J.C. Juncker, presidente de la comisión Europea: «La falta de amor es la principal debilidad de la UE»

29 de noviembre de 2016/Fuente: es.euronews.com

¿Cual sería el golpe fatal para Europa? Brexit, populismos, crisis de los emigrantes, la difícil situación económica? La Unión Europea atraviesa uno de los peores momentos de su historia. Las futuras citas electorales en Austria, Italia, Francia y Alemania son riesgos que amenazan la existencia misma de la Unión. ¿Quien mejor que el presidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker para hablar de estos asuntos?

Mi comisión será la de la última oportunidad

– Isabel Kumar, euronews: Usted dijo hace dos años, al principio de su mandato: “mi comisión será la de la última oportunidad”. ¿Cómo evalúa al día de hoy la supervivencia de la Unión Europea?

– Jean-Claude Junker, presidente de la Comisión Europea: Bueno, la Unión Europea no está confrontada a su propia existencia.

– I.K.: ¿De verdad que no?

– J.C.J: Usted ha dicho que las elecciones francesas, alemanas amenazan la supervivencia de Europa y eso no es verdad. Las elecciones en Francia y Alemania no plantearán a los electores de esos países una pregunta sobre la existencia de la Unión Europea. Pero dije, tiene usted razón, que que la Comisión que tengo el honor de presidir sería la de la última oportunidad. Lo que quería decir con eso es que la Unión Europea entra en una fase de última oportunidad porque la brecha entre los ciudadanos y la acción pública y política de la Unión Europea se amplía casi todos los días y yo he querido ponerle remedio a eso.

Se busca alma para Europa

– I.K.: Exactamente, lo que se le reprocha a las instituciones europeas es estar alejadas del pueblo europeo. Tengo la pregunta de una internauta, a los que les hemos pedido que nos envíen preguntas para esta entrevista. Es de Moussa Bourema: ¿Cual es la mayor debilidad de la Unión Europea?

– J.C.J: La falta de amor. No sabemos mucho de los otros. ¿Qué saben los lapones, del norte de Sicilia? Qué saben los italianos, del sur de Polonia? Nada. Y hará falta que nos interesemos más los unos por los otros.

Photo published for Conferencia "A Soul for Europe": Se busca urgentemente...un alma para Europa

Conferencia «A Soul for Europe»: Se busca urgentemente…un alma para Europa

El título no podría ser más adecuado para expresar el momento de Europa y del proyecto europeo, amenazado en múltiples direcciones, bajo una inacabada crisis […]

Schulz, la pérdida de un apoyo

– I.K.: Y en este momento crítico de la Unión Europea usted está a punto de perder uno de sus más queridos aliados, un aliado poderoso también, me refiero al presidente del Parlamento Europeo Martin Schulz. Es un duro golpe para usted que llega en uno de los peores momentos.

– J.C.J: No, yo no atribuiría a esta salida de Martin Schulz motivos tan cualitativamente elevados. Pero es verdad que he trabajado bien con Martin Schulz que por cierto, fue mi oponente a la presidencia de la Comisión. El y yo fuimos cabeza de lista, él de los socialistas y yo de los democristianos. Pero supimos establecer entre nosotros vínculos de trabajo intensos, incluso de complicidad. Porque nunca en la historia reciente de Europa las relaciones entre el parlamento europeo y la Comisión Europea han sido tan intensas y cordiales como lo han sido durante su presidencia del Parlamento.

– I.K.: ¿Pero su salida no va a debilitarle a usted?

– J.C.J: Yo no diría tanto pero va a faltar una complicidad que voy a echar de menos.

La UE: ¿Fortaleza o castillo de naipes?

– I.K.: Pero cada día más tenemos la impresión de que la Unión Europea es un castillo de naipes. En unos días los austriacos van a votar en unas elecciones presidenciales que podrían llevar al poder a un líder de la extrema derecha. Y esto podría llevar a un reféndum sobre la adhesión a la Unión Europea. ¿No le parece que todo esto es cada vez más preocupante?

– J.C.J.: Pero no podemos ni negar ni suprimir el derecho de los pueblos de Europa a expresarse por sufragio universal. Con respecto al referéndum sobre la adhesión a la Unión Europea, creo que no es prudente organizar tales debates. No porque dude del resultado final sino porque añadiría controversias a las ya de por si numerosas que hay en el seno de la Unión Europea. Por otro lado no creo que el próximo presidente de Austria, sea quien sea, vaya a lanzarse a una aventura como esa.

– I.K.: Lo cierto es que lo dice y lo ha anticipado.

