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¿ Peligran las escuelas normales?

Por: Bertha Hernández.

En las condiciones actuales, y según la normatividad vigente, cualquier persona que apruebe el examen para concursar por una plaza podría ser maestro de nivel básico, sin pasar por las escuelas normales. En los hechos, esta situación pone en peligro a la educación normal, tal como la conocemos. Esta es la percepción de diversos investigadores de instituciones de educación superior, especializados en temas de formación docente; y aun cuando el titular de la SEP, Aurelio Nuño, y el subsecretario de Planeación han anunciado para “los próximos meses” la presentación de la reforma a la educación normal, aún no son del dominio público las directrices del proyecto.

“Yo creo que la política es deshacerse de las escuelas normales”, afirma Ángel Díaz-Barriga, investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE). “Cuando la ley dice cualquiera que pase el examen puede obtener la plaza, le resta relevancia a esas escuelas”. En opinión del investigador, faltaron matices en la normatividad vigente: “no se distingue entre los profesores de enseñanza media, media superior, educación básica y prescolar y eso aumenta la incertidumbre”.

La historia de las reformas a la educación normal, de la cual salían los profesores para todo el alumnado de nivel básico del país, es una historia que suele correr con atraso con respecto a las reformas educativas. La reforma a normales de 1997 respondía al plan de estudios instrumentado en los planteles desde 1993. En 2004 se hizo la reforma al sistema preescolar, en 2006 a secundaria y en 2009 en primaria, todas ellas orientadas por el modelo de competencias que todavía opera en el país; pero el cambio correspondiente a la formación de docentes se arrancó hasta 2012. Apenas en este 2016 está egresando la primera generación de maestros normalistas formados para un proyecto educativo que está en vías de ser sustituido.

No es nuevo que en algunos niveles de educación básica profesionales de diversas especialidades se desempeñen como docente. Durante décadas, abogados, médicos, arquitectos o ingenieros han sido profesores de educación secundaria. “Y luego hay que preguntarnos por qué están las secundarias como están”, advierte Catalina Inclán, el IISUE, especialista en formación docente:

“Hay maestros de este tipo, muy preparados, que logran transmitir a sus alumnos el  gusto por un tema en particular. Pero hay otros que  terminan inmunizando a los estudiantes porque les falta el sustento pedagógico. Enseñan una asignatura en función de los principios del campo de conocimiento en el que trabajan y no de la enseñanza de ese campo. Hay maestros de secundaria que son químicos, biólogos o médicos y el resultado no siempre es óptimo. Ahora, con la nueva legislación, ¿qué va a pasar en las escuelas primarias cuando empiecen a llegar profesores sin esa formación pedagógica?

“En los hechos, pareciera que se resta fuerza a las escuelas normales”, apunta Iván Escalante, coordinador del área de Teoría Pedagógica y Formación Pedagógica de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).  “Y hay que pensar que las escuelas normales y más aún las normales rurales son la única oportunidad que tiene un segmento de la población de ingresar a una institución de educación superior”.

“No es gratuito” –añade Escalante- “que la demanda de ingreso a las escuelas normales vaya en descenso de manera drástica, pues inevitablemente quienes ven en la profesión de maestro una opción de desarrollo profesional ya se preguntan si realmente es garantía de seguridad laboral”.

Hay un elemento a considerar, advierte Catalina Inclán: “el ingreso de profesionales no normalistas a todos los niveles educativos para cumplir labores docentes es una experiencia que no tiene antecedentes de prueba en nuestro país”. La investigadora refiere un experimento del sistema educativo chileno que tiene algunas similitudes: “se invitó a estudiantes de diversas especialidades a aplazar su ingreso al campo profesional para impartir clases en sistema básico, a cambio de becas muy generosas. Pero fue un experimento, una experiencia formativa; ninguno de ellos optó por quedarse a trabajar de maestro.

La pregunta es pertinente, añade la investigadora del IISUE: ¿qué va a pasar con estos maestros no normalistas? ¿cuál será su capacidad pedagógica? “Sería muy bueno saber si habrá alguien que los apoye pedagógicamente, si recibirán capacitación para aprovechar sus fortalezas. Lo cierto es que estamos comprando un supuesto que es muy fuerte, porque da sustento a la Ley del Servicio Profesional Docente y no tenemos una sola evidencia de que vaya a ser exitoso”.

“¿Por qué el IMSS no abre un examen, une concurso y cualquiera  que lo apruebe gana una plaza de médico?”, se pregunta Ángel Díaz Barriga “¿por qué los tribunales no hacen lo mismo para contratar personal que no sea abogado?”

Pareciera, coinciden los investigadores, que las normales irán desapareciendo por agotamiento, sin que hasta el momento se vea cómo los nuevos maestros no normalistas adquirirían la competencia pedagógica indispensable. “Si algo tiene la historia de la educación normal en cualquier parte del mundo es que tiene su área de práctica pedagógica”, reclama Díaz-Barriga. “Así como los médicos aprenden a ser médicos en las residencias, en las clínicas y en los hospitales, en las escuelas normales los alumnos van a la escuela desde el primer semestre y empiezan a observar qué pasa en la escuela, a atender alumnos, supervisados por un maestro y poco a poco desarrollan habilidades docentes”.

El tema no es menor en una reforma educativa. Catalina Inclán pone el dedo en un punto neurálgico: “hoy por hoy no es del conocimiento público cómo se forman los maestros de nuestros niños.”

