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El bárbaro modelo educativo neoliberal

España / 20 de enero de 2019 / Autor: Rafael Silva / Fuente: Contrainformación

Hemos de fomentar una educación que promocione valores alternativos al ideario neoliberal

Antes que ver la enseñanza como una práctica técnica, la educación debe ser considerada una práctica moral y política bajo la premisa de que el aprendizaje no se centra únicamente en el procesamiento del conocimiento recibido, sino en la transformación de este como parte de una lucha más amplia por los derechos sociales, la solidaridad y la construcción de un mundo más justo y mejor

Enrique Díez Gutiérrez, Profesor de la Universidad de León y responsable del Área Federal de Educación de IU

Asistimos, sobre todo desde el enfoque que puso en marcha la LOMCE del ex Ministro José Ignacio Wert (hoy día este personaje es nuestro representante educativo en la UNESCO, disfrutando de un dorado retiro en París), a una progresiva implantación del modelo neoliberal también en el ámbito educativo. No sería tan preocupante si no fuera porque precisamente el ámbito educativo es el pilar fundamental para proyectar a los ciudadanos y ciudadanas del mañana, residiendo ahí la diferencia entre que tengamos o no generaciones responsables, cívicas, cultas, críticas y sensibles. La base de la pirámide para conseguir esto es el sistema educativo, y el neoliberalismo, como no podía ser de otra forma, arrima el ascua a su sardina, y va preparando a los estudiantes de hoy para su gente del mañana, gente a la que prefiere mal formada, acrítica, moldeable y obediente al sistema. De ahí la importancia que tiene diseñar un buen modelo educativo.

En nuestro Blog ya desarrollamos en su día una serie de 13 artículos detallando las perversiones de la LOMCE, y allí remito a los lectores/as que deseen más amplia información sobre el sistema educativo vigente actualmente, aunque no en su totalidad, y en muchas Comunidades Autónomas en pleno desmantelamiento. Como alternativa, también publicamos la serie “Por una Educación Pública a todos los niveles”, donde también remito a los lectores/as interesados/as en ampliar la visión y las posibilidades sobre lo que se puede/debe plantear. Bien,  la idea principal de este bárbaro modelo es la siguiente: el sistema educativo tiene que estar al servicio del capitalismo. Es decir, se trata de transformar todas las estructuras y modos de impartición y gestión de la enseñanza a todos los niveles (desde el infantil hasta el universitario), para que sirvan a los objetivos finales del capitalismo. La siguiente pregunta podría ser por tanto: ¿Y qué tipo de sistema educativo necesita el capitalismo? Pues básicamente, un sistema educativo que forme personas dóciles y poco críticas con el propio sistema capitalista. Esto será mucho más difícil de conseguir mediante un sistema educativo público, gratuito y de calidad, y por tanto, el primer objetivo es dar peso a los centros privados y concertados, y recortar en todos los frentes (profesores, dependencias, retribuciones, medios, ratios, etc.) en el sistema público, hasta que éste se convierta en un sistema educativo residual.

A la vez, el sistema educativo público, además de recortado, ha de formar a las personas con menos recursos, a las que se les brindarán menores posibilidades, mientras que las personas con mayores recursos serán desviadas a los centros privados y/o concertados, dotados de más medios y posibilidades, con lo cual estamos construyendo un sistema elitista. De hecho, son las intenciones del “trifachito” (en expresión de Gerardo Tecé) que va a gobernar la Junta de Andalucía. El segundo gran parámetro a considerar es que el sistema educativo, para servir bien al capitalismo, ha de estar imbuido de su propia filosofía, y a su vez esto se manifiesta en varios frentes: no sólo no ha de cuestionar el propio sistema capitalista, sino que además ha de difundir sus ideales, sus bases y sus valores, por ello el propio sistema educativo ha de funcionar como un negocio, es decir, sujeto a parámetros mercantilistas, tales como la selección del alumnado, la publicación de ránkings, o la eliminación de la democracia en el funcionamiento de los propios centros. Para ello, se elimina la capacidad de decisión de los órganos colegiados, se le concede máximo poder al Director/a del centro, y a su vez éste se nombra desde la propia Administración.

Por último, se van perfilando unos contenidos educativos claramente ideologizantes, que vayan formando al alumnado en los valores capitalistas: la colonización del “sentido común”, la ética del “emprendedor”, la explotación, la competitividad, el valor de lo privado frente a lo público, de lo individual frente a lo colectivo, etc. Para ello, se eliminan una serie de asignaturas que puedan educar en otros valores (Educación para la Ciudadanía es el mejor ejemplo de ello), se establecen una serie de asignaturas troncales con mayor peso (para restar peso a otras), y se establecen (para centralizar la evaluación de resultados) una serie de pruebas de evaluación externas, controladas por comités estatales. La guinda del pastel la pone la relevancia recuperada de la asignatura de religión, para que por supuesto, los alumnos sigan formándose en los valores de la Religión Católica, con lo cual se ayuda también a difundir los valores de la misma, tales como la oposición al aborto, la primacía del patriarcado, el relevo de la mujer a sus tareas domésticas, y el cuestionamiento de las opciones sexuales y de los modelos de familia.