– J.C.J: Si, bueno, yo he aprendido a diferenciar entre las declaraciones de campaña y las realizaciones concretas. Es bastante poco probable que uno se acostumbre a decir que las declaraciones de campaña son una cosa y que lo que se haga después sea otra diferente. Es una negación de la democracia. No se puede decir lo que sea durante las campañas electorales.

Austria, elecciones de alto riesgo

– I.K.: ¿Cree usted que Austria podría sufrir sanciones?

Ver imagen en Twitter

– J.C.J.: Nosotros decretamos sanciones en un momento autobiograficamente débil cuando la extrema derecha accedió a funciones de Gobierno en Austria. Fue un error porque no hace falta sancionar, castigar a un pueblo porque haya hecho una mala elección. Hay que discutir, dialogar, pelear con una realidad política que sea como la que usted describe, pero como el presidente austriaco tiene una función protocolaria …

– I.K.: ¡Por ahora!

– J.C.J: … más que tener una función de influencia política, no me complico mucho con ello a pesar de que yo no querría que el candidato de la extrema derecha ganara.

Juncker: La Comisión ofreció flexibilidad a Italia

– I.K.: El mismo día será Italia la que celebre un referéndum. Si pierde le podría costar el puesto al primer ministro Mateo Renzi y eventualmente acercar a los euroescépticos al poder. Euroescépticos que podrían poner el euro en peligro. Se abre un nuevo frente.

– J.C.J: Yo mantengo unas relaciones tranquilas con el primer ministro italiano.

– I.K.: ¿Tensas?

– J.C.J: No. Bueno, si. En apariencia tensas, pero estamos de acuerdo en lo esencial cuando hablamos cara a cara. En tanto que Comisión hemos hecho mucho por Italia e Italia ha hecho mucho por la Unión Europea. La manera en la que Italia lleva la crisis migratoria es de desde luego, ejemplar. Italia tiene razón cuando se queja del hecho de que otros europeos, no todos los europeos, de que otros europeos son insuficientemente solidarios con Italia. Porque Italia ha hecho esfuerzos enormes en la crisis migratoria y en la gestión de sus consecuencias.
Durante la campaña electoral para las elecciones europeas y ante el parlamento europeo en muy numerosas ocasiones incluido el momento de mi discurso de investidura he hecho un llamamiento a los europeos a ser solidarios con Italia y Grecia.

*- I.K.: Pero Italia le pide que sea usted más solidario con ella y también más flexibilidad presupuestaria. Lo que parece es que usted es más flexible con Portugal y con España. ¿Va usted a mostrar la misma flexibilidad con Italia? *

– J.C.J: Italia pudo gastar un poco más en 2015 y 2016 sin que se lo tuviéramos en cuenta. Con respecto al Pacto de Estabilidad, 19 mil millones de más. Si la Comisión no hubiera introducido en el arsenal de interpretación del pacto de Estabilidad elementos de flexibilidad, Italia debería gastar diecinueve mil millones menos de lo que va a hacer en estos momentos. Así que no tengo la impresión de que hayamos sido exageradamente severos con respecto a Italia. Constato por lo demás, que en otros países, Alemania, Austria, Holanda, soy criticado por ser demasiado blando con respecto a Italia. Haría falta que los estados miembros se pusieran de acuerdo en un mismo análisis.

Le Pen, ¿una bomba que no explotará?

– I.K.: Pasemos ahora a otras elecciones a las que me he referido al principio de esta entrevista. Porque, está claro que Francia va a ser lo más destacado en abril. Es la pregunta de un internauta, Robert Biddle, : “Si Marine Le Pen resulta elegida, ¿sería eso el úiltimo clavo en el ataúd del proyecto europeo?

Francia – Marine Le Pen consolida su liderazgo en los sondeos http://rfi.my/2gk6c6N 

Marine Le Pen consolida su liderazgo en los sondeos

La candidata del ultraderechista Frente Nacional estará en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2017, según un nuevo sondeo. El primer ministro Manuel Valls juzga

– J.C.J: Es una hipótesis que no contemplo.

– I.K.: ¿Cual es la hipótesis que usted no contempla?

– J.C.J.: La hipótesis de que la señora Le Pen sería la futura presidenta de la República francesa. No lo va a ser.

– I.K.: ¿Es de verdad realista el que después del brexit usted pueda decir algo así con toda certeza?

– J.C.J: Mire, no hay que confundir ni a la gente ni a los países. El brexit tiene otras causas profundas que no podría tener una improbable victoria de la señora Le Pen en Francia. Así que no hay que hacer una amalgama que me parece peligrosa.

– I.K.: Piense en el caso de que fuera elegida. Creo que hace falta anticiparlo como una posibilidad, dados los resultados de las últimas encuestas.