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/peligran-las-escuelas-normales/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/redpolitica.jpg

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Venezuela: Gobierno de Calle inauguró en la Guajira un Servicio de Educación y Recuperación Nutricional

América del Sur/ Venezuela/ 29 de octubre 2016/ Fuente: RNV

En el marco del Gobierno de la Eficiencia en la Calle fue inaugurado el miércoles el Servicio de Educación y Recuperación Nutricional de la Guajira en la comunidad “Las Pitias” del estado Zulia, por parte del vicepresidente para el Desarrollo Social y la Revolución de las Misiones Jorge Arreaza, la ministra del Poder Popular para los Pueblos Indígenas Aloha Núñez y el gobernador Francisco Arias Cárdenas.

Este espacio construido como parte del compromiso del Presidente Nicolás Maduro con los pueblos indígenas beneficiará a habitantes de las comunidades La Laguna, Las Pitias, Potrerito, El Arroyo, Los Aceitunitos, Los Filúos, Juruba, Guarero, Mariche I y II, Caracolitos, La Punta, Moina, Paraguaipoa, La Turcula y Varilla Blanca.

La ministra indígena Aloha Nuñez destacó que la misión de este centro es brindarle atención médica a los niños y orientar a sus representantes en materia nutricional para garantizarles una buena alimentación.

“Esta obra es de suma importancia para nuestros hermanos indígenas porque en este espacio ofreceremos consultas externas totalmente gratuitas con asesoría de nuestros médicos integrales comunitarios y nutricionistas que en conjunto garantizarán un servicio de calidad a nuestros niños y niñas”, dijo.

Por su parte, Jorge Arreaza resaltó el trabajo que realizará en este centro. “Aquí vamos a hacer un permanente seguimiento nutricional y el análisis antropométrico a nuestros niños y niñas que sufren de desnutrición. Mientras la derecha busca desestabilizar, nosotros estamos fortaleciendo el sistema de salud para beneficio de nuestro pueblo”, manifestó.

El primer mandatario regional, Francisco Arias Cárdenas, destacó que el Servicio de Educación y Recuperación Nutricional de la Guajira fue un esfuerzo en conjunto para proteger a los pueblos indígenas de escasos recursos.

Esta obra fue fruto de un trabajo en conjunto entre el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas, Carbozulia, Instituto Nacional de Nutrición y el Sistema de Misiones y Grandes Misiones. La inversión superó los 16 millones de bolívares.

Fuente: http://rnv.gob.ve/gobierno-de-calle-inauguro-en-la-guajira-un-servicio-de-educacion-y-recuperacion-nutricional/

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Hacia una reforma educativa auténtica

26 de octubre de 2016 / Fuente: http://www.educacionfutura.org/

Por: Eduardo Andere

El adjetivo “auténtico” está de moda en la literatura sobre política educativa alrededor del mundo. El mismo adjetivo ha sido incorporado sagazmente por los académicos como una herramienta para distanciar el discurso científico del discurso político que ayudado por su poder mediático y demagógico ha tergiversado las propuestas de los expertos sobre temas de aprendizaje, evaluación, rendición de cuentas y pedagogía. Los políticos y gobernantes en el mundo tienen una asombrosa habilidad de tergiversar las auténticas intenciones de la investigación académica para parecer modernos, correctos y atinados, y salirse con la suya. De ahí que la academia constantemente responda con una sutileza “políticas auténticas”. Por tanto, ahora tenemos evaluación, rendición de cuentas, formación, participación social, reforma educativa, mérito y aprendizaje auténticos.

Con ese ánimo a continuación enumero las características que mejor describen o inspiran las políticas educativas auténticas para las escuelas del futuro.

