Jordi Salat : “Cualquier actividad humana sobre el medio ambiente debería someterse siempre al principio de precaución”

Entrevista: Salvador López Arnal

Jordi Salat es matemático por la Universidad de Barcelona (1973), y oceanógrafo del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (CSIC) desde 1974. Trabaja en oceanografía física descriptiva; interacciones físico-biológicas en ecosistemas marinos naturales y, dinámica de poblaciones marinas. Ha sido también profesor a tiempo parcial en la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona (1993-2010).

Tiene una amplia experiencia investigadora, con artículos publicados en revistas científicas y comunicaciones a congresos internacionales. Ha participado en unos 50 proyectos científicos y en más de 40 expediciones oceanográficas.

Tiene también experiencia en colaboración con agencias de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, así como con organismos nacionales, administraciones y fundaciones, como experto en oceanografía, medio ambiente marino, pesquerías y clima.

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Nos habíamos quedado aquí. ¿El cambio climático, el calentamiento global, está relacionado con lo que ocurre en los océanos?

La respuesta a la pregunta es sí. El cambio climático está relacionado con todos los componentes del sistema climático. El océano es un componente del sistema climático, luego el cambio climático está relacionado con el océano. Puro silogismo. La pregunta es ¿por qué el océano es un componente del clima?

De acuerdo, formulémosla así, como me enseñas.

La respuesta sencilla ya la he comentado antes, diciendo que el océano es el “sistema de calefacción” a escala planetaria. Quizás deberíamos decir, de climatización puesto que no sólo calienta sino que refresca, a veces. En realidad, hablar de clima es hablar de como se reparte la energía que el planeta recibe desde el Sol, la mayor parte de la cual se devuelve al espacio pero una fracción se queda y permite, entre otras cosas, que nosotros estemos hablando. Los cuerpos asimilan esta energía en forma de lo que llamamos “calor” y se “ponen” a una determinada temperatura de acuerdo con este calor. Un recipiente con agua a 80°C contiene más calor que si el agua está a 20°C. Lo que ya no es tan evidente es que si en vez de llenarlo de agua, le ponemos arena seca a 80°C contendría menos calor que con agua a 20°C. Es decir, el calor específico del agua es superior al de la arena, por lo que ésta es más fácil de enfriar o calentar que el agua. Si comparamos el calor específico del aire y el agua, la diferencia es de 1 a 5 pero, además, como el agua es mucho más densa, si comparamos la capacidad calorífica de toda la atmósfera con la de todo el océano, la diferencia es de 1 a más de 1.000. Esto se complica con la evaporación y condensación. En estos procesos, los requerimientos de energía son muy superiores a los que hacen falta para modificar la temperatura. Cuando el agua del mar se evapora, se lleva energía del mar. Es decir, éste se enfría. Es lo que hacemos para enfriar la sopa, soplando sobre el plato para facilitar la evaporación de una pequeña parte del agua que contiene la sopa. Cuando este vapor condensa en forma de diminutas gotas de agua que forman una nube, el calor extraído al mar se devuelve a la atmósfera, etc.

En resumen, el océano, no sólo es un componente esencial del clima sino que es el más importante.

Remarco lo que señalas: el océano es el componente más importante. ¿Trata bien nuestra especie a los océanos?

Yo creo que nuestra especie no trata bien ni al medio ambiente terrestre, que es el que la sustenta de manera directa. Su propio hábitat. El medio del que forma parte como entidad biológica que es. Entonces, ¿cómo no va a maltratar un medio del que ni tan solo forma parte? Que le es “ajeno” y no percibe que pueda afectarle. Pero lo cierto es que el Océano es donde va a parar todo lo que se lleva el agua (y el viento, a veces), y no tiene un desagüe para poderlo vaciar, limpiar y llenar de nuevo.

La única salida a la situación es concienciarse de que nuestro hábitat no es un producto de la tecnología. Aunque a veces, lo parezca, en realidad la tecnología no va más allá de hacernos la vida más confortable, pero son los ecosistemas de los que formamos parte, los que nos sustentan. La tecnología no es más que un «añadido» (unos gadgets como se dice ahora) y, además, tiene un precio (en el sentido de «transacción»). Lo que llamamos «Naturaleza» pone las cosas en su sitio de vez en cuando. Supongo que los ecologistas parten de esta concienciación y, a partir de este punto, surgen posturas que podrían corregir la tendencia de ir de mal en peor. Entiendo que si hay alguna solución tiene que ser por esta vía. De momento, mientras haya combustibles fósiles por lo menos, tendremos suficiente energía externa como para «forzar» situaciones que nos hagan creer que seguimos siendo los «amos de la Tierra». Después, lamentaremos no haber usado la energía que el Sol nos proporcionó durante millones de años –y que la Tierra ha guardado celosamente– para prevenir el futuro. Estas «baterías» ya no estarán disponibles para que el Planeta pueda seguir manteniendo la anomalía que representa nuestra especie.