– J.C.J: Usted se sigue fiando de las encuestas …

– I.K.: ¿Pero esta Unión Europea sobreviviría si llega a ser presidenta? Es una pregunta fácil.

– J.C.J: Eso es algo que no se plantea.

*- I.K.: En noviembre Alemania celebrará también elecciones. Entre la canciller alemana Angela Merkel y puede ser que frente a ella su aliado Martin Schultz, ¿por quién votaría? *

– J.C.J: Cada vez que interfiero en un debate electoral o en un referéndum en un país me preguntan a quien votaría yo. Soy democristiano, eso es evidente, y eso no es un contra argumento con respecto al señor Schultz, al que aprecio de una manera que con frecuencia molesta a otros democristianos.

¿Creará un precedente el brexit?

– I.K.: El brexit ha cambiado la correlación de fuerzas y ha llevado a la Unión, puede que a un punto sin retorno. Tengo una pregunta para usted de nuevo de un internauta

– J.C.J: ¿Es británico?

– I.K.: No sé si es británico. Por su nombre yo diría que es alemán. Nikolas Neumann.

– J.C.J: Sí, es alemán.

– I.K.: Nikolas Neumann pregunta si el Reino Unido servirá de ejemplo para disuadir a otros candidatos a la salida de la Unión.

– J.C.J: Creo que la pregunta no se plantea en esos términos. Respecto al Reino Unido, yo no tengo un espíritu de revancha. Es la voz del pueblo británico vía el sufragio universal.
No quisiera que otros siguieran su ejemplo, pero no hay una necesidad de revancha. Hay que solucionar en primer lugar los problemas que se les plantean a los británicos, y después a los europeos. Trataremos que las relaciones entre las Islas británicas y el continente sigan siendo armoniosas, pero sabiendo que los británicos no pueden pretender tener las mismas ventajas que los Estados miembros de la Unión.

– I.K.: ¿Con qué estaría dispuesto a hacer concesiones? ¿Y qué no es negociable?

– J.C.J: En primer lugar usted no es la primera ministra británica, Theresa May, y por lo tanto no le revelaré, cosas sobre las que he de informar y que ya he dado a conocer a la primera ministra británica. Pero hay una línea roja, “a red line” como dicen los ingleses. Si el Reino Unido, su industria de exportación, sus servicios financieros quieren beneficiarse de los beneficios del mercado comunitario y si quieren tener acceso directo al mercado interior de la Unión Europea, será necesario que nuestros amigos británicos respeten los principios fundacionales que rigen el mercado interior. Por lo tanto, no es concebible que puedan beneficiarse del mercado interior sin respetar, por ejemplo, el principio de la libre circulación de trabajadores. No será posible.

Las relaciones entre EE.UU. y Europa sobrevivirán a la era de Donald Trump

– I.K.: En medio de estas crisis, tenemos a Donald Trump, que como usted ha mencionado le resulta difícil de valorar y apreciar.

– J.C.J.: Bueno, si a veces a mí me cuesta entender mi propia psicología, ¿cómo voy a aventurarme a examinar la psicología de los demás? Ya veremos más adelante. Las relaciones entre EE.UU. y Europa sobrevivirán…

– I.K.: ¿Y a Donald Trump? ¿Cómo le ve usted?

– J.C.J.: No le conozco. Pocos son los europeos, a parte de Nigel Farage, lo que le conocen personalmente. Ya veré, cuando tenga la oportunidad de entrevistarme con él, de abordar en detalle los temas que en este momento están en juego.

Moscú, respeto pero con sanciones

– I.K.: Y una de las cuestiones en juego son las relaciones con Rusia. El presidente Barack Obama y algunos líderes europeos dijeron que querían mantener las sanciones contra Moscú. Con Donald Trump en el poder en pocos meses, es algo sólo a corto plazo.

– J.C.J.: Nosotros no dependemos de las decisiones sobre política exterior de Estados Unidos. Estados Unidos hará lo que quiera hacer. Los europeos tienen sus propios intereses y deben gestionar su propio campo de acción.

– I.K.: ¿Apoya usted el mantenimiento de las sanciones?

– J.C.J.: Por el momento no veo argumentos que aboguen por el levantamiento inmediato de las sanciones contra Rusia. Pero me gustaría que hubiera un entendimiento que vaya más allá del marco ordinario. No se puede construir la seguridad en Europa sin Rusia. Eso hay que saberlo. La Unión Europea ocupa un área de 5,5 millones de kilómetros cuadrados. Rusia mide 17,5 millones de kilómetros cuadrados. Debemos tratar a Rusia como un gran conjunto y como una nación llena de orgullo. Hay que conocer la Rusia profunda, y sin embargo ignoramos muchas cosas sobre Rusia. Y me gustaría que con Rusia, dialogáramos de igual a igual, pues Rusia, no es tal como decía el presidente Obama “una potencia regional”, ese es un grave error de apreciación.

