Manuel Azuaga: “Si trasladamos a la vida la toma de decisiones del ajedrez, estamos formando personas más responsables”

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  • Un tablero de ajedrez como metáfora de la vida. Pausa y reflexión antes de tomar decisiones que condicionan el futuro: de la partida, de nuestra existencia. Y una capacidad creciente a la hora de asumir, sin excusas, responsabilidad sobre nuestros errores. De las muchas bondades pedagógicas del ajedrez (mejora del pensamiento estratégico, aumento de la concentración…), Manuel Azuaga se queda con aquella que más ayuda al alumno a ser dueño de su destino.

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Málaga, Manuel Azuaga no se cansa de difundir a los cuatro vientos las múltiples enseñanzas que condensa el milenario juego del ajedrez. También disfruta narrando las incontables anécdotas históricas y literarias que ha protagonizado el tablero y sus jugadores más insignes: una mina inagotable para la transversalidad. Colabora en periódicos, tiene un programa de radio y el pasado año publicó Cuentos, jaques y leyendas (Editorial Renacimiento). En su vertiente puramente educativa, Azuaga coordina el proyecto aulaDjaque (financiado por la Junta de Andalucía), con el que ha logrado colar, como nuevas compañeras, a las blancas y negras en pleno horario lectivo. También es fundador de la asociación Ajedrez Social de Andalucía, volcada en colectivos desfavorecidos.

Hay algo de revolucionario, contracorriente al menos, en promover el ajedrez entre las nuevas generaciones, tan acostumbradas al vértigo digital.

Sí, el famoso elogio de la lentitud en un mundo hiper-rápido, tan exigente con los tiempos. Nosotros llegamos con un jueguito que pide precisamente lo contrario: pausa, análisis sosegado. El mismo hecho de introducir un elemento lúdico en horario lectivo propicia una transformación disruptiva, vincula a los chicos y chicas de una manera distinta. Suele suceder que, con el ajedrez, esos alumnos etiquetados como inquietos o hiperactivos cambian de etiqueta. Se genera un espacio de calma en el que ese alumno mira a los ojos a su compañero —algo que ocurre muy rara vez en clase— y puede poner en práctica sus habilidades ocultas.

En el TDAH, quizá sobrediagnosticado, la A corresponde a atención. Con su demanda de alta concentración, el ajedrez obliga a una atención plena que, supongo, permite canalizar energías dispersas.

El psiquiatra infantil Hilario Blasco Fontecilla lo utiliza específicamente con chavales diagnosticados con TDAH leve o moderado. Tiene un tablero en su consulta y lo prueba antes de pasar a otras opciones terapeúticas, incluidas las farmacológicas. Hay veces en que lo único que necesita el alumno es un entorno agradable y un elemento para fluir.

Para el grueso de los alumnos no debe de ser fácil engancharse al tablero, con su sencillez, ante esa maraña de estímulos de recompensa inmediata en la que están inmersos. ¿Notas que cada vez resulta más difícil?

Al contrario. Llevo unos 12 años dedicándome al ajedrez educativo y mi impresión es que cada vez es más fácil. El fenómeno ajedrecístico va a más entre los chavales, favorecido por series como Gambito de Dama y por las facilidades para seguir desde casa un campeonato del mundo, con comentarios en directo de influencers como Rey Enigma [quien oculta su identidad apareciendo siempre con un traje elástico, estampado con cuadrados blancos y negros, que le cubre todo el cuerpo]. Hace una década, era un poco peregrinar en el desierto de las bondades educativas. Ahora, muchas veces no hay ni que convencer con este tipo de argumentos: los chavales quieren ser Beth Harmon [protagonista de Gambito de Gama] o Rey Enigma.