  1. Pobreza. En tanto la causa principal del rezago y deficiencia educativos es la pobreza y no la enseñanza, no hay política de calidad educativa que funcione si no atiende explícitamente el tema de la pobreza de las familias y comunidades de los niños que asisten a las escuelas.
  2. Descentralización. No existe en el mundo auténticamente democrático un sistema educativo tan centralizado como el mexicano. México es muchos “Méxicos” como para atenderlo desde un solo escritorio, no importa cuán importante el escritorio sea. El sistema federal educativo mexicano, parafraseando a Octavio Paz, es una simulación. El argumento de estados y municipios débiles y federación fuerte es producto de un paternalismo centenario que en lugar de propiciar crecimiento ha engendrado conformismo y sumisión.
  3. Comunidad. La literatura sobre las causas asociadas al aprendizaje identifica como los factores más importantes que explican las diferencias en el desempeño entre niños, escuelas, distritos y países, los culturales de las familias de los niños y jóvenes que asisten a las escuelas. Para atender esta realidad existe un número creciente de distritos escolares en el mundo que centran el objetivo de la política educativa en el poder de la comunidad y la cooperación.
  4. Pedagogía auténtica. Existen muchos enfoques, teorías y propuestas pedagógicas en el mundo. Las escuelas exitosas o de clase mundial no son dueñas de la pedagogía exitosa. Existen escuelas tanto tradicionales como progresistas que son exitosas; las hay liberales y conservadoras que también lo son; lo mismo se puede decir de los enfoques basados en competencias o contenidos, centradas en la instrucción o el constructivismo. ¿De qué depende el éxito? De dos factores: quién es el maestro y quiénes son los alumnos. Pero estos factores no se pueden detectar a priori, es preciso que el grupo de estudiantes y el maestro estén integrados en cada nuevo ciclo escolar. Es ahí cuando el maestro, con apoyo del líder escolar, puede discernir sobre la mejor pedagogía para el grupo y cada uno de los estudiantes en turno.
  5. escuela-mixe-despues1Contexto. No hay política sectorial efectiva sin contexto. Las políticas públicas saben eso pero los políticos no, y con frecuencia dictan políticas magnánimas como regalar artilugios o pintar escuelas, o capacitar a cientos de miles de maestros, o publicar millones de libros desde el centro. También lo hacen con temas como evaluación de estudiantes y de maestros o carrera docente. Bueno. La verdad de las cosas es que la centralización obnubila la precisión y opaca la calidad. No hay forma en la que una política centralizada para un sistema educativo de 36 millones de educandos incorpore los pormenores del contexto. Cada árbol es diferente, cada familia de árboles es diferente y cada uno de ellos existe gracias a un contexto ecológico intrincado y misterioso pero virtuoso. Así son las escuelas.
  6. Evaluación auténtica. La primera década del nuevo siglo fue la década del frenesí de la evaluación educativa en el mundo. Este ímpetu evaluador fue impulsado por dos eventos: la popular prueba PISA de la OCDE y la Ley ningún niño rezagado (ahora abrogada) de los Estados Unidos de América. Con la abundancia de datos que dicha prueba generó, junto con otras pruebas menos populares como TIMSS y PIRLS, aprendimos que la evaluación no mejora la calidad cuando es agregada, estandarizada y obsesionada por el resultado. Por el contrario, la evaluación reflexiva o formativa, la que otorga la oportunidad a un diálogo constructivo entre el director, el colectivo escolar y el maestro evaluado in situ, es la única evaluación que mejora la educación. Dos líderes educativos mundiales, el primero Finlandia por sus escuelas, y el segundo Estados Unidos por su investigación educativa, han reafirmado este año que la mejor evaluación educativa y magisterial es la que parte de la escuela, la localidad y el contexto.
  7. Autonomía auténtica. La política educativa que pregona autonomía escolar significa distintas cosas en diferentes lugares. De nada sirve devolver el poder de decisión de un grupo de funcionarios federales a otro grupo de funcionarios estatales; y de nada sirve entregar autonomía a escuelas que carecen de empoderamiento. El empoderamiento precede a la autonomía, como la autonomía al resultado. Autonomía sin empoderamiento es como un tanque sin oxígeno.
  8. Creatividad y pensamiento crítico. Estas son quizá las últimas marcas de moda del mercado de la educación internacional. La exportación e importación de estos “conceptos” están a la orden del día, y las agencias de intercambio de ideas, conceptos y políticas educativas, las promueven como la panacea del futuro educativo de nuestros niños y jóvenes. Correcto, la idea es buena, el problema es su implementación. Tanto la creatividad como el pensamiento crítico son funciones cerebrales reconocidas como habilidades. Pero la mejor forma de promover la creatividad y el pensamiento crítico es con el arte, el juego, las escuelas ecológicas y la preparación docente en aprendizaje, no en enseñanza. En México, hasta el día de hoy, no hay nada en la política educativa o curricular, que promueva esos insumos.
  9. Mérito auténtico. ¿Qué tanto una prueba estandarizada de algunas horas de duración puede detectar el mérito real de un alumno o de un maestro? Les pregunto a los miles de empresarios de México y el mundo, si una prueba estandarizada debe ser el instrumento crucial para decidir si un empleado es real y auténticamente virtuoso o no lo es. Es imposible saber con precisión los atributos positivos de una persona con una prueba que mide solo habilidades cognitivas limitadas. Es preciso contar con una historia, conocer personalmente al evaluado, saber su trayectoria, actitud, empatía, conexión, trabajo en equipo y resultados sobre varios años. De otra manera, evaluar a una persona mediante un lector óptico no engaña a nadie excepto a los políticos o los ignorantes. El mérito auténtico debe medirse con un conjunto de elementos de manera dinámica de los cuales la prueba estandarizada solo constituye uno de ellos y quizá el menos importante.
  10. sec-tecnologiaTecnología. Muy poco sabemos de la mejor manera de llevar, utilizar e implementar la tecnología de información y comunicación en las escuelas. Cierto, la tecnología llegó para quedarse, pero no sabemos el efecto que tendrá en nuestros cerebros. Lo que sí sabemos es que la tecnología no reemplaza ni al maestro ni a la escuela, no en los próximo 20 años; también sabemos que muchos artilugios y poca conectividad no viene al caso; también sabemos, que primero debemos saber usar los artilugios y luego regalarlos, y también sabemos que la tecnología no está directa y positivamente relacionada con el mejor aprendizaje. Si todo esto es cierto, ¿porqué los políticos se empeñan en regalar artilugios con dinero ajeno?

 

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/hacia-una-reforma-educativa-autentica/

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España: Ceapa: «A la Educación no le interesa el discurso de la convivencia escolar»

Europa/España/22 de octubre de 2016/www.eldiario.es

La organización de padres Ceapa ha acusado hoy al Ministerio de Educación de no interesarle el discurso de la convivencia escolar, sino que se encuentra «mucho más cómodo» en el del acoso entre alumnos como si fuera el problema de todos los males de la educación.

Por ese motivo, el Gobierno no ha convocado nunca el Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar en los cinco años que lleva gobernando el PP, según ha asegurado hoy a la prensa el presidente de Ceapa, José Luis Pazos.

 «Directamente, no quieren saber nada del Observatorio de la Convivencia», ha insistido, pues el Consejo Escolar del Estado ha pedido la convocatoria «reiteradamente», lo que significa que el Ministerio «prescinde completamente» de la comunidad escolar.

En esta línea, ha considerado una «excusa» que el Educación considere que ese órgano, según Pazos, tenga «muchos» miembros, lo que le restaría eficiencia.

«Si no se nos convoca, no es que seamos muchos, es que no se nos convoca», ha apostillado.

Preguntado por el número telefónico estatal contra el acoso escolar presentado ayer por el Ministerio, Pazos no lo ha cuestionado, pero ha matizado que denunciar de manera confidencial no puede ser la solución si es la única medida.

«Esa es la solución existente cuando ya ha fracasado todo. ¿Dónde está la prevención del Ministerio -se ha preguntado-, dónde los planes de convivencia? ¿Por qué no convoca el Observatorio de la Convivencia? Porque no quiere hablar de convivencia, sino de acoso».

