¿Qué significa la educación física?

Por: Francisco Cajiao.

Por la educación del cuerpo pasan la sexualidad, la autoestima y la lectura de mensajes corporales.

Una de las cosas que busco con curiosidad cuando visito colegios es el horario escolar, que suele estar a la vista de todos. En este mosaico, generalmente hecho con múltiples franjas de colores, como un gran mural de op-art, se pueden observar las intensidades de cada asignatura y la cantidad de cosas distintas a las que debe atender un niño o un adolescente. También se aprecia lo que no hay o escasea en extremo.

Entre lo que hace falta –bastaría una encuesta simple a cualquier grupo de estudiantes– es tiempo de recreo, de ocio, de juego libre y de oportunidad de estar solos por ahí para pensar. Lo que sí encuentro casi siempre es una variedad de materias que en algunos casos superan la docena para niños de 11 o 12 años en adelante. A veces llegan a 15 y casi agotan los colores disponibles que pueden usarse en el mural.

En esta policromía del saber infantil –o de lo que se pretende que sepan y hagan los niños–, la educación física aparece tímidamente con una o máximo dos horas a la semana, lo que indica de algún modo el valor que la escuela le atribuye al cuidado del cuerpo. Si se tratara de asuntos de esos que la tradición educativa considera que pueden irse acumulando poco a poco con cuentagotas –matemática, ciencias, historia–, sería comprensible, pero destinar un miserable número de horas a lo que es la ocupación permanente de quien está en proceso de formación es difícil de entender.

Más allá de las denominaciones y de esta absurda fragmentación del tiempo que obedece a concepciones del aprendizaje muy revaluadas desde mediados del siglo pasado, lo que deseo destacar es que los seres humanos debemos dedicar casi la totalidad de nuestro tiempo de vigilia a la educación del cuerpo.

Aprender a cuidar la salud o conocer las necesidades particulares de alimentación es tan importante como comprender los mensajes que enviamos a otros desde nuestro vestuario o arreglo personal.

El proceso de desarrollo en nuestra especie requiere unos 15 años para aprender a manejar el cuerpo de manera que sirva como un instrumento bien afinado para avanzar por el camino del conocimiento y la construcción de cultura. Los niños deben aprender a usar sus músculos desde los primeros gateos hasta la extraordinaria precisión que puede lograrse con la mano, que precisa para su funcionamiento una amplia zona del cerebro. Por eso, todo el tiempo de infancia con juegos, saltos, carreras, trepadas de árboles, superación de obstáculos y exploración de cuanto túnel o hueco se encuentra hace parte de su futura capacidad mental y de colaboración con otros. Pura educación física.

También se necesita tiempo y entrenamiento para afinar el uso de los sentidos: no es trivial aprender a ver o escuchar. Hace falta exponerse a muchos estímulos y aprender a discriminar los sonidos, las formas y los colores. Eso es educación física. Pero en los colegios no suele haber mucho tiempo para eso. No hay talleres de órganos de los sentidos con colecciones de aromas y en los cursos de lenguaje no se insiste en la importancia de poner nombre al mundo que vemos, escuchamos y sentimos.

Por la educación del cuerpo pasan la sexualidad, la autoestima y la lectura de los mensajes corporales que los demás nos envían. También, el autocontrol y la capacidad de desarrollar tareas que exigen concentración y disciplina. Aprender a cuidar la salud o conocer las necesidades particulares de alimentación es tan importante como comprender los mensajes que enviamos a otros desde nuestro vestuario o arreglo personal.

Nunca como ahora pareciera tan urgente atender este desarrollo del cual dependen en alto grado tanto la salud mental como la capacidad de niños y jóvenes de descubrir sus inclinaciones y talentos, lo que les apasionaría saber y los mecanismos para acceder a aquellas competencias indispensables para insertarse en un mundo cada vez más diverso y difícil de descifrar.

Fuente del artículo: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/francisco-cajiao/que-significa-la-educacion-fisica-columna-de-francisco-cajiao-367644

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