¿Hay mucha diferencia entre el ajedrez analógico y online? Por aquello de la mal llamada multitarea y las mil tentaciones para desconcentrarse, sobre todo cuando el turno es del otro…

Lo importante es que, si quiere, el chaval ahora puede jugar desde cualquier plataforma (hay muchas y muy buenas) una vez que hemos logrado motivarle con una o dos horas semanales en clase. En mi época, tenías que buscarte el club del barrio o la delegación local. La capacidad de anticiparse al otro, el pensamiento estratégico… Todo es igual en el ajedrez presencial y online. ¿Qué cambia? La tensión, esa energía física insustituible. A veces, nos intimida la sola presencia del otro, en especial si está por encima de nosotros en el ranking. Hay grandes maestros que no saben gestionar esas emociones.

Dices con frecuencia que el ajedrez nos enseña a lidiar con nuestras emociones ante la presión del tiempo. Ese reloj al lado del tablero que, ante la infinidad de jugadas, nos recuerda que, en algún momento, tendremos que mover pieza.

Poco a poco voy afinando mi respuesta a la pregunta sobre las bondades educativas de la práctica frecuente. En los últimos tiempos, destaco por encima de todas la toma de decisiones. En la vida, tomamos decisiones con la presión de una fecha límite o de un reloj biológico (que a veces es simplemente mental y excesivamente estresante). En un tablero, la toma de decisiones es muy similar.

En esa metáfora del tablero como la vida, ¿la enseñanza de la toma de decisiones tiene más impacto entre adolescentes de entornos desfavorecidos? A veces, su contexto les empuja a tomar decisiones equivocadas: dejar los estudios, empezar a trapichear… Además, ante una mala decisión, la repercusión para su vida puede ser mayor, ya que quizá no cuentan con esa red de protección que sí tienen jóvenes más afortunados.

Solemos analizar modelos o partidas históricas en las que una mala decisión desbarató toda la partida. En esos entornos que comentas, se trata de un mensaje muy potente. A veces, con una sola vez que te equivoques, la vida nos viene de vuelta con un castigo quizá desproporcionado. Y esto conecta con la asunción de responsabilidades, el que no valen las excusas porque, una sola vez, una sola mala decisión puede ser suficiente, por mucho que consideremos que el castigo es excesivo o injusto. Hay alumnos a los que les cuesta más gestionar esto. Se quedan enroscados: “Si yo hubiera, si, si…”. Es un condicional que no ha sucedido, así que les decimos que se limiten a lo que pasó en el tablero para analizar cuál fue su error. Les animamos a que no construyan otra realidad. Si consiguen trasladar esto a sus vidas, estamos formando personas más responsables.

Insistes en que la sencillez y frialdad del ajedrez impiden agarrarse a excusas típicas en otros juegos y deportes: el estado del campo, las condiciones climatológicas, el árbitro…

Aun así, los chicos encuentran excusas, lo que es muy natural. “Es que el otro lleva jugando cinco años y yo solo cuatro”. ¡Una lógica aplastante! [sonríe] Lo que sucede en el tablero es tan objetivo que el factor buena o mala suerte es mínimo. Puede ser que te levantes con dolor de cabeza, cierto, pero el ajedrez admite pocos elementos azarosos.

Supongo que, cuando uno empieza a jugar, suele ser más impulsivo. Y con el tiempo aprende a pensárselo dos veces, a ser más reflexivo y tener una visión más estratégica.

Uno de los anclajes pedagógicos de aulaDjaque es la teoría de Daniel Kahneman, que fue premio Nobel, sobre los sistemas de pensamiento. El sistema uno es el rápido, intuitivo. El dos permite procesar información y poner en juego habilidades como la concentración y la anticipación. Resulta fundamental que los alumnos sepan que utilizamos uno de los dos sistemas en todas las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida. El ajedrez ayuda enormemente a entender la diferencia, a ver, por ejemplo, que el 97% de las decisiones de un día normal se toman con el sistema uno. Y que, ante un tablero, los porcentajes deben invertirse.

Una cuestión polémica: algunos expertos explican la práctica ausencia de mujeres en el top mundial del ajedrez por una supuesta predisposición genética. Los hombres estarían, según estas opiniones, mejor dotados para jugar. Se suele insistir en el argumento evolutivo de nuestros ancestros cazadores y el mayor desarrollo de su inteligencia espacial etc. ¿Tú qué opinas?

