Por: Eva Jiménez Gómez / EducaWeb
El abandono escolar constituye un concepto fácil de entender –estudiantes que marchan del centro educativo antes de concluir su formación-, pero difícil de erradicar. Las causas son enormemente complejas, pues dependen de factores personales, familiares, sociales, educativos y políticos, entre otros.
Todo el mundo parece compartir la idea de que una recopilación de información eficaz contribuiría a disminuir el problema (La lucha contra el abandono temprano de la educación y la formación en Europa: estrategias, políticas y medidas, 2015) y, sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer en la búsqueda de evidencias empíricas.
En el caso de España, la Comisión Europea sostiene que «el reducido análisis empírico de las diversas causas del abandono escolar prematuro limita la capacidad de las políticas nacionales para reflejar y abordar la complejidad del problema» (Monitor de la Educación y la Formación, 2016). Más todavía, la CE entiende que el Plan para la Reducción del Abandono Educativo Temprano 2014-2020 «no es tanto una estrategia como un marco para que los agentes educativos y las instituciones propongan programas efectivos».
Abandono Educativo Temprano. Esta es la expresión que utiliza el Ministerio en el informe Datos y cifras del curso escolar 2016-2017 y que define como el «porcentaje de población de 18 a 24 años que no ha completado el nivel de Enseñanza Secundaria 2ª etapa [la ESO] y no sigue ningún tipo de educación-formación». Es el indicador sobre el que resulta más fácil encontrar información, tal vez porque lo emplea la Unión Europea para comparar la situación entre los países miembros.
De hecho, justo hace menos de una semana que el Ministerio ha hecho público el porcentaje de abandono escolar temprano de 2016: 18,98%, un «récord histórico» si se tiene en cuenta que en 2008 la cifra se situaba en el 31,7%, como bien recuerda el Ministerio. Histórica, pero en otro sentido, si se descubre que se trata de «la tasa más alta de abandono escolar temprano de Europa» (Informe sobre España 2016. Documento de trabajo de los servicios de la Comisión Europea). No en vano, la UE exige a España descender al 15% en el año 2020, mientras que el resto de países ha de situarse en el 10%.
Requetehistórica, si se permite la expresión, si se advierten las grandes desigualdades entre Comunidades Autónomas, como alerta la Comisión Europea –que no el Ministerio-. Entre las mejor situadas, las del norte: País Vasco (7,9%), Cantabria (8,6%), Navarra (13,4%) o Galicia (15,2%). Entre las peores, muchas del sur: Baleares (26,8%), Murcia (26,4%), Melilla (24,4%), Castilla-La Mancha (23,2%) o Andalucía (23,1%).
Y sin entrar en la dimensión político-económica del asunto, que excede los objetivos de este monográfico, ¿qué se puede hacer desde el ámbito educativo y, más concretamente, desde el ámbito de la orientación académica y profesional?
Consenso acerca del valor de la orientación
En La lucha contra el abandono temprano de la educación y la formación en Europa, basado en el informe Tackling Early Leaving from Education and Training in Europe, elaborado en 2014 por Eurydice y el European Centre for the Development of Vocational Training (CEDEFOP), se afirma que «la gran mayoría de los países europeos ha reconocido que la orientación pedagógica y profesional –aquí se considera como la práctica de apoyar al alumnado en la elección de su trayectoria educativa y profesional- es una de las principales medidas para abordar el abandono escolar prematuro».
En el mismo sentido se expresaba hace tiempo el entonces presidente de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España (COPOE), Juan Antonio Planas Domingo, quien, a través de un artículo, se mostraba convencido de que «la mejora del Sistema de Orientación contribuiría a mejorar esas tasas de fracaso y abandono y aumentaría el éxito escolar en la mayor parte del alumnado». Y advertía de la importancia de comenzar lo antes posible.
«Los profesionales de la educación vemos prioritario que se tengan más en cuenta las medidas preventivas. Cuando un niño empieza a tener los primeros problemas de aprendizaje simultáneamente se produce una disminución en su autoestima. Con expectativas de fracaso escolar el alumnado empieza a desmotivarse, a perder hábitos de estudio y a no tener interés por las actividades escolares. Ese círculo vicioso es muy complejo de romper. Cuando se plantean medidas exclusivamente paliativas en la adolescencia se están desperdiciando unos años fundamentales para prevenir e intervenir efectivamente en los problemas de aprendizaje. Y, posiblemente, esas medidas en la adolescencia llegan demasiado tarde».
Diferentes formas de implementar la orientación
La existencia de un consenso sobre la importancia de la orientación académica y profesional en la prevención del abandono escolar no impide que existan diferentes formas de abordar dicha orientación.
En este sentido, el estudio de Eurydice y CEDEFOP revela que, si bien todos los países ofrecen servicios de orientación académica y profesional, trece de ellos se dirigen únicamente a estudiantes de secundaria y no de primaria.
En el continente conviven tres modelos diferentes de implementación: a través de un servicio de orientación, dentro del currículum, y a través de actividades extraescolares y/o en colaboración con otros agentes locales, como servicios externos de orientación o empresas. Cuando se opta por ofrecer el contenido en el currículum, caben todavía tres opciones más: como una asignatura independiente (predominante en 9 países), como un contenido integrado dentro de una o varias asignaturas (12) o como un tema transversal que se distribuye a lo largo del currículo (12).
Alemania, por ejemplo, aborda la orientación como materia independiente o como parte de otras materias en el nivel de la secundaria superior. Por otro lado, en Estonia, se incluye un tema transversal sobre planificación del aprendizaje en los currículos de educación primaria y secundaria que intenta garantizar que el alumnado llegue mejor preparado al mercado laboral, a través del conocimiento de las oportunidades laborales y la evaluación de sus conocimientos, destrezas e intereses. Y en Finlandia, por poner otro caso, la orientación implica actividades extraescolares como el conocimiento del trabajo del personal del centro educativo, el lugar de trabajo de alguno de los progenitores y empresas externas. La entrevistada de este número, la investigadora Marta Curran, recuerda también el caso de Finlandia, «uno de los referentes a nivel europeo en términos de políticas de orientación».
Los lectores y lectoras de nuestro monográfico conocerán experiencias más cercanas, como el programa de La Maleta de les Famílies de la Diputación de Barcelona que se desarrolla en 22 municipios. Inspirado en la iniciativa francesa del mismo nombre, reconocida por la Comisión Europea, la iniciativa pretende situar a la familia en el núcleo de las estrategias de prevención del abandono escolar prematuro. Por otro lado, el Ayuntamiento de Badia del Vallès explica la importancia de la implicación de las ciudades en el tratamiento del abandono escolar prematuro y menciona el proyecto @ppor (Erasmus + 2014), desarrollado junto con el Conseil Departamental de la Seine-Saint Dénis y el Landkreis d’Anhalt-Bitterfeld. La maestra del Centro Rural Agrupado Alhama en La Rioja también ofrece un listado de páginas web y blogs de centros educativos y profesorado que merece la pena consultar para contribuir a la erradicación del abandono escolar desde la escuela. Puede encontrarse más información en el monográfico sobre Orientación y abandono escolar y los proyectos premiados en la última edición de los Premios Educaweb de Orientación Académica y Profesional.
Fuente:http://www.educaweb.com/noticia/2017/02/01/orientacion-academica-profesional-pieza-clave-prevencion-abandono-escolar-11791/