Tomado de: http://www.eldiario.es/sociedad/Ceapa-Educacion-interesa-discurso-convivencia_0_571843634.html

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Hipotecando la infraestructura educativa: Hacia un nuevo modelo de financiamiento.

Por: Alma Maldonado.

El punto cinco del decálogo para la segunda mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto, dado a conocer el pasado 2 de septiembre, indica que: “pondremos en marcha la mayor renovación de infraestructura educativa en las últimas décadas, con una inversión de 50 mil millones de pesos, así como la emisión en la Bolsa Mexicana de Valores de Infraestructura Educativa”. Mientras no se conozcan las características específicas de estos instrumentos, se pueden adelantar algunas incógnitas.

dinero

El uso de estos instrumentos financieros es relativamente reciente en México, en el 2009 se modificó la normatividad para permitir la existencia de Certificados de capital de desarrollo (CKDs)2 o de los Fideicomisos de Inversión y Bienes Raíces (Fibras).3 En el caso de la infraestructura educativa el instrumento propuesto sería un “Certificado Bursátil Fiduciario (Cebure) cuya fuente de pago es el Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM-Ramo 33) de las entidades federativas” (Salgado, 2005). En otros términos, estos bonos funcionarían como una especie de hipoteca en donde los recursos que de todas maneras se recibirían (vía Ramo 33-FAM) para infraestructura educativa se concentrarán en un fondo que lanzará bonos a la venta en la Bolsa Mexicana de Valores. Con ello, el gobierno federal y los estados dispondrán de una gran cantidad de recursos inmediatos para invertirlos en este sector. Las interrogantes sobre estos certificados deben considerar al menos a tres actores diferentes: los futuros inversionistas, los usuarios de los servicios educativos y los involucrados en la política educativa.

Una ventaja para los posibles inversionistas es que la garantía de pago de estos certificados será el Ramo 33. El Cebure es un certificado mediante el cual un inversionista adquiere derechos alícuotas (cantidades proporcionales), dependiendo de su participación, sobre el total de cierto activo que está cedido a un fideicomiso emisor. Hasta ahora se ignora: ¿Qué tasas de interés pagarán? ¿Qué activos quedarán afectos al fideicomiso? ¿Si se tendrá algún régimen fiscal preferente en la compra de estos certificados? ¿Qué derechos se adquirirían? ¿Cómo va a ser el repago de estos certificados?, entre otras dudas.

Según el Banco de México (2015), las acciones emitidas por la Bolsa Mexicana de Valores son instrumentos utilizados cuando las empresas requieren de capital  y sus dos posibilidades son usar “préstamos en forma de créditos o títulos de deuda” o emitir “capital nuevo”. Las escasas declaraciones de funcionarios respecto a estos certificados niegan rotundamente que se trate de instrumentos de deuda, pero se puede suponer que tampoco se trata de la emisión de capital nuevo. El secretario Aurelio Nuño señaló que: “lo que se hace es traer recursos del futuro al presente. Entonces, en lugar de tardarnos 20 años en gastarlos, lo hacemos en tres años, generando el mayor programa de infraestructura educativa para poner en buenas condiciones las escuelas” (Cano y Poy 2015). Si esta idea no remite a una especie de hipoteca, donde se adelanta un capital que luego se irá pagando, no denominarlo deuda se antoja imposible por más que el dinero provenga de un fondo “seguro”.

Por otra parte, las preguntas para los usuarios de los servicios educativos van por otro lado:¿Cuáles son los riesgos de invertir por adelantado el dinero que de cualquier forma sería destinado para infraestructura educativa? O, en otras palabras, ¿Se pueden tomar malas decisiones en materia de inversión en infraestructura y uno como usuario de los servicios qué garantías tendrá sobre su correcto aprovechamiento y sobre la rendición de cuentas? ¿En una hipoteca la garantía del prestador es la propiedad adquirida, aquí serán los recursos del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM) del Ramo 33? ¿Bajo qué circunstancias?

Se debe recordar que el FAM es uno de los ocho fondos que conforman el Ramo 33, el cual es “el mecanismo presupuestario diseñado para transferir a los estados y municipios recursos que les permitan fortalecer su capacidad de respuesta y atender demandas de gobierno en los rubros de: educación, salud, infraestructura básica, fortalecimiento financiero y seguridad pública, programas alimenticios y de asistencia social e infraestructura educativa” (SHCP, 2014). El FAM se conforma a partir del 0.0814% de la Recaudación Federal Participable y está destinado a dos rubros: asistencia social (comprende desayunos escolares; apoyos alimentarios; asistencia social en pobreza extrema y apoyos a población en desamparo) e infraestructura educativa básica, media superior y superior (comprende la construcción, equipamiento y rehabilitación de infraestructura física de los niveles de educación básica, media superior y superior en su modalidad universitaria) (SHCP, INAP, BID, 2014). En términos de gasto, el FAM sólo representa cerca del 2% de todo el presupuesto que se ejerce del Ramo 33 (Mejía, 2012), porque  más del 80% se la lleva el Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB) que paga los salarios de los maestros.

Una duda desde la política educativa es que con el uso del Ramo 33-FAM, cuya finalidad fue descentralizar el presupuesto ¿Veladamente se volverán a centralizar decisiones cruciales? Tal y como se puede inferir de las declaraciones del subsecretario Javier Treviño: “se firmarían convenios entre el gobierno federal y de los estados para definir claramente cuáles son los planteles que se van a beneficiar y esto va a implicar una gran transparencia en el uso de los recursos” (Educación Futura 2015). El subsecretario de Hacienda puntualizó que será a través del Censo Educativo (CEMABE) como se identificarán los 32 mil planteles donde “se requieren las obras” (Soto, 2015). ¿Y los estados como Chiapas, Oaxaca y Michoacán que no se censaron entre un 41% y un 27% de sus escuelas? ¿cómo va a negociar la federación los 50 mil de millones de pesos considerando que las necesidades entre entidades federativas variarán considerablemente?

