Por: Miguel Andrés Brenner
Este texto pretende ser una explicación con rasgos generales, por lo que, ante una realidad tan compleja y con múltiples variantes, no todo lo empírico se subsume dentro de los significados aquí expuestos. Hecha la aclaración, valga un comentario a partir del actual “paro docente”.
Me resulta muy interesante el concepto “alienación” que Karl Marx detalla en su obra “Manuscritos económico-filosóficos de 1844”, en particular, para nuestro caso, el segundo tipo de determinación del trabajo enajenado, o sea, la alienación de la actividad productiva. Brevísimamente:
El obrero en su actividad se siente infeliz, desdichado, porque no se afirma, sino que se niega; por lo tanto su actividad laboral no es para satisfacer una necesidad realmente humana, mas bien es un “medio” para obtener un mísero salario y así poder satisfacer necesidades fuera del trabajo. La alienación señala “la pérdida de sí mismo”.
¿Cuáles criterios adopta el burgués a fin de pagar un salario al obrero? Lo que “él”, con sus mezquinos intereses, considera que éste necesita para “reproducirse como fuerza de trabajo”. O sea, no para vivir con un mínimo de dignidad, sino, y dicho de manera “bruta o cruda”, para que al día siguiente vaya nuevamente a trabajar.
Ciertamente, no podemos homologar, sin más, un brillante texto del siglo XIX, a la condición laboral de los docentes en épocas de capitalismo neoliberal, pero tiene ideas sugerentes.
En general, las luchas docentes tienen como núcleo “el dinero”, básicamente para un salario[1] que permita “no ser pobre”[2].
Veamos un ejemplo desde otro lugar, y como tal siempre tiene sus imperfecciones:
Dos familias tienen problemas salariales. En una de ellas predominan relaciones de
amor, en la otra predominan intereses monetarios. Ambas intentarán resolver las
carencias salariales, pero con estilos de vida discrepantes.
Desde aquí, vayamos a la cuestión docente y al siguiente interrogante:
¿Cuál es el núcleo o base del anhelo de ser maestro[3]?, ¿el salario o la praxis
pedagógica/áulica/escolar? En ambos casos entran en juego tanto la pedagogía
como el salario, sin embargo en el primero lo fundamental será el salario, mientras
que en el segundo será la pedagogía/áulica/escolar.
Cuando las luchas docentes tienden a centrarse en el salario, lo pedagógico-político pasa a un segundo lugar. Insisto en lo que quiero decir: nunca negaré la significación del salario, el problema es desde qué lugar. Más aún, cuando Marx caracteriza las luchas obreras, lo hace en relación a la burguesía, como señalando: “si me pagás poco, saldrás perjudicado, porque tu plusvalía será menor -tu ganancia será menor-”. O sea, “pegar a quien me maltrata”.
Y aquí presento otro problema: ¿debiera enfocarse de la misma manera la lucha salarial de los obreros y la lucha salarial de los docentes?, ¿a quién hay que pegar? Disculpen, nuevamente, la insistencia: nunca negaré la significación del salario, el problema es desde qué lugar. Ante esta consideración, no voy a ofrecer soluciones, tampoco voy a escapar por la tangente, según el dicho “lavándome las manos”. Tengo mis ideas al respecto, pueden ser cuestionables, y si las expongo, podríamos centrar la discusión en el árbol perdiendo de vista el bosque, lo global.
El interrogante es: ¿por qué como maestros no centramos las luchas en la praxis pedagógica política del aula escolar, y sí la centramos en el salario?
En este contexto veamos cómo juegan las instituciones que producen conocimiento pedagógico, de aquí en adelante la Academia, y las instituciones que defienden los derechos de los trabajadores docentes, de aquí en adelante los sindicatos.
En los últimos años la Academia[4] hizo una fuerte alianza con el Estado, recibiendo sus prebendas: publicaciones, ejercicio del poder en la institución de conocimientos, turismo-académico, etc. Y dentro de esa alianza, no se distanció del mismo con críticas constructivas, bajando lineamientos pedagógicos desde los que el maestro podía sentirse culpable si no los ponía en práctica. Aparecen aquí las figuras del “desamparo”, de la “orfandad”, de la “desprotección”.