De todas formas, incluso así, si se consiguiera esta conciencia (que «no está ni se le espera»), veo difícil que lleguemos a una solución «razonable». Es decir, a que no prenguem mal. No veo indicios esperanzadores pero… ¿quién sabe?

Me pongo filósofo ahora: “Todo es agua”. ¿Es un aforismo-idiotez de Tales de Mileto o este antiguo matemático, de célebre teorema [1], tenía razón en alguna o mucha medida?

A la vista del teorema que hizo famoso a este señor, no me cabe ninguna duda de que era un buen observador, capaz de sacar conclusiones de sus observaciones. Me gustaría saber algo más de esta frase. Si es que se conserva. Las frases, por brillantes y sintéticas que sean, suelen ser incompletas. Es algo así como «¡toma frase!». Quedan bien en los calendarios, y últimamente en los twit. El enunciado del Teorema de Tales, no obstante, no «cabría» en un tuit.

Volviendo a la frase, podríamos verle una faceta de «visionario», con la información que tenemos hoy día porque imaginamos lo que le falta decir a «nuestro favor», es decir, como si él ya lo hubiera sabido. Si era así, es lástima que no nos lo contara en detalle (o se perdiera esta información). Si era una intuición, estamos en lo del principio. Era un gran observador, capaz de sacar conclusiones de sus observaciones. Lo repito porque creo que es la base de la intuición y creo que ésta es una gran herramienta para avanzar en ciencia (lo cual no quita que haya que seguir el procedimiento, como supuestamente hizo Tales con su teorema).

Cuando se afirma que la vida surgió en el agua, ¿qué se está afirmando exactamente?

Sería bueno preguntárselo a quien lo afirma. Yo no lo he afirmado. Entre otras cosas porque lo desconozco. Mis conocimientos de biología son sobre cuestiones algo más recientes. Aunque ciertamente hay quien afirma que el origen de la vida no es algo del pasado, sino que se está continuamente «generando». Por decir, que no quede. De hecho antes de Pasteur se hablaba de «generación espontánea»…

Como todo esto suena a «escaqueo» voy a entrar en el tema y convertir tu pregunta en lo siguiente: «¿es el agua el medio más adecuado para que en ella se origine la vida?». Mi respuesta es: «de los medios que hay hoy en día, sí». Porque es un buen «disolvente» a temperaturas en las que la vida se puede desarrollar fácilmente, sin muchas complicaciones. Así pues, es un buen medio para poner en contacto diversas sustancias que podrían haber originado toda esta “movida”. Pero, insisto, no sé suficiente biología para decir más.

Una pregunta demasiado general tal vez: ¿qué es para ti la ciencia?

Pregunta corta en la que cabe todo. Pregunta trampa en un examen. Si intento definir la ciencia, «la ciencia es…» No encuentro qué. No sé si esto significa que desconozco su esencia. Aquí me tendrás que ayudar.

Mi ayuda: haz lo que puedas, a tu aire.

De acuerdo, pues me olvido de pretender decir lo que es y hablo de lo que yo entiendo como ciencia. Ello incluye, por lo menos, una manera de razonar para estudiar el mundo que nos rodea, intentar explicarlo y comprenderlo. Para mí, lo más esencial − y ¡dale con la esencia! − son las reglas del juego. Si a lo largo del proceso de estudio se cumplen, estamos dentro de la ciencia, y lo más importante, el recíproco, si no se cumplen, no estamos en ella. Es pseudociencia − que suena mejor que «ciencia falsa». No se trata de descalificar a nadie por no seguir las reglas. Simplemente, no es ciencia. Y no hay que «venderla» como tal, como se observa a diario en el terreno de la publicidad (incluyendo la política). Tampoco vamos a entrar en detalles, pero habría que denunciar una clara perversidad y malas intenciones en algún tipo de «pseudociencia». Por lo menos en el sentido de confundir a la Sociedad, ¿pongo ejemplos?