Todos los fondos del Ramo 33 cuentan con fórmulas que buscan evitar la discrecionalidad en la asignación, pero en el caso del mantenimiento y construcción de planteles la fórmula dependía hasta hace poco de la densidad poblacional lo cual no necesariamente significa un criterio con fines compensatorios (Arellanes, 2013). ¿Qué garantizará que el manejo de los certificados no reproduzca estos problemas y se destinen a los municipios que más lo requieran? ¿Estamos frente a la mejor modalidad posible en materia de financiamiento inmediato y masivo de infraestructura educativa?

Finalmente, el panorama del financiamiento público destinado a la educación se antoja muy complicado en el contexto de la caída del precio del petróleo y de la fluctuación del dólar. Se estima que los 22 mil millones reportados en el tercer informe de gobierno como una “inversión histórica en educación” quedarán en una buena anécdota porque para 2016 habrá un recorte de 7.8 mil millones de pesos a la SEP, más recortes a las instituciones de educación superior (de cerca de 1,182 millones de pesos sólo a siete de las IES más importantes del país) y al CONACYT (de 900 millones) más los que se acumulen. Por un lado, se entiende la necesidad de buscar mecanismos financieros que aseguren la viabilidad de proyectos para mejorar la infraestructura educativa, por otro, ¿cuál será el costo de la obtención de recursos inmediatos? ¿Qué implicaciones tendrá el uso de estos certificados en materia de la rectoría del Estado en la educación pública? ¿Dejamos en manos de la Bolsa Mexicana de Valores, una entidad privada, el manejo de algo tan delicado como el dinero público que se destinará a infraestructura educativa en las próximas décadas? ¿Hipotecar de esta manera el financiamiento de la infraestructura educativa a cambio de liquidez es la mejor vía?

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/hipotecando-la-infraestructura-educativa-hacia-un-nuevo-modelo-de-financiamiento/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/columnaalmargen.jpg

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Red publica, red privada: lo que las hace distintas.

Por:  Jurjo Torres Santomé.

Educar es parte de esencial en la conformación de un ser humano utópico, que ve la realidad como perfectible, que se siente obligado a ver siempre un mundo de posibilidades, a ser optimista en cuanto a las posibilidades de organizar modelos de sociedad cada vez más justos, inclusivos y democráticos. En este artículo se analizan las diferencias existentes entre roles e intereses propios de las organizaciones públicas y privadas en la formación del profesorado y del alumnado.

Una educación para una sociedad democrática, justa e inclusiva no es posible sin políticas públicas que traten de compensar y corregir todas aquellas injusticias estructurales que inciden y determinan las condiciones de vida de chicos, chicas y familias. Requiere, por tanto, un sistema educativo que se comprometa con estos mismos ideales y un profesorado con una pertinente formación, autonomía profesional, condiciones laborales y recursos.

En cualquier conjunto de medidas destinada a educar una ciudadanía empoderada -actores reflexivos, críticos, activos en la construcción de modos de vida más justos y democráticos- es imprescindible un profesorado con buena formación psicopedagógica para diseñar, implementar y evaluar modelos curriculares verdaderamente justos; pero también cultural, con un conocimiento riguroso acerca de cómo se construyen y reproducen las situaciones de pobreza, exclusión y de inferioridad. Un profesorado con esta clase de formación y compromiso educativo tiene mayores facilidades para comunicarse con estudiantes y familias, apoyarse en sus fortalezas para generarles actitudes más optimistas, confiar en sus posibilidades, capacidades, saberes y destrezas, así como para conocer y trabajar con los diferentes colectivos sociales de la comunidad.

Una institución educativa se comportar de modo muy diferente según se oriente por criterios de justicia social, comprometida con los derechos humanos, o por filosofías y valores de mercado. En el primer caso, educar implica atender y compaginar las necesidades individuales del alumnado con los asuntos e intereses comunes, públicos; exige poner a disposición de las instituciones escolares los mejores recursos materiales y humanos, especialmente cuando su alumnado arranca con demasiados déficits culturales, educativos, alimenticios, sanitarios, socioafectivos, etc.

En el segundo caso, cuando una institución educativa se rige bajo parámetros mercantilistas lo que va a determinar sus prioridades son las calificaciones del alumnado, pues de ellas depende su ubicación en los ránquines. La evaluación se devalúa y centra en un número muy reducido de variables, y las metodologías didácticas se restringen a entrenar para cubrir los tests; la educación se limita a la oferta de servicios que satisfacen a sus clientes, considerados cual consumidores y consumidoras, no como ciudadanía.

Políticas oficiales de sospecha sobre la educación pública

Las actuales políticas educativas van en una dirección contraria a la construcción de sociedades inclusivas, justas y democráticas. Estamos siendo gobernados por leyes y reales decretos que desde planteamientos economicistas redirigen el trabajo en las aulas en dos direcciones convergentes: por una parte, tratan de ofrecer una formación reducida a asegurar las necesidades del mercado, los intereses de los lobbies empresariales; y por otra, reproducir un conocimiento oficial con el que legitimar opciones neoliberales y conservadoras como las únicas viables y lógicas. Se responsabiliza al profesorado de todo lo que acontece en las aulas e, incluso, se transfieren las culpas al alumnado y a sus familias.

Estamos ante modelos que tratan de controlar la profesionalidad del profesorado, centrándola solo en algunas dimensiones de su trabajo; docentes que deben preocuparse únicamente de los aspectos más técnicos de su labor, dejando fuera de su control el análisis crítico de los contenidos culturales que hay que promover en las aulas.