Que esta realidad claramente engarza con factores socioculturales. Y que es un argumento que se retroalimenta: como no hay ninguna mujer entre los 100 mejores del mundo, los hombres juegan mejor por razones biológicas, lo cual disuade y condiciona a las chicas. Esto se desmonta fácilmente haciendo retrospectiva y mirando de dónde venimos. En los siglos XVIII y XIX, surgen en Europa los cafés donde se reunen literatos, filósofo, intelectuales… y también ajedrecistas que van allí a jugar. Las mujeres no podían entrar salvo que fuesen acompañadas por sus maridos. No es hasta el siglo XX, con figuras como Vera Menchik o Sonja Graf —que quieren jugar también con hombres— cuando se empieza a plantear la igualdad de género en el tablero. Hoy en día, de cada 100 jugadores federados en el mundo, solo ocho son mujeres. Hasta que no se equilibren los porcentajes, no tiene mucho sentido rebatir ese supuesto determinismo biológico. Por cierto, cuando Judit Polgár, la mejor ajedrecista de la historia, se metió en el top 10 mundial, los comentarios fueron profundamente machistas: juega como un hombre, se decía.

El tema del género es solo un ejemplo de la enorme transversalidad del ajedrez. Se puede utilizar como hilo para enseñar matemáticas, historia, literatura…

La Revolución Francesa a partir de [François-André Danican] Philidor, que fue un gran maestro. La Guerra Fría simbolizada por el duelo entre Bobby Fischer y Boris Spasski en Islandia. Y tantos otros ejemplos en sus 1.500 años de historia que se pueden utilizar para conectar con el alumno. En matemáticas, no es que esté relacionado, es que el ajedrez, por sus características cartesianas, es matemáticas. Tirando de la cuerda, uno llega a disciplinas que ni siquiera imaginaba. La música y su fuerte vínculo con el ajedrez. La lengua y cómo la práctica frecuente mejora la comprensión lectora, ya que analizar una posición y leer son, al parecer, ejercicios cognitivos muy parecidos, con sus significantes y sus significados. Y así podría seguir durante horas…

Más información: aulaDjaque

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/02/07/manuel-azuaga-si-trasladamos-a-la-vida-la-toma-de-decisiones-del-ajedrez-estamos-formando-personas-mas-responsables/

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Un instrumento político de acuerdo con cada realidad

Por: Marta Harnecker.

1. Por qué es necesaria una organización política

  1. Las recientes movilizaciones ocurridas en América Latina y en el mundo confirman lo que Lenin escribía en 1914: “cuando las masas carecen de organización, están privadas de una voluntad única”, y sin ella no pueden luchar contra la potente “organización terrorista” de los estados capitalistas.

1) Una instancia que ayude a superar la dispersión

  1. Para que la acción política sea eficaz, para que las actividades de protesta, de resistencia y de lucha logren cambiar realmente las cosas, para que los estallidos sociales desemboquen en revoluciones, para que las revoluciones se consoliden, se requiere una instancia política que ayude a superar la dispersión y atomización del pueblo explotado y oprimido creando espacios de encuentro para aquellos que tienen diferencias pero luchan contra un enemigo común; que sea capaz de potenciar las luchas existentes y promover otras orientando las acciones en base a un análisis de la totalidad de la dinámica política; que sirva de instrumento articulador de las múltiples expresiones de resistencia y de lucha.
  2. La historia de las revoluciones triunfantes ratifican en forma porfiada lo que se puede lograr cuando existe una organización política capaz, en primer lugar, de levantar un programa alternativo de carácter nacional y plataformas de lucha que permita canalizar las acciones de los diversos actores sociales hacia un objetivo común,dotando a millones de hombres de una voluntad única.
  3. Esta instancia política es comoel pistón en una locomotora,que transforma la fuerza del vapor en el movimiento que, transmitido a las ruedas, hace desplazarse a la locomotora y con ella a todo el tren. La sólida cohesión organizativa no sólo otorga mayor capacidad objetiva para actuar, a la vez crea un clima interno que hace posible una intervención enérgica en los acontecimientos y un aprovechamiento de las oportunidades que éstos ofrecen. Hay que recordar que en política no sólo hay que tener la razón, sino que hay que tenerla a tiempo y contar con la fuerza para materializarla.
  4. Por el contrario, el no tener ideas claras por qué luchar y la sensación de no contar con instrumentos sólidos que permitan llevar a la práctica las decisiones adoptadas, influye negativamente ejerciendo una acción paralizadora.