Todo ello nos dibuja el panorama donde este bárbaro modelo nos conduce: un sistema educativo sexista, discriminatorio, desigual, que dé apoyo a los centros privados, que elimina la democracia decisoria en los centros, que fomenta el elitismo, la excelencia para los centros privados, la eliminación de fondos para los centros públicos, los recortes en profesorado, la elevación de ratios, el endurecimiento del sistema de becas y ayudas al estudio, la legitimación de las desigualdades, la instauración de valores del capitalismo, la dictadura de los valores religiosos, la instauración de evaluaciones externas, el desprestigio de la actividad docente, la elección de itinerarios tempranos, el cambio de funcionamiento de los centros bajo criterios mercantilistas, el fomento de la competitividad entre los propios centros, la publicación de ránkings, la capacidad de selección del alumnado, el apoyo de patrocinadores privados, o el mayor peso de la propia Administración para controlar que todo este edificio, toda esta arquitectura del sistema educativo sirva perfectamente al capitalismo.

La idea básica que subyace es la transformación completa del derecho humano a la educación en un negocio, proceso que se suele acompañar de múltiples mantras y falacias, tales como el derecho de los padres a “la libertad de elección”. Todo ello va parejo también a la apropiación privada del conocimiento público y la desvirtuación de la investigación, procesos que afectan sobre todo al nivel universitario, y que ya quedaran planteados desde el famoso “Plan Bolonia”. Precisamente el nivel universitario es el que más hostilidad y competencia está presentando frente al modelo público, pues la lista de Universidades privadas aumenta paulatinamente, mientras que las Universidades públicas se estancan. Y es también este nivel el que mayores cotas presenta de lo que se ha dado en llamar el filantrocapitalismo, o el mecenazgo privado para diversos contenidos, proyectos y programas educativos (y así, podemos contemplar Másteres universitarios patrocinados por bancos, empresas de telecomunicaciones, empresas de servicios, y un largo etcétera). Aquí por tanto es donde más se potencia la “oferta” privada, los valores y la ideología de la pedagogía neoliberal, la participación del mercado incluso en los trabajos finales de los estudiantes, etc. Hemos de revertir este modelo de “Capitalismo Académico”, que se centra en que los centros educativos miren cada vez más al mercado y a las empresas que a una buena y completa formación de sus estudiantes. Hemos de fomentar una educación que promocione valores alternativos al peligroso ideario neoliberal. Las nuevas generaciones nos lo demandan. Hemos de recuperar un modelo educativo enfocado a las personas, que incluya la planificación democrática de la educación, la inclusión que promueva la igualdad y la diversidad, la educación laica que respete la libertad de conciencia, etc. Si permitimos que nuestros jóvenes se formen bajo este bárbaro modelo, tendremos otra generación perdida.

Fuente del Artículo:

El bárbaro modelo educativo neoliberal

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 20 de enero de 2019: hora tras hora (24×24)

20 de enero de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 20 de enero de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – Cuatro Premios Nobel discuten el futuro de la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298624

01:00:00 – Programa Pedagogía al Día: Tendencias contemporáneas de la educación, nuevos enfoques y metodologías para el aprendizaje (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285273

02:00:00 – Estados Unidos: Una huelga indefinida de maestros en Los Ángeles deja sin clase a más de medio millón de alumnos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298642

03:00:00 – 50 citas de Paulo Freire imprescindibles en el mundo educativo (Artículo de Miguel Ángel Ruíz Domínguez)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/281587

04:00:00 – 1184 herramientas web para docentes sin necesidad de registrarnos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298659

05:00:00 – Entrevista a Ignacio Calderón. Profesor titular de la Universidad de Málaga.: “Pensar que la mera presencia de todo el alumnado convierte a la escuela en inclusiva es una falacia»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298646

06:00:00 – Libro: Didáctica de la Historia en el Siglo XXI (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298669

07:00:00 – Fracaso escolar, una deuda que se acumula (Artículo de Daniela Leiva Seisdedos)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298654

08:00:00 – Libro: El planteo socialista en educación: contra las reformas educativas capitalistas (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298673

09:00:00 – Xavier Aragay: “Uruguay empieza a tener las condiciones para cambiar el ADN de su educación”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/287838

10:00:00 – Libro: El planteo socialista en educación. Segunda Parte (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298676

11:00:00 – La Educación, la Evaluación y las inconsistencias de Backhoff (Artículo de Juan Carlos Miranda Arroyo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298679

12:00:00 – Chile: Piñera y la educación con signo peso

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298628

13:00:00 – José Carlos Mariátegui- Serie Maestros de América Latina (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/289562

14:00:00 – México: OCDE creará con el gobierno de AMLO nuevo proyecto educativo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298663