Esta redirección neoliberal recurre, entre otras medidas, a una constante presión mediante evaluaciones externas del alumnado e, indirectamente, de su profesorado; culpándolo si los resultados no son aceptables.

Además, en las últimas décadas es creciente papel de instituciones y universidades privadas y, lo más novedoso, de fundaciones privadas promovidas por grandes grupos económicos que pretenden domesticar las facultades de educación públicas, acusándolas de ineficacia. Sus líneas de ataque inciden en que en éstas se imparte demasiada teoría y poca práctica. El practicismo y utilitarismo que vehiculizan estas fundaciones filantrocapitalistas, y su facilidad de acceso a medios de comunicación, propician que muchas personas equiparen injustamente teorías científicas con conocimiento inservible.

Se suele acusar a las facultades de la red pública de ideologización en los contenidos de sus programas de formación, por prestar atención a las dimensiones filosóficas y sociológicas del conocimiento que facilitan el análisis de la realidad. Los contenidos curriculares necesarios para entender los asuntos sociales no pueden ser tildados de adoctrinamiento, salvo que pretendamos que el profesorado desconozca las vidas de su alumnado y que ignore los problemas que inciden en la motivación y aprendizajes escolares. No podemos olvidar que en estas instituciones rige la libertad de cátedra, de pensamiento, tanto para estudiantes como para docentes; un derecho que las instituciones públicas están obligadas a garantizar y defender.Phillemon Hlunwani - "Va Vasati A Tirhweni" (Women at Work), 2015

Este tipo de políticas las vienen promoviendo en Estados Unidos fundaciones como Bill & Melinda Gates [1]o la red de fundaciones de ámbito mundial que coordinaTeach For All [2], que en España representa Empieza por educar, ExE [3]. En esta misma línea situaríamos, por ejemplo, la Fundación Princesa de Girona (FPdGi) [4], la Fundación Santillana o la Fundación SM. Fundaciones que en síntesis lo que pretenden es sustituir los programas universitarios de formación del profesorado por modelos de formación de directores de empresas, el modelo MBA (Master of Business Administration).

Son estas organizaciones las que, a su vez, están incorporando las nuevas modas y mantras educativos como:coaching, mindfulness, emprendimiento, liderazgo, estándares cuantificables, empleabilidad, etc. Sus programas de formación están pensados con finalidades muy diferentes a los de la red pública.

Diferencias entre instituciones escolares públicas y privadas – concertadas

Analizar y proponer programas de formación del profesorado obliga a considerar el significado y funciones de las dos principales redes que se encargan de la educación. Podemos subrayar siete obligaciones y responsabilidades diferentes entre las redes escolares públicas y las privadas y concertadas.

En primer lugar, los centros escolares públicos se piensan, planifican y gobiernan para atender a ciudadanos y ciudadanas, personas con idénticos derechos. Permiten y facilitan las diferencias individuales cuando no acarrean cuestiones de desigualdad, injusticia o de cercenación de derechos. No seleccionan y agrupan al alumnado por clase social, capital cultural, sexo, sexualidad, religión, etnia, nacionalidad o capacidades.

Los colegios privados y concertados se piensan, planifican y gobiernan para atender a clientes. Los servicios que se ofrecen a la clientela dependen de sus capacidades económicas, de lo que cada uno puede pagar. Se asume la lógica de la desigualdad en el potencial económico individual, por lo que a cada uno le corresponde un desigual acceso a servicios. Escogen al alumnado con la mirada puesta en las garantías y ventajas que le pueden proporcionar a las propios centros privados en el actual mercado educativo; lo principal es que garanticen mejores rendimientos académicos en los test de evaluación externos y, por tanto, situar al centro lo más arriba posible en los ránquines. En consecuencia, seleccionan atendiendo a la clase social, capital cultural, raza, etnia, nacionalidad, sexo o religión de sus clientes. Su funcionamiento sigue el modelo de losclubes privados (J. Torres, 2007).

En segundo lugar, los centros públicos se gobiernan con principios de participación democrática y posibilitan una educación emancipadora, al servicio de la comunidad, en la procura del bien común. Propician hacer realidad unapedagogía y currículo crítico, dirigido a repensar cuestiones de desigualdad, carencias y manipulaciones en las políticas de reconocimiento, en temas de redistribución y de participación democráticas. Por tanto, es factible que el currículo escolar se pueda planificar, revisar y evaluar atendiendo a su coherencia con las posibilidades de empoderar a la ciudadanía mediante el acceso a información relevante y actual, el desarrollo de sus capacidades críticas y de colaboración; si favorece un modelo de ciudadanía optimista, con conocimientos, procedimientos, competencias y hábitos que le posibilitan el análisis de las estructuras económicas, políticas, sociales, laborales y financieras desde marcos de justicia social; si impulsa una educación que capacita para cooperar en acciones comunitarias destinadas a solventar problemas y mudar estructuras injustas, a implicarse en tareas y luchas para mejorar las condiciones de vida de la comunidad y de la sociedad en general.

En las redes escolares privadas las pedagogías y currículos crítico no se plantean, y cuando se utilizan conceptos como pensamiento crítico, colaboración, solidaridad, ayuda, etc. se hace con la mirada puesta prioritariamente en el logro de beneficios individuales o del grupo de iguales. Por ejemplo, cuando trabajan una cultura del emprendimiento es para la búsqueda de lucros personales, para facilitar que se hagan negocios que producen beneficios económicos a título individual o para los accionistas. En cuanto a las injusticias sociales, en el fondo, asumen el pensamiento TINA (There Is No Alternative) de Margaret Thatcher.Pawel Kuczynski - ¿Jugamos?