2) Un taller de pensamiento estratégico

  1. Se requiere una entidad que cree las condiciones para elaborar una propuesta, programa o proyecto nacional alternativo al capitalismo, que sirva de carta de navegación para orientarse, para no perder el rumbo, para encaminarse certeramente hacia el objetivo perseguido, para no confundir lo que hay que hacer ahora con lo que hay que hacer luego, para saber qué pasos dar y cómo darlos, es decir, necesitamos una brújula que permita que el barco no se extravíe y llegue seguro a su destino.
  2. Es una tarea que requiere de tiempo, de investigación, de conocimiento de la realidad nacional e internacional.No es algo que se pueda improvisar de un día para otro  y, menos, en el complejo mundo en que vivimos. Este proyecto debe plasmarse en un programa que cumpla el papel de esa carta de navegación de la que hablábamos y se concrete en un plan de desarrollo nacional.
  3. Siempre tendrá que haber una elaboración inicial por parte de la organización, pero debemos tener muy presente que ese programa deberá ir siendo enriquecido y modificado a partir de la práctica social,de la opiniones y sugerencias de los actores sociales, porque, como hemos dicho anteriormente, el socialismo no se puede decretar desde arriba, hay que irlo construyendo con la gente.
  4. Rosa Luxemburgo no se cansa de repetir que la senda hacia el socialismo no está trazada de antemano, que tampoco hay fórmulas ni esquemas predeterminados, ya que “la clase proletaria moderna no conduce su lucha según esquema alguno reproducido en un libro o en una teoría, sino que la lucha moderna de los trabajadores es un trozo de historia, un trozo de evolución social y, en medio de la historia, en medio de la evolución,en medio de la lucha, aprendemos cómo debemos luchar”.
  5. El instrumento político debe propiciar un constante debate sobre los grandes temas nacionales para ir enriqueciendo ese plan y los programas concretos que de él puedan derivar. Coincido con Farruco Sesto en que este debate no puede limitarse a una simple confrontación de ideas, sino que debe “conducir a la construcción colectiva de ideas y de respuestas a los problemas”“[…] Unos argumentos sumados o contra puestos a los otros, irán permitiendo la elaboración de una verdad compartida.”
  6. La organización política debería ser —según él— “un gran taller de pensamiento estratégico desplegado por todo el territorio […]”. Yo particularmente pienso que el instrumento político no sólo debe estimular un debate interno, sino que también debe impulsar la creación y participar activamente en espacios de debate público —como los que ya mencionamos anteriormente— sobre los temas de interés más general, convocando a participar a todas las ciudadanas y ciudadanos interesados.
  7. Por eso coincido nuevamente con Farruco en que comoel partido no es algo aislado del pueblo,sino que tiene que hacer “su vida en el pueblo”, el lugar ideal para el debate es el “seno del movimiento popular”. Y que “si una de las líneas estratégicas de la revolución es transferir el poder al pueblo, ello implica la transferencia de la capacidad, no sólo de decisión, sino de la elaboración de los fundamentos de la decisión. “[Porque] producir las ideas y clarificar los caminos es la más importante de las actividades en el ejercicio del poder.”