Las difíciles relaciones entre Turquía y la UE

– I.K.: Hablemos de Turquía pues es muy importante respecto a la gestión de la crisis migratoria. El presidente Erdogan profiere amenazas. ¿Es posible seguir negociando con él? ¿Puede seguir siendo un socio válido?

– J.C.J.: Turquía no sólo es un socio importante respecto a la crisis de migratoria. Evidentemente que lo es ya que Turquía acoge en su territorio a más de tres millones de migrantes y refugiados. Lo que Europa no hace. Así que me gustaría que Europa que se abstenga de dar lecciones a Turquía respecto a este tema. Turquía, Jordania y el Líbano están haciendo mucho más que Europa.
Así que hay que ser más modestos cuando se evocan estos temas. Pero, respecto a lo demás, Turquía es un socio clave para la UE y sus Estados miembros, por la localización en la que se encuentra. Dicho esto, Turquía ha avanzado mucho en términos de democracia durante la última década. Pero en los últimos dos años, especialmente en los últimos meses desde el golpe de julio se está apartando de Europa y cada día se está alejando más de Europa.

-I.K.: ¡Y viceversa!

– J.C.J.: No, no, en absoluto. No hay una animosidad contra lo turco. La cuestión que se plantea es si Turquía cumplirá o no todas las requisitos que debe cumplir para ser miembro de la Unión Europea. Creo que Turquía no se ha hecho la pregunta y por lo tanto nunca ha llegado a formular una respuesta.

– I.K.: Pero, ¿puede usted hablar con un presidente que es cada vez más y más autoritario?

– J.C.J.: Yo tengo que hablar y negociar con mucha gente. Incluyendo a personas cuya compañía no es muy agradable para mí. La Unión Europea tiene vínculos con regímenes destestables. Y de hecho, nadie se plantea la cuestión. Se habla de Turquía, es cierto, pero no se habla nunca de Arabia Saudí. Nosotros tenemos relaciones con todas las dictaduras, porque hemos de participar en la organización del mundo. Tengo reuniones regulares con el presidente de Turquía, que de vez en cuando son reuniones a cara de perro. Le conozco desde hace 17 o 18 años. Es decir, que nos conocemos…

El comisario Oettinger le saca los colores a Europa

– I.K.: Dentro de su propia comisión hay conflictos. Estoy pensando en el comisario Günther Oettinger, acusado en un escándalo de conflicto de intereses, de hacer comentarios racistas, xenófobos y sexistas. Pero usted, sigue apoyándole, incluso le ha promovido. Eso provoca cierta indignación, ¿no le parece?

– J.C.J.: Sí, bueno … no todo enfado es una indignación justificada. Yo no le he dado una promoción al Comisario Oettinger, sino que he reemplazado a la Comisaria del Presupuesto Kristalina Georgieva, que dejaba la Comisión Europea, por el Banco Mundial, por un Comisario que es miembro de la Comisión desde hace siete años y que conoce cómo funcionan los presupuestos de la Unión Europea. Y pocas personas los conocen tan bien como el comisario Oettinger. Él pronunció un discurso en Hamburgo con alusiones totalmente injustificadas y a petición mía se disculpó ante cualquier persona que pudiera haberse sentido herida por sus palabras. Y respecto al conflicto de intereses, yo no lo veo así, pudo haber un desacierto, pero no una falta.

Bruselas trata de meter en vereda a los comisarios

Ver imagen en Twitter

– J.C.J.: Es cierto que los miembros de la Comisión no deberían aceptar regalos que van más allá de un cierto precio, y es lo que hacen. Es cierto que cualquier contacto con un grupo de presión debe hacerse público, y eso es lo que hacen los miembros de la Comisión… Y el hecho de que el Sr. Oettinger, a petición del gobierno húngaro haya utilizado un avión puesto a su disposición por alguien que, sí, es un grupo de presión de alguna manera…

– I.K.: …así que sigue defendiéndole…

– J.C.J.: No, lo que creo es que la prensa debería ser menos maliciosa. El Sr. Oettinger respondió a una pregunta parlamentaria el 19 de mayo de 2016 respecto a ese viaje tan criticado hoy.. ¿Por qué después de tantos meses, la prensa internacional vuelve de nuevo a este caso. ¿No lo vió en aquel momento?