En tercer lugar, los centros educativos públicos están políticamente obligados a pensar el currículo para atender a todas las dimensiones de una educación integral, con una buena formación en ciencias experimentales, sociales, humanas, artes, tecnologías y deportes. Un currículo dirigido por el optimismo y confianza en las posibilidades y capacidades de cada estudiante, independientemente de su clase social, capital cultural, etnia y nacionalidad, sexo y sexualidad, religión y capacidades. Se asume un optimismo en que otro mundo es posible y puede construirse bajo banderas de igualdad, justicia, democracia participativa y solidaridad.

En los colegios privados el currículo es más tecnocrático e instrumental, obsesionado por puntuar mejor en las reválidas externas y ránquines. Aquí se prioriza STEM (ciencias experimentales, tecnologías, ingenierías y matemáticas) y se reduce a marías las otras áreas de conocimiento.

La siguiente cuestión que hay que tener en cuenta es que las redes de enseñanza pública tienen que atender a todas las personas de la comunidad, con la finalidad de hacer realidad el principio de igualdad de oportunidades; por tanto, con mucha atención a quienes arrancan con más déficits. En consecuencia, no escatimarán en recursos en la medida en que sean beneficiosos para el alumnado. Sus políticas de gasto procurarán favorecer siempre a sus estudiantes. Los ahorros o beneficios económicos que pueden tener se contemplan siempre como futuras inversiones para mejorar servicios, adquirir nuevos recursos educativos que permitan mejorar los servicios y funciones que la sociedad les encomienda.

Los centros privados se dirigen siguiendo la lógica de atender intereses y beneficios privados. Sus directivos, docentes y trabajadores buscan obtener los máximos dividendos económicos y/o simbólicos (creencias religiosas, ideologías, etc.), con los menores recursos, para sus propietarios y accionistas. Sus beneficios sirven para ampliar la capacidad del homo economicus y consumens, incrementar las ocasiones de enriquecerse, de adquirir o invertir en bienes privados.

En quinto lugar, destacamos que las instituciones escolares públicas confían en la profesionalidad del profesorado, por lo que las administraciones públicas, cuando no están en manos de la derecha, deben facilitar su actualización permanente, dotarles de condiciones que permitan mejorar el capital profesionaldocente (A. Hargreaves y M. Fullan, 2014), lo que redundará en la mejora de su trabajo en las aulas. Como profesionales comprometidos con lo público gozan de autonomía profesional, pedagógica, para acomodarse a la diversidad del alumnado que atienden.

Las instituciones privadas controlan a sus docentes, limitando su autonomía y profesionalidad al logro de los idearios que estas redes educativas priorizan; con este fin imponen auditorías permanentes, obsesionándolos con estándares de rendimiento en cuya definición y medición no tienen voz, con criterios cuantitativos de evaluación escolar, con el fin de que su alumnado puntúe mejor en los test de evaluación que las administraciones y organismos internacionales (OCDE, IEA) periódicamente aplican.

Otro aspecto que debemos reseñar es que los centros públicos, como atienden a todo tipo de estudiantes, tratan de buscar la implicación de las distintas organizaciones de la comunidad, vertebrándolas y ponerlos al servicio de intereses públicos, para pensar, construir y lograr servicios y beneficios para la comunidad, priorizando la atención en las necesidades de las personas más necesitadas.

En las instituciones privadas el contacto con otras organizaciones se instrumentaliza para servir a los grupos sociales que escolarizan. Este tipo de colegios eligen a las familias, no al revés. Conformar personalidades neoliberales y conservadoras es su filosofía dominante.Juan Genovés

Y por último, las redes escolares públicas son estructuras democráticas, horizontales, donde la democracia es la norma con la que se organiza la participación del profesorado, de las familias, de los estudiantes y de la comunidad. En sus órganos de gestión, claustros y aulas se puede dialogar, discrepar y colaborar sin miedo a represalias de la dirección.

Los centros privados son jerárquicos; son gobernados de manera vertical por una dirección escolar al servicio de los idearios de la institución que los crea. En sus órganos de participación son más probables los miedos, silencios, coacciones y limitaciones en las opiniones y conductas del profesorado, por sometimiento a los idearios e intereses de los patronatos u órdenes religiosas a los que pertenecen.

Una política educativa que da tantas facilidades a instituciones privadas de educación de ciudadanas y ciudadanos y de formación del profesorado, convierte en muy difícil la implementación de políticas y prácticas educativas destinadas a la comprensión del otro y llevar a cabo proyectos curriculares destinados a facilitar el reconocimiento, la participación y colaboración, a tratar temas de justicia social, equidad económica, Derechos Humanos, sostenibilidad medioambiental … En resumen, una auténtica inclusión educativa y social.

Cameron Cottrill

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/red-publica-red-privada-lo-que-las-hace-distintas-espana/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/henrilamy.fr_.jpg

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Una campaña del desierto educativo en Argentina

América del Sur/Argentina/Octubre 2016/http://www.telesurtv.net/

En los primeros días de agosto de este año, el portal de Infobae publicó en su sección Tendencias, “Mis diez libros favoritos:

El listado es variopinto, pero hay al menos dos respuestas relevantes para dar cuenta de sus modos de pensar y hacer la educación.

El primer libro de su lista es la Biblia, toda una definición que es tanto espiritual como ideológica teniendo en cuenta que está hablando como Ministro de Educación.

El anteúltimo de la lista es la biografía de Julio Argentino Roca, expresión individual de una élite dirigente y dominante que ejerció con lucidez y sin piedad la construcción del Estado nacional en el último tercio del siglo XIX.