3) Una conducción que elabore los pasos a seguir

  1. Pero el instrumento político no solo es necesario para coordinar el movimiento popular y promover la elaboración teórica, también es necesario para definir la estrategia. Se requiere una conducción política que elabore los pasos a seguir para implementar las propuestas teóricas, de acuerdo con el análisis de la correlación de fuerzas existente. Solo así se podrán lanzar las acciones en el momento y el lugar más oportuno, buscando siempre el eslabón más débil de la cadena enemiga, aprovechando el vapor contenido en la caldera en el momento decisivo, haciendo que se convierta en fuerza impulsora, evitando así que se desperdicie. Por supuesto que, como dice Trotsky, lo que mueve las cosas no es el pistón, sino el vapor, es decir la energía que surge de las masas movilizadas.
  2. Y si es necesario un instrumento político para lograr la toma del poder, es también fundamental para construir la nueva sociedad alternativa al capitalismo, como expondremos más adelante.

2. Vencer el bloqueo subjetivo

  1. Reconocemos que el terreno no es fértil para escuchar estas ideas. Hay muchos que no aceptan siquiera discutirlas. Y adoptan esta actitud porque las asocian a las prácticas políticas antidemocráticas, autoritarias, burocráticas, manipuladoras que hemos descrito en otros textos y que desgraciadamente han caracterizado a muchos partidos de izquierda.
  2. Yo creo quees fundamental superar este bloqueo subjetivoporque estoy convencida, como ya he dicho más arriba, no habrá lucha eficaz contra el actual sistema de dominación, ni construcción de una sociedad alternativa, socialista, sin una instancia capaz de articular a todos los actores y que unifique su voluntad de acción en torno a las metas propuestas.
  3. Estoy de acuerdo con Hardt y Negrien que la resurrección y refundación de la izquierdasólo serán posibles sobre la base de nuevas prácticas, nuevas formas de organización y nuevos conceptos, pero me parece paradójico que ellos reconozcan que vivimos en un estado de guerra global, que la democracia plena que buscamos está por construirse, que justifiquen el uso de la violencia para defenderse del poder imperial, que afirmen que la multitud va necesitar de un proyecto político para dotarla de existencia y que debe ser capaz de tomar decisiones y de actuar en común y que, al mismo tiempo, rechacen, sin embargo, la idea de que exista un puesto central de mando y no propongan absolutamente nada que permita llevar a la práctica ese proceso de toma de decisiones para la acción común.

3 Por qué instrumento político y no partido político

1) Lenin contra una visión universal

  1. Debido al creciente desprestigio de la política y los políticos, mucha gente tiende a rechazar el término partido. Por eso yo prefiero hablar de instrumento político.
  2. Pero esa no es la única razón, hay una razón más de fondo que busca subrayar elcarácter instrumentalque debe tener toda organización política revolucionaria.
  3. Si de lo que se trata es de conducir la lucha de los sectores populares las cuestiones organizativas no pueden transformarse en un objetivo en sí mismo, sino en una herramienta que permita conseguir este objetivo.
  4. Y como la forma en que se de esta lucha depende de la realidad de cada país, no puede haber una fórmula única de organización, esta debe adecuarse a las características de cada realidad social.
  5. Contrariamente a muchos de sus seguidores, desde sus primeros intentos por crear un partido revolucionario en Rusia,Lenin tenía absolutamente claro que no se trataba de fabricar una fórmula universal.Conocía muy de cerca como estaba organizada la socialdemocracia europea que funcionaba bajo regímenes democrático‑burgueses: para dar la batalla electoral se había organizado en fuertes partidos legales, por lo que sus características no podían ser trasladadas mecánicamente a la Rusia zarista, cuyo régimen autocrático impedía toda organización política revolucionaria abierta. Y tampoco se podía emplear el modelo de las viejas organizaciones clandestinas revolucionarias rusas, aunque era necesario aprender de ellas determinadas técnicas conspirativas
  6. ¿Qué hacer entonces para crear un partido revolucionario en Rusia —un país en el que existía un estado terrorista y que contaba con una clase obrera muy minoritaria, pero altamente concentrada y muy combativa? Según el dirigente bolchevique, lo que se debía hacer era crear un partido cerrado de militantes disciplinados, verdaderos cuadros revolucionarios, y con ellos ir “al encuentro del movimiento espontáneo de los sectores populares o, más exactamente, del proletariado de las fábricas [creando] la organización de este movimiento adecuada a [las] condiciones” del país.
  7. Lenin tenía absolutamente claro que no se trataba de fabricar una fórmula universal. Concibió siempre el partido como elsujeto políticopor excelencia de la transformación social, como el instrumento para ejercer la conducción política de la lucha de clases ¾lucha que siempre se da en condiciones históricas, políticas y sociales específicas¾ y, por lo mismo, estimaba que su estructura orgánica debía adecuarse a la realidad de cada país y modificarse de acuerdo a las exigencias concretas de la lucha.