Por supuesto, algún ejemplo será muy ilustrativo.

La mayoría de ejemplos que he encontrado se refieren a temas de salud. Seguramente porque son los que más preocupan a la gente, de manera que es fácil vender soluciones “milagrosas” a sus problemas. Estos anuncios suelen encontrarse en las páginas web de periódicos y revistas en general pero a menudo también se encuentran en webs de servicios públicos que, a causa de su infrafinanciación, se ven obligados a contratar publicidad (lamentablemente sin ningún control). Aprovechando el marco de esta entrevista, pongo un ejemplo basado en el agua del mar.

En un anuncio encontramos frases como las siguientes: “…a finales del siglo XIX, un investigador francés, desarrolló una auténtica teoría científica sobre la terapia marina que estipula que las enfermedades son, en realidad, una intoxicación del medio interno a nivel celular. Según este científico, las células, para poder desarrollar sus funciones correctamente, deben disfrutar de un medio interno equilibrado como método para evitar que los órganos terminen por deteriorarse. Y ese medio interno es análogo al agua del mar. Distintos médicos, expertos o periodistas de la época resaltaron sus evidentes éxitos a la hora de tratar enfermedades como tuberculosis, enfermedades de la piel o desnutrición, entre otras muchas que veremos a continuación.” Aquí te venden el producto y siguen “… otra alternativa es consumir agua de mar en botella. Eso sí, si esta va a ser tu elección, procura elegir siempre agua envasada en botella de vidrio para no perjudicar el medio ambiente” (por lo menos, anima a respetar el medio ambiente). “Una buena fórmula es tomar un taponcito de agua de mar disuelta en la botella de agua dulce de un litro que bebamos habitualmente. Aunque lo mejor es, sin duda, que si quieres utilizar el agua de mar con fines terapéuticos te pongas, como siempre, en manos de un especialista que te indique las cantidades en relación a la afección que quieras tratar, tu edad, sexo y circunstancias personales” (por lo menos, avisa de que puede haber riesgos en tomar agua de mar, así, por las buenas)

Quizás este investigador siguió en su momento el método científico, pero su teoría a dia de hoy no creo que se mantenga, por lo menos para curar la tuberculosis, por ejemplo.

Por lo demás, perdóname que insista: ¿qué reglas del juego son esas en tu opinión?

Las reglas básicas son: observaciones objetivas, es decir, que no dependan del observador. A partir de ellas, se elabora una teoría en la que se formulan unas hipótesis que hay que comprobar, de manera objetiva, mediante nuevas observaciones. Siempre que sea posible hay que contrastar los resultados de las observaciones mediante experimentación o verificación. Si ello no es posible hay que preparar modelos adecuados para simular las posibles variaciones y estar preparado para verificarlas cuando se den las situaciones simuladas. La teoría será científicamente válida bajo estas premisas. Asimismo, cualquier teoría científica puede ser rebatida si se dan nuevos resultados, obtenidos mediante las mismas reglas del juego, que la modifiquen o, incluso la contradigan.

En el mundo oceanográfico, por ejemplo, hemos pasado de “ver” las corrientes como algo más o menos fijo en el espacio: “por aquí pasa la corriente tal o cual” y el resto del mar prácticamente estático, a “ver” como el agua se mueve por todas partes, formando remolinos, filamentos, ondulaciones, etc. y las zonas donde “pasan” las corrientes tal o cual son donde en promedio el agua se mueve en una determinada dirección a una cierta velocidad. Se trata de una nueva interpretación basada en la información sinóptica que ofrecen los satélites. ¿Contradice las observaciones anteriores? No. Simplemente la complementa y da una nueva interpretación a aquellas observaciones.

Una información de la Coalición para la Conservación de las Aguas Profundas (DSCC en inglés): “Grupos de conservación urgen a los países participantes en la Reunión de la Autoridad Marítima Internacional a garantizar la transparencia y proteger la diversidad biológica del mar profundo”. ¿Qué pasa con la biodiversidad de los mares profundos? Se comenta en el artículo que la minería en aguas profundas para metales como cobre, cobalto, níquel, manganeso y plata está a un paso más de hacerse realidad.