– I.K.: Porque ustedes tardaron unos meses antes de responder

– J.C.J.: Esto es grotesco, escuche no juegue a la periodista simplista. Todo estaba disponible en mayo y volvemos sobre este asunto…

– I.K.: No vuelvo sobre este tema para crear controversia, sino porque hay una serie de cuestiones, como aquellas declaraciones racistas y xenófobas que fueron toda una provocación … por eso vuelvo sobre el tema de los deslices del comisario Oettinger…

– J.C.J.: Creo que usted echa todo en el mismo saco. De hecho hemos cambiado el código de conducta de la Comisión y de eso se ha hablado muy poco. Yo propuse y me aseguré de que se respetara un período de “cool-off”, es decir, un periodo de dos años para los miembros de la Comisión, que no podrán aceptar otro puesto en el que haya un conflicto de intereses. Y debido al caso Barroso y su contratación por parte de Goldman Sachs, he propuesto que el Presidente de la Comisión, tenga una moratoria de tres años.”

– I.K.: ¿Pero bastarán tres años?

– J.C.J.: Tres años son 36 meses.

El plan Juncker

¿Qué es el ‘plan ‘? con @dimitribaruahttp://esradio.libertaddigital.com/castilla-y-leon/2016-11-21/que-es-el-plan-juncker-1276587126/  vía @euranetplus_spa

Photo published for ¿Qué es el 'plan Juncker'?

¿Qué es el ‘plan Juncker’?

El Plan de Inversiones para Europa quiere movilizar 315 000 millones en inversiones privadas y públicas en tres años

– I.K.: Para terminar, usted ha completado dos años de su mandato, y aún le quedan tres… ¿Qué se propone hacer de manera diferente?

– J.C.J.: Pues hacemos muchas cosas de forma diferente. La Comisión, que tengo el honor de presidir, ha presentado 10 prioridades, que se centran en los principales problemas de nuestro tiempo y ya no se preocupa por los pequeños problemas que pueden resolverse mejor a nivel nacional, por cada Estado, por los municipios, o a nivel regional. No queremos interferir de una forma casi obscena en la vida diaria de los ciudadanos europeos. Nos centramos en los grandes temas, la Europa digital, la Unión de la Energía, la Unión de los mercados de capitales y la política común de seguridad y defensa europea. En lo que se refiere a las competencias de la Comisión Europea, nos moderamos en los detalles, pero tenemos una gran presencia respecto a los temas importantes.

Fuente:http://es.euronews.com/2016/11/26/jc-juncker-presidente-de-la-comision-europea-la-falta-de-amor-es-la-principal?utm_medium=Social&utm_campaign=Echobox&utm_source=Twitter&utm_term=Autofeed#link_time=1480192834

Imagen:  static.euronews.com/articles/350740/1000x563_350740.jpg

Comparte este contenido:

Boaventura de Sousa: “Hay que repensar cuanto antes la política de izquierda”

Entrevista a Boaventura de Sousa

Por: Sergio Segura

Boaventura de Sousa Santos es autor de varios libros, entre los que se destacan Epistemologías del sur y Hacia una sociología de las ausencias y de las emergencias; en ellos cuestiona la epistemología occidental dominante y los contextos culturales de la “producción y reproducción del conocimiento”. Parte de sus aportes académicos han estado orientados a acompañar diversos movimientos sociales latinoamericanos. Lanzas y Letras y la Fundación Rosa Luxemburgo retoman este diálogo dado en el cono sur sobre el panorama político de América Latina, las izquierdas europeas y el análisis de perspectivas organizativas cimentadas desde los movimientos populares.

¿Cómo se ven las organizaciones sociales latinoamericanas desde Europa?

En Europa tenemos otra noción del territorio, porque Europa se ha aprovechado del saqueo, de los recursos naturales. Ahí tenemos otros problemas, no solo la explotación capitalista sino la dominación colonial y patriarcal. En Europa el colonialismo no surge por el territorio sino por el racismo, ahora más con todos los inmigrantes y refugiados; es una vergüenza, es lo peor de la trayectoria colonialista de Europa.

Los movimientos sociales a veces excluyen el colonialismo; con el movimiento de Los Indignados (también llamado Movimiento 15-M por las protestas en España desde 2011) hicimos reuniones en España y Dinamarca, y nos dimos cuenta que los movimientos de lucha contra el capitalismo rara vez incluyen a los inmigrantes, y mucho menos a los que buscan asilo político; son invisibles, son los otros ausentes, son los indígenas de Europa, no son considerados como sujetos políticos. En Europa tienes el racismo como forma de colonialismo combinado con capitalismo y naturalmente con patriarcado. En América Latina, en India y en África el problema es por territorio, claro que hay otros problemas como el de las mujeres o la economía informal, pero la cuestión del territorio surge porque realmente es un problema planetario.