15:00:00 – El bárbaro modelo educativo neoliberal (Artículo de Rafael Silva)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298500

16:00:00 – Cómo puedes saber si tu hijo sufre ‘bullying’ (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/288808

17:00:00 – Reflexiones sobre pedagogía crítica: contexto teórico de la transversalidad (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285245

18:00:00 – Inger Enkvist: Un profesor que no se preocupa de su bienestar tiende a descuidar el de sus alumnos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/288280

19:00:00 – La OCDE y la educación (Artículo de Enrique del Val Blanco)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285245

20:00:00 – Educación Inclusiva Latinoamericana (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285885

21:00:00 – ¿Cómo será la universidad del futuro? Estas son las iniciativas más innovadoras

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285281

22:00:00 – “Los artesanos de la enseñanza”. Reseña bibliográfica

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/286653

23:00:00 – Radio Asamblea Nacional de Ecuador: Embarazo adolescente…hablemos de educación sexual (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/284684

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Economía en la universidad, una pieza más de la superestructura hegemónica

Ecuador – España / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Christian Orozco / Fuente: Nueva Revolución

Una sociedad que sustituye bienestar por beneficio es el exponente de una sociedad en grave decadencia.

José Luis Sampedro

¿Alguien está a favor de dejar de enseñar a Copérnico o Newton en las facultades de física? ¿Alguien pensaría que es lógico dejar de explicar la Teoría de la Evolución de Darwin en una carrera de biología? ¿Alguna persona osada creería que en las aulas de las facultades de filosofía no se debería transmitir a los estudiantes los planteamientos de Platón o Aristóteles con el argumento de que éstos son anticuados?

Pues muy bien, como cabría esperar, cualquier persona con un mínimo de sentido común respondería que no, respondería que es un disparate descomunal descartar de los programas académicos a verdaderas eminencias en sus respectivos campos. Lo que a todas luces es un despropósito en ámbitos como la física, la química, la biología o la filosofía; no ocurre lo mismo con la carrera de economía. A todos aquellos que la hemos cursado (y padecido) bien sabemos que hay autores, corrientes, doctrinas económicas que en el mejor de los casos se ocultan, y en el peor se vierten anatemas contra ellos desde el desconocimiento absoluto de los mismos. Casualmente, dichos autores, corrientes y doctrinas generalmente plantean formulaciones alejadas del dogma neoliberal y keynesiano. La Universidad, y especialmente las facultades de economía se han ido convirtiendo con el paso de los años en importantes centros de adoctrinamiento ideológico capitalista, incluso las instituciones públicas no se han escapado de este proceso. Nada nuevo bajo el sol, parafraseando a Marx, las teorías económicas dominantes no son más que las teorías económicas de una clase dominante.

¿Y qué decir de los exámenes y trabajos académicos? Para poder aprobar hay que mentir, y para mentir hay aprenderse muy bien los argumentarios económicos de la derecha reaccionaria o de la izquierda descafeinada

Tener un pensamiento crítico con el sistema económico vigente es “peligroso” en estos lugares. Plantear que la economía es una ciencia que debe buscar el máximo bienestar de las personas, especialmente de las más empobrecidas no está bien visto. Palabras como marxismo, feminismo o ecologismo son ajenas, salvo contadas ocasiones, entre las paredes de estas facultades. ¿Quién se va a estar fijando en el deterioro de las condiciones de vida de las clases populares cuando con unas sencillas formulas podemos maximizar los beneficios y minimizar los costes de una empresa? ¿Para qué?

¿Y qué decir de los exámenes y trabajos académicos? Para poder aprobar hay que mentir, y para mentir hay aprenderse muy bien los argumentarios económicos de la derecha reaccionaria o de la izquierda descafeinada. Así pues, unas inteligibles fórmulas a los ojos de un lego en la materia, nos dicen, dan como resultado las siguientes conclusiones, todas ellas científicas, sin mácula de contaminación ideológica alguna: tanto el salario mínimo como los sindicatos destruyen empleo puesto que crean rigideces al mercado de trabajo. Hay que privatizar la sanidad porque todos los centros públicos son ineficientes. Hay que avanzar hacia un sistema privado de pensiones porque el sistema público es insostenible. Los mercados de competencia perfecta existen, y en ellos todos los empresarios son precio-aceptantes… Suma y sigue.

Estructuralmente el cambio ha sido paulatino, pero no se ha detenido, siendo el Plan Bolonia una de los hitos más destacables de este deterioro, los programas académicos cada vez pretenden tener una imagen más científica y apolítica, sin embargo, lo son a un más, pero siempre en defensa de los intereses de las oligarquías. Así, donde antes se hablaba de clases sociales ahora hay robinsoncrusoes autónomos e independientes, donde antes había asignaturas de Economía Planificada ahora hay tres asignaturas de finanzas, donde antes se estudiaba El Capital de Karl Marx ahora se ha sustituido –en el mejor de los casos– por El Capital de Thomas Piketty, donde antes había Sociología e Historia del Pensamiento Económico ahora hay asignaturas de Emprendimiento y Marketing. El utilitarismo y el individualismo metodológico recorren las facultades de economía, y las perspectivas no son halagüeñas. Ni siquiera la terrible crisis que ha experimentado el mundo desde 2008 ha hecho que los programas académicos se modifiquen ni en una sola coma. La Universidad presenta una ceguera avanzada y parece que se agrava.