2) La Tercera Internacional y los partidos comunistas

  1. Estas ideas tempranas de Lenin fueron ratificadas en el III Congreso de la Internacional Comunista en 1921. En uno de sus documentos se sostiene quenopuede haber una forma de organización inmutable y absolutamente conveniente para todos los partidos comunistas. Las condiciones de la lucha proletaria se transforman incesantemente y, conforme a esas transformaciones, las organizaciones de vanguardia del proletariado deben buscar también constantemente nuevas formas […]Las particularidades históricas de cada país determinan, a su vez, formas especiales de organización para los diferentes partidos.
  2. Sin embargo, a pesar de estas orientaciones de la Internacional, en la práctica los partidos comunistas siguieron un mismo modelo a pesar de las diferencias existentes entre los distintos países donde fueron creados.
  3. Esto podría explicarse de alguna manera si se considera dos criterios que Lenin consideraba de aplicación universal. El primero se refería a la concepción del partido revolucionario como partido de laclase obreray el segundo, la exigencia de que para pertenecer a la Internacional Comunista cada uno de estos partidos debía necesariamente adoptar el nombre de Partido Comunista.
  4. Dichos criterios fueron aplicados muy dogmáticamente por la sección de la Internacional encargada de América Latina. Su influencia fue muy perniciosa¾. Sus dirigentes se dedicaron atrasladar fórmulas ya elaboradaspara un Tercer Mundo no diferenciado, desconociendo la especificidad de nuestro continente y de los distintos países que forman parte de él. Sin ir muy lejos, recordemos los problemas que enfrentó Mariátegui por no acatar la decisión de la Internacional respecto al nombre del partido obrero que él fundó y al que denominó Partido Socialista y no Comunista, como se exigía para integrar la organización internacional.

3) Se ignora a importantes sectores populares

  1. El acento puesto en forma acrítica en la clase obrera condujo, en nuestros países latinoamericanos¾en los que el cristianismo y especialmente la religión católica, y los factores étnico-culturales, tienen un peso mucho mayor que en los países avanzados¾a ignorar las especificidades de nuestro sujeto social revolucionario; a no entender el papel que podían jugar los cristianos y los indígenas en nuestras revoluciones.
  2. Es obvio que, en estos momentos, en nuestros países la lucha popular se está desarrollando en circunstancias muy distintas de las que se dieron en la Rusia zarista. Pero también es obvio que Venezuela no es Cuba ni Nicaragua, como tampoco Bolivia es lo mismo que Ecuador. En cada país hay circunstancias distintas que mediatizan la estrategia y modifican las formas de lucha popular. Por eso no creo que sea útil proponer una plantilla única con la estructura formal que debería tener el instrumento revolucionario.
  3. El error de muchos partidos y movimientos en Latinoamérica es que hanpriorizado el problema de la estructura organizativa por sobre las necesidades de la lucha, cuando debe ser a la inversa.
  4. Un modo en que esto se expresa ha sido la tendencia a aplicar formas muy sofisticadas de organización que no corresponden al propio desarrollo del movimiento revolucionario, copiándolas de otras experiencias que muy poco tienen que ver con la propia. Una desviación extrema de algunos grupos de izquierda en América Latina que se definieron favor de la lucha armada fue la de crear estructuras y mandos militares sin poseer fuerza militar alguna.

Fuente del artículo: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=247910

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