Este neoliberalismo es de raíz financiera, pero busca la especulación con una forma de acumulación primitiva. Como decía Rosa Luxemburgo, esa es una constante del capitalismo, no una fase del capitalismo, y hoy se manifiesta con el saqueo del territorio mucho más intensivo que el colonialismo, porque la maquinaria que no existía en el tiempo colonial permite hoy saquear los recursos de una manera más intensa: despojo, desplazamiento de poblaciones, expulsión de la gente. Estuvimos en Mozambique y en Zimbabue y es lo mismo, pero con diferentes perfiles. En África no tenemos el problema indígena, porque todos son indígenas, por así decirlo. En cada país la tierra funciona de manera distinta porque el colonialismo fue distinto. En América Latina la independencia fue obtenida por los hijos de los colonos, en África son pueblos originarios los que conquistaron la independencia, son problemas distintos.

sou1¿Qué posibles diálogos pueden existir entre las izquierdas europeas y las de América Latina?

Parte de mi trabajo los últimos 10 años ha sido en la crítica radical a las izquierdas europeas para refundarlas, reinventarlas; por otro lado, aprovechar todas las energías que surgieron en este continente los últimos 15 años. Hubo una izquierda que se mantuvo con un carácter genuino de búsqueda de socialismo; la gran mayoría, sobre todo los socialdemócratas, se vendieron al capitalismo, a la llamada ‘tercera vía’, en el caso del Partido Laborista inglés. En Alemania es un desastre porque prácticamente la izquierda no existe. Los socialistas que están en el poder no ofrecen ninguna política novedosa para Europa, los socialistas alemanes son los que han sido más duros con los países del sur de Europa, con la izquierda de Syriza en Grecia, por ejemplo. Eso es muy difícil de entender. Pero ahí viene la renovación desde dos factores: el primero es que los jóvenes que estaban formados para la política socialdemócrata, que no contribuye en nada a ninguna perspectiva socialista o poscapitalista en Europa, pasaron algún tiempo en América Latina con los gobiernos progresistas de Venezuela, Bolivia, Ecuador, también Brasil, y aprendieron mucho de este continente, aprendieron no solo a mantener la idea del socialismo del siglo XXI, sino también formas de democracia participativa. Esto fue lo que de alguna manera pasó a ser utilizado por los jóvenes inconformes con los socialdemócratas, por ejemplo en España con los consejos de ciudadanos de Podemos, con algunos problemas que se pueden discutir; también está Syriza, una trayectoria propia de una disidencia del partido comunista; por la misma línea está el bloque de izquierda en Portugal. Son partidos que están buscando reinventar la izquierda a través de alianzas e interconocimientos que han sido originados en América Latina.

Europa realmente no tiene nada que enseñarle al mundo, tampoco puede aprender por la tradición colonialista que tiene, pero algunos jóvenes como Los Indignados, entre otros movimientos, han intentado aprender con la experiencia latinoamericana. El problema con estas experiencias es que muchos partidos se olvidaron de la renovación política debido al modelo de desarrollo que se seguía, el único que lo intentó fue Hugo Chávez, pero de una manera muy carismática; ya sabemos que todo poder carismático depende del líder, y cuando el líder se va el poder se queda en vacío. Así pasó en Venezuela por la debilidad de las instituciones y los movimientos sociales, toda la movilización de izquierda vino desde arriba, al contrario de lo que pasó en Brasil y Argentina.

En este momento estamos en una fase de reflujo en América Latina y en Europa con algunas novedades, por ejemplo, el hecho de que en Portugal en este momento tengamos un gobierno de izquierda donde el partido socialdemócrata ha abandonado la tercera vía y se ha aliado con los comunistas y con el bloque de izquierda, donde está la izquierda socialista que es luxemburguista. Entonces está el aprendizaje desde el sur y el temor a la derecha revanchista, o a la extrema derecha como en Polonia, Hungría, Alemania. Ante el temor a la extrema derecha, la izquierda se está uniendo; por eso es que tenemos este gobierno en Portugal, por el temor de tener cuatro años más de una derecha totalmente revanchista que quería destruir todo lo que habíamos conquistado en los últimos 40 años.

De acuerdo a tus textos, tienes críticas al Estado-Nación, a la vez aprecias la construcción de un ‘Estado plurinacional’ en países de América Latina. ¿Qué saldo organizativo proyectan estas experiencias? Frente al actual giro conservador, ¿cuál es tu balance de la relación Estado-movimientos sociales?