Afortunadamente, no solo en España sino también a nivel mundial se han conformado distintos proyectos, asociaciones y agrupaciones[1] de estudiantes (principalmente), profesores, investigadores críticos con este modelo de pensamiento único. Un movimiento imparable que solo busca una cosa: máxima pluralidad en la enseñanza de la economía. Simplemente afirma que de la misma forma que un científico que se precie debe conocer la Teoría de la Relatividad de Einstein o el Principio de Incertidumbre de Heisenberg; un científico social, un economista completo en este caso, debe saber que es la tasa de plusvalía, como se han conformado las cadenas globales de cuidados, o que es la huella ecológica.


[1] Uno de los principales colectivos internacionales que persiguen este objetivo es International Student Initiative for Pluralism in Economics (ISIPE), el cual agrupa a más de setenta asociaciones de estudiantes de económicas repartidas por más de treinta países distintos, y según afirman es su página web: “No es sólo la economía mundial la que está en crisis. La enseñanza de la economía también está en crisis, y esta crisis tiene consecuencias que van más allá de la universidad. Lo que se enseña en la universidad moldea la mentalidad de las próximas generaciones de políticos y, por tanto, da forma a la sociedad en que vivimos.”

Fuente del Artículo:

Economía | Economía en la universidad, una pieza más de la superestructura hegemónica

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Villar Palasí, el ministro que reformó la educación española

España/17 de abril de 2018/Por: TAMARA MONTERO/Fuente: https://www.lavozdegalicia.e

La Ley General de Educación estuvo vigente hasta los noventa.

La universidad exigía a gritos un cambio. Lo exigía en la calle, en un conflicto sin precedentes. Al final, Manuel Lora Tamayo se vio desbordado. Y dimitió. Con las universidades todavía en pie de guerra -incluyendo la compostelana- asumió el Ministerio de Educación de los últimos estertores del franquismo un valenciano, José Luis Villar Palasí. El 18 de abril de 1968 accedió al cargo. En el siguiente Consejo de Ministros presentó una de las grandes reformas educativas de España. La que implantó la EGB y el BUP y que logró mantenerse vigente hasta 1990.

La Ley General de Educación, que se aprobó en 1970, venía precedida de un profundo análisis del sistema que fue capaz de poner el foco en los grandes errores que estaba cometiendo España. Reconocía que estaban coexistiendo dos sistemas educativos, uno para las clases acomodadas y otro diferente para las populares y que lo que debiera ser un promotor de la movilidad social a través de la meritocracia actuaba en realidad como un instrumento de estratificación social. Cada etapa educativa funcionaba en una total desconexión con la siguiente y los planes de estudios eran rígidos, uniformes y enciclopédicos. Tan solo había que mirar el sistema de reválidas para ver que se basaba en tragar para después escupir conocimientos. Y el primer corte se producía a los diez años.

Así que un grupo de tecnócratas se dedicó a diseñar un sistema educativo integral, que diera diferentes salidas al término de cada etapa, que fuese universal y que por primera vez contemplase el concepto de educación permanente. Habían nacido la EGB, el BUP y el COU, una estructura básica que permaneció vigente hasta que en los noventa se puso en marcha la actual, que amplía la educación obligatoria hasta los 16 años y la divide en dos niveles: la primaria y la educación secundaria obligatoria (ESO).

Una ley posfranquista

«Foi unha lei franquista pero pensada para unha etapa posfranquista». Lo explica el catedrático de Pedagoxía de la USC Miguel Anxo Santos Rego. El gran defecto de la ley es haber sido promulgada por una dictadura. La gran virtud, cree el profesor, es que fue «proxectada para facer fronte a un cambio social, a unha sociedade con clase media, valores distintos, unha apertura e circunstancias totalmente diferentes ás anteriores leis».

Y estuvo en vigor durante veinte años. «Durou bastante porque foi promulgada nunha conxuntura política que permitía a súa duración», aclara Santos Rego. Porque la Transición suponía un reajuste de toda la vida política y social. Sin embargo, no fue la más longeva. Aspectos de la ley de 1857 estuvieron vigentes hasta los setenta.

El sistema que siempre daba opciones

Según el sistema de la que acabó conociéndose como ley Villar Palasí, todos los pequeños de entre 6 y 14 años debían estar obligatoriamente escolarizados en la conocida como etapa general, que luego se bifurcaba en la formación profesional de primer grado o el acceso a un bachillerato común de tres años y asignaturas optativas, el BUP. Después, se escogía entre un curso de orientación universitaria o la FP de segundo grado.