Los ecosistemas profundos son muy “delicados” , pues mantienen equilibrios muy ajustados y la diversidad biológica es un indicador de la “calidad” de los ecosistemas. “Calidad” en el sentido de que el ecosistema funciona y se puede mantener por sí mismo. No conocía la existencia de esta coalición pero ciertamente las actividades que afecten las aguas profundas pueden tener graves consecuencias sobre los ecosistemas. La más conocida, por lo menos para mí, es el impacto de la pesca de arrastre sobre los fondos. Está muy documentado que el paso de estas redes destruye la trama biológica que se sustenta sobre el fondo –y que sirve de base de alimentación u ofrece refugio ante depredadores, a las especies que pescamos. La recuperación de esta trama, cuando la hay, es muy lenta. En general, tanto más cuando más profunda. Esto ha llevado a prohibir la pesca de arrastre en profundidades superiores a los 1.000 m, creo.

En todo caso, cualquier actividad humana sobre el medio ambiente, debería siempre someterse al Principio de Precaución, según fue formulado en la “Declaración de Rio de Janeiro” en la “Cumbre de la ONU” de 1992 en aquella ciudad. Es decir, en caso de incertidumbre, suponer la actividad humana causa impactos negativos sobre los ecosistemas, por lo que sólo podrá ser aceptable si se demuestra que no es así. De alguna manera, sería aplicar a estas actividades el recíproco de la presunción de inocencia. Lamentablemente, este principio sigue siendo de difícil aplicación a causa de las presiones que ejercen las grandes corporaciones y muchos gobiernos “afines” o que “dependen” de ellas.

¿Quieres añadir algo más?

Si viene a cuento, contar una pequeña “gamberrada” en la que participé cuando era estudiante.

Por aquel entonces, 1970, empezaba a funcionar la nueva Universitat Autónoma de Barcelona, cuya sede provisional era el monasterio de Sant Cugat del Vallès. Un compañero de curso tenía un amigo que cursaba Filosofía y Letras en aquella universidad, donde un profesor les introducía en lo que ahora se diría la “modernidad” . Hablaba del fenómeno underground y de personajes como Andy Warhol, por ejemplo. El caso es que a nuestro amigo se le ocurrió “gastar una broma” y nos pidió ayuda para presentar una película de “cine matemático”, como expresión del movimiento underground. El título de la película era White y su autor sería un matemático estadounidense conocido (espero que jamás le llegara esta información…). Se trataba de una película basada en el “operador blanco” –un cuadrito, □, que aparecía en los libros de este autor. La película no era más que un trozo de cinta velada, de 10 minutos de duración, a la que añadimos los títulos de crédito y el The end correspondiente. Mi compañero de matemáticas y yo hicimos una presentación de 40 minutos sobre el operador blanco y de cómo la película encajaba dentro del movimiento underground, y proyectamos la película ante unos 80 estudiantes en una aula del monasterio. Fue un éxito rotundo, o por lo menos, nadie se enfadó, ni puso en riesgo nuestra integridad ni la del proyector que habíamos alquilado. Eran otros tiempos y, por supuesto, ahora sería incapaz de hacerlo.

No se me ocurre mejor forma de cerrar esta conversación, todo un honor para mí. Mil gracias por tu tiempo, tu generosidad y tus enseñanzas.

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Nota:

(1) Son de hecho los siguientes:

1. Si en un triángulo se traza una línea paralela a cualquiera de sus lados, se obtiene un triángulo que es semejante al triángulo dado (los triángulos semejantes son los que tienen ángulos congruentes; deriva en que sus lados homólogos sean proporcionales y viceversa).

2. Sea B un punto de la circunferencia de diámetro AC y centro O, distinto de A y de C, entonces ABC es un triángulo rectángulo donde el ángulo ABC es un recto (este teorema desentraña una propiedad esencial de los circuncentros de todos los triángulos rectángulos, que a su vez es ampliamente utilizado en la construcción geométrica para imponer condiciones de construcción de ángulos rectos).

3. Si diversas rectas paralelas son intersecadas por dos transversales, los segmentos determinados por las paralelas y correspondientes entre transversales, son proporcionales.

Primera parte de esta entrevista: Entrevista al matemático y oceanógrafo Jordi Salat (I). “El mar pone sus condiciones y hay que respetarlas. Tener muy claro que eres invitado y él manda en su casa. Lo sabe muy bien la ‘gente de mar’” https://www.rebelion.org/noticia.php?id=260754

Segunda parte: Entrevista al matemático y oceanógrafo Jordi Salat (II). “Hay un desconocimiento muy general de lo que es el océano y de cómo influye en nuestras vidas” https://www.rebelion.org/noticia.php?id=260755

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=260740

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