La política de izquierda hay que repensarla cuanto antes. No es fácil, en algunos países es muy difícil porque los partidos de izquierda generaron sectarismo interno que liquida la disidencia. Quien tiene la posición crítica es echado o silenciado. Es necesario repensar la lógica de partido como existe. Los partidos, de ninguna manera, pueden tener el monopolio de la representación, hay que encontrar otras formas desde la democracia participativa, de los ciudadanos, de los movimientos sociales, tienen que tener una palabra fuerte de la renovación política. Hay que crear otras figuras políticas, eso es algo que está por hacer. Por otro lado, pienso que casi todos los gobiernos se vendieron a un modelo de desarrollo que acompañaron con una incidencia histórica que pareció muy buena pero que al final fue desastrosa.

El hecho de que la avanzada de los precios internacionales coincidiera con estos gobiernos y que pudieran tener alguna plata, sin cambiar la estructura de poder, sin cambiar las jerarquías sociales, sin cambiar la estructura de clase, sin cambiar el Estado, que podía generar alguna redistribución social, con algunos casos significativos como el de Brasil donde más de 45 millones de personas salieron de la pobreza… eso no se puede olvidar.

El costo social fue muy grande para los pueblos indígenas y campesinos, no fue un sistema sostenible porque estaba basado en los precios internacionales, no se luchó para que hubiera, por ejemplo, una reforma fiscal. Los ricos siguieron sin pagar impuestos y vemos que su plata está en los paraísos fiscales. Si esa plata pagara impuestos tendríamos salud para todos, educación de buena calidad. Esta izquierda va a tener que refundarse, básicamente porque la que hubo en la última década no es sostenible, después de la crisis interna en algunos casos hubo corrupción, con todo lo que puedas imaginar, por eso exige una renovación. En algunos países van a surgir partidos nuevos, en otros no es posible pero quizás hay partidos que se van a refundar. Algo dramático tiene que ocurrir. A menos que la derecha revanchista sea tan revanchista que gobierne de una manera tan desastrosa que los gobiernos de izquierda puedan volver rápidamente sin reconstruirse, ahí podemos tener un periodo de estabilidad a corto plazo.

Desde las ciencias sociales hay abordajes que obturaron el diálogo con los procesos sociales comunitarios que asumieron su opción por los gobiernos progresistas, con términos como “populismo”. ¿Qué desafíos quedan de este diálogo entre saberes académicos y saberes populares, conceptos que trabajas durante tu trayectoria investigativa?

Esos términos en América Latina son parte del debate, porque ya había una trayectoria en ese sentido. El concepto de ‘progresismo’ debería ser una cosa positiva, pero ahora es una mala palabra para muchos compañeros y colegas de izquierda con quienes tenemos algunas divergencias. El populismo en América Latina, sobre todo en Argentina, un patrimonio intelectual debido al trabajo de Ernesto Laclau, no se ha aceptado mucho fuera de Argentina, porque no es una buena hipótesis para hablar de lo popular.

Lo nacional-popular es una posición que toma un gobierno por ‘los de abajo’ y que tiene algún respeto por la soberanía nacional; pero allí puede haber fascismo y también clases de abajo, por eso se puede hablar de lo nacional-popular como se pudo hablar en Bolivia con el libro de René Zabaleta Mercado. Hablar de populismo se transformó en una manera de estigmatizar la izquierda por parte de la derecha, entonces cuando se dice que la derecha es populista es un elogio para ellos, no les molesta que les llamen populistas, cuando dicen que la izquierda es populista es para decir que la izquierda no es creíble. Ahora, todos los intentos por mejorar la vida de la gente, de defender derechos, son considerados populistas. El populismo es una trampa, se volvió en contra de quienes crearon la teorización del populismo. Discutí con Ernesto Laclau y con Chantal Mouffe (intelectuales posmarxistas) que nunca fue un significante vacío sino un significante vaciado, yo por eso prefiero los significantes dudosos, mejor lo nacional-popular que el populismo.

sou2¿Qué opinión te suscita la coyuntura colombiana en el marco de las ‘pedagogías de paz’ para darle fin al conflicto armado que aqueja al país hace más de medio siglo?

Desde los años 90 empecé a trabajar en Colombia, me apasiona. Fue un periodo de tanta violencia… pero también de mucha creatividad de los movimientos sociales. Durante un proyecto en el que estaba mataron a 15 padres jesuitas del CINEP (Centro de Investigación y Educación Popular); a cada momento que matan a un cura otro movimiento surge, con otra gente, por los derechos humanos. Es fabulosa la energía del país. Los movimientos sociales son la esperanza de Colombia, hay un Congreso de los Pueblos que está siendo representado en varios países. Hay que hacer pedagogía de paz como alternativa contrahegemónica porque [el presidente, Juan Manuel] Santos ya hizo su pedagogía de paz, que es sacar a la guerrilla para profundizar la minería. Para mí simplemente es así.