También la enseñanza superior fue reformada y la estructura general funcionó hasta la implantación del Plan Bolonia, cuando desaparecieron diplomaturas y licenciaturas. Había carreras de primer ciclo, con tres años de duración -las diplomaturas-, y de segundo ciclo, que duraban cinco años y con las que se obtenía el título de licenciado. El tercer ciclo era el doctorado.

No fue un camino de rosas. La ley se implantó de manera bastante precipitada, sin programas piloto ni ensayos previos y además los recursos necesarios para su puesta en marcha no llegaron. De hecho, ante la escasez de financiación, no se creó realmente un preescolar gratuito. No era una etapa obligatoria.

Fuente de la Reseña:

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2018/04/16/villar-palasi-ministro-reformo-educacion-espanola/0003_201804G16P8991.htm

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El Plan Bolonia

España / 2 de enero de 2018 / Autor: Marcos Santos Gómez / Fuente: Paideia. Educación y Filosofía

Acabo de leer El Plan Bolonia, de Carlos Fernández Liria y Clara Serrano García, lectura que me ha satisfecho sobremanera por su claridad y por la elocuencia con que se apuntan las cuestiones que llevo años incubando en mi pensamiento en torno a la vorágine que vivimos en la universidad española. Como los autores, pienso que estamos en un momento más que delicado y peligroso en la evolución de esta longeva institución que llamamos “universidad”, que se encuentra no ya en medio de una reformita parcial de aspectos secundarios, sino en una contundente transformación de su esencia que podría tildarse de desaparición de la universidad que veníamos conociendo desde su fundación en el medievo.

Hay que recordar que la universidad consagra un elemento que me parece fundamental en el desarrollo de la ciencia y el pensamiento desde antes de la Edad Media, diría que desde los inicios de la razón helénica, de la filosofía y la reflexión acerca de lo que le constituye a uno y por tanto acerca de la propia civilización. Esta reflexión ha requerido dos cosas sencillas: ocio y desinterés, o mejor dicho, un único interés que se ha perseguido con afán religioso: el de la verdad porque sí, su búsqueda e indagación por amor al arte. La universidad ofreció en el Medievo el marco institucional para que se pudiera dar la investigación, o sea, el contexto posible para una vida dedicada al conocimiento, que proporcionara el “aburrimiento” necesario para que se pensaran las cosas no una, sino mil veces, o millones. Sin esto, y lo prueba la historia, no habríamos descubierto nada, aunque los descubrimiento tecnológicos que han transformado nuestra vida han venido como efecto secundario de esa investigación básica y primaria que un joven físico teórico debía defender, en cierto documental excelente sobre los avances en la Física actual, como requisito necesario para ofrecer en un segundo momento que no debe condicionar al primero, los descubrimientos útiles y lucrativos que busca la sociedad o las empresas desde un punto de vista más práctico.

En el siglo XVIII creo que se da la segunda gran revolución académica que introduce las ciencias en el conocimiento más elevado y que, de la mano de Humboldt y la Bildung alemana, aúna docencia e investigación como un todo en el profesor, y además desarrolla un variado plan de estudios, el de los Gymnasios alemanes, que no renuncia a la formación clásica que hoy llamamos humanística o de letras,  ni tampoco al ejercicio físico ni por supuesto a la ciencia más avanzada, al concienzudo estudio de la Física o las matemáticas, por ejemplo.

Yo, de un modo quizás no bien expresado, relacioné toda esta ingente labor que llamamos conocimiento con los requisitos de una religión (aquí), de una religión del saber, que imita, en la figura del profesor e investigador, en su habitus, al viejo anacoreta o ermitaño. Se trata de la entrega desinteresada y apasionante a lo que uno quiere saber por encima de todo, con ascetismo, en la pobreza y riqueza que Platón asociara por boca de Socrates con el amor (a la sabiduría). Es lo que la universidad medieval institucionalizó, ofreciendo el marco social posible para ello, al modo de los monasterios y como institución eclesiástica que fue, salvo pocas excepciones, en sus primeros momentos y prácticamente hasta el siglo XVIII. Así, la pedagogía universitaria consistía sobre todo en la transmisión del amor por un conocimiento que, en primer lugar y sobre todo, era cultivado y amado, hasta el punto de esculpir su propia alma con el mismo, por el profesor. Es este fuego el que después en el aula ardía, propiciado también, por supuesto, por unos alumnos que habían hecho, pues podían y estaban en el lugar para ello, también sus “votos”. Bien es cierto que en este modelo universitario, en el que sobre todo se conoce más allá de fines prácticos pero que ha propiciado la técnica y los grandes descubrimientos que hoy hacen más cómoda nuestra vida, podía haber, hasta hace apenas diez años, y sigue habiendo, profesores sin amor por la docencia que o por ello, o por puro desconocimiento hondo de la materia que enseñan, fracasaban en sus clases. Pero nunca podía darse un buen pedagogo o didacta que no fuera profundo conocedor y amante de lo que enseñaba. Es decir, era una universidad en la que se requería una cierta dignidad del profesor y su libertad, por encima de todo, para enfocar la enseñanza y que incluso nuestra Constitución Española reconoce bajo la figura de la libertad de cátedra. El espacio universitario era el marco adecuado que, impermeable a lo más práctico, podía propiciar el avance científico, solamente dado cuando existe esta entrega, en el silencio y el ocio productivo.