También una importante camada del poder sindical centró las luchas en el salario y el presupuesto, no considerando que la base de las condiciones laborales del maestro es la práctica pedagógico-política en el aula escolar, y por ende la lucha debería centrarse ahí. Nuevamente aparecen las figuras del “desamparo”, de la “orfandad”, de la “desprotección”.
Tanto la Academia como el sindicalismo educa, o mal educa, con su accionar. De parte de ambos existe más una reacción ante lo dado por las políticas neoliberales, actitud relevantemente pasiva, y no un impulso activo-crítico-propositivo.
Veamos, en tal sentido, las políticas pedagógicas que acontecieron a partir de diciembre de 2015, en el marco de la asunción del nuevo gobierno del frente partidario Cambiemos y el posicionamiento de la Academia y de los sindicatos:
- No se intentó esclarecerlas, salvo como hecho puntual ante el inminente Operativo Aprender 2016 de evaluación “sobre” los alumnos, y únicamente como reacción ante el mismo.
- En muy pocos casos, en particular desde sectores de la llamada “izquierda”, se criticó el artículo 98, inciso e, de la Ley Nacional de Educación 26201/2006, que avala la posibilidad de los operativos internacionales de evaluación; el más difundido en nuestro país es el denominado PISA[5], con su fuerte tinte economicista.
- Nada se dice acerca de la evaluación a los docentes, que ya es normativa en nuestro país, y apunta ante todo a una reforma laboral. Así consta en el documento del Ministerio de Educación y Deportes de la Nación “Argentina enseña y aprende. Plan estratégico nacional 2016-2021”, anexo de la Resolución del Consejo Federal de Educación nº 285/2016[6], artículo 2.2.4., bajo el subtítulo “Fortalecer las prácticas de enseñanza de manera sistémica en todos los niveles y modalidades educativas”.[7] Acerca de la gravedad en materia de evaluación a los docentes invito a visitar las páginas web donde se transcriben algunos de mis trabajos:
- “La evaluación como práctica política opresora y colonizadora o De la evaluación del desempeño docente.”[8]
- “De la evaluación a los alumnos a la evaluación a los docentes o De la muerte de la pedagogía.”[9]
Concluyendo, como propuesta, bajo la consideración que la praxis pedagógico política en el aula de la escuela pública es la base de las condiciones laborales del docente, asumiendo desde ahí, por ende, todo otro tipo de reclamo:
- Importa que docentes, academia y sindicatos hagamos propuestas pedagógicas para mejorar nuestras prácticas áulico/escolares. A tal efecto debiéramos partir de la crítica como denuncia para luego hacer propuestas liberadoras.
- Importa una lucha por anticipación y no meramente una lucha por reacción. Hay que proponer pedagogía alternativa liberadora. Proponer, proponer, proponer.
[1] Y en términos más amplios: el presupuesto, desde una significación monetaria, como línea de acción para el Estado.
[2] Cuestiono este significado de “pobreza”, en virtud de que no debe reducirse, simplemente, a una medida monetaria. Por la índole del presente escrito, no lo explicito aquí.
[3] Prefiero el término “maestro” al de “docente”, por algo que tampoco aquí explicito, en virtud del presente escrito.
[4] Cuando aludo a la Academia, en particular la que en el ejercicio del poder establece los conocimientos válidos en materia educativa.
[5] Recomiendo mi texto “Lo que maestros y profesores ignoran acerca de PISA”. Entre otros links: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220722 y http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/193079; http://contrahegemoniaweb.com.ar/lo-maestros-profesores-ignoran-acerca-pisa-no-sean-ignorantes/ ; etc.
[6] Consejo Federal de Educación reunido en la provincia de San Luis, documento emitido el 23 de agosto de 2016.
[7]http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL005360.pdf
[8]http://www.rebelion.org/noticia.php?id=210356 ; http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/22832 ; http://contrahegemoniaweb.com.ar/la-evaluacion-como-practica-politica-opresora-y-colonizadora/ ; etc.
[9]http://www.rebelion.org/noticia.php?id=218730; http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/181882 ; http://contrahegemoniaweb.com.ar/la-evaluacion-los-alumnos-la-evaluacion-los-docentes-la-muerte-la-pedagogia/ ; etc.