En el caso de Roca, hay al menos tres grandes definiciones de política pública que lo han puesto en un lugar trascendente de la historia argentina. Por un lado, la sanción de la Ley 1420 de educación primaria común, obligatoria y gratuita. Esta y otras medidas de política educativa dieron nacimiento a un poderoso Sistema Educativo Nacional con una noción de Estado Docente comprometido con la  universalización de la educación entendida como derecho de ciudadanía al cual todos debían acceder. Un segundo hecho – poco difundido- ha sido el sostenimiento de la denominada doctrina Luis María Drago. En efecto, en el filo del siglo XX Venezuela fue atacada por buques europeos por negarse a pagar su deuda externa. Drago, canciller de Roca, dejó sentada la idea de que un país no podía ser invadido militarmente por una deuda soberana. Toda una definición política de indudable inspiración antiimperialista y en defensa de la autonomía de nuestros países. El tercer hecho que lleva inscripta la marca roquista ha sido el genocidio perpetrado contra los pueblos originarios en la denominada Campaña del Desierto. En aquél trágico antecedente de la historia nacional fueron masacrados, esclavizados y sometidas numerosos pueblos a la par que sus tierras eran apropiadas y repartidas entre la naciente oligarquía terrateniente “nacional”.

En la inauguración del Hospital Escuela de la Universidad Nacional de Río Negro en Choele Choel, uno de los escenarios del genocidio, no tuvo el ministro mejor idea que referenciarse en Julio Argentino Roca reivindicando nada menos que la Campaña del Desierto. Dijo: “Esta es la nueva campaña del desierto, pero sin espadas, con educación”. En medio de una rueda de prensa Bullrich tuvo que volver sobre su analogía: “Me refiero a ese proceso histórico, del avance en un territorio que no estaba conquistado, ocupado.”

El discurso puede leerse en dos claves, una ideológica y otra político educativa. En relación a la primera, cabe consignar que el avance criminal del naciente Estado Argentino (nacido entre sangre y barro) constituyó una clase dominante repartiendo entre menos de 300 familias aproximadamente once millones de hectáreas. Entre los beneficiados de esa repartija que marcó a fuego el nacimiento de la oligarquía terrateniente figuran nombres como Martínez de Hoz o el propio Bullrich, antecesor del actual ministro de Educación: todo un (auto)reconocimiento.

Pero en materia de política educativa la metáfora nos habla de otra cosa. Sería el reconocimiento de que el Sistema Educativo heredado es un desierto y que resulta imperiosa una acción decidida del Estado Nacional frente a un orden inaceptable. En otras declaraciones, el ministro habló de la política educativa desplegada en los últimos doce años como un “fraude educativo”.

La “pesada herencia” del período kirchnerista puede exhibir algunos logros concretos: incrementó el financiamiento educativo a niveles inéditos, impulsó una prolífica legislación protectora de derechos, construyó escuelas, mejoró las condiciones laborales docentes, distribuyó notebooks y libros por doquier, promovió programas socioeducativos muy valiosos (como las Orquestas Infantiles, los Centros de Actividades Infantiles y Juveniles, etc.). Desde luego que hubo pendientes, como la construcción de un modelo pedagógico propio y consistente con los afanes democratizadores y emancipatorios enunciados por Cristina Fernandez de Kirchner. No se pudo avanzar, tampoco, lo suficiente en la construcción de un gobierno de la educación capaz de sintetizar la participación y la eficiencia en la toma de decisiones, entre otras tareas pendientes. Se expandió la matrícula en todos los niveles pero fue objeto de debate bajo qué condiciones y con qué resultados reales.

En su lugar, la Campaña del Desierto adquirió el nombre pomposo de Revolución Educativa. El análisis de lo efectivamente desplegado en estos primeros meses de gobierno dista de ceñirse a una Revolución y se parece, efectivamente, a una demoledora acción destructiva que justifica el nombre trágico de Campaña del Desierto.

Una estrategia de desmantelamiento de lo previo es la disolución de equipos ministeriales – como ocurrió con Conectar Igualdad, ligado a las computadoras y su introducción en aulas y escuelas- y la derivación de recursos por el mismo monto presupuestado en 2016, cuando la inflación duplicó las previsiones. Así se produce un verdadero vaciamiento presupuestario que tiene algunas consecuencias muy concretas. En 2015 se incorporaron 150.000 jóvenes-adultos al sistema de educación formal y 29.000 se alfabetizaron: este año, ninguno.

A pesar de una retórica donde se hace hincapié en la “calidad educativa”, al 30 de septiembre se usó menos del 11% de los recursos presupuestados para Innovación y Desarrollo de la Formación Tecnológica; algo más del 19% para infraestructura; el 31% en Acciones Compensatorias y menos del 31% para la Formación Docente. En el presupuesto aprobado para 2016 se había comprometido al distribución de cinco millones de libros, pero no se compraron libros y se informó el cese de compras de literatura para escuelas secundarias. Según fuentes sindicales, este año había que repartir 600.000 computadoras para los y las estudiantes de primer año, pero solo se entregaron 100.000 que eran remanentes del año pasado quedando medio millón de jóvenes sin su notebook.

Repasando los primeros meses de gestión, podremos apreciar en qué consiste la campaña del desierto promovida por el Poder Ejecutivo Nacional: se trata del exterminio de la Educación Pública, o más bien de su reducción a servidumbre para la formación de esclavos y papagayos sometidos a poderes fácticos e institucionales. Las resistencias crecen día a día pues, con todos sus claroscuros, la educación pública argentina tiene en su adn un mandato democratizador e incluyente. Y desde el fondo de su historia, y desde la realidad de muchas aulas, maestros y maestras se resisten con prácticas emancipadoras a aceptar el modelo inaceptable de educar para la exclusión y para el exclusivismo.

Fuente:

http://www.telesurtv.net/bloggers/Una-campana-del-desierto-educativo-en-Argentina-20161009-0003.html

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