Esto, en nuestros tiempos, ha sido posible por haberse enmarcado la universidad en el Estado de Bienestar y por la creación, desde tiempos ilustrados, del profesor vitalicio y funcionario (lo que garantiza su libertad por no depender de contrataciones). Pero, en el contexto de ataque a este modelo económico desde posturas neoliberales, en lo que se ha denominado de auténtica revolución de los ricos contra los pobres, ya no tiene cabida algo financiado por dinero público que subsista como si flotara inmune al mercado. En el mundo en el que todo lo decide el mercado, había que reconvertir la vieja universidad pública, lo cual además ofrece un suculento negocio que consiste no tanto en privatizar por completo la misma, como se ha creído, sino en convertirla en mina de dinero público que puede fluir a la empresa privada, que con su participación en la universidad obtiene mano de obra semiesclava e ingentes beneficios, haciéndose con los resultados de las investigaciones, decidiendo su curso y objeto, y además teniendo para sí una sumisa mano de obra de profesores reconvertidos en flexibles empleados (ya no caducos y “vagos” funcionarios) dispuestos a ser despedidos o a no promocionar si sus investigaciones no obtienen fondos privados o pasan las evaluaciones del organismo que en España se ha elevado como cómplice de toda esta revolución mercantilista: la ANECA. Ésta, en función de variables asociadas al mercado, como la evolución laboral de los egresados o la utilización de los resultados de investigaciones por empresas privadas, valora, en definitiva, si una titulación y, a la larga, incluso una Facultad puede tener sentido (o por supuesto la carrera individual de un investigador).

El concepto de estudiante también cambia profundamente. Ya no es el antiguo modelo que disfrutando de un cierto ocio podía conocer durante un tiempo de su vida las virtudes de una vida entregada al conocimiento, a leer, a cultivar libremente idiomas o música, a pintar, a solazarse, a desarrollar una intensa y alegre vida social, amparado por un nicho social institucional que inmune e impermeable al mercado se regía sola y exclusivamente por el conocimiento en sí, sino quien cultiva competencias cuya adquisición habrá de probar no tanto con sus títulos, sino con una atareada y complicada trayectoria a lo largo de estudios cada vez más “prácticos”. No va a tener tiempo ni posibilidades de profundizar en una disciplina para acabar sabiendo más incluso de lo que le hará falta para trabajar, lo que era reflejado por las viejas licenciaturas y títulos, sino que habrá de pasar por una serie de cursos técnicos y superficiales, acostumbrándose al cambio constante y a aprender sólo para satisfacer los requerimientos de las empresas que lo van a contratar.

Con todo esto, estamos ante algo más que una reforma. Se trata, es obvio, de un cambio sustantivo que atañe a los más hondos cimientos de la noble y vieja institución que se dio en llamar “Templo del saber”. Me duele, como pedagogo, que en todo esto se haya utilizado a la pedagogía que siempre ávida de hacerse un hueco entre las más antiguas disciplinas, confundiendo el enseñar con un aprender a aprender vacío de contenidos y que no se relaciona con esa profundización en la propia materia que a mi juicio es la que de verdad enseña a enseñar al profesor. Se ha ido desdibujando el papel del enseñante, del docente, en un cómplice acto de privación de su dignidad, su potencial y libertad para decidir y tirar del alumno hacia el interior del complejo mundo de una materia o disciplina, pretendiéndose con una falsa idea de progresismo, lo que ha convertido el saber en mera adquisición de “competencias”. Así, cierta pedagogía y ciertos pedagogos están actuando de ideólogos y cómplices, con la excusa de una calidad determinada por el mercado (el mismo mercado que mata de hambre y falta de medicinas a dos tercios de la humanidad), de esta destrucción de la universidad. Esto me duele y siento tener que escribir de ello, pero lo grave y perentorio del momento nos obliga.

Escrito después de la lectura de:

Fernández Liria, C. y Serrano, Cl. (2009). El Plan Bolonia. Madrid: Catarata.

Fuente del Artículo:

https://educayfilosofa.blogspot.mx/2017/04/el-plan-bolonia.html

Fuente de la Imagen:

https://es.slideshare.net/Albaag7/plan-bolonia-12045565

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Educación neoliberal y de izquierdas

España / 3 de diciembre de 2017 / Autor: Óscar de la Osa Martínez / Fuente: Economía Digital La Cerca

La escuela pública tiene como tarea formar a los futuros ciudadanos y trabajadores conforme a las “necesidades del momento”. Actualmente, este es un planteamiento defendido por la izquierda, por la derecha, por los sindicatos, y por la patronal. En la actualidad la escuela pública ha dejado de lado algunos temas importantes como es la verdadera educación, dar valores y enseñar a aprender para depender de temas de temas capitalistas.

La izquierda ha catalogado la presente educación como “escuela de la ignorancia” porque cree que se debe sustituir la igualdad formal por la ideología de igualdad de oportunidades. Sin embargo, otros autores creen que no se puede sustituir la escuela de contenidos por metodologías, estrategias y dinámicas variadas, como bien están implantando los políticos neoliberales en España y el resto de Europa a base de reformas como pueden ser la LOGSE, la LOMCE, el plan Bolonia o el programa Erasmus. Si se hace esto, se pierde el significado de la teoría de lo que es razonar, se pierde la posibilidad de aprender autónomamente, porque desde la nada, nada se aprende según algunos autores, opinión que comparto plenamente. Sin embargo, considero que la educación también se tiene que renovar para, en un futuro, transmitir mejores valores a nuestros ciudadanos a nivel de educación básica, y a nivel de educación superior prepararlos para afrontar empleos de garantías y ayudarlos a adaptarse lo antes posible al mercado laboral. Estas reformas tendrían como objetivo mejorar la educación primaria, secundaria y superior, pero no como se han llevado a cabo hasta ahora.

El plan Bolonia podría ser, en mi opinión, un ejemplo de privatización de la educación superior en el caso español, pues buscaba volver a una estructura de estudios 3+2. Esto se propuso en casi todos los países de Europa, aunque en España se rechazó por el 4+1. La Licenciatura, que suponía un precio aproximado de matrícula de 600 euros, se duplicó con la llegada de los títulos de grado (1500 euros). Además, mientras que el 5° curso de los estudios superiores (Licenciatura) rondaba los 600 euros, con la puesta en marcha de los másteres el precio de la matrícula se disparó, situándose entre los 3500 y 4500 euros. En periodos de crisis está claro que hay que hacer recortes, pero la educación es clave para el progreso de los ciudadanos y creo que no se deberían haber aumentado tan drásticamente estas tasas. En realidad, el plan Bolonia en si no es el problema por que anteriormente ya teníamos un 3+2 que funcionaba correctamente con precios públicos (diplomatura+ licenciatura). Más aún, un máster en Alemania, por ejemplo, te puede costar en torno a 200 euros el semestre, en Francia 180 euros, y en países como , Bulgaria, Republica Checa, Bélgica, Suecia, Noruega y Austria son inferiores a los 400 euros. A pesar de estas grandes diferencias entre España y países del entorno más cercano, tan solo los estudiantes en el año 2000 salieron a la calle a protestar contra esta reforma. Si no van a cambiar los precios públicos de la enseñanza superior, lo que tenemos que hacer es luchar por el 4+1, pero la izquierda ya ve este plan como una enorme derrota, en el caso de pasar al 3+2, pues tendríamos dos años a precio de máster, el cual no se puede permitir cualquier ciudadano español. En otros países, como es el caso de Francia, Alemania y Francia, se ha conseguido la educación pública superior a bajos precios, a costa de la subida de impuestos, pero en el caso español, el gobierno del partido popular es contrario a esta medida y mucho menos a afectar al carácter progresivo de los impuestos.

Creo que para el correcto progreso de los ciudadanos debe haber una educación pública de garantías, en especial en el ámbito de primaria y de secundaria, con especial importancia en la universidad, la cual debe de ser con precios bajos y no como se pretende hacer con el plan Bolonia en España, es decir, con unos precios en torno a los principales países de Europa, y esto lo deberíamos pagar con una subida de impuestos, ya que todo nuestro país se va a beneficiar de una buena educación. En general, salimos todos indirectamente beneficiados bien sea a través de nosotros mismos, nuestros hijos o algún amigo. Estaría de acuerdo en cierta medida con la afirmación de de que el mundo progresa a través de gente que se la juega, ya que creo que las personas que esperan a que les pasen cosas sin ir a por ellas difícilmente las conseguirán.

Fuente del Artículo:

http://economiadigital.lacerca.com/noticias/economia_digital/educacion-neoliberal-izquierdas-395352-1.html

 

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La UEX ha perdido un 10% de alumnos desde que se implantó el plan Bolonia

El dato positivo: suben los estudiantes cuya franja de edad se sitúa entre los 18 y los 24 años. 1.681 chicos y chicas han pedido traslado de expediente para hacer sus estudios fuera.

Por: el Periódico de Extremadura.

El número de estudiantes matriculados en la Universidad de Extremadura (UEx), desde que en el curso 2009/2010 se iniciara la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (Plan Bolonia), ha descendido en términos absolutos en un 10 por ciento, una cifra inferior a la media nacional que se sitúa ligeramente por encima del 11 por ciento.