Las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), por su naturaleza política, hicieron un proceso de negociación muy cerrado en La Habana (Cuba), sin gran participación popular de las comunidades. El ELN (Ejército de Liberación Nacional) es distinto, quiere que sea un proceso de más participación social, de asambleas populares, movimientos sociales; no sé si lo va a lograr, pero la idea de una pedagogía de paz contrahegemónica me parece importante, no solamente para Colombia sino para todo el continente, porque vamos a tener guerras de baja intensidad que ya están emergiendo, y “baja” entre comillas en muchos territorios, porque se trata de masacres de pueblos indígenas, entre otros.

La afectación del nivel de vida en Argentina ha sido considerable tras el cambio de gobierno, al igual que la represión. ¿Qué retos enfrentan las organizaciones sociales que están en la oposición? ¿Cómo se puede dar la discusión de los “derechos que se perdieron”?

El gobierno de Mauricio Macri entró a hacer una ruptura con todo el periodo anterior, esto creó perplejidad entre los movimientos, se quedan paralizados sin saber cuál va a ser el contexto político, sin claridad de cuáles son los aliados, enemigos o adversarios. Aquí surgen muchas diferencias, pero también hay avances. Hace un par de años, por ejemplo, la cuestión indígena no se discutía en Argentina, ni negros ni indios. Hoy en día al menos se reconoce que son invisibles y están marcando una agenda a partir de su exclusión, que como digo normalmente, son exclusiones radicales; en sus territorios no hay derechos porque hay apropiación violenta, muerte y saqueo. Es difícil, porque a veces viven en zonas remotas que los pobladores urbanos no conocen. Lo más importante de los encuentros de organizaciones es que se conozcan, que estén intercambiando ideas.

Yo creo que hay que recuperar los derechos. No hay una zona de derechos en nuestras sociedades coloniales sino, insisto, una zona de no-derechos, de gente que está en zonas de despojo, de violencia, de apropiación. Frantz Fanon, un gran teórico que me gusta bastante, le llamaba “zonas de no-ser”: no existen. Ahora entra un gobierno de derecha que dice que los trabajadores tenían demasiados privilegios, y que hay que rebajar todos los derechos, en Portugal fue así, a punto de intentar eliminar lo que llamamos ‘la concertación social’, que es negociación colectiva de contratos, como están haciendo en los Estados Unidos, contratos individuales entre el patrón y el empleado, un fascismo sobre la forma contractual, porque son dos personas que no tienen el mismo poder; si no acepta las condiciones del patrón, ¿qué va hacer? Tenemos que ver que esos derechos tienen que ser recuperados, no hay otra forma de luchar por eso, y eso es muy difícil porque el capitalismo financiero que tenemos hoy logró transformar el trabajo en un recurso global, pero prohibió la posibilidad de un mercado global de trabajo: los sindicatos no se pueden unir, los trabajadores no se pueden organizar, hay federaciones mundiales pero no hay eficacia en ninguna en este momento. Cada vez hay más trabajadores pero cada vez menos identidad obrera; sin embargo, Argentina tiene mucha, estuve en una universidad creada por sindicatos, la única en el mundo que conozco. El sindicalismo está vivo, dividido por cierto, pero están intentando ver que realmente se necesita más unidad. El problema es cuando olvidamos los derechos de los indígenas, cuando no diferenciamos las clases sociales y se homogenizan las lógicas de las diferentes luchas, en sus diferentes tiempos y con sus diferentes alcances.

¿Cuáles son los resultados de los talleres realizados en diferentes partes del mundo como parte de la Universidad Popular de los Movimientos Sociales?

Han participado diferentes intelectuales comprometidos, que son minoría, porque la mayoría son movimientos diversos. Ha sido significativo que las personas hablan de manera abierta, y nos damos cuenta de las diferencias y de las convergencias, hablan sin tutela ni conocimientos privilegiados. Los talleres son una manera muy simple de contribuir a una visión más amplia entre movimientos, se invierte tiempo y dinero porque tenemos como objetivo un cambio político, transformador, emancipador. Es importante que la gente vea que detrás de esto no hay grandes organizaciones, por eso las síntesis que hacemos son novedosas, porque dependen de los contextos específicos.

Fuente: http://www.marcha.org.ar/hay-que-recuperar-los-derechos-en-argentina-boaventura-de-sousa-santos/

Comparte este contenido: