumnos pagan la comida, el jabón y hasta el papel higiénico.
“¿Dónde te crees que estás? Esto es Hungría.”
Así, subida de tono, una de las madres de la Asociación de Padres de la escuela me increpó en la última reunión. Mi hijo va a quinto grado, en una escuela del Estado, en Budapest. Le había hecho una llamada de atención, cuando ella, con total naturalidad, explicaba que los niños que no hubiesen pagado la mensualidad, la entrada al evento o que no hubiesen traído el ticket para el bus, de haber una excursión, se quedarían en la escuela.
En Hungría, la educación es gratuita y obligatoria desde los 3 hasta los 16 años. Pero hay que puntualizar lo de gratuita, y por qué no, lo de obligatoria también. La comida de los niños hay que pagarla. Suelen ser unos 30 euros por mes. Hay que dar también unos 3 ó 4 euros por mes, dinero que administra la Asociación de Padres y que usan para organizar excursiones, comprar algún material de clase y regalos, como los de fin de curso a las maestras.
De haber algún evento extra, por ejemplo, ir al teatro, o incluso a algún concurso, hay que mandar el dinero aparte, en un sobre. Y efectivamente, tal como decía aquella madre, los que no mandan el dinero se quedan en la escuela, o directamente no van al colegio, a sabiendas de lo que va a pasar. Igual lo que realmente pica es la lista de útiles escolares que piden a comienzos de año, que entre pitos y flautas, supera los 60 euros.
Y solo como detalle, cada mes hay que llevar a la escuela jabón para lavar las manos, servilletas de papel, papel higiénico y pañuelos de papel.
Salario mínimo
De 300 a 400 euros al mes
Para que se entienda mejor, el salario mínimo en Hungría es de unos 300 euros, o de 400, si para ese puesto se necesita al menos un título de educación media (8 años de primaria más 4 años de secundaria).
Igual, a sabiendas de la práctica, me atreví a sugerir que al menos la Asociación de Padres o bien el tutor de la clase aceptase un fondo voluntario para los casos en que los niños no hubiesen pagado. Es decir que los padres que quisieran entregasen a fondo perdido un equis monto de dinero para que nadie se quede sin participar en la actividad del día, entendiendo que estas actividades se suelen hacer durante el horario escolar.
Repetía yo aquello de “la educación es gratuita…”. Insistí en que mi sugerencia no pretendía exonerar a los padres de la obligación de pagar, pero sí evitar que ningún niño quede privado de participar en las actividades comunes que se realizan en horario escolar. Mi propuesta cayó en balde. Aquí la gente no es muy habladora en las reuniones. Siempre son, somos los mismos los que hablamos.
El tema se cerró con aquello de que los niños tienen que aprender cómo funciona la sociedad para no cometer de mayores los mismos errores que sus padres. Respiré hondo, y esperé a que terminase la reunión, boli en mano, en silencio, tomando nota del calendario para el año entrante, como un buda.
La siguiente semana volvimos a encontrarnos con la madre en cuestión, nos dimos un beso, un abrazo, y dejamos claro que el griterío forma parte del folclore de las reuniones, y seguimos tan amigos.
Ayudas
Para familias con ingresos muy bajos
De cualquier modo, tengo que aclarar que existen ayudas específicas para cubrir los gastos escolares. Un niño puede quedar exento de pagar la comida en la escuela, si el ingreso por miembro de la familia no excede los 130 euros. En el caso de familia numerosa (por lo menos 3 hijos), pagan la mitad. Con respecto a los gastos de inicio de clases, también se puede solicitar una ayuda de 10 euros, siempre y cuando el ingreso por cabeza no supere 265 euros. Y los libros de texto son gratuitos. Hay que hacer las cuentas.
Para terminar me gustaría aclarar que hasta ahora el tema de la obligatoriedad de la escuela tenía su trampa. Es decir, hasta este año existía la figura del alumno particular. O sea, no tenía que ir a la escuela, sino, periódicamente, asistir a los exámenes de rigor.
En base a esta fórmula se fundaron algunas escuelas, como la Budapest School, de uno de los fundadores del Prezi, donde todos sus alumnos estaban exentos de ir a las escuelas del Estado. De esta manera, el colegio podía enseñar como quería, y el Estado no podía inmiscuirse en el diseño pedagógico. Pero a partir de este septiembre esto está prohibido. Todo el mundo tiene que ir a la escuela del Fidesz (el partido que está en el gobierno).
La enseñanza gratuita y obligatoria se entiende o se entendía como una conquista social, atendiendo a los derechos del menor. Hoy por hoy, al menos por estos lares, es cada vez más común rebelarse contra el Estado, no ya para hacer que el niño se quede trabajando en la mina o en el campo, sino para ofrecerle una educación distinta, diferente al rígido modelo estatal.
La otra opción sería democratizar la escuela. Pero de eso estamos todavía más lejos.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/participacion/lectores-corresponsales/20191028/471171604552/educacion-gratis-obligatoria-ejemplo-hungria-pros-contras.html