El curso pasado se matricularon un total de 22.136 alumnos entre grados, másteres y doctorados y en el curso actual la cifra de matriculaciones en grados ronda las 17.400 a falta de computar los estudios de postgrado y cuando aún no se ha cerrado el periodo para formalizar las matrículas de grados, por lo que se espera que la cifra sea similar a la del ejercicio anterior.

El vicerrector de Estudiantes, Ciro Pérez, y el de Planificación Académica, José Luis Gurría, ofrecieron ayer algunos datos sobre la universidad extremeña a quince días de que se dé por concluido el periodo de adaptación al Plan Bolonia, en el que se ha rediseñado la oferta académica para equilibrar la oferta y la demanda y se han incorporado nuevos títulos como Bioquímica, Biotecnología, Psicología, Criminología o Periodismo, que se espera implantar el próximo año en el campus de Badajoz.

En este sentido, dijo, se han implantado nuevos títulos de Grado de «fuerte demanda» y que han supuesto un coste reducido para las arcas «de la universidad peor financiada de España», dijo López, quien aseguró que se ha hecho «un gran esfuerzo» para corregir los desequilibrios que había entre la oferta y la demanda.

Respecto al futuro de otras carreras con pocas matriculaciones y con riesgo de desaparecer, el vicerrector de Planificación explicó que, «ahora mismo» no hay ningún grado en peligro porque superan el número mínimo de matriculados (10 alumnos).

Con todo, la UEx sigue perdiendo alumnos, al igual que el resto de universidades españolas, aunque en el caso de la extremeña el número de estudiantes comprendidos en la franja de edad de entre 18 y 24 años, se ha incrementado, pasando del 21 al 26% en datos relativos, en estos 8 años.

Para Ciro Pérez, esta bajada de alumnos se debe fundamentalmente a cuatro razones como que esa población de entre 18/24 años ha descendido un 14% desde 2010, que ha aumentado el precio de matrícula (sobre todo en 2ª, 3ª y 4ª convocatoria), que se ha endurecido el acceso a las becas y que la adaptación al Plan Bolonia se pasó de cinco años en las Licenciaturas a cuatro años en los Grados, que no fue compensado por las titulaciones que de tres años (Diplomaturas) pasaban a cuatro.

El dato que corrobora que la población joven ha descendido es que en la primera convocatoria de la Selectividad del año 2016 se matricularon 5.162 alumnos en las sedes extremeñas, mientras que los alumnos que estrenaron este año las nuevas pruebas EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad) fueron 4.588. «Hay casi 600 estudiantes menos que han realizado la EBAU y, en la convocatoria extraordinaria, también han sido menos» afirmó Ciro Pérez, «por tanto, la población susceptible de ir a la universidad, en principio, este año es inferior».

NUEVO INGRESO // Las matriculaciones de nuevo ingreso (que hasta finales de mes no se darán por cerradas en Grado y que continúan abiertas en Máster y Doctorado) se mantienen en números similares a los tres años anteriores. En convocatoria ordinaria este curso hay ya matriculados 3.758 alumnos de nuevo acceso (aunque aún falta el llamamiento presencial de la convocatoria extraordinaria) y el pasado curso hubo 3.978.

Por otro lado, en las matriculaciones de este curso que acaba de comenzar, se ha experimentado un descenso en las solicitudes de traslado de expediente ya que de las poco más de 2.000 del pasado curso, por ahora se llevan contabilizadas 1.681 solicitudes.

De ellas, 1.041 responden a titulaciones que se imparten en la UEx pero que completan todas sus plazas como Medicina, Enfermería o Derecho; y otros 600 alumnos van a estudiar Grados que no se encuentran en la oferta extremeña como Farmacia, Periodismo o Ingeniería Aeroespacial.

Los extremeños que salen fuera a estudiar eligen principalmente las universidades de Madrid, la de Sevilla y la de Salamanca y, tradicionalmente los alumnos del sur de Badajoz optan en su mayoría por la ciudad andaluza, mientras que los del norte de Cáceres se marchan a la capital salmantina.

Así las cosas, el próximo 30 de septiembre se puede dar por concluido el proceso de adaptación al Plan Bolonia y, durante estos últimos ocho años, se han ido adaptando progresivamente los Grados, a continuación los Máster y, por último, los programas de Doctorado. En estos dos últimos el número de matriculaciones ha subido en estos últimos años.

Finalmente, el vicerrector de Estudiantes ha recordado que hasta el 17 de octubre se encuentra abierto el plazo para solicitar la beca del Ministerio de Educación. El curso pasado, un total de 10.848 alumnos la solicitaron y la obtuvieron unos 7.834 estudiantes (el 79%).

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/temadeldia/uex-ha-perdido-10-alumnos-implanto-plan-bolonia_1040100.html

Imagen: http://zetaestaticos.com/extremadura/img/noticias/1/040/1040100_